Hige wo Soru. Soshite Joshi Kōsei wo Hirou (NL)

Volumen 2

Capítulo 14: Ayuda

 

 

Hige wo Soru. Vol 2 Capítulo 14 - Novela Ligera

 

Publicidad G-AR



—Ah… finalmente lo hice.

—No… esta vez esto fue difícil.

Cuando el sol comenzó a ponerse, finalmente terminé de entregar el programa que me solicitaron. Tanto Hashimoto, que estaba en el asiento de al lado, como yo estábamos completamente exhaustos.

—Cuando organicemos un viaje, no solicitaremos los materiales que no vengan por escrito en la orden de compra.

—De ahora en adelante, cada agregado tendrá un cargo, pero será difícil… porque hacer un cobro excesivo hará que pronto nos traten con desprecio.

Publicidad M-M4

Incluso Hashimoto, que casi no se quejaba del trabajo, esta vez simplemente expresaba sus quejas.

—Bueno, de cualquier forma, todo salió bien. Buen trabajo.

—Buen trabajo.

Los dos levantamos las latas de café que había comprado y las abrimos al mismo tiempo. Hoy era un día de entrega, por lo que desde la mañana había estado tenso, pero finalmente pude tranquilizarme. Mientras me relajaba, el Smartphone en mi bolsillo vibró.

—¿Mm?

¿Quién será a esta hora? Saqué el Smartphone de mi bolsillo, miré la pantalla; se trataba de un mensaje de Sayu.

[Invitaré a casa a un senpai del trabajo. Regresará a casa antes de que Yoshida-san vuelva. Te estoy avisando para que no te preocupes mucho…]

Y eso fue lo que me escribió.

—Un senpai de su trabajo de medio tiempo…

El contenido del mensaje me hizo sentir incómodo. ¿Se trataba de Asami? No, si se tratara de Asami, finalmente hubiera escrito “Asami” y no lo hubiera escrito de esa forma en que no lo dice expresamente. Si ese es el caso, puede ser un senpai que no sea Asami, pero la siguiente frase me llamó extrañamente la atención “No te preocupes mucho”.

No había ningún problema si invitaba a la casa a una persona con la que tenía una buena relación. En realidad, no me ha pedido permiso para llevar a Asami, y últimamente no me ha mandado ni un mensaje para pedirme permiso para que ella vaya. Ahora que lo pensaba, recordé lo que dijo Asami hacía unos días.

“Hay un senpai en el trabajo que tiene un aura desagradable”. “¿A qué te refieres?”.

“Bueno, parece que es un mujeriego”.

En ese momento, inconscientemente me levanté del escritorio. Hashimoto pareció sorprendido y me miró. Y luego, Gotou-san, que estaba sentada en un escritorio distante, sacudió sus hombros y miró en mi dirección. Desconcertado, me senté en la silla, pero el mal presentimiento de unos segundos atrás se arremolinó en mi pecho.

—Yoshida, ¿qué pasa?

Hashimoto que estaba a mi lado me habló con voz preocupada. Los pensamientos me estaban dando vueltas en la cabeza. La entrega estaba hecha. Todo lo que quedaba era el informe y transferir el control.

No quedaba nada que solo yo conociera. Con los pensamientos dando vueltas rápidamente en mi cabeza, tomé mi chaqueta de la silla mientras le decía a Hashimoto:

—Perdón, me voy temprano. ¿Te puedo dejar lo que sigue?

—¿Eh? ¿Por qué tan de repente?

—Te lo explicaré en otra ocasión.

—Bueno, está bien, lo entiendo. De alguna forma, me las arreglaré. Hashimoto puso una sonrisa forzada y luego me dijo adiós con la mano.

—No entiendo bien por qué, pero será mejor que te des prisa.

—Perdón. Gracias.

Metí mi laptop en mi portafolio, me aseguré de llevar mi Smartphone y mi billetera, e inmediatamente salí de la oficina. A mí espalda escuché la voz de Gotou-san diciendo “¡¿Yoshida-kun, qué sucede?!” y luego, escuché que Hashimoto contestó: “Tiene un dolor abdominal tan fuerte como si fuera dolor de parto”.

***

 

 

No importaba cuánto corriera, porque el tren no iría más rápido. Con un sentimiento de intranquilidad, camino a casa, me balanceé en el interior del tren y, estando de pie en el vagón, le mandé un mensaje a Sayu: “¿Estás bien?”, el cual no contestó.

Mi ansiedad se incrementó demasiado. Cuando llegué a la estación de tren más cercana a mi casa, corrí con todas mis fuerzas. Corriendo no era una gran distancia. En un abrir y cerrar de ojos llegué a la casa. Confundido, giré la llave y abrí la puerta.

Lo primero que vieron mis ojos fue a un tipo desconocido, que se quedó absorto y que también me miró. Y luego, cuando miré hacia el otro lado, pegada a la pared como si estuviera huyendo, estaba Sayu.

—¡Sayu!

Cuando grité su nombre desesperadamente, Sayu se quedó con la boca abierta como si estuviera sorprendida, y ella dejó escapar un suspiro como si se hubiera quedado sin energías. Cuando lo miré, me di cuenta de que el cabello de Sayu estaba desordenado. Y su ropa, aunque no estaba rasgada, sí estaba arrugada.

Delante de Sayu había un tipo desconocido. Sentí que mi temperatura corporal aumentó. Seguramente se trataba de mi ira. Sin embargo, dentro de mí todavía quedaba un poco de razonamiento que me impedía saltar sobre el hombre en el acto.

—Sayu… —Cuando miré a Sayu ella me miró estupefacta—. Este tipo… ¿Es tu novio? —pregunté, aunque sabía la respuesta.

Esta era la casa de Sayu y mía. Pensé que sería irracional correr a los invitados de Sayu a mi propia discreción. Estaba claro que los ojos de Sayu estaban húmedos, aunque estaba, lejos me di cuenta. Sayu no dijo nada, pero negó con la cabeza. Yo también asentí y solo le pregunté una cosa más.

—¿Está bien si lo echo?

Cuando dije eso, las lágrimas comenzaron a fluir de los ojos de Sayu y asintió varias veces con la cabeza.

—Bien.

En el momento en que vi eso, mi cuerpo se movió como un resorte.

Publicidad M-M1

—Eh, Esp-esp-esp-espera…

—Ven, ¡vamos!

—¡Para la violencia! ¡La violencia!

—Está bien, ¡¡¡ven!!!

Sujeté del cuello al hombre y lo eché. Afortunadamente era un tipo delgado, y a pesar de no tener un gran entrenamiento, pude sacarlo de la casa sin mucha dificultad. Cerré la puerta con llave y miré severamente al hombre.

—¿Quién eres?

Cuando le pregunté eso al hombre, estaba un poco más tranquilo al no estar al alcance de mi mano, y carcajeándose respondió:

—Yaguchi. Yaguchi Kyouya.

—¿Eres un senpai de Sayu en el trabajo de medio tiempo?

—Jajaja, contigo eligió ese nombre. Estando conmigo, esa chica eligió el de “Miyuki”.

—¿Miyuki?

—Esa chica estuvo en mi casa hace algunos meses. Aunque solo por algunos días.

Cuando escuché eso, me di cuenta de la seriedad del asunto. Tristemente, probablemente hacía tiempo que no tenía con qué pagar la renta y entonces, probablemente… le ofreció su cuerpo a este tipo. Y, por alguna razón, se volvió a encontrar con él. Entonces, ese “no te preocupes” en su mensaje… ¿Fue deliberado?

—De cualquier forma, soy el senpai de esa chica. Le dije que estaría bien si invitaba a su casa, pero no me dijo que vendrías.

—Lo sé. Recibí su mensaje.

Es por eso que entré en pánico y salí volando. Soy demasiado propenso a preocuparme.

Yaguchi me había mostrado hostilidad. Bueno yo también le había mostrado hostilidad a él así que era natural.

—¿Qué estabas haciendo?


Cuando se lo pregunté directamente, Yaguchi, desconcertado, puso una cara de sorprendido en su rostro y luego dejó escapar una risita.

—¿Qué no te diste cuenta? Estaba tratando de tener sexo.

Sentí que algo explotaba en el interior de mi cuerpo. Me contuve de darle un golpe con mi mano, y en cambio golpeé el piso del pasillo con mi pie que hizo un sonido como “Dan, dan”.

—Me estás jodiendo…

—No te estoy jodiendo. Estoy siendo serio a muerte. Si piensas eso, entonces en verdad no te has metido con esa chica.

—¡Eso es algo natural! ¡Es una estudiante de preparatoria!

—No, no, no. ¿Dónde está lo natural en eso? Yaguchi san se carcajeó y me señaló con su dedo.

—Es más extraño que ocultes a una chica de preparatoria durante dos meses y no le hayas hecho nada. ¿Acaso no es más que un riesgo social cargar con ella? Entonces, ¿qué beneficio tienes?

—Así que el beneficio es el problema…

—No, no, no, no.

Yaguchi interrumpió lo que estaba diciendo.

—¡No hay persona que acepte las desventajas sin los beneficios! Está bien decir cosas bonitas, pero no puedes precipitarte y condenar a alguien solo por eso.

—¡Deja… deja de joderme! No es correcto… ¡No es correcto que un adulto use a una niña de esa manera!

Cuando grité eso, Yaguchi parpadeó sorprendido y luego suspiró forzadamente.


—No se puede tener una conversación con una persona que no entiende.

—¿Qué quieres decir?

—Te diré por qué: eres igual.

—¿Eh? ¿Igual a quién?

—A mí.

Ya no pude decir nada ante las palabras de Yaguchi. ¿Este tipo y yo somos iguales? No pude entender nada de lo que estaba diciendo.

—Si vives con una estudiante de preparatoria en tu casa que te dijo “Ayúdame, por favor” y la escondes, eso te hace igual a mí. Si una persona accede, sin tener el consentimiento de los padres, y la deja quedarse en su casa, eso lo hace un criminal.

—De eso se trata, ¿verdad? Si ya eres un criminal, ¿acaso eso hace una gran diferencia?

—La violación, después de todo, es un delito, así que no es lo mismo. Si esa persona te dice que te ofrece su cuerpo a cambio de quedarse, ¿qué hay de malo en aceptarlo?

—Eres extraño…

—Eres tú el que es extraño. —Yaguchi continuó hablando sin parar—: Dejas que se quede en tu casa a cambio de encargarse de las tareas domésticas, pero ¿no estás jugando a los recién casados? No sé cuáles sean tus pasatiempos, pero dejar que se quede por dos meses sin compensación y además hacer que consiga un trabajo a tiempo parcial, eso es estar loco.

—Creo que es imposible hacer que se vaya a casa alguien que dice que no quiere ir a casa.

—Jajajaja, realmente no me puedo comunicar contigo.

Después de que Yaguchi se echó a reír, de pronto, me miró fríamente. En un momento, quitó su ambigua cara sonriente, y sentí como si hubiera tomado mis vísceras con sus manos.

—Bueno, entonces, ¿cuidarás de esa chica el resto de tu vida? Esa pregunta hizo que se me cortara la respiración.

—¿Vas a criar a esta chica por el resto de tu vida? ¿Cómo irá a la universidad? ¿Encontrará un empleo?

Yaguchi continuó hablando. Quería responderle, pero no me salían las palabras. Dejó de hablar y suspiró ligeramente.

—Vaya… ¿Eso no es irresponsabilidad? —Después de decir eso, Yaguchi exhaló por la nariz.

— Es lo mismo, somos lo mismo. Terminarás teniendo sexo, porque finalmente ahora estás utilizando a esa chica para lo que quieres hacer, ¿no es así? Probablemente te sientas bien por haberla salvado, pero cuando su presencia sea un inconveniente para ti, no tendrás más alternativa que echarla. Es irrelevante lo que pienses ahora. Porque…

Después de decir eso rápidamente, me frunció el ceño y me miró severamente, luego, habló lentamente.

—Porque tú no eres el padre de esa chica.

Ante las palabras de Yaguchi, sentí que algo aplastaba mi estómago. Lo sabía. Eso lo sabía. Aun así… la quería salvar. ¿Ese sentimiento está equivocado?

—Pero… —dije, mientras apretaba mi puño—. Sin embargo…. —Miré severamente a Yaguchi que estaba frente a mí—. Definitivamente, no seré uno de esos adultos que implantan ese extraño sistema de valores.

Publicidad M-M2

Probablemente, Yaguchi tenía un argumento válido. No podía responderle nada. Sin embargo, no pensaba que eso justificaba lo que estaba haciendo. Aunque había un caos en mi pecho, lo que había dicho, ciertamente, eran mis sentimientos sinceros.

Yaguchi tenía una mirada tan dubitativa que hasta un extraterrestre era capaz de darse cuenta. Me miró, luego rápidamente miró hacia otro lado, y se rascó la cabeza.

—Eres una persona patética. Y débil —dije yo. Pareciendo debilitado, se dio la vuelta y comenzó a caminar por el pasillo—. ¡Oye!

Cuando grité, Yaguchi, pareciendo molesto se dio la vuelta.

—¿Qué?

—Ya no te metas con Sayu. Para nada.

Cuando dije eso, Yaguchi, pareciendo aún más molesto, suspiró profundamente.

—Si sigues con ese sentido de justicia y te sigues masturbando, el amiguito de la parte inferior de tu cuerpo se marchitará. Ya no le pondré una mano encima. Lo prometo.

Después de decir eso, Yaguchi de nueva cuenta comenzó a caminar. Cuando iba a mitad del pasillo, se detuvo de repente y luego se dio la vuelta.

—Aunque haya dicho eso, sería súper aburrido si me doy por vencido de inmediato.  Solo para que lo sepas —dijo con un tono ridículo.

—No tengo ganas de hacer esto.

—Bueno, aunque estás diciendo eso… si Miyuki-chan deja de ir al trabajo de medio tiempo, creo que será tu derrota y yo me estaré riendo, por supuesto.

Yaguchi solamente dijo eso y luego se fue caminando por el pasillo. Lo vi hasta que desapareció su figura, para asegurarme, y luego me recargué en la pared del pasillo.

Las palabras de Yaguchi daban vueltas en mi mente. “Probablemente te sientas bien por haberla salvado”. ¿Qué hay de malo con salvarla?

No sabía si estaba enojado o triste. Las emociones hacían que la temperatura de mi cuerpo se elevara terriblemente, y las ideas se arremolinaban en mi cabeza y no se iban, lo que hacía que la temperatura aumentara aún más.

¿Qué hay de malo en ayudar a una niña herida?

 —Me estás jodiendo…

Esas palabras salieron de mi garganta sin querer. Mi aliento estaba caliente. Habló sobre ventajas y desventajas. Los adultos deberían proteger a los niños. Todos.

—Mierda…

¿Nadie le habría ayudado? ¿Nadie le habría tendido la mano? ¿Por qué debería hacerlo?

—Parece que ellos no lo hicieron…

Infringirle más heridas a una niña que ya está herida ocasionará que ya no se pueda recuperar. ¿No me haré responsable y la echaré?

—Si yo hiciera eso… ¡Eso haría que lo que ellos hicieron estuviera bien!

Los sentimientos en mi pecho tomaron forma, explotaron, pasaron por mi garganta y salieron por mi boca. Mi respiración se tornó violenta. Por alguna razón, mi mirada estaba temblando. Me tomó algunos segundos darme cuenta de que las lágrimas estaban fluyendo.

Me recargué en la pared del pasillo y me senté. Cuando mi respiración se normalizó, de repente, la puerta de la casa de enseguida se abrió. La persona que vivía al lado parecía una buena clase de mujer.

—Este… hay un poco de ruido, pero… ¿Está todo bien?

Excepto los días en que nos encontrábamos y nos saludábamos, no había conversado ni una sola vez con mi vecina. Era claro que tenía una expresión de confusión en su rostro, y sentí que mi cara se puso roja.

—Perdón… por el ruido. Entraré a la casa pronto.

—Ah, no… se solucionó, qué bueno.

—Sí…

Después de esa fría conversación, de pronto, la vecina cerró la puerta. Suspiré e intenté calmarme un poco. Cuando lo hice, recordé que Sayu estaba dentro de la casa. Sí, más que mi enojo, ahora todo se trataba de ella. Por la confusión, si escucha que el pomo de la puerta hace un sonido sordo, no abrirá. Ahora que lo pensaba, yo mismo cerré la puerta con llave. Metí la llave, la giré y abrí la puerta.

—Sayu…

Cuando entré, Sayu estaba en el mismo lugar, sentada en la misma posición. Sus hombros se balanceaban a intervalos regulares… porque estaba llorando.

—Sayu, ese tipo ya se fue.

—Yoshida-san.

Sayu levantó lentamente su cara, y luego me miró absorta. Tenía la cara empapada de lágrimas.

—Yo… ¿qué pasó?

Mientras decía eso, las lágrimas rodaron nuevamente por sus mejillas. No me pude contener, caminé hacia donde estaba Sayu y me senté frente a ella. Y luego, tomé su mano. Cuando lo hice, Sayu vio mi mano y la tomó con sus dos manos.

—Yo… antes… con ese tipo… lo hice.

Me dolió el pecho. Por un momento estuve a punto de imaginármelo, pero de inmediato ahogué ese pensamiento.

—Sin ningún sentimiento de incomodidad, como si fuera algo natural.

—Sayu.

—Muchas, muchas veces.

Publicidad G-M3



—Sayu, ya está bien.

—Yo pensé qué… —Cuando Sayu dijo eso, su voz tembló. Apretó mi mano con fuerza.

— Ahora, cuando estaba a punto de hacerlo de nuevo… me dio miedo.

Sayu se limpió la nariz mientras su cuerpo temblaba, luego agachó la cabeza.

—Yoshida-san… ¿Me he vuelto extraña? Esas palabras me dejaron sin aliento.

—Lo que hacía antes, ahora ya no lo puedo hacer… ¿qué me está pasando? Ni yo misma lo sé…

—Sayu…

Sin darme cuenta, abracé a Sayu.

—Está bien. Eso es lo normal…

—Pero… pero… siempre lo había hecho hasta que vine aquí… es tan repentino.

—Está bien. Está bien que de miedo lo que debe dar miedo. No estás equivocada.

—Mm…

Abracé a Sayu con fuerza y luego, sin poder decir nada, Sayu gritó y se echó a llorar en mi pecho.

¿Por qué? ¿Por qué esto había resultado de esta forma? Mientras abrazaba a Sayu mi pecho se llenó de impotencia. Aunque, en ese momento, pensé que el sistema de valores de auto sacrificio que se le había inculcado finalmente había terminado.

Y eso no era todo. Ciertamente había cambiado un poco, ya que pudo negarse a abrazar a un hombre que no era amable con ella. Y esa no debía ser definitivamente una sensación equivocada. Pero era una sensación que no podía afirmar que fuera afirmativa. De esta forma no había nada que no se pudiera lograr. Me mordí los labios y me supieron a un poco a hierro.

—Está bien Sayu. Estuvo bien que te negaras. Es admirable.


Después de decir, eso Sayu rodeó mi espalda con sus manos y mientras su cuerpo temblaba, dije:

—Pero, como me negué… tal vez les cuente a varias personas sobre mi pasado… si es así, le contará al gerente, y este le hablará a la policía y quizá eso meta en problemas a Yoshida-san.

—Entonces estará bien. Tenerte aquí es mi responsabilidad.

—¡Eso…!

Levantó su cara empapada y luego me miró. No sabía lo que quería decir, pero no quería escuchar de ninguna manera lo que seguía.

—¡¡¡Por favor!!! —Interrumpí lo que iba a decir y luego grité—. ¡Solamente piensa más en ti misma! Sayu sorbió el flujo nasal varias veces y luego me miró estupefacta.

—¿Por qué siempre te lastimas a ti misma? No creo que siempre sea malo que te lastimes a ti mismo… pero, si no te quieres a ti misma… ¡nadie te protegerá…!

Trataba desesperadamente de contener las lágrimas. Sentía que mi voz reverberaba en toda la habitación. Después de eso, sentí que el silencio se había alargado extrañamente. Solo se escuchaba el ruido de Sayu sorbiendo sus fluidos nasales y el sonido del abanico, que estaba encendido. Sayu me miró a la cara y, con las lágrimas rodando por sus mejillas, dijo:

—¿Por qué Yoshida-san… me protege de esta manera? Cuando me preguntó eso, estupefacto miré a Sayu.

“Cuando esa chica se convierta en una molestia para ti, no tendrás más remedio que echarla”. Fue lo que dijo Yaguchi. De forma desordenada, sus palabras pasaron por mi cabeza.

—No… lo sé… —respondí, reconociéndolo—. Yo tampoco lo sé…

Tras decir eso, agaché la cabeza. Pensé que el dejar que Sayu permaneciera en mi casa era para compensar mi soledad y darle a Sayu una vía de escape. Pero, en verdad, odiaba ver a Sayu herida. No sabía la razón. No sabía si esta vida juntos era para ayudar a Sayu o para ayudarme a mí. No sabía por qué está ambigua “realidad” me estaba asfixiando. Mientras tenía la cabeza gacha, sentí que algo cálido me envolvió, y me di cuenta de que Sayu me estaba abrazando.

—Yoshida-san… —ella habló con una voz nasal—. Perdón.

—Te disculpas.

—Gracias.

—Has cambiado… después de todo.

No quería que me mirara mientras estaba conteniendo el llanto, por lo que agaché más la cabeza. Entonces, valientemente, Sayu me abrazó con fuerza. El pecho de Sayu estaba pegado a mi cara con fuerza. Pensé que era suave.

—Quien me cambió fue Yoshida-san —dijo ella. No era unas palabras especiales, pero le contesté en el mismo tenor.

—Quiero que te conviertas en una estudiante de preparatoria normal.

—Sí…

—Que vayas normalmente a la escuela, que hagas amigos, que estudies muchas cosas y te conviertas en adulta.

—Sí…

—Cuando veo que no puedes hacer eso… no lo puedo soportar. Pero es mi forma de hacer las cosas.

—Sí…

Publicidad M-M5

Presioné el hombro de Sayu, y la fuerza de sus brazos se debilitó y me soltó.

—Aunque ya no sé si esto es por tu bien o si es por mi bien —le dije, mirándola a los ojos.

—Quiero que Sayu se dé más importancia a sí misma… lo pienso sinceramente.

Sayu escuchó lo que estaba diciendo y, después de que se humedecieron un poco más sus ojos, asintió varias veces con la cabeza.

—Sí. Sí. Entiendo.

Con la cara empapada de lágrimas, y aun sin estar del todo calmada, Sayu mostró una sonrisa amable.

—Me esforzaré.

No sabía por todo lo que había pasado Sayu hasta ahora, no podía pretender saberlo, probablemente no sabía absolutamente nada. Sin embargo, aun así… Pensé que esa sonrisa aun sin arreglarse era de verdad hermosa. Inconscientemente, Sayu sorbía sus flujos nasales. Luego, me sequé las lágrimas con las mangas de mi camisa e inconscientemente suspiré.

—¡Ah!

—¡Haré una sopa de miso!

—¡¿Eh?!

—¡Como lloré mucho necesito comer algo salado!

Publicidad M-AB

—Oh… sí…

Después de decir eso, Sayu se levantó y se dirigió a la cocina. ¿Todavía tenía tapada la nariz? Mientras aspiraba fuertemente vertía agua en la olla. Cuando comenzó a hacerlo, la miré, y me sentí un poco aliviado. Si hubiera llegado un poco más tarde, tal vez ella hubiera caído en la desesperanza y probablemente no estuviera de pie como en este momento.

Al menos, pude ayudarla esta vez. Solo con eso, pude considerar que mi encuentro con Sayu tenía algún significado. Sin embargo, recordé que continuamente era empujado por “la realidad”.

No me puedo convertir en el padre de Sayu. En algún momento ella debe regresar a casa.

Sentí que el ruido que indicaba que una vaga realidad se estaba acercando estaba aumentando. Debido a que no se ha resuelto nada, llegué a la conclusión de que al menos yo no debería olvidarlo.

Mantente Enterado
Notificarme
guest
This site uses User Verification plugin to reduce spam. See how your comment data is processed.

INSTRUCCIONES PARA LA ZONA DE COMENTARIOS

1- No Puedo Comentar: Toca los botones que estan debajo del recuadro de comentarios, aquellos que le cambian el estilo a Negrita, Cursiva, etc. (B, I, U, S)

2- No Aparece Mi Comentario: Es por nuestro sistema de moderación, luego de revisar y aprobar tu comentario, este aparecera. NOTA: Usa un correo real o no se aprobara tu comentario.

3- ¿Como Escribo un Spoiler?: Toca [ + ] (es el botón spoiler) y aparecera una ventana, ahí debes poner el TITULO de tu spoiler (recomendamos poner simplemente SPOILER), luego en el codigo que aparecera en el recuadro del comentario debes escribir dentro de los simbolos ] [

[spoiler title="Titulo de tu spoiler"]Aqui va tu spoiler[/spoiler]

Nota: Todo el texto que coloques antes o despues del codigo del spoiler sera visible para todos.

3 Comentarios
Mas Votados
Mas Recientes Mas Antiguos
Respuestas en el Interior del Texto
Ver todos los comentarios