Otomege Sekai wa Mob (NL)

Volumen 6

Capítulo 8: Bandera de Piratas del Cielo

Parte 1

Cuando Louise abordó la gran aeronave, fue Serge quien la saludó. Con el ceño fruncido, él observo la figura de Louise.

—Es un traje muy animado para un sacrificio.

El traje de Louise era un vestido blanco puro como ofrenda al Árbol Sagrado. Dependiendo de cómo se mire, este parecía un vestido de novia.

—… ¿Por qué estás aquí?

Lo que sorprendió a Louise no fue que Serge la saludara, sino que Serge estuviera a bordo en la gran aeronave.

Era extraño que Serge, el heredero, estuviera aquí, ya que podía ser involucrado si algo salía mal.

Serge, con una lanza en la mano, estaba vestido como si estuviera a punto de ir a una batalla.

—Solo intento asegurarme de que no escapes.

—Eres un verdadero imbécil. ¿Crees que entraría aquí y luego huiría?

—No lo harás ya que vas a ver a tu hermano favorito, ¿no?

Louise levantó su mano derecha en respuesta a la ridícula actitud de Serge, y Fernand la agarró del brazo para detenerla.

—Deténganse ustedes dos. Serge, estás siendo muy grosero. Con la intervención de Fernand, Louise ignoró a Serge y se alejó. Los guardias la siguieron, y Fernand se sintió aliviado al verlos.

—Estaré vigilando desde la retaguardia. Si pasa algo, vendré corriendo. Mientras Fernand se alejaba, Serge habló significativamente con él.

—Prepárate para luchar. Fernand, los del Reino vienen. Fernand miró hacia atrás mientras se detuvo.

—Parece que también piensas que él vendrá.

—Sí, él vendrá y entrará.

Con todo eso dicho, Serge también se movió. Y entonces murmuró para sí mismo.

—Vamos, estoy listo para ti. Conozco tu debilidad.

***

Cuando la gran aeronave partió, un acorazado aéreo militar partió después para escoltarla. En la parte trasera, se podía ver la flota liderada por Fernand.

Las aeronaves ascendieron hacia la cima del Árbol Sagrado, las copas del árbol.

Cerca de la habitación donde Louise estaba, Serge y los representantes de las seis familias la esperaban.

Serge estaba sentado en su silla, revisando sus armas. Esas eran las armas que Ideal había preparado.

Hugh estaba mirando con interés.

—Es un arma muy inusual. ¿ Dónde lo encontraste? Todos aquí sabían que Serge era un aventurero.

Así que él pensó ligeramente que Serge había encontrado un objeto perdido. Narcisse también se acercó y miró las armas de la mesa.

Serge le dio permiso para que sostenga la lanza.

—¿¡Es tan ligero!? ¿Es el mismo tamaño y peso?

—Ligero pero robusto.

La punta de la lanza tenía una forma que permitía cortar, y la figura de la pistola que sostenía Serge era inusual.

Esas eran las armas que tenía preparadas por Ideal.

—También he preparado unas para ustedes. Úsenlas como deseen.

Hugh cogió una de las armas, pero su miedo a Leon y los demás no había desaparecido.

—¿Estás seguro de que puedes derrotarlo con estas armas? ¡Mierda! ¿Por qué está viniendo ese tipo? ¡Normalmente no vendría!

Como noble, Hugh no lo entendía realmente, ya que no había razón para que Leon se obligara a rescatar a Louise.

Narcisse no agarró el arma.

—Una vez entré en un calabozo con ellos y eran unos chicos sorprendentes. Daba miedo no saber lo que iban a hacer. Realmente eran salvajes.

Narcisse ya había explorado antes con Leon, y recordar ese momento le hizo pensar en todo eso.

—Creo que son excelentes. Creo que son buenos como aventureros y como caballeros. Cuando Hugh escuchó eso y se asustó, pero se hizo el fuerte.

—Pero somos impotentes ante la bendición del Árbol Sagrado. La única persona de la que debemos tener cuidado es el Conde Baltfault. ¿No estás de acuerdo, Loic? Porque tú lo entiendes mejor que nadie.

Hugh guardó su pistola en su funda mientras expresaba su disgusto hacia Loic, que fue derrotado por Leon.

Con la espada que había tomado de la casa de sus padres, Loic no tomó el arma que Serge había preparado para él.

—Sí.

Emile advirtió a los cuatro, que creían que solo debían tener cuidado con Leon, que se preparen.

—El Conde Baltfault tiene el emblema del guardián. No es buena idea que nos distraigamos. Tenemos que tener cuidado de los demás.

Narcisse estuvo de acuerdo, y como el mayor de todos, organizó el lugar.

—Sí. Pero es poco probable que nos ataque. Después de todo, no se beneficiarán en nada al rescatar a Louise.

Todos los ojos alrededor se reunieron para mirar a Serge.

Serge, que apoyó su cuerpo en el respaldo de una silla, aseguró que él definitivamente vendría.

—Vendrá. Me ocuparé de él cuando esté aquí.

Esas afirmaciones hicieron que Hugh se sintiera aun más incómodo.

—Aunque me gustaría que no viniera. Maldita sea, ¿por qué tiene que involucrarse en algo tan innecesario? Louise no es asunto suyo.

Serge se sintió aliviado al ver que Hugh sabía lo aterrador que era Leon.

—No tengas miedo. Las únicas cosas que lo hacen fuerte son su aeronave y su unidad armada. Puño a puño, es un tipo normal. Soy más fuerte que cualquiera de aquí. ¿No es así, Loic?

Loic perdió contra Leon, pero confiaba en que podría vencer a Serge.

Eso es en parte porque Serge hace ejercicio regularmente, pero también porque es muy orgulloso de sí mismo.

Él no quería que lo compararan con Leon, que murió hace mucho tiempo, así que hizo lo mejor que pudo.

Pero nadie lo reconoció, se volvió obstinado y siguió siendo un aventurero.

Entrenó incluso si vomitaba sangre, y continuó desafiando la mazmorra incluso cuando estaba a punto de morir.

Por mucho que fuera a la casa de los aventureros, no tenía intención de perder.

La habitación de Louise no tiene ventanas. Si no puedes identificar dónde está, tendrás que entrar y buscarla en persona, ¿verdad? —Vamos, ven y muéstrate.

El equipo defensivo, que había obtenido de Ideal, evitó que Luxon interfiriera con la ubicación de Louise.

Así que la única forma de que Leon y su equipo ayuden a Louise era abordando la gran aeronave.

Si eso sucedía, él no podría usar su unidad armada. Pelearían cuerpo a cuerpo.

La misma entidad con el mismo nombre y forma… aquí apareció la persona adecuada para matarte.

Hugh miró a Serge, quien sonreía sombríamente, con una mirada asustada. Emile se quejó de Serge debido a eso.

—Parece que piensas que puedes ganar si luchas con él frente a frente, pero lo subestimas.

—¿Qué has dicho?

—Pierre y Loic, todos lo pasaron mal con él. Serge, ¿cómo puedes decir que eres el único que no le pasará lo mismo?

—Eres un pez pequeño que no puede hacer nada, ¡no te hagas el lis… to! Serge lo empujo con sus pies y Emile cayó al suelo.

Narcisse lo detuvo y culpó a Serge por sus acciones.

—¡Serge, detente!

—Es irritante mirar esa cosa. No lo soporto. Además, Lelia no va a ser feliz con alguien como tú… será mejor que me vaya de aquí.

Cuando se mencionó el nombre de Lelia, Emile apretó los dientes y miró hacia abajo. Mientras Serge intentaba despejarse, sonó una sirena.

—“¡Ataque enemigo! ¡Nos ataca el enemigo! ¡Sobre el cielo, una aeronave pirata se acerca! Todos a la cubierta.”

La aeronave se estremeció tan pronto cuando escuchó una ráfaga de voces desde el puente. Narcisse y Hugh cayeron, Serge se agacho.

Loic miró por la ventana.

—¿Qué ha pasado? ¿Y, piratas aéreos? ¿Cómo es posible que en un lugar tan cercano al Árbol Sagrado haya piratas aéreos…?

El área alrededor del Árbol Sagrado es usualmente custodiada por los militares y ningún pirata del cielo podría acercarse a ella.

Era extraño que haya uno en este lugar. Y lo que se oyó fue…

—“Queridos amigos de la República～… Estoy aquí para jugar.”…una voz que era alegre al principio, pero baja al final.

Era la voz de Leon.

Hugh parecía aterrorizado.

—¡V-Vinoooooo! ¡Él ya vinooooo!

Hugh no fue el único que se molestó cuando escuchó la voz de Leon.

Incluso los caballeros y soldados a bordo de la aeronave estaban confundidos por el miedo. La voz de Leon se escuchó aun más.

—“Probablemente se estén preguntando por qué estamos aquí. Estoy seguro de que dirán que no es asunto nuestro. Así que les diré la razón. En realidad, Serge me dio una paliza hace un tiempo. Se suponía que era sobre la historia del sacrificio de Louise… pero recientemente lo recordé y me hizo enojar, así que vine a golpearlo.”

Narcisse estalló en un sudor frío mientras Leon dijo algo escandaloso.

—Estás loco. ¿¡Es por eso que estás aquí!?

Como si hubiera escuchado la voz de Narcisse, Leon continuó hablando.

—“Seguramente por eso estás aquí. Se podría pensar eso. Si alguien más me dijera eso, seguramente me burlaría de ellos también. Pero, saben… ¡No puedo dormir con la almohada en alto si no la reviento y me siento mejor! Así que… juguemos.”

La emisión se cortó en seco.

***

La historia se remonta a unos días atrás.

La persona que me visitó con la idea de rescatar a Louise fue la que fue enviada para organizar las negociaciones con la República.

Me encontré con un hombre en la puerta de la mansión de Marie y mi voz tembló de emoción.

—¡Mentoooooorrrrr!

—Ha pasado mucho tiempo, Señor Leon. He oído que ha estado muy activo.

— ¿Q-Q-Qué está haciendo aquí? ¡Ah, olvídelo, entre! ¡¡Vamos!!

Llevé a mi mentor a una habitación, preparé las hojas especiales de té y lo bebí cuidadosamente.

Mi Mentor es actualmente el director de una escuela en el Reino de Holfault.

No es el tipo de persona que se encuentra en la República porque está de vacaciones. Pero esta vez él ha sido enviado a la República como negociador.

—Pero, Mentor. ¿Por qué está aquí?

—Sólo quería ver su cara antes de irme, Señor Leon.

Pasa tomándose las molestias a detenerse aquí por mi bien, aunque en realidad yo debería ser el que tenga que ir a saludar.

Mi Mentor nos miró en la habitación y nos sonrió.

—Estoy tan aliviado de verlos a todos con tan buen aspecto. Me encogí de hombros, mirando a los cinco idiotas.

—Pero tienen mucha energía. Solo deseo que se tranquilicen un poco. Cuando dije eso, todos me miraron fijamente con enojo.

Dejando ese tema de lado, hablé del trabajo de mi Mentor.

—Mentor, he oído que ha hecho una buena negociación con la República. ¡Estuvo espectacular!

—He conseguido encontrar una forma de hacer que funcione de acuerdo con sus deseos. Dejando escapar un suspiro, Anjie le preguntó a mi Mentor.

—No es natural que el director de una escuela sea un negociador.

—Supongo que no hay muchos de nosotros disponibles. Originalmente, alguien más habría sido enviado para esto.

Mi Mentor terminó un gran trabajo. Pero sentí lástima por él.

—Mentor, me temo que voy a tener que molestarle un poco por eso… no, estoy seguro de que tendré que molestarle.

—¿Hay algún problema?

Decidí decirle a Anjie lo que estaba sucediendo.

—La cosa es…

Cuando mencioné que quería rescatar a Louise, mi Mentor me miró con una expresión seria.

—Señor Leon, ¿entiende lo que está tratando de hacer?

Si salvo a Louise, estoy seguro de que tendremos grandes problemas.

Ella misma no querría que la salvaran y estoy seguro de que se resentiría conmigo.

Si quiero dar más razones, es para evitar que el Señor Alberg se desespere y se convierta en el jefe final después de perder a Louise.