Wortenia Senki (NL)

Volumen 1

Extra 2: El Juramento De Sara

Se colocó una jaula en la bandeja de equipaje del carro, que se sacudía cada vez que las ruedas pasaban sobre una roca en el camino.

¿Cuánto tiempo había pasado desde ese día de pesadilla?  Las chicas se sentaron dentro de la jaula, abrazando sus rodillas.

Todos temían y temían el destino que les esperaba.  Cada vez que Sara escuchaba el sonido de un sollozo proveniente de una dirección u otra, sentía que la ira y el odio se arremolinaban en su corazón.

“¿Qué es … qué nos va a pasar ahora …?  ¿Están bien madre y padre …?

Mientras su hermana se aferraba al cuerpo de Sara, una tos escapó de sus labios. Al escuchar esas palabras, Sara apretó las manos de su hermana. No tenía sentido hacer esa pregunta por ahora.  El hecho de que estas jóvenes fueron vendidas a un comerciante de esclavos le dijo a todo lo que uno necesitaba saber para sacar la conclusión correcta, y esa era una verdad que se aplicaba a los padres de las dos hermanas de la misma manera.

Su padre había jurado fidelidad de por vida al Reino de Quift, y fue evidente que no era él quien le daba la espalda a su país, ya que estaba al borde del colapso para huir en autopreservación. Si él fuera astuto, tal vez los vasallos a los que confiaba sus hijas no hubieran hecho algo tan tonto como traicionarlos, y las hermanas nunca habrían caído en la difícil situación de ser vendidas a este comerciante de esclavos.

La hermana de Sara no era tan tonta como para no entender eso. La visión de su hermana conteniendo su ansiedad estimuló a Sara a sostenerla desde el fondo de su corazón. La desgracia le sucedió a estas pobres hermanas, sus días de paz acomodada se convirtieron en cenizas un día, desapareciendo junto con su familia y vasallos en las llamas. Los dejaron solos y los arrojaron a la esclavitud.

“Sara …”

La mirada hueca en los ojos de Laura envió ondas en el corazón de Sara.  Laura siempre fue buena en todo.  Era gentil y amable, y siempre más hábil que Sara tanto en artes marciales como en taumaturgia.  Pero la misma hermana a la que siempre admiraba ahora estaba sentada aterrorizada a su lado.

“Todo estará bien, Laura.  Estoy seguro de que las cosas mejorarán de una forma u otra “.

Esa fue la mentira que Sara inventó para reprimir la ansiedad que burbujeaba en su corazón, un farol que trató de convencerse de usar todas sus fuerzas. Una mentira que incluso un niño vería a través. Y, sin embargo, la luz de la voluntad volvió a los ojos de Laura.

“Tienes razón … lo siento”.

Esas palabras fueron tan débiles y débiles que apenas llegaron a los oídos de Sara.

Cuando se puso el sol ese día, el carruaje finalmente llegó a cierta ciudad de la ciudadela, protegida por todos lados por paredes resistentes.  Fuera del carruaje podían escuchar el tumulto animado de las personas que pasaban.  El carruaje rodó por la calle principal y finalmente desapareció en una gran mansión. “Hola, estamos aquí”. La puerta de la jaula se abrió, y un hombre de mediana edad con un rostro vulgar les ladró enojado.  “Bájese, comenzando con los más cercanos a la puerta”.

Una mansión tan grande … Cualquier comerciante que pueda mantener una propiedad tan grande no nos usará y nos dejará pudrirnos.  Definitivamente encontraremos la oportunidad de escapar.

Todavía tenían un medio oculto final para la libertad que su padre una vez les enseñó.  En este momento, ese camino estaba cerrado para ellas, pero definitivamente habían adquirido la taumaturgia para hacerlo posible.

“Laura. Obedezcamos por ahora”.

Al ver la resolución ardiendo en los ojos de Sara, Laura asintió con la cabeza en la misma medida.