Danmachi: Sword Oratoria (NL)
Volumen 7
Epílogo: Ser Anhelado Después
La Familia Loki puso la calle Daedalus detrás de ellos.
Aiz y los demás habían venido y se habían ido con el resto de Orario, sin que nadie más supiera—casi nadie se daba cuenta de su presencia, y mucho menos la batalla que había tenido lugar bajo tierra en los pasillos ocultos de Knossos. Surgieron del otro lado sin una pequeña cantidad de lesiones y nuevos sacrificios que soportar.
Los cuerpos que pudieron recuperar de los pasillos del laberinto fueron enterrados en el Primer Cementerio, también conocido como el Cementerio de Aventureros, en el distrito sureste de la ciudad. Sus lápidas se unirían a las de los otros aventureros que la Familia Loki ya había perdido. Tiona, Tione, Lefiya y otros que habían estado cerca de los difuntos lloraron por ellos. Sin embargo, para una cierta espadachín de cabello dorado y ojos dorados, las lágrimas resultaron imposibles, y maldijo su propia ineptitud mientras ofrecía flores a las almas perdidas de sus compañeros.
Los miembros de la familia que aún no habían experimentado la punzada de la muerte se habían vuelto pocos, casi todos llevaban con ellos el dolor de sus amigos perdidos.
Y con esa ira, se comprometieron a tomar venganza de los demonios que acechan dentro de Knossos en su totalidad.
Aunque los efectos persistentes del retiro aún estaban frescos en la mente de todos, aparte de una cierta escaramuza, ellos pudieron regresar a sus rutinas normales, al menos por un corto tiempo.
Hasta, hace tres noches después….
—¡Nnnnngah! ¡No puedes decirme que sabes dónde está el enemigo y luego decir que no debería atacar todavía! ¡Eso es cruel!
La voz provenía de la torre central de la casa de la Familia Loki, Twilight Manor, donde Loki actualmente había levantado sus pies sobre el escritorio dentro de su habitación en el piso más alto. Un aura más desconcertante que incluso sus palabras la rodearon cuando se quedó en nada.
—… Y además de eso, está esa llave. Oh claro, podemos mirar, pero ¿dónde? Tenemos que ponernos en cuclillas en busca de pistas… Excepto por la vieja Ishtar, que está en connivencia con ellos y todo. ¿Es nuestra única opción…?
Teniendo en cuenta los activos que tenían a su disposición, sus ojos se abrieron un poco, y luego…
La diosa oyó algo. Una conmoción.
—… ¿Qué demonios?
Enderezándose en su silla, ella miró hacia la ventana cercana, solo para ponerse de pie. Estaba en la ventana, con los ojos abiertos por la sobresaltada consternación, luego abrió la ventana y se lanzó de allí como una especie de acróbata de circo.
En menos de un segundo, ella estaba en el techo.
Lo que llamó su atención fue el Barrio de Placer al sureste de la ciudad.
—¿Está… en llamas?
El cielo nocturno estaba actualmente teñido de un rojo brillante por la llamas.
Loki tampoco fue la única que lo notó. Los civiles se habían detenido a lo largo de las calles y apuntaban en dirección al Barrio del Placer, e incluso las ventanas de Twilight Manor se abrían para revelar las caras medio sorprendidas de los miembros de Familia Loki.
Loki podía olerlo—el presagio de la guerra.
Ella entonces supo al instante que esto no fue un accidente ordinario.
—¿Una disputa de algún tipo? ¿Alguien asaltó a la dama?
La Familia Ishtar era una familia prominente incluso entre las grandes organizaciones de Orario. A pesar de que su verdadera fuerza militar no era demasiado impresionante, ella tenía la totalidad del Distrito Nocturno bajo su control. Nadie se levantaría y la atacaría sin tener en cuenta las consecuencias.
O, al menos, solo muy pocas personas podrían manejar eso, incluida la Familia Loki.
—¿Qué clase de idiota…?
Pero incluso cuando las palabras salieron de sus labios, ella ya sabía quien era. Un solo nombre surgió en el fondo de su mente.
—No me digas… ¿¡Freya!?
En un instante, su expresión se torció de desconcierto a pura repulsión. Dada la abierta postura de hostilidad de Ishtar contra la otra diosa, no podía ser otra. Loki chasqueó la lengua al distrito de la ciudad en llamas mientras miraba al cielo nocturno.
—Esa idiota se está moviendo…
—¿¡N-No hay forma…!?
El mundo a su alrededor había sido transformado por las llamas, los gritos y las sombras furtivas de los asaltantes entrantes. Ishtar se encontraba al borde de sus pensamientos, asomada por el balcón de su habitación en la casa de su familia, en un estado de shock que le paralizaba la mente.
Ella sabía quién era. Solo la Familia Freya podría haber lanzado un ataque como este en el Barrio del Placer.
—¿Atacó sin siquiera esperar a que yo golpeara?
—¡Y sin una sola advertencia! ¡Absurdo! ¡Esto es una atrocidad!
Ella podía escuchar todos sus preparativos, todos sus planes, llegando a la nada— desmoronándose en un instante.
¡Refuerzos! ¡¡Necesito comunicarme con Kali en Meren…! ¡Pero no, el plan original era lanzar un ataque en pinza en la casa de Freya! ¡Señalarles ahora sería demasiado tarde! Entonces
¿Debo escapar? ¿A la calle Daedalus? ¿Y desatar al Toro del Cielo? ¡Pero… oh… ohhh… ohhhhhhhhhhh! ¿Qué estoy pensando? ¡Es muy tarde ahora! ¡Es muy tarde para hacer algo!
El plan cuidadosamente establecido de Ishtar se basaba en que ella era la instigadora. Llamar a Kali o escapar a Knossos le exigiría que abandonara el Barrio del Placer, imposible ahora que ya estaba rodeada.
Fue muy tarde. No había nada que ella pudiera hacer.
En el momento en que su enemigo lanzó un ataque rápido como un rayo, su familia—
—¿Freya…?; La reina de la ciudad de los burdeles silbó con una enemistad profundamente arraigada y ojos inyectados de sangre, clavando sus dedos en la barandilla del balcón.
—Ataquen a cualquiera que intente interferir.
Mientras tanto, a lo largo de la calle principal del Barrio del Placer.
La diosa de la belleza de cabello plateado caminó tranquilamente a través de la carnicería, dirigiéndose directamente hacia el templo de Ishtar.
—Ishtar puede tener un mal genio, pero no es tonta. Es cuidadosa, astuta, y no es probable que instigue una pelea si sabe que no tiene posibilidades de ganar. Por la forma en que ha estado actuando, es probable que tenga un as bajo la manga…; murmuró para sí misma, levantando la mirada mientras sus propios seguidores libraban una guerra con la Berbera a ambos lados de ella. Sus ojos plateados se detuvieron cuando llegaron al balcón del templo y la Diosa de la Belleza de piel cobriza que actualmente se asomó por encima de su barandilla.
Sus rasgos se retorcieron en una sonrisa escalofriante, lo suficientemente fría como para congelar a su enemigo seductor en su lugar.
—Pero has perdido.
La verdadera reina de la belleza estaba aquí.
Ishtar había tratado de arrebatar al chico que buscaba, y Freya le respondió con una infernal rabia que rivalizó con la ira del cielo y arrasó el distrito carnal hasta el suelo.
Observando. Temblando. Pisoteando.
Aunque las diosas interpretaban sus respectivas actuaciones, estos compartieron un pensamiento común entre ellas.
La confusión que los asediaba ahora había sido arreglada cuidadosamente; cada uno de ellos había sido guiado hacia sus acciones, casi como una especie de guion preestablecido.
Y Loki recordaba a alguien en particular.
La sonrisa de un cierto dios se levantó en su mente.
***
El centro del amor inmoral estaba en llamas.
Sus damas amazónicas de la noche cayeron una tras otra en gritos de horror que atravesaron sus calles. En un abrir y cerrar de ojos, el Barrio del Placer del distrito sureste de Orario, junto con sus aventureros, luchando bajo el emblema de la doncella de la guerra, fue borrado del mapa.
Un cierto dios entrecerró los ojos al ver la horrorosa escena en medio de las ascuas rojas flotando en el aire nocturno.
—¿Cuánto de esto fue según lo planeado?; Detrás de Hermes, Asfi Al Andromeda hizo una pregunta que hizo sonreír a sus labios. —¿Este era tu objetivo, entonces? ¿La caída de la Familia Ishtar?; Preguntó de nuevo, sabiendo muy bien la naturaleza evasiva de su enigmática deidad patrona.
Justo como él había dicho que aparecería después de que el nombre de Ishtar hubiera aparecido durante sus investigaciones con Loki y Dionysus, Hermes había “hecho su trabajo correctamente”. La tempestad de los celos de Ishtar simplemente había ido demasiado lejos, y él la había juzgado como alguien capaz de provocar la ruina de Orario. Por lo tanto, se había propuesto en trabajar en secreto, utilizando sus conexiones como una familia neutral, la ira sin diluir de Ishtar hacia Freya, así como el “tesoro” de Freya para sembrar las semillas adecuadas.
Entonces esas semillas habían florecido.
Dieron paso a una magnífica, deslumbrante y sensacional floración de fuego y destrucción.
—¿Para tu propia gratificación personal? ¿O tal vez… un tipo de prueba? La siguiente pregunta de Asfi fue dada en el blanco.
Hermes se limitó a sonreír. —Los humanos… dioses… incluso esa chica—Todos buscamos lo mismo. Nadie es diferente.
El ardiente y rojo barrio del placer.
El espectáculo de fuego y azufre como consecuencia de la violenta batalla. Y un solo chico, luchando una y otra vez en medio.
La mirada de Hermes lo tomó todo mientras hablaba.
—El mundo busca a su héroe.
El Dragón Tuerto—la última de las Tres Grandes Misiones.
Y la amenaza igual de formidable, el demi-espíritu, recientemente descubierto.
Habiendo dejado atrás el Calabozo, la madre de todo esto, la oscuridad ahora invadía la ciudad, retorciéndose y revolviéndose mientras los pasos de la devastación resonaban justo afuera de sus puertas.
La crisis ya estaba por llegar.
—Todavía no tenemos suficientes peones. Sí… necesitamos nuestro Joker; Murmuró, su voz uniéndose a las ascuas en la brisa.
Todos estaban mirando el Barrio del Placer ahora.
—Una brillante luz blanca… que puede atravesar la oscuridad.
El sombrío distrito del laberinto y sus habitantes de las profundidades.
—Una campana sonora… que salvará a los elegidos.
La doncella de cabello dorado y ojos dorados en su elevada torre en el distrito norte de la ciudad.
—El último héroe… que puede soportar la Era de la Promesa en sus hombros.
Sí, las miradas de todos en toda la ciudad habían convergido en un solo campo de batalla, donde los primeros gritos de nuevos guerreros ascendían a los cielos.
Y en una profecía vaga, nebulosa, honesta y casi desesperada, Hermes pronunció su oráculo.
—Por el deseo más profundo y primordial del mundo… lo haré——–
-FIN DEL VOLUMEN 7-
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