Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 3

Bonus 1: Escuela De Magia Común

“Ochenta y seis escritorios y sillas destruidos. Ciento treinta y siete ventanas rotas. Ocho aulas con sus techos volados. Siete más con paredes que se desmoronan o pisos destruidos. Un total de ciento noventa y nueve objetos destruidos…. Bueno, ¿qué tienen que decir en su defensa?”

La presidenta de esta escuela de magia, Tío Clarence, apoyó los codos sobre el grueso escritorio de madera. Sus dorados ojos brillaban siniestramente mientras miraba fijamente a los que llegaban, sus dedos entrelazados frente a su cara. La tenue luz del sol poniente iluminaba la habitación.

Sentados frente a ella estaban los niños problemáticos de la escuela y la profesora problemática, la profesora Yue, Shea, Kaori y Hajime. Las tres niñas destruyeron la escuela cuatro o cinco veces por semana en sus batallas por Hajime. Habían sido llamados a la oficina de la presidenta hoy por la misma razón. Lamentablemente, estaba claro que llamarlos a la oficina cada vez que destruían la escuela no había hecho nada para rectificar su comportamiento alborotador. De hecho, incluso ahora no mostraban ningún remordimiento.

“Qué desafortunado. Para mí está claro que los albañiles ahorran dinero en su trabajo. Deberías demandar a quien sea que contrataste para el trabajo de construcción”.

“Todo esto es culpa tuya, Yue-sensei, Kaori-san. ¡Sólo rompo cosas que Hajime-san puede arreglar!”

“Eso no es lo que importa aquí. Exijo que despidas a Yue-sensei de inmediato. ¡Una profesora que se atreva a hacer avances con su alumno no puede enseñar aquí!”

Era obvio que no habían reflexionado sobre sus acciones. La profesora Yue estaba dispuesta a demandar por la destrucción que ella misma había causado, Shea estaba convencida de que era la única exenta de castigo porque había sido un poco más considerada, mientras que Kaori había declarado audazmente que la destrucción de la escuela “no era importante”. Una vena abultada se ha formado en la frente de Tio

“¡Mocosos! ¿No vas a reflexionar un poco sobre tus acciones? Yue-sensei, no puedo creer que incluso tú te hayas rebajado tanto. ¡Eres una profesora! Se supone que debes guiar a los estudiantes y dar ejemplo, pero aquí te encuentro incitando a este comportamiento delincuente”.

“No incité a nada. Simplemente estaba quitando las moscas que zumban alrededor de mi Hajime. No es mi culpa que los edificios fueran demasiado débiles para manejar eso”.

“¿Qué quieres decir con que no es tu culpa? En primer lugar”

“¡No soy una mosca! Si acaso, tú eres la mosca, ¡Yue-sensei!”

“¿Podrías por favor no referirte a él como ‘mi’ Hajime? ¿Por favor? o tendré que cerrarte la boca para siempre”.

“¡Ya es suficiente de ustedes! ¡Soy la presidenta! ¡La persona que dirige esta escuela! ¡No seré ignorada!” Sin embargo, no importa lo que ella diga, la profesora Yue y los dos estudiantes ignoraron a la presidenta. Dándose cuenta de que sus palabras nunca llegarían a ellos, Tio suspiró y se giró hacia Hajime. Hasta ahora había estado ignorando los procedimientos y estaba mirando con nostalgia la puesta de sol.

“Mas… quiero decir, Hajime. Esto también te involucra a ti, ¿sabes? La razón por la que estas chicas están peleando es por ti”.

“No hay nada que pueda hacer al respecto, Presidenta. Ya se lo he contado todo, ¿sabes? La única persona que amo es Yue-sensei, así que no hay razón para toda esta lucha sin sentido. Y sin embargo…”

Hajime miró a sus compañeras. Yue se sonrojaba alegremente, mientras las orejas de conejo de Shea estaban presionadas contra su cabeza, y Kaori había metido sus dedos en sus orejas. Parecía haber algún tipo de espectro maligno surgiendo tras Kaori mientras miraba con odio a Yue. Tio volvió a suspirar. Les asignó a los tres un centenar de disculpas escritas para entregarlas al día siguiente, con la esperanza de que los castigos espartanos funcionaran donde las charlas habían fracasado. Yue y las demás se quejaron, por supuesto, pero cuando Tio amenazó con más medidas disciplinarias, incluida la expulsión, se mostraron renuentes y aceptaron escribir las disculpas. Finalmente, fueron liberados de su charla y regresaron a casa.

“Mas… quiero decir, Hajime. ¿Podrías quedarte un rato? Sé que reparas la escuela cada vez, pero han empezado a surgir algunos problemas”.

“¿Eh? Estoy bastante seguro de que lo restauré perfectamente…”

“Sí que lo hiciste. Tus habilidades de Transmutación son realmente impresionantes. Sin embargo, hay veces en que las cosas no son simplemente destruidas, sino completamente borradas. Esperaba hablar contigo sobre eso.”

“Bueno, al menos te escucharé”. Tio asintió satisfecho. De repente, los escalofríos le bajaron por la columna vertebral. Miró a su alrededor y vio a la profesora Yue, Shea, y Kaori con todas sus evidentes dagas mirando desde la puerta principal.

“¿Qué pasa, ustedes tres? No tengo nada más que decirles, ¡vayan a casa! ¡Tienen que disculparse por lo que han hecho! ¡No faltar a clase para hacerlos! ¡Ahora vayan a casa y vayan a trabajar!” Tio salió de detrás de su escritorio y empujó a los tres fuera de su habitación. No dejaron de mirarla, pero no pudieron discutir con su lógica. Tio cerró la puerta con un portazo cuando salieron.

“Dios mío, esas tres realmente son un problema. Ahora bien, Hajime, siéntate en ese sofá de ahí”.

Hajime se acomodó en el sofá de cuero cercano. Tio se sentó a su lado, casi como si fuera lo natural. A propósito, tiró de su kimono y cruzó las piernas, mostrando sus muslos regordetes. Al mismo tiempo, se aflojó el cuello, dando una excusa obviamente transparente.

“Sudé mucho con todos esos gritos.”

“¿De qué quería hablar, Presidenta?”

“No hay necesidad de hacer formalidades. Sólo llámame Tío”.

“¿De qué quería hablar, Presidenta?”

“Estoy siendo ignorada de nuevo… Haah…. Haaah… Ejem… ¿Dónde estaba yo… Oh, sí? Anteriormente, Mas- Ahem…. Quiero decir, Hajime, me golpeaste hasta hacerme papilla, me pateaste como si fuera basura, y luego me hiciste cosas indecibles en el culo”.

“Hey, Presidenta. No puedo negarlo porque es la verdad, pero no tienes que decirlo así, ¿verdad? Me estás convirtiendo en una especie de matón terrible. No sólo no te había visto nunca en tu forma de dragón, sino que fuiste tú quien se dejó llevar y me dijo que querías ver mi plena fuerza, ¿recuerdas?”

Hace algún tiempo, Hajime había subido a la mina de las montañas para recoger materiales para transmutar. Allí, se encontró con la presidenta en su estado transformado. Tio acababa de tener ganas de salir a un vuelo corto para relajarse un poco, pero cuando vio a Hajime decidió poner a prueba sus habilidades. Ella había estado escuchando muchos rumores sobre él, y quería ver cuán poderoso era realmente este estudiante. Como resultado, Hajime, sin dudarlo, se había propuesto sin piedad destruir a Tío de la forma más eficiente posible. Para cuando volvió a su forma original, ya había sufrido un ataque que la había cambiado para siempre.

“Yo… yo sí. Por eso, lo siento. Aun así, eso no es excusa para meterme una cosa tan grande y gruesa por el culo”.

“¿Qué esperabas? Tus escamas eran demasiado duras para penetrar, así que golpear tu punto débil era la solución obvia”.

“Sin embargo, no te detuviste incluso después de que te revelé quién era yo. Seguiste perforando esa…. cosa dentro de mí. Gracias a eso, mi precioso trasero se dañó irreparablemente”. Tio se acercó más a Hajime con lágrimas en los ojos. Una mano le frotaba el trasero con ternura. Aunque lo había hecho sólo para obtener respuestas de ella, Hajime tuvo que admitir que quizás había ido demasiado lejos. Viéndole sin palabras, Tio vio su oportunidad y se acercó aún más a él.

“Desde entonces, mi culo se ha sentido extraño. Tienes que asumir la responsabilidad de esto.”

“¿Responsabilidad?”

“Sí. Asume la responsabilidad…. ¡y viola mi culo una vez más!” La presidenta Tio saltó sobre Hajime después de soltar esas palabras. Sus ojos habían pasado de llorosos a inyectados de sangre en el lapso de unos segundos. Hajime la abofeteó reflexivamente, lo que hizo que Tio soltara un embelesado gemido mientras era arrojada hacia atrás.

Mierda, ahora sí que lo he hecho, pensó Hajime, sudor frío cayendo por su frente. Entonces, vio la expresión de Tio mientras ella le tocaba la mejilla, y sus preocupaciones desaparecieron. Fueron reemplazados por un intenso sentimiento de desprecio. Miró a Tio, pero eso solo la hizo temblar de placer.

“Maestro, muchas gracias por esa maravillosa recompensa… Haah…. Haah…”

“¡No voy a pasar un segundo más contigo, pervertida! ¡Me voy a casa!” Hajime echó el cerrojo a la puerta. Sin embargo, Tio se arrastró tras él de una manera bastante perturbadora y con una velocidad sorprendente. Cogió la pierna de Hajime y se aferró a ella con toda su fuerza.

“¡Maestro! ¡Más, por favor!”

“¡No soy tu amo, maldita pervertida! ¡No puedo creer que le hayas dado un sermón a Yue- sensei cuando estás así! ¡Eres peor que todas ellas! Gah, ¡déjame ir! ¡Deja de aferrarte a mí!” La pelea de Hajime con la presidenta había abierto una puerta prohibida. Tio se aferró a Hajime con toda la fuerza de un dragón, saboreando cada insulto que Hajime le lanzaba.

Tal vez debería golpearla tanto que no pueda pararse, y luego tirarla en la montaña en alguna parte. Como siempre, Hajime no tuvo piedad.

“Bájate de Hajime, presidenta pervertida.” El papel pintado se despegó, revelando a Yue, que había estado de pie detrás de él.

“¡Pensé que algo así podría pasar! ¡No puedo bajar la guardia a tu alrededor!” Shea cayó del techo.

“¿Realmente pensaste que podías engañarme? ¿Lo hiciste?” Kaori se deslizó de debajo del sofá.

“¿Qué es esto?” Tio gritó en shock.

“Estás a salvo ahora que estoy aquí”, dijeron las tres chicas al unísono.

“Ustedes tres son igual de temibles”, contestó Hajime sin rodeos. Amaba a Yue, pero esto era un poco demasiado.

“Podría haber jurado que ustedes tres se habían ido… pero parece que escondieron sus presencias. ¡Fui descuidada! Sin embargo, no dejaré que nadie interfiera con mi tiempo con el Maestro, ¡ni siquiera ustedes tres! ¡[Draconificar]!”

“Hmph. Esa es mi línea. Esta noche, haré filete de dragón para cenar. ¡[Trueno Dracónico]!”

“No puedo creer que hayas pasado tanto tiempo dándonos lecciones sólo para intentar robar a Hajime-san para ti misma…. ¡Hoy es el día en que mueres! [Drucken], ¡prepárate! ¡Te voy a volar en pedazos!”

“Espérame, Hajime-kun. ¡Haré todo lo que pueda para detenerles! ¡Te prometo que las capturaré todas para ti!”

La habitación de la presidenta fue destruida ese día. Estudiantes y maestros observaron cómo un dragón negro azabache luchaba contra un dragón dorado que crepitaba. En medio de todo esto, una niña de orejas de conejo envió al dragón negro volando con un golpe de su martillo. Entonces, tanto la profesora vampiro como la conejita fueron atadas por cadenas etéreas que las arrojaron a los confines de la tierra. La feroz batalla duró varias horas. Una vez que finalmente terminó, un 40% de la escuela estaba en ruinas.

“Quizás debería huir con Yue-sensei y esconderme en algún lugar del campo”, se murmuró Hajime, mientras se dedicaba a reparar la academia. Los que lo escucharon respondieron de una manera sencilla y sincera.

“¡Sí, por favor!”