Kumo Desu Ga Nani Ka?

Volumen 2

Interludio 7: Los Suspiros del Ayudante del Señor Demonio Durante la Reunión

Caminé por el largo corredor siguiendo la pequeña figura casi dos cabezas más pequeña que yo.

Por lo mismo el caminar de este individuo es considerablemente más lento que el mío.

Lo que significa que debo cuidarme de no ser tan enérgico en mi andar.

No es lo ideal, pero no puedo simplemente rebasar a quien estoy siguiendo.

Dado que la chica a quien sigo en este momento es la actual Señor Demonio.

Cuando por fin terminamos nuestra travesía por el largo corredor, alcanzamos el pie de una sola puerta.

Aquí la Señor Demonio se detiene.

Para ser totalmente honesto, no quiero abrir esta puerta. Sin embargo, no tengo otra opción que hacerlo.

Cuidando de retener el suspiro que amenaza con escapar de mi interior, la abro.

Entonces doy un paso a un lado permitiendo que la Señor Demonio entre, bajando mi cabeza en reverencia.

La Señor Demonio no me dedica ni una mirada al entrar, es como si no esperase menos.

Una vez que ella cruza el Umbral me alineo detrás ella.

– Después cierro la puerta gentilmente para que no produzca sonido alguno, por supuesto.

El cuarto al que entramos es alguna clase de cuarto del consejo.

Aquí hay una mesa redonda en el centro, con un asiento de honor reservado para quien sea el Señor Demonio.

Otros diez hombres y mujeres ya se encuentran organizados en la mesa.

La mitad de ellos de ellos se ponen de pie cuando La Señor Demonio hace su entrada.

La otra mitad continúa sentada.

El problema radica en que uno de los que se mantienen sentados es mi hermano menor.

Una vez más, es necesario reprimir un suspiro que intenta escapar de mi garganta.

Retiro la silla para que la Señor Demonio pueda sentarse.

De nuevo, sin siquiera mirarme, La Señor Demonio casualmente se deja caer en la silla con una completa falta de elegancia.

Percibo algunas muecas en respuesta.

Estoy seguro que la Señor Demonio lo notó también, Después de todo, ella obtiene gran placer en evocar este tipo de reacciones.

Personalmente, yo mismo pienso que es de mal gusto, pero fuese a demostrarlo en mi rostro, no hay forma de saber que me diría más adelante.

La forma más efectiva de lidiar con esta Señor Demonio es mantener una cara de póker todo el tiempo.

“Ahora, dejemos que esta reunión comience. ¿Balto?”

“Por supuesto.”

Respondo brevemente a mi señora la Señor Demonio.

Para ser franco, una vez que ella da la señal para comenzar con la reunión, el papel de un Señor Demonio ha terminado.

Todo el trabajo real de conducir esta reunión recae en mí.

O, mejor dicho, es forzado en mí.

“Bien entonces, como nuestra primera orden de trabajo, comencemos con los reportes. Comenzaremos con la primera armada, ¿Es posible?”

Como es costumbre, comenzamos la reunión con el reporte de actividades de las tropas desplegadas en varias locaciones.

Ante mi indicación, el Comandante de La Primera Armada Agner, quien ha servido como general para varias generaciones de Señores Demonio, se levanta.

Aunque el Comandante Agner parecería juvenil para los estándares humanos, es considerado veterano incluso para un longevo Demonio.

“La Primera Armada ha completado todas las preparaciones para avanzar hacia la fortaleza del Imperio Renxandt, Fuerte Kusorion. Trenes de provisiones han sido satisfactoriamente desplegados también. Estamos listos para marchar a la orden. Eso es todo”

Como de costumbre, el comandante Agner da un reporte directo sin ninguna información irrelevante.

Su fortaleza y vigor lo pintan como el modelo de un militar

“La Segunda Armada está preparada de igual forma. Sin embargo, si se nos concediese un poco más de tiempo, nuestros sombríos negocios podrían dar fruto.”

La siguiente persona en levantarse y reportar es una mujer seductoramente hermosa.

Comandante de la Segunda Armada Sanatoria. Como el Súcubo que es, ella es excepcionalmente encantadora y maquinadora, incluso para un Demonio.

Los “Negocios Turbios” a los que se ella se refería probablemente sean algo como eso.

“¿Cuánto tiempo más tardaran?”

“Tan poco como 2 o 3 días, quizás”

“Eres libre de proceder, mientras que no interfiera con el avance”

“Muchas gracias”

Con una sonrisa tan embelesadora que puede hacer que tu corazón se detenga, Sanatoria regresa a su asiento

Sin embargo, el Comandante de la Tercera Armada no se levantó.

“Comandante Kogou.”

“Weh…entonces, mmm, ¿Realmente vamos a la guerra?”

El gigantesco Kogou intentó encogerse en su asiento.

“¿No existe alguna manera, um, en la que podamos evadir eso?”

“Es inevitable. Si hubiese alguna forma de evitarlo, nosotros lo haríamos.”

“Que… ¿Sin importar qué?”

Antes de que pudiese responder a las insistentes preguntas de Kogou, una voz diferente hace eco en el cuarto.

“Sin importar qué. Pero si realmente quieres evitar una guerra, comandante Kogou, si hay algo que puedes hacer.”

Es la Señor Demonio. Ella tiene esa repulsiva mueca en su rostro, como si estuviese preparando una broma cruel.

“U-um, ¿Qué sería?”

“Es Fácil. Tú y cada uno de los miembros de la Tercera Armada pueden convertirse en la piedra angular de este mundo”

“Kogou se petrifica ante las palabras de la Señor Demonio.

“¿Que sucede? ¿Creí que querías evitar esta guerra? Bueno, eso sin duda lo haría.”

“Y-yo lo siento mucho. Um, no volveré a mencionarlo. Así que, um, por favor perdóneme.”

Antes de que la Señor Demonio abriese la boca para continuar acosando a Kogou, rápidamente la interrumpo.

“Kogou, por favor que esta sea una lección para evitar hablar sobre cosas innecesarias en el futuro. ¿Tienes algo que reportar? “

“Um, todo marcha correctamente.”

“Bien. El próximo por favor.”

La Señor Demonio parece ligeramente molesta, pero es por un bien mayor.

El cuarto, quinto y sexto comandante dan sus reportes sin problemas.

Entonces es el turno del séptimo comandante.

Sin embargo, el comandante, y mi hermano menor Bloe, no hace nada por levantarse.

“Bloe.”

“Simplemente no lo entiendo, hermano.”

Bloe se cruza de brazos y recuesta su espalda en su asiento, molesto.

“¿Porque una chica cualesquiera es la Señor Demonio cuando eres tú quien a coordinado y organizado a nosotros los demonios todo este tiempo? ¡Ésto carece de sentido alguno!

“Bloe.”

“¡Y tampoco te comprendo! ¡¿Por qué le sirves, hermano?! ¡No luce como si fuese tan fuerte como para mantenerte bajo su pulgar!

“¡Imbécil! ¡No hables de La Señor Demonio de esa forma!”

El comandante de la quinta Armada, Darad, estalla ante la imprudencia de Bloe.

Bloe y Darad suelen enfrentarse; sus personalidades parecen estar en desacuerdo entre sí.

Usualmente; alguno de sus próximos intervendría, pero esta vez nadie los detiene.

Algunos están de acuerdo con Bloe, Algunos con Darad, y otros prefieren mirar y esperar.

Todos los mandantes tienen sus propias opiniones.

Sin embargo, parece ser que en esta ocasión todos han decidido quedarse fuera de esto.

“¡¿Bloe, Acaso lo has olvidado?! ¡La Providencia del mundo nos obliga a todos los Demonios a seguir al Señor demonio, sin importar quien sea!”

“¿A qué demonios lo interesa esa mierda? ¡Ella no es mi líder! Nunca la he visto levantar siquiera un dedo – ¡¿Ustedes lo han hecho?!

“¡¿Piensas que se nos permite dudar de las intenciones de un Señor Demonio?! ¡Los pensamientos internos de un Señor Demonio son demasiado complejos como para que podamos siquiera imaginarlos!”

“¡Quizás para ti así sea, pero algunos de nosotros tenemos mente propia, compañero! ¡¿Qué clase de tonto seguiría todas y cada una de las ordenes sin pensárselo dos veces solo porque viene de un Señor Demonio?! ¡no quiero escuchar nada que venga de un tarado como tú!

“¡¿Tú, de todas las personas posibles, te atreves a llamarme de esa forma?!”

En medio del par discutiendo, el comandante de la Sexta Armada Huey se mira con una expresión seria pero severa.

El resto de los oficiales simplemente miran.

Entre todos ellos, el único cuyos pensamientos no puedo adivinar en lo absoluto es el comandante de la cuarta Armada.

El pálido rostro del comandante Merazophis no muestra el menor atisbo de emoción alguna.

De entre todos los villanescos lideres de la Armada Demoníaca, este hombre es particularmente difícil de entender.

Siempre pongo especial atención en él, pero hasta ahora, no he notado nada sospechoso en él.

“¡Bien! ¡hagamos esto entonces!”

Finalmente, Bloe coloca sus manos en su arma.

Darad hace lo propio a su vez, pero su mano pronto se detiene.

“¿Por…? Mi cuerpo…”

“¿¡Por qué no puedo moverme!?”

El cuerpo de ambos se encuentra como petrificado en su lugar, sin responderles en absoluto.

“¿Disculpen Chicos, pero podrían abstenerse de pelear por algo tan estúpido?”

Estas ásperas palabras emanaban de no otra que la Señor Demonio, la misma causa de la disputa.

Todos los comandantes, no solo los dos que se encontraban restringidos en su lugar, se sobrecogieron en asombro.

Ninguno de ellos tenía idea de cómo la Señor Demonio estaba sellando sus movimientos.

Es de esperarse, sin embargo. La Señor Demonio siempre ha evitado demostrar sus poderes enfrente de ellos.

Su método de restricción es seda, tan delgada que no se puede ver a simple vista.

Los hilos están adheridos a sus nucas.

Hilo De Marioneta. Cualquiera que fuese capturado por estos hilos se convertía en el títere de la Señor Demonio.

Y esto no está limitado a los seres vivientes.

Según mi conocimiento, la Señora Demonio puede usar hilos para controlar simultáneamente diez títeres, desarrollados específicamente para la batalla, para barrer con hordas de enemigos.

Sin embargo, incluso solo yo sé esto.

Aún falta que la Señor Demonio muestre toda su mano, incluso a mí.

Bloe esta gravemente equivocado al pensar que la Señor Demonio es una incompetente.

El hecho de que ella ostente esta posición no es mera coincidencia.

Ella es la Señor Demonio porque merecedora de ese puesto.

“Si me hacen enfadar demasiado, tal vez tenga que usar [Magia Abisal] saben.”

Una salvaje sonrisa. Después de una mirada a esa expresión, no existe nadie en este cuarto que se atreva a oponérsele.

Ella les da un tirón a los hilos de marioneta. Esto es suficiente para forzar al par en sus asientos.

Entonces los hilos se separan de sus cuerpos, y los comandantes son finalmente liberados.

“M… Me disculpo.”

“…”

Dalad se disculpa, el color de su rostro ha desaparecido, mientras que Bloe parece incapaz de hablar.

“Ahora, el reporte de la octava Armada, por favor.”

Aun cuando pueda ser cruel, debo dejar que mi pequeño y desinflado hermano continúe como está.

“Sin problema alguno aquí.”

El comandante de la Octava Armada Wrath responde rudamente.

Este hombre no muestra interés alguno en si un Señor demonio es digno.

El tiene todo tipo de problemas como para prestar atención a ello, pero ya que estos no son particularmente relevantes, me abstendré de inmiscuirme en ellos.

El problema en mano esta con los dos restantes.

“La Novena Armada está preparada para avanzar.”

Si fuese a describir a este hombre, en una palabra, seria “oscuro”. Siempre esta enfundado en una armadura y casco negros, como si estuviesen unidos a su cuerpo.

Lo poco que se podía ver de su piel bajo su casco era oscura. Su cabello es oscuro también.

Todo lo que destacaba de él eran sus inquietantes ojos rojos.

Ni siquiera sé su nombre. Lo llamamos simplemente Negro.

“La Décima Armada no tiene ningún problema por reportar.”

La chica sentada al lado de hombre oscuro es su completo opuesto.

Su túnica es de un blanco puro. Incluso su piel lechosa es extrañamente blanca.

Su largo y trenzado cabello es blanco. Y a causa de que sus ojos se encuentran cerrados, no hay un color visible.

Tampoco conozco el nombre de esta mujer. Le llamamos simplemente “Blanca”.

Ambos individuos fueron agregados a las filas de la Armada Demoníaca por la mismísima Señor Demonio.

No sé nada sobre sus identidades.

Sin embargo, puedo hacer una suposición.

Creo que ambos son [Gobernantes]

Los [Gobernantes] son entidades de las que se dice que son capaces de manipular este mundo detrás de escenas.

Y estos dos pertenecen a sus números.

Incluso yo no tengo idea de como hizo la Señor demonio para convertir a este par en sus subordinados.

Pero no puedo hacer otra cosa que ser cauteloso sobre todo con su abrumadora aura sobrenatural.

“Ya veo, ya veo. Suena como si todo marchase bien.”

La Señor Demonio asiente, mirándose complacida.

“¿Entonces… deberíamos comenzar la guerra?”

Con estas palabras, las cortinas de una gran guerra entre demonios y la humanidad se abren lentamente, quizás la peor de toda la historia.

Todos están demasiado conscientes de esta realidad, no puedo evitar dejar salir al final un quedo suspiro.