Lazy Dungeon Master (NL)

Volumen 12

Epílogo 1: Resultados

Parte 3

“Bien. Así que quieres formar un vínculo más fuerte entre Goren y Dragg”.

“…Más o menos. Y la mejor forma de hacerlo es un matrimonio. ¿Qué piensas?”

“Uh-huh… ¿Entonces quieres que alguien de Goren se case con alguien de la Casa Pavella?”

“No… O, bueno, supongo. Sí, supongo que eso es lo que quiero decir”.

Bien. Seguro que es un clásico. La casa Tsia hizo lo mismo con los matrimonios políticos. Sí, soy una especie de experto aquí. Los nobles siempre intentan usar sangre para formar vínculos.

“Lo siento, pero tendré que rechazarlo. Tengo a Rokuko”.

“Er, no. No estoy hablando de usted, Sir Keima. Me refiero a Lady Kuroinu”. “Espera, ¿qué?”

Cid miró en dirección a Niku. “¿Puedo pedir tu mano en matrimonio?” preguntó en un tono serio.

“… Maestro,” dijo Niku, mirando en mi dirección con preocupación y sin saber cómo responder.

—“Espera, Cid. Estás poniendo a Kuro en una mala situación aquí. ¿Qué tipo de broma es esta?”

“¡Lo digo en serio!” Dijo Cid, doblando la apuesta a pesar de la reacción de Niku. Cerré los ojos y pensé.

Aaah, desearía poder quedarme dormido aquí. Esto no puede funcionar,

¿verdad? Nunca podría funcionar. Creo recordar que el vicepresidente Wozma me dijo que no hiciera ningún trabajo por un tiempo.

… De todos modos, basta con evitar la realidad.

“En pocas palabras, Kuro ya está comprometido con Maiodore. Perdiste tu oportunidad”.

—“Parece estar malinterpretando algo, sir Keima. No estoy sugiriendo que Lady Kuroinu ponga fin a su compromiso con Maiodore”.

“… Espera, ¿qué?”

“Los nobles practican la poligamia”, dijo Cid con una sonrisa confiada.

Poligamia. En otras palabras, un chico especial rebosante de talento y estatus consiguiendo varias esposas. La mayor parte del tiempo, de cualquier manera. Pero si su primera y su segunda esposa no se agradan, el marido queda aplastado entre ellas mientras su relación se convierte en un sangriento campo de batalla de tediosos dramas. ¡Hay líneas  de sucesión, testamentos, herencias y nada más que basura tediosa, tediosa y tediosa! La poligamia es una vida de trabajo e infierno.

“No, no, no, no, de ninguna manera. La poligamia está fuera de discusión”.

“¿Pero no sería perfecto? Lady Kuroinu, Maiodore y yo podríamos estar todos juntos así como así”.

“¿No habrá peleas sobre quién es la esposa principal…? Espera, eh, supongo que no”.

“Sí, cualquiera podría saberlo con solo mirar. Maiodore sería la esposa principal, por supuesto”, dijo Cid. Era obvio porque Niku era un esclavo y Maiodore era la hija de un archiduque.

“Pero aun así, ¿cuál es el punto de llegar tan lejos? ¿Qué ganamos realmente?”

“Los rumores dicen que Lady Kuroinu es su hija, Sir Keima. Lady Kuroinu y yo casándonos te convertiría en mi suegro. Te prometo que mi padre, el archiduque de Pavella, te brindará un amable apoyo. Incluso proporcionaré un contrato”, dijo Cid mientras sacaba un contrato que ya tenía firmado ‘Sravayu Pavella – Archiduque de Pavella’ en la parte inferior.

“Espera, ¿es eso real?”

“Es real. Lo juro por el nombre de Cid Pavella, Cidolfus Pavella”. “Convincente, pero no hay nadie aquí que pueda confirmarme eso”.

Cid sacó tres contratos más pre-firmados. Todos fueron escritos de la misma manera.

“Uno para ti, uno para la Casa Pavella, uno para la Casa Tsia y uno para el Gremio de Aventureros. Fue una tarea bastante difícil para mi padre ya que el contenido real tenía que ser muy vago. Aun así, los firmó inmediatamente cuando dije que serían importantes para profundizar nuestro vínculo contigo, Keima”.

… Está bien, si también está enviando uno al Gremio de Aventureros, probablemente no sea falso.

“Me siento honrado, pero no”.

Leí el contrato solo para estar seguro, pero todo lo que decía era “Si este matrimonio ocurre, las ciudades de Goren y Dragg se apoyarán mutuamente” en un lenguaje simple que carece de eufemismos nobles prolijos. Todo, excepto el matrimonio, quedó sin describir, y básicamente implicaba  que  Dragg  haría  cualquier  cosa  por  el  bien  de  Goren.

¿Realmente deberías haber firmado algo como esto, Archiduque de Pavella?

… Bueno, no es que tenga la intención de hacer que Niku participe en la poligamia. A menos que ella lo quiera, claro está.

“¿Pero por qué? Perdona lo que parecerá fanfarronear, pero creo que estoy del lado guapo y me han dicho que soy un pensador rápido. No es tan evidente cuando estás cerca, Keima, pero incluso soy conocido en todo el ducado como un prodigio único en la vida. Si yo fuera usted, aceptaría este contrato sin pensarlo dos veces”.

“Entonces, ¿por qué la Casa Tsia te rechazó, Cid? Deben haber tenido algún problema para casarse con la Casa Pavella” —dije, y Cid sonrió como si hubiera caído directamente en su trampa.

“Parece estar malinterpretando algo, Sir Keima”, dijo Cid antes de sacar una poción roja: Tee S, la droga que cambia de sexo.

“… ¿Qué?”

“Soy la segunda esposa, Padre”.

… ¿Estás loco, Cid? O, bueno, supongo que sí, diplomáticamente hablando, Niku es el marido de Maiodore y, por tanto, un hombre, tiene sentido que Cid se ofrezca a sí mismo como esposa… ¿Quizás? Aun así, ya debería saber que Niku es en realidad una niña… Eugh. No hagas este lío de sexo y género más complicado de lo que ya es, por favor.

“Tendré que hablar de Bonodore sobre esto primero”.

“Supongo que sí. Solo sé que hablo en serio. Oh, ¿quieres quedarte con tu copia del contrato, Padre?”

“No, estoy bien. Y deja de llamarme Padre”.

“Ah, me adelanté allí. Mis disculpas, Sir Keima”, dijo Cid mientras guardaba los contratos. Sentí como si pudiera escuchar a Leona, el Dios del Caos, riendo desde dentro de la poción roja de alguna manera.

***

En cualquier caso, después de una semana bastante tumultuosa, llegó el momento de que Alca la Suma Sacerdotisa regresara a casa. No había hecho nada importante en particular mientras estaba en la posada, pero estar cerca de ella era agotador. Tenía muchas ganas de que se fuera pronto.

Dado que técnicamente era una VIP de otro país que se alojaba en nuestra gran suite, la guie hasta el túnel de Tsia Mountain para despedirla.

“Keima. ¿Estás seguro de que no deseas volver al Reino Santo conmigo?” “Lo siento, pero eso no pasara”.

“Ya veo… Qué pena. Aun así, imagino que habrá un sinfín de oportunidades para que nos encontremos en el futuro, Keima. Un hombre lo suficientemente fuerte y sabio como para salvar incluso a la inmortal Suma Sacerdotisa sin duda está atado a las cuerdas del destino”, dijo Alca con una pequeña sonrisa de felicidad.

“Keima”, continuó después de una pausa. “¿Te importaría darte la vuelta por un momento?”

“¿Eh? Uh, ¿seguro?” Dije antes de darme la vuelta, solo para que Alca me abrazara por detrás. Espera, ¡¿qu-qué?!

“Le pido que mire hacia otro lado… Si me mirara, me sentiría demasiado avergonzada para hablar”.

“Er, ¿de acuerdo…?” Respondí, y Alca envolvió sus brazos alrededor de mi cintura mientras empujaba su cuerpo contra el mío. El cuerpo blando que solo una mujer adulta podría haber aplastado agradablemente contra el mío. Su dulce aroma floral me hizo cosquillas en la nariz.

“Muchas gracias por salvarme la vida la semana pasada”, dijo, probablemente refiriéndose a cuando la saqué de la mazmorra artificial que colapsaba mientras estaba inconsciente. Eso fue lo único que pude pensar.

“Esa fue la primera vez que volví con vida de una situación tan peligrosa. Como sabes, como Suma Sacerdotisa tengo una habilidad de {Revival} y, en la mayoría de las situaciones, salgo de las mazmorras muriendo”.

“Bueno, me alegro de que no tuvieras que morir esta vez. Mantenerse con vida es algo bueno”.

“…En efecto. Ciertamente lo es. Y… erm, yo… ejem.” Alca parecía que quería decir algo, pero simplemente no podía sacarlo.

“Si tiene algo que decir, no dude en decirlo. Soy todo oídos.”

“Ah… Sí, sí, de hecho”, respondió, luego respiró hondo antes de continuar. “Perdóname. Me equivoqué al decir que la erupción sería algo bueno”.

¿Oh eso…?

“Parece que años de trabajar como Suma Sacerdotisa han embotado mi aprecio por la santidad de la vida y el temor de la muerte. Solo cuando me salvaste la vida recordé lo valiosa que  es realmente la vida…”, dijo, apagándose. No sabía qué debate interno se había desatado dentro de ella, pero me di cuenta de que decir esas palabras le había costado mucho coraje. Alguien que asumiera el papel de Suma Sacerdotisa sin duda sintió que nunca debía cometer errores, nunca decir algo incorrecto y, ciertamente, nunca volver atrás en sus palabras pasadas. Incluso Rei había estado tensa por “estar siempre en lo correcto” y estar a la altura de su papel, y ella era simplemente la Suma Sacerdotisa de una religión fría como el Beddhism. Ni siquiera podía imaginar cuánta presión debe sentir la Suma Sacerdotisa de la Iglesia de la Luz para ser siempre el epítome de la virtud correcta.

“No hay nada que perdonar. Dijiste lo que pensabas y ahora has cambiado de opinión. Eso está bien y es normal. No se preocupe, Suma Sacerdotisa”.

“Aaah… Keima. Si me lo permites, nada me encantaría más que llevarte al lado de la luz de una vez”, dijo Alca, apretándome más fuerte. Y entonces…

“¡NO DEJARÉ QUE ESO SUCEDA!” Rokuko gritó, corriendo hacia nosotros.

“… ¿Otra vez? ¿Debes interrumpir cada momento romántico que mi amante y yo intentamos tener?”

“¡¿Q-Qué diablos estás diciendo?! ¡Keima es mi pareja, no el tuyo! ¡Bájate de él, bájate!” Rokuko intentó separarnos a Alca y a mí con todas sus fuerzas. Pero a pesar de sus mejores esfuerzos, Alca permaneció cómodamente presionada contra mí. Ella era simplemente demasiado fuerte para que Rokuko se moviera ni siquiera una pulgada.

“¡Keima, lucha un poco!”

“Voy a ser real aquí, literalmente no puedo moverme”. De hecho, había estado tratando de quitármela de encima durante algún tiempo, pero me apretaba con tanta fuerza que ni siquiera podía moverme en su lugar. Eso se debió en parte a darle a Niku el soporte de oricalco sin arreglar el mío, pero Alca también estaba abrazando mis brazos contra mi cintura de una manera que los mantenía inmovilizados.

“Ahaha. Parece que Keima acepta mi amor, al menos”. “¡No, no lo hace! ¡Nunca lo haría! ¡¿Por qué estás aquí?!”

“Keima estaba muy entusiasmado con que me quedara en su posada antes de irme”.

Tiene estándares muy laxos para lo que define “entusiasta”. “¡Keima! ¡Es! ¡Mío! ¡¿Okay?!”

“Vaya, vaya, vaya”, respondió Alca, finalmente dejándome ir. Fue menos Rokuko arrancándola con éxito y más Alca simplemente dejándome ir. “La monopolización no es algo bueno, Rokuko. La Iglesia de la Luz enseña que debemos compartir las cosas buenas entre nosotros”.

“¡No me importa! ¡Soy una Beddhist! ¡Y Keima es el papa del Beddhism, incluso!” Dijo Rokuko, esta vez abrazándome como para evitar que me robaran. Varios lugares suaves presionados contra la parte delantera de mi cuerpo. Uh. ¿Por favor?

“Ahaha. He escuchado mucho sobre tu ‘sub religión’ sin un dios… Es muy lindo. Aunque tomado de otra manera, significa que si solo Keima se une a la Iglesia de la Luz, entonces todos ustedes serán miembros también.

¿No es así, Keima?”

“No, todos son libres de elegir su religión principal”.

“Oh, vaya, qué vergüenza”, dijo Alca antes de abrazarme por detrás de nuevo.

“¡¿Eep?! ¡Oye! ¡¿Qué estás haciendo?!” Exclamó Rokuko.

“Rokuko. Solo para que todos estemos en la misma página… Sabes que estoy perfectamente bien con otorgarte mi amor también, ¿no?” dijo, esta vez llegando lo suficientemente lejos para envolver sus brazos alrededor de Rokuko también conmigo en el medio. En otras palabras, estaba entre Rokuko y Alca en un abrazo de tres personas. Y sí, eso significaba que Rokuko y yo estábamos cara a cara, con su rostro muy cerca del mío.

“Oh vaya. Keima, tu corazón late más fuerte que antes. Veo que Rokuko unirse a nosotros es realmente importante para ti. Ahahaha”.

“¡Hey, espera! ¡Detente! No me toques en lugares extraños… ¡Eep!” Rokuko gritó, haciendo lindos ruidos. ¿Dónde diablos la tocas, Alca?

¿Hola? ¿Disculpa?

Rokuko empujó hacia adelante para alejarse de las manos de Alca. Lo que significaba que su cuerpo suave se presionó contra el mío aún más cerca. Su rostro enrojeció. Las manos de Alca fueron aún más lejos… lo que llevó a Rokuko a dejar escapar más lindos y dulces gritos mientras me abrazaba tan fuerte como podía. Alca no nos dejaba escapar.

“K, Keimaaaa… Nnn… Nmmm…” Aguanta. Demasiado. No lo soporto más.

“Alca, vámonos. Esta broma ha ido demasiado lejos”.

“¿Así que no quieres que los lleve a los dos al Reino Santo?” Alca susurró en mi oído, su aliento caliente me hacía cosquillas.

“No. Estamos bien aquí”.

“Vaya, vaya, qué cruel. ¿Rechazarías mi más sincera petición, querido? Ahaha.”

¡¿Por qué nadie está ayudando?! ¡Vamos, sirviente! ¡No apartes la mirada!

¡Detenla!

“Está bien, está bien, creo que es suficiente, Suma Sacerdotisa. Mi maestro tiene un corazón puro y esas bocinas tuyas no le están haciendo ningún favor”, dijo Ichika mientras caminaba, probablemente habiendo sido convocado por Rokuko.

“Oh vaya. Si no es Ichika… Ahaha, debo confesar, su corazón es tan puro que casi dudo en mancharlo. Pero el encanto es tan embriagador. ¿Te gustaría unirte a nosotros?”

“Voy a tener que pasar. Pero, créeme, me encantaría unirme, pero soy una esclava aquí, ¿sabes?” Ichika respondió, y en ese momento Alca dejó ir a Rokuko y a mí.

Gracias al señor. Tendré que darle a Ichika algunos panecillos de curry más tarde. Algunos realmente caros, de puestos de comida dedicados.

“… Por cierto, Keima. ¿Cuánto me cobrarías por tomar Ichika? Ella me comprende bastante bien, así que me gustaría convertirla en mi doncella”.

“Ella no está a la venta”. “Diez mil monedas de oro”.

“No está a la venta”, repetí, dejando claro que no iba a negociar.

“Sigh… Tu voluntad es tan fuerte como siempre, Keima. Muy bien entonces. Rezo para que vivas una vida feliz sirviendo a Keima, Ichika”.

“Hahaha, lo tienes. Te cuidaré muy bien cuando regreses”.

Ichika y Alca intercambiaron un firme apretón de manos. Ichika, ¿qué demonios hiciste para agradarle tanto? Diez mil monedas de oro son mucho.

“Ahora bien, Keima, debo partir. Si alguna vez visita el Reino Santo, no dude en visitar mi finca”.

“Claro, pasaré y saludaré si llega el momento”.

“En efecto. Sería maravilloso si Rokuko e Ichika te acompañaran. Los estaré esperando a todos”.

Seré honesto y diré que no quiero ir al Reino Santo en absoluto. Probablemente me encerrarás dentro de tu habitación o algo así.

En cualquier caso, Alca la Suma Sacerdotisa finalmente dejó Goren. Rokuko y yo caímos al suelo exhaustos, finalmente liberados de su reino de terror. No tengo idea de cómo Ichika simplemente regresó al trabajo sin preocuparse en el mundo.

“… Bueno, sé muy bien que hacer,” comenzó Rokuko. “¿Eh?”

“Eres mío, Keima, y no puedo dejar que nadie te lleve. Tendré que ser más agresiva a partir de ahora. ¿Qué piensas?”

“… ¿Me estás preguntando?” Quiero decir, si te pones demasiado agresiva, probablemente me doblegaré por toda la presión, así que no vayas demasiado lejos.