Nejimaki Seirei Senki (NL)

Volumen 4

Prologo: Vítores

Parte 2

Era el Mariscal del Imperio Katvana, Solbenares Igsem. Pero las personas que lo llamaban por su nombre eran pocas. Excepto cuando se mira hacia atrás en la historia, el título Mariscal solo se refería a él en el país.

“Con vigencia inmediata, el teniente general del ejército imperial Tamutsukusuku Safida es relevado de su deber como comandante de la Fuerza de Defensa del Norte.”

Los dientes del teniente general chasquearon. Las palabras del mariscal eran tan buenas como si estuvieran transcritas en una tabla de hierro.

“Por la presente, eres degradado al rango de privado y despojado de todas las medallas. La riqueza de la familia Safida será confiscada, a excepción de la cantidad mínima de salario, y se otorgará a los heridos y a la familia del difunto.”

Para cualquiera que estuviera en el ejército, sabrían que el veredicto era una decisión final que no podía ser revocada.

“Y, el privado Tamutsukusuku Safida-”

Frente a la encarnación de la ley, no había piedad. Así. “¡NOOOOOOOOOOO!”

Tamusukusuku Safida, ahora degradado a un privado y en espera de ejecución, se levantó de la silla y gritó. Los soldados trataron de contenerlo, pero la resistencia fue extrañamente feroz. Se parecía mucho a la resistencia final de un animal moribundo.

“¡Misericordia! Por favor, mariscal, su señoría. General, su señoría. ¡Por favor, piedad! ¡No necesito ningún rango ni medallas! ¡No me importa si es privado o conserje! ¡Por favor, no mi vida!”

“El veredicto es el final.”

“¡No! No quiero morir ¡No voy a morir! W, w, ¿qué es la muerte? ¿Está oscuro? ¡¿Hace frío?! ¿O es un silencio sin fin? ¿O dónde vas determinado por el bien y el mal que haces como dicen los sacerdotes? ¿Entonces me iré al infierno?”

El general Remion, que sentía que era tonto incluso sentir desprecio por la fealdad de Safida, se pasó la mano por la frente. El mariscal Igsem no mostró ningún interés como si estuviera mirando una roca a un lado de una carretera.

“¡Alguien, que alguien me ayude! Alguien, cualquiera…”

Cuando los generales permanecieron en silencio, Safida miró a todos lados en busca de salvación y finalmente miró a sus antiguos subordinados sentados a un lado.

“…¡Si eres tú! ¡Sí tú…!”

Safida arrastró a los soldados que intentaban contener sus brazos hasta donde estaban sentados Ikta y los demas.

“¡Por favor, te lo ruego! ¡Por favor, ayúdame…! Todos ustedes son héroes. ¡Sois los salvadores del imperio! ¡Si es de todos ustedes, incluso el Mariscal no lo ignorará!”

Cuando rogó patéticamente, Torway se volvió para apartar la mirada de él. Yatori guardó silencio. Ikta bostezó y se frotó los ojos. Solo Senpa Sazaruf sonrió amargamente y habló.

“… Comandante, su señoría. No creo que mantengas esa posición nunca más, pero te llamaré así … Para mí, escuché muchos otros gritos similares a los que hiciste. Incontables camaradas murieron temblando de miedo. Algunos dejando atrás a una familia, otros dejando a un amante atrás. Todos dejando algo en este mundo… ”

“¡Estaba equivocado! ¡Lo pagaré sin importar qué, así que…!”

“Por favor detente. No sé nada tan difícil sobre pagar el precio o lo que sea. Solo … quiero que cumplas con tu deber como comandante responsable de la guerra.”

El Capitán Sazaruf habló mientras mantenía su sonrisa.

“El que dirigió la operación es responsable de la operación. Incluso un idiota como yo conoce el principio militar. Entonces, Comandante, su honor … no puede evitar esto. Incluso si ese principio te sentencia a muerte como dijo el mariscal.”

El capitán hizo una pausa para levantarse lentamente e inclinó la cabeza.

“Te lo ruego, muere limpiamente … Así que incluso un compañero más que pasó antes que nosotros podamos ir al cielo, y para nosotros, los que nos seguirán puedan ir a un infierno mejor.”

Safida perdió sus palabras. La suave voz del capitán Sazaruf tenía algo especial que incluso podía silenciar a un hombre que rogaba por su vida al borde de la muerte. Incluso los generales que lo consideraban un simple Capitán tiraban del borde de sus ropas.

“Suficiente. ¡Tómalo!”

Por orden del general Remion, incluso los soldados perdieron su simpatía. Sujeto a cuatro patas y amordazado para evitar más intentos de rogar por su vida, fue arrastrado como un pesado equipaje. La puerta se cerró con un ruido sordo y el general Remion comenzó a hablar mientras el silencio descendía una vez más.

“…Por la presente cierro la corte marcial del soldado imperial Takutsukusuku Safida. Celebraremos una reunión estratégica. Excepto el Capitán Senpa Sazaruf, todos los testigos están excusados… todos ustedes han trabajado duro para responder a la convocatoria.”

El tono del general también sonó como una disculpa por hacerlos asistir a este cursi teatro. Con esas palabras como señal, Ikta, Yatori y Torway se pusieron de pie, saludaron y salieron de la habitación.

“-Para la promoción, ¿está bien no informarle a su hijo sobre eso, su señoría, general Remion?”

Uno de los tenientes generales que se relajó después de que la tensión se hubiera disipado. El general meneó la cabeza y respondió bruscamente.

“Incluso si no digo nada, las noticias llegarán pronto … Y no tengo un hijo que sea tan tonto como para estar contento con un ascenso en una situación como esta.”

“Incluso si es así, para no hablar con él desde el principio hasta el final, ¿por qué fue convocado?”

“No lo llamé para alabarlo. Hay suficiente significado simbólico para que asista aquí. No sería lo suficientemente lento como para no entender eso también, teniente general Kimberly.”

El teniente general Kimberly se encogió de hombros ante la aguda réplica. El general Remion dirigió la reunión para que la conversación no volviera a la pista.

“Luego procederemos con la reunión según lo planeado. Pero, Capitán Senpa Sazaruf, tengo algo que decirte primero. Has sido ascendido a mayor.”

Debido a que se dijo de manera objetiva y se agregó al final de la oración, el Capitán Sazaruf no pudo reaccionar. El general vio que estaba nervioso y añadió la explicación.

“Ah, me disculpo si te sorprendí. El anuncio oficial llegará pronto. Pero es el mismo caso con mi hijo … disculpas, teniente Torway Remion también. Se hizo teniendo en cuenta la situación y la ley militar. Tendría que ser al menos un oficial superior para asistir a esta reunión estratégica sin problemas.”

El general Remion lo explicó mientras sonreía amargamente. Sazaruf se sintió amable con el general. Era una atmósfera bastante diferente a la de antes, pero después de que esa expresión áspera desapareció, pudo sentir la misma calidez que tenía desde Torway. Quizás este era su verdadero yo.

“Pero … me gustaría que al menos entiendas por qué estás aquí.”

Con esas palabras como advertencia, Sazaruf sintió que los generales se enfocaban en él una vez más y se tensó. Estaba siendo juzgado aquí. No podía darse el lujo de relajarse.

“… Solo puedo avergonzarme si lo confundí … Pero creo que es por mi opinión sobre la situación con respecto a los refugiados de la tribu Shinark como resultado de la guerra…”

Sazaruf respondió vacilante. Los segundos pasaron después de la respuesta y la atmósfera permaneció igual.

“– Bueno. Entiendes la posición y la situación en la en que te encuentras.” El general Remion asintió satisfactoriamente y continuó la reunión.

“Después de que el Ejército Santo de Aldera ocupó la cordillera de la Gran Arafatra, muchos miembros de la tribu Shinark fueron desplazados. Más de 4.000 refugiados han llegado al norte y se están quedando en refugios temporales.”

“Es obvio que causarán problemas con los ciudadanos después de perder sus hogares. Necesitaríamos una respuesta rápida.”

“Pero no muchas provincias con gusto los acogerían. Después de todo, la migración masiva debilita la seguridad y especialmente porque son la tribu Shinark con la que estuvimos en guerra no hace mucho tiempo. Los funcionarios locales y los residentes se opondrán ferozmente.”

“Incluso si alguien no pudiera evitar dibujar el palo corto, ¿no tenemos formas de aliviar eso? Idealmente, deberíamos enviarlos al área más segura y con la esperanza de cooperación. Siendo realistas, podemos considerar lugares con baja población, pero buenas tierras. Puede que los vivos no estén tan bien como para comenzar en esas tierras, pero si no hay nadie con quien luchar, no habrá ningún conflicto… ”

Los oficiales de la bandera participaron con entusiasmo en comparación con el cursi acto de una corte marcial de antes. En medio de las élites llenas de inteligencia y confianza, Sazaruf comenzó a sentir que este no era un lugar en el que pudiera interponerse.

“No hables de política como soldado.”

Una frase del mariscal Igsem detuvo la discusión activa de inmediato.

“No importa qué provincia los lleve, esa es su autoridad. Nuestro papel existe solo antes y después. Escoltar a la tribu Shinark desde el campamento temporal hasta el asentamiento, políticas para garantizar la seguridad en el área y la ejecución de ese plan. Cualquier acto para llevar a cabo un deber más allá de eso está sobrepasando su autoridad.”

Con una advertencia en voz alta y baja, los oficiales de la bandera volvieron a revisar sus uniformes. No había duda de que esa era la respuesta correcta. Pero.

“Sé que me estoy extralimitando, Mariscal, su señoría.”

Había una persona que tuvo el valor de resistir esa respuesta correcta. No, en la historia de este país, la familia que produjo muchos generales de pelo verde de renombre siempre había asumido ese papel.

“Pero la realidad y el ideal nunca son los mismos. Sin nuestros cuidadosos preparativos, no hay forma de que los funcionarios de este país tomen en serio el tema de los refugiados. Solo comenzarán a comer después de que los hayamos sentado, enfriado la sopa y cortado la carne en trozos pequeños.”

El general Remion y el mariscal Igsem se miraron directamente. Sazaruf había escuchado a menudo que la reunión de más alto rango a menudo dividía a estas dos personas. Sin embargo, nunca había imaginado que vería el día en que lo vería por sí mismo.

“Estoy de acuerdo con el general. Necesitamos discutir un plan específico para la negociación aquí también. Si simplemente se pasa a la administración a nivel municipal, seguramente volverá a ser un problema mayor en menos de dos meses.”

Espere, espere, mayor general Gauts. El extralimitar nuestra autoridad de esa manera es nuestra mala práctica que preocupa al Mariscal. Militar por militar y administración por administración. Sobre todo, porque estamos en la etapa inicial, debemos trazar la línea. El problema de Safida también vino de esa distinción ambigua.”

“Esto no es algo que debamos discutir sobre teoría. No podemos ignorar el ministerio del interior, pero no es realista no prepararse en absoluto. El general utilizó una comida como una comparación anterior, pero deben comer al menos la carne ellos mismos. Podemos transferirlos después de resolver la mayor parte del problema, por lo que no tenemos que halagar tanto a los nobles.”

Las voces que apoyaban al mariscal Igsem y al general Remion se enfrentaron y los oficiales neutrales que no querían que ningún lado perdiera la cara ofrecieron compromisos. A los ojos de Sazaruf, simbolizaba el equilibrio de poder dentro de las fuerzas armadas. Como se rumoreaba, la facción Igsem y la facción Remion se enfrentaban fuertemente en el ejército.

“… Ah ~ ¿Puedo … decir algo?”

Cuando Sazaruf, vacilante, levantó la mano, los oficiales de alto rango se concentraron en él. Mientras sentía que su vida se acortaba por toda la atención, dijo las palabras que había estado preparando.

“Sé que puede ser una propuesta más allá de mi autoridad … pero con respecto a la cuestión de los refugiados Shinark, deseo que me confíes un regimiento de hombres.”

***

Al mismo tiempo, en el área sudoeste del Comando Militar Central Imperial, había 400 soldados y civiles varias veces frente al templo.

“-Pisar bajo Hosut es un honor. Con sacrificio propio por el bien mayor…”

Frente a todos los que se paraban solemnemente, un chico gordito con cabello castaño y rizado estaba leyendo un elogio. Fue uno de los héroes de la Guerra del Frente del Norte que fue seleccionado para este papel, el teniente Matthew Tetzirich.

“-Rezo para que todos nuestros camaradas puedan unirse a nuestro señor.”

La que estaba a su lado, la alta oficial, la teniente Haroma Bekel, saltó después de buscar la oportunidad de subir. Las palabras que esos dos hablaron fueron las que había enviado el alto mando. Pero no pudieron evitar que la gente cuestionara el contenido del elogio.

‘¿Pueden nuestros camaradas que fallecieron realmente ir a donde está el señor?’

Matthew, Haro y todos los soldados que estaban detrás estaban preocupados por la falta de sacerdotes en la procesión. Esta guerra fue contra el país principal de la Iglesia de Aldera. Los sacerdotes no pudieron decidir qué hacer con el difunto y decidieron no asistir a la ceremonia. Normalmente se suponía que esta ceremonia tendría lugar en el templo de la capital, Vanhatal.

“- ¡Al frente, saludo!”

Las dos voces sonaron como una. Pensando en todos los que nunca podrían volver a encontrarse, todos los soldados y espíritus saludaron hacia el templo como uno solo. El sollozo de las familias de los fallecidos llegó a oídos de Matthew y Haro como olas.

Cuando terminó la ceremonia, la mayoría de los soldados giraron a la derecha por orden del comandante y se fueron. Pocos, incluidos Matthew y Haro, se quedaron para guiar a los civiles. En ese momento, había tres que iban en dirección opuesta a la multitud. La persona en el frente era la chica pelirroja que los dos conocían muy bien.

“Matthew, Haro. Buen trabajo. Parece que has hecho bien el trabajo.”

“Mis hombros están rígidos … Bueno, apenas … Ustedes terminaron más rápido de lo que esperaba.”

Matthew habló mientras giraba ligeramente los hombros. Al lado de Yatori, Ikta y Torway se encogieron de hombros.

“Solo fuimos llamados como extras para la corte marcial. Bueno, nos aseguramos de que alguien haya terminado, así que no te preocupes.”

“¿Esta?”

Matthew hizo un gesto con el pulgar sobre el cuello. Ikta se balanceó lentamente y extendió su dedo índice como el cañón de una pistola.

“Es esto. Dado que el pelotón de fusilamiento es la tradición imperial. “Ah ~ … ¿Es así como resultó?”

Haro murmuró con un suspiro. Luego Ikta agregó en “Pero”.

“La corte marcial terminó para el soldado Safida, pero aún queda la corte eclesiástica. Ya que los abusos contra los espíritus van contra el canon.”

“Hasta que se reanude la relación diplomática con el cuartel general de Aldera, eso probablemente se retrasará. No creo que sea probable que reciba una pena capital en la corte eclesiástica, pero ¿qué sucede si lo hace? No pueden ejecutar a la misma persona dos veces.”

“Hay precedentes. Aunque realmente no quiero pensar en eso.”

El chico de cabello negro se encogió de hombros. Torway, que estaba seguro de reflexionar sobre la “precedencia” rápidamente cambió de tema.

“T, este templo es extraño, no importa cuántas veces lo vea.”

Torway habló mientras miraba la estructura que tenía delante. Lo que estaba allí era un monumento de octágono de plata opaco. Su ancho era de 40 metros, longitud de 80 metros y altura fácilmente de 20 metros. En la parte superior había una pancarta con una sola estrella que denota la Iglesia de Aldera.

“No puedo ver ninguna abertura en la pared. Escuché que está hecho de algo realmente fuerte que no se abollaría incluso con una bala de cañón … ¿Cómo esculpió el dios algo así?”

“Tal vez el dios simplemente usó una tijera y pegamento.”

Haro abrió y cerró los dedos para imitar una tijera. Ikta se llevó las manos a la cintura y suspiró antes de hablar.

“Es la teoría del doctor Analai que cualquier material puede ser procesado usando una temperatura o presión adecuadamente altas. Si esta pared es realmente metal fundido, entonces se habría hecho con un horno extremadamente caliente que no se puede comparar con los que están en este momento.”

“Hmm, un horno favorecido por el dios.”

“Creo que solo los humanos usan el horno, pero … de todos modos.”

Después de mirar con recelo la estructura sagrada en la que solo los sacerdotes podían entrar, Ikta miró en la otra dirección. Al final, estaba la sala de reuniones solo para el personal de comando al que habían llamado él, Yatori y Torway.

“Me preocupa el Capitán Sazaruf que dejamos atrás. A estas alturas ya debería estar hablando sobre el tema de la tribu Shinark con el personal de comando. Espero que le vaya bien…”

Matthew de repente hizo una expresión ambigua. Yatori tranquilizó a los dos que eran ambivalentes sobre la situación.

“Confía y déjaselo a él. Ya sabes por esta guerra que el capitán es una persona confiable.”

“Supongo que tienes razón. Es por eso por lo que le confié el trabajo … Pero la razón por la que estoy ansioso es que no sea el capitán.”

Todavía mirando a la dirección de la sala de reuniones, Ikta continuó con los labios torcidos.

“No habría un problema solo con el personal de comando … pero hay un zorro mezclado entre ellos.”

***

Qué petición tan repentina y llamativa. Ese fue el sincero pensamiento de los oficiales de alto rango sobre la solicitud de Sazaruf.

“Mayor Sazaruf. Eres uno de los héroes de la Guerra del Norte, y por eso tienes una brillante carrera por delante. Por supuesto, eso no se puede negar…”

Uno de los principales generales habló en tono de reprensión. Pero sus ojos tenían un destello de desilusión.

“Pero, aun así. ¿No es su solicitud por la línea? No creo que lo sepas, pero un regimiento es el tamaño de unidad más grande utilizado durante el tiempo de paz. Lo que dijiste no es diferente de pedir que te den tu propio ejército…”

“Esa solicitud está fuera de lugar, pero, además, ¿no crees que es inapropiado preguntar algo así en este lugar? Estamos aquí para discutir sobre los refugiados de la tribu Shinark, no sobre sus recompensas.”

Cada personal general expresó sus críticas. Sazaruf esperaba que sucediera algo como esto, pero sentía que le dolía el estómago.

“Esto es desafortunado, mayor Sazaruf. Pensé que eras una persona más humilde y sabia.”

En medio de las críticas, hubo un sonido de alguien riéndose con la boca cerrada. En ese momento, la atención de cada oficial de alto rango cambió de él a otro lugar. El único hombre no militar en la sala estaba sentado al lado de los tenientes generales.

“…Canciller, ¿qué es tan gracioso?”

Uno de los principales generales preguntó en voz baja. La persona que recibió la pregunta, sin embargo, no dejó de reír.

“¡No, no, no, no, no, NO! ¡Recompensas y premios, me parece divertido que todos hablen de algo que no encaja en esta conversación!”

Fue una risa mordaz hacia todos los oficiales de alto rango que criticaban a Sazaruf.

“Ah, Mayor Sazaruf, ¿debería decirles en su lugar? Ah, muy lamentable. Pensé que todos en el Alto Mando Militar del Imperio eran hombres más humildes y sabios.”

“¡Qué estás tratando de decir!”

Uno de los principales generales levantó la voz y golpeó la mesa con el puño. Esa acción solo provocó más risas del hombre.

“¿Qué estoy tratando de decir? Fu, fufufu, ¿qué estoy tratando de decir …? Deberías haberte hecho esa pregunta antes de dar una conferencia que no encaja en este lugar.”

Los oficiales de alto rango se impacientaron ante la actitud del hombre de despreciar a los demás. La atmósfera se volvió más hostil por el segundo y el general Remion se vio obligado a mediar.

“¡Orden, orden! Esta no es la asamblea. ¡No tenemos tiempo para discusiones mezquinas! ¡No es solo la tribu Shinark la que toma esta decisión!”