Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 9: El Destino Carmesí

Capítulo 1: ¡Disfrutando de Estos Pacíficos Días!

Parte 5

Por la noche.

—Todavía no ha venido…

Megumin dijo que esa noche iría a mi habitación, así que yo estaba esperándola impaciente. Para poder conseguir esta oportunidad tuve que rebajarme a comprar una botella de vino muy cara para Aqua, que era la que había estado arruinando mis planes esos días. En cuanto a Darkness, le compré una manatita de alta calidad, realicé el hechizo Atar otra vez con ella y la dejé tirada en el suelo de su habitación. Por la forma en que gritaba cuánto estaba dispuesta a pagar por este juego pervertido mientras se retorcía con el rostro acalorado, probablemente no se movería de allí hasta que llegara la mañana.

Escuché un golpecito en la puerta justo cuando ya no era capaz de aguantar más la espera.

—Kazuma, ¿estás ahí?

—¡Oh, claro! ¡P-P-Por favor, pasa!

Me encontraba tan nervioso que empecé a tartamudear, pero al parecer Megumin se sentía igual. Llevaba a un Chomusuke inmóvil abrazado; quizás era el sustituto para una almohada. Megumin tragó saliva antes de entrar a la habitación.

—D-Disculpa la molestia… Por cierto, esta es la primera vez que estoy en tu habitación a estas horas.

—¡S-Sí, tienes razón! ¡Es extraño teniendo en cuenta que hemos estado viviendo bajo el mismo techo durante todo un año!

Megumin no quiso ir directamente al grano, sino que se puso a analizar mi cuarto. Me parecía bien que estuviera interesada en las cosas que yo tenía allí, pero me vería en un problema si descubriera “aquello” por accidente. Recé para que no se le ocurriera abrir mi armario y tocar nada de lo que había dentro. Parecía tener dudas sobre qué hacer, así que se quedó en silencio. Tanto ella como yo sentíamos que la situación era un poco extraña y el silencio se alargó durante un buen rato.

—He venido a estas horas para contarte eso que te mencioné hace unos días…

Al fin pareció haberse decidido. En ese momento apretó a Chomusuke entre sus brazos con un poco más de fuerza. Ni siquiera había prestado atención a que el animal se estaba asfixiando, ¡incluso sus orejas se estaban poniendo rojas y un brillo de color carmesí empezó a relucir en sus ojos…!

—Lo que quería decirte es…

—¡¿Qué es lo que querías decirme?!— tragué mi saliva y me incliné hacia delante inconscientemente.

—¡E-Estás demasiado cerca, Kazuma! ¡Aguanta un poco, no hace falta precipitar las cosas!

—¡A mí no me pone nervioso y la distancia no me importa, así que continúa de una vez!

Le urgí a que prosiguiera.

—Lo que quiero decirte es… ¡A-Ah, sí! ¡E-Es acerca de este pequeñín!— Megumin gritó y me pasó a Chomusuke…

—…¿Eh?

—Quería contarte solo a ti el secreto de su verdadera identidad.

¡Espera!

—¡No, claro que no! ¡No me digas eso después de haber llegado tan lejos, cobarde! ¡Siempre estás hablando sobre lo incompetente que soy y que me entra el pánico en el último momento, pero en el fondo tú también eres una cobarde total!

—¡Y-Yo nunca dije que fueras un incompetente! ¡Y te lo estoy diciendo de verdad, en todo momento he querido hablarte sobre él!

—¡Mentirosa! ¡Megumin, eres una mentirosa! ¡Deberías estar hablándome de algo más romántico, ¿por qué has dejado que me muera por los nervios y que me haga ilusiones durante tanto tiempo si solo era para eso?!

Después de intentar hacer que cogiera a Chomusuke por la fuerza, Megumin me obligó a tratar el tema que ella quería con la cara sonrojada.

—Nunca te había hablado de esto antes, pero en realidad, este de aquí no es un gato normal.

—¡Eso ya lo sabía! ¡He visto a esta cosa escupir fuego y volar!

—…¿De qué estás hablando? Vale que no es un gato, pero eso no significa que pueda hacer esas cosas que dices.

—¡Lo he dicho un montón de veces, le he visto hacerlo! ¡N-No me mires con esa cara de lástima! ¡Ah, qué más da, no me importa lo que sea!

Efectivamente, a diferencia de aquel gato de procedencia desconocida, la cuestión sobre el amor de Megumin era mucho más importante.

—¡Piénsalo bien, ¿no hay nada más que quieras decirme?! ¡Vamos, date prisa y muestra un poco más de valentía!

—Uugh…

Megumin empezó a echarse hacia atrás lentamente en dirección a la puerta, y al mismo tiempo yo me estaba acercando poco a poco a ella.

—¡Suéltalo de una vez! ¡Ya has dicho la mayor parte, ¿verdad?! ¡Me has dicho un montón de veces lo de que te gusto o que me quieres, o yo qué sé!

—¡Nunca mencioné nada de amor, no exageres!

Megumin se sintió presionada y ya no solo tenía la cara sonrojada por los nervios, incluso sus ojos despedían una luz carmesí. Parecía querer decir algo más, pero se lo guardó para sí. Al final me encasquetó a Chomusuke entre mis brazos y dijo una última cosa gritando.

—¡Si hoy ya has hecho todas esas cosas indecentes con Darkness por el día, ¿cómo se puede ser tan pervertido?! ¡Por favor, duerme con él por ahora!

Tras despacharme aquella frase salió corriendo de la habitación.

Por el día ha estado actuando como si no le importara, pero ¿será que después de todo sí se sintió un poco molesta? Dormir por ahora con este gato, ¿significa eso que algún día podré dormir con otra persona que no sea este pequeñín? ¡Espera, no, lo que importa ahora mismo es…!

—¡Me has vuelto a dejar colgado, aaaaaagggghh!