Jinrou E No Tensei Maou no Fukukan (NL)

Volumen 4: La Princesa de la Guerra

Capitulo 4: Una Vez que Tengamos a Meraldia en Nuestra Manos

Parte 20

Los soldados de Rolmund que habían sido enviados a tomar el mando de la invasión de la puerta este estaban entrando en pánico.

“¡O-Oigan, esperen! ¡No han cumplido su contrato!”

Los mercenarios negaron con la cabeza.

“Sentimos romper el contrato, pero somos mercenarios meraldianos. Si nos quedamos y luchamos aquí, nunca podremos volver a trabajar en Meraldia y eso sería un problema para nosotros.”

En ese momento, los soldados de Rolmund se enojaron.

“¡Si planean huir antes de que comience la pelea, entonces no deberían haber venido!”

“Tienes razón ahí.”

El mercenario capitán sonrió amargamente, luego chasqueó los dedos. Al instante, los mercenarios circundantes apuntaron sus ballestas a los soldados de Rolmund.

“¿Qué?”

Sonriendo, el capitán mercenario dijo, “¿Saben? Siempre podemos matarlos aquí y llevar sus cabezas a la Mancomunidad por una recompensa.”

Otro capitán mercenario agregó, “Pero, por supuesto, no lo haremos. También les devolveremos el dinero que nos pagaron y les daremos un poco más como una disculpa por incumplir nuestro contrato. Así que confórmense con eso.”

La implicación no dicha era que, si los soldados de Rolmund no estaban satisfechos, los mercenarios los matarían aquí y ahora. Había solo unos pocos soldados de Rolmund aquí, así que no tenían más remedio que aceptar tranquilamente las condiciones de los mercenarios.

“¡Bien, hagan lo que quieran, cobardes!”

“¡Esas son palabras de alabanza para nosotros, mercenarios meraldianos! ¡Nos vemos, puritanos de Rolmund!”

Sonriendo, los mercenarios montaron sus caballos y se retiraron.

***

Casi al mismo tiempo, un grupo de nómadas a caballo observaban la ciudad de Ryunheit desde lo alto de una colina cercana.

“Detengan los tambores. Los mercenarios se van.”

A la orden del observador, el grupo se detuvo.

“¿Estás seguro de que eso es suficiente? Si es por sir Aram, podemos continuar toda la noche.”

“No, nuestro trabajo aquí está hecho. Guarden las banderas de Lotz. Las tomamos prestadas del viejo Petore, así que, si las ensuciamos, tendremos que responder a él.”

Bajo las órdenes de Aram, los nómadas habían fingido ser el ejército de Lotz para que los mercenarios se retiraran.

“Con esto, sir Aram recibirá a nuestros jóvenes inmigrantes nómadas con los brazos abiertos. Es un hombre de palabra.”

“Así es como es él. De acuerdo, volvamos y demos nuestro informe. Espero con ansias el estofado de cordero al que seguramente nos invitará.”

Después de confirmar que los mercenarios habían abandonado el campo de batalla, los nómadas espolearon sus caballos y se dirigieron hacia Shardier.

***

Dejé a la soldado inconsciente de Rolmund al cuidado de las fuerzas marines beluzanas.

“Lo siento, pero ¿pueden cuidar de los prisioneros por mí?”

“¡Entendido, jefe! ¡Oigan, que alguien me traiga un poco de agua y un paño!”

“Toma, traje tus mantas.”

A pesar de su atuendo de delincuentes, los hombres de Garsh eran bien disciplinados. Debería haber imaginado que ese fanfarrón me había dado sus mejores tropas. Decidí curar a los sobrevivientes enemigos heridos y mantenerlos cautivos como prisioneros de guerra. A este ritmo, terminaría capturando la mitad del cuerpo de magos. Todos ustedes serán excelentes rehenes. Sonreí y giré un anillo comunicador que le había quitado a uno de los soldados entre mis dedos.

“¡Capitán, es él! ¡El hombre lobo negro!”

“¡No dejes que se acerque!”

Al interceptar las comunicaciones del enemigo, acorralé fácilmente su “tercer batallón de caballería ligera”. Ellos eran los que montaban esas grandes aves. Su movilidad había estado causándole problemas a las tropas beluzanas, pero como podía escuchar toda su comunicación, fue fácil para mí cortarles el paso. Allí están.

“¡¿Qué le pasa a este tipo?! ¡¿Por qué no se muere?!”

“¡Disparen! ¡Disparen todo lo que tengan!”

Las balas de luz vinieron a mí una tras otra. Sería un problema si algunas balas me erraran y golpearan casas o personas cercanas, así que extendí mis manos.

En mi mente, las imaginé convirtiéndose en un poderoso vórtice y las balas fueron absorbidas por mis palmas. Naturalmente, no me hicieron daño y solo restauraron mi mana. Sin lugar a dudas, definitivamente heredé parte de los poderes de la Maestra. 

Podía sentir al científico interior en mí con ganas de experimentar, pero lidiar con estos enemigos era lo primero.

Me lancé mis mejores hechizos de fortalecimiento, sin preocuparme por el costo de mana y corrí hacia adelante a toda velocidad. Normalmente, estos hechizos drenaban mi mana demasiado rápido para ser viables en combate, pero en este momento el enemigo me estaba proporcionando recargas gratuitas.

“¡¿Él desapareció?!”

No desaparecí. Estoy justo detrás de ustedes, chicos. El incidente con esa chica antes me había demostrado que los soldados de Rolmund no se rendirían. Así que salté a la mitad de la formación enemiga y desaté un Soul Shaker de gran potencia. Debido al exceso de mana que tenía en este momento, su poder se amplificó más de lo que esperaba.

“¡¿Waaah?!”

“¡¿Gah?!”

“¡Ngh!”

Los soldados salieron volando hacia atrás junto con sus monturas y al instante perdieron el conocimiento. Las ondas de sonido sacudieron los edificios cercanos y rompieron sus ventanas de vidrio. Maldición, no estaba tratando de destruir mi propia ciudad. Por alguna razón, a pesar de que todos los soldados se habían desmayado, todavía podía escuchar una voz que provenía de algún lugar.

“…cuchas?! ¡Tienen permiso para retirarse! ¡Salgan de inmediato!”

Era la voz de Eleora y venía del comunicador. Vertí mana en el anillo de mi mano y dije, “La tercera división de caballería ligera ha sido eliminada. Tú eres la siguiente, princesa Eleora.”

“¿Eres tú, Rey Negro de los Hombres Lobo?”

Me reí en el comunicador.

“Ahora bien, veamos hasta dónde puedes correr. Déjame disfrutar de esta caza.”

Sin esperar una respuesta, corté el suministro de mana del anillo. La razón por la que la había provocado así era para aprovechar su personalidad. Sabía que ella valoraba a sus subordinados más que nada. Hasta el punto de que fue perjudicial para su planificación.

No solo había perdido a la mayoría de sus tropas, sino que su ataque a Ryunheit también había fracasado. Si, en una situación como esta, el general enemigo le dijera que corriera, sabía que correr era lo último que haría. Normalmente, esas provocaciones baratas no la desconcertarían, pero en este momento era probable que la agitaran lo suficiente como para que lo hicieran.

Por lo que pude ver, la batalla en el lado oeste de Ryunheit estaba decidida. Los enemigos en el lado este ni siquiera se habían molestado en atacar todavía y los Caballeros Azure de Baltze estaban vigilando esa puerta de todos modos. El asalto inicial del enemigo había sido rechazado. Ya había enviado mensajeros a las ciudades circundantes también. A la mañana siguiente, llegarían sus refuerzos.

Una vez que eso sucediera, incluso Eleora optaría por retirarse. Sus fuerzas se habían infiltrado en la ciudad en escuadrones de 20 y, por lo que podía decir, los escuadrones del 2 a 5 habían sido derrotados o se habían retirado. Pero aún no había encontrado al escuadrón 1.

***

Salí corriendo de la puerta oeste y me dirigí hacia el bosque. Mis sentidos se agudizaron con magia y podía captar rastros de mana desde una distancia mucho mayor de lo normal.

Como las tropas de Eleora usaban armas mágicas, necesitaban tener reservas de mana más grandes que un soldado promedio.

Y si 20 de ellos estaban todos juntos, rastrear su ubicación era pan comido. Si bien no tenía nada que temer de sus Blast Canes, todavía estaba un poco nervioso de caminar hacia una emboscada compuesta por 20 élites. Dicho esto, si no tenía a nadie a quien proteger, probablemente podría manejarlo por mi cuenta.

Como era de esperar, encontré a Eleora de inmediato. Estaba sentada encima de una roca en uno de los claros del bosque. A su alrededor, podía sentir hostilidad y mana. Había 18 soldados escondidos en los árboles y detrás de los arbustos. Con cautela, me acerque a Eleora.

“Eleora, no tiene sentido intentar una emboscada.”

Ella sonrió con amargura.

“¿Así que te diste cuenta?”

“A menos que tus tropas puedan aguantar la respiración y hacer que su olor sea el mismo que la tierra a su alrededor, no hay forma de escapar de mis sentidos.”

Sorprendentemente tranquila, Eleora preguntó, “Entonces, ¿por qué no me has matado todavía?”

“Por qué, de hecho…”

Podría matarla cuando quisiera, pero matar a una princesa imperial sería un problema diplomático bastante grande. Frunciendo el ceño, Eleora escupió, “Si no planeas matarme, ¿por qué no me pides que me rinda?”

Sonreí.

“¿Cuál es el punto de preguntar, cuando ya sé que no tienes intención de hacerlo?”

La mujer soldado de antes había intentado suicidarse en el momento en que se dio cuenta de que había perdido. Mi suposición era que a los soldados de Rolmund se les prohibió dejarse capturar. No importa lo que tuvieran que hacer, no se dejarían convertir en prisioneros de guerra. En cuyo caso, era obvio que su líder tampoco se rendiría. Y como había predicho, Eleora asintió.

“Incluso una princesa, no especialmente una princesa no puede darse el lujo de rendirse. Esa opción no está disponible para mí.”

“Entonces tendré que capturarte por la fuerza. No te dejaré suicidarte.”

Eleora suspiró con resignación.

“Realmente no tengo ningún derecho a elegir, ¿verdad?”

Ella tiró su Blast Cane y sable y se puso de pie. Lentamente, ella se acercó a mí.

“Rey Negro de los Hombres Lobo.”

“¿Qué?”

“Admito la derrota. Tú ganas.”

Después de aceptar su derrota, Eleora parecía estar en paz consigo misma. Luego dijo, “Como yo, eres un invasor. Pero parece que tu calibre supera con creces al mío.”

Negué con la cabeza

“Eso no es cierto. Tuve suerte.”

Eso era cierto. Tuve la suerte de tener una maestra tan competente y hombres tan excelentes. Incluso tuve la suerte de ser emparejado con el oponente adecuado. Nada de esto se logró solo con mi poder. Eleora suspiró.

“Si dejas de lado tu victoria como suerte, ¿no me convertirías en una perdedora aún más patética?”

Eso dices, pero… Después de pensarlo unos segundos, se me ocurrió una respuesta que podría satisfacerla.

“Si realmente hay una diferencia entre tú y yo, es que vine aquí con la intención de integrarme en su sociedad, mientras que tú viniste a imponerles la tuya.”

Eleora pareció aturdida por un segundo, pero luego ella asintió en comprensión.

“Ya veo… así que fue eso.”

Era cierto que había invadido mi primera ciudad, pero a partir de ese momento hice todo lo posible para asegurarme de que aquellos a quienes había conquistado estuvieran satisfechos con mi gobierno y no tuvieran ninguna razón para guardar rencor contra mí. Eleora dio unos pasos más hacia mí. Estábamos lo suficientemente cerca como para sentir el aliento del otro en nuestras caras.

“Así que al final, tu calibre realmente supera al mío. Gracias por la valiosa lección.”

Ella sonrió gentilmente, algo triste.

“Pero debo decir, Rey Negro de los Hombres Lobo, estoy bastante cansada.”

Mientras ella hablaba, un tornado de fuego se levantó alrededor de nosotros dos. ¡Ella había convocado llamas con magia! Dentro de este velo ardiente del purgatorio, la sonrisa de Eleora se hizo más grande. Era una sonrisa genuina, libre de las cargas y presiones de su posición.

“¿Sabes? Soy una maestra de la magia de destrucción. Si no estoy preocupada por mi propia seguridad, incluso puedo lanzar hechizos como este. Te acompañaré al infierno, Rey Negro de los Hombres Lobo.”

Maldita sea, ella no está bromeando. Estas llamas se sentían tan caliente como el fuego normal para mí. Tenía sentido. Una vez que la magia de destrucción inducida provocara una fuerza física, esa fuerza seguiría las leyes normales de la física.

Lo que significa que estas llamas pueden haber sido convocadas a través de la magia, pero eran llamas normales. Podía absorber mana, pero a diferencia de la Maestra, no podía absorber otras fuentes de energía como el calor. Esto no es bueno.

Satisfecha, Eleora cayó al suelo, inconsciente. Ella todavía llevaba esa sonrisa en su cara. Esta princesa está realmente loca. Un momento, este no es el momento para elogiarla. Si no hacía algo rápido, también moriría. Desafortunadamente, no conocía ninguna magia que pudiera disipar un fuego como este.

El tornado de fuego se unió, formando una pared que me bloqueaba por todos lados. No tenía forma de saber qué estaba pasando afuera. Y era demasiado arriesgado intentar saltar a las llamas.

Sin embargo, no estaba completamente indefenso. No había estado entrenando con la Maestra por más de 10 años por nada. La magia de fortalecimiento tenía algunas maneras de lidiar con el fuego. Podría aumentar mi resistencia al calor mientras suministro oxígeno a mis pulmones con magia y forzar mi paso.

Siempre precargaba al menos un hechizo anti-fuego antes de cualquier batalla también. Lancé un hechizo de resistencia al calor tanto en mí como en Eleora, luego lancé el hechizo que permitía a las personas respirar bajo el agua sobre nosotros.

Los pulmones de Eleora probablemente se quemarían por el calor del aire, así que conjuré magia curativa en ellos también.

Todos estos hechizos consumían grandes cantidades de mana, pero tenía mucho de sobra. Lamentablemente, los hechizos que lancé solo surtían efecto en los organismos vivos. Lo que significa que no podría salvar la capa de Eleora. Por supuesto, ese era un pequeño precio a pagar.

“¡Su Alteza! ¡Su Alteza!”

Escuché una voz de pánico que salía de su arete. Debe ser uno de los soldados esperando en la emboscada. Si tiene uno de sus anillos, probablemente sea alguien en quien confía.

Me acerqué a la oreja de Eleora y declaré, “La princesa Eleora ha perdido el conocimiento, pero sigue viva. Sin embargo, yo, el Rey Negro de los Hombres Lobo, Veight, la he tomado prisionera. Si valoran su vida, entonces no intenten huir o suicidarse. Ríndanse de inmediato.”

Con esto, los soldados de Rolmund probablemente se rendirían obedientemente. Tenía la esperanza de ello.