Otonari No Tenshi (NL)

Volumen 1

Capitulo 14: Navidad Para Dos

En cuanto Mahiru llegó al apartamento de Amane al día siguiente, pareciendo levemente nerviosa. Habría sido comprensible si estuviera nerviosa por visitar de un miembro del sexo opuesto por vacaciones, pero aquí no pareció ser el caso.

Mahiru quiere jugar videojuegos. Probablemente se siente emocionada.

Aparentemente, esta sería su primera vez jugando videojuegos. A decir verdad, se asimilaba a una chica de clase alta tan protegida que tenía poco conocimiento del mundo en general.

“Antes de que juguemos, preparare el almuerzo, ¿de acuerdo?” Mahiru le ratifico.

“Mm. Quiero el mío adecuadamente preparado, por favor”, contesto Amane casualmente.

“Lo sé; aún lo recuerdo”

Incluso en tratar con un cliente exigente no hizo que el ánimo de la chica cambiara. Atando su delantal, ella se movió hacia cocina y comenzó a preparar el almuerzo. Por su comportamiento, Mahiru parecía encontrarse bastante contenta.

Amane sentía leve incomodidad y vergüenza por lo mucho que espera ese momento.

Es solamente mi deseo de disfrutar de mis videojuegos, eso es todo, se repitió. No era que tuviera gran entusiasmo por tener un tiempo a solas con el Ángel de al lado. Mientras miraba la cola de caballo siendo balanceada de un lado a otro, Amane se sonrió con ironía a sí mismo.

“… ¿Cómo se supone que debo mantenerlo?”

Posterior a su almuerzo, los dos se sentaron en el sofá frente a la televisión. Mientras que ambos miraron directamente hacia la pantalla.

A lo que Amane le pregunto a qué videojuego quería jugar, se hizo notorio que Mahiru no sabía por dónde comenzar, por lo iniciaron con un conocido juego en 2D y le cedió un mando. Desafortunadamente, Mahiru inmediatamente se tornó nerviosa, por no saber qué hacer con él.

“Uh, está bien, así te mueves con esta palanca, y con este botón saltas…”

Mahiru, que por lo general era tranquila y contenida, estuvo mirando de un lado a otro entre la pantalla y su mando mientras que manipulaba a su personaje. Siendo evidente que era su primera vez. Ella avanzo directamente hacia sus enemigos sin esquivarlos, y Moría una y otra vez. Amane se preguntó en si tal vez existirían cosas en que ni siquiera el Ángel podría realizar, aunque parecía mejorar en poco tiempo, era lentamente.

“… No puedo ganar”, Mahiru declaro.

“No le des importancia a limpiar todo el nivel, ni siquiera has derrotado a tu primer enemigo”, comento Amane.

“Oh, cállate.”

“Bueno, es solamente cosa de práctica; tienes que continuar intentándolo.

Haz que tus músculos lo recuerden”

Amane le aviso a Mahiru que sería un desafío, pero ella no tuvo la disposición de renunciar. Era cautivador mirar a la chica con una expresión tan seria abordando la partida. Amane no pudo evitar sonreír ante eso.

Desafortunadamente, Mahiru era demasiado amateur y continúo siendo derrotada. Eventualmente, era notoria que su frustración aumentaría. Mientras mira momentáneamente hacia Amane, éste pudo jurar que había escuchado un efecto de sonido proveniente del juego acompañada de su sombría mirada.

“Ah, aquí, debes hacerlo de esta manera…” Mahiru estuvo segura de que perdería interés si continuaba metafóricamente su cabeza golpeada contra el muro, por lo que Amane coloco su mano sobre el mando que sostenía e intento mostrar físicamente lo que debía hacer.

Amane había limpiado esa área en varias ocasiones, por lo que tuvo la capacidad de ayudar a Mahiru en las partes difíciles. Para su sorpresa, Mahiru era peor que un jugador promedio. La mayoría de las personas no se hubieran quedado varadas tantas veces como ella, pero Amane mantuvo ese pensamiento para sí mismo.

“Mira, este enemigo se mueve a una velocidad continua con patrones irregulares, pero si te fijas, en cuanto se mueve hacia tu personaje, acelerara a medida que se vaya acercando. Solamente mide tus tiempos y salta”

Amane coloco su mano en la mano más pequeña de Mahiru y tomo el mando para manipular al personaje en la pantalla, para enseñarle cómo hacerlo. En la pantalla, el personaje del juego hizo su movimiento tal como Amane menciono, y evadió a ese enemigo que se aproximaba.

No era un gran movimiento, pero aparentemente fue suficiente para impresionar a Mahiru, quien soltó un suspiro en asombro. Sus ojos, adornados de extensas pestañas, se abrieron ampliamente, y su expresión se iluminó.

Los dos estuvieron sentados con menos distancia que nunca, y Amane notó por primera vez que las pestañas menores de Mahiru eran bastante extensas, también. Mientras que sonreía, miro a Mahiru jugar felizmente.

Al tiempo que Amane admiraba su hermoso perfil, Mahiru regreso hacia él, posiblemente porque sintió su mirada sobre ella. Tenía que acercarse para tomar el mando, así que los dos terminaron más cerca de lo que hubieran esperado. Inclusive sus manos y piernas se rozaron, y Amane pudo sentir la respiración de Mahiru tocando su piel. Amane se encontró envuelto por su calidez y su tenue y dulce fragancia.

“Lo siento…” Amane repentinamente se dio cuenta de que sus manos casi cubrieron en su totalidad las de Mahiru, y en su pánico se distancio, mientras que los ojos de Mahiru vagaron por alrededor de la habitación en como si acabara de darse cuenta de eso.

Pestañando dramáticamente, Mahiru contesto: “No… Está bien. Quien debería disculparse aquí soy yo”

Las mejillas de la chica se ruborizaron a un color escarlata, y Amane se llenó de culpa por lo sucedido.

Mahiru no era una seguidora del contacto físico. Por mucho que se habituaran al otro, en que alguien tocara sus manos de esa forma probablemente sería demasiado para ella. Afortunadamente, aunque parecía tener mucha vergüenza, no se miró molesta o enfadada.

“En serio, lo siento”, dijo Amane nuevamente.

“Um, no me importa demasiado…”, dijo Mahiru.

“¿No odias el contacto físico?”

“…Fui sorprendida, pero no me molesta. No es como si fueras un extraño”

Al parecer hoy, el magnánimo Ángel considerado adecuado perdonar la transgresión de Amane. Aliviado por la facilidad con la que Mahiru le permitió escapar, Amane reinició el juego.

Acentuando sus ojos sobre la televisión, Amane se enlisto para ayudar en que Mahiru tuviera un auténtico progreso esta vez. Entonces miro como su personaje se caía del escenario— siendo un resultado predecible. Amane comenzó a preguntarse seriamente si en realidad podría hacer algo para ayudarla a mejorar.

Finalmente, Mahiru de alguna manera supero un nivel, mientras que lanzo quejas en todo ese tiempo. Los dos coincidieron que era un buen momento para detenerse.

Si Amane continuara haciendo que un amateur afrontara la muerte, tendría un efecto enorme en su motivación. Su plan por el momento fue que intentara con otro juego y se soltara.

“Mahiru, te estas inclinando”

Con ese fin, Amane había sugerido un juego de carreras, pues eso tenía bases en la realidad, pero Mahiru inclinaba todo su cuerpo.

No hubo elemento de girar el mando en este juego, por lo que no tenía la necesidad de moverse físicamente. Amane no estuvo seguro si Mahiru era consciente de sus acciones, pero se balanceó de izquierda a derecha por cada giro que hacía en el juego.

A diferencia del anterior, este trato de conducir un auto, y Amane pensó en que le sería más fácil, puesto que casi todo el mundo en su totalidad comprendía el concepto de conducción hasta cierto punto. El hecho de haber jugado la introducción pudo brindar ayuda, porque a pesar de que la manera de conducir de Mahiru era tosca, pudo tener la capacidad de mantenerse en el juego.

Ella intenta su máximo esfuerzo por mantenerse. Su cuerpo era balanceado de izquierda a derecha, mientras que tenía una seria expresión.

Eso es ridículamente adorable, pensó Amane.

Mahiru era extrañamente adorable, mientras que se movía de un lado al otro como un péndulo. Su intensa concentración y esfuerzo le hicieron aparentar más su adorabilidad.

Por cada giro, el cuerpo de Mahiru automáticamente se inclinaba hacia un costado. Eventualmente, ella se derrumbó sobre el regazo de Amane, y él se encontró obligado a soportar reírse.

“… En realidad no es necesario inclinar todo tu cuerpo ¿sabes?”, le comento.

“No fue a propósito” contesto Mahiru tímidamente.

“Sí, lo sé. Pero, aun así, te inclinas demasiado”

Mahiru se sentó nuevamente, mientras que de alguna manera mantuvo sus labios temblorosos y pucheros a la vista.

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La chica se sintió suave y ligera en cuanto se desplomo accidentalmente sobre él. Eso era de esperarse, puesto que Mahiru tenía una pequeña constitución, pero era tan delicada que en ocasiones Amane tuvo preocupación de partirla en dos.

Al levantarse del regazo de Amane, las mejillas de Mahiru se ruborizaron, y su cuerpo comenzó a temblar, probablemente por la vergüenza. Estos fueron esos momentos en que se asimilaría a un pequeño animalito.

Al final, Amane no pudo soportarlo por más tiempo, y rompió en un ataque de risa.

“¿T-Te estás burlando de mí?” Mahiru exclamo.

“No, no. Estuve pensando en lo cautivadora que te ves”

“¡Así que te estás burlando de mí!”

“¿Crees que me burlaría de alguien en cuanto miro que hace su mejor esfuerzo?”

“No, pero…”

“¿Ves? Te veías muy adorable; eso es todo”.

“… Al decirme adorable, estoy segura a que te refieres que soy una niña”

Había un poco de molestia en las palabras de Mahiru, y Amane se preocupó por si sus burlas la deprimieran demasiado; por lo que, decidió mantener esos pensamientos para sí mismo. En respuesta a la mirada de desaprobación de Mahiru le mostro una breve sonrisa, y ella rápidamente se retiró.

En cuanto a todo rastro del ánimo sombrío del ángel desapareció inmediatamente en su regreso al juego. Su intensa concentración anulo todo lo demás sobre su cara. Quedando claro que se había habituado al juego, ya que logro mantenerse con los demás autos, aunque con leve torpeza.

Amane acertó en su razonamiento de asumir un concepto más conocido, ya que conducir un coche era lo más favorable para Mahiru. Sin embargo, aún caería sobre la tierra y chocaría contra las murallas en un par de oportunidades.

Amane tuvo preocupaciones en que continuara el recorrido en sentido contrario, ya que ella nunca pudo jugar antes, pero se sintió aliviado al mirar que su progreso era mejor de lo que había esperado.

En intentar jugar un juego de carreras a un lado de Mahiru era complicado, puesto que sin darse cuenta distraía demasiado a Amane. Mientras que se inclinara de un lado a otro por el juego, en ocasiones se inclinaría a su dirección. En oportunidad que lo hiciera, un olor encantador se asomaría sobre él, dificultando que mantuviera su compostura.

Incluso con esa inusual desventaja, Amane aún lograría obtener estar en la delantera. Después de todo, estaban compitiendo contra los oponentes más débiles en la configuración.

“… ¿Cómo eres tan rápido?” Mahiru preguntó.

“Práctica y experiencia”, contesto Amane.

Tras jugarlo en tantas ocasiones, Amane conocía su recorrido de memoria y entendía cómo afrontar las curvas de mejor manera. Incluso sumando a la intervención externa de Mahiru, fue capaz de capturar todas las ventajas y mantener la punta sin muchas complicaciones.

Regresando su mirada a Mahiru, que parecía totalmente aturdida, Amane silenciosamente cambio el modo de juego a individual y se retiró de la competencia. Mahiru no tenía la suficiente experiencia, así que Amane pensó en que sería más factible en que la dejara practicar sola por un tiempo para después jugar juntos. Era preferible en que sintiera comodidad por jugar con personajes computarizados en lugar de decepcionarse por perder contra Amane.

Afortunadamente, estuvo claro que Mahiru no tenía escases en su determinación, y miró entusiasmada hacia la pantalla aún en modo individual. Teniendo una actitud así, Amane tenía claridad que en poco tiempo aprendería a mantenerse con un personaje computarizado.

Era claro en lo trabajadora que es, incluso en algo como un videojuego. Tal perseverancia era bastante cautivadora, pero en ocasión que a Amane se le saliera una sonrisa de la cara, Mahiru rápidamente se daría cuenta y golpearía sus piernas en señal de protesta.

Si se reía demasiado, en diversión por sus protestas, Mahiru frunciría el ceño y diría:

“Amane, idiota”.

“Gané.”

Después de dos horas de tenaz perseverancia, Mahiru cruzó la línea de meta mientras que las palabras PRIMER LUGAR se asomaron en la pantalla. Ella se regresó para mirar a Amane, orgullosa de sí misma.

Tras una ardua lucha con el juego de carreras, Mahiru se entablo en la gloria de terminar en primer lugar.

A pesar de haber terminado en el último lugar en sus intentos anteriores, Mahiru cedió a la renuncia y continuo adelante, en lo iba subiendo su clasificación hasta que al final, ganó. Tal dedicación probablemente le hizo que fuera una victoria emotiva.

La expresión de Mahiru parecía declarar “¡Lo logre!” y Amane le aplaudió admirado.

“Es genial. Puedo decir que realmente te has esforzado”, elogió.

“¡Sí!” Tal vez porque Mahiru disfruto de sus elogios, fue que su habitual comportamiento se suavizo, y parecía tener una leve timidez. Ella no entro en una enorme y clara sonrisa, sino que tenía una efímera y tímida curva en sus labios, en satisfacción. Se miró tan dulce que era difícil creer en que fuera una persona fría y reservada.

Recientemente, Mahiru tenía más una actitud de chica normal que de una señorita perfecta. Hoy más que nunca, se comportó realmente como una niña. Su angelical sonrisa tenía más inocencia, y al mirarla, Amane sentía que su razonamiento comenzaba a ceder a medida mientras que el deseo de tenerla cerca aumentaba en su interior. El impulso de querer acariciar a Mahiru como un gato se apodero de su brazo, y antes de que se diera cuenta, Amane se encontró estirando su mano hacia ella.

“¿Ocurre algo?” Mahiru preguntó.

Rápidamente, Amane recuperó el control de su descontrolada extremidad.

“Ah, n-no, no es nada. En realidad, te has hecho buena en esto, ¿eh?”

“¿He mejorado?”

“Seguro. Eres mucho mejor a cuando comenzaste”

“Gracias. Fue muy divertido, así que supongo que me enganche bastante”. Mahiru se burló de sí misma.

Amane evito hacer contacto visual con ella mientras que cruzaba la habitación y tomo una caja encima de una estantería. “Digamos que este es un tu premio por ser primer lugar”, dijo.

“Ah, um, en realidad no es—“

“Si no te agrada la idea de un premio, entonces piénsalo en como un regalo de ese hombre de barba blanca y traje rojo”

Era un regalo de Navidad que Amane descuidadamente olvido entregar a Mahiru el día anterior.

Puesto que el cumpleaños de Mahiru y la Navidad no estuvieron tan distanciados, Amane espero en tener dificultades para seleccionar este segundo regalo.

Afortunadamente, por su práctica se había acostumbrado un poco más, así que para su sorpresa no fue complicado escoger este regalo de navidad en como lo había sido para encontrar el regalo de cumpleaños de Mahiru.

Mahiru parpadeó con rapidez, en como si la referencia a regalo de navidad le recordara a que hoy lo era, y nerviosa acepto la caja. A insistencia de Amane, ella cuidadosamente saco el envoltorio.

Bueno, sin embargo, no es nada especial, Amane pensó.

Abrió la caja y lentamente tomo el regalo. Era un porta llaves de cuero.

Esperando a que Mahiru sintiera incomodidad en si regalara algo costoso, Amane evito la compra de un artículo de lujo. Habiendo seleccionado este diseño parecía acoplarse a Mahiru.

Era simple, con flores y hiedra talladas en el cuero, por lo que es ideal para su uso diario. Amane no tenía mucho conocimiento sobre las flores, así que no sabía con exactitud cuales se presentaban en el diseño, pero pensó en que su delicada forma se acopla con Mahiru, y por eso lo escogió.

“Bueno, te he dado mi llave de repuesto y todo eso. Si no deseas darle uso, tampoco es gran cosa”, dijo Amane.

“No, definitivamente lo usare, gracias. Tienes más sentido de la moda de lo que esperaba, Amane”, contesto Mahiru.

“¿Qué quieres decir, con más de lo que esperabas?”

“Normalmente solo usas pantalones deportivos o jeans… No es como si tuvieras preferencias por la moda o algo así”

“Simplemente no tengo nada más que ropa de uso funcional”

Vestir ropa más atractiva era un fastidio que Amane evadía si fuera posible. Nunca ha tenido la oportunidad de mostrarse ante Mahiru con ropa más favorable, así que ella solamente lo ha mirado con su uniforme o su ropa informal. No era extraño en que asumiera que no tenía sentido de la moda. Tal suposición era acertada, y Amane no parecía querer hacer desaparecer esa impresión descuidada en un tiempo.

“… Si te esforzaras, probablemente te verías muy bien, ¿sabes? En la escuela media mantuviste tu apariencia, ¿no?” Mahiru preguntó.

“Eso era porque mi madre me obligo a… Espera, ¿cómo lo sabes?”

“Shihoko me envió una foto y me comento: ´Así se podría ver si lo intentara´”

“Increíble.”

Amane se sorprendió al mirar una foto de la época en que su madre lo vistió y lo llevo a su trabajo. Silenciosamente, maldijo a la imprudencia de su madre.

“… Ese estilo no me favorecía”

“Supongo que tienes razón, Amane. Sabes, nunca miras directamente a los demás, y siempre escondes tu cara sobre tu cabello, pero creo que tienes rasgos bastante definidos…”

La pequeña mano de Mahiru se estiro hacia la cara de Amane, y su pálida palma se balanceo sobre la frente de Amane mientras que levantaba su cabello hacia arriba. Ella le miro con una expresión de curiosidad. No creía en que su cara fuera destacable; era perfectamente normal— no era feo ni guapo. Amane inicio a preguntarse en porque Mahiru le miraba con tanto interés

“… ¿Qué pasa?”, Preguntó.

“Nada. Tus ojos se miran más animados de lo que solían ser, eso es todo”, contesto Mahiru.

Sin mirar a otro lado, Mahiru le recordó a Amane que hace varios meses atrás, su cara había estado apagada como la de un zombi.

Mientras que Mahiru mantenía su mirada, Amane comenzó a sentir incomodidad por la situación de que una chica, por no mencionar una increíble belleza, le estuviera mirando tan atentamente. Se preguntó qué era lo que ella encontraba tan fascinante en su apagada apariencia.

Eventualmente, no pudo soportarlo más. Amane estiro su mano con lentitud y tomo un mechón de cabello apartado de la hermosa cara de Mahiru. Estuvo dudoso en tocarla, pero ella estiro su mano y había tocado su cabello tan de casualidad que capaz le perdonaría por hacer lo mismo. Solamente sería un mínimo contacto; probablemente estaría bien.

Pero wow, ella es realmente hermosa…

Mahiru era mucho más hermosa que las modelos glamurosas de las revistas que antes estaban dispersas por la habitación de Amane— Y también mucho más atrayente. Había algo en ella que se sentía increíble siempre que la miraba.

Sin embargo, Amane no confiaba en las fotografías de todas maneras, Incluso si pudieran contener un momento de belleza, para que perdurara en el tiempo, las fotografías podrían llegar a ser engañosas. Sin embargo, Mahiru, se encontraba frente a él en carne y hueso. Su belleza era autentica— Sin adulteraciones. Amane no creía que pudiera aburrirse de contemplar a una criaturita así.

Mientras que Amane continuaba examinando sus rasgos, los ojos de Mahiru comenzaron a moverse, y se apartaron de él, soltando el mando. Amane se preguntó cuál era su molestia en cuanto ella abrazaba una almohada del sofá cercano contra su pecho.

“Um. Entonces… Cierto. También tengo un regalo de navidad para ti”

“Um, oh, gracias.”

Amane estuvo a punto de preguntarse que podría ser, hasta que Mahiru le interrumpió mientras que sacaba un paquete elegantemente decorado. Rápidamente, ella lo coloco en sus manos.

“De acuerdo, iré a preparar la cena”

“¿Eh? ¿Tú…?”

Tras esas palabras, Mahiru se levantó rápidamente y se movió hacia la cocina. Amane únicamente se quedó desconcertado por tan rápido desarrollo.

Después de que Amane terminara de lavar los platos de la cena, regresó a la sala de estar para descubrir que Mahiru estaba nerviosa. Ella se sentó a su lado, en la manera que lo hacía normalmente, pero en esta oportunidad, Mahiru tenía problemas para mantener su compostura. Ella también estuvo evadiendo su mirada durante toda la cena.

Este era un tipo de consciencia que Mahiru parecía incapaz de expresar, provocando que Amane llegara a preguntarse si sucedió algo. ¿Quizás tenía que ver con ella entregando su regalo? En ese momento que Amane le había dado a Mahiru su oso de peluche, también sentía la necesidad de huir, y le era complicada calmarse. Tal vez Mahiru estaba experimentando un tipo similar de ansiedad.

“Por cierto, ¿puedo abrirlo?” Amane preguntó.

“P-por favor”

Amane tomó el regalo desde donde lo ubico por encima de la mesa de centro, y Mahiru asintió con una leve vacilación. Concluyendo que realmente sentía nerviosismo por darle un regalo, Amane desató la cinta del paquete.

Inmediatamente, se dio cuenta por su tacto y peso que era una cosa hecha de tela. A lo que Amane lo saco y miro que era un trozo de tela de color blanco con negro, no tenía claridad en lo que era. Sin embargo, después de estirar todo su contenido, inmediatamente lo entendió.

“¿Una bufanda?”

Aparentemente era suave y de gran calidad. Ciertamente, esto lo mantendría caliente si lo pusiera alrededor de su cuello.

“… Bueno, la moda te resulta indiferente, y siempre pareces tener frio de camino a la escuela, así que…”

“Me viene genial; y wow, se siente tan agradable.”

“La calidad es importante en cuanto escoges algo que usaras todos los días”, explicó Mahiru.

Tomando en cuenta que Mahiru era alguien que solamente utiliza ropa de una alta calidad, Amane estuvo seguro que sabía de qué hablaba. Mahiru parecía del tipo que consideraba una pérdida de tiempo la compra de cosas baratas, prefiriendo usar productos hechos de buena manera y que duraran mucho tiempo, en su lugar. Si esta bufanda cumplía con sus estándares, en realidad debería ser muy bueno.

Amane pudo decir que con solamente tocarlo tenía una textura exuberante y que era lo suficientemente cómodo para no dar molestia en las pieles sensibles.

Impresionado ante los altos estándares de Mahiru, Amane le hizo un gesto con su regalo, mientras le miraba con su expresión rígida.

“¿Puedo probármela?” Amane preguntó.

“Te la he dado, puedes hacer lo que quieras” contesto Mahiru sin rodeos.

“Entiendo”.

Amane sonrió ante su respuesta tan contundente y se colocó la bufanda. Noto la calidad de la tela incluso en su cuello, donde la piel era la más sensible. Mantenía toda la calidez sin permitir el paso del aire. El tacto sobre la tela era tranquilizante y acogedor. Puesto que Amane permanecía adentro, le era difícil saber la efectividad de su bufanda, pero confió en que sin duda lo mantendría calientes durante los meses en que fuera invierno.

“Wow, es súper cálida”

“Eso es genial.”

Amane mostro una sonrisa amable, y Mahiru contesto con una sonrisa aliviada. Recientemente, Mahiru había comenzado a mostrarle Amane sus tipos de sonrisa más frecuentemente, y nuevamente se encontró mirando sus hermosos rasgos.

… Cuando se pone así, en realidad parece un Ángel…

Claro, todos en la escuela decían que Mahiru tenía una apariencia celestial, pero Amane pensó en que era mucho más atrayente en cuanto sonreía así y mostraba su verdadera persona.

“¿Qué es?” Mahiru se había dado cuenta de la mirada de Amane. Teniendo su mirada de izquierda a derecha antes de volver a su contemplación.

“Nada; Estuve pensando a que te miras más relajada en comparación a cuando te conocí por primera vez”

“… ¿Es así?”

Mahiru pareció sorprendida, y Amane le sonrió levemente.

“Sí. Antes, eras toda una arrogante y nada linda en absoluto”

“Eso es terrible de mi parte, en no ser nada linda”, dijo Mahiru sarcásticamente.

“Vamos— no te enfades… Ahora luces mucho más… ¿Cómo te lo expreso? Creo que te encuentras mejor. Estuve pensando en que tu manera de sonreír en la actualidad es mucho más linda. Es una pena que no sonrieras así antes”

Mahiru siempre ha sido hermosa, pero alguna cualidad en eso cambio su comportamiento.

La sonrisa angelical que mostraba en la escuela era como algo que se podía apreciar desde la distancia. Era un elemento frágil que no se podía tocar.

La mirada fría que le ofreció a Amane en su primera vez tenía la atracción de algo cubierto de espinas para evitar el acercamiento de las personas.

En la actualidad su sonrisa inocente y dulce sonrisa tenía una calidez acogedora que hacia Amane deseara acariciarla y cuidarla.

Amane reflexiono sobre los cambios que experimento Mahiru. Poco a poco había ido acostumbrándose a permanecer a su alrededor, y poco a poco le fue abriendo su corazón. Al reflexionar sobre su tiempo a solas, Amane sintió que una sensación de cosquilleo subía lentamente hacia su pecho hasta acentuarse en sus mejillas.

“Me alegra mucho en que puedas sonreír con tanta naturalidad, y de que pudieras acostumbrarte a quedarte conmigo, y… ¿Qué haces?”

Las palabras de Amane físicamente fueron interrumpidas por Mahiru en cuanto levanto la bufanda de su cuello para cubrirle la cara. Ella no lo había envuelto fuertemente, pero se hizo sofocante y caliente en cuanto el material retuvo la respiración de Amane.

“… Por favor, cállate por un momento”, ordeno Mahiru.

“¿Por qué?”

“… Por nada.”

Amane no entendió esa repentina y excéntrica actitud. Tomo de la muñeca que sostenía su mano y la impulso hacia abajo. Teniendo su vista restaurada, pudo mirar el cabello de color lino de Mahiru y el rubor que se extendía a través de sus mejillas, y se dio cuenta de sus leves temblores. A medida que ella lo miraba, se ruborizo cada vez más.

Se preguntó por qué hacia una cara tan extraña, y repentinamente se dio cuenta de que podía dar una única respuesta.

“… No me digas… ¿te sientes avergonzada?”

“Cállate.”

Mahiru se apartó con brusquedad, lo que contribuyó a ratificar lo dicho por Amane. Sin intención, Amane sonrió mientras que reflexiono que este Ángel podría ser tan delicado para cosas como esta.

Mahiru gruño y murmuró silenciosamente: “Iré a tomar un poco de aire”. Para luego rápidamente mudarse al balcón.

A través de la ventana, Amane pudo mirar que nevaba exactamente como el día anterior, pero a Mahiru no pareció darle importancia y salió al balcón de todas maneras.

El aire frío entro en su apartamento, y Amane se estremeció. Aunque Mahiru cerró la puerta de inmediato, ese toque de frialdad se precipito en la sala de estar. Amane soltó un suspiro en tranquilidad.

Está bien su huye para ocultar su vergüenza, pero por lo menos pudo haberlo hecho con ropa más cálida.

Evidentemente, Mahiru había seleccionado su ropa asumiendo que pasaría su día adentro— o por lo menos que usaría una chaqueta al salir. Claramente se miró que priorizo la apariencia sobre el calor, y era seguro que su delicado cuerpo se congelaría rápidamente en el frio.

Amane maldecía sobre su respiración y tomo la manta que estaba en la parte trasera del sofá.

Es súper peligroso estar fuera en la nieve con una ropa tan delgada.

Después de colocarse su abrigo, Amane siguió a Mahiru hasta el balcón y puso la manta sobre sus hombros.

“Que vengas por un poco de aire fresco está bien, pero así te resfriaras”, dijo Amane.

Mahiru se volteó para afrontarlo. “… ¿No es esa mi línea?” Claramente, había logrado calmarse, en como contesto con su tono y comportamiento habitual, aunque había un poco de molestia en su voz. Tal vez se sentía molesta porque Amane menciono algo que le recordó a su conversación en cuanto se conocieron.

“Hmph. Eso solamente me sucedió porque no bañe y calenté como debía. Era una simple negligencia”, recordó Amane.

“En la próxima que te empapes como una rata ahogada, procura en calentarte adecuadamente. Si estuviera allí, me procuraría meterte yo misma en la bañera”, replico Mahiru.

“¿Quién eres, mi mamá?”

En definitiva, hubo esos momentos en que Mahiru diría cosas muy maternales.

Teniendo una sonrisa, Amane recordó su primer encuentro con el ángel. Habiendo sido en la temporada en que el otoño comenzaría a enfriarse, a mediados de octubre. No espero haber tenido fiebre por empaparse un poco, pero el clima se enfrió más rápido de como solía pasar en su ciudad natal. Pensando en eso, Amane realmente admitió que había sido demasiado descuidado.

Sin embargo, la parte más sorprendente de la situación, definitivamente era que Mahiru lo cuidara.

“… Ya transcurridos dos meses desde que comenzamos a hablar…”, dijo Amane nostálgicamente.

“Tienes razón. ¡Y pensar que tu habitación estaría tan sucia! Fue terrible… En la actualidad eso me persigue en mis recuerdos”, bromeó Mahiru.

“Oh, cállate. Actualmente la mantengo limpia, ¿verdad?”

“¿Y a quién se lo debes?”

“A Mahiru-sama, por supuesto. Me hace querer inclinarme con humilde gratitud”

“No es necesario que lo hagas, dios”

Regresando a ese día lluvioso, Amane nunca hubiera creído que existiría un punto en que él y Mahiru llegaran a bromear así. Todo parecía distante ahora, pero solamente había transcurrido un tiempo corto. Muchas cosas cambiaron en esos dos meses. El tiempo realmente había pasado volando.

El silencio se acentuó entre los dos, y repentinamente, todo quedo silencioso.

La nieve, que había comenzado y continuado desde ayer, caía con suavidad desde el cielo, cubriendo los edificios y los apartamentos circundantes con una pálida capa.

El edificio de Amane y Mahiru se situaba en una zona residencial, además de ser navidad, todo estaba silencioso. A partir de algún apartamento en las cercanías, la pareja pudo escuchar débilmente una canción navideña, aunque no lo bastante bien para adivinar la letra.

Mahiru exhaló una pequeña nube blanca, y los oídos de Amane atraparon ese sonido por encima de cualquier otro.

“… Es una sensación extraña”. Mahiru fue la que rompió el silencio. “Al principio, me hice la pregunta de que ‘¿Qué sucedía con ese tipo?’”

“Bueno, supongo que no es para sorprenderse. Cualquiera sospecharía si repentinamente alguien te fuerza un paraguas… ¿Qué piensas de eso ahora?”

“Hmm, veamos. Tendría que comentar que… eres un montón de trabajo”. Mahiru se volteó después de dar esa ambigua respuesta.

“No te has equivocado” Amane le sonrió mientras que se apoyaba contra la barandilla de la terraza. “… Sabes, nunca pensé que tendríamos tanta cercanía para que ambos comiéramos de esta manera. Para ser honesto, siempre he pensado en ti como alguien que debe ser admirada desde la distancia. Nunca consideré en involucrarme contigo”.

“Eso sí que es honestidad… aunque lo sabía. Es precisamente por eso que confió en ti”, dijo Mahiru, y su cuerpo se estremeció por la risa.

Amane sabía que Mahiru solamente lo aceptaba en su vida porque no sentía atracción hacia ella; y aparentemente, ella se sentía de la misma manera.

“Sin embargo, me alegro en haberte conocido de ese modo. Mi vida realmente ha cambiado mucho, soy feliz porque puedo comer deliciosas comidas todos los días, y me siento cómodo en cuanto paso tiempo contigo””, declaró Amane.

“… ¿En realidad lo crees?”

“Sí, estoy increíblemente agradecido por estos últimos dos meses. Gracias.”

Amane no podría expresar más sinceridad, aunque lo intentara. Fue gracias a Mahiru que sus estándares de supervivencia aumentaron y que pudo disfrutar de deliciosas comidas todos los días. Sorprendentemente, Amane también descubrió en que podría disfrutar de las conversaciones con una chica sin ninguna clase de expectativa. Incluso se había convertido en algo que esperaría con ansias. Y lo que era aún mejor, Mahiru en ocasiones le mostraría sus adorables expresiones en cuanto se burlara de ella, y nunca se cansaría de ellas.

Recientemente, ella también había comenzado a reírse mucho más

Al igual que Amane, Mahiru había comenzado a mostrar un repertorio más amplio de emociones, siendo un cambio que la hizo más cautivadora. Amane nunca pondría sus sentimientos por delante, por supuesto, pero… solamente mirarla le haría sentirse en paz.

Los ojos de Mahiru se ampliaron enormemente, y Amane no pudo deducir de si ese rubor era causado por el frio o por su vergüenza.

“No, muchas, muchas gracias” dijo.

“Pero no he hecho nada” Según la perspectiva de Amane, Mahiru fue quien ha hecho todo por él. Estaba seguro de que no le ha brindado nada a cambio, pero ella sacudió lentamente su cabeza en desacuerdo.

“… Estoy agradecida por cosas de que no eres consciente, Amane”, explicó Mahiru.

“Hmm… En que cada uno mencione su agradecimiento al otro me suena a año nuevo. Supongo que no es tan raro ahora, el año está por terminar” Curiosamente, tanto Amane como Mahiru agradecieron al otro por determinadas cosas, a pesar de que el nuevo año aún estaba a seis días de distancia.

Los ojos de Mahiru brillaron ante la mención del año nuevo y soltó una pequeña risa. “Ja-ja, así es. Aún es un poco temprano, pero… Feliz Año Nuevo, Amane. Ojalá sea un buen año”

“… Sí, Feliz Año Nuevo.” Amane asintió con su cabeza ante la celestial propuesta de Mahiru.

Entonces Mahiru repentinamente dijo: “Me muero de frio; continuemos adentro, ¿Está bien?” Se volteo y abrió la puerta de vidrio que llevaba a la sala de estar.

Amane noto sus oídos, que se mezclaron con un rojo brillante por el frio, y coincidió en que lo más conveniente era entrar para no congelarse.

… Por una u otra razón, supongo que también le he tomado gusto a este estilo de vida. Probablemente es por eso mi pecho siente tanta calidez.

Mientras que seguía a Mahiru de regreso a su apartamento, Amane contemplo el suave balanceo de su cabello de lino y secretamente sonrió para sí mismo.

Espero en que los próximos días, pudiera continuar viendo más a ese Ángel que vivía al lado.