Amagi Brilliant Park

Volumen 7

Capítulo 1: Esa Vez El Espíritu De Fuego Regresó Del Trabajo Y Encontró Su Departamento En Llamas

Parte 3

Sylphie era el espíritu del viento. Ella era la más misteriosa de todas mis colegas, el tipo de persona con la que era imposible tener una conversación real. Honestamente, la mayor parte de su comportamiento fue un misterio para mí. Si dijeras “Buenos días”, ella podría decir “Lion Pharmaceuticals”. Si dijeras “Lion Pharmaceuticals”, ella respondería “¡Descansa un poco!” En el invernadero antes de las actuaciones, encendería bengalas que había traído y giraría. , gritando “¡parte superior en llamas!” Al principio fue realmente desagradable. Lamento decir que la idea de que tenía problemas mentales entró en mi mente una o dos veces.

La verdad, sin embargo, era que ella era totalmente inteligente. Podía participar en nuestros mensajes y chats diarios (no entendía realmente las respuestas, pero estaban en japonés) y sabía un vocabulario bastante difícil.

Sylphie también era físicamente brillante; ella era la mejor bailarina de todas y podía hacer cualquier cosa que le pidieras. Ella siempre era entusiasta y alegre. Ella también tenía un gran cuerpo; Quiero decir, supermodelo clase genial. Su cabello era un rubio platino brillante, y sus senos estaban a la par con los de Isuzu-chan o Eiko-chan. Tenía un estilo bastante decente, y siempre se vestía con un atuendo lindo u otro.

Durante los descansos, a veces la sorprendía jugando con un software de edición de video en ropa interior, y ella usaba la versión solo en inglés. Luego, a veces, cuando miraba su correo electrónico, ella respondía en un idioma que no reconocía, pero parecía ruso.

Pero por todas las cosas que no entendí sobre ella, una cosa que sabía con certeza era que Sylphie amaba a sus compañeras de trabajo. Cada vez que Kobory, Muse o yo teníamos frío con ella, ella se encogía de hombros y se deprimía. Luego, cuando tratamos de consolarla, ella se animó nuevamente. Ella sonreía y, a propósito de nada, nos ofrecía algún tipo de dulce (en estos días, era yatsuhashi fresco de Kioto).

Al final, me imaginé que ella era del tipo sabio, y una muy buena. Por lo menos, ninguno de sus comportamientos parecía calculado; ella no estaba tratando de poner un acto “misterioso” para llamar la atención. Ella no podría ser.

Um, entonces, supongo que, en general, Sylphie era simplemente un bicho raro de la variedad de jardín. (Eso fue agotador a su manera).

***

Esa noche fue otra experiencia intensa. Sylphie vivía en un viejo y barato edificio de apartamentos en la ciudad de Amagi. Probablemente tenía más de 30 años, el tipo de edificio con crujientes escaleras con estructura de acero, una máquina de lavandería al final del pasillo comunal y cada apartamento como un acuerdo de una habitación.

Las cosas se pusieron raras cuando me di cuenta de que los nombres en los seis buzones de correo decían “Sylphie”. Cuando Sylphie revisó cada uno de ellos, le pregunté incrédula: “¡¿Y los alquilas a todos?!”

“¡Sí!”, Me dijo alegremente.

“¡¿Los seis apartamentos?!”

“¡Sí! Muy conveniente.”

¿Qué demonios? Me preguntaba. Incluso si fueran baratos, dados los precios recientes del mercado, probablemente habrían corrido 40,000 yenes por habitación. Y si alquilara seis de ellos… ¿no serían 240,000 yenes?

“¡No puedes pagar ese tipo de alquiler!”, Dije.

Sylphie solo sonrió. “Tengo circunstancias. ¡Son solo 30,000 pesos por el alquiler de todos! ”

“¿Pesos?”, Pregunté. ¿Cuánto es eso, entonces?

“¡Cuidado donde pisas!”

“¿Huh?”

Sylphie ofreció la advertencia cuando llegamos frente a la puerta barata del departamento al final del segundo piso. En silencio y con cuidado, lo abrió. Dentro había hileras de fichas de dominó. Sí, dominó. Miles de ellos Apenas había espacio para caminar. Había tapones colocados cada pocos cientos de bloques, pero no parecían muy confiables.

La cocina y la sala también estaban llenas de fichas de dominó; Los apartamentos parecían haber sido modificados para unir las habitaciones vecinas y las inferiores, y el dominó también continuó a través de ellos.

“¿Dominó?”, Pregunté. “¿Por qué fichas de dominó?”

“Es un desafío”, me dijo Sylphie.

“¿Pero por qué?”

“Je je je. Mi vida se trata de desafíos. ¡Simplemente no lo entiendes, Salama-kun! ”Levantó su dedo índice y chasqueó la lengua triunfante.

“Um, entonces… es un desafío, ¿eh?”

“¡Exactamente!”

“¿Cuántos has configurado?”

“¡Treinta mil!”
Ella debe haber pasado todas las noches durante el último mes alineando dominó tras dominó. Hice una búsqueda rápida y aprendí que el récord Guinness actual de derribo de dominó era 320,000; Sylphie no estaba cerca de eso, pero todavía era una hazaña increíble.

“Sí, bueno”, le dije. “¿Haz tu mejor esfuerzo?”

“¡Lo haré!” Ella me mostró un signo de v.

Decidimos acostarnos de inmediato. Fuimos a cenar al lugar de okonomiyaki favorito de Sylphie y nos detuvimos en un baño comunal cercano, así que realmente no había nada que hacer más que dormir. (Resultó que la verdadera razón por la que hicimos todo eso fue que la cocina y el baño de la unidad estaban llenos de fichas de dominó).

“Por cierto”, le pregunté, “¿dónde dormimos?” No había lugar para acostarse. Incluso la cama, despojada de sus sábanas y colchones, estaba cubierta por miles de fichas de dominó.

“Ahí”, me dijo Sylphie. Sobre la cama colgaba una hamaca, colgada entre las paredes. La idea era utilizar los espacios mínimos para los pies disponibles para entrar en la hamaca y dormir suspendido en el aire.

“Lo siento, creo que dormiré afuera”, insistí.

Los ojos de Sylphie inmediatamente se llenaron de lágrimas. “¿No te gustan las hamacas?”

“No es que no me gusten”, le dije. “Nunca antes había dormido en uno”.

“¡Las hamacas son divertidas!”, Insistió.

“¿Oh? Um… ¿supongo que podría ser divertido?” Lo consideré por un minuto. “Pero probablemente no podría dormir profundamente en uno. Estoy realmente cansada, ¿sabes? ”

“Puedes derribarlos…” Sylphie suspiró.

“¿L-Las fichas de dominó?”

“Sí”, me dijo. “Puedes derribarlos. ¡No me enojaré! ”

Me alegré de escuchar eso, ¡pero no quería derribarlos! ¡Si me caigo de la hamaca, sería una tragedia! Había tapones, por lo que no eliminaría todas las fichas de dominó en el apartamento, ¡pero aun así eliminaría un par de días de trabajo duro de Sylphie!

Sylphie me miró con ojos llenos de lágrimas. No sabía qué hacer. “Las hamacas… son buenas”, dijo.

“Um… cierto”.

“Las hamacas… son geniales”.

“Um… claro”, estuve de acuerdo incómodamente.

Nos quedamos bloqueados en posición durante otro minuto más o menos. Tenía un miedo creciente de que si la dejaba así, ella pudiera derribar todas las fichas de dominó en un ataque de suicidio ritual. Bueno, realmente no creía que Sylphie fuera ese tipo de chica… Pero estaba empezando a sentir que quería aceptarla. Tenía sus puntos extraños, claro, pero era realmente una buena persona.

“Ah bien. Dormiré aquí “, admití. “Podría… terminar amando la hamaca, ¿sabes?”

“¡Sí!” Sylphie saltó de alegría. El impacto del aterrizaje derribó alrededor de 500 fichas de dominó. Afortunadamente, los tapones mantuvieron el daño al mínimo. “¡Está bien! ¡Está bien! ¡Todo bien! ¡Todo bien!”

“Lo siento, aunque…”

“¡Está todo bien!”, Insistió, como si no se hubiera hecho ningún daño. Pero parecía que todavía quería quedarse despierta hasta altas horas de la noche alineando fichas de dominó, así que me fui a dormir primero, en la hamaca.

***

“Sedam bira nal mafsa basilano menu yageh…” Era la mitad de la noche. Sylphie recitaba algún tipo de canto mientras alineaba las fichas de dominó, una por una. Me tumbé en la hamaca balanceándose, trabajando duro para dormir suspendido en el aire.

“Edo larnum…”

Fue realmente una distracción. ¿Quién podría dormir, colgando pies del suelo, escuchando a alguien hablar así? … Yo, como resultó, y sorprendentemente fácil.

La hamaca también salió bien. De hecho, dormí lo mejor posible en los últimos días. Balanceo. Balanceo. El ritmo me hizo alejarme de inmediato.

¡Las hamacas son realmente algo! ¡No te metas con las hamacas! ¡Son la cosa más cómoda del mundo!

Por supuesto, cuando me desperté por la mañana, todavía medio dormida, terminé cayendo de la hamaca, dando un golpe fatal a las fichas de dominó debajo de mí. Creo que saqué unos cientos.

Sin embargo, Sylphie no dio una sola palabra de queja; ella solo dijo: “¡Los pondré de nuevo!” y sonrió. (Sin embargo, capté lágrimas en sus ojos).

Eres una buena persona, Sylphie, pensé. ¡Pero no me invites mientras haces un desafío de dominó!

“¡¿Quieres quedarte conmigo otra vez esta noche?!”, preguntó ella. Por supuesto, esta vez, tuve que rechazarla.