Otome Game no Hametsu Flag shika nai Akuyaku Reijou ni Tensei shite shimatta… (NL)

Volumen 8

Capítulo 3: La Asamblea Internacional

Parte 1

“¡Lord Cezar, es peligroso pararse en la parte trasera del barco de ese modo! ¡Vuelva adentro, por favor!”

Estaba en la cubierta, apoyado en la barandilla y mirando al mar. Suspiré, teniendo cuidado de no ser escuchado.

Sorcié nos había prestado este barco, y era mucho mejor que los maltrechos y endebles de nuestro país. Incluso la barandilla de la parte trasera era sólida. Podría apoyarme en ella todo lo que quisiera y no sería peligroso… Pero, ¿qué van a saber ellos? Estas personas nunca habían visto otro país más que el suyo y no sabían nada del mundo.

Aun así, señalar eso habría creado una fricción innecesaria, así que obedecí y volví a la habitación que había sido preparada para mí.

“Bienvenido de nuevo, Lord Cezar.” Me dijo Janne, mi criado y amigo de la infancia, tan pronto como entré.

“De verdad, Janne, no me llames así cuando estamos solos. Sabes lo que pienso sobre ese tipo de formalidad.” Le dije, molesto, y su expresión rígida volvió a su sonrisa habitual.

“Lo sé, claro, pero será mejor que practique. No querrías que la cagara en público, ¿verdad?” Dijo con el discurso informal que estaba tan acostumbrado a escucharlo usar.

“De todos modos, no eres del tipo que se equivoca.” Refuté.

Como alguien que lo conocía desde hacía años, tenía que pensar que estaba bromeando. Tenía prejuicios porque éramos amigos de la infancia, pero incluso ignorando ese prejuicio, aun así, lo consideraba un hombre extremadamente talentoso. No recordaba ni una sola vez que hubiera estropeado algo. Probablemente estaba actuando como un criado humilde sólo para burlarse de mí.

“Tienes razón. Yo, el gran Lord Janne, no conozco nada más que el éxito.” Dijo con una sonrisa, confirmando mi teoría. Se hizo sonar insoportable, pero tenía razón.

“Eso es genial. Por cierto, ¿no pretendería el gran Lord Janne ser un Dahl? Llevar ese apellido es demasiado gravoso para mí.” Dije en broma.

“Mi señor.” Dijo, volviendo a su discurso ridículamente formal mientras dejaba caer teatralmente los hombros.

“Jamás podría. El más bendito de los apellidos pertenece a la familia real, y como tal, será usted quien lo lleve, oh Lord Cezar Dahl.”

Esperaba ese tipo de respuesta, así que suspiré y me olvidé de eso. De hecho, ese era mi nombre: Cezar Dahl, Príncipe de Ethenell.

Aunque, todavía no estaba acostumbrado. Hace apenas unos meses yo todavía era simplemente Cezar el mercenario, vagando de un país a otro.

Mi destino cambió cuando el lascivo rey de Ethenell se interesó por mi madre, que formaba parte de una compañía de artistas que viajaba en el extranjero, y la obligó a vivir en el palacio. Eventualmente se aburrió de ella, pero en ese momento, ella ya estaba embarazada de mí y por lo tanto no podía permitirse el lujo de irse.

A pesar de estar sola en un país que ni siquiera conocía bien, mamá hizo todo lo posible para criarme sola.

“Cuando seas mayor, dejemos este lugar y viajemos juntos por el mundo.” Solía decir siempre. Como ex animadora ambulante, aún no se había rendido en ver mundo.

Me preguntaba si la vida en ese país desconocido fue lo que la debilitó. La enfermedad me la quitó cuando apenas tenía seis años, y luego me quedé solo.

El palacio estaba lleno de mujeres y niños, y a nadie le importaba un pequeño huérfano como yo. Estaba en el epicentro de la nobleza del país y, aun así, corría el riesgo de morir de hambre.

Sin embargo, a pesar de todo, alguien me ayudó: mi medio hermano, que ahora era el rey de Ethenell. Era nueve años mayor que yo y, por lo tanto, acababa de convertirse en adulto— uno joven pero talentoso. Su madre era una noble muy conocida y él ya era uno de los mejores candidatos para suceder a su padre como rey. Era como alguien de un mundo completamente diferente.

Un día, cuando todavía ni sabía que él existía, me desmayé de hambre en la calle frente al palacio. Me encontró y empezó a hacerse cargo de mí. Su madre lo desaprobó, pero él insistió en convertirse en mi tutor.

Me confió a su leal institutriz, contrató a un instructor para que me enseñara todo lo que necesitaría para prosperar como realeza y, a veces, incluso me llegó a enseñar él mismo.

Me dijo que no tenía hermanos de su madre y que había tenido pocas oportunidades de pasar tiempo con sus medio hermanos, por eso me trataba tan bien. “Estoy tan feliz de tenerte conmigo, Cezar.” Decía siempre.

Una vez que cumplí la mayoría de edad, dije con arrogancia que quería salir del palacio, donde no me sentía como en casa. Me apoyó incluso entonces, diciendo que era mi vida y que era libre de hacer lo que quisiera con ella.

Así que, a la edad de quince años, dejé atrás el palacio y el título de príncipe, viajando por el mundo simplemente como Cezar. El hijo menor de la institutriz que me crio, Janne, vino conmigo. Supuestamente era para cuidarme, pero, conociéndolo, era sólo para divertirse.

Era duro allá fuera, pero todo era nuevo e interesante. Tenía algo de dinero conmigo, pero finalmente se acabó. Entonces me convertí en mercenario, porque la paga era buena.

Mi hermano me había enseñado a pelear con la espada en el palacio, y desde el inicio tuve un gran talento. Rápidamente me hice un nombre como Cezar el mercenario y pude ganar lo suficiente para vivir libremente.

Pasaron más de diez años y llegué a pensar que sería un mercenario hasta el día de mi muerte. Pero un día, mientras estaba en una misión trivial en Ethenell, escuché la noticia de que el hermano que me había salvado se había convertido en rey.

Así que finalmente lo hizo, pensé y, curioso, fui a visitarlo… Poco sabía que hacerlo volvería a cambiar mi vida.

Mi hermano se había convertido en rey, sí, pero a su alrededor no había más que enemigos.

Quería hacer algo sobre las terribles condiciones en las que nuestro padre había dejado el reino, pero al hacerlo, había terminado enemistando a los hermanos que querían la corona, a las concubinas de los nobles e incluso a su propia madre.

Después de ver eso, no pude volver a ser un mercenario. Me había salvado y ahora quería devolverle el favor. Me convertiría en su mejor y más leal aliado.

Mi hermano parecía arrepentido de verme renunciar a mi libertad para ayudarlo, pero me hizo trabajar día y noche hasta que pudiera volver a encajar en mi papel de príncipe. Estaba planeando quedarme a su lado como nada más que un vasallo, por lo que se sentía como una carga demasiado grande para mí. No obstante, insistió, diciendo que tener ese título “haría toda la diferencia”, y acepté de mala gana.

Y así fue cómo terminé participando en la Asamblea Internacional, celebrada en Sorcié, como el príncipe que representa a Ethenell. Se rumoreaba que Sorcié había florecido aún más desde la coronación del rey actual, así que esperaba aprender todo lo que pudiera de mi experiencia en el reino.

Tendré que hacer mi parte, engañar a todo el mundo y recolectar la mayor cantidad de información posible. Todo por mi hermano.

***

“¡Ugh, estoy tan aburrida!” Dije mientras me estiraba perezosamente en mi habitación dentro del castillo.

“El clima es tan agradable. Tengo muchas ganas de dar un paseo…” Murmuré mientras miraba por la ventana.

“No puede.” Respondió Anne de inmediato.

“Dignatarios de otros países están visitando el castillo y le han dicho que no camine innecesariamente durante todo el día.”

Para ser precisos, la Asamblea iba a comenzar al día siguiente. Pero como muchos de los participantes venían de muy lejos, el castillo había comenzado a aceptarlos como invitados esta mañana.

Se suponía que algunos de nosotros debíamos dar la bienvenida a los representantes extranjeros, y a los que no, se les dijo que simplemente esperaran en sus habitaciones. En particular, Jeord y Keith me habían dicho que no saliera de mi habitación por ningún motivo, para evitar encontrarme —o causar— algún problema.

Me hubiera gustado leer dentro del castillo si estuviera lloviendo, pero el cielo azul claro que podía ver a través de la ventana parecía demasiado hermoso para quedarme en el interior.

No puedo ver a ninguna persona de aspecto importante desde la ventana, así que no creo que nadie se dé cuenta si voy al jardín cercano un rato. Anne es muy estricta con este tipo de cosas…

No se me ocurrió ninguna buena excusa para salir de la habitación, así que me limité a leer un libro por un rato. Anne finalmente se convenció de que yo no haría nada estúpido y fue a almorzar temprano. Almorzó sola, antes que yo, para poder acompañarme cuando fuera la hora de comer.

“Llamaré a otra criada para que le mantenga un ojo encima mientras estoy fuera.” Dijo, pero me negué rápidamente.

“No te preocupes, estaré bien sola. Probablemente todos estén ocupados preparándose para la Asamblea ahora mismo. Sólo estaré aquí leyendo.” Dije.

“Regresaré lo antes posible.” Dijo, luciendo un poco preocupada mientras se dirigía al comedor de los sirvientes.

¡Ésta es mi oportunidad! ¡Puedo ir al jardín! Pero si salgo por la puerta, probablemente alguien me verá…

Así que, naturalmente, salté por la ventana. Fue pan comido, ya que mi habitación estaba en la planta baja.

Sólo voy a dar un pequeño paseo bajo el sol. Volveré a mi habitación enseguida y Anne no se enterará.

“¡Esto es genial!” Me dije después de llenar mis pulmones con el aire fresco del exterior.

Hacía un agradable calor y el jardín (como se esperaba, ya que este era el castillo) estaba maravillosamente cuidado. No había flores, pero el césped estaba cuidadosamente recortado y enmarcado por hileras de hermosos árboles.

Me agaché y toqué el suelo, regocijándome de lo bien que se sentía la hierba al tacto. ¿Cómo podría resistir la tentación de esta exuberante vegetación después de tanto tiempo estudiando en el castillo?

Y afortunadamente, no había nadie alrededor. Me acosté con la espalda en la hierba para disfrutar mejor de su suavidad y olor.

Tan cómodo… Pensé para mí misma mientras me estiraba.

Mientras el cálido sol brillaba sobre mí, comencé a tener sueño y finalmente cerré los ojos…

“Oiga, ¿se encuentra bien?”

Escuché una voz que venía de arriba. Cuando abrí los ojos, vi a un hombre desconocido mirándome con un rostro perplejo.

“S-Sí, estoy bien.” Respondí, aun medio dormida.

“Oh, entonces no está inconsciente. Eso es bueno. ¿Cómo se siente? ¿Cree que puede caminar?” Me preguntó en un tono preocupado.

¡Probablemente piense que me caí porque me sentía mal! Estaba tomando una siesta, pero terminé haciendo que alguien se preocupara…

“Bueno, sí, pero creo que está malinterpretando algo. La hierba estaba tan suave que sólo quería acostarme sobre ella, y cuando lo hice, se sentía tan agradable que me quedé dormida…

¡Me siento perfectamente bien!” Dije, agitando mis puños para enfatizar mi punto.

Estaba visiblemente conmocionado.

“Así que no se desmayó ni nada. ¿Simplemente estaba… durmiendo?”

“¡Exactamente!”

“A menos que me equivoque, está en el jardín del castillo, por lo tanto…”

“¡Ya sé eso, por supuesto! Pero no pude resistirme a este maravilloso césped.” Le expliqué, y él comenzó a reír sin restricciones.

Esta vez, fui yo la que estaba visiblemente sorprendida. Me pregunto qué es tan gracioso.

 Una vez que recuperé la compostura, miré al hombre con más atención y me di cuenta de lo guapo que era. Estaba bronceado y musculoso, y tenía el cabello y los ojos negros.

Oh, el tipo salvaje y guapo. Eso es raro en estas partes.

 Al principio había pensado que daba miedo, pero ahora, cuando sus dientes ligeramente torcidos se asomaban mientras se reía, parecía una persona joven y accesible.

Seguí observándolo y finalmente dejó de reír.

“Lo siento, lo siento, no debería haberme reído tanto. Estaba pensando que había perdido el conocimiento o algo así, y luego la escucho explicar que sólo estabas durmiendo, ¡y por la razón más divertida! ¡Jajaja!” Dijo, rompiendo a reír de nuevo.

No era de extrañar que se sorprendiera— la persona promedio realmente no duerme en el jardín del castillo.

“… No se preocupe. En todo caso, lamento haber elegido un lugar para descansar en el que podría causar malentendidos.” Me disculpé y él se rio de nuevo.

“De todos modos, es de este país, ¿cierto? ¿Es una de las sirvientes del castillo?” Preguntó mientras miraba mi ropa.

Como se suponía que hoy no debía salir de mi habitación, estaba usando un vestido muy simple y cómodo, no muy diferente al que usaría una sirvienta. Y ahora también estaba toda cubierta de hierba.

En cuanto a él, no se parecía a nadie que hubiera visto en Sorcié, por lo que probablemente era de otro país. Lo último que quería era que los extranjeros pensaran que las damas nobles de este reino usaban ropa así de simple y dormían en el suelo, así que decidí mentir.

“¡S-Sí, lo soy!” Dije, y sólo entonces me di cuenta de que esto podría meterme en problemas si nos encontrábamos durante la Asamblea.

“¿Y quién es usted?” Le pregunté.

“Soy Cezar, un sirviente de Ethenell.” Respondió con una sonrisa.

¡Excelente! También es un sirviente. Bueno, en realidad él es un sirviente. Yo no. Pero, aun así, esto significa que probablemente no participará en la Asamblea real, ya que eso es sólo para nobles y sirvientes de Sorcié, o eso había escuchado.

“Mi nombre es Katarina.” Le dije, aliviada.

“Encantado de conocerla, Katarina.” Dijo, dándome la mano. La tomé e intercambiamos un firme apretón de manos.

Su mano es tan dura. Debe hacer mucho trabajo manual.

 “Acabo de llegar al castillo y estaba mirando alrededor. Debo decir que estoy impresionado.” Dijo.

“Oh, ¿en serio” Dije. Nunca había estado fuera de Sorcié, y este era el único castillo que había visto en mi vida.

“¿Cómo va el trabajo aquí?” Preguntó con una sonrisa.

Me sorprendió su pregunta, hasta que recordé que estaba fingiendo ser una sirvienta.

“Nada mal.” Respondí.

No sabía qué pensaban los sirvientes reales sobre trabajar aquí, pero había escuchado a Anne mencionar que parecía un buen lugar de trabajo, así que supongo que técnicamente no estaba mintiendo.

“¿El trabajo es duro de dónde viene?” Pregunté, notando la mirada de celos en su rostro.

“Puede apostarlo.” Dijo con una sonrisa.

“Un nuevo rey acaba de tomar el trono en Ethenell, y todo el lugar está tan ocupado como cabría esperar. No es un trabajo fácil, pero espero que las cosas mejoren para todos con el tiempo.”

Recordaba haber escuchado algo sobre el rey recientemente coronado y cuánto había sacudido al país durante el seminario. Esto debía haber sido difícil para un sirviente como Cezar.

“¿Por qué no descansa también en la hierba? Se siente muy bien.” Sugerí, pensando que podría estar cansado, pero una vez más comenzó a reír.

“Eso suena maravilloso, pero si me cubriera de hierba minutos después de llegar al castillo, mis amigos nunca pararían de molestarme por ello.” Dijo, mirando lo sucio que se había puesto mi vestido.

Tenía razón, y me di cuenta de que, si no me limpiaba antes de volver, tampoco estaría a salvo de Anne.

“Tiene razón… También debería hacer algo con esta ropa.” Dije, y comencé a cepillar la hierba lo mejor que pude.

Esto lo hizo reír de nuevo. Vaya que se ríe mucho, este Cezar.

 Pero me ayudó a limpiar, incluso me pidió permiso antes de tocar mi ropa. No se veía bien, pero tenía un lado caballeroso. Considerándolo todo, era un tipo misterioso.

“¡Cezar!” Escuché a alguien gritar cuando casi terminamos con mi vestido.

“Oh, supongo que pasé demasiado tiempo relajándome. Alguien ha venido a buscarme.” Dijo, y sus hombros cayeron un poco.

“Nos vemos, Katarina.” Dijo con una sonrisa antes de alejarse, saludándome.

Me había dejado una profunda impresión, tal vez por lo particular que era, o tal vez porque era de otro país.

De todos modos, a pesar de que dijo que “me vería por ahí”, pensé que no nos volveríamos a ver. Después de todo, a partir del día siguiente, estaría ocupada asistiendo a la Asamblea.

Era un buen tipo, así que estaba triste por eso. Terminé de limpiar y comencé a caminar de regreso a mi habitación, y fue entonces cuando noté a alguien parado detrás de las hileras de árboles.

Era alguien familiar— alguien que no debería haber estado allí.

Ese sueño que tuve… ¿fue más que un simple sueño? Pensé y comencé a correr hacia esa persona.

***

“Cezar, me tenías preocupado. Dijiste que solo querías echar un vistazo rápido a tu alrededor, pero seguro que te tomaste tu tiempo.” Me regañó Janne.

Era culpable, así que me disculpé.

“Lo siento, ese era mi plan, pero conocí a alguien tan interesante que terminé charlando un rato.”

“¿Tú? ¿Encontrando otras personas interesantes? Eso es inusual. De todos modos, ¿qué hizo a esta persona tan interesante?” Preguntó, mirándome con curiosidad.

Le expliqué lo que acababa de ver y él se rio casi tanto como yo.

“Wow, ¿dormir en el jardín del castillo mientras hay dignatarios extranjeros por todo el lugar? Hablando de ser intrépido.” Dijo entre risas.

“Esa persona se está desperdiciando como sirviente en este pacífico castillo. Debería ser un mercenario o algo así. En realidad, deberías haberlo reclutado.” Dijo medio en broma.

“Desafortunadamente, no era un chico— era una chica. No estoy tan seguro de que duré mucho como mercenaria.” Respondí, y él me miró con incredulidad.

“¡¿Una mujer?! Eso es aún más loco.” Comentó.

Después de pensar un rato, dijo: “Entonces deberías haberla reclutado como tu esposa.”

“¿Eh?”

¿Por qué está hablando de esposas tan de repente? 

“Quiero decir, es la primera vez que muestras interés por una mujer.” Dijo casualmente.

“Has jugado mucho, pero nunca has tenido una prometida apropiada. Eso estaría bien para un mercenario, pero ¿para un príncipe? No puedes quedarte soltero para siempre. ¿Qué pensará la gente?”

Tenía razón, pero era simplemente molesto que él dijera eso en voz alta.

“Sólo dije que era interesante, no que me hubiera enamorado locamente de ella.”

Tal vez no pueda quedarme soltero para siempre, pero ¿realmente tengo que encontrar una esposa aquí y ahora?

“Regresemos ahora.” Dijo Janne, ignorando completamente mi disgusto, y se dirigió hacia la habitación que nos habían asignado.

Maldición, me estaba divirtiendo mucho y él tuvo que salir y arruinarlo. Ojalá pudiera volver a hablar con esa chica Katarina— eso me haría reír.

Me pregunté qué tan sorprendida estaría una vez que me viera en la Asamblea y se enterara de que había mentido acerca de ser un sirviente como ella… Pero, pensándolo bien, ¿realmente elegirían a una chica como ella, que toma la siesta en la tierra, para atender a los nobles?

Tal vez me volvería a encontrar con ella si volviera a ese jardín. Sólo pensar en esa posibilidad me devolvió la sonrisa.

La charla de Janne sobre el matrimonio fue una exageración, pero supongo que realmente me siento interesado en ella, incluso después de sólo charlar por un rato. Pensé para mí mismo sin preocuparme.