Wortenia Senki (NL)

Volumen 5

Capítulo 4: La Compañía Christof

Parte 1

“Bien… el siguiente es el informe de Gennou.” Ryoma miró a Gennou.

Fue dos días después de que Ryoma visitara la finca del conde Salzberg. Esa mañana celebraron una reunión para informar de toda la información que habían reunido en los últimos días. La mitad de las personas implicadas ya ha presentado sus informes. Todo lo que queda son las gemelas y Gennou… pero parece que pasa algo.

En la superficie, Gennou simplemente escuchaba los otros informes con los ojos cerrados y los brazos cruzados, como siempre. Pero estaba claro que un ninja no dejaba que sus emociones salieran a la superficie. Los únicos que no habían dado sus informes eran las hermanas Malfist y Gennou, pero un sentimiento de pavor impulsó a Ryoma a dejar su informe para el final.

El informe de las hermanas se refería a una empresa a la que podían comprar comida. No debería haber habido ningún problema en particular que mencionar con respecto a eso.

Ante las palabras de Ryoma, Gennou agitó la cabeza.

“No… creo que debería hablar el último… permita que Laura y Sara vayan primero.”

Aparentemente, tenía algo en mente.

“Hmm… supongo que tienes tus propias razones.” Ryoma asintió sospechosamente, y se volvió hacia las hermanas Malfist.

“Correcto. Laura, Sara, háblen de esa compañía.”

“Muy bien.” Laura y Sara asintieron y comenzaron a dar su informe.

Lo que dijeron, sin embargo, derribaría el optimismo de Ryoma hasta el fondo del abismo.

“Nuestra conclusión es que la mayoría de las empresas en Epirus tienen fuertes lazos con el Conde Salzberg.”

“Fuertes lazos?” Ryoma inclinó la cabeza.

Sus palabras implicaban que los lazos mencionados eran más fuertes que la conexión normal de una empresa con un gobernador.

“Sí. Tienen conexiones muy estrechas e íntimas con él”, dijo Sara, y extendió un mapa sobre la mesa.

“Es eso… un mapa de Epirus?”

“Sí. Los puntos rojos son las empresas que trabajan en esta ciudad.” El dedo de Sara señaló un punto rojo en el mapa.

Había diez puntos en el mapa. Eran todas las grandes e influyentes empresas comerciales existentes en Epirus.

“La Compañía Mystel… La Compañía Rafael…” Sara pasó de un punto a otro, leyendo los nombres respectivos de las empresas.

“Estas diez empresas forman un sindicato que tiene la economía de la ciudadela de Epirus en la palma de su mano… El problema es que la esposa del conde, Lady Yulia Salzberg, es la única hija del representante del sindicato y propietaria de la Compañía Mystel.”.

“Es eso cierto…?” Todo el color fue drenado de la cara de Ryoma. Su conmoción era comprensible, ya que no tenían medios de proporcionar alimentos en la península de Wortenia. No tenían agricultores, por supuesto, e incluso si tuvieran gente para establecerse en la península, sólo producirían cualquier tipo de cultivos dentro de seis meses a un año. Por lo menos mientras no hubiera ningún tipo de plantas inusuales que crecieran a los pocos días de ser plantadas, no tenían otra opción que depender de suministros de Epirus hasta que se volvieran autosuficientes.

No podían cazar monstruos buscando comida, después de todo. Algunos monstruos pueden haber sido comestibles, pero la gran mayoría de ellos no lo eran. Tal vez habría sido posible alimentar a varias docenas de personas a través de la caza de monstruos, pero no era realista la posibilidad de alimentar a cientos de personas de esa manera.

La comida y el agua no eran cosas de las que pudiera pedir a la gente que se abstuviera. Eran absolutamente necesarias para la supervivencia. Tal vez ser capaz de usar agua a través de la taumaturgia podría resolver ese problema, pero no tenían nada que hacer cuando se trataba de alimentos.

“Sí… si queremos comprar suministros, tendríamos que trabajar con una de esas diez empresas… Pero que la condesa sea hija del líder del sindicato significa…”

Laura cortó sus palabras allí. Todos los presentes entendieron lo que ella estaba tratando de decir. El comercio con una compañía era como mucho su salvavidas. No querían imaginar un futuro donde ese salvavidas estuviera sujeto a los caprichos de la condesa.

En este momento las cosas seguían bien, ya que Ryoma seguía siendo cordial con el Conde Salzberg. Pero las cosas bien podrían cambiar. Podría ser cualquier conflicto de intereses, o incluso algo tan simple como el conde teniendo un mal humor.

En el momento en que el conde Salzberg se sintiera inclinado a apretar la soga alrededor del cuello de Ryoma y su grupo, todo habría terminado. Todo lo que tendría que hacer sería presionar a las empresas bajo su ala. Nunca serían capaces de ignorar las intenciones del conde Salzberg.

“Aparentemente, el representante de la compañía Mystel es un hombre muy ambicioso… El representante original del sindicato era la Compañía Christof, pero su hija, se casó con el conde Salzberg, lo que le permitió arrebatarle el puesto…”

Cuando ella dijo eso, Ryoma chasqueó la lengua bruscamente.

“Lo entiendo… Casaron a su hija con un noble, y usaron su autoridad para aumentar su influencia… No es inaudito…”

Era bastante común, e incluso sucedió en Japón.

“Aún así… me sorprende que un noble se casara con la hija de un comerciante.”

Dentro del sistema de clases, un comerciante era considerado un plebeyo, y eso no cambiaría sin importar cuánto dinero acumularan. Pero ella era la esposa del Conde – no una concubina, sino su esposa legal. Ryoma no podía evitar sorprenderse.

“También lo investigué, pero… al parecer, la casa Salzberg ha estado en un mal estado financiero desde el tiempo del anterior jefe…”

“Hmm… Así que lo atrajeron con dinero? Qué lastimó sus finanzas en primer lugar? Gastos militares?”

El Conde Salzberg estaba tan presionado que tuvo que casarse con la hija de un comerciante… El hecho de que un noble eligiera la practicidad sobre la dignidad era prueba de que el Conde probablemente estaba bastante acorralado. La pregunta era qué lo hizo presionarse tanto por el dinero para empezar.

“Sí… Entre proteger la frontera y defenderse de ataques de monstruos procedentes de Wortenia, la Casa Salzberg ha tenido que desviar gran parte de su presupuesto a fondos militares…”

Todo el mundo asintió a las palabras de Laura. Los ejércitos eran una forma de chupar dinero. Un militar era como un monstruo hambriento que consumía suministros pero no producía nada a cambio. Así era como funcionaba el ejército.

Y para colmo, este monstruo necesitaba ser alimentado con grandes cantidades de los mejores productos posibles. Los soldados necesitaban que se les pagara su salario, así como que se les proporcionara armadura y armas. Los caballos tenían que ser criados, comida y provisiones entregadas… El ejército consumió muchos recursos, incluso en tiempos de paz. Y cuando llegó el momento de la guerra, el ritmo al que devoró los fondos se disparó. Era como un pozo sin fondo. No importa cuánto dinero se invirtiera en él, nunca sería suficiente.

Y, sin embargo, los países todavía tenían que financiar sus ejércitos. Era esencial proteger el propio país, el propio pueblo, el propio territorio… Para proteger lo que más importaba. Y para un noble encargado de mantener una vigilancia cautelosa sobre un país vecino, esta responsabilidad era mucho más pesada. Era natural que las finanzas del conde Salzberg estuvieran en apuros.

“Entonces, supongo…” dijo pensativamente Ryoma.

“No solo está vigilando las fronteras de Myest y Xarooda, sino que también está presionando a los monstruos que invaden la península.”

“De los documentos que investigué…” Boltz dijo,

“Aproximadamente una vez cada década, los monstruos en Wortenia escenifican un gran ataque. Las diez familias del norte deben desplegar sus tropas juntas siempre que eso ocurra.”

“Bueno, maldición… eso es básicamente lo mismo que ir a la guerra.” Lione asintió.

“Permítanme complementar señalando que esta tierra no es adecuada para la agricultura”, dijo Gennou.

“Esta región no tiene cultivos dignos de mención. Producen lo suficiente para ser autosuficientes, pero está lejos de ser una tierra abundante.”

“Qué hay de la sal?” preguntó Ryoma sospechosamente.

“Escuché un poco de algo durante mi visita a la casa del conde. Aparentemente descubrieron una vena halita.”

Al menos a juzgar por el conde y la apariencia de su esposa el otro día, no parecían estar en problemas financieros. Un noble puede gastar bastante para mantener los aires y mantener su honor, pero incluso eso tenía sus límites.

Desde su ropa hasta la comida proporcionada, estaba claro que el conde no quería dinero. Su mesa estaba llena de más comida de la que uno podría comer, todo adornado con especias preciosas. Eso no sería posible si tuvieran problemas financieros.

Pero la parte realmente sospechosa era el asunto de la vena halita. La sal era una necesidad, y aunque no valía tanto como los metales preciosos, tenía una demanda constante. Si la Casa Salzberg tuviera una fuente de sal de roca, sería perfectamente posible para ellos reconstruir sus finanzas.

Sin embargo, Gennou agitó la cabeza ante la pregunta de Ryoma.

“No… no existen venas de halita en el territorio del conde.”

La forma en que lo expresó era significativa. En el momento en que escuchó esas palabras, el corazón de Ryoma fue agarrado con una gran sensación de malestar.

Qué demonios…? Si no tienen venas, cómo reconstruyeron su riqueza? Se les ocurrió alguna otra industria?

La mente de Ryoma exploró las posibilidades.

Si encontraron alguna otra fuente de fondos, por qué la condesa mintió sobre la vena? Por qué mencionar la sal de todas las cosas?.

Una buena mentira era una que tenía un toque de verdad mezclado en ella. Fabricar una red de mentiras y hacerla convincente es extremadamente difícil, ya que la falsedad que no era consistente con la realidad haría que toda la historia se desmoronara.

“Ah! Quizás ellos…” Entonces Sara levantó su voz con sorpresa.

“Qué, Sara? Se te ocurrió algo?” preguntó Laura, a lo que Sara asintió y volvió los ojos hacia Gennou.

“Quizás el conde Salzberg tiene una vena fuera de su territorio… dentro de la península de Wortenia?”

“””Ah!”””

Todo el mundo levantó sus voces en sorpresa. Gennou miró a Sara con una sonrisa compuesta.

“Muy bien observado, Srta. De hecho, el conde tiene una vena en la Península de Wortenia, una que se mantiene en secreto del resto del reino.”

No fue una revelación inesperada, pero viniendo de Gennou fue aún más convincente.

“Espera un segundo”, dijo Lione, visiblemente sorprendida.

“El Conde Salzberg tiene una vena en la península? Sin la aprobación del reino? Quiero decir, es una tierra abandonada, claro, pero eso requiere pelotas… Si eso se expone, toda su familia va a ser llevada a la horca.”

Antes de que se le diera a Ryoma, los nobles que estaban a cargo de Wortenia eran técnicamente la familia real rhoadseriana. Y mientras la península era tierra sin desarrollar, eso no significaba extraer recursos naturales de esa tierra era legal. Si la casa real se enterara de eso, todo el linaje del conde moriría en ejecuciones a gran escala, incluso hasta parientes lejanos y asociados cercanos.

“Lleva su avaricia tan lejos que casi siento ganas de admirarlo por el puro valor de la misma…” Boltz suspiró, alabando al conde Salzberg por su valor.

Estaba pisando mucho hielo delgado.