Gakusen Toshi Asterisk (NL)

Volumen 9

Capítulo 2: Recuerdos II: Amanecer

Parte 3

“Oh-ho, así que quieres usarme, ¿no? Tienes más agallas de lo que pensaba, Pendragon”. Xinglou Fan dejó salir una risa seca mientras miraba la hermosa cara proyectada en la ventanilla aérea.

“Mis disculpas si la ofendí, princesa.”

En la sala de audiencias del Salón del Dragón Amarillo del Séptimo Instituto Jie Long, Xinglou, que acababa de terminar su entrenamiento matutino, estaba sentada en una silla que era anormalmente grande, especialmente en proporción a su pequeño cuerpo.

Hufeng, agachado a su lado con una mano en la rodilla, se encontró rezando para que su impulsivo y desinhibido maestro no metiera sus narices en algo que no les concierne.

“Ciertamente te debo por el Gran Coliseo… ¿No crees que esto va un poco más allá?” Contestó Xinglou.

Hufeng asintió con fuerza, de acuerdo.

“¿Eso crees?”, preguntó la voz al otro lado de la llamada. “En mi opinión, la Srta. Lyyneheym sólo aceptó participar porque sabía que yo ya lo había hecho. Podrías decir que fue gracias a mí que tuviste dos luchadores de alto rango contra los que evaluar a tus guardianes”.

“…Hmm, tienes razón.”

Hufeng agitó la cabeza en desacuerdo.

“Pero entiendo que estoy pidiendo mucho”, continuó la persona que llamó. “¿Qué dices de esto, princesa? Estaría dispuesto a invitarte a nuestros próximos combates de clasificación oficial, como espectadora, por supuesto”.

“¡Oh-ho!”

Esto es malo, pensó Hufeng. Ese era precisamente el tipo de señuelo que Xinglou utilizaría en un abrir y cerrar de ojos.

Los combates de clasificación oficial, que son elementos clave de las campañas publicitarias de cada escuela, se celebraban normalmente en los distintos espacios públicos de la ciudad. Sin embargo, los partidos entre estudiantes sin nombre solían tener lugar dentro de los terrenos de cada escuela y, por lo tanto, a menos que se transmitieran, sólo podían ser vistos por los estudiantes de esa escuela. Como tal, a las escuelas a veces les gustaba esconder un as secreto lejos de las miradas indiscretas en preparación para la Festa. La propia Xinglou, por supuesto, también estaba involucrada en tales actividades.

Además, no fueron las batallas entre estudiantes anónimos las que constituyeron el principal atractivo de estos combates, sino el hecho de que eran el lugar perfecto para descubrir un talento aún no visto. Entre los aficionados más incondicionales de la Festa, se encontraban los que ponían un peso especial en estos combates.

Hufeng podía sentir una mala sensación brotando dentro de él.

“Y sobre todo, princesa, ¿no estás deseando ver la batalla entre tus alumnos favoritos y el equipo Enfield? A este ritmo, están en camino de perder el componente más vital de su potencial de lucha. Normalmente, eso podría ser algo de lo que regocijarse, pero no para ti, ¿estoy en lo cierto al suponerlo?” Ernest, al parecer, sabía exactamente cómo cerrar el trato.

“Hmm…. La chica de Pan-Dora es ciertamente el corazón del equipo. Arruinaría la diversión si la sacara de la foto…”

“Como saben, Sinodomius está bajo la jurisdicción de la fundación empresarial integrada de mi academia, así que estoy muy limitado en cómo puedo reaccionar ante esto. Gaishi de Jie Long, sin embargo, está bajo su control directo. ¿Debe haber algo que usted podría hacer al respecto, princesa?”

Las organizaciones de inteligencia pertenecientes a cada una de las seis escuelas de Asterisk difieren en sus fortalezas y estructuras, pero como regla general, cada una de ellas operaba bajo la dirección del FEI de sus escuelas. Aunque se permitiera a los consejos estudiantiles de cada escuela hacer uso de sus servicios, ese derecho sólo se les concede con carácter provisional por parte de su respectivo superior, por lo que siempre queda claro a quién sirven realmente.

Dicho esto, la situación era ligeramente diferente para Jie Long y Allekant.

Allekant, por ejemplo, llevó el fraccionalismo a un extremo, hasta el punto de que cada facción individual empleó a sus propios agentes de inteligencia independientes.

La organización de inteligencia de Jie Long, Gaishi, por otra parte, había sido establecida personalmente por el primer Ban’yuuu Tenra, y desde entonces había estado históricamente vinculada directamente al consejo estudiantil, con sólo tenues vínculos con la fundación empresarial de la misma.

“Además, aparte de las tentaciones, si no me equivoco, princesa, no eres la clase de persona a la que le gusta mirar en silencio, ¿verdad?”

“Hmm, ¿estás tratando de avivar las llamas, muchacho? No seas tan engreído”. Durante un breve segundo, hubo algo peligroso en su tono, aunque rápidamente desapareció. “Pero muy bien. Considérame intrigada”.

Al escuchar esta respuesta, Hufeng se puso las manos en la cabeza.

De alguna manera, había sospechado desde el principio que las cosas podrían terminar así, pero era precisamente por eso que no se permitía asentir con la cabeza a todo mansamente.

“…Con todo respeto, Maestra, no creo que sea prudente involucrarnos en los problemas de otra escuela en este momento.”

“No digas eso, Hufeng. Tú también estarás molesto si tus oponentes no pueden luchar con toda su fuerza”.

“Puede que sea así, pero aun así…”

El equipo Enfield puede ser el proximo oponente del equipo Dragón Amarillo de Hufeng. Como artista marcial, era, por supuesto, natural que prefiriera luchar contra ellos en su mejor momento.

Sin embargo, se trata de un asunto totalmente distinto. No podía permanecer en silencio cuando otra escuela intentaba inducirlos a correr riesgos innecesarios.

“De todos modos, al menos deberías pensarlo antes”

“No. He decidido”, dijo Xinglou con una sonrisa inocente, antes de hacer sonar una pequeña y clara campana.

Al escuchar ese sonido, Hufeng emitió un suspiro de cansancio. Realmente estaba en el límite de su capacidad.

Ya no había vuelta atrás.

Porque antes de que el sonido pudiera desvanecerse en silencio, ella apareció ante ellos.

“¡HIYA! “¿ME LLAMASTE, PEQUEÑA XINGLOU?”

Parecía como si de la nada hubiera sido una mujer joven. Para disgusto de Hufeng, aún no podía sentir su presencia.

Tenía grandes ojos de gato, cabello rebelde, y un cuerpo corto bendecido con una abundancia de curvas femeninas. Lo más distintivo de todo, sin embargo, eran las innumerables cicatrices que entrecruzaban todo su cuerpo, incluyendo la cara, que llevaba como trofeos.

Con la medicina moderna, la eliminación de cicatrices era un procedimiento trivial. En otras palabras, la chica, Alema Seiyng, una agente de la séptima oficina de la Ryuusei Kyuushi, la organización de inteligencia del consejo estudiantil de Jie Long, y reconocida por su naturaleza despiadada, había decidido mantener las cicatrices a propósito.

“Sí, sí. Necesito pedirte un favor, Alema.”

“BUENO, SI ES UN TRABAJO, NO ES COMO SI PUDIERA DECIR QUE NO O ALGO.”

Alema no hablaba, sino que se comunicaba a través de un texto que aparecía en una
ventana aérea que flotaba a su lado. El largo hechizo en forma de collar alrededor de su cuello sirvió para sellar su voz.

“Ah, Seiten Taisei. No creo que nos hayamos visto desde la ceremonia de clausura del Phoenix”, dijo Ernest en un saludo.

“OH, SI NO ES EL PEQUEÑO ERNEST. LARGO TIEMPO SIN VER,” contestó Alema con una sonrisa vacía, saludándolo.

Los dos eran conocidos de alguna manera. Alema, que era la favorita de Xinglou, era enviada a menudo para representarla en su lugar cuando estaba ausente de los compromisos oficiales.

“HEE-HEE! TE VI EN LOS GRYPS. TE VES BIEN. ¿POR QUÉ NO TE UNES A MÍ LA PRÓXIMA VEZ?”

“¡Eso es imposible!” Laetitia irrumpió, forzándose a entrar en el marco de la ventana aérea. “¡Te lo he dicho una y otra vez, los duelos no están permitidos aquí en Gallardworth! Como presidente del consejo estudiantil, no puede romper las reglas. ¿¡Y por qué estás actuando tan amigablemente con él de todos modos!?”

“EH, NO DIVERSIÓN.” Alema hizo pucheros de decepción.

Hufeng, sin embargo, había asentido con la cabeza y Laetitia estaba de acuerdo. De vez en cuando se vio obligado a discrepar de la actitud tosca y demasiado familiar de Alema con Xinglou. Dicho esto, no era el tipo de persona que prestaba mucha atención a lo que los demás tenían que decir, y Xinglou, al parecer, estaba más que contenta de permitirle que siguiera actuando de esa manera.

Alema Seiyng, también conocida como la Sabia de la Iluminación Celestial, Seiten Taisei, era la antigua número uno de Jie Long, es decir, había sido la luchadora más fuerte de Jie Long hasta que Xinglou ocupó su lugar.

Xinglou había invitado a la derrotada Alema a convertirse en una de sus discípulas, pero la chica con cicatrices la había rechazado. Xinglou, sin embargo, valorando sus talentos, todavía quería hacerla suya, por lo que le había ofrecido un compromiso.

En resumen, no se convirtió en discípula, sino en miembro de Gaishi, y a cambio, tenía derecho a retar a Xinglou a un duelo cuando quisiera. Siendo tan fanática de la batalla como Xinglou, Alema había estado de acuerdo con esto fácilmente, e incluso ahora, la desafiaba en cada oportunidad posible.

“¿Y EL TRABAJO?”

“Lo primero es lo primero, Alema. ¿Sabías que Galaxy trajo a algunas personas a Rikka ayer?”

“¿EH? NO, NI IDEA DE LO QUE ESTÁS HABLANDO.” Agitó la cabeza, su expresión vacía.

“Sinodomius de Gallardworth se fijó en ellos. Supongo que nuestra gente se lo debe estar tomando con calma, ¿eh?” Dijo Hufeng, su voz prácticamente goteando de sarcasmo.

Alema simplemente se arañó la parte de atrás de su cabeza, sin mostrar la más mínima vergüenza. “SU RED DE INFORMACIÓN ESTÁ EN UNA ESCALA COMPLETAMENTE DIFERENTE A LA NUESTRA. NO HAY NECESIDAD DE COMPARAR.”

“Sí, está bien. Y lo que es más importante, no tengo ganas de dejarles tener lo que quieren. Ese es tu trabajo,” dijo Xinglou, un destello penetrante en sus ojos.

“HMM… LO TENGO. ASÍ QUE LA GENTE DE LA GALAXY. ¿QUIÉNES SON, EXACTAMENTE?”

“Según Pendragon, suena como Night Emit. Su cabeza parece estar con ellos, también.”

“¡OH, ESTO SERÁ BUENO! SE SUPONE QUE LA CABEZA DEL YABUKI ES BASTANTE FUERTE, ¿VERDAD? ¡ME ESTOY ACELERANDO!” Alema le dio un puñetazo en la mano libre, mostrando una brutal sonrisa a todos ellos.

Las llamas que ardían en sus ojos eran como las de Xinglou cuando se alteró.

“Desafortunadamente, no sé cuán fuerte es la cabeza actual, aunque recuerdo haberme
enfrentado a una de las anteriores hace unas pocas generaciones. Él…” Xinglou inclinó la cabeza hacia un lado, como si tratara de recordar algo, antes de aplaudir con emoción. “Eso es todo. Se resistió bastante, si mal no recuerdo. Sí, realmente me tenía en el pie de atrás. Buenos recuerdos.”

“¿¡QUÉ!? ¡AH, ESTOY DESEANDO QUE LLEGUE ESTO AHORA!”

“Déjenme decir esto. Sus técnicas son realmente problemáticas. Serías sabio si no te encargaras de ellos, en particular.”

“¿Y POR QUÉ NO LO HARÍA?” Contestó Alema, su sonrisa se hizo aún más diabólica.

“…Bueno, mientras tú te ocupes del trabajo, no me importa.”

Escuchando esto de un lado a otro, Hufeng frunció el ceño, y su dolor de cabeza se hizo cada vez más fuerte.

¿Por qué sólo este tipo de gente solía acudir en masa a Xinglou?

“…Entonces parece que el asunto está resuelto. Entonces, princesa, ¿te lo dejo a ti por
ahora?” preguntó Ernest con una sonrisa incierta.

“Muy bien. ¿Y qué pretendes hacer?”

“Por supuesto, haremos todo lo que podamos por nuestra parte, también… Pero si hubiéramos podido manejarlo por nuestra cuenta, no habría necesitado llamarte. ¿No es cierto, Laetitia?” Ernest miró hacia otro lado de la ventanilla por un breve momento, girándose a su lado, como si le recordara algo.

Así que, se preguntó Hufeng, Gallardworth también debe tener su parte justa de gente impulsiva.

“Oh-ho, ya veo. Eso es verdad.”

“Bueno, entonces, contamos contigo, princesa.”

Y con eso, la ventana aérea se cerró.

“Entonces, mejor me preparo”, murmuró Alema, antes de desaparecer tan repentinamente como había aparecido.

Aunque estiraba sus sentidos todo lo que podía, Hufeng aún no había sido capaz de detectar que ella se marchaba. Rechinando los dientes, se giró hacia su líder. “¿Está segura de esto, Maestra? Crear problemas con una fundación empresarial integrada ahora sería…”

“No te preocupes. Mientras los Ban’yuuu Tenra estén involucrados, no se atreverán a hacer nada contra nosotros. De todos modos, los Gryp esta vez han sido bastante aburridos, ¿no crees? Tal vez esto añada un poco de sabor a las cosas”, dijo ella con una risa inocente.

Hufeng emitió un fuerte suspiro. La razón por la que esta gente acudía en masa a Xinglou era sin duda porque ella misma podía ser tan imprudente como ellos.