Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NW)

Volumen 6

Capítulo 63.1: Capítulo Especial – El Encuentro con la Pareja

 

 

— Desde el punto de vista de Roxy —

Por fin llegamos a la ciudad de Kurasuma, que se encuentra en el cabo de la zona más al noroeste del continente demoníaco.


Aunque es cierto que no poseía tanta ambientación como la ciudad de Rikaris, no podía negársele ser una ciudad animada. Y aunque no pareciera poseer ningún aspecto llamativo o especial, y en su lugar pareciera una simple ciudad como otra del continente, en realidad, el Rey Demonio que reina en esta sección del continente tiene una gran relación con las razas oceánicas, formando rutas comerciales entre ellos.

Y la ciudad de Kurasuma es el punto álgido de este comercio, convirtiéndolo en una ciudad con bienes provenientes tanto de la raza oceánica como la demoníaca.

La raza oceánica traía delicias marinas, mientras que del continente demoníaco se traían especias características del clima seco propio del terreno; convirtiendo esta ciudad en la meca de la cocina que unificaba condimentos con pescado para generar platos extremadamente deliciosos, cuyo único posible rival de todo el continente demoníaco en cuanto a cocina podría ser Puerto Brisa en concreto, por estar en una situación parecida.

“¡El alcohol acompaña de maravilla la comida de este sitio!”

Habiendo llegado conmigo a esta ciudad, Talhand se encontraba increíblemente animado, ya que esta ciudad no era solo famosa por su comida, sino que además mezclaba las bebidas secas y potentes del continente demoníaco con las suaves y dulces bebidas alcohólicas de las razas oceánicas.

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Esto tiene sentido cuando piensas que a Talhand, como a todo buen minero del carbón (Enano), le encanta beber.

Siempre y cuando pudiera beber alcohol, no le importaba lo malas que fueran las bebidas que le sirvieran, cada día sin falta se dirigiría a la posada para satisfacer sus ansias, y beber junto a los rufianes del lugar, hasta acabar apestando a alcohol.

Y como toda ciudad tiene al menos una taberna, él siempre encontraba un sitio y gente con los que divertirse a donde quiera que fuera; y si encima había bebidas para acompañar el encuentro, Talhand siempre celebraría el evento con una enorme sonrisa.

Pero he de decir, que yo, Roxy Migurdia, con mi preferencia por las comidas más dulces, la cocina de esta ciudad no era del todo de mi agrado, ya que, para empezar, las especias del continente demoníaco no me gustaban especialmente, y aunque en lugar de carne, lo que me sirvieras fuera pescado con las mismas especias, no podría verlo como algo tan delicioso como el resto de personas parecía ver.

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Pero no puedo hacer nada si prefiero lo dulce a este sabor tan fuerte.

No obstante, una de las especialidades de la raza oceánica eran sus bebidas alcohólicas dulces, y eso  que me gustaba. Sobretodo porque siempre pensé que las bebidas alcohólicas debían ser fuertes; encontrar bebidas dulces de esa índole me causó una enorme impresión.

Cuando la probé por primera vez, la olisqueé un poco y pude notar un suave olor salado y marino, pero en cuanto la introduje en mi boca y la saboreé, un increíblemente dulce sabor se extendió por todo mi paladar.

Aunque es cierto que deja un ligero regusto salado, pero es algo fácilmente ocultable acompañándola con algo para picar.

“¡¿Pero qué ven mis ojos?! ¡Lo impensable ocurre! ¡¿Acaso vas a beber conmigo, Roxy?!”

“Así es, hoy te acompañaré con la bebida.”

“¡Vaya! ¡Te veo animada hoy! ¡Pues bebamos! ¡Posadero, Tráigame una barrica, que voy a enseñarle a esta mozuela como beben los mineros del carbón!”

Al verme beber, Talhand se animó muchísimo y pidió algo para él.

Por suerte los precios en este continente son bajos, por mucho que bebamos y comamos, con un simple Asura de cobre será suficiente para pagarlo todo.

“¡Chico, ese minero bebe que da gusto!”

“¡GlupGlupGlupGlupGlup!”

“Guau, vaya con los mineros del carbón.”

“¡Venga viejales, te reto a ver quién gana! ¡Posadero, otra barrica para mí!”

Talhand estaba bebiendo directamente del barril que le trajeron y otros clientes se animaron a seguir su ejemplo. Por su parte, Elinalise ya había conocido a un hombre de su agrado y se habían perdidos juntos en la noche.

Por lo general me sentiría aislada por mis compañeros, pero hoy, sin darme cuenta, ya me había puesto a animar a Talhand en sus competiciones junto a otra chica sentada a mi lado.

“¡Fuajajajaja! ¡Para ser un minero del carbón es un hombre bastante popular, ¿no os parece?! ¡Una barrica entera, solo para él! ¡Esta damisela solo puede sorprenderse! ¡Ya que no importa los milenios que pasen, los mineros nunca cambiaran! ¡¿No te parece?!”

“Vaya, eso parece.”

“¡Ohh! ¡Comienzan! ¡Bebe! ¡Bebe! ¡Bebe!”

“¡GlupGlup!”

En cuanto les trajeron a todos varios barriles, varios de los clientes del bar se sumaron a Talhand y comenzaron a beber con fervor.

Por mucho que Talhand sea un hombre ancho, ¿me pregunto a dónde irá todo el alcohol?

Tras terminarse el barril que apena podía sujetar con 1 brazo, soltó un potente erupto y sin detenerse más, agarró otro barril.

“¡Posadero! ¡Más alcohol!”

“¡Cerrad el pico! ¡Ya no nos queda!”

“¡Si no queda más aquí, que alguien vaya a otras posadas a comprarlo y traerlo aquí!”

“¡Ohhh! ¡¿Eso se puede hacer?! ¡Genial! ¡Eh tú, ve y compra más!”

“¡Dejádmelo a mí! ¡Echad algo en la bolsa todos, que esta noche vamos a pasarla borrachos como cubas!”

“¡Ooohhh!”

Y de esa forma, una bolsa para reunir fondos fue pasando por todo el bar.

“¡Jajaja! ¡Bella dama, tenga algo de piedad por estos pobres borrachos!”

“Vale, hoy….. ¡Invito yo!”

El ambiente de este día estaba siendo agradable y me lo estaba pasando bien, así que metí en la bolsa una moneda verde, haciendo que el hombre que estaba recolectando no se lo creyera y bajara su cabeza para comprobarlo, tras lo que sonrió de oreja a oreja y se puso a reír con fuerza.

“¡Si al final vas a ser una princesa, chica! ¡Estás forrada!”

“¡Juju! ¿Qué…HIC…creías?”

Relajada y alegre, solo pude asentir fuertemente con la cabeza, aunque me costaba mantener un poco el equilibrio, casi puedo sentir como que empiezo estar algo animada por el alcohol.

“¡Fuajajajaja! ¡En esta ocasión, hasta yo poseo dinero! ¡Y quiero que aceptes la ofrenda de esta damisela para divertirnos y alegrar nuestras almas! ¡Por esta noche, el estatus social no influye en la fiesta!”

La joven que había a mi lado sacó de su ropa una moneda oxidada que añadió al bote para comprar alcohol. Por lo general se haría alguna broma de alguien que tras semejante discurso daba tan poco, pero parece que el chico que recogía las monedas también estaba algo borracho y no se dio cuenta.

“¡Juejue! ¡Muchísimas gracias, damisela! ¡Esta noche beberemos hasta que el mundo de vueltas!”

“¡Así, así! ¡Que dé tantas vueltas como podamos tenernos en pie!”

La actitud con la que respondió la chica fue dándose importancia, y el recolector de fondos terminó de recorrer la habitación en busca de dinero con el que comprar alcohol para la noche.

“¡Fantástico! ¡Maravilloso! ¡Este ambiente le trae a esta damisela recuerdos de antaño!”

Lo cierto es que no sé en qué momento la chica se sentó a mi lado, pero cuando quise darme cuenta, la chica ya estaba en el taburete donde antes estuvo Elinalise comiéndose la comida que este dejó atrás cuando se marchó.

Personalmente no me importó mucho, seguramente porque el alcohol me nubló un poco la mente.

“Bueno… toma algo de beber.”

“Ohhh, esta damisela te lo agradece. Eso junto con la gran fortuna de haber decidido a ver a qué se debe la fiesta en este lugar -GlupGlupGlup- ¡¿Por qué no me acompañas en la bebida, joven?!”

“Ya estoy bebiendo.”

“¡Bebe más!”

“¿Qué beba más? Supongo que no hay más remedio…”

Por algún motivo, cuando me pidieron que bebiera más lo hice, y me terminé de un trago lo que quedaba de mi vaso.

“¡Puaah…!”

“¡Fuajaja! ¡Así se hace, joven! ¡Otra ronda más para la damisela que me acompaña!”

“Ah, gracias.”

Habiendo justo apoyado mi copa en la mesa con un sonoro BANG, un hombre sonriente se nos acercó y me llenó de nuevo la copa.

Mientras que sean bebidas dulces como esta, puedo beber todo el día.

“¡Vaya, joven, veo que tú también sabes beber! ¡Para ser tan joven, tu estilo es magnífico!”

“No creo que seas la más indicada para llamarme joven.”

Por primera vez en toda la noche examiné bien a la chica que se había sentado a mi lado.

Tenía unas botas que le llegan por encima de las rodillas, un pantaloncito de cuero es especialmente pequeño que además llevaba abierto por la cintura, y el top es más como un cinturón ancho atado a la altura del pecho.

A la vista queda claramente su cuello, vientre plano, cintura y muslos, y toda su piel tiene un tono especialmente claro. Y por último, el que resulta ser su aspecto más llamativo, es su voluptuoso y ondulado pelo violaceo del que sobresalen un par de cuernos de cabra.

La mirara como la mirara, no podía verla más que como una chica más joven que yo.

“¡Fuajaja! ¡Te agradezco el cumplido, después de todo, esta damisela tiene que cuidarse por la edad!”

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Si hubiera sido un día normal, me habría preguntado a qué clan pertenecía o si me recordaba a alguno en concreto; pero hoy ni se me pasó por la cabeza.

No me cabe duda de que estaba bastante borracha.

“Bueno, hasta yo me preocupo por mi edad. Pero adelante, bebe conmigo.”

“Ohhh, te lo agradezco. Pero a esta damisela le cuesta creer lo sabrosas que las bebidas se han vuelto en estos últimos siglos. En el pasado no había bebida tan dulce como esta en el continente demoníaco.”

“Por lo que tengo entendido, son bebidas traídas de las razas oceánicas, con quienes el Rey Demonio de esta zona ha estado haciendo negocios, creo.”

“¡¿Cómo dices?! ¡¿Que ese bastardo de BagraHagra ha estado haciendo tratos a espaldas de esta damisela?! ¡Imperdonable!”

“¿No decías que nos divirtiéramos y que esta noche el estatus social no influye en la fiesta?”

“Ohh, tiene razón, joven. ¡Esta noche el estatus social no importa para nosotros!”

El Rey Demonio BagraHagra reinaba esta zona del continente demoníaco. Se trataba de un Rey Demonio bastante rechoncho y fornido con cara de cerdo, y se comentaba que posee el mayor conocimiento sobre comida y bebida de todo el continente demoníaco.

Y aunque era parte de la facción Moderada, había realizado fuertes ataques contra los humanos durante la campaña de Laplace, en los que saqueó enormes cantidades de comida y bebida de territorios de la raza humana, ganándose el título del Dios Demonio Saqueador.

“¡Guau! ¡Lo ha destrozado!”

“-HUIIIICCC- ¿Quién le sigue? ¡Quien quiera que dé un paso al frente!”

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“¡¿Alguien se atreve?! ¡¿Queda alguien que quiera intentarlo?!”

En algún punto en su competición, Talhand se había quitado la camisa, dejando desnudo su pecho, y se había sentado sobre la mesa apoyando su codo sobre uno de los barriles que había terminado, de forma bastante imponente.

En ese momento, la persona que le retó fue la joven que estaba sentada a mi lado.

“¡De acuerdo! ¡Esta damisela acepta el reto, minero del carbón!”

“¿Qué ven mis ojos, princesita? ¿Acaso crees que puedes vencerme? ¿No sería mejor que esperaras 20 años más para retarme?”

“¡Fuajajajaja! ¡Oh, minero bobalicón, acaso de un vistazo no pudiste discernirlo? ¿Aun con esta apariencia, ya llevo 300 años en vida!”

“Entiendo, entiendo. En ese caso, disculpa mi comentario. ¡Aunque, tendrás que mostrarme lo que sabes!”

“Como gustes… oh, aunque antes de eso, ¡a esta damisela le gustaría saber tu nombre! ¡Sin duda querría recordar al necio que se atrevió a retarla!”

“Me llamo Talhand, de los Grandes Picos de Roca.”

“¡Lo recordaré! ¡Pero debes saber que aquella que traerá tu derrota no es otra que La Emperatriz Demonio portadora de Ojos Místicos, Kishirika Kishirisu!”

Y de esa forma, el duelo entre Kishirika y Talhand comenzó.

En pocos segundos el alcohol que habían traído de otras tiendas había desaparecido y una segunda bolsa recorrió el bar para recaudar nuevamente fondos; más tarde, una tercera.

Debido a que en parte fue culpa mía que se organizara este desmadre, decidí aportar 5 monedas verdes en esta última para que el chico comprara cuanto pudiera, y varios hombres fornidos le ayudaron para traer las enormes cantidades de alcohol que trajeron en este viaje.

Mientras todos iban cayendo por el bar a base de la intoxicación, Talhand y Kishirika continuaban su competición, en la que yo hacía de arbitro. Aunque ni yo estoy segura de como o qué estaba arbitrando, sino que más bien estaba sentada con ellas bebiendo, mientras simplemente contaba los barriles que llevaba cada uno.

Hasta que llegó el momento decisivo.

“40 barricas…”

Hasta este momento, la competición había estado muy igualada; y sin tener en cuenta al minero del carbón que tenía tanto aguante como robusto era, me preguntaba dónde demonios había estado metiendo la chica que bebía con él todo el alcohol que había ido bebiendo.

Porque nadie en la sala lo había notado, ni yo misma; no estoy acostumbrada a beber, y aunque no es excusa, tenía la mente bastante nublada para percatarme de ello.

“Mugu-… Kpyu…”

Hasta que el resultado de la competición acabó por llegar.

Talhand empezó a soltar ruidos extraños, y poco después empezó a vomitar todo el alcohol bebido como si fuera una fuente de agua. Pasados unos segundos, acabó volcando como si fuera un tonel y cayendo sobre la mesa, y tras rodar un poco, finalmente se cayó al suelo con un hilillo de líquido que apestaba a alcohol salía de su boca.

“¡Esta damisela es la vencedora!”

“¡UOOOHHHH! ¡INCREÍBLE! ¡Ha derrotado a un minero bebiendo alcohol!”

“¡Soy Kishirika! ¡La Gran Emperatriz Demoniaca, Kishirika Kishirisu! ¡Recordad mi nombre!”

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“¡Kishirika! ¡Kishirika! ¡Kishirika!”

“¡¿Quién es la más imponente de este mundo?!”

“¡Kishirika! ¡Kishirika! ¡Kishirika!”

En cuanto Kishirika fue declarada como vencedora del duelo, todos los presentes del bar se pusieron a recitar su nombre al unísono, haciendo que Kishirika se animara muchísimo.

“¡FUAJAJAJAJAJAJA! ¡FUAJAJAJAJA!”

“¡Bravo! ¡Bravo!”

“¡Desnúdate! ¡Desnúdate!”

Tras beber yo tanto, la verdad es que me costaba tenerme en pie, y me cuesta lo que ocurrió llegado este punto. Solo sé que se me ocurrió vengarme de mi compañero caído, aunque me pareció algo complicado, y en ese punto caí inconsciente.

Lo último que recuerdo fue a Kishirika sobre la barra bailando desnuda.

***

 

 

Me desperté al día siguiente.

“Uuu…”

Tenía un fuerte dolor de cabeza que pretendía partirme el cráneo en 2, y debido al olor a alcohol en mi propio aliento no pude sino molestarme. Para solventar el problema, y eliminar todo resto de alcohol en mi organismo, utilicé magia Restituyente en mi propia cabeza.

Ahora que estaba algo más calmada, observé mis alrededores, comprobando que todavía estaba en la taberna. Por algún motivo un par de mesas estaban rotas, y varias de las barricas destrozadas en medio de otras vacías rondando por toda la sala; casi diría que se montó algún revuelo en mitad de la noche.

“Uhh… bebí demasiado…¿?”

Mis recuerdos tenían lagunas, pero no me queda duda de que me había pasado bebiendo la noche anterior.

En lo que andaba pensando, me dio por mirar a mi lado, pero en el suelo, y me encontré a un Talhand medio desnudo tirado en el piso con los ojos del revés. Por un segundo creí que se habría muerto, pero recordé que es imposible que un minero del carbón (Enano) muera solo por beber demasiado.

Y aunque pudiera morir de eso, recuerdo que un sueño de la infancia de Talhand era morir a base de hartarse de beber, sería casi una bendición para él haber muerto de esta forma.

Continué mi ronda de observaciones y encontré una montaña de cuerpos por toda la habitación, de todo tipo de razas, unas que mejor resistían el alcohol y otras que peor lo hacían, pero no había sobrevivido nadie. Hasta el chico que había estado recolectando el dinero para ir a comprar se encontraba entre las bajas.

No quedaba ni uno en pie, los que empezaban a despertarse, se quejaban por la fuerte resaca que estarían sintiendo en su cabeza.

No soy quién para hablar, pero si no podéis usar magia para curaros, no deberíais haber bebido de forma tan absurda ayer.

Pero entre la montaña de cuerpos que decoraban el suelo de la habitación, 2 figuras resaltaban por seguir en pie.

“¡Ya te lo he dicho, tengo que reparar esto, ¿oíste?! ¡Con como me habéis dejado hoy la tienda es imposible que la pueda abrir, ¿me entiendes?!”

“No.. sí.. bueno.. pero….”

“¿Cómo? ¿Acaso no puedes pagar las reparaciones? ¡Pero si me dijiste que corrías con los gastos!”

“En eso llevas razón, y al principio pensé que esta damisela tendría suficiente dinero, pero…”

Las personas que aun se mantenían en pie eran el enfadado dueño de la taberna y la abatida Kishirika.

“¿Entonces no tienes dinero?”

“No… esto… lo siento, pero esta damisela se encuentra en la ruina…”

“Bueno, pues en ese caso, no me queda más remedio que venderte en el mercado de esclavos.”

“¡¿Cómo?! ¿Has dicho venderme…?! ¡Un-Un momento! ¡Esta damisela contactará con Hagra de inmediato para solventar esto, así que le ruego espere hasta mi regreso!”  (NT: Forma acortada para el nombre de BagraHagra).

“Nada de esperar. Seguro que tan solo pretendías huir, ¿no es cierto?”


Tuve que suspirar al ver la escena, y, sintiendo que en parte era culpa mía, tuve que bajar la mano en busca de mi bolsa.

La que encontré vacía salvo por una única moneda de oro de Asura… sintiendo cierta molestia por este hecho.

Veo que bebida gasté más dinero de la cuenta… Aunque claro, el que en realidad bebió tanto fue Talhand-san…

Y con este pensamiento que hasta a mí me sonaba a excusa, alargué la mano y solté la bolsa de monedas que Talhand llevaba atada al cinturón. Cuando observé el interior, comprobé que había suficiente y me puse en pie.

El olor de la habitación no me atrajo especialmente, y hasta mi ropa parecía oler a alcohol; pero me acerqué al tabernero.

“Tome, para las reparaciones.”

“¿Mn?”

Saqué 6 monedas de jade del saco de Talhand y se las entregué al dueño del bar.

“Con esto no será suficiente…”

“La taberna agotó todo cuanto tenía en el almacén ayer, por lo que estoy segura de que habrás obtenido muchos beneficios, ¿no es así?”

“…Bueno… supongo que tienes razón.”

Tras decir esto, el tabernero dio media vuelta y se dirigió a la cocina. Viendo su actitud de intentar sacar más tajada de la cuenta, no pude más que suspirar, pero al menos el problema estaba resuelto. Devolví la bolsa de monedas a su dueño.

“Ohhh… Ohhh… ¡Esta damisela le agradece de corazón el gesto, joven!”

Temblando de pies a cabeza, Kishirika se puso a darme las gracias arrodillada.

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Viéndola desde este ángulo, tuve que acordarme de los cuentos que el jefe del asentamiento Migurd me contó sobre la Gran Emperatriz de todos los demonios, y aunque el porte que tenía no se parecía en nada, he de reconocer que el resto de características se asemejaban a las que me describió entonces; y más si tenía en cuenta el hecho de que su raza tenía la característica especial de ser inmortal, en ese caso, es normal que su aspecto físico no muestre su verdadera edad.

Como ayer estaba bastante borracha no me di cuenta, pero recuerdo que Kishirika parece tener relación con el Rey Demonio BagraHagra…

“Discúlpeme el atrevimiento, pero me gustaría confirmar que es usted la verdadera Gran Emperatriz Demoníaca, Kishirika Kishirisu-sama, ¿me equivoco?”

“¿Hm? Ahh, eso. No es problema, no muchos creen las palabras de esta damisela hoy en día, pero es correcto. ¿Y cuál es su nombre, joven?”

“Ah, discúlpeme por no haberme presentado. Soy Roxy Migurdia, del clan Migurd que se encuentra en la provincia de Bigoya.”

Cuando me presenté, por algún motivo, Kishirika se puso eufórica asintiendo.

“¡Ohhh! ¿Roxy? Vaya, vaya, esta damisela conoce ese nombre. ¡Eres la Shishou de Ludeus, ¿no es cierto?!”

“…¿Conoce a Ludy?”

“Esta damisela tuvo un encuentro fortuito con ese joven en Puerto Brisa, y debo decir que era un hombre bastante inteteresante.”

“¿E-eso cree…?”

Me pregunto de qué habrían hablado juntos, y qué le habría dicho Ludeus de mí, pero me da miedo preguntar.

En realidad, Kishirika solo ha oído hablar de la relación de Roxy y Ludeus en sus viajes por el continente demoníaco, pero esto es algo que Roxy desconoce.

“Umu, tanto usted, joven, como Ludeus le han salvado la vida a esta damisela; he de decir que sois una pareja de Shishou y estudiante increíblemente espléndidos, y debido a que me salvaste en esta ocasión, supongo que debería hacerte entrega de una recompensa por tal acto.”

Mi corazón se detuvo cuando escuché la palabra Recompensa proveniente de Kishirika; ya que los ojos místicos que posee son conocidos por todos los demonios, y este hecho es el que la pone por encima del resto de Reyes Demonio, convirtiéndola en Gran Emperatriz Demoníaca, con suficiente poder como para empezar, si quisiera, una guerra entre humanos y demonios.

Pero entonces recordé una detalle importante.

“Hmm… Su majestad, ¿podría utilizar sus ojos místicos para ayudarme a encontrar personas desaparecidas?”

“Umu, de tal acto soy capaz; ya que hace poco me encontré de casualidad con Badi, y ya no hay persona en este mundo que esta damisela no pueda encontrar con ellos.”

“Ya veo, entonces… ¿podría por favor averiguar la localización de Ludeus y su familia, que actualmente se encuentra desaparecida?”

Hasta yo me sorprendí de la decisión y rapidez con la pronuncié estas palabras, por la lástima de evitar conseguir un ojo místico impartido por Kishirika.

Pero es un hecho conocido el que Kishirika posee un ojo único llamado Ojo de Infinito que no puede conceder a nadie y que le permite ver cualquier cosa de este mundo sin posibilidad de error.

“¿Oh? Así que utilizas el único deseo que se te concede por el bien de otro ser; ¡esta damisela no puede sino considerarlo admirable! ¡Si los tiempos no hubieran cambiado, esta damisela te ofrecería una posición como una de sus Reyes Demonio!”

“No importa, hubiera tenido que rechazarlo.”

“Comprendo, comprendo.. veo que eres una joven modesta. Pues bien…”

Pude ver como los ojos de Kishirika se pusieron a girar en el interior de sus cuencas, tras lo que el color cambió. Finalmente, se puso a mirar en varias direcciones girando únicamente su cabeza mientras asentía.

“Umu, Ludeus se encuentra actualmente en la zona norte del continente central. Parece que él también está buscando a sus familiares.”

Tuve que asentir a sus palabras, ya que de un modo u otro, se había puesto a buscar por la zona norte del continente como le pedía Paul en los mensajes sobre desaparecidos.

Por un segundo pensé que iría a Begarito desde el continente Milis, pero supongo que tenía que confirmar con sus propios ojos el estado de la provincia de Roa.

“El padre de este se encuentra en Milis-Sion, junto a una… ¿criada? La criada parece llamarse Lilia. Ah, y las 2 hermanas se encuentran en el mismo edificios que ellos.”

Ante esta noticia, se me escapó un suspiro que no sabía que estaba atragantado; porque pensaba que tanto Lilia como Aisha seguían desaparecidas.

Me alegro de que las encontraran sanas y salvas… aunque es posible que fuera Ludeus quién las encontrara en el continente demoníaco y las escoltara hasta Milis-Sion; por mucho que Dead End solo fuera un grupo de 3, podrían haberles acompañado más personas que no formaran parte del grupo como tal.

“La madre está…. dame un segundo…”

Pude hasta notar la cantidad de maná que Kishirika canalizó a su ojo místico, muchísimo mayor que hasta ahora mientras buscaba a Zenith.

“Se encuentra en Lapan, la ciudad de los Laberintos del continente Begarito.”

Roxy fue ajena a como su expresión se iba relajando para mostrar una increíble tranquilidad y alegría. Porque, por mucho que se encontrara muy lejos de aquí, había confirmado que todos los miembros de la familia Greyrat se encontraban con vida.

Hasta ahora pensó que no sería difícil de creer que 1 o 2 hubieran muerto debido al incidente, pero tras escuchar la supervivencia de todos solo pudo tener un pensamiento rondando su cabeza.

Así de especiales son los Greyrat… Han tenido una increíble suerte.

O eso parecía.

“No obstante… hay algo extraño…”

Kishirika se mostró molesta, y su ojo volvió a alterarse hasta recuperar el tono normal.

“¿Hay algún problema?”

“Bueno… ¿cómo decirlo?… Esta damisela no pudo ver con claridad a la madre.”

“¿No pudiste verla con claridad? ¿Será porque se encuentra bajo tierra?”

“Es posible, esta damisela todavía no posee todo su poder, pero bueno, descubrirás el problema cuando lo veas con tus propios ojos, joven.”

“Diría que es algo importante, por lo que me gustaría conocer todos los detalles.”

Por mucho que Kishirika lo haya dicho casi como si no fuera nada, algo no me huele bien. He visto suficientes desaparecidos hasta este punto como para comprender las condiciones tan trágicas en las que se pueden llegar a encontrar tras el incidente; y en este caso, es algo que podría estar interfiriendo hasta con el ojo místico único de la Gran Emperatriz Demoníaca…

Todavía sentía la alegría de las noticias que había recibido gracias a Kishirika, pero algo me decía que esa felicidad no fuera duradera.

“¿Cómo…? Pues por mucho que lo digas de esa forma, lo que no se puede ver, simplemente no se puede ver… Aunque… Ohh, cierto… Es posible que se deba a que se encuentra dentro de un Laberinto, después de todo está en la ciudad de los Laberintos. Aunque en realidad, esta damisela nunca ha estado en ella personalmente.”

“¿No puedes ver en el interior de los Laberintos?”

“Umu, principalmente porque los Laberintos de Begarito poseen una increíble concentración de maná.”

Escuchando estas palabras me puse a pensar sobre toda la información que poseía en este punto.

Zenith, junto con Paul, Elinalise, Talhand y alguno más, habían ido anteriormente a explorar Laberintos; y conociendo de primera mano la habilidad de Talhand y Elinalise, es más que probable que Zenith pudiera sobrevivir hasta en un Laberinto, pero… ¿por qué no ha contactado con nadie? Ya han pasado 3 años desde aquello…

“Pero en cualquier caso, es un hecho que se encuentra con vida, ¿no es cierto, Kishirika-sama?”

“Umu, no hay duda.”

Aunque solo fuera la palabra de Kishirika, no me quedaba más remedio que confiar en ellas.

En ese caso, por algún motivo u otro, Zenith debe estar atrapada en el Laberinto o que sea incapaz de salir.

Esta deducción me pareció la más acertada, por lo que asentí con la cabeza tras pensarlo bien.

“De acuerdo, le agradezco enormemente la información.”

“No te preocupes, no hay problema, ha sido mi forma de darte las gracias por salvarme.”

Kishirika se puso a asentir de forma exagerada mientras salía de la taberna dando pequeños saltitos.

***

 

 

Esa misma tarde, organicé una reunión con mis 2 acompañantes.

Talhand se había puesto otra vez a beber como si no hubiera pasado nada la noche anterior y Elinalise había vuelto con esas marcas con forma de beso que llaman chupetón por todo su cuello.

“Mira que ser capaz de encontrarte con alguien como la Gran Emperatriz Demoníaca… Eres muy afortunada.”

Al oír esto de Elinalise mientras se reía suavemente, no pude verlo de la misma forma.

No ha sido para tanto…. aunque quizás piense así porque la encontré en una posada o porque no parecía especialmente importante tampoco.

“No obstante, eso nos lleva al final de nuestro viaje, ¿no es así?”

Talhand continuó la conversación con algo de tristeza en sus palabras.

En realidad, todavía nos llevaría 1 año en regresar al continente Milis, pero es cierto que la meta de nuestro viaje ha sido alcanzada ahora que sabemos que todos los familiares de Paul están vivos y dónde se encuentra el último miembro desaparecido. Así que sí, el viaje ha terminado.

“¿Qué vas a hacer tú, Roxy?”

“Planeo regresar a Milis-Sion para contarle a Paul lo que hemos descubierto.”

“Comprendo, en ese caso, supongo que nos separaremos a mitad de trayecto.”

Parece que Elinalise y Talhand siguen sin querer ver a Paul.


Escuché que se separaron con una gran discusión, pero no me han contado nada en concreto, y como tampoco creo que sea de mi incumbencia, no les he preguntado sobre el tema.

“Hmmm… pero es cierto que Ludeus está bastante alejado del resto de su familia.”

Mientras decía esto, Talhand se llevó la mano a la barbilla, y acabó suspirando; haciéndome darme cuenta del motivo de su comentario.

Yo iré hacia Milis-Sion, y seguramente acompañe a Paul y su familia a Begarito para buscar a Zenith. En ese caso, el único que no sabrá de esto será Ludeus, y seguirá buscando por el continente central, y como está buscando por su cuenta, es imposible enviarle cartas sin saber como localizarle.

“Sería buena idea hacerle llegar esa información de alguna forma…”

Elinalise pronunció las palabras que me preocupaban. Pero no había forma de hacerle saber sobre Zenith, ya que aunque el continente central pareciera cerca de donde estábamos, pero en realidad era un largo camino.

Todos estos hechos me hicieron ponerme a pensar alguna solución.

Ludeus es increíble pero todavía es joven, y sería una verdadera lástima que desaprovechara esta época de su vida… Quiero hacerle llegar unas palabras, y ya no importa si decide reunirse con su familia o seguir de manera independiente como hasta ahora. Pero quiero poder decirle No hace falta que sigas buscando.

***

 

 

“Y es entonces cuando esta damisela hace su aparición. paaaa-PAAAAA-PIIIIIIII.”

“Y cuando este servidor también. TA-CHÁNNNNN.”

BANG

De repente, y sin venir a cuento, estos 2 entraron por la puerta.

“¡Este servidor quería conoceros!”

“¡Y cuando esta damisela le trajo hasta vosotros, escuchamos vuestra situación!”

Tras abrir la puerta de un tremendo portazo, un hombre enorme entró en nuestra habitación, que era fácil comprender que se trataba de un demonio, tanto por su piel color negro azabache y los 6 brazos que salían de su pecho.

Sus brazos superiores los tenía cruzados, 1 de sus intermedios señalaba a Roxy, y sus brazos inferiores los tenía apoyados en sus caderas. El hombre poseía un pelo color púrpura que le recorría toda su espalda y sentada en uno de sus hombros se encontraba, inesperadamente, la Gran Emperatriz Demoniaca, Kishirika Kishirisu.

“¡Perfecto! ¡Soy Kishirika Kishirisu, A.K.A. LA GRAN EMPERATRIZ DEMONIACA!”

“¡Y yo soy su prometido, el Rey Demonio BadiGadi!”

Con los 2 recién llegados, los 3 que nos encontrábamos en la habitación estábamos completamente boquiabiertos sin saber como reaccionar; y la primera en hacerlo fue Elinalise.

“Esto… no te vi por la mañana, onii-san.”

“¡Fuajajajaja, es que fue una increíble noche, onee-san!”

Badi respondió a Elinalise mientras colocaba su pulgar entre los dedos de su puño cerrado en un gesto bastante vulgar, y no me quedó más remedio comprender que habían pasado la noche juntos… aunque no quería creerlo.

El sudor frío corría por mi espalda pero decidí participar.

“L-¿Le conoces?”

“Hmmm… técnicamente sí… supongo.”

Por lo que contó de la pasada noche, Elinalise se fue con un hombre del bar, en dirección a otro. El hombre parece tener ideas oscuras en mente e intentó que Elinalise bebiera, y Elinalise, que también tenía ideas oscuras, bebió.

Elinalise, borracha como una cuba, fue llevada a una posada… y cuando volvió en sí, se encontraba entre los fuertes y negros brazos de este hombre. Y viéndose en esa situación, siguieron haciéndolo hasta la tarde que regresó con nosotros.

“¿Eh? Pero no dijo que era… ¿su prometido?… Uhh… ¡Creo que debo disculparme por mi acompañante!”

Imaginándome las posibles consecuencias, junto con alguna imagen perversa rondándome la mente, no pude sino inclinarme ante Kishirika algo aturdida por los acontecimientos.

“Hmmm, estimada Roxy, no tienes que disculparte con esta damisela. Badi es muy popular, por lo que estas situaciones son una ocurrencia cotidiana.”

“¡Umu, el problema es que como Kishirika aun no se ha desarrollado físicamente, este servidor no puede penetrarla, por lo que no se puede evitar!”

Palabras tan directas me dejaron la mente en blanco cuando más imágenes asaltaron mi cabeza.

Y es que por mucho que gracias a la presencia de Elinalise, mi conocimientos sobre el sexo han ido en aumento, el hecho de que la Gran Emperatriz Demoníaca y el Rey Demonio, prometidos y sin darle importancia a algo como el adulterio se salía de los límites de mi comprensión.

“¡Pero a esta damisela no le imporrrrtaaaa!”

“¡Umu, además que para este servidor fue una simple relación pasajera!”

Si soy sincera, dudo que pueda comprender como piensa gente a un dúo tan alegre; pero el Rey Demonio BadiGadi…

Había escuchado hablar de él, se trataba del Rey Demonio que controlaba la provincia de Bigoya, y al que llaman El Rey Demonio Inmortal, BadiGadi.

Era el hermano menor de la también Reina Demonio Inmortal, Atofe, que tantos estragos causó durante la campaña de Laplace. Pero siendo miembro de la facción Moderada, BadiGadi se reveló contra la campaña de Laplace, combatiendo y perdiendo contra el Dios Demonio Laplace en el castillo Kishirika.

Había escuchado que se encontraba desaparecido, pero sigue siendo una persona bastante importante.

“Estimada Roxy, esta damisela le debe a Ludeus su vida. ¡Por lo que si ese hombre ha perdido el ritmo, esta damisela ofrecerá su apoyo!”

“¡Mi prometida habla de esa forma, pero en realidad simplemente utilizará el poder político que este servidor posee!”

Llegados a este punto, Talhand parecía haberse recuperado de la impresión más rápido que yo al menos, que todavía seguía confusa por la situación en la que nos encontramos. Y mientras se acariciaba la barba, el minero del carbón miró a Kishirika algo inseguro.

“¿Está segura de que no habrá problema?”

“¡Ohh! ¡Eres el minero de anoche! ¡No te preocupes, puedes confíar en esta damisela, ¿no es así, Badi?!”

Kishirika le dio un coscorrón en la cabeza a Badi, a lo que el Rey Demonio asintió en respuesta.

“Umu… Hasta este servidor tiene cierto interés en este enano llamado Ludeus al que Kishirika considera sorprendente! ¡Así que mis propios ojos corroborarán si es tan sorprendente como dice!”

“Vaya, vaya.. ¿estás celoso, darling?”

“Ciertamente lo estoy, Honey.”

“Hay que ver… sigues siendo un crío, Badi. Pero si eres el único amor de esta damisela…”

“Umu, hasta en este servidor se ve influenciado por el amor, acabaré con cualquier rival que aparezca.”

Sería un problema que acabaras con él… Pero dudo que me escuchen aunque se lo dijera.

“Fujuju…”

“Fuajaja…”

“¡Fuajajajajaja! ¡Fuajajaja! ¡Fuajaj-cough cough cough-“

“¡Fuajajajajaja! ¡Fuajajaja! ¡Fuajaja…. ¿estás bien?”

Pero bueno, aunque fuera incapaz de comprender lo que había ocurrido, el mundo siguió girando.

***

 

 

El sentido común de este mundo dicta que los mares están vetados ya que los controlan las razas oceánicas, y que aquellos que caminen sobre la tierra no podrán cruzarlos por donde les plazca.

Esta lógica en parte se debe a un malentendido ocurrido durante la posguerra de la campaña de Laplace, pero no es momento de contar esa historia.

Pero básicamente, el Rey Demonio BagraHagra como individuo, tenía una relación amistosa con parte de la raza oceánica; y aunque no estaría bien que un amigo rompas las normas que se han acordado entre todos los miembros de una raza, es algo distinto consentir sin armar revuelo que ese amigo hiciera tratos a escondidas que implicaran saltarse ligeramente esa norma.

Y como el Rey Demonio BadiGadi y el Rey Demonio BagraHagra eran amigos desde hace muchos años, era posible aprovechar esta relación para viajar al continente central desde el continente demoníaco sin pasas siquiera por el continente de las tierras altas.

El problema era, que si yo atravesaba los mares con el grupo que iría a informar a Ludeus, tardaríamos demasiado en informar a Paul en Milis-Sion, por lo que alguien debía ir a informarle.

Por si fuera poco, en el continente demoníaco no se puede viajar solo, ya que los monstruos en este continente eran muy abundantes, muchísimo más que en el continente central; y por mucho que yo fuera una maga de renombre con experiencia en combate y velocidad para conjurar, tendría que descansar por las noches, y si me atacaran varios enemigos en este estado, existe la posibilidad de que puedan conmigo.

Por este motivo, en el continente demoníaco se debe recorre como mínimo en parejas.

“Nunca. Jamás. No quiero verle la cara a Paul.”

“Tampoco es algo que quiera hacer yo.”

“Comprendo, en ese caso, yo iré a informarle.”

Viendo a mis 2 egoistas acompañantes, decidí ir yo misma a Milis-Sion, por mucho que quisiera ver a Ludeus.

No se puede hacer otra cosa… Pero sigo necesitando alguien que me acompañe.

Observé a la pareja de aventureros que tantos días había viajado a mi lado, pidiéndoles apoyo sin palabras, y se miraron mutuamente hasta que finalmente Talhand cedió.

“Jum, no hay problema, te acompañaré. Aunque si soy sincero, preferiría no tener que volver a pisar una embarcación…”

“Lo siento, Talhand.”

En respuesta al comentario de Elinalise, Talhand solo se encogió de hombros.

Realmente no hay necesidad de que fuerais a Milis-Sion, con haberle enviado una carta desde el continente Milis hubiera sido suficiente…

Pero viendo la actitud de estos 2, comprendí que no me harían caso ni les importaría el comentario, así que simplemente lo dejé estar y acepté la situación; ya que realmente no tengo inconveniente en volver a encontrarme con Paul.

***

 

 

De esta forma, el grupo que tantos meses había viajado unido, se dividió en 2.

Talhand vendría conmigo de vuelta por donde vinimos en dirección a Milis-Sion; mientras que Elinalise iría al continente central con la Gran Emperatriz Demoníaca Kishirika Kishirisu y el Rey Demonio BadiGadi.

El barco de estos todavía necesitaría tiempo para zarpar, pero yo decidí comenzar mi viaje cuanto antes.

“Elinalise-san, muchas gracias por todo.”

“Yo también te agradezco que vinieras con nosotros hasta aquí, Roxy.”

Nos dimos la mano con firmeza, y Elinalise volvió a repetirme una frase que había escuchado varias veces en nuestro viaje.

“Roxy, si conocieras a un buen hombre, que no se te escape, ¿de acuerdo? Hazlo tuyo usando tus labios, ya sean los superiores o los inferiores.”

“¿Todavía sigues con esas?”

“Calla y escucha. Si conoces a alguien al que ames de verdad, tienes que lanzarte por todas. Ya te preocuparás más tarde de que el amor sea mutuo.”

Ante las palabras de Elinalise, Talhand dejó escapar un suspiro.

“Tú… ¿Eso se lo dijiste también a Zenith?”

“Lo hice y es por eso que Zenith acabó echándole el guante a Paul, así que puedes confiar en mis palabras.”

Al escucharla decir eso, no pude más que pensar un:

Ya veo…

Dándole más peso a las palabras de Elinalise a partir de este momento. El motivo es, que para mí, Zenith y Paul son la pareja ideal que siempre me he imaginado.

Si esa pareja ideal acabó felizmente casada gracias al consejo de Elinalise… no creo que pase nada por escuchar sus palabras.

“De acuerdo, Elinalise-san. Si eso ocurriera, iré a por todas.”

Tras esta frase a modo de despedida, solté su mano.

Quizás fuera por un efecto óptico ya que soy más baja que ella, pero no puedo negar que hoy Elinalise parece más imponente que en otras ocasiones.

“Te agradecería que saludaras a Ludy de mi parte.”

“Dalo por hecho, me aseguraré de hacerle saber lo inquieta que estabas por las noches debido a no tenerle cerca.”

“¿Qué? Un mom- ¿Cómo sabes eso? Ni se te ocurra decirle algo así. Además, no es como si hubiera estado soñando con él ni nada parecido.”

“Vale, vale…”

Pero una idea se me pasó por la cabeza justo en este momento.

¿Qué pasaría si Ludeus y Elinalise se conocen y acaban yendo juntos a una posada…? Si tenemos en cuenta que está buscando por la zona norte, lo más seguro es que se encuentren dentro de 1 año… han pasado 10 desde la última vez que le vi… así que tendrá 13 o 14 años. No me cuesta pensar que Elinalise le echara el ojo…..

Ese pensamiento me hizo sentir bastante incómoda y algo malhumorada.

“¿Qué te pasa? ¿Por qué te has quedado callada de repente?”

“Nada… bueno, si te soy sincera… si Ludeus fuera uno de esos buenos hombres de los que hablas, ¿acaso vas a ir tras él?”

Intenté decirlo de la forma más casual posible, pero no me cabe duda de que Elinalise, con tantísima experiencia más que yo, pudiera ver algo de mi preocupación en sus palabras.

“Te hago saber que bajo ningún concepto planeo convertirme en la nuera de Paul.”

Parece que esta idea de verdad molestaba en gran medida a Elinalise, y al oírla pude sentir como me quedaba más tranquila.

“Comprendo…. Bueno, es hora de que nos pongamos en marcha.”

“Cuídate, Roxy.”

“Lo haré, pero tú también, Elinalise-san.”

Tras lo que Elinalise miró por encima del hombro a Talhand casi como si estuviera observando a un ser insignificante.

“No te vayas a morir en una cuneta, Talhand.”

Talhand se mostró bastante molesto con el comentario y reaccionó acorde, escupiendo a un lado.

“Me has quitado las palabras de la boca, Elinalise.”

Viéndoles, no pude sino pensar que, a pesar de su actitud, se llevan bastante bien.

***

 

 

— Desde el punto de vista de Elinalise DragonRoad —

Poco después de ver marchar a Roxy, me encontré con el barco que nos llevaría al continente central.

Se trataba de un bote de la raza oceánica con bastantes años de antigüedad y que además era tirado por bestias mágicas. Cuando lo comparas con los botes propios de la raza humana, te causaría una mala impresión por estar algo desgastado, pero no se le podía negar que era bastante más rápido y estable que el que construían los humanos.

Atravesé la pasarela para subir al barco junto a BadiGadi, y a medio camino, pude escuchar una fuerte risotada proveniente de Kishirika a nuestras espaldas.

“¡Fuajajajaja! ¡Bueno, hasta que volvamos a vernos, oh, Badi! ¡Si comenzaras a echar de menos a esta damisela, tienes la libertad de volver cuando lo desees al continente demoníaco!”

“Umu. ¡Este servidor se despide de ti deseándote lo mejor, prometida mía! ¡Hasta que volvamos a vernos! ¡Fuajajaja!”

“¡Quién sabe cuántos años te separaran de esta damisela en esta ocasión! ¡Fuajajaja!”

Siempre pensé que la Gran Emperatriz Demoníaca, Kishirika Kishirisu vendría con nosotros para hacernos compañía nocturna, pero no se subió al barco con nosotros; dejándome bastante confusa por la evolución de los acontecimientos.

“¿Ara?, ¿la princesa no viene con nosotros?”

“¡Umu! ¡Ya que Kishirika no puede abandonar el continente demoníaco!”

“Ya veo, pero… ¿es por una maldición?”

“Algo así.”

Como la Gran Emperatriz Demoníaca no podía abandonar el continente demoníaco, hoy también, se dedicará a deambular por sus tierras sin que nadie conozca su rumbo.

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El problema es que este hecho era completamente desconocido para Roxy, que pensaba que Kishirika también iría con nosotros a reunirnos con Ludeus.

Si lo hubiera sabido antes, le habría dicho a Kishirika que se fuera con Roxy; ya que hay cientos de peligros en el continente demoníaco. Por mucho que Talhand fuera con ella y con eso fuera improbable que ocurriera lo peor, con una persona más habrían ido más seguro; más aun si esa persona es la Gran Emperatriz Demoníaca.

Pero Elinalise pronto cambió de opinión.

Si una persona como esa viajara con Roxy, me cuesta imaginar los problemas que acabaría encontrándose.

Y mientras, ajena a los pensamientos de su ex-compañera Elinalise, Roxy Migurdia nuevamente se ponía en marcha por el continente demoníaco.

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