Ore ga Heroine o Tasukegite

Volumen 2

Capitulo 3: Oraciones Y Traición

Parte 1

“¡Muy bien, vamos a matar a este monstruo!” La voz de Bah todavía era alegre cuando llegamos a la aldea de Jizu, pero…

“No pasara…” dije.

“Mis pantorrillas están tan rígidas…” dijo Satsuki.

“No puedo pararme sin sostener a mi bastón…”, dijo Harissa. Tetra solo jadeó.

Cuando llegamos a la aldea de gente topo, estábamos todos demasiado exhaustos para luchar contra cualquier monstruo.

“Hmm… Bueno, el sello se está debilitando, pero no se romperá en ningún momento en el próximo día o dos, así que  supongo que es seguro descansar”.

“¿Puedes decirme, Bah? Todavía estamos en la entrada del pueblo,

¿verdad?”

Tetra había dicho que el Salón de Sellado estaba en el templo en la parte trasera del pueblo.

“Puedo tener una idea básica, sí”, respondió Bah.

Bueno, de todos modos quería un descanso, así que no iba a quejarme.

Entramos en el pueblo Jizu, sintiéndonos un poco mejor. Era un pequeño asentamiento en una caverna que se abría bajo tierra. Casi le dio a todo el pueblo la sensación de estar dentro de un gran gimnasio.

Los edificios con techo abovedado estaban hechos de piedra y tierra. No había muchos, y todos eran pequeños.

“No hay mucha gente aquí”, me dije mientras caminaba por la ciudad.

“Así es. El pueblo no puede ser más grande que la cueva, por lo que la población, naturalmente, no crece”. Tetra parecía un poco molesta cuando habló.

“Por cierto, ¿qué es lo que ilumina esta aldea? No es fuego, y no puede ser electricidad… ”

Ahora era el turno de Tetra para explicar.

“La luz no tiene fuente. Es una bendición de Dios. Todo el pueblo está siempre rodeado de luz”.

“¿Qué haces cuando quieres dormir?”

“¿Huh? Cerramos los ojos”.

Supongo que simplemente se acostumbraron.

Un hombre, probablemente un aldeano, se acercó. Nos inclinamos un poco el uno al otro, y luego siguió caminando. Él solo nos miró y se fue.

“… Esa es una respuesta muy diferente de cuando estaba en el otro mundo”.

Todos me habían mirado entonces.

Tetra y los aldeanos estaban bastante pálidos, pero el sol había bronceado nuestra piel y la había puesto de un color diferente. Debería haber podido decir al instante que éramos extraños. ¿Acaso no le importaban otras personas? Mientras reflexionaba sobre esto, Tetra se detuvo al comienzo de la línea.

“Este es el santuario de la aldea Jizu”.

“Huh…”

Miré hacia el edificio, que era significativamente más grande que cualquiera de los otros.

Me recordó una versión más pequeña de los templos griegos que había visto en la historia o en los libros de arte. Pero todavía era mucho más grande que las otras casas, y había tallas en el techo y los pilares. Los materiales de los que estaba hecho no parecían haber sido excavados bajo tierra.

“Es como si alguien acabara de traer esto aquí”.

“Hubo un tiempo en que intenté investigarlo, aunque no aprendí mucho. Esta es otra de las bendiciones de Dios, así que creo que podría tener algo que ver con eso”.

“Ya veo.”

Todavía tenía un poco de curiosidad, pero más que nada, solo quería descansar.

Como no había ningún tipo de posada en la aldea de Jizu, decidimos descansar en una habitación abierta en el templo. Tetra ordenó a los aldeanos que nos trajeran camas, luego nos acompañó a la habitación, pero…

“Um, Tetra… ¿Hay solo una habitación?”

“Si.”

“Y parece que solo hay dos camas, ¿sí?”

“Lo siento. Estas son las únicas dos camas de repuesto en el pueblo”.

Bueno, era un pueblo pequeño. Tal vez eso no podría ser ayudado. No me iba a enojar exactamente en Tetra por la forma en que nos estaban tratando. Pero…

“……”

“Ooooh… Ahhh…”

Satsuki y Harissa estaban mirando las camas con tanta atención que me estaba asustando.

“Muy bien, todos. Buenas noches.”

Tetra se inclinó y silenciosamente salió de la habitación. Nadie dijo una palabra hasta que ella cerró la puerta.

Pero el silencio no duró mucho.

Satsuki se volvió hacia Harissa con la mirada más seria imaginable en su rostro.

“Harissa, no quieres dormir en una cama estrecha, ¿verdad? Rekka y yo dormiremos uno al lado del otro.

“¡No! Soy más pequeña, así que tiene sentido para mí y para Rekka dormir en la misma cama… ”

“Está bien. Cuando era niño, solía acostarme con Rekka todo el tiempo… ”

“Mi familia también era pobre, así que estoy acostumbrado a compartir una cama con mis hermanos…”

“No, insisto”.

“No, insisto”. Continuaron discutiendo.

“Dormiré en el suelo, para que cada una pueda dormir en su propia cama”. Traté de comprometerme, pero…

“Tienes que luchar contra el Monstruo mañana, ¿verdad? No puedes dormir bien en el suelo”.

“Así es. No necesita hacer eso, señor Rekka… Sinceramente, preferiría dormir en la misma cama…” Harissa se detuvo, murmurando mientras su rostro se ponía rojo brillante. ¿Qué fue eso?

De cualquier manera, mi plan fue derribado.

“Está bien… saldré afuera por un minuto. Ustedes dos decidan.”

Rápidamente salí de la habitación. Si me hubiera quedado, probablemente me habrían pedido que decidiera con quién quería acostarme.

Por el momento, solo iba a pasear e intentar encontrar un lugar para dormir.

“Rekka, creo que puedes ser un poco más pervertido”, suspiró R mientras flotaba por el aire a mi lado. “O tal vez los tres podrían dormir juntos”.

“¡No puedo hacer eso!”

“Por favor, hazlo. Y luego haz lo que viene naturalmente también. De lo contrario, no puedo terminar mi misión”.

“No es tan fácil… ¿Eh?”

Mientras hablaba con R, entré en una habitación más grande en el templo. Tetra estaba de pie en silencio en el centro de la habitación.

“¿Tetra?”

“Oh, Rekka. Que pasa ¿No puedes dormir? ”

“No, surgió algo antes de que siquiera pudiera pensar en ello”.

“…?”

Tetra solo parecía confundida. Pero sí, supongo que lo haría. Apenas lo entendí yo mismo.

Sin ninguna razón en particular, entré al gran salón.

“Por cierto, ¿qué es eso?” Me senté al lado de Tetra y le señalé lo que ella había estado mirando.

Era algo en el centro de la habitación: una estatua de una diosa y una caja. La caja era rectangular, con forma de ataúd sin tapa. Estaba grabado y pegado al suelo, por lo que probablemente siempre había estado allí. La diosa estaba encima del ataúd, sosteniendo una espada.

Era un templo, por lo que era natural tener una estatua de una diosa… pero el ataúd y la espada hacían que pareciera un monumento fortuito.

“Esta es otra de las bendiciones de Dios. Si pones comida o ropa en esta caja y rezas, lo que pongas dentro se multiplicará”.

“¿Seriamente? Eso es increíble.”

Eso realmente sonó como un milagro divino. Era sorprendente que también hubiera luz bajo tierra, pero eso fue un poco aburrido, para ser honesto.

“¿Puedo usar esto también?”

“No. Esto fue hecho por Dios para el beneficio de los guardianes, por lo que solo nosotros podemos usarlo”.

Demasiado. Si hubiera podido ponerle un poco de té y bocadillos japoneses para obtener más, podría haberme tomado un descanso y relajarme un poco. Hubiera sido agradable deshacerse de algo de la fatiga que se había estado acumulando últimamente.

Tetra me contó más sobre el ataúd. Aparentemente, cuantas más personas rezaran, más rápido se multiplicarían las cosas dentro. Y no había límite en cuanto a cuánto. Mientras siguieran orando, el contenido seguiría aumentando en número.

Durante generaciones, el clan de Tetra había estado en control de este ataúd. Ella dijo que había aprendido todo esto a través de los viejos pergaminos y libros que encontró por su cuenta.

“Una vez cada siete días, el pueblo se reúne en el templo para rezar por toda la comida, el agua y la ropa que necesitamos. Es la forma más eficiente de asegurarse de que todos obtengan lo que necesitan”.

En el pasado, cada persona rezaba por lo que quería individualmente, supuestamente. Pero cuando todos rezaban por sí mismos, la gente tenía que esperar en la fila. Y si dejas que algo se estropee, solo podrías obtener más de lo estropeado. Es por eso que Tetra decidió que se reunirían y rezarían, y luego entregarían lo que cada persona necesitaba.

“Es difícil ser la hija del jefe de la aldea, ¿eh?”, Dije impresionado. Lo dije como un cumplido, pero Tetra miró hacia abajo.

“Desearía poder traer más vida a la aldea… esperaba que la regla que establecía sobre la oración una vez cada siete días hiciera que todos se sintieran parte de un grupo. Pero no fue tan fácil”. Tetra frotó el borde de la caja con el dedo. “Este ataúd es lo que nos mantiene vivos, pero nos ha robado cualquier razón por la que tuvimos que trabajar duro para sobrevivir. Nos da comida y ropa, todo lo que necesitamos”.

“… ¿Alguno de los aldeanos te está ayudando?”

Pensé que era una pregunta bastante obvia, pero Tetra sacudió la cabeza.

“El pueblo está infectado con decenas de millones de años de pereza. Este es un pueblo de cadáveres vivos. Incluso con lo que está sucediendo ahora, solo yo y algunos otros jóvenes estamos interesados. Los adultos, incluso mi padre, el jefe, no intentarán hacer nada.” Tetra suspiró un poco mientras hablaba.

Probablemente había renunciado a pedir ayuda a los aldeanos. Había trabajado muy duro sin el apoyo de nadie… Debe haber estado realmente cansada.