Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 4

Capitulo 6: Preludio Del Disturbio

Parte 18

Eran el producto final de quienes se volvieron adictos a drogas peligrosas. Sus pasos eran defectuosos y habían perdido por completo la cabeza. Aun así, sus cuellos giraban y giraban mientras seguían sintiendo el objeto en su bolsillo.

García se rio. “¡Corten sus ataduras! ¡Libéralos!”

Tan pronto como se cortaron las cuerdas que ataban sus manos, los Entranced metieron la mano en los bolsillos y sacaron una pinza de cangrejo roja, espolvoreada con la droga.

Estos eran un objeto mágico siniestro llamado The Final Straw. El extasiado mordió las garras sin dudarlo y se tragó los pedazos. Justo cuando gritaron de éxtasis, las garras de cangrejo explotaron de sus cabezas y tripas, haciéndolos pedazos.

García abrió los brazos y maldijo al cielo despejado. “Deja que la devastación se apodere de todo… ¡Invoca a la oscuridad!”

Monstruos como Hellhounds, Skeleton Warriors, Zombies y Haunts aparecieron en el charco de sangre y tripas, convocados por el sacrificio. Si bien es pequeña en número, la horda de monstruos incluía a los peligrosos como las Momias Oscuras, envueltas en vendas negras y lobos ensangrentados.

“¡M-Monstruos!”

“¡Correr!”

“¡Aléjate de mí! Apenas puedo moverme a través del montón de… ¡N-No, noooo!”

Los zombis se amontonaron sobre uno de los caballeros. Le quitaron la mitad del cuello de un solo mordisco, del que brotó sangre como una fuente. Cuando el caballero caído se levantó de nuevo como otro zombi más, los caballeros restantes parecían haber salido de una pesadilla y se miraron el uno al otro. Se dedicaron a matar a las personas que los rodeaban.

“¡Fuera del camino, herejes!”

“No puedo dejar que nos muerdan… ¡Derribar a todos!”

“¡Mantén alejados a los no muertos!¡Notifique a los demás! ¡Este es un Peligro Maligno de clase 2!”

Masacrando a los ciudadanos desesperados, los Caballeros del Templo ganaron algo de espacio. Al enfrentarse a monstruos no muertos, más debiluchos en el campo se traducían en más enemigos potenciales.

“Pensar que convocarían a los No Muertos… ¡Esos fanáticos!” Uno de los caballeros maldijo mientras abatía a un anciano confundido.

Si bien los caballeros que mataban a civiles inocentes con mera molestia podrían haber dado la impresión de que ellos mismos eran fanáticos, finalmente habían asegurado suficiente espacio para reagruparse y enfrentarse a la horda de No Muertos.

Mientras tanto, el obispo acababa de recibir el informe. “Una clase 2…¿Peligro Maligno? ¡¿Qué está pasando?!”

Peligro Maligno fue una clasificación en tres etapas utilizada por Tzardom. Clase-3 significaba Hellions acercándose a una ciudad, donde iniciarían un estado de emergencia.

La clase 2 fue cuando los Hellions ya se habían infiltrado en la ciudad y se esperaban bajas masivas. Con cualquier retraso en su reacción, la mayoría de los residentes de la ciudad serían asesinados.

La Clase 1 indicó que la ubicación ya se había convertido en una Ciudad de la Muerte, donde los caballeros se vieron obligados a arrasar la ciudad y cualquiera de sus áreas circundantes.

(No puedo permitir que mi historial se empañe… ¡Ahora no!)

No importa cuántos obsequios haya preparado, cualquier perspectiva para la carrera del obispo se desvanecería si se ganara la reputación de crear una Ciudad de la Muerte. Inmediatamente llamó a los mejores caballeros disponibles, los diez primeros de cada Orden de Caballeros Elementales.

Llegaron en poco tiempo y se arrodillaron ante el obispo, haciendo florecer sus capas de colores vibrantes que representaban sus elementos. Solo su aura los distinguía de los Caballeros del Templo. Su pulida armadura completa reflejaba la luz del sol lo suficiente como para convencer a cualquiera que viera que estaban allí para traer luz al mundo.

“Como puede ver, los No Muertos se han infiltrado en la ciudad. Necesito tu ayuda.”

“Como desees,” respondieron los caballeros.

Normalmente, los únicos que podían ordenar a los Caballeros Elementales eran sus líderes y el Papa. Sin embargo, los caballeros parecieron reconocer la emergencia que se avecinaba. Una vez que se emitió la orden, los caballeros se apresuraron a entrar en acción. Descendieron sobre el campo de batalla como flechas sueltas.

“¡El enemigo es No Muerto! ¡Elimínalos con los Elementales!”

Cuarenta caballeros en total alzaron sus espadas, atravesando la ciudad como estrellas fugaces. Pronto, cada uno de ellos brillaba con colores que representaban sus respectivos elementos, provocando un increíble torbellino de magia en el aire. Los Caballeros Elementales nunca habían sido derrotados después de usar este movimiento.

“¡Invocar Elemental – Salamandra!”

“¡Invocar Elemental – Undine!”

“¡Invocar Elemental – Sylph!”

“¡Invocar Elemental – Gnomo!”

Cuarenta Elementales aparecieron en total, chocando con la horda de No Muertos. Los Elementales cambiaron el rumbo de lo que parecía ser una batalla perdida. Los Caballeros del Templo recuperaron su fuerza ante el poder abrumador y la apariencia cegadora de los Elementales.

“¡Si!”

“¡Esos son nuestros Caballeros Elementales!”

“Gloria… ¡Gloria a la Gran Luz!”

Mientras la luz y la oscuridad chocaban en el campo de batalla, García sacó una carta de triunfo de su bolsillo para cambiar el rumbo una vez más.

“¡Hah! No esperaba llegar tan lejos tan pronto… ”

“¡Espere, camarada García! ¡¿Qué hay de la Doncella Santa?!”

“Me importa un comino eso…”

“¡¿Qué quieres decir?! ¡No lo hagas!”

García sacó una caja vieja de sus bolsillos y la levantó con orgullo. La caja, por alguna razón, estaba fuertemente encadenada con dos cerraduras.

“Tienes que tener hambre, ¿eh? Comerás algunos Elementales, ¿no?

¡Gah, ja, ja!”

García sacó una llave azul y una roja, metiéndolas en sus respectivas cerraduras.

En un instante, una luz cegadora emanó de las cerraduras, desencadenando la caja. Un líquido negro salió de la caja y finalmente creó un vórtice gigante en el suelo. Dos ojos brillaron en el vórtice y se movieron como si estuvieran buscando algo.

El vórtice aulló de agonía, un grito ensordecedor que sonó tan siniestro e infinitamente enfurecido que incluso los satanistas que rodeaban a García cayeron al suelo. Instintivamente sabían que estaban contemplando un verdadero diablo.

El vórtice se retorció y se transformó en una sombra con forma de diablo, retorciéndose de dolor. Finalmente, los ojos parecieron encontrar lo que buscaban. El diablo cargó hacia el campo de batalla con una velocidad increíble.

Los Caballeros Elementales estaban asombrados. “¿Q-Qué es eso?”

“¡Un demonio! ¡Es un demonio!”

“Pero… nunca había visto un demonio así…”

La mayoría de los demonios que habitaban este continente tenían su apariencia y características detalladas en documentos históricos. Generaciones de humanos habían arriesgado sus vidas para acumular conocimientos sobre ellos.

Tzardom en particular, que tenía una larga historia de librar la guerra contra los demonios, era rico en tales documentos. Aun así, ninguno de los Caballeros Elementales reconoció al demonio antes que ellos.

Los caballeros se apresuraron a enviar a los Elementales contra la sombra, pero ésta los agarró por un puñado y se los arrojó a la boca. Las hermosas Elementales masticadas y tragadas descuidadamente por la sombra silenciaron el campo de batalla. La sombra, aparentemente hambrienta, se agarró una tras otra.

La sombra ni siquiera parecía molesta por el humo que se levantó de sus manos mientras agarraba a los Elementales, lo que parecía significar su oposición con las fuerzas de la santidad.

Aparentemente luchando contra la emaciación, la sombra continuó comiendo, incluso devorando a los enjambres de Zombies y Haunts sin discriminación, engrosando su forma en el camino.

La visión de Salamandras y Gnomos siendo pisoteados y las hermosas Ondinas y Sílfides devoradas inspiró sentimientos del fin del mundo.

Después de terminar con los cuarenta Elementales y los No Muertos restantes, el diablo finalmente se materializó. Su cuerpo negro y endurecido recordaba a un guerrero experimentado o a una bestia salvaje.

Su rostro estaba cubierto con una máscara dorada, y parecía estar todavía en agonía de alguna manera.

“¡E-Esto es demasiado!”

“No podemos lidiar con este monstruo… ¡No solos!”

“¡Retirada! ¡Retirada!”

Los fieles Caballeros Elementales retrocedieron a trompicones y los Caballeros del Templo huyeron en todas direcciones. Los únicos que quedaron aparte de ellos fueron las personas inmovilizadas por el miedo.

“C-Camarada García… ¡¿Qué es esa cosa?!”

“Behemoth, un demonio de una era pasada… Un demonio antiguo, por así decirlo”. García se rio entre dientes, haciendo que incluso el satanista que había hecho la pregunta se tensara de miedo. Parecía dudar de que García no fuera una especie de monstruo. “Debe haber estado muriendo de hambre, estar encerrado durante tanto tiempo… ¡Se fue, se comió algunos Elementales y perdió la cabeza! ¡Parece que los demonios antiguos no son una mierda, después de todo!” García continuó dándose palmadas en la rodilla y aullando, mirando por encima del caótico campo de batalla.

Sin ningún sentido de la lógica, el diablo estaba arrojando a los Caballeros del Templo y a los ciudadanos en su garganta, el horrible sonido de los huesos masticando resonaba por la ciudad. Después de ingerir Elementales, humanos e incluso los No Muertos, un gruñido agónico salió de su boca abierta. “Ahora, sentémonos y disfrutemos del espectáculo…” García desapareció.

Los miembros de Tzardom, por otro lado, estaban completamente conmocionados. La ciudad no solo fue atacada por los No-muertos, sino también por un demonio inexplicable, uno que devoró incluso a los Elementales.

“¡O-Obispo! ¡¿No deberíamos retirarnos?!”

“¡Has perdido la cabeza! ¡¿Te imaginas el castigo que enfrentaría cuando volviéramos si me retirara ahora…?!” El obispo imaginó el giro de los acontecimientos si huía de la escena, y fue desolador.

De hecho, el obispo tenía numerosos oponentes en Tzardom que con gusto lo sabotearían.

Después de charlar hábilmente con los altos mandos y ascender rápidamente en la carrera, el obispo se había convertido en el objetivo de mucha envidia y odio.

Si fuera acusado de crear una Ciudad de la Muerte, en una nación extranjera nada menos, su caída sería inevitable. “No hay otra manera… debo usar esto, lo que había adquirido para una emergencia como esta”.

“¡¿E-Es un Egg of the World?!”

“En este punto, todo lo que podemos hacer es confiar en nuestro destino…¡Dile a cualquiera que pueda moverse que se reúna aquí!”

“¡S-Sí, señor!”

Cuando el comandante salió corriendo, Eagle abrió un poco los ojos para ver a los caballeros de Tzardom corriendo como pollos con la cabeza cortada, la multitud que los rodeaba no estaba mucho mejor. La ciudad se tiñó de carmesí en varios lugares y se sacudió con los gritos de la gente. Ella había visto esta vista antes, en alguna parte. De hecho, la vista era demasiado familiar.

“Es mi culpa…”

“¿Qué fue eso?” El obispo miró molesto al débil susurro de Eagle. Ya no podía permitirse el lujo de lidiar con un simple semihumano.

“Esto sucede dondequiera que voy. Debo estar maldita… ”

“Hmph. Parece que finalmente te has enterado de tu lugar, inmundo semihumano”, comentó el obispo, antes de que la burla desapareciera de su rostro. El pensamiento cruzó por su mente de que tal vez el semihumano que tenía delante era en realidad un presagio de desgracias. Ahora que lo pienso, acababa de pasar por una terrible crisis en territorio Hellion.

Él podría haber sido capaz de ignorar el comentario si no fuera por la situación en la que se encontraba ahora. ¿Debería matar a este semihumano, aquí y ahora…? No, algunas maldiciones pueden persistir.

Las maldiciones habían tomado muchas formas a lo largo de la historia, muchas de las cuales eran contagiosas. Algunas maldiciones se llevaron directamente al que mató a su anfitrión.

Con eso en mente, el obispo no pudo matar a Eagle con demasiada rapidez. Lo mejor es ensillar esta plaga con el diablo…

Justo cuando las intrigas del obispo cerraron el círculo, los caballeros supervivientes empezaron a reunirse a su alrededor. Cada una de sus expresiones estaba sombreada por el agotamiento, su armadura una vez reluciente manchada de sangre y barro.

“Todos comprenden la situación en la que estamos”, dijo el obispo. “Si huimos ahora, solo podemos imaginarnos qué procesamiento nos espera en nuestra tierra natal por crear una Ciudad de la Muerte”.

Todos los caballeros estuvieron de acuerdo, impotentes. Los de nacimiento común podrían incluso ser ejecutados como ovejas negras. “Por lo tanto, he decidido usar esto. Préstenme su fuerza, todos”.

Incluso los Caballeros Elementales no pudieron evitar quedar asombrados. Este era un artículo legendario de buena fe, un tesoro nacional de Tzardom.

Era como si un rayo de esperanza hubiera sido arrojado sobre esta situación sumamente desesperada. “No tengo tiempo para explicar… ¡Formación de Manifestación!” A la llamada del obispo, los caballeros entraron en acción.

Formaron un círculo con el obispo en el centro de ellos y clavaron sus espadas en el suelo. Todos vertieron tanta magia como pudieron en sus espadas, listos para gastar hasta la última gota de aguante  que les quedaba. “No está mal… ¡Dame toda la fe que tengas!”

Los caballeros rugieron en respuesta. Egg of the World fue una apuesta única de increíble magnitud. De un huevo con alas de ángel, uno podría convocar a alguna deidad sagrada. Sin embargo, era completamente aleatorio en cuanto a qué ser convocaría. Después de innumerables generaciones de innumerables errores, los humanos aún no habían encontrado la manera de garantizar una invocación poderosa. Este era un objeto legendario extraño que solo se usaba en las situaciones más desesperadas.

Diosa Moira… ¡Préstame tu fuerza! ¡Concédeme el poder de girar mi propio destino! El obispo oró solo con todo su corazón a la Diosa del Destino, en lugar de a la Gran Luz. Quizás alguien escuchó su oración. “¡Hua-hoo! Esta es una buena… ¡Se siente como un éxito!” gritó el obispo, mientras pequeñas fracturas se extendían por el huevo. Desde su interior, una luz sagrada y cegadora irrumpió por las grietas.

“Gran anillo de encarnación”, gritó el obispo, con los brazos extendidos hacia el cielo. “Muéstranos a los mortales un mundo perfecto… ¡Invoca a Ángel!”

El huevo se partió por la mitad y algo apareció arriba, flotando en el aire. “¡E-Eso es…!”

“¡Increíble! ¡No puedo creer que un ser así aparezca ante nosotros!”

Había aparecido un gigante revestido con un metal de otro mundo. A pesar de su apariencia inorgánica, la luz verde emanaba de las grietas que se extendían por su revestimiento de metal para significar su divinidad genuina. Todos los de Tzardom lanzaron sus puños al aire en celebración.

El obispo no fue la excepción. “¡Ahua-hoo! ¡Un ángel de la guarda! ¡Lo tengo! ¡Lo tengo, está bien!” Había lanzado los dados del destino y había lanzado  un  Ángel.  Habiendo  sobrevivido  a  numerosas  situaciones cercanas antes, ahora estaba seguro de que él también saldría de esta situación. “¡Moira, Diosa del Destino! ¡Me sentiré humillado por siempre por tu bendición!” gritó, completamente conmovido por la aparición del Ángel de la Guarda.

Algunos de los caballeros fruncieron el ceño ante el comentario, pero su alivio ganó. Todos inclinaron la cabeza hacia el ángel de la guarda, que ahora flotaba lentamente hacia el suelo. Su cuello giró completamente, haciendo un ruido mecánico, como si estuviera observando su entorno. Luego, sus ojos grandes, como una estatua antigua, brillaron con una luz poderosa.

“No Muerto confirmado. Iniciando el ataque”. Incluso el tono del Guardián era mecánico, pero los miembros de Tzardom parecían tranquilos. Pero luego, continuó: “Objetivo de Clase 1, Behemoth, confirmado. Evacue los alrededores de inmediato”.

Después de estar desconcertado por esto por un momento, el obispo gritó apresuradamente, “¡Todos, al suelo! ¡Aférrate a algo!”

Algunos de los caballeros parecían confundidos por el tono terrible del obispo. Después de todo, acababan de convocar a un ángel. ¿De qué tenía que preocuparse?

Ese fue el último pensamiento de esos caballeros antes de que un poderoso vendaval de viento y varios rayos de luz fueran liberados del Ángel de la Guarda, arrastrando a esos caballeros. Entonces, esos rayos de luz se concentraron en la mano derecha del Guardián, haciéndola brillar.

Un momento después, hubo devastación. Disparó un rayo y lo barrió sobre la ciudad con un movimiento perfectamente horizontal, nivelando toda la capital en un instante.

La viga catastróficamente hermosa y los fuertes vientos destruyeron edificios, los no muertos, los caballeros y la ciudadanía. Todo purgado en un solo momento.

Mientras que la mayoría de los supervivientes luchaban por siquiera abrir los ojos, solo Eagle estaba mirando las ruinas frente a ella.

(De nuevo es culpa mía…) Sabía que su existencia había causado la tragedia que tenía ante sí. Si ella nunca hubiera estado aquí, nadie habría muerto.

En medio de la rugiente ráfaga de llamas, polvo y carnicería, el Diablo Antiguo se levantó lentamente. Eagle miró al cielo con lágrimas calientes cayendo por su rostro. Este infierno acababa de ser desatado.

Como para confirmar su miedo, el ángel de la guarda abrió la boca con un traqueteo mecánico y disparó un rayo verde al diablo. El obispo gritó algo, pero el ruido lo ahogó.

Podría haber rogado al Guardián que se detuviera, o tal vez haberlo animado.

El instante antes de que el rayo golpeara al diablo, saltó muy por encima del suelo. Un movimiento que recuerda a un animal depredador, contrastando su silueta hinchada. Los miembros de Tzardom observaron conmocionados el movimiento inesperado.

El diablo lanzó una espantosa esfera negra y regurgitó hacia ellos, y al ver esto, el obispo gritó “¡A-A-Ángel! ¡Date prisa y protégeme!”

“Ball of a Thousand Deaths, de Behemoth, confirmado. Se esperaba un daño masivo a la armadura”.

“¡¿Q-Qué estás balbuceando?! ¡Sólo defiéndeme!”

El Ángel de la Guarda cargó hacia adelante, atrapando la bola disparada con todo su cuerpo. Un estruendo metálico ensordecedor resonó en el paisaje. Aunque la esfera negra había desaparecido, el pecho del Guardián ahora estaba terriblemente abollado.

“Transición, a modo de curación. Programación, transición, al modo de aniquilación, después de —beep beep— reiniciar”.

El alivio de los caballeros de Tzardom duró poco, ya que ahora se apresuraron a luchar contra una ola de demonios de bajo rango que llegaron corriendo. Eagle fue la única que había escuchado el último comentario del Ángel de la Guarda.

(Esta cosa no es un ángel…) Aunque Eagle no sabía lo que se suponía que eran los ángeles, estaba segura de ello. De hecho, pensó que era un golem construido para luchar contra Hellions.

Mientras tanto, Harts también estaba en shock al encontrar la capital totalmente devastada.

Suneo siempre había mantenido un estilo de diplomacia popular entre los niños de su clase, lo que los convertía en una de las pocas naciones del norte que evitaba verse envueltos en la guerra. Si bien a menudo se llamaba cobarde a su rey, era indiscutiblemente eficaz.

Ahora esta ciudad construida por años de paz diplomática estaba en ruinas.

(Se suponía que era un pequeño enfrentamiento entre Tzardom y los satanistas… ¿Qué está pasando…?) Harts continuó observando el área sin dejar que sus emociones se apoderaran de él.

Entonces notó al diablo, más siniestro que cualquier cosa que hubiera visto, enfrentándose a un Ángel Falso. Era como si hubiera cobrado vida una batalla de un antiguo mito.  (El  Ángel  Falso  es  una  cosa,  pero  ese  diablo  es  peligroso.

¡Demasiado peligroso…!) Vale la pena señalar que Holylight nunca había llamado Ángel a la calaña de esta cosa mecánica ante Harts, a pesar de lo que Tzardom afirmó cuando convocaron ellos de vez en cuando. Holylight siempre lo había visto como un ser temible y sin emociones, más que como algo sagrado.

De hecho, la capital de Suneo acababa de volar por los aires, con toda su gente todavía en ella. Harts preferiría creer que la cosa no tenía ningún interés en los humanos en absoluto que creer que era un ser que intentaba protegerlos.

(Todo lo que puedo hacer es decirle a Lady Luna sobre esto… Mejor aún, haré que ella lo vea por sí misma.) Sospechaba que ninguna cantidad de explicaciones haría justicia a esta catástrofe.

Además, Luna no se echaría atrás solo con el informe de Harts. Dando otra mirada a la ahora zona de guerra, Harts trató de predecir la reacción de Luna. (Su amiga debe ser la crucificada allí…)

Por coincidencia o no, la cruz estaba directamente detrás del Guardián, frente al diablo, haciendo que pareciera que la cosa estaba protegiendo a Eagle.

Aunque Harts no vio ningún peligro inmediato acercándose a ella, se recordó a sí mismo que no debía ser optimista. Mientras ese diablo estuviera aquí, la destrucción total de la capital era inminente. (En realidad, ese Ángel Falso podría acabar con la ciudad, primero…)

Harts se estremeció al imaginarlo. ¿Cómo podría Holylight construir una relación amistosa con un Tzardom que adoraba seres tan horribles como estos?

Mientras Harts contemplaba su próximo movimiento, Hanzo se infiltró en la ciudad al enterarse de la conmoción y se sintió atrapado en un lugar incómodo. Justo cuando estaba planeando enfrentar a Tzardom contra Holylight, los satanistas se estrellaron. En el peor de los casos, las dos naciones pueden incluso luchar juntas contra su enemigo común radical.

(Esto no era parte del plan del asesor). El diablo desconocido se retorció de dolor, engendrando hordas de demonios de bajo rango. La capital que alguna vez fue pacífica se estaba convirtiendo rápidamente en un infierno, innumerables criaturas viles se volvían locas.

Ni siquiera Kongming podría haber previsto esta situación como un posible resultado. (¿A qué conclusión necesitamos que llegue esta batalla…?)

El Ángel Falso parecía haber agotado su poder y se estaba recargando en ese momento. Si él y el diablo intercambiaran explosiones nuevamente, la capital seguramente se derrumbaría.

El problema para Hanzo era que no importaba quién ganara, el resultado sería extremadamente problemático. (Que el diablo sobreviva está fuera de discusión. Podría destruir todas las naciones vecinas, junto con esta).

Dicho esto, Hanzo no estaba seguro de si los resultados serían mejores si el Ángel Falso sobrevivía a la pelea.

No parecía en absoluto que Tzardom tuviera ningún control sobre él. Había escuchado una leyenda de la misma criatura que apareció en un campo de batalla en el oeste, donde trajo devastación a todos lados hasta que su vida se consumió.

(La tercera hermana es conocida por ser egoísta y terca… ¿Trataría de salvar a ese semihumano después de ver lo que sucedió aquí?) Ninguna persona cuerda del estado de Luna intentaría intervenir con un lío tan colosal.

Hanzo, con la frialdad convirtiéndose en un ninja, buscó nuevos objetivos que debería completar. Por lo menos, tenía la intención de quitar algo de este lío. (Robaré la ciudad del castillo de objetos de valor y el castillo de documentos clasificados y tesoros). Silbó una orden a sus subordinados y desapareció en la ciudad en llamas.

Al mismo tiempo, Luna acababa de llegar a la cúspide de la ciudad. Ella estaba mirando sin decir palabra la capital manchada de llamas.

Harts estaba explicando la situación en la que se encontraba la ciudad, pero era difícil saber si Luna escuchó algo de eso.

Por el momento, Luna estaba recordando la Ciudad Santa de hace algún tiempo. Los satanistas habían atacado la ciudad desde abajo, casi destruyéndola por completo.

Esta vez, sin embargo, un poderoso diablo estaba chocando con un Ángel Falso, ambos peligrosos. Las cosas parecían incluso más precarias que en Holylight.

(Eagle…) Llamó en silencio, mientras veía la espalda del diablo gigante parpadear como un espejismo en medio de la capital en llamas. Más allá del diablo, podía ver al ángel simulado débilmente iluminado. El crucifijo de Eagle estaba más allá de eso, irremediablemente fuera del alcance de Luna.

“¡¿Estás escuchando, Lady Luna?! A este paso…” Incluso la voz de Harts le pareció algo distante. Incluso mientras hablaba, el demonio gigante seguía engendrando demonios de bajo rango como una pieza rota de maquinaria de fábrica, aumentando su número por segundos. Parecía una situación que ningún humano podría manejar. “¡Entiendo cómo se siente, Lady Luna, pero deberíamos retirarnos por el momento!”

“No.”

“¡¿Esperas que tu terquedad te mantenga con vida incluso a través de esto?!”

“Ella me está esperando. No puedo escapar de nuevo”. Luna levantó la barbilla con determinación, pero su bastón sagrado tembló en su mano. No importa cuánto trató de controlarlo, su temblor no se detuvo. (Señor Demonio…)

No pudo evitar añorarlo. El descuidado elemento peligroso despreocupado que siempre la rechazaba con una actitud condescendiente. Su rostro, en su mente, pasó de una sonrisa sarcástica a una sonrisa cordial, y luego a una mirada aterradoramente seductora.

(Oh, lo entiendo ahora… Esto es amor).

A pesar de la situación actual, ese fue el pensamiento que le vino a la mente a Luna. Ahora que lo reconoció, la emoción pareció encajar muy bien en su pecho. Antes de que se diera cuenta, su mano había dejado de temblar.

“¡Escúchame, Lady Luna! Mira este—”

Los gritos en toda la ciudad solo se hacían más fuertes. El diablo gigante, junto con innumerables demonios de bajo rango, pululaban ante ella.

Parecía desesperado para Luna llegar a su amiga crucificada detrás del Ángel Falso más allá de los demonios. Sin embargo, lo único que burbujeaba dentro de Luna era su espíritu de lucha. Estaba segura y, de hecho, había encontrado la respuesta. (Los días que he pasado… Todo el trabajo que he realizado… Todo fue por hoy. Todo por este momento).