Ore ga Heroine o Tasukegite

Volumen 5

Interludio 1: Tetra la más Débil en Combate

“¡Rekka!”

Cuando Rekka cayó del último piso del Palacio Ryugu, Rosalind se transformó en murciélagos y lo siguió tan rápido como pudo. Para ella, era lo más obvio, pero ponía a Rain en la peor posición imaginable.

“Ah… uh…”

La princesa sirena fue invadida por el terror, incapaz de hacer otra cosa que temblar. Ella pensó que estaba a punto de ser asesinada. Ella pensó que todos los merfolk estaban a punto de ser asesinados. El hombre frente a ella tenía el motivo para hacerlo.

Pero después de deshacerse de Rekka, el hombre se quedó allí, inmóvil y en silencio. Era como si ni siquiera viera a Rain.

Tengo que escaparme…

Sabía que necesitaba correr, pero sus pies no se movían. El miedo había tomado el control de sus piernas.

La secretaria, que hasta ahora había estado observando cómo se desarrollaban las cosas en silencio, se acercó al hombre gigante y le susurró algo. Lentamente asintió y se volvió hacia Rain.

“Aah…”

Rain estaba casi llorando cuando sintió el opresivo peso de su mirada sobre ella. Se giró hacia el cuerpo de su madre asesinada.

Madre…

Pero, por desgracia, el cadáver que ya no era su madre no le ofreció consuelo.

El hombre se acercó en silencio.

La pena de perder a su madre y el miedo de que ella estuviera a punto de compartir el mismo destino arrasó con Rain al mismo tiempo. Ella ya no pudo contenerlo y comenzó a sollozar.

“Waah…”

Las enormes manos del hombre se extendieron hacia ella.

***

Palacio Ryugu, segundo piso. Baño de niñas. Tetra y Shirley se escondían en un puesto. “¿S-Se han ido las personas aterradoras?” “No lo sé, pero aún no podemos irnos”.

“Lo siento… Esto es mi culpa por decir que quería ir al baño”.

“No, yo también quería ir… No tuvimos suerte de que el baño del tercer piso estuviera siendo limpiado, ¿sabes?”

Cuando Rekka se fue para entregar a Raúl al personal, las dos chicas también salieron a visitar el baño. Ahí era donde estaban cuando los piratas se apresuraron al palacio, dejándolos incapaces de volver con los demás.

¿Qué debo hacer? ¿Qué debo hacer?

De todas las chicas, Tetra era la más débil en combate. Después de todo el tiempo que había pasado viviendo bajo tierra, en general era débil. Si incluso un solo pirata los encontrara, no habría nada que ella pudiera hacer. Y Shirley era científica, por lo que lo mismo probablemente era cierto para ella.

Las dos chicas se acurrucaron en silencio después de eso, pero incluso sin decir una palabra, podían sentir que la otra temblaba mientras se abrazaban.

“E-Está bien”, dijo finalmente Tetra, tratando de hacer que ambos se sintieran un poco mejor. Rekka vendrá a salvarnos. Lo sé. Así que hasta que lo haga, quedémonos aquí para que la gente aterradora no pueda encontrarnos”.

“S-Sí”.

Pero como si su oración hubiera sido escuchada y cruelmente negada, la puerta del baño se abrió con un clic. Los ojos de Tetra se abrieron de par en par ante el sonido. Ella hizo todo lo posible para mantenerse bajo control, incluso poniendo su mano sobre su boca para evitar gritar. Miró y vio que Shirley estaba haciendo lo mismo. Ambas chicas esperaron con ansioso horror mientras los pasos resonaban siniestramente en la pequeña habitación.

Por favor… solo vete…

Pero los pasos se detuvieron de repente. Se detuvieron justo en frente del puesto donde se escondían las dos chicas asustadas.

¡CHASQUIDO!

La puerta del puesto estaba dividida en dos. La mitad superior se deslizó de sus bisagras y cayó al suelo, revelando a un hombre imponente que los miraba.

“Rekka…”

La súplica llorosa de Tetra cayó en oídos sordos.