Wortenia Senki (NL)

Volumen 1

Capítulo 1: Convocatoria

Parte 5

Pero por más que lo intentó, no pudo encontrar nada. No había ventana en esta habitación que pudiera alcanzar. La única forma de salir de la habitación era la puerta con soldados esperando al otro lado, y eso no parecía un camino de escape utilizable. Pero al mismo tiempo, no podía permitirse el lujo de no hacer nada. No hay manera de salir de esto, tampoco.

Tal vez no debería haber matado a ese vejete tan rápido.

Ese arrepentimiento cruzó la mente de Ryoma por un momento. No, no podía mantener vivo al viejo. No se sabe qué tipo de truco podría haber hecho. Es bueno que lo haya acabado.

Es cierto que existía la opción de tomar a Gaíus como rehén, pero él era más que un anciano. Era capaz de disparar rayos con las manos y levantar poderosas ráfagas de viento. Ninguna precaución sería suficiente si se tratara de manejarlo.

Pero eso solo hizo que salir de aquí fuera más difícil. Ryoma había matado a Gaius y cuatro soldados, lo que significaba que la negociación no era una opción. No, incluso si lo fuera, Ryoma nunca elegiría negociar con ellos. Su dignidad como hombre no lo permitiría. ¿Ceder ante estos bastardos? Nunca.

Decidiendo que necesitaría asegurar un arma, Ryoma volcó uno de los cadáveres de los soldados, acostado boca abajo en el suelo, para conseguir su espada. Mientras lo hacía, se le ocurrió una idea. Era una apuesta bastante peligrosa, con menos del cincuenta por ciento de posibilidades de funcionar. O siendo más pesimista, treinta por ciento, si no menos. Pero no tenía otras opciones.

Después de unos momentos de reflexión, Ryoma llegó a su conclusión…

“Vale la pena intentarlo…”

Otro fuerte golpe resonó en la puerta. La puerta de hierro también estaba asegurada con un cerrojo de metal, pero si la gente del otro lado se mostraba inflexible al abrirla, solo Ies tomaría unos minutos hacerlo; Este mundo tenía personas capaces de disparar rayos de sus manos. No tuvo mucho tiempo.

Ryoma rebuscó en los bolsillos de los cadáveres. Este era otro mundo, después de todo. Escapar de este castillo sin dinero a la mano significaba que tendría que seguir robando a la gente para robarles la comida. Incluso si consideraba encontrar empleo, no sabía en este momento si este mundo tenía trabajos que un estudiante de secundaria fuera capaz de hacer.

En una típica novela ligera, ahora sería el momento en que aparecería un personaje útil que apoya al protagonista y le proporciona comida y alojamiento, pero Ryoma no tenía Ia intención de confiar en ese tipo de desarrollo conveniente.

Por el momento, sacó cinco bolsos de cuero llenos de monedas de los bolsillos de Ios cadáveres. Este dinero era su esperanza y salvavidas. Por Io menos, tendría que encontrar un camino de regreso a Japón, o algún tipo de trabajo, antes de que se agotara este dinero; de lo contrario se vería obligado a agacharse para robar para sobrevivir. No sabía el valor exacto de estas monedas, ni cómo sería capaz de vivir de esta cantidad, pero esto era todo lo que podía hacer por ahora.

“¡Lord Gaius! ¡Lord Gaius! ” Llamaron a la puerta. Los gritos detrás de la puerta se hicieron más fuertes. Los de afuera se estaban volviendo seguros de que algo había sucedido. Ryoma no tuvo tiempo de dudar.

Ryoma se quitó el uniforme escolar y, después de quitarse el cinturón de cuero, se lo abrochó al pecho. Era una vista ridícula con seguridad, pero eso no importaba en este momento. Después de apretarse el cinturón, ató con fuerza el saco de cuero que contenía el dinero.

Luego, Ryoma retiró Ia armadura de un cadáver que tenía un tamaño cercano al suyo, luego lo vistió con su propio uniforme y le quemó la cara con una antorcha, para hacerlo irreconocible. Luego se puso la ropa y la armadura que le había quitado al soldado. “Uff… Me lo puse, de alguna manera…” Palabras de alivio escaparon de los labios de Ryoma. Nunca se había puesto una armadura, después de todo. Pero aunque le Ilevó un poco de tiempo, había logrado hacerlo. Afortunadamente para Ryoma, esta armadura no era un solo traje, sino que estaba compuesta por la fijación de varias partes en el cuerpo.

Otro fuerte golpe vino de la puerta.

Ryoma había estado tan concentrado en ponerse la armadura que se había olvidado brevemente de Ias personas detrás de la puerta, pero parecía que estaban a punto de entrar por la fuerza.

Ryoma se acercó a uno de los cadáveres de los soldados y le cortó la arteria carótida en su cuello. Por supuesto, como era un cadáver, la sangre no salía a chorros, ya que no bombeaba por Ias venas.

Más bien, la sangre de la herida se derramó gradualmente sobre el piso; más que suficiente para engañar a quien quiera que entre en la habitación. Ryoma se dejó caer suavemente en el suelo y se tumbó en el charco de sangre.

“No es la apuesta más sabia, pero es mejor que tratar de salir por la fuerza…”

Ryoma esperó pacientemente el momento en que Ia puerta se abría. Mientras Ryoma estaba acostado en el suelo, una multitud de soldados clamaba detrás de la puerta.

“Comandante, la asistente de taumaturgo de la corte, Lady Celia Valkland, se acerca!”

De acuerdo con los informes de los soldados, apareció una mujer con el pelo rojo.

“Cuál es el significado de esto, Sir Rolfe? Qué le ha pasado a mi abuelo?”

Las primeras palabras que salieron de sus labios fueron esa dura investigación, dirigida al hombre al que los soldados llamaron comandante. Por muy hábil que haya sido, no era una persona amigable.

“Cálmate, Lady Celia”, dijo Rolfe, con un brillo en su ojo. “Cómo esperas que mantenga la calma ?!”

Parecía que había venido a toda prisa. Su cabello rojo, generalmente bien peinado y perfectamente ordenado, estaba despeinado y desordenado, y sus considerables senos rebotaban con cada paso que daba. Sin embargo, no había nadie tan tonto como para sonrojarse por su apariencia en este lugar y momento. Todos los presentes tenían Ia intención de resolver esta situación inusual.

“Dije que te calmes!” Esta vez, fue Rolfe quien levantó la voz con ira.

Era un veterano que corrió por muchos campos de batalla como miembro de Ia guardia imperial, e incluso una vez bloqueó una flecha destinada a reclamar la Vida del emperador con su propio cuerpo, una hazaña que le costó la vista pero le valió el título de “El Escudo del Emperador”. La historia de su ojo perdido se hizo eco en todo el continente.

Se había ganado la confianza del Emperador, y ahora estaba a cargo de la seguridad del palacio como comandante de la Orden de los Caballeros Imperiales. Las palabras de este hombre, que había vivido en el barro y la sangre del campo de batalla años antes de que Celia naciera, despertaron dudas en el corazón de la talentosa asistente de taumaturgo de la corte. Sorprendida por su grito enojado, Celia aparentemente se calmó y respiró hondo para recobrar la compostura.

“Mis disculpas, Sir Rolfe. Esa fue una lamentable pérdida de la compostura de mi parte. Celia dijo, bajando la cabeza sinceramente.

Ella parecía haberse dado

cuenta cuán agitada estaba. Por lo menos, tenía la presencia de ánimo para tratar de peinarse el cabello enredado y ajustar su atuendo perturbado.

“No, me disculpo por mi propia grosería. Es natural que te moleste cuando se trata de tu propia carne y sangre. Lamento mucho alzar la voz”.

Al ver la actitud de Celia, la mirada del ojo solitario de Rolfe se suavizó y se llenó de la compasión que podría sentir un padre mirando a su hija.

“Dicho eso, Sir Rolfe, qué pasa con Ia situación?” El tono de Celia recuperó la calma.

Su rostro estaba lleno de frialdad, Ia frialdad de la joven genio que llegó a ser conocida como la “Reina de las ventiscas” por los países vecinos.

“Actualmente sabemos muy poco”. Rolfe sacudió la cabeza hacia Celia.

El mismo Rolfe se había apresurado recientemente después de escuchar el informe de sus subordinados, y tampoco tenía una idea clara de la situación, pero aún sabía un poco más que Celia, que acababa de llegar.

“Eso está bien. Cualquier cosa que sepan de lo ocurrido; por favor, hablen”.

“Muy bien”, asintió Rolfe. ”Para realizar el rito de invocación, Lord Gaius entró a esta sala con cuatro soldados. Eso fue hace unas tres horas…”

“Tres horas… “La expresión de Celia se nubló. “Se necesitan dos horas para prepararse para el rito de invocación, y el encantamiento del hechizo dura aproximadamente treinta minutos. Incluso permitiendo algún error, no escuchar ninguna palabra durante más de tres horas es de lo más inusual…”

De hecho, Ia sensación de que algo había salido terriblemente mal tocó el corazón de Celia.

“Si. Según el informe que me dieron los guardias, escucharon un temblor procedente de Ia habitación hace unos treinta minutos.

Ordené a los guardias que se pusieran en contacto contigo y me dirigí aquí yo mismo.

“Ya veo.Y luego?” Asintiendo con la cabeza ante Ia explicación de Rolfe, Celia Io instó a continuar.

“AI venir aquí, encontré a estos soldados esperando frente a la puerta. Aparentemente les han prohibido dejar entrar a nadie o hacer ruido durante el rito, por lo que algunos de ellos fueron a hacer el informe mientras permanecían aquí en espera… No es cierto, hombres ?!”

Gritó Rolfe de repente, volviendo la mirada hacia los dos soldados de pie detrás. Sus expresiones estaban llenas de desesperación, como prueba de que estaban inquietos sobre si habían manejado la situación correctamente.

“Ya veo… Su juicio fue bastante sólido”. “¡Sí, señora!”

Celia miró a los soldados, que se mantuvieron atentos a sus palabras de aliento. Al recibir su sonrisa, las expresiones de los soldados se relajaron. Ellos confiaban en que habían hecho bien su trabajo como guardias de palacio, pero no había muchos nobles que Io vieran como tal. En el peor de los casos, podrían exigir

saber por qué no irrumpieron de inmediato y castigarlos por ello. Pero como se dieron cuenta de que ese no era el caso, sus expresiones se suavizaron.

Rolfe ignoró el comportamiento de los dos soldados y continuó su explicación. Ahora no era el momento de preocuparse por sus acciones.

“Pero el hecho es que ha pasado demasiado tiempo. Así que me he encargado de tocar algunas veces desde que llegué, pero…” “¿No hay respuesta?”

“Sí, milady”

“Los preparativos para el rito y el encantamiento para el hechizo no deberían tomar tres horas, incluso a lo sumo”. Celia expresó sus pensamientos después de escuchar Ia explicación de Rolfe. “Y si un practicante tan hábil como el abuelo no ha salido después de tanto tiempo… Después de todo, el abuelo ha llevado a cabo más de cien ritos de convocatoria…”

“Justamente”, Rolfe asintió ante Ias dudosas palabras de Celia. “Lord Gaius ha llevado a cabo el rito de convocatoria ciento veintiún veces, y nunca Io ha fallado”.

La expresión de Rolfe era evidencia de su profundo vínculo y confianza en la habilidad de Gaius como taumaturgo. El rito de invocación de otro mundo era bien conocido en este mundo. La existencia de viajeros de otro mundo también fue documentado en los antiguos mitos de otros países. Pero aunque Ia existencia del rito era bien conocida, no era algo que se realizara regularmente. Pocos taumaturgos fueron capaces de realizarlo, incluso si uno buscara en el continente occidental de arriba abajo.

El rito de convocatoria era el arte secreto más grande y difícil de todos. El hecho de que Gaius Valkland lo hubiera realizado con una tasa de éxito del cien por ciento era prueba de su temible habilidad. Pero eso fue solo para hablar de sus logros pasados.

“Sí, hasta ahora no ha habido ningún problema”, dijo Celia, con algo de duda detrás de sus palabras.

“Entonces crees que Lord Gaius pudo haber fallado en el ritual, Lady Celia?” La expresión de Rolfe se nubló.

“Es difícil discernir en este momento. Pero si asumimos que no pasó nada, se hace difícil explicar el temblor que sintieron los soldados. No hay ningún aspecto deI ritual de invocación que pueda causar tal perturbación”. “Entonces estás diciendo que hubo algún tipo de… accidente? Deberíamos hacer que Su Alteza evacue eI palacio de inmediato?”

Rolfe no era tan tonto como para suponer ingenuamente que no había probabilidad de que ocurriera un accidente simplemente porque nunca había sucedido hasta ahora. Y también sabía que los accidentes taumatúrgicos podrían tener unas grandes consecuencias.

Una calamidad taumatúrgica. La imagen de la peor conclusión posible brilló en la mente de Rolfe. Si algo sucediera para interrumpir el rito de invocación y el hechizo se saliera de control, no se sabía qué podría pasar. Pensar en solo una sala entera en el palacio hecha añicos fue optimista. En el peor de los casos, todo el país podría ser arrasado, tal como había sucedido con un antiguo reino de antaño.

Puedo estar asumiendo lo peor. Pero si esa presunción demuestra ser cierta, debemos asegurar la seguridad de su alteza, por el bien de nuestra nación…

La seguridad del emperador, si no la de nadie más, tendría que estar asegurada.

Ese pensamiento impulsó a Rolfe a la acción. Pero Celia sacudió la cabeza, negando sus preocupaciones. Si hubiera habido una calamidad taumatúrgica, algunos signos ya se habrían manifestado fuera de |a habitación. Incluso si sus efectos se Iimitarán sólo a la habitación, Celia se destacó al detectar taumaturgia y detectaría cualquier perturbación en este rango. Lo que dejó solo una conclusión.

“No. Con toda probabilidad, el abuelo debe haber hecho uso de su taumaturgia”.

El ojo de Rolfe brilló ante la sugerencia de Celia. Gaius pudo haber usado Ia taumaturgia de ataque mientras peleaba contra alguien. “Ataque con taumaturgia… Eso es ciertamente posible. Pero si ese es el caso, por qué Lord Gaius no saldría de la habitación?”

Esa fue la razón principal por la que Rolfe no pudo descartar la posibilidad de un accidente. Pocos en todo el continente podrían sobrevivir a un hechizo disparado por Gaius, el taumaturgo de la corte del Imperio O’ltormea. La idea de que algo sucediera en medio del rito para inmovilizarlo parecía más probable que eso. Por supuesto, Rolfe sabía que no había absolutos en la batalla, pero Rolfe no podía imaginar que Gaius fuera asesinado por alguien. “Tal vez no pueda salir de la habitación”.

“Imposible”. La expresión de Rolfe cambió ante las palabras de Celia. “Seguramente un hombre del calibre de Lord Gaius…” Celia había señalado a aquella posibilidad que Rolfe intentaba ignorar deliberadamente.

“Si consideramos el peor escenario posible…” La expresión de Celia se tensó.

Esa fue la expresión de una persona que se da cuenta de la posible muerte de un pariente.

“¡Mis disculpas!” Rolfe de repente bajó la cabeza hacia Celia.

“¿Q-Qué está haciendo, Sir Rolfe?” Celia se puso nerviosa ante la repentina disculpa de Rolfe.

“Lady Celia, me he equivocado en mi juicio”.

Debería haber entrado tan pronto como escuché el informe. Si hubiera entrado en la habitación lo antes posible, tal vez podría haber salvado la vida de Lord Gaius.

Ese pensamiento cruzó Ia mente de Rolfe, pero Celia sacudió la cabeza.

“No, Sir Rolfe. Es ley que nadie puede interrumpir el rito de invocación mientras está en progreso. Si hubiera entrado en la habitación a su propia discreción, eso por sí solo puede haber causado una catástrofe. Creo que no importa lo que pasó, que me esperaras fue una decisión sabia… Así que, por favor, detén esto de inmediato”.

Tranquilizando a Rolfe, ella lo hizo levantar la cabeza. Es cierto que a nadie se le permitió la entrada a la sala de convocatoria en medio del rito, por temor a un desastre secundario. Tal era el nivel de atención cautelosa que requería la convocatoria.

“Dudo de la posibilidad de un accidente. Sí eso hubiera ocurrido, su influencia se habría hecho ahora visible para nosotros”

El significado detrás de Ias palabras de Celia era una premonición demasiado cruel.

“Lady Celia…” Rolfe notó que los hombros de Celia temblaban. Estaba tratando desesperadamente de contener sus emociones hacia su único pariente de sangre.

“Por supuesto, esto es solo asumir el peor escenario posible. ¡Por ahora, entremos y confirmemos la situación por nosotros mismos!” Rolfe sólo podía vigilar a Celia mientras se aferraba al último hilo de esperanza.

“Como la puerta está hecha de hierro, está atornillada desde el interior. Traeré un ariete para golpearlo, así que por favor, denos un poco de tiempo”.

Rolfe se preparó rápidamente para ordenar a sus soldados, pero Celia aparentemente no tenía intención de cumplir con Ia sugerencia de Rolfe.

“No, Sir Rolfe. No tenemos tiempo de sobra. Lo romperé”.

Esas palabras hicieron que Rolfe entrara en pánico. La puerta de Ia sala de convocatoria era bastante gruesa y resistente, y un taumaturgo normal no podría abrirla.

Por supuesto, Celia, siendo Ia asistente del taumaturgo de la corte, podría; pero el problema era lo que vendría después de eso.

“E-Eso es…” Rolfe murmuró de manera nerviosa. Pero no había corte en el encantamiento de Celia.

“Espíritus que gobiernan sobre el fuego! Concédeme tu protección y cumple con mi voluntad!”

“Lady Celia, no! Hombres, cúbranse!”

Ignorando sus intentos de detenerla, Celia completó su encantamiento.

“Aplasta al enemigo que se interpone en mi camino! Flame Blast!” Un globo de llamas se arremolinaba en Ias palmas de las manos de Celia, que extendió Ias manos hacia la puerta de hierro. En el momento en que lo hizo, Ia puerta se distorsionó y el sonido atronador de una explosión resonó por el castillo. La conmoción y el ruido de Ia explosión Ie robaron a Rolfe la vista y el oído por unos momentos. El calor y el olor carbonizado típico de un incendio llenaron el pasillo. La fuerza de Ia explosión formó grietas diminutas en los muros del castillo.

La vista de Rolfe se recuperó gradualmente, y lo primero que vio fue Ia puerta, que brillaba en rojo. El aire circundante vaciló con aturdimiento de calor, como si una parte del infierno se hubiera manifestado allí. La puerta, sin embargo, permaneció intacta. No, en todo caso, con Ia puerta ardiendo ahora, era imposible acercarse a ella. Las cosas fueron aún peores.

Por eso intenté detenerla. Qué va a hacer Lady Celia ahora…?

Sin embargo, antes de que Rolfe pudiera dar a conocer su voluntad a Celia, la puerta se desmoronó con un fuerte ruido.

“Ven, déjanos entrar”. La voz de Celia resonó.

Los soldados cruzaron la puerta, que se había enfriado hasta el punto en que tocarla uniría la piel, filtrándose en Ia habitación.

“Ya veo… Así que usaste la diferencia en la expansión térmica para destrozar la puerta. Eso fue impresionante”.

Celia asintió levemente ante las palabras de elogio de Rolfe. Primero había usado la taumaturgia del fuego, lo que hizo que Rolfe creyera que estaba tratando de derretir la puerta. Había tratado de advertirle sobre los problemas que causaría, y luego trató de detenerla. Pero Celia entendió el problema perfectamente bien. Si usara llamas Io suficientemente fuertes como para derretir la puerta, el área circundante se reduciría a un infierno en llamas. Celia y Rolfe probablemente escaparían ilesos, pero los soldados más simples probablemente no lo harían.

Además, no podrían entrar a la habitación hasta que el aire se enfríe. Entonces Celia empapó Ia puerta con calor masivo, y luego usó la taumaturgia de escarcha para enfriar Ia puerta hirviendo. El calor hizo que la puerta de metal se expandiera, y al enfriarla rápidamente, la puerta se hizo añicos.

“Ven, Sir Rolfe. Apurémonos adentro”.

Rolfe asintió en silencio ante las palabras de Celia.

“Avancen. Para qué están parados frente a la puerta? Entrad ya. ” “Qué pasa? Está a salvo el abuelo?”

Pasando a los soldados parados frente a Ia puerta, con el aliento visible en bocanadas blancas, los dos presenciaron el lugar de una tragedia. El aroma oxidado exclusivo de la sangre derramada llenó sus fosas nasales; un aroma al que Rolfe estaba demasiado acostumbrado.

“Lady Celia… Qué… Qué es esto …?” “Esto es horrible…?”

La vista los dejó sin palabras. Puede que hayan predicho esto en algún lugar de sus corazones, pero incluso con la realidad de esto ante sus ojos, todavía era difícil de creer.

“Q-Qué pasa con el abuelo?”

Mirando a su alrededor, Celia vio la túnica blanca que yacía en el piso, una túnica única que su abuelo prefería especialmente. No puede haber ningún error.

“Nooo… abuelo!” Celia cayó de rodillas, cayendo al suelo. Rolfe la apoyó apresuradamente, pero Celia se apartó violentamente de sus brazos y corrió hacia Gaíus, que estaba

tirado en el suelo primero. Ella levantó su cuerpo en pánico. Sus manos estaban manchadas de sangre.

“Esto es… demasiado horrible”. Rolfe hizo una mueca, mirando el cuerpo de Gaíus que yacía en los brazos de Celia.

Incluso él, que había atravesado innumerables campos de batalla, solo podía recordar haber visto un cadáver golpeado tan salvajemente un puñado de veces. Por la lesión en la parte posterior de la cabeza de Gaius, Rolfe supuso que fue atacado por la espalda o golpeado mientras estaba agachado. Si fuera el primero, era un testimonio de Ia habilidad del asaltante; Si era lo último, era una prueba de su crueldad.

En cualquier caso, este sería un enemigo formidable de hecho… Hmm, esto es…

De alguna manera, convenciendo a Celia de que soltara el cuerpo de Gaius, lo dejaron en el suelo, y tras una inspección más cercana, Rolfe hizo una mueca. Un solo golpe en la garganta. Esa fue probablemente Ia herida fatal. En cuyo caso…

El asaltante bloqueó Ia tráquea de Gaius y luego le dio un golpe final en la parte posterior de la cabeza.

“Quién haría algo tan horrible…” Ese pequeño susurro escapó de los labios de Rolfe.

Esas palabras fueron llenadas con ira y tristeza. Rolfe había estado en innumerables campos de batalla, y la vista de un cadáver normalmente no haría temblar su corazón. Solo pensaría en una vista como la de los débiles que habían encontrado su final. Pero ver el cadáver de Gaíus Valkland fue diferente. Gaius luchó durante muchos años del lado de Rolfe como compañero y ayudó a construir O’ltormea en el gran país que era ahora.

Era imposible mantener la calma ante la muerte de un amigo, pero Rolfe hizo todo lo posible para contener el impulso de gritar.

“Eso no es obvio?!” Un grito de odio surgió de los labios de Celia. “Fue el sujeto de otro mundo que convocó!”.

Sus ojos ardían con oscuras llamas de ira por el asesinato de su abuelo. Y en el momento en que Rolfe vio ese fuego en su mirada, contuvo su propio corazón vacilante.

No puedo no lamentarme por ella… Eran más cercanos de lo que estarían la mayoría de los padres e hijos…

Los padres de Celia fallecieron cuando ella era solo una bebé. Murieron en la batalla contra un país vecino que una vez existió cerca del imperio, y fue Gaius quien la acogió y la crió. El era su maestro en taumaturgia y, al mismo tiempo, su único pariente de sangre restante. Así que era natural que Celia perdiera la compostura al enterarse de su muerte. Sin embargo…

“Escucha, Lady Celia”. Tenía dudas sobre su afirmación. “De hecho, los convocados de otro mundo podrían volverse bastante poderosos si se crían, pero estamos hablando de un debilucho que acaba de ser convocado. Ese mundo está libre de guerra, a diferencia del nuestro, y por lo que escuché, generalmente no se les permite portar armas”.

A juzgar por casos pasados, alguien que podría ser una amenaza tan grande nunca había sido convocado antes. Lo más que alguien había llevado sobre ellos era un cuchillo pequeño o una varilla de metal, y la gran mayoría de los otros extraños convocados ni siquiera eran aptos para usar esas armas. Desde Ia perspectiva de un guerrero, los de otro mundo recién convocados parecían ser incluso más débiles que los plebeyos de este mundo.

“Pero …!” Celia sacudió la cabeza salvajemente ante Ias dudosas palabras de Rolfe.