Ore dake Ireru Kakushi Dungeon (NL)

Volumen 5

Capitulo 6: La Personita Y La Copia

Parte 2

Nos sentamos un rato, comiendo bocadillos y charlando sobre todo y nada: cómo la nueva riqueza de mi padre le estaba ganando más influencia y quién estaba saliendo con quién en Odin. Pero después de aproximadamente una hora, Lola se puso de pie de repente.

“¡Espera! ¡No vine solo para comer bocadillos y charlar! ¡Vine aquí para ayudarlo a salvar a la Sra. Olivia!”

Emma frunció el ceño. “¿Olivia? ¿De qué estás hablando?”

“Lo siento, Emma,” dije. “No he tenido la oportunidad de contártelo todavía”. Le di una descripción general rápida y le expliqué por qué necesitaba llegar al piso quince con tanta urgencia.

“¡Oh, entonces yo también ayudaré!” Dijo Emma. “¿Que necesitas?”

“Sí, sí, puedes ayudar otro día”, dijo Lola. “Hoy es mi turno”.

Ella tomó mi mano e intentó arrastrarme lejos, pero Emma agarró mi otra mano para detenerla.

“No sé lo que estás haciendo, Lola. Pero sea lo que sea, lo estás haciendo aquí”.

“Oh, bueno, en ese caso… ¡Si estás seguro, quiero decir!”

Sin esperar su respuesta, Lola rápidamente sacó una venda en los ojos y me la puso. Espera, ¿cuánto tiempo había estado planeando esto? Daba un poco de miedo no poder ver nada, y había algo cálido presionado contra mis mejillas, probablemente las manos de Lola.

“Sólo relájese, Sr. Noir. No tienes nada que temer. ¡Acabo de tener una idea para un pequeño juego para ganar LP! Emma, ¿te gustaría unirte?”

“S-Seguro”, dijo Emma. “Aunque… ¿qué estamos haciendo?”

Ambos escuchamos mientras Lola explicaba las reglas. Una de ellas escondía una galleta en algún lugar de su persona y yo tenía treinta segundos para encontrarla. Y, debido a la venda de los ojos, tendría que confiar en mis otros sentidos para hacerlo, mientras los dos intentaban desviarme. Si no encontraba la galleta a tiempo, podían tocarme donde quisieran. Eso no me pareció un gran castigo, pero ¿quién era yo para discutir?

“¿Qué?” dijo Lola. “¿Vas a ponerlo ahí?”

“No te preocupes”, respondió Emma. “Él nunca lo resolverá”.

¿De qué estaban hablando? Ojalá lo estuvieran escondiendo en algún lugar que no fuera demasiado embarazoso: un bolsillo, por ejemplo, o la cintura de su atuendo.

“¡Okay!” Lola dijo alegremente. “¡Estamos listas! ¡Ven y cógelo!”

Di un par de pasos vacilantes hacia adelante y extendí mis manos. Mis dedos se hundieron en algo blando.

“¡Eeep!”

Emma hizo un sonido extraño y me aparté. “¡Perdón!”

“Oh, vamos”, dijo Lola. “En cualquier lugar es juego limpio, ¿recuerdas? Tu único enemigo es el tiempo”.

Traté de recordar lo que llevaba Emma y pensar en lugares donde podría haberlo escondido.

Por supuesto, podría haber estado en algún lugar entre su ropa y su piel desnuda, pero también podría tenerlo debajo de su pie o metido en una de sus manos. ¡Vaya, esto fue mucho más difícil de lo que esperaba! Empecé a buscar alrededor de la cintura de Emma.

“Oh, Noir, eres tan…”

“¿Está seguro de que no está perdiendo el tiempo allí, Sr. Noir?” Preguntó Lola. “Quiero decir, Emma no es la única aquí, ¿sabes?”

Ella tenía razón. Quizás ella tenía la galleta. Me acerqué a Lola y comencé a revisar sus manos. Nada. ¿Tenía bolsillos en la ropa? Revisé alrededor de su estómago.

“Te daré una pista”, dijo Lola. “Está a unos veinte centímetros por encima de donde estás tocando en este momento, pero no diré si lo tengo o si Emma lo tiene”.

Se me estaba acabando el tiempo, así que me acerqué a los dos al mismo tiempo. Aproximadamente veinte centímetros por encima de donde había estado tocando estaba… algo cálido y redondo que no encajaba del todo en mi mano. Me sonrojé.

“Espera, ¿está en algún lugar de tu pecho…?”

“¡Oh, señor Noir!” Lola bromeó. “¡Eres tan atrevido!” Ella se estaba divirtiendo con esto.

“Te daré otra pista”, dijo Lola. “Está cerca del activo más desarrollado de Emma. No lo pienses demasiado. Ve con tu instinto”.

“Así que está… en algún lugar de su pecho”.

“¡Perdóneme!” Emma se mordió. “¡Creo que te refieres a mi cerebro!”

Maldita sea, ¿dónde estaba? Fue entonces cuando me di cuenta: se les permitió mentir. La galleta probablemente estaba muy lejos de la dirección en la que me llevaban. Me agaché y comencé a buscar por el suelo.

“¿N-Noir?” Preguntó Emma.

“¿Está debajo de tu pie?” Yo pregunté. “¿O en tu calcetín?” Palmeé sus pies.

“Ya sabes”, dijo Lola. “Si miras hacia arriba ahora, podrías ver nuestras bragas”.

“¡Tengo los ojos vendados, Lola!”

Y peor que eso, me equivoqué al pensar que estaba alrededor de sus pies. “Se te acabó el tiempo”, dijo Lola.

Derrotado, me puse de pie y me quité la venda de los ojos, solo para ver la galleta justo encima de la cabeza de Emma.

“Espera, ¿de verdad?”

“¡Ugh, incluso te di una pista!” Emma se quejó.

Ella tenía razón. Había perdido porque no había tenido fe en mi amigo más querido.

“Pero fue estimulante, ¿verdad?” Preguntó Lola.

¡Oh, es cierto! Había ganado… ¿800 LP? Parecía que la venda había añadido otra capa de emoción.

“Está bien, Noir, pierdes”, dijo Emma. “Es hora de pagar con tu cuerpo”.

Quiero decir, no estaba exactamente en posición de discutir. Me rendí y me abandoné a ellos. Lola me miró con avidez.

“Creo que voy a ir porque ya sabes dónde”.

“Espera”, dijo Emma. “¿Qué? ¡No puedes!”

“Es gracioso viniendo de ti, Emma”, dijo Lola. “Sé que tú también lo quieres”.

“Yo…”

Emma me miró brevemente y apartó la mirada, sus mejillas enrojecieron como una niña culpable. Mientras tanto, Lola no tenía tales reservas. Ella saltó de inmediato.

“¡Es muy difícil! Vaya, Noir, eso es increíble”.

“Ooh”, dijo Emma, sonando aliviada. “Eso es lo que quisiste decir”. Para ser honesto, también me sentí un poco aliviado.

“¡Señorita Emma!” Lola dijo, fingiendo conmoción. “¿A dónde pensaste que me refería? No me digas que pensaste—”

“¡Yo también lo estoy haciendo!” dijo Emma. “Siempre he querido. ¡Oh! ¡Es duro como una roca! ”

Argh, dos mujeres hermosas me están tocando, pero por alguna razón, me siento sucio. ¿Por qué es eso, oh, Gran Sabio?

<Yo que sé.>

Supongo que algunas cosas estaban incluso más allá de él. Aunque aparentemente, mi trasero estaba muy firme.

***

Finalmente llegó el momento de abordar el decimocuarto piso. Me dirigí a la mazmorra y usé mi habilidad Elevador de Mazmorra para ir directamente allí. Realmente no le había prestado mucha atención la última vez, pero ahora podía ver que era un pasillo recto con un letrero al final. Más allá, el camino se dividió en cuatro caminos, cada uno con un número escrito en el suelo.

Las pruebas más allá de este punto variarán, decía el letrero. Si es parte de uno, tome el primer camino. Si son dos, tome el segundo. Si tienes tres, toma el tercero. Si tienes cuatro, toma el cuarto.

Había venido aquí solo, así que supongo que eso significaba que debería tomar el primer camino.

El pasillo se alejaba de mí, pero era muy largo.

Debí haber caminado durante quince minutos cuando el pasillo comenzó a sentirse diferente. Había un giro en el camino delante de mí con otro letrero en la pared.

Hice una pausa muy corta y utilicé la Agudeza Visual Variable para ajustar mi vista lo suficiente como para leerlo. Después de todo, era mejor prevenir que curar. No quería que ningún enemigo me atacara.

No mates a uno solo, dijo este. Si lo hace, tendrá que empezar de nuevo.

Me pregunto qué significa eso. Me apresuré hacia adelante y miré a la vuelta de la esquina. La vista al otro lado me dejó sin aliento. Todo el pasillo se estaba moviendo.

O al menos, algo se movía sobre él. Había serpientes en el suelo, arañas y lagartijas por todas las paredes y una especie de insectos negros en el techo. Había tantos de ellos que no podían ver las superficies debajo. De vez en cuando, los insectos se caían y salpicaban el suelo como lluvia negra.

Un escalofrío recorrió mi espalda. No tenía miedo de algunos errores, pero esto era mucho más que unos pocos. Retrocedí unos pasos para recomponerme.

“Supongo que tendré que asarlos… espera…”

El letrero decía no matar a uno solo. ¡¿En serio?! ¡Eso fue imposible! Si me acercaba a ellos, estaba obligado a pisar algo. ¡Ni siquiera podría apartarlos de una bofetada si treparan por mis piernas! ¿Estaba destinado a hacerme amigo de ellos? No estaba seguro de poder manejar eso.

Me quedé allí durante mucho tiempo, tratando de pensar en alguna habilidad que pudiera hacer que me ayudara, pero seguía quedándome en blanco. Aun así, el fracaso no me iba a matar, así que por curiosidad fui y pisé un insecto para ver qué pasaba.

“Hngh…”

Una extraña sensación se apoderó de mí, como caer desde una gran altura. El mundo se distorsionó y, cuando se aclaró, yo estaba de pie en otro lugar.

“¿Regresé al comienzo del piso? Urgh, realmente no puedo salirme con la mía matando a ninguno de ellos…”

Por alguna razón, eso me hizo sentir completamente desesperado. Me dejé caer al suelo y suspiré. No había forma de que pudiera hacer esto. Al final, llevé el Elevador de Mazmorra al segundo piso.

<¡Dun dun duuuuun! ¡Noir ha llegado!>

“Me alegro de que estés de buen humor. Estoy atascado.”

<Oooh, ¿y has venido aquí para descansar la cabeza en el pecho de tu querida Olivia? Cuéntame que pasó.>

No estaba seguro de esa primera parte, pero le expliqué la situación con la esperanza de que ella pudiera ayudar.

<¿Quizás podrías probar algún tipo de armadura? Oh, pero supongo que podrían meterse dentro de las articulaciones o algo así.>

“Exactamente, y no hay forma de que pueda caminar por el pasillo sin matar a uno solo. ¿Quizás podría ponerlos en animación suspendida primero? ¡Pero hay tantos! No estoy seguro de si eso sería posible”.

<Entonces, ¿por qué no eliges un camino diferente la próxima vez?>

Preguntó.  <O  pídale  ayuda  a  uno  de  sus  amigos.  Tienes  amigos, ¿verdad?>

“Los tengo, pero realmente no quiero traerlos aquí. Es tan peligroso”.

<Sé cómo te sientes, pero debes confiar en tus amigos. Nunca tuve a nadie en quien pudiera depender. Puedes elegir vivir de otra manera, Noir.>

Asentí vagamente y salí de la mazmorra.

¿Olivia nunca había tenido a nadie en quien apoyarse? Tal vez por eso había terminado atrapada en esas cadenas… No importa lo fuerte que fueras, si no tuvieras a nadie que te cuidara las espaldas, nunca bajarías la guardia. Y Olivia era cientos de veces más poderosa que yo, pero bueno.

Probablemente tenía razón. Lo mejor era buscar ayuda. Aun así, quería tomar un poco de aire fresco y masticar cosas de camino a casa, así que me detuve en Arrone Plains.

Mientras caminaba por la hierba, vi a alguien luchando contra un monstruo. La ropa roja del luchador realmente se destacó.

Desde millas de distancia, podía decir que era Emma, enfrentándose a una gran liebre. Había tenido muchos problemas con ellos antes, pero ahora los cortaba como mantequilla. Corre Como el Viento hizo que sus pies fueran mucho más ligeros. Tenía a su oponente envuelto alrededor de su dedo meñique mucho antes de usar su característico Golpe de viento para volar su cabeza en pedazos.

“¡Sí!” La animé. “¡Perfectamente ejecutado!”

Me acerqué y la comprobé con Ojo Perspicaz. Ella ya había subido un nivel desde la última vez que verifiqué. Ella estaba en el nivel 69 ahora.

“¿Qué estás haciendo aquí?” ella me preguntó.

“Me quedé atascado en algo en la mazmorra”, dije. “Pensé que un cambio de escenario podría ayudar”.

“Bueno, al menos puedes relajarte aquí. No hay monstruos en la zona”.

“Ya no, al menos,” dije, mirando a la liebre muerta.

Nos adentramos un poco en la hierba y nos sentamos a contemplar la puesta de sol. La brisa era cálida y ligera y el cabello rubio de Emma bailaba en ella. Ella era tan hermosa en la larga luz dorada. No es de extrañar que tuviera tantos admiradores. Debo haber gastado toda mi suerte solo para crecer con ella.

“Sé que quieres salvar a la Sra. Olivia”, dijo Emma. “Pero no te esfuerces demasiado, ¿de acuerdo?”

“No te preocupes. Sabes que soy un cobarde”.

Emma negó con la cabeza. “Sigues diciendo eso, y tal vez eres cauteloso cuando eres solo tú, pero he visto que te vuelves realmente imprudente cuando alguien más necesita tu ayuda”.

Realmente nunca lo había pensado de esa manera. ¿Me había equivocado conmigo mismo todo este tiempo?

“No olvides que me tienes”, dijo Emma. “Siempre estoy aquí si necesitas a alguien”.

Me hizo sentir todo cálido y confuso al escuchar eso. Extendí la mano y la abracé.

“¿Paso algo?” ella preguntó.

“Quiero que vengas a la mazmorra conmigo”, murmuré en su cabello. “Te juro que me aseguraré de que estés a salvo”.

“Noir… Por supuesto que vendré. ¡Sabes que iría hasta los confines de la tierra por ti! ”

“Gracias.” La apreté un poco más fuerte.

Ahora que estaba decidido, no había tiempo que perder. Decidimos en ese mismo momento que, la próxima vez que tuviéramos un descanso, nos dirigiríamos a la mazmorra.

Cuando llegó el día, nos dirigimos juntos. Emma hizo una pausa mientras recitaba la contraseña.

“¿Es así como entras?” ella preguntó. “¡Es casi como si estuviera escrito para ti!”

“Sí, supongo que lo es”.

Quería presentarle a Olivia, pero decidí dejar eso para más tarde. En cambio, tomé a Emma en mis brazos y usé el Elevador de Mazmorra para llevarnos al decimocuarto piso.

“Tomé el primer camino antes”, le expliqué. “Tomemos el segundo esta vez”.

“¡Seguro! ¡Estoy deseando que llegue!”

“Yo también.”

Nos sonreímos el uno al otro.