Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 15

Capítulo 6: Regreso

En el Reino de Galarc, diez días después de que Christina y Flora desaparecieran por primera vez, Liselotte abordó un barco encantado con Roanna, que había visitado Amande para llevar el mensaje de la propuesta de Hiroaki. Ahora estaban en Galtuuk, la capital del reino.

Después de llegar al puerto, cambiaron del barco encantado a un carruaje tirado por caballos y se dirigieron al castillo. Aproximadamente diez minutos después, llegaron a los terrenos del castillo y recorrieron el resto del camino a pie.

Las dos hijas de duques caminando una al lado de la otra fue una vista verdaderamente elegante. Se comportaron con el mayor refinamiento, llamando la atención de todos los guardias y sirvientes cercanos.

“Oh, es Lady Liselotte.”

“Parece que los rumores de su compromiso con el héroe eran ciertos”.

“No ha habido rumores sobre el matrimonio de Liselotte desde hace años…”

“¿Podría ser…?”

Los sonidos de la gente chismorreando se podían escuchar aquí y allá. Parecía que la noticia del encuentro de Liselotte con Hiroaki se había extendido por todo el castillo. Según la charla, Liselotte recibía propuestas de matrimonio de forma regular, pero esta era la primera vez en años que asistía a una reunión sobre una. Normalmente los rechazaba a todos con la excusa de estar ocupada con su trabajo. Y ahora, ella estaba aquí para conocer al héroe. Si se había molestado en hacer el viaje al castillo, seguramente esto solo podría significar una cosa.

Esa era la atmósfera en el castillo, hacía que fuera bastante difícil negarse y presionar a Liselotte.

Todo el mundo dice lo que quiere.

Puede que Liselotte pareciera que caminaba con elegancia, pero sus pies se sentían pesados a medida que se acercaba su destino. Finalmente, llegaron a un salón reservado para la realeza. Los dos caballeros en frente de la habitación abrieron la puerta sin decir una palabra. Como mensajera, Roanna fue la primera en entrar.

“He traído a Liselotte Cretia aquí desde Amande”, informó con una elegante reverencia.

“Perdóneme.” Liselotte entró detrás de Roanna y se inclinó profundamente.

Esperando adentro estaban la potencial pareja de matrimonio, Sakata Hiroaki, su candidata a primera esposa, la Tercera Princesa Rosalie de Galarc, así como el Rey Francois, los padres de Liselotte y el Duque Huguenot.

Una alineación completa. No esperaba terminar las cosas con solo un saludo, pero ¿estaban pensando en celebrar la reunión aquí?

Liselotte miró alrededor de la habitación para confirmar quién estaba presente. En ese momento, el Duque Huguenot, que estaba sentado en diagonal al duque Cretia y su esposa, se puso de pie y se acercó a Roanna.

“Buen trabajo, Roanna. Puede esperar detrás de Sir Hiroaki”, dijo.

“Si mi señor.” Roanna asintió respetuosamente y se movió para pararse detrás de Hiroaki, quien estaba sentado en el asiento principal. Junto a Hiroaki estaba la Tercera Princesa Rosalie, quien se convertiría en su primera esposa.

“Bienvenida, Liselotte. Ven, siéntate aquí”. El rey Francois invitó a Liselotte a sentarse a su lado. Estaba directamente enfrente de Hiroaki.

“Si su Majestad.” Liselotte asintió alegremente y comenzó a caminar hacia el sofá frente a Hiroaki.

“Disculpe”, dijo mientras se sentaba.

“Liselotte. Debe haber sido un gran esfuerzo dejar Amande el mismo día que recibió la citación. Tienes mis disculpas”, dijo Francois con una expresión de remordimiento. ¿Fue porque Liselotte era la más desfavorecida presente? Era extremadamente raro que el rey pronunciara palabras de disculpa, por lo que esas palabras tenían un gran peso detrás de ellas.

“Para nada, Su Majestad. No quería hacer esperar a nadie, y así podré encontrarme con mi madre y mi padre de nuevo”. Liselotte negó con la cabeza de manera sociable, mirando a sus padres. Los dos la miraron con el ceño fruncido.

“Ahora que todos están aquí, pongámonos manos a la obra. Hemos reunido a todos aquí hoy por una razón: celebrar una reunión oficial de matrimonio entre Lord Hiroaki y Liselotte. Si el acuerdo se lleva a cabo, ambas familias… Ah, Lord Hiroaki es un caso un poco especial”. Francois miró a Hiroaki y al duque Huguenot. Hiroaki no tenía familia, así que como representante de la Restauración, el Duque Huguenot estaba allí como su tutor.

“Si el acuerdo se aprueba, la organización guardiana de Lord Hiroaki, la Restauración, y la familia del Duque Cretia estarán unidas. Teniendo en cuenta el poder de influencia de cada lado, podría haber consecuencias políticas sin importar cómo se desarrolle la discusión. Por lo tanto, estaré presente como mediador. La familia Cretia también es invaluable para el Reino de Galarc. Cualquiera que sea el resultado, quiero que recuerden que deseo que ambas partes terminen con esto en un tono amistoso.

¿Entendido?” Francois se corrigió para incluir adecuadamente a ambas partes, luego miró a todos para enfatizar su punto.

“Ahora, ¿cómo haremos esto? Dado que las circunstancias son las que son, este es un asunto bastante urgente. Todo el mundo ya está reunido, así que mientras Liselotte esté de acuerdo, podemos continuar con la reunión así…” Miró a Liselotte.

“Eso está bien para mí. Vine con mi respuesta preparada”, respondió Liselotte resueltamente.

“Admitido. Si se trataba de una primera reunión entre las dos partes, habría sido costumbre que la reunión comenzara con todos los presentes y luego procediera a conocerse. Sin embargo, escuché que Lord Hiroaki ya te ha conocido muchas veces; puede haber cosas que no puedas mencionar abiertamente ante nosotros. ¿Qué te parece? ¿Les gustaría dar un paseo juntos por el jardín de la azotea?” Francois les sugirió.

“Oh… Bueno, supongo que sí. Es un poco estirado tener tanta gente aquí. Podría también. Charlemos juntos, Liselotte”. Hiroaki comenzó a hablar un poco avergonzado, sus palabras sonaban un poco forzadas mientras las dirigía a Liselotte.

Ya veo… Así que esta situación se creó a petición suya, pensó Liselotte, comprendiendo de inmediato lo que había sucedido para crear este escenario.

“Está bien”, respondió secamente.

***

Luego, Hiroaki y Liselotte subieron al jardín de la azotea. No había guardias cerca, estaban completamente solos.

“Eh, no sabía que el castillo de Galarc tenía un lugar como este. Cuán lujoso. ¿Qué opinas, Liselotte?” Hiroaki caminó al frente, dirigiéndose a Liselotte sin mirarla.

“El uso de esta área normalmente está restringido a la familia real. Yo solo he estado aquí un puñado de veces”.

“Eh, ¿es así?” Hiroaki tarareó.

“…”

La conversación murió ahí.

Ah, mierda. Me estoy poniendo nervioso, no, estoy nervioso. Este es el momento más nervioso que he estado desde que vine a este mundo.

Hiroaki entró en pánico. A solas con Liselotte, estaba más nervioso que nunca. Recordó la conversación que tuvo con el Duque Huguenot hace apenas unos días en Rodania.

“No me corresponde a mí negociar, así que te lo dejo a ti, pero… quiero a Liselotte como mi tercera esposa. ¿Puedes hacer que eso suceda?”

Esta fue la condición que le dio al Duque Huguenot a cambio de su compromiso con Rosalie y Roanna. Como resultado, el Duque Huguenot se movió lo más rápido posible para sentar las bases en el Reino de Galarc para que él conociera a Liselotte.

Resultando así en lo que estaba sucediendo hoy.

Escuché que Liselotte rechazó todas las propuestas que recibió usando su trabajo como excusa y nunca envió ninguna oferta por sí misma, así que me preguntaba qué pasaría, pero… El Duque Huguenot realmente puede hacer que las cosas sucedan. Es asombroso, pensó Hiroaki. Sin embargo, todavía había ciertos problemas con esta reunión que abordar, el principal era el hecho de que el Duque Huguenot solo había podido preparar una reunión y nada más.

El problema es cómo me dejó el resto completamente a mí. Incluso hice que él manejara las cosas para que yo no tuviera que ser yo quien confesara mis sentimientos… Maldita sea, no es mi estilo arriesgarme donde no tengo la garantía de ganar…

Hasta ahora, Hiroaki solo tenía entrevistas matrimoniales donde el resultado que quería estaba garantizado. En otras palabras, solo tenía reuniones en las que la otra parte se le acercaba primero. Como consecuencia, carecía gravemente de experiencia a la hora de realizar el primer acercamiento él mismo.

¿De qué se hablaba normalmente en esas reuniones? No puedo mantener esta conversación.

Sus pensamientos se ralentizaron,  obstaculizando su capacidad para pensar en un tema.

Pero Liselotte tampoco habla… A pesar de que normalmente habla sobre cosas para mantener una conversación animada. Está extrañamente callada hoy. Espera, ¿eso podría significar que también está nerviosa? Eso significa… ¿Ella también siente algo por mí? En el momento en que ese pensamiento entró en la mente de Hiroaki, se rio para sí mismo con el ánimo animado.

Bueno, eso tiene sentido. Ahora que lo pienso, el Duque Huguenot fue quien organizó esta reunión, no yo. Dado que ninguno de los dos ha mencionado ningún sentimiento todavía, estamos en terreno parejo. El Duque Huguenot preparó las cosas a la perfección, arrastrando a Liselotte a una reunión matrimonial que normalmente evita. Dado que ella está aquí en persona, debe sentir algo favorable por mí, eso es lo que el Duque Huguenot dijo antes. Pero para sacar a relucir el tema del matrimonio, se pondrá a prueba mi capacidad para comunicarme. ¿Cómo pude vacilar aquí? Hiroaki se reprendió a sí mismo.

“Uh…” dijo y se dio la vuelta, encontrándose a los ojos con Liselotte, quien tenía la cabeza inclinada en cuestión.

Ella es tan linda… Siguiéndome detrás de mí en silencio, tan dócilmente… Definitivamente material de matrimonio. Hiroaki había recuperado su optimismo inherente.

“Er, lo siento por esto. Debes haberte sorprendido al recibir la noticia de la nada, ¿verdad? Eso fue obra del Duque Huguenot, realmente quiere que nos casemos”.

Lo primero en el orden del día era dejar absolutamente clara su posición. Al hacerlo, podría establecer una situación ventajosa para él. En otras palabras, aclaró su relación con Liselotte como premisa.

No soy yo quien quiere casarse.

“Me sorprendió cómo surgió de repente. ¿Así que fue el Duque Huguenot quien inició esta entrevista de matrimonio?” Preguntó Liselotte, tratando casualmente de confirmar los hechos.

“Mm. Bueno sí.” La respuesta de Hiroaki fue extrañamente inarticulada porque había sido él quien estableció la condición de tener a Liselotte como tercera esposa antes de casarse con Rosalie y Roanna. Sin embargo, mientras el Duque Huguenot quisiera que se casara con Rosalie y Roanna, intentaría cumplir esa condición sin importar qué. Dado que el que había organizado la reunión era el Duque Huguenot, Hiroaki decidió que esto estaba en consonancia con la verdad.

“Estás extrañamente callada hoy, Liselotte. Debes estar nerviosa, ¿eh?”

Esta vez, Hiroaki trató de averiguar la posición de Liselotte. En realidad, Hiroaki estaba tan callado como ella, pero lo ignoró.

“¿Mmm? Oh sí. Quizás.” Liselotte en realidad se sentía más molesta que nerviosa, pero asintió de todos modos.

“Ya veo.” Hiroaki se rio con aire de suficiencia.

Definitivamente ella está loca por mí.

“Realmente no hemos tenido la oportunidad de hablar solos así antes,

¿verdad? Siempre fue cuando estábamos con otras personas”.

“Así es… Nuestra cena en Amande con la princesa Flora y Lady Roanna es un buen recuerdo para mí. Aunque es muy desafortunado lo que le sucedió a la princesa Flora…” dijo Liselotte con una mirada distante, recordando la desaparición de Flora y frunciendo el ceño.

“¿Mmm? Oh, sí, lo es”, asintió Hiroaki.

“Si no te importa que te pregunte… Si la princesa Flora regresa con vida después de que hayas tomado a la princesa Rosalie como tú primera esposa, ¿qué pasará?”

“Ah… ¿supongo que el compromiso con Rosalie se cancelaría en ese caso?”

“Creo que es extremadamente difícil retractarse de un compromiso una vez que se ha anunciado públicamente, aunque…”

No era como si no hubiera un precedente de cancelación de un compromiso después de su anuncio, pero las apariencias eran importantes en su sociedad. Siempre que se cancelaba un compromiso, generalmente implicaba que una de las partes había causado un problema. Por supuesto, si su prometida original era descubierta con vida, esos rumores probablemente podrían disiparse fácilmente, pero eso no simplificaba el asunto.

“Eh. ¿Supongo que Flora sería mi cuarta esposa, entonces?”

“Si Lady Roanna se va a convertir en su segunda esposa, sería igualmente difícil tener una realeza como la princesa Flora por debajo de ella”. De hecho, fue imposible.

“Mmm. En realidad, no quiero dar ningún significado a las filas, personalmente. ¿No puedes cambiar esos rangos después?” Preguntó Hiroaki con un suspiro molesto.

“En realidad no se ha oído hablar de el, pero debería ser posible si todas las familias involucradas están de acuerdo”.

La mayoría de las familias no querían que bajaran su rango, pero si fuera por una razón lógica, la mayoría lo entendería. Teniendo en cuenta la lealtad de Roanna a su familia real, existía una buena posibilidad de que intercambiara filas de buena gana con Flora.

“Ya veo. Oh, pero en ese caso, su posición como tercera esposa también podría verse afectada. Aunque puede haber algunos alborotadores que se quejarán si Roanna también salta del segundo al cuarto lugar”. Hiroaki habló como si Liselotte ya fuera su tercera esposa en su mente.

Liselotte asintió con la cabeza después de una breve pausa. “Quizás.”

“Al final, realmente no me gusta la idea de clasificar por orden. No es como si fueras inferior a Rosalie o Roanna solo porque eres mi tercera esposa, quiero dejar eso en claro”.

“El héroe es una persona muy inesperada”.

Liselotte no pudo hacer nada más que reír. Simplemente no había ningún precedente para esto.

“‘El héroe’, eh…” Hiroaki suspiró con el ceño fruncido, mirando a Liselotte con objeción.

“¿Te pasa algo?” Liselotte inclinó la cabeza.

Hiroaki la miró fijamente. “Dime, Liselotte… ¿No es hora de que nos graduemos de nuestra relación de negocios?” dijo de repente.

“¿’Relación de negocios’…?” El repentino cambio en el tema de la conversación confundió a Liselotte, pero pudo interrogarlo sin dejar que esa confusión se reflejara en su voz.

“Estaba pensando en que nunca antes te había conocido en privado”.

“¿Es eso así…?” Si la memoria de Liselotte le sirvió de razón, Hiroaki visitaba constantemente a Amande sin ninguna razón en particular.

“Y siempre te refieres a mí como ‘el héroe’. Nunca me llamas por mi nombre. Supuse que era porque siempre habías considerado nuestras reuniones hasta ahora como parte de tu trabajo; estabas trazando una línea como una forma de hospitalidad. Me acabo de dar cuenta de eso”. Hiroaki miró a Liselotte.

Oh, supongo que incluso él pudo notar eso, pensó Liselotte, un poco impresionada.

“Respeto tu profesionalismo hacia tu trabajo, pero no tienes que llamarme ‘héroe’ para siempre, ¿sabes? Especialmente si vas a convertirte en mi prometida”.

Ella podría llamarlo “Sir Hiroaki”, era lo que estaba tratando de decirle a Liselotte con la mirada.

“Umm… ¿Debería tomar esas palabras como una propuesta de matrimonio?” Preguntó Liselotte.

“Oh… ¿no?” La mirada de Hiroaki vaciló al negar eso.

¿Eh? ¿Entonces que fue eso? Liselotte espetó hacia atrás en su cabeza.

¿De repente se estaba retractando de sus palabras?

“Es solo, ya sabes. Escuché que ha estado rechazando propuestas de matrimonio debido a su trabajo. Entiendo que estás ocupado con todos tus diferentes roles, pero eso significa que apenas tienes tiempo para salir con hombres fuera del trabajo, ¿verdad?” Hiroaki continuó. La mayor parte de lo que estaba diciendo era innecesario.

“Estarías en lo correcto…” Liselotte asintió de todos modos.

“El matrimonio no es algo que deba hacerse como un negocio. Por eso creo que necesitas un hombre con el que puedas salir fuera de tu trabajo. Así que me ofrezco a dejar que nuestra relación evolucione a partir de una relación comercial. Mientras estés interesado, eso es…” Hiroaki explicó su razonamiento.

“En otras palabras, ¿te gustaría que saliéramos con la intención de casarnos?” Las palabras de Hiroaki eran tan vagas que se sentía como si estuviera evadiendo a lo que estaba tratando de llegar, así que Liselotte decidió seguir los detalles.

“Si. Si no puedes casarte de inmediato debido a tu trabajo, podemos comprometernos y esperar a que las cosas se calmen primero. Todo depende de ti”, dijo Hiroaki, tratando de darle a Liselotte la opción de elegir.

Espera, ¿quiere que parezca que soy yo quien solicita este matrimonio?

Fue en este punto que Liselotte finalmente llegó a esta conclusión. Si esto fuera cierto…

“Ya veo… Sin embargo, incluso si fuera un compromiso, no tengo la intención de casarme con nadie en este momento. Lo siento”, dijo Liselotte claramente. Ella rechazó la propuesta de una manera que incluso Hiroaki entendería.

“¿Entonces no te comprometerás conmigo…?”

Hiroaki casi se quedó sin habla, pero volvió a interrogarla con un puchero.

“Sí. No tengo ninguna intención de hacerlo en este momento”, declaró Liselotte sin rodeos.

“Oh, es así… Hay muchas personas que están anticipando nuestro compromiso, así que creo que sería mejor cumplir con sus expectativas…” Conmocionado por lo directamente que había sido rechazado, la voz de Hiroaki tembló.

“¿Quiénes serían esas personas?” Liselotte preguntó con calma.

“Ya sabes, como el Reino de Galarc y la Restauración. La desaparición de Christina y Flora ha dejado las cosas en un gran lío, después de todo. Si nos casáramos por el bien de nuestras respectivas fiestas, estaríamos abriendo el futuro para todos”.

“En ese caso, encontrarás un futuro mejor para la Restauración y Galarc si te casas con la Princesa Rosalie en lugar de la hija de un Duque como yo”. Después de todo, sería un compromiso entre un héroe y una princesa. Naturalmente, tendrían una mayor influencia que un compromiso con la hija de un duque como tercera esposa.

“Ya veo… Entonces, la reunión ha terminado”.

Hiroaki frunció los labios con tristeza. La discusión sobre el matrimonio con Liselotte había terminado en un fracaso.

Después de eso, Hiroaki y Liselotte regresaron al salón con el rey Francois y el Duque Huguenot para informarles de su decisión. Un aire incómodo flotaba en la habitación después de escuchar el resultado.

“Bueno, no tenía sentido comprometernos cuando no teníamos ningún interés romántico el uno en el otro, supongo,” pronunció Hiroaki indignado, dando una pequeña razón por la que la propuesta había fracasado. El que reaccionó más conmocionado fue el Duque Huguenot; el compromiso con Liselotte había sido la condición que requería Hiroaki, por lo que su compostura flaqueó ante su deseo de hablar con él de inmediato.

Francois pareció leer la atmósfera. “No hay nada que se pueda hacer si no está destinado a ser. Terminemos aquí este encuentro”, anunció.

“Sir Hiroaki, ¿tiene un momento? Tú también vienes, Roanna. Nos veremos más tarde, princesa Rosalie”.

El Duque Huguenot inmediatamente salió de la habitación con Hiroaki y Roanna.

***

“Rosalie, puedes regresar a sus habitaciones”, dijo Francois después de que los miembros de la Restauración abandonaron la habitación.

“Si padre.”

La tercera princesa Rosalie se fue, dejando atrás a Francois, Liselotte y sus padres. Al momento siguiente, dos figuras se pararon en la puerta de la habitación. El  rey de Galarc  había convocado al  héroe, Sumeragi Satsuki, y a la Segunda Princesa Charlotte.

“¿Podemos entrar ahora?”

“Qué espera tan aburrida”.

Satsuki y Charlotte hablaron respectivamente.

“Gracias por esperar. Por favor, entre, Lady Satsuki. Todos, por favor, tomen asiento. Los sirvientes pueden irse”. Francois invitó a Satsuki a la habitación y él mismo se sentó en un sofá.

¿Estamos a punto de discutir algo confidencial? Liselotte se preguntó.

“Oye, Liselotte. Ha pasado un tiempo… desde la cena en tu casa, creo.” Satsuki le dijo alegremente.

“Sí. Cuánto tiempo sin vernos, señorita Satsuki”. Liselotte sonrió con un suspiro de alivio.

“Honestamente, tenía muchas ganas de asistir a esa cena. Ven ahora. Lady Satsuki. Siéntate aquí”. Charlotte hizo un puchero lindo e instó a Satsuki a sentarse en el asiento principal. Pasaron junto a los sirvientes en su camino hacia la habitación y se sentaron. El Duque Cretia y su esposa seleccionaron asientos en diagonal a ellos y se sentaron.

“Su Majestad. Por favor acepte mis más sinceras disculpas por rechazar la propuesta de matrimonio del héroe”, dijo Liselotte al rey Francois, inclinándose donde estaba.

“No te preocupes por eso. Has logrado lo suficiente para ganarte la libertad en el matrimonio. Eso es algo que yo mismo he reconocido, y esperaba que rechazaras esta oferta desde el principio. Sin embargo, el estado actual de la Restauración complicó las cosas. Tenía que darle al otro lado la oportunidad de conocerte para evitar amargar las relaciones. Estoy seguro de que eso le hizo más difícil rechazarlo. Mis disculpas por eso”, dijo Francois, suspirando cansado.

“No, estoy muy agradecida por su consideración, Su Majestad”.

Fue en este momento que Liselotte finalmente se relajó. Había sentido que se habían arreglado las cosas para que le resultara más difícil negarse cuando no tuvo la oportunidad de confirmar los pensamientos de Francois y sus padres sobre el asunto. Supuso que el Duque Huguenot lo había arreglado con Francois, pero sus palabras acababan de confirmar sus pensamientos. Y el hecho de que él le hubiera revelado esto significaba que no había ningún problema en que ella rechazara la propuesta.

“Parece que nuestras preocupaciones fueron en vano, Lady Satsuki,” se rio Charlotte.

“Eso parece,” respondió Satsuki con un leve puchero.

“¿Ustedes dos estaban preocupadas…?” Liselotte ladeó la cabeza.

“¿No crees que el matrimonio solo debe hacerse por amor? Si accediera tan fácilmente a un matrimonio arreglado, estaría desechando esa creencia. Lady Satsuki y yo estábamos preocupados de que te estuvieran obligando a participar en el compromiso”.

“Ya veo… lo agradezco”, dijo Liselotte con un leve sonrojo.

“Pero tenga la seguridad de que si ese hombre alguna vez intenta obligarla a comprometerse, lo detendré con mi propia autoridad como héroe”, dijo Satsuki con firmeza.

“Aha. Entonces, me alegro de que tus temores fueran infundados”. Liselotte sudaba nerviosamente al pensar en el problema que eso habría creado. Francois también debe haberse sentido incómodo por eso.

“Pero tampoco puedes quedarte sin un cónyuge a tu edad, Liselotte, eso te está pidiendo que te surjan problemas, ¿sabes?” Charlotte señaló con un profundo suspiro.

“Estoy segura de que es un desafío encontrar un chico digno de alguien como Liselotte”, dijo Satsuki con una risita.

“E-Eso no es cierto…” Tartamudeó Liselotte. Sus padres observaron esa rara vista con miradas curiosas. Les impresionó que la princesa y el héroe pudieran hacer reaccionar a su hija de una manera adecuada para su edad por una vez.

“Oh, hablando de caballeros dignos de Liselotte, creo que conozco a alguien…” Charlotte puso una cara traviesa.

“¡E-Esto es urgente! ¡Tengo un informe urgente que hacer! ¡Disculpe la intrusión!” Feroces golpes sonaron desde la puerta momentos antes de que se abriera para revelar a un caballero sin aliento.

“¡¿Cómo te atreves a entrar sin esperar una respuesta?! ¿Qué pasa? ¡Es mejor que esto sea importante!” Francois advirtió con el ceño fruncido.

“¡Ha llegado el Caballero Honorario Sir Amakawa! ¡E-Él solicita una audiencia inmediata con Su Majestad!” El caballero estaba tan nervioso que hizo su informe sin pensarlo dos veces por la ira de Francois.

“¿Haruto, dices? En ese caso, puedes traerlo aquí. ¿Cuál es el motivo de la urgencia?”

“E-Eso es porque está acompañado por…” El caballero jadeó, sin aliento por haber corrido todo el camino hasta aquí.

“¿Qué pasa? Cálmate y habla. ¿Y acompañado?” Francois preguntó con tristeza.

“¡Está  acompañado  por  la  Primera  Princesa  Christina  y  la  Segunda Princesa Flora de Beltrum!”

Las dos princesas desaparecidas estaban vivas.

“¿Qué…?” En ese momento, incluso Francois estaba tan estupefacto como todos los presentes.