Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 8

Bonus 2: La Brújula Que Apunta A Tus Propios Deseos

Tres niñas se pararon frente a la imponente puerta que servía de entrada a Verbergen. Yue, Tio y Kaori. Miraron hacia la niebla que rodeaba la ciudad, esperando a alguien. Finalmente, la gente a la que esperaban apareció desde más allá de la niebla.

“Oh, parece que lo logramos.”

“¡Lo lograste! ¡Ese artefacto es increíble, Hajime-san!”

Hajime tenía algo con forma de reloj de bolsillo en las manos, mientras Shea lo miraba con admiración. Yue y las demás se amontonaron a su alrededor, y Hajime empezó a explicar los resultados de su experimento. Unos segundos más tarde, Shizuku, que pasaba por allí, vio al grupo reunido.

“¿Oh? ¿Kaori? Y Nagumo-kun también. ¿Qué están haciendo todos ustedes aquí?”

“Ah, Shizuku-chan…” Kaori hizo una seña a Shizuku con una sonrisa, invitándola a acercarse.

“Estábamos experimentando con la brújula de los caminos eternos.”

“¿Ese artefacto que obtuvimos del laberinto de Haltina? Oh, ¿estabas tratando de ver si te puede guiar a donde quieres, incluso a través de la niebla?”

“Afilada como siempre, por lo que veo. Exactamente, Yaegashi. Y resulta que sí puede. Intenté ir a la aldea de Haulia y volver usando sólo la brújula, y no me perdí ni una sola vez”.

Lo que significa que ni siquiera la niebla, que confundía todos los sentidos, excepto los de los bestias, afectaba a la brújula. En cierto modo, Hajime había hecho historia al ser el primer humano en navegar por el mar de los árboles por su cuenta.

“Parece que el concepto de magia es aún más asombroso de lo que pensaba. Supongo que tiene sentido, considerando que es aún más difícil de usar que la magia antigua…”

“Sí. De todos modos, voy a experimentar un poco más. Quiero ver qué más puedes hacer con esta brújula”.

Shizuku asintió, comprendiendo. Como ya estaba aquí, pensó que también podría observar los experimentos de Hajime.

“Ahora bien, según Haltina, esto puede ayudarte a encontrar cosas también…” Hajime miró a sus camaradas con una mirada que parecía decir “¿Algún voluntario?” Parecía que había perdido algo. Todo el mundo miraba con curiosidad mientras ella tomaba la brújula de Hajime y le echaba un poco de maná.

“¿Dónde están mis bragas?”

“¡No puedes preguntar eso, Yue!” La respuesta instantánea de Kaori mostró lo mucho más sincronizados que estaban ahora. La aguja de la brújula giró varias veces, y luego se detuvo apuntando directamente a Hajime.

“¿Eh? ¿Yo? Oh, sí…” Hajime buscó en su bolsillo y sacó un par de bragas atrevidas. Sin duda eran de Yue.

“¿Por qué? ¿Por qué tienes sus bragas? ¿¡Por qué!?” Kaori se repitió como un disco rayado. Sus ojos estaban vidriosos y su postura demoníaca se encendió detrás de ella. Por otro lado, Shizuku miró a Hajime como si fuese una especie de pervertido.

“N-Nagumo-kun. Incluso si es tu novia, eso es un poco…. espeluznante”.

“Hola, Yaegashi. No lo hagas sonar como si le hubiera robado las bragas o algo así. Se las quitó y me las dio ella misma”.

“¡Eso es aún peor! Honestamente, el malentendido habría sido mejor”.

“¿¡Por qué!? ¿Por qué tienes sus bragas recién puestas? ¿¡Por qué!?”

Shizuku retrocedió mientras Kaori se derrumbaba por completo. Se agachó a buscar sus propias bragas y comenzó a quitárselas.

“Kaori, entiendo tus sentimientos, pero créeme, te arrepentirás de esa decisión más tarde. Cálmate.” Afortunadamente, Tio estaba allí para ayudar. Kaori dejó de regalar a Hajime sus propias bragas y se las volvió a poner.

“Lo siento Yue, olvidé por completo devolverte esto. Se ensuciarían si las dejara en el suelo, así que las puse en mi bolsillo…. En realidad, si pensabas que las habías perdido, ¿por qué no me lo preguntaste?”

“Mmm…. Me sentía tan bien que lo olvidé por completo. Pero ahora se siente un poco fresco, así que póntelos por mí”.

Hajime se arrodilló como si fuese la cosa más natural del mundo, y en respuesta, Yue levantó una pierna como si fuese la cosa más natural del mundo.

“Muy bien, Yue-san, es suficiente. Puedes ponértelas tú mismo”.

“¿Hm? Pero…”

“¿Pero?”

“¿Sh-Shea?”

“¿Sí?”

“…me los pondré yo mismo.”

Para sorpresa de todos, Yue cedió a la presión de Shea. A pesar de su sonrisa, la mirada de Shea decía claramente: “Eres una adulta, así que al menos deberías saber que este no es el momento ni el lugar para esto”. Después de convertirse oficialmente en el amante de Hajime, Shea se había vuelto mucho más intimidante. Yue miró nerviosamente a Shea mientras se quitaba las bragas de Hajime y se las ponía. Parecía una niña traviesa que acababa de ser regañada por su madre.

“Es la primera vez que veo a Yue así…”

“De hecho, sí. Shea realmente se ha vuelto invencible.”

La aterradora mirada de Shea se dirigió hacia Hajime. El monstruo del abismo desvió torpemente su mirada, luego aclaró su garganta y cambió el tema.

“Muy bien, ahora que sabemos que también puede encontrar cosas…”

“Te escapaste justo ahí, ¿no?”

“Yaegashi, cállate. De todos modos, sabemos que puede encontrar lugares físicos y cosas sin problemas, pero tengo curiosidad por saber hasta dónde llega la interpretación de la brújula de un ‘lugar'”.

Tio miró pensativamente a Hajime y le dijo: “Desea saber si puede apuntar a un lugar o concepto abstracto, ¿no es así?”

“Mmm…” Yue volvió a levantar la mano. Kaori la miró con recelo, pero al final, el grupo decidió dejarla intentarlo de nuevo. Yue miró a Kaori y activó la brújula.

“¿Dónde está la acosadora?”

“¿¡Qué pasa con esa pregunta!? ¡No soy la acosadora de Hajime-kun!”

“Umm, ¿Kaori-san? Yue no dijo nada sobre la acosadora que estaba buscando.”

Kaori, que inmediatamente asumió que Yue se refería a ella, levantó la vista con asombro. Como antes, la brújula giró unas cuantas veces antes de detenerse.

“¿Eh? ¿No me está apuntando a mí?”

“Imposible…. quien aparte de Kaori podría…”

Yue miró hacia donde apuntaba la brújula y vio a Altina asomando la cabeza desde detrás del pilar de la puerta. Ella estaba mirando intensamente a Shea.

“¿¡Hiii!? ¿¡Altina!? ¿¡Qué estás haciendo aquí!?”

Feliz de que finalmente se hubiera dado cuenta, Altina corrió hacia Shea y le agarró el brazo. Las orejas de Shea se aplastaron a su alrededor mientras la princesa elfa le daba una sonrisa radiante.

“Te estaba buscando, Shea. Quiero que juegues conmigo un poco más.”

El pelaje de la cola y las orejas de Shea estaba de punta a punta con el sugerente lenguaje de Altina.

“Ya veo. Si varias cosas cumplen las condiciones establecidas por el usuario, la brújula elegirá la que mejor se adapte”.

“¿¡Hajime-kun!? Juro que no soy una acosadora, así que por favor no me trates como tal”. Hajime ignoró la difícil situación de Shea y la insistencia de Kaori en que no era una acosadora, y le dio la brújula a Altina.

“Justo a tiempo. Veamos si alguien que no tiene maná puede usar la brújula si ya está activa. Altina, dile a la brújula algo que quieras que te encuentre”.

Altina ladeó la cabeza, pero hizo lo que se le dijo. Después de pensar por unos segundos, ella habló.

“Mi futuro, supongo.”

La aguja giró unas cuantas veces y se detuvo en dirección a Tio.

“Esta brújula… es tan precisa que da miedo.”

“Los Liberadores también deben haber sido monstruos si podían hacer algo así.”

Tio fue sin duda una pionera de la perversión y en ese sentido es la superior de Altina. Según la brújula, Altina algún día caminará por el camino del masoquismo y eventualmente caerá hasta la mujer que la precede. Aunque la propia Altina no entendía del todo los detalles, parecía darse cuenta vagamente de que Tio era el modelo a seguir al que tenía que aspirar. Altina miró tímidamente a la legendaria dragona negra y pronunció una sola palabra tímida.

“¿Tío…onee-sama?”

“No estoy seguro de cómo debería sentirme sobre esto…”

Hajime dejó a Altina y a Tio a su suerte y se giró hacia el resto de sus camaradas.

“¿Alguien más tiene alguna pregunta interesante?”

Los demás se pusieron a pensar.

“¿Qué tal…?” Shizuku murmuró en voz baja, y Hajime metió la brújula en la palma de su mano.

“¿Qué tal si preguntamos quién es la persona más importante para nosotros? Podríamos terminar con algunas respuestas sorprendentes”. Los ojos de Shizuku se abrieron sorprendidos cuando la aguja empezó a girar.

“Hey, como es que…” La aguja se detuvo en la katana negra de Shizuku.

“Ya veo. Así que eres una chica de instituto a la que le encantan las espadas, ¿eh? Bonito.”

“Lo estás expresando a propósito para causar malentendidos, ¿no? ¡Este es un compañero al que puedo confiar mi vida!”

Las chicas miraron a Shizuku con lástima. Decía que era importante porque era su compañero de lucha, pero era totalmente posible que lo atesorara tanto porque era un regalo de cierta persona.

“¡Oooh, tengo uno! ¿Qué hay de nuestra inocencia? ¿Podemos preguntarle a la brújula adónde fue?”

Teniendo en cuenta lo omnipotente que era esta brújula, era posible que incluso pudiera responder a esta pregunta. En el momento en que Hajime pensó eso, la aguja empezó a girar. Parecía que Shea lo había activado. Cuando finalmente se detuvo, todo el grupo miró con curiosidad en la dirección en que apuntaba la aguja.

“¿¡Hiii!? ¿¡Qué es lo que quieres de mí!?”

La brújula apuntaba hacia una joven conejita de la misma edad que Shea. A juzgar por la canasta que tenía en las manos, volvía de recoger frutas y flores. Sus orejas se aplastaron detrás de ella; estaba claramente aterrorizada por Hajime y las demás.

“Umm, ¿estás…”

“¿¡Hiii!? ¡Reconozco ese color de pelo! Eres la princesa de Haulia, ¿verdad? ¡Lo siento, por favor, no me mates! Haré lo que sea, ¡sólo déjame ir!”

“¿Qué?” Shea miró fijamente a la conejita que se acobardaba ante ella. Ella estaba exudando este “no me moleste con el aura”, lo que honestamente hizo que Hajime y las demás quisieran molestárla más.

“Una conejita dulce y pacífica que evita el conflicto…. Ya veo.” Hajime asintió y miró a Shea. No parecía muy contenta de ser tratada como un monstruo por una chica de su edad. Aunque estaba más enfadada consigo misma que con cualquier otra cosa, se desquitó con la otra chica.

“¡Eres una debilucha! ¿Y tienes el descaro de llamarte a ti mismo una hombre conejo? ¡No te acobardes ante tu propia gente, gusano!”

“¿¡Hiii!? ¡Por favor, no te enfades! ¡Perdóname!”

La conejita huyó como una liebre.

“¡Vuelve aquí, marica! ¡Te enseñaré lo que significa ser una hombre conejo de Haltina!” Shea persiguió a la otra conejita, actuando como el Sargento Hajime lo había hecho hace meses.

Hajime miró la brújula en sus manos y murmuró: “Parece que esto realmente puede encontrarlo todo.” No pudo evitar impresionarse por la creación divina de los Liberadores.