Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 17

Capítulo 1: La Vida En El Reino De Galarc

Parte 1

Mientras tanto, en la mansión Rio fue cedido por el rey Francois como Haruto Amakawa, caballero honorario…

Habían pasado diez días desde que Rio comenzó a vivir con los miembros de la casa de piedra. Pasado el mediodía, Charlotte estaba visitando la finca una vez más. Satsuki, Liselotte, Christina y Flora la acompañaron.

Charlotte se humedeció la garganta con el té que le sirvieron, luego se dirigió a Rio y Celia sentados frente a su sofá. “Estoy aquí hoy para darles una solicitud de trabajo”.

“¿Nosotros?” Rio y Celia intercambiaron una mirada antes de responder juntos.

“Sí. Es una solicitud oficial del reino, por lo que, naturalmente, serás compensado por ello. Los términos de trabajo pueden limitarse a mientras se encuentre en la capital. Si pudiera considerarlo con estos detalles en mente, lo agradecería”, dijo Charlotte, antes de la explicación con énfasis en que el trabajo era voluntario.

“¿Qué tipo de trabajo es este…?”

“Me gustaría que ustedes dos se convirtieran en instructores temporales.

Espero que Lady Celia dé una clase especial sobre hechicería en la Academia Real de Galarc, mientras que Sir Haruto enseña combate cuerpo a cuerpo en una clase preparada por nosotros”.

“Entiendo a Celia con su experiencia como profesora de la Real Academia Beltrum, pero nunca antes había enseñado una clase”.

“Hee hee, ese es un miedo innecesario. Estoy segura de que la enseñanza no será un problema para alguien de tus habilidades”. Rio no estaba seguro de sí mismo, pero Charlotte le dio su aprobación con total confianza.

“Es un gran honor escuchar eso, pero no estoy familiarizado con los estilos de espada y las artes marciales del Reino de Galarc”.

“Eso tampoco es un problema. Lo que te estoy pidiendo no es que enseñes conceptos técnicos básicos a los principiantes, sino que des instrucciones más prácticas a las personas con experiencia en combate. Habrá gente especializada en varias armas y estilos de lucha”.

“Ya veo…” Rio murmuró en sus pensamientos.

Anteriormente había enseñado a Masato, que era completamente nuevo en el combate, así como a los guerreros de la aldea espiritual, que no tenían experiencia en el combate cuerpo a cuerpo debido a su falta de luchas internas. Pero enseñar a los soldados de carrera de Galarc y la Restauración que ya poseía todo el conocimiento requerido sería un asunto diferente. Por supuesto, probablemente habría personas de la nobleza entre ellos, por lo que no estaba seguro de cuánto podría enseñarles.

“Sé que tienes un gran sentido de la responsabilidad, así que entiendo si no estás de acuerdo sin una cuidadosa consideración. Pero no tienes que pensarlo tanto, puedes tratarlo como una batalla simulada o un combate ligero. La razón por la que surgió este trabajo esta vez es porque muchos han expresado su deseo de entrenar con el Caballero Honorario Sir Haruto”.

“Si bien no me negaría a un combate de entrenamiento ligero… ¿sabes aproximadamente cuántas personas asistirán a esta clase?” “Estoy pensando en limitarlo a un máximo de veinte personas al principio. Me imagino que quien esté libre en ese momento estará presente, pero yo me haré responsable de la selección de los asistentes, así que no tienes que preocuparte por eso”.

Charlotte sonrió abiertamente, como si dijera que no permitiría que nadie hiciera nada gracioso. Como era de esperar, había considerado todos los puntos que Rio podría encontrar preocupantes. Rio quedó impresionado por su prudencia y su expresión se suavizó con diversión.

“Puede que sea mejor reducir ese número si tengo que enfrentarme a todos yo mismo, pero si a los asistentes no les importa pelear entre ellos, entonces eso también funciona”.

“Ya sea uno a uno o una pelea sin cuartel, dejaré que usted decida en función del número de asistentes a la clase en ese momento”.

“Ya veo. En ese caso…”

Puede ser posible mantener un formato de conferencia adecuado de esa manera. Sin embargo, si los asistentes estarán satisfechos con eso es un asunto diferente…

“Por ahora, los asistentes a la primera clase ya están bastante decididos, así que ¿qué tal si lo intentas? Puedes decidir si quieres continuar con las clases futuras después de eso”, sugirió Charlotte.

Aparentemente, ella había arreglado todo con respecto a la primera clase en preparación para el acuerdo de Rio. Como había pasado por tantos problemas antes de acercarse con la solicitud, a Rio le resultó difícil negarse. O más bien, se encontró deseando recompensarla por su consideración.

“Entiendo… Lo intentaré”, dijo Rio, aceptando la solicitud.

“Gracias. Creí que diría eso, Sir Haruto. En ese caso, se llevará a cabo la primera clase, estoy muy contenta. No puedo esperar a ver tu figura galante de nuevo”, Charlotte sonrió encantada. Charlotte respondió alegremente, sonriendo encantada.

“Estás de muy buen humor, Char”.

“Hee hee. Usted misma dijo que sería interesante, Lady Satsuki”.

Satsuki había estado sentado en silencio mientras hablaban, pero se unió a la conversación con una risita. Charlotte también había respondido con alegría.

“Por cierto, ¿quién asistirá a la primera clase?” Rio preguntó, mirando a Satsuki.

“Primero, Lady Satsuki estará allí. Asistirán desde Galarc varios de mis caballeros y asistentes de Liselotte. Algunas de las mujeres caballeros de la princesa Christina y la princesa Flora también asistirán desde el lado de la Restauración”, respondió Charlotte con una mirada a Christina y

Liselotte.

“La princesa Charlotte se acercó a nosotros con la oferta. La Restauración asistirá a través de Vanessa y algunos de sus subordinados. Pueden causarle problemas, pero por favor guíelos bien, Sir Amakawa”, dijo Christina asintiendo.

“También estarán presentes algunos de mis asistentes que me acompañaron a la capital. Por favor enséñeles también”, continuó Liselotte con una reverencia.

“Lo que significa que habrá algunas caras conocidas…” Rio estaba un poco molesto por cómo eran todas mujeres. “Entiendo. No sé qué tan bien podré enseñarles, pero haré lo mejor que pueda”, respondió, enderezándose y asintiendo.

“Siempre que esté bien para usted, me gustaría que la primera clase se llevara a cabo en unos días. ¿Se adaptaría eso a tus circunstancias? Estoy pensando en sostenerlo por la mañana, después del desayuno y antes de la tarde…”

“Estaré libre mañana a esa hora”.

“¿En serio? ¡Entonces esperemos mañana! Si a los demás en su mansión les gustaría ver o participar, podemos celebrarlo en la plaza del jardín trasero. Pasaré alrededor de las nueve de la mañana”. Charlotte miró a Latifa y a todos los presentes.

“¡Sí! ¡Me encantaría ir a ver!” Latifa levantó su mano enérgicamente.

“Si Haruto está enseñando, me gustaría asistir como estudiante”.

“También estoy interesada”.

Sara levantó la mano tímidamente, seguida de cerca por Alma.

“Ustedes dos son bienvenidas a unirse. Eso está bien, ¿verdad?” Charlotte asintió de buena gana, consultando a Rio para su confirmación.

“Sí, por supuesto. En ese caso, puedes tomar la clase la mayor parte del tiempo, pero ¿podrías actuar como mis asistentes cuando necesito ayuda?”

“¡Seguro!” Sara estuvo de acuerdo.

“Déjenoslo a nosotras”, agregó Alma.

“Aishia, tú también.”

“Sip.” Aishia asintió sin dudarlo.

“Eso resuelve el asunto de la instrucción especial de Sir Haruto. Lady Celia, ¿qué vas a hacer con la tuya?” Charlotte resumió con satisfacción, luego se volvió hacia Celia.

“Hay algunas cosas que me gustaría confirmar, pero el hecho de que la princesa Christina esté aquí significa que usted ha aclarado esto con ella, ¿verdad?”

“Sí. O mejor dicho, te han transferido temporalmente a Sir Amakawa en este momento, por lo que la decisión depende de ustedes dos”, respondió Christina.

“Gracias. ¿Qué tipo de temas esperas que cubra?” Celia preguntó a Charlotte.

“Cualquier materia está bien, pero sus estudiantes van desde la escuela primaria superior hasta la escuela intermedia. Cada clase puede ser un curso completo, o puede tomar varias clases para cubrir un tema si lo prefiere. Podemos discutir eso después de considerar la duración de la estadía de Sir Haruto en Galarc”.

“Planeo quedarme un mes más. Si Celia acepta enseñar, por favor planifique ese horario”, explicó Rio.

“Si pudiera continuar con la organización de las clases, empezaré a pensar en mis planes de lecciones”.

Por lo tanto, Celia decidió realizar también sus conferencias especiales.

***

A la mañana siguiente, para tomar la clase de combate cuerpo a cuerpo de Río, las personas que cruzaron las fronteras de la organización se reunieron en los terrenos de la mansión.

La Segunda Princesa Charlotte del Reino de Galarc iba a la cabeza, guiándolos. Estaba acompañada por sus asistentes y mujeres caballeros detrás de ella. Caminando a su lado estaban Christina y Flora de la Restauración. Fueron seguidas de manera similar por sus asistentes y caballeros, incluida Vanessa. Un poco más atrás de las princesas estaba Liselotte, hija del duque Cretia de Galarc. La acompañaban sus asistentes, quienes también actuaban como sus guardias: Aria, Cosette y Natalie.

Frente a la puerta había dos mujeres caballeros de Galarc. Rio no tenía sirvientes, y el héroe y la princesa del reino visitaban a menudo su mansión, por lo que el área estaba custodiada por los caballeros del castillo.

Por cierto, dado que la mansión que se le dio a Rio estaba en los terrenos del castillo, el espacio era limitado. Por lo tanto, la mansión estaba ubicada a tiro de piedra de la puerta principal. En cambio, el jardín trasero tenía un espacio privado más grande lejos del ojo público, y había espacio más que suficiente para sostener un combate de entrenamiento con armas.

En preparación para la llegada de los invitados, se instaló una glorieta en el jardín hacia la puerta principal para que Rio y los demás se relajaran (Satsuki se había quedado la noche anterior, así que ya estaba en la mansión).

“Bienvenidos todos.”

“Buenos días, Sir Haruto. Llegamos según lo prometido”.

“He estado esperando.”

Rio se acercó al grupo y colocó su mano derecha sobre su pecho, dándoles la bienvenida.

“Vayamos directo al grano. Si los preparativos están completos, comience a enseñar”.

Como tenían poco tiempo, se pusieron manos a la obra a su llegada.

“Entiendo. Por favor sígame.”

Rio condujo al grupo al jardín trasero. Había una glorieta aún más grande en la parte de atrás, por la que se detuvo primero. Las armas de madera para las batallas simuladas se habían traído el día anterior y estaban alineadas frente a la glorieta. “Cualquiera que desee observar, por favor diríjase debajo del mirador. Aquellos que participan en la clase, seleccionen su mejor arma entre las disponibles y vengan por aquí”.

Rio luego tomó la espada de madera que se inclinaba a su lado y se alejó una corta distancia. Aishia y Satsuki recogieron lanzas de madera y fueron tras él, seguidos por Sara, que recogió dos dagas de madera, y Alma, que eligió una maza de madera.

Luego, el resto de los participantes, que incluían a Vanessa, Aria, Cosette, Natalie y los demás, cada uno eligió su propia arma y los siguió.

“Todos los demás, por favor, vengan por aquí”.

A instancias de Celia, Charlotte y los demás se dirigieron a la glorieta. Había una mesa y sillas colocadas debajo donde todos, excepto los asistentes, se sentaron para ver la clase de Rio.

Mientras tanto, los participantes ya se habían distanciado lo suficiente del mirador.

“Por aquí debería bastar”. Rio, que había estado caminando a la cabeza, se detuvo y se dio la vuelta para mirar a los caballeros y asistentes. Aishia, Sara y Alma estaban a su lado.

“Está bien para mí estar de este lado, ¿verdad?” Satsuki verificó con Rio antes de alinearse entre Aria y los demás.

“Sí.”

Los participantes son Satsuki, cinco caballeros de Galarc, cinco caballeros de la Restauración y tres de los asistentes de Liselotte. Luego están Aishia, Sara y Alma. Un total de diecisiete personas. Y en realidad todas son mujeres…

Después de mirar a todos a su alrededor, Rio se sintió un poco incómodo. Ser el único hombre en un grupo de mujeres era bastante agotador. Los observadores debajo de la glorieta también eran mujeres, por lo que sintió que había entrado solo en una escuela para chicas.

Sin embargo, Rio supuso que Charlotte en realidad había limitado su selección de participantes a mujeres por su bien… O más bien, por el bien de Latifa y los demás que vivían en la mansión. Después de decirle que no estaban acostumbrados a estar cerca de la nobleza, probablemente asumió que se sentirían más cómodos con miembros del mismo sexo y actuó por consideración. Las personas aquí también eran caras un tanto familiares que normalmente se podían ver protegiendo a Charlotte y Christina. Habiendo dicho eso…

“Mi nombre es Haruto Amakawa. Me siento honrado de poder instruirlos a todos en combate cuerpo a cuerpo a pedido de la princesa Charlotte”.

Había muchos con los que no había hablado antes, así que Rio se presentó a sí mismo. Ante eso, todos los participantes lo miraron. Algunos lo miraron con curiosidad, algunos lo miraron con admiración y algunos lo miraron en evaluación.

“Estos tres son mis amigas: Aishia, Sara y Alma. Participarán en la clase como mis asistentes. Entrenamos entre nosotros de forma regular, por lo que puedo garantizar que los tres son buenos oponentes. La heroína, Lady Satsuki, también participará junto con todos”.

En la presentación de Rio, Sara y Alma inclinaron la cabeza primero.

“Soy Satsuki. Le agradecería que interactuara conmigo sin todas las rígidas formalidades de héroe. Encantada de conocerte,” dijo Satsuki. Sin embargo, la posición de los presentes no les permitiría aceptar sus palabras con tanta ingenuidad, y todos respondieron con una respetuosa inclinación de cabeza.

Supongo que tendré que trabajar en el resto en el transcurso de los combates de sparring, pensó Satsuki con una sonrisa forzada cuando los vio reaccionar de esa manera.

“El propósito de esta clase es enseñar combate cuerpo a cuerpo, así que estoy pensando en enfocar la clase en simulacros de batallas. Para ser honesto, no tengo mucha confianza en mis habilidades para instruir a todos. Pero como ya acepté hacer esto, asumiré la responsabilidad y haré mi mejor esfuerzo. Ahora… Nuestro tiempo es limitado, así que comencemos”.

Rio declaró el comienzo de la lección. Ayer había pensado en el plan de la lección, pero le faltaba experiencia docente. No tuvo más remedio que resolver las cosas a medida que avanzaba. Ahora que se sentía consciente de eso de nuevo, su expresión se puso rígida con un ligero nerviosismo.

“Me gustaría comenzar midiendo las habilidades de todos, así que los enfrentaré a cada uno de ustedes uno por uno. El encuentro se suspenderá en cuanto mida tu fuerza, pero también puede terminar con un golpe efectivo. Así que por favor ven a mí con la intención de pegarme. La magia y la hechicería están permitidas en forma de mejora de la capacidad física. La única necesidad es una señal que indique el comienzo, así que ¿estarás dispuesta a actuar como árbitro, Sara?”

“Sí. Déjamelo a mí.” Sara dio un paso adelante a petición de Rio. Escuchar que comenzarían con sparring hizo que todos los participantes se recuperaran. Probablemente se sintieron atraídos por la oportunidad de entrenar con Rio, quien tenía muchos logros militares en su haber. Querían medir sus habilidades tanto como —si no más— él quería conocer las de ellos.

“Entonces, mi primer oponente será…”

Rio miró a los participantes a su alrededor.

“Por favor me permite.” Uno de los caballeros del Reino de Galarc inmediatamente levantó la mano. La atención de todos se centró en ella.

“Tú eres…”

Parecía tener poco más de veinte años. Normalmente acompañaba a Charlotte por el lugar y dejaba una impresión en Rio por enviarle miradas escrutadoras de vez en cuando.

“Soy Louise Sharon, caballero del Reino de Galarc y capitana de los guardias personales de la princesa Charlotte”.

“Entonces, primero será la Dama Sharon. Es un placer conocerte… no es la primera vez, pero creo que este es nuestro primer saludo adecuado. Hagamos un buen encuentro”.

“De acuerdo”, respondió Louise a Rio con una ligera reverencia.

“Por aquí por favor.” Rio la llevó a una corta distancia del resto del grupo. Louise miró su espalda mientras lo seguía—

Dime, Louise. Quiero que mañana te enfrentes a Sir Haruto antes que nadie. Si pierde ante él como capitán, toda su escuadra tendrá que aceptarlo, ¿verdad?

—Y recordó las palabras que Charlotte le había dicho ayer. Sus palabras no tenían ni una pizca de duda sobre la victoria de Haruto, pero no hirieron su orgullo como soldado. Como caballero, Louise Sharon consideró que las palabras de su maestro eran absolutas. Lo que sea que dijo Charlotte, se fue.

Sin embargo, sí tenía pensamientos sobre Haruto.

Sir Haruto Amakawa. La persona que ama la princesa Charlotte…

Louise adoraba a Charlotte. Ella la quería cariñosamente. La habían asignado para proteger a Charlotte desde que era joven, cuidando su crecimiento hasta ahora. Había mantenido sus sentimientos en secreto para evitar la falta de respeto, pero no había forma de que no la encontrara adorable. Se podría decir que estaba enamorada de Charlotte, eso era lo mucho que sentía por ella. Sin embargo, cuando se trataba de Charlotte…

Dime, Louise. ¿Cuándo crees que regresará Sir Haruto?

Dime, Louise. Sir Haruto es realmente asombroso.

Dime, Louise. Sir Haruto mencionó esto hoy…

Con el rostro de una doncella enamorada, solo le hablaba a Louise de un solo hombre todos los días. Era como si la persona a la que amaba se hubiera enamorado de otra persona, no había forma de que se sintiera indiferente a eso.

Además, el ardor de Louise se había extendido a sus subordinados: todos los caballeros que protegían a Charlotte tenían sentimientos encontrados sobre Rio.

Por lo tanto, Louise miró a Rio como diciendo: “¿De verdad puedes hacer feliz a la princesa Charlotte? No te perdonaré que pongas tus manos sobre otras mujeres. O mejor dicho, no te perdonaré si le pones las manos encima a nuestra adorable princesa Charlotte. ¿Comprendido?” Sus subordinados observaron desde lejos de manera similar.

Heh, las cosas están a punto de ponerse interesantes. Charlotte vio a través de lo que pensaban sus guardias y sonrió encantada mientras veía cómo se desarrollaban las cosas.

Tiene una mirada feroz en sus ojos… Rio no tenía idea de lo que estaban pensando los caballeros, pero se sintió un poco incómodo al enfrentar la mirada de Louise.

“Augendae Corporis. Por favor, mejora tú también, Dama Sharon”. Se recompuso y recitó el hechizo, activando el artefacto mágico que llevaba en el brazo para mejorar sus habilidades físicas. Apareció un círculo de hechizos que cubría el cuerpo de Rio de luz. El uso de artes espirituales lo pondría en una ventaja física, por lo que no solo pretendió activarlo antes de cancelarlo. Lucharía en las mismas condiciones.

“Okay. Augendae Corporis”.

Louise no se basó en un artefacto como Rio y se mejoró con magia.

“Las reglas son las que expliqué anteriormente. Siéntete libre de usar tu arma y tus puños para darme un golpe”.

“Comprendido. No planeo contenerme”, dijo sin hostilidad, pero miró fijamente a Rio mientras asentía.

“Bien. Por favor no”.

“…” Rio respondió con una sonrisa refrescante. Eso pareció tomar a Louise por sorpresa, ya que frunció un poco el ceño al verlo.

No se detuvo a pensar en el leve cambio en la expresión de Louise y se dirigió a Sara. “Empezamos, ¿entonces? Sara. Si pudieras dar la señal para empezar”.

“Okay. Empiecen cuando cuente hacia atrás desde cinco. ¿Estás listos?” Sara lo comprobó.

“Sí.”

“En cualquier momento.” Los dos asintieron.

“Cinco, cuatro, tres, dos, uno. ¡Comenzar!”

Louise echó a correr en silencio tan pronto como se dio la señal, acercándose a Rio. La distancia entre ellos había sido de cinco metros para comenzar, pero la brecha se cerró en un instante. Ella procedió a balancear su espada de madera en un movimiento eficiente, cortándolo. Sin embargo, Rio había visto perfectamente a través de su trayectoria y dio un paso adelante para detener la espada de Louise antes de que pudiera acumular suficiente impulso. Louise también había cambiado su centro de gravedad para dar un paso adelante, por lo que perdió el equilibrio tan pronto como su espada se desvió, matando su impulso por completo.

Fue una parada perfectamente sincronizada. Si fuera un momento después, Louise tendría suficiente peso inclinándose hacia adelante para evitar ser golpeada hacia atrás.

Guh… Esto es malo. Va a contraatacar.

Louise empezó a sudar frío, sintiendo su derrota al principio del encuentro. Sin embargo, Rio no dio un paso adelante, por el contrario, dio un paso atrás y ajustó su agarre en su espada de madera.

“¿Por qué no me persiguió con un ataque de seguimiento justo ahora…?” Louise preguntó dubitativa.

Fue sólo por un breve momento, pero había estado indefensa en el tiempo que le llevó recuperar el equilibrio. Sabía que Rio no era el tipo de oponente que dejaría escapar tal apertura basándose en su parada en ese momento, razón por la cual lo encontraba cuestionable.

“Este es un combate de entrenamiento para que yo aprenda tus habilidades, no para salir victorioso”.

“Honestamente, sentí una gran brecha en la habilidad solo desde ese primer golpe… Aunque cargué contra ti con un golpe de prueba, mi nivel de habilidad fue vergonzoso”, dijo Louise con una mirada molesta. Precisamente porque era una luchadora experimentada, podía sentir las diferencias en sus habilidades con mayor intensidad.

“Eso no es cierto. Fue un movimiento pulido sin movimientos desperdiciados. Aunque eso solo hizo que el movimiento fuera más fácil de predecir… Y si hubiera golpeado más tarde, habría perdido el tiempo para hacer un contraataque”, dijo Rio con total naturalidad.

Si su tiempo se hubiera desfasado por un instante, habría perdido la oportunidad de contraatacar. Es difícil creer que vio a través del tiempo y blandió su espada mientras apuntaba… Pero no importa cómo lo mire, apuntó para ese momento. ¿Qué tipo de sentido del combate tiene? Está más allá de lo que imaginaba.

Ella había estado balanceándose con su cuerpo físicamente mejorado, por lo que el momento correcto habría sido menos de un segundo. Con ese análisis, Louise se quedó sin habla.

“Si no hay nada más, reanudemos el encuentro. Siéntete libre de venir a mí cuando sea”.

“Bien…”

Louise asintió con torpeza y respiró hondo para concentrarse en la batalla de nuevo.

***

Rio peleó con los participantes uno tras otro. Ya había terminado los encuentros contra once de ellas, y aún no había dejado que nadie le diera un golpe. Aproximadamente media hora después, estaba entrenando con la asistente de Liselotte, Natalie, como su duodécima oponente.

Ha luchado contra diez caballeros de Galarc y la Restauración en encuentros sucesivos, pero no ha perdido ni uno solo. Los asistentes del duque Cretia son tan hábiles como decían los rumores…

Sonriendo, Louise tenía una mirada medio asombrada y medio sorprendida mientras observaba intensamente a Rio ganando encuentro tras encuentro. Los otros caballeros también estaban observando las batallas en silencio con expresiones serias. Todos los presentes se habían entrenado diligentemente como soldados, por lo que todos estaban molestos porque no eran rival para él y esperaban cualquier movimiento que pudieran aprender de él.

Mientras tanto, Cosette y Aria estaban parados una al lado de la otra para ver pelear a su colega.

“Natalie está bailando en la palma de su mano”.

“Justo como eras hace unos momentos, quieres decir”, señaló Aria.

De hecho, en el encuentro de Cosette con Rio, había ejercido toda su resistencia sin poder hacer nada hasta que el encuentro terminó sin que ella volviera a aparecer.

“Bueno sí. Aun así, sabía que era fuerte, pero no pensé que sería tan fuerte sin su espada encantada… El nombre que se ha hecho es el verdadero negocio. Sus habilidades estaban más allá de lo que imaginaba cuando luché contra él también. Es maravilloso, honestamente”.

A Cosette no le molestaba especialmente lo indefensa que había estado; de hecho, miraba a Rio con aire soñadora mientras hablaba. Aria miró a su colega con un suspiro de cansancio.

“Claro que lo es. Sería imposible derrotar a la Espada del Rey con solo una espada encantada si no tuvieras las habilidades con la espada para respaldarla. Talento y esfuerzo: solo puedes alcanzar su nivel a una edad tan temprana cuando tienes la bendición de estos dos factores”.

“Un genio trabajador, ¿eh? ¿Eso significa que un genio como tú podría darle un golpe?”

“No soy un genio, pero tampoco hay forma de saberlo hasta que realmente crucemos espadas”. Aria frunció el ceño levemente, no le gustaba mucho que la llamaran genio.

“Será tu turno el próximo. El asistente principal más fuerte, parecido a un demonio, contra Sir Haruto. Espero ver quién puede superar a quién. Mira, el encuentro casi termina”, dijo Cosette mientras miraba.

Natalie se estaba acercando a Rio resueltamente, con dos dagas de madera en sus manos. Rio estaba conteniendo sus contraataques para observar mejor sus movimientos, por lo que los ataques se estaban manejando unilateralmente desde el lado de Natalie.

Sin embargo, Rio evadió continuamente sus ataques con un movimiento mínimo, haciéndolo menos sin aliento que ella a pesar de ser el que luchaba contra un oponente tras otro. Era solo cuestión de tiempo hasta que su encuentro concluyera.

“Ella se está poniendo nerviosa por la falta de oportunidades para atacar. Ella siempre ha odiado perder”.

Un espectador habitual no podría decir que Natalie se estaba frustrando, ya que todavía estaba blandiendo su daga con una expresión seria. Pero como era su colega, Cosette podía ver a través de ella.

“Detengámonos aquí”.

Rio bajó su espada, pidiendo el final del encuentro.