Outbreak Company: Moeru Shinryakusha (NL)

Volumen 7

Capítulo 3: Siete Días Podridos

Parte 5

Muy pronto, Hikaru-san y yo nos habíamos deshecho de nuestras mantas. Solo éramos nosotros dos aquí, de todos modos. Ya nos habíamos visto; no había nada de qué avergonzarse ahora. Poner un frente resultó ser muy agotador.

“Me pregunto qué deberíamos hacer ahora,” murmuró Hikaru-san. “Intenta aguantar hasta pasado mañana”, le dije.

“¿Pasado mañana?” Respondió Hikaru-san. Pero luego agregó: “Oh. Te refieres a cuando llegue la entrega…”

Serían dos días más hasta que la guarnición reciba su entrega. Si la carga incluyera un par de nuevos libros BL, Minori-san podría aparecer.

Si no lo hacía, estábamos en problemas reales. “Solo tengo que… aguantar allí…”

Miré inexpresivamente alrededor de la habitación. Orejas de conejo, tacones, un collar y una corbata de moño estaban esparcidos por el suelo.

Hikaru-san hizo lo mismo, mirando los artículos que habíamos descartado. Cogió la más cercana, las orejas de conejo. Tal vez solo estaba aburrido.

“¿Qué demonios estaba pensando Minori-san?” Dije. “¿Haciéndonos usar basura como esta?”

“Se ve sorprendentemente…” Hikaru-san hizo una pausa. “…Bueno.”

“¿Huh?”

“¿Huh?”

Apenas podía comprender lo que Hikaru-san estaba diciendo. Parecía que él tampoco podía hacerlo: en el momento en que registró lo que había salido de su propia boca, parpadeó en estado de shock.

Nos miramos por unos largos segundos. “¡¿Hikaru-san?! ¡¿Q-Qué estás diciendo?!”

“Ah… ¡Ahh, ja, ja, ja, ja! Bien, ¿de qué estoy hablando?” Él se rio un poco demasiado fuerte. “Supongo que lo miré tanto tiempo que empecé a pensar que era… normal o algo así”.

“¡Bueno, no lo es! ¡Es 100% no normal! ”Me tapé las orejas y me envolví en mi manta. “¡Por favor! ¡Te lo ruego, te necesito de todas las personas para mantenerte cuerdo! ¡No me dejes solo! ”

¿Había llegado el fujovirus incluso a nuestro enclave? ¿O fue una de esas cosas como, ya sabes, cuando las personas en situaciones extremas y el aislamiento terrible tratan de olvidar su miedo y, como, comienzan a sentir afecto hacia los terroristas y esas cosas? Uh, ¿qué fue otra vez? ¡Síndrome de cloroformo! ¡No, ehh, Síndrome de Bågenholm! Espera, ¡Síndrome de Estocolmo! ¡Si! ¡Eso fue todo!

¡Argh! ¡Incluso sin exposición directa, corríamos el riesgo de caer bajo el hechizo del fujoshi!

“No debo estar infectado, no debo estar infectado, no debo estar infectado”, Hikaru-san y yo repetimos para nosotros mismos, como un mantra.

Fue todo lo que pude hacer por el resto de ese día.

***

De todos modos… Al día siguiente, fui despertado de un sueño inquieto por un golpe en la puerta.

“¿Hrrmm?” Gruñí.

El calor y la congestión conspiraron para evitar que pensara con claridad. No podría volver a dormir, pero definitivamente me sentía cansado.

“Maestro, es Myusel”, llegó la voz al otro lado de la puerta.

Aparté mi cabeza borrosa por pura fuerza de voluntad y me levanté. “¿Cuál es la contraseña?”

“Orejas de bestia, cola de bestia”.

“Está bien, solo un momento…”

Somnolientamente abrí la puerta. Myusel, que llevaba el desayuno en una bandeja, entró lentamente.

“¿Mmm? ¿Ya es de mañana? ”Dijo Hikaru-san, sentándose y frotándose los ojos.

“Te traje el desayuno”.

“Gracias, Myusel”.

“Sí señor.”

Cuando fui a cerrar la puerta, vi a Myusel. Todavía armada con la bandeja, estaba mirando al suelo por alguna razón.

Me preguntaba qué estaba mal. ¿No se sentía bien? “Myusel”, le pregunté, preocupado.

En ese momento, levantó la vista y estaba sonriendo.

“Homooo…”

Me quedé sin palabras. ¡Oh no! Myusel, mi dulce doncella, mi última esperanza: sus ojos índigo casi se habían vuelto espirales. Se parecía a Petralka y Elvia el día anterior; en otras palabras, estaba obviamente, totalmente, bien y verdaderamente lavada el cerebro.

“¡¿Myusel?!”

Ella se paró frente a nosotros, sonriendo. No había nada divertido o agradable en esta situación, pero no podía dejar de sonreír.

¡G-Geez, eso da miedo!

“Et tu, Brutus, quiero decir, ¡¿Myusel?!”

“¡Homoooo!”

Un aullido vino desde la dirección de la puerta, que aún no había cerrado. Y no solo un aullido. Las manos salieron de detrás de Myusel. Fue como una escena sacada de una película de zombis.

“¡Una horda fujoshi!” Me sentía demasiado aturdido para reaccionar de inmediato, pero Hikaru-san fue más rápido. Pasó junto a Myusel, hacia la multitud podrida detrás de ella, arrojando todo su peso corporal contra la puerta y cerrándola de golpe.

“¡Nos vamos de aquí!”

“P-Pero Myusel-”

“¡No hay esperanza para ella ahora!”

“¡Pero! ¡Pero…!”

Incluso mientras discutíamos, podíamos escuchar golpes y arañazos desde el otro lado de la puerta, que temblaba desesperadamente. Con la sala mágica, debería aguantar, pero…

“¡Si Myusel está de su lado ahora, significa que nuestros enemigos tienen la llave! ¡No les llevará mucho tiempo entrar aquí! ”

Contuve el aliento. Él estaba en lo correcto. ¡Ya no estábamos a salvo aquí!

“¡Rápido!” Hikaru-san agarró mi mano. Simplemente lo seguí, incapaz de resistirme. La imagen de Myusel, con los ojos girando sin pensar, quedó grabada en mi memoria.

Ahh… Myusel, que había traído nuestras comidas a esta habitación del ático. Myusel, quien había sido nuestra aliada. Había estado a salvo hasta ayer. Entonces, ¿por qué?

“¡Maldición, todo!” Con un grito que no era ni ira ni tristeza, Hikaru-san y yo saltamos por la ventana hacia el exterior. Afortunadamente, la pendiente del techo era suave, por lo que no tuvimos que temer que saliera inmediatamente.

Nos dirigimos al borde del techo, donde saltamos a las ramas de un gran árbol que crecía al lado de la mansión. Honestamente, fue lo suficientemente lejos como para no pensar que podría haber dado el salto si nadie me hubiera estado persiguiendo, pero un hombre puede hacer cosas increíbles  cuando es perseguido por el  equivalente BL de los muertos vivientes. Hikaru-san y yo saltamos al árbol, luego bajamos del tronco al suelo.

Pero tenía una pregunta.

“¿A dónde estamos corriendo?”

No pudimos volver a la casa; Minori-san y su ejército podrido nos encontrarían de inmediato. ¡Pero tampoco podíamos salir de la casa…!

“¡Allá!” Corriendo por los jardines, vimos un pequeño cobertizo de troncos: el taller de Brooke.

Brooke y Cerise aún no habían regresado, y el cobertizo tenía algunas ventajas: estaba en los terrenos pero no en la casa, y no tenía cerraduras mágicas. Hikaru-san y yo nos zambullimos adentro.

Le di una patada a la puerta y Hikaru-san la cerró completamente.

Entonces finalmente tuvimos un momento para respirar. Eché un vistazo alrededor del pequeño edificio. Solo había una pequeña ventana, y estaba firmemente cerrada, por lo que el cobertizo estaba oscuro por dentro.

“Tiene que haber… Tiene que haber un lugar para esconderse”, dije. Una cerradura no nos mantendría a salvo.

Todavía jadeando, nos acurrucamos en una grieta entre la pared y las cosas dentro. Estaba presionada contra todo lo que me rodeaba, y mi atuendo revelador hacía que mi piel se sintiera pegajosa, pero no podía preocuparme por eso ahora. Solo tenía que hacerme lo más pequeño, lo más invisible posible.

Durante un largo momento, ni Hikaru-san ni yo dijimos nada. Ambos sabíamos que realmente teníamos que estar completamente en silencio esta vez. Para evitar respirar, si es posible. Y, sin embargo, también sabíamos que probablemente era solo cuestión de tiempo hasta que nos encontraran.

¿Qué hacer? ¿Qué podríamos hacer luego? Me preguntaba si podría silenciar mi corazón y mi respiración.

Algún tiempo después, no tenía idea de cuánto tiempo había pasado, creí escuchar un sonido. “¿Hm?”, Murmuré. “¿Qué fue eso?”

No fue nada natural. Hikaru-san también debe haber escuchado el sonido, porque la desesperación en su rostro fue brevemente interrumpida por la curiosidad.

El sonido se acercaba. No, espera.

Esto no fue solo un “sonido”.

“Si pudiera hacer algo así, ¿no sería genial? ♪ ”

Era Minori-san y su compañía, cantando otra canción. “Es eso… ¿Dora * mon?”

Estaba cantando la canción principal de un anime querido por personas de todo Japón, algo que cualquiera de esa nación reconocería de inmediato.

“Agujeros aquí, agujeros allá, agujeros por todas partes ♪”

“¿Eh…?”

“Espero, espero, todos se hacen realidad ♪ Espero que se hagan realidad con ese trasero maravilloso ♪”

¡¿Esperar que?!

“¡Cómo me gustaría ponerlo en ese lindo y pequeño trasero! ♪ ”

“¡Bien! ¡YAOI HOLE!”

La ventana estaba demasiado lejos para verla con certeza, pero la forma en que el canto se desvanecía hacía que Minori-san marchara a todos alrededor del cobertizo.

Espera, ¡¿quién fue el que respondió “Correcto” en esa voz Do ** emon?!

¡Fue realmente extraño porque sonaba como él! De hecho, tuve esta imagen repentina de un futuro gato-gato sacando un agujero de Yaoi de su bolsillo. ¡Habla de tu pelo erizado!

“¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! ♂ ¡Me encanta! ♪ ”

“¡No es así, y lo sabes!”, Exclamé reflexivamente.

“¡Cállate, idiota!” Hikaru-san susurró ferozmente, pero el daño ya estaba hecho.

“L-Lo siento…”

Pero quiero decir, esas letras eran demasiado… ¿Sabes? Eran como una prueba de cuánto tiempo podría contenerme, ¿cómo se suponía que debía escuchar eso y no decir nada?

Bien, concedido, tuvimos otros problemas en este momento.

Un repentino y frío silencio cayó a nuestro alrededor. Tal vez no me habían escuchado, ¿entonces se fueron a algún lado?

Como esperanzas, no fue mucho, pero me aferré a eso. Hasta el instante—

¡Bam!

En el instante en que alguien golpeó la puerta con fuerza. Y no solo una vez. Ni siquiera dos veces. Fue una ráfaga de golpes. Los primeros buscaban, esporádicos. Pero en algún lugar alrededor del golpe número diez, ¡se convirtió en una corriente constante, bambambambam!

Tampoco era solo la puerta. Parecía que cada lado del cobertizo estaba siendo golpeado desde afuera.

“¡¿Heeek?!”

Estaba bastante seguro de saber cómo se sentía la gente en apocalipsis zombi ahora. Este fue realmente y verdaderamente el final. Estábamos rodeados No había ningún lugar para correr.

“Ahhh…” Temblando, me acerqué a Hikaru-san.

“¿Shinichi-kuuun? ¿Hikaru-kuuun?” Era Minori-san. Ella sonaba extrañamente… agradable. “Sabemos que estás ahí, ¿de acuerdo? ¡Solo salgan!”

Bajo su dulce voz, podíamos escuchar el pomo de la puerta sonar mientras lo giraba lo suficientemente fuerte como para romperlo. Casi como si estuviera en armonía, los golpes en la puerta y las paredes continuaron. Estaba aterrorizada, segura de que ella abriría la puerta, o que una de las paredes cedería.

Esto fue. Esto fue todo lo que ella escribió. “¡Eeeyaarrrghhh!”

Gritando, Hikaru-san y yo saltamos de nuestro lugar junto a la pared y arrojamos todo nuestro peso corporal contra la puerta, nuestro último baluarte. No era momento de esconderse. No si hubiera una sola cosa solitaria que podríamos hacer para evitar que se abra esa puerta.

¡Bambambambambam!

Ahora que estábamos apoyados contra la puerta, los impactos golpearon directamente nuestros cuerpos.

¿Qué íbamos a hacer? ¿Había alguna salida posible de esta situación? Intenté desesperadamente pensar en el caos en mi cerebro.

Pero en ese instante, escuché otro sonido.

¿Un disparo? “¿Eh…?”

Sentí una especie de sensación flotante.

El golpe que vino un segundo después aclaró lo que había sucedido. Las bisagras de la puerta se habían roto, y el peso de nuestros cuerpos contra la puerta la había empujado hacia afuera, enviándonos hacia afuera.

En otras palabras… “¡Eeyikes!”

El impulso nos llevó a Hikaru-san y a mí por el suelo.

“… Yow…”

Tardó un segundo en registrarse.  Estaba acostado boca arriba en el suelo. Y Hikaru-san estaba casi encima de mí.

Casi como si me estuviera empujando hacia abajo… “¡Ooooooooooooooooooooooooooooooooohhhh!” Escuché algún tipo de aullido, ¿o fue una alegría? “¿Huh? ¿Qué?”

Antes de que pudiéramos parpadear, Hikaru-san y yo estábamos rodeados de fujoshi.

Minori-san estaba allí. Y Myusel. Y Petralka. Y Elvia y las caballeras. E incluso…

Sí, Garius también. Para ser justos, no gritó. Pero eso lo hizo aún más aterrador.

Espera, ¿Petralka y todos habían estado lejos del castillo todo este tiempo? Eso fue un lavado de cerebro. ¡Oh fujoshi, muy temible!

¡Espera, no tengo tiempo para sorprenderme con algo así! “Ah… Ahhh…”

Podía sentir sus miradas perforando en mí. Para. Estoy asustado. ¡No me mires…!

Minori-san dio un paso adelante, lejos del círculo de mujeres que lo vitoreaban. Ella se detuvo justo a mi lado y Hikaru-san. En ese momento exacto, la luz atrapó sus lentes de tal manera que ocultó sus ojos.

Pero luego levantó ambas manos con entusiasmo, como un director que comienza una pieza de música clásica. Como si fuera a atrapar un cielo que cae.

Y ella dijo… “¡Perdonaré a todos!”

“¿Eh…?”

Nuestros ojos se volvieron puntos en su apasionada proclamación.

Una nube rodó perezosamente sobre el sol. Cortó la luz lo suficiente como para que pudiéramos ver los ojos de Minori-san nuevamente. Se veía un poco… mejor.

Contuve el aliento. Se parecía un poco, ya sabes, cómo te sientes después… ya sabes. Como si estuviera disfrutando del resplandor crepuscular.

Y todos los demás, Petralka y Myusel, Elvia y todos, tenían el mismo tipo de expresión en sus rostros. Por lo menos, ya no tenían los ojos espirales locos. Ya no me preocupaba que Minori-san y sus amigas nos destrozaran.

¿Podría ser que estuviéramos… a salvo? Hikaru-san me miró y yo lo miré.

“¡Los dos se miran a los ojos!”, Entonó Minori-san, con las manos levantadas hacia el cielo como una cantante de ópera estallando en un aria. ¡Toda la creación se vuelve oscura y distante! ¡Están solos en su propio mundo! ¡Caliente, ardiente, quema la pasión que fluye entre ellos! Aunque están cubiertos de barro, todavía son, de hecho, su toque absorbente los hace aún más hermosos.

“Uh. ¿Minori-s-san? Yo creo que-”

“¡¡Tiempo de fotos!!”

Lo siguiente que escuché fue una cascada de sonidos de obturadores de cámaras digitales. Minori-san había sacado una cámara de quién sabía dónde y comenzó a tomar fotos de nosotros. Cambió de un ángulo a otro con la velocidad de un fotógrafo profesional, tan rápido que ni siquiera tuvimos tiempo de intervenir con un comentario inteligente.

“¡Hoo hoo! ¡Ufu-fu-fu-fu-fu-fu!”

El sonido del obturador se mezcló con su risa desconcertante. Hikaru-san y yo, ambos completamente exhaustos, no pudimos luchar, no pudimos correr, no pudimos hacer nada en absoluto.

***

Día ocho.

El día tan esperado de la entrega.

Minori-san llegó a casa agarrando una caja de cartón que presumiblemente incluía el infame libro BL (Super-M Gafotas, ¿verdad?) Y sonriendo como si no hubiera un mañana.

Me encontré con ella en la entrada principal. “¡Finalmente! ¡Pensé que iba a morir! “, Anunció, a pesar de que no había dicho nada. Supongo que ella realmente estaba feliz con ese libro.

“¿Pensaste que ibas a morir?” Dije con desprecio. Solo el recuerdo del atuendo que Minori-san me había obligado a usar durante los últimos tres días fue suficiente para paralizarme con los heebie-jeebies. Si tuviera una máquina del tiempo, lo primero que haría sería borrar, no los datos, sino toda esa desagradable experiencia pasada.

Por cierto, la pequeña sesión de fotos de Minori-san conmigo y Hikaru-san el día anterior debe haberla saciado finalmente, porque después, ella pareció recuperar la cordura.

Poco después de eso, todos nuestros amigos con lavado de cerebro (?) Volvieron a la normalidad, todo a la vez. Simplemente habían sido cautivos de la fuerza de su pasión.

“¡Realmente lo estaba! Por eso te hice vestirte así”.

“Bueno, la próxima vez que te sientas así, espero que prefieras morir”.

Hikaru-san, probablemente habiendo alcanzado el límite de su resistencia, estaba en cama con fiebre hoy. No estaba enfermo, pero mi cuerpo se sentía increíblemente pesado.

“Aww”.

“Vamos, no me des esa mirada”.

“Está bien, no te preocupes”, dijo Minori-san. “Podré mirar las fotos de ayer y obtener todo moe”.

La forma en que ella hinchó sus mejillas fue tan adorable, ¿qué se suponía que debía hacer?

“¡Dios, ya basta!” Me encontré exclamando.

En respuesta, Minori-san me dio una sonrisa sorprendentemente lánguida. “Estoy muy contenta de que hayan venido. Incluso terminaste posando para mí y todo”.

“Nos apuntaste con tu arma”.

“¿Qué? No, no, simplemente estaba sosteniéndolo”.

“Ese es el JSDF para ti… Siempre una excusa”. Di un largo suspiro. Entonces dije: “Huh. Sabes, tienes una foto de nosotros luciendo como si estuviéramos el uno en el otro, pero nunca en uno en el que realmente estuviéramos a punto de ponernos calientes y pesados “.

Y gracias a Dios por eso.

Conociendo a Minori-san, temía que nos obligara a hacer algo que requeriría un mosaico en la foto final, pero afortunadamente, Hikaru-san y yo nunca nos acercamos más que nariz con nariz. … No es que estuviera emocionado por eso.

En otras palabras, nunca cruzamos la frontera final.

“Por supuesto,” dijo Minori-san con una sonrisa. “La belleza de BL es el desvanecimiento al negro”.

“¿De verdad?”

“El momento antes del beso es el que deja volar tu imaginación”.

“… Huh. Huh”

“Y…” Minori-san miró a lo lejos por un segundo. “Hay más para amar que empujar sus cuerpos juntos. A veces el amor es más perfecto cuando nunca tocas en absoluto”.

“Vaya, yo… siento que eso es realmente profundo, pero pensándolo bien, no es profundo en absoluto”.

Minori-san estaba parada allí con una mirada beatífica en su rostro. No podía hacer nada más que cansarme los ojos.

***

Y esa es la historia. La historia de la semana que pasaría a la historia como los Siete días de podredumbre, un recuerdo de miedo y vergüenza para los empleados de Amutech.

Y nos dejó una lección:

No tomarás BL de Koganuma Minori.

-FIN DEL VOLUMEN 07-