Spy Kyoushitsu (NL)
Volumen 5
Capítulo 4: Ideales Y Realidad
Parte 1
Klaus observaba la batalla desde la parte central de la Ciudad Amurallada de Longchon. Ambos equipos habían comenzado la búsqueda de los documentos, priorizando eliminar a sus enemigos. Intensos enfrentamientos se desarrollaban en varios lugares.
Klaus se movió rápidamente para llevar el control de ambos equipos. Apenas hace un momento, presenció a Vindo acabando con Grete. Seguido después, Lily y Elna escaparon, y Vindo las persiguió.
Ah, ya entiendo. Klaus estaba impresionado. Me preguntaba por qué la tasa de éxito de las misiones de Vindo era tan alta, pero ahora que veo esa forma de moverse… Alguien de Homura le enseñó el secreto del desplazamiento del centro de gravedad.
Ahora que había visto a Vindo en acción, entendió cómo es que el joven se había vuelto tan fuerte. Al igual que Klaus, él aprendió el oficio de alguien muy talentoso.
Una vez confirmándolo, descendió a la calle principal.
Habían dejado a Grete tirada inconsciente. Nadie había tenido el tiempo de protegerla.
Cuando Klaus se le acercó, Grete abrió lentamente los ojos. “…Jefe, ¿es usted?”.
“¿Estás bien? Te llevaré a un lugar seguro”.
Klaus la levantó en brazos. En cuanto lo hizo, el rostro de Grete se enrojeció. “¿Qué?”, y comenzó a tartamudear un “Yo—Yo”, pero eventualmente, se relajó y se apoyó en el cuerpo de Klaus.
“Lo siento, Jefe… Perdí…”.
“Derrotaste a uno, ¿verdad? Lo hiciste bien”. Klaus había puesto a salvo a Culu, y ella le contó lo hábil que Grete era. “Ya puedes descansar y deja que me encargue de los demás”.
“Quiero seguir en sus brazos un rato más”. “Está bien”.
Grete agarró suavemente la ropa de Klaus. Había estado tan ocupado últimamente que Klaus no había tenido el tiempo para atender a Grete. Estaba dispuesto a cumplir este capricho.
La llevó adentro.
“Esos movimiento de Vindo…”, le dijo Grete. “Se parecían mucho a los suyos, Jefe… ¿Sabe por qué?”.
Parece que ella también lo notó.
Klaus asintió. “Es una técnica de Homura”. “¿En serio?”.
“Esa forma de moverse le pertenece a una mujer llamada Gerde. Su nombre clave era Houraku, pero yo la llamaba Abue G. Vindo debió haberla conocido en algún lugar y aprendió su técnica”.
No era algo extraño, una vez que lo piensas. Homura podía llegar a cualquier parte del mundo, así que había muchas oportunidades de que algo así pasara. Veronika, nombre clave: Kouro, había conocido a Thea y le transmitió su espíritu, y Gerde debió haberle pasado su técnica a Vindo de la misma forma.
El legado de Homura parece que aún vive en donde menos lo espero…
La técnica secreta de Gerde implicaba fuertes aceleraciones y desaceleraciones en los movimientos de sus pies—de cero a cien, de cien a cero.
Ella solía usar esos movimientos mientras disparaba una carabina. Incluso a sus más de sesenta años, se iba de frente a los combates. De joven, trabajó para el ejército y acumuló logros más que cualquier hombre. Fue la abuela más aterradora del mundo.
Klaus había dominado esa habilidad—era obvio. Sabía lo efectiva que era esa velocidad para vencer a los enemigos.
“No muchos son capaces de aprenderla, y Abue G rara vez le enseñaba a alguien. Parece que Vindo le cayó bien. Era raro que alguien estuviera a la altura de sus estándares”.
“¿Cómo lo detenemos?”.
“Difícil pregunta. En lugares como este con muchos obstáculos, es probable que el combate sea cuerpo a cuerpo. Si Vindo combina la técnica de la Abue G y su técnica de cuchillo, podría derrotar a Shikabane en su terreno”.
“……”.
Grete abrió los ojos con sorpresa ante la evaluación de Klaus. Pero al mismo tiempo, pensó que solo estaba exagerando. Shikabane era un asesino que viajó por el mundo haciendo operaciones encubiertas por mandato de Murasakiari y mientras espías de todo el mundo habían dado lo mejor por vencer a una o dos Hormigas, Shikabane había vencido a docenas.
Aquí en la Ciudad Amurallada de Longchon, las habilidades de Vindo bien podrían estar a la par de las de él. Lily y Elna no tenían buena cara. A este paso, su derrota era inminente.
“La clave para ganar este enfrentamiento es que demuestren un crecimiento explosivo”.
No tenían el tiempo suficiente para entrenar, y Klaus no había podido ayudarlas mucho. Sin embargo, les había dicho el secreto que necesitaban para darle la vuelta a esta situación—artimaña. Si al menos una de las chicas era capaz de dominarlo, podrían plantarle un cara a cara a Otori.
Grete habló. “………No se preocupe, Jefe”.
Klaus bajó la mirada y vio que le sonreía serenamente en sus brazos.
“Esta misión me enseñó algo”.
“Amamos Tomoshibi con todos nuestros corazones, y el pensamiento de perder a alguien nos estimula a esforzarnos más. Para bien o para mal, tenemos un fuerte sentido del compañerismo”.
“Así es”. Klaus respondió. Tal vez sea porque fueron tratadas como marginadas, pero sea cual sea la razón, las chicas habían crecido con una fuerte dependencia a Tomoshibi. Klaus muy en el fondo les importaba, pero para las chicas era un sentimiento aún más fuerte. Incluso la siempre-tímida Sara se había enfrentado a la mafia de Longchon para mejorar y poder enfrentarse a Otori. Las chicas siempre tenían una forma de explotar su potencial en el momento más inesperado.
“Como la persona en juego es usted, el sentimiento es mucho más fuerte. Elna resultó lastimada por todo esto, es algo que no podemos dejar pasar. Estamos furiosas, especialmente Lily y Sybilla”.
“………………”.
“Creo en las chicas. Creo que saldrán de esta”.
El tono de Grete era suave, pero con una firme y fuerte confianza.
“Sí”, Klaus respondió.
Ella tenía razón. Tenían que creer en Tomoshibi—y confiar que serían capaces cuando se encontraran acorraladas.
“Lo diré de nuevo: no eres desafortunada—eres una tonta que lleva la desgracia a su equipo”.
Las palabras de Vindo hirieron profundo en el corazón de Elna.
Le dolía la garganta. Le temblaban las piernas. Estaban a punto de salir lágrimas de sus ojos. Sabía que era patética, pero todo lo que pudo hacer fue bajar la cabeza.
Vindo estaba al acecho.
Casi descubría el enorme secreto que Elna guardaba.
Elna simplemente estaba ahí de pie, en la húmeda y mohosa habitación. Se visualizó con el moho creciendo por todo su cuerpo y que eventualmente se pudriría. Si tan solo fuera tan fácil. Tristemente, su corazón seguía latiendo, y sus signos vitales rechazaban detenerse. Por muy patética que fuera, todavía estaba viva.
“Estás muy equivocado”.
Y una voz se escuchó de una dirección completamente inesperada.
Era Lily. Las cuchilladas que Vindo le propinó en el hombro y cuello debieron haberla noqueado, pero recobró el sentido y volvió a ponerse de pie.
“Eres una obstinada, Cabello plateado. Te lo voy a reconocer”. Vindo entrecerró sus ojos, estaba impresionado. “Cualquier otra persona se hubiera quedado en el suelo”.
“Oh, he tenido peores. Tus ataques no se comparan con los puñetazos que me dio Monika cuando le mojé su libro”.
“Es una extraña analogía”.
“También está la vez que le hice garabatos a Sybilla en el rostro. Sus golpes duelen doce veces más que tus cuchilladas”.
“¿Por qué haces que tus compañeras te golpeen tanto?”.
“El punto es que tus ataques no son nada”. Lily permanecía de pie y orgullosa hacia Vindo. “Tus palabras suenan huecas. Los insultos que les dices a mis compañeras no valen la pena escuchar”.
Cuando terminó de meterle presión a Vindo, avanzó y se puso entre él y Elna.
Todo lo que Elna podía hacer era mirar impotentemente hacia la espalda de Lily. Lily por lo general era una bromista, pero ahora irradiaba algo en la figura que proyectaba desde atrás, y sus puños temblaron.
Está furiosa, y es por mí.
Elna sintió un calor burbujear en el fondo de su garganta. Si la situación no fuera tan tensa, probablemente habría empezado a llorar.
“Pues dime tú”. Dijo Vindo con la más mínima sonrisa. “Sólo estoy diciendo hechos. Es como dije—todo lo que pasó, sucedió por sus errores. Y no sólo estoy hablando de lo que ocurrió durante la misión”.
“¿A qué te refieres?”, preguntó Lily.
“Cuando se cayó antes de esta competencia. Se lesionó justo antes de una pelea importante. ¿Qué opinas de eso?
¿Crees que se cayó porque nosotros la asustamos?”.
La voz de Vindo era fría.
“Bueno, no. Era calor. Revisé la valla y mostró indicios de daño por calor. Tampoco era de gran calidad, y combinado con el calor hizo que fuera fácil deformarse. Y tenía la misma causa raíz—luz convergente”.
“Tengo un testigo que dice que vio a un niño sentado allí mucho tiempo con una bola de cristal que enfocaba la luz del sol contra la valla. Todo lo que hizo falta fue un poco de peso y la valla de aluminio se dobló”.
“……”.
“Que ocurran tantos accidentes seguidos sería desafortunado, sí. Pero mira, los espías no pueden poner excusas como esas. Ella es su peor enemiga”.
Lily intentó hablar, pero no pudo continuar, su rostro reflejaba dolor. Luego, se giró hacia Elna.
En sus ojos había una expresión de confusión. Elna estuvo a punto de gritar.
Detente.
Quería gritar de inmediato.
Por favor, no sigas exponiendo mi vergüenza.
“¿Quieres que te diga otra cosa más?”. Sin embargo, Vindo levantó un dedo sin piedad. “Esto es una suposición, pero probablemente el incendio en el que estuvo cuando estaba pequeña también fue culpa suya. La cosa es que, su historia no se ha revisado. El incendio ocurrió de noche, el fuego se extendió y la casa se quemó por completo. Solo sobrevivió una niña. No hubo testigos y no se atrapó al culpable. ¿Es correcto?”.
“No entiendo. ¿Cuál es el pro—?”.
“Entonces dime—¿Cómo sabía ella que una Molotov ocasionó el incendio?”.
“………”.
Lily abrió los ojos ampliamente.
Ella también se había dado cuenta.
El cóctel Molotov más básico se hace llenando una botella de licor con queroseno o gasolina y tapándola con un trapo. En otras palabras, una vez que se lanza y se rompe, en el lugar solo quedan los fragmentos de la botella rota y los restos quemados. Incluso si pudieran identificar la habitación donde se originó el incendio a partir de los restos quemados, sería difícil determinar la causa. Sin embargo, Elna afirmó claramente que la causa del incendio fue un cóctel molotov.
“Además, ella dijo que durante el día, sus padres habían comprado licor. Aunque se encontraran restos de una botella sin identificar en la sala quemada, ¿cómo es que una niña tan pequeña pudo identificar que se trataba de un coctel Molotov?”, Vindo continuó hablando. “Por eso imagino que la única persona que puede testificar que la causa del incendio fue un cóctel molotov es la sobreviviente. Es decir, ella vio cómo fue lanzado. Pero las dudas quedan. Si vio el lugar donde se originó el incendio, pudo haber despertado a su familia de inmediato. Un cóctel Molotov es potente, pero no tiene la fuerza para quemar toda una mansión aristócrata en un instante. Entonces, ¿por qué murió toda su familia? Sólo hay una respuesta lógica—La rubiecita escapó sola. El incendio sí fue causado por mano humana, pero la muerte de su familia fue por la negligencia de la rubia. Esa es mi suposición”.
“……………………”.
Elna no se podía mover. Sentía que cada gota de sangre en su cuerpo se volvía sólida. Cada palabra la debilitaba. Vindo había usado un agudo intelecto y llegado demasiado cerca a la verdad. Era como si la mirada penetrante de Vindo viera directo a su corazón. Elna estaba preocupada porque sus piernas fueran a ceder. Estaba haciendo un enorme esfuerzo para mantenerse en pie—
“¿……Y?”.
—y a su lado, Lily estaba completamente inmutada. “¿Y qué viene al caso esa teoría tuya?”.
“Bueno, tú preguntaste”.
“Tal vez sí, tal vez no. ¿A quién le importa?”.
“Bueno, sólo te hago el favor. Espías que viven como idiotas sólo pueden pelear como idiotas”.
Y con un movimiento rápido de manos, Vindo sacó un nuevo manojo de cuchillos de sus mangas. Tenía tres entre sus dedos de la mano derecha, y otros dos entre sus dedos de la mano izquierda.
Este hombre estaba listo para la guerra.
“Deberías ya sacártela de la cabeza. ¿Quieres que lo haga por ti?”.
“Parece que tú y yo nunca vamos a estar de acuerdo”. En cuanto la voz de Vindo sonó en un tono más sanguinario, Lily saltó de golpe hacia la acción. Sacó una barra de detrás de su espalda y la sostuvo frente a ella. Era metálica y llena de abolladuras. “Es hora de sacar el Arma Prototipo #72 Edición especial hecha por Annette”. Ella vociferó. “Destr—”.
“¿Piensas que voy a perder ante semejante prototipo inservible?”.
Sin embargo, Vindo era más rápido. No le dio chances a Lily de usar su arma. Luego de usar el brutal movimiento de piernas para acercarse a ella, usó la base de sus cuchillos para golpearla en la cintura, nuca, y—como golpe final—la parte de atrás de la cabeza.
El cuerpo de Lily se volcó a un lado. “Elna…”. Lily apenas pudo decir algo “Te conseguiré tiempo. Corre…”.
Elna ahogó sus deseos de estallar en llantos y huyó lejos de Lily.
Lily había puesto todo de ella en esa frase para asegurarle una ruta de escape.
“No vas a ir ningún lado, Rubiecita”. Vindo extendió sus brazos para atraparla. Me va a atrapar.
Mientras el miedo se aprovechaba de ella, el brazo de Vindo se detuvo.
Elna vio hacia atrás para ver que Lily retenía a Vindo del pie.
Apenas había un rayo de luz en sus ojos, pero aun así, ella lo apretaba tan fuerte que sus uñas se enterraban en la piel de Vindo.
“Maldita, no intervengas”. Vindo elevó alto sus cuchillos “¿Por qué mejor no te das ya por vencida?”.
Un fuerte sonido hizo eco en el lugar. Vindo debió haberle dado con la empuñadura de uno de sus cuchillos.
El encuentro de Vindo contra Lily había terminado.
¡Perdóname, Lily-oneechan!
Con cada paso que daba Elna sobre la carretera de la Ciudad Amurallada, sentía cómo su corazón se desmoronaba pedacito por pedacito.
Habían transcurrido 115 minutos y la batalla aún estaba embravecida.
En la batalla de Hyakki alias Sybilla y Sougen alias Sara contra Shouha alias Vics, el apuesto Vics se encontraba sereno desde el inicio. Luego de intercambiar puñetazos con Sybilla para medir su fuerza, preparó un plan, y luego hizo uso de cada pasadizo de la Ciudad Amurallada corriendo de calle en calle.
La razón de su serenidad era simple—Otori menospreciaba a Tomoshibi.
A decir verdad, la única persona por la que estamos interesados es el señor Klaus. ♪
Las chicas de Tomoshibi tenían un complejo de inferioridad profundo por los de élite, y era todo lo contrario para la otra parte. Otori no sentía algo en particular por sus contrapartes fracasadas.
Vics sonrió.
Se llevan el mérito por terminar esas Misiones Imposibles, pero al final del día, el señor Klaus hizo todo el trabajo ♪. Claro, no son fracasadas corrientes, pero tampoco son algo especial ♪.
Como resultado, todo lo que Vics tenía que hacer era ser inteligente. Tal como había predicho, Sara no pudo seguir el ritmo de la batalla y se quedó atrás.
Después de correr por unos cuantos pasadizos más con Sybilla persiguiéndolo de cerca, llegó a un callejón sin salida. Había una pequeña barandilla de seguridad y nada más.
Sybilla y Vics saltaron la barandilla al mismo tiempo y saltaron fuera de la Ciudad Amurallada de Longchon.
Ahora que ambos tenemos espacio para maniobrar, lo único que queda es sumergirnos en el mundo de la batalla ♪.
El talento único de Vics era su fuerza sobrehumana. Su físico parecía delgado, pero sus músculos dorsales eran gigantes, y su tamaño anormal le permitía generar una gran cantidad de fuerza. Cuando Vics lanzaba golpes, siempre se aseguraba de usar la espalda.
Además, sus dorsales eran lo suficientemente grandes como para ocultar sus armas. Pareciendo desarmado, podía sorprender a sus enemigos.
Fuerza Sobrehumana × Ocultamiento = Fuerza Infinita.
Esa era la táctica que Vics había ideado. Si sus oponentes no conocían el alcance de sus armas, podía aprovechar su inmensa fuerza para noquear.
“¡ !”.
Vics sacó el látigo que había recuperado de detrás de su espalda y e hizo una gran oscilación. Esta vez, había elegido un arma de medio alcance con un alcance completamente diferente al de sus puños o su garrote.
Sybilla apenas logró esquivar a tiempo. Tenía unos reflejos increíbles.
“¿De dónde demonios sacaste ese látigo?”, gritó.
“Oh, ¿quién sabe? Hmm… ♪ Veamos… ¿Saco la lanza?”.
“Espera, ¿tienes una lanza?”.
“No creo que quieras saberlo ♪ Ja-ja-ja, ¡No apartes la mirada!”, cantó Vics, burlándose de su desconcertada enemiga.
Naturalmente, las armas que escondía en sus dorsales tenían que ser pequeñas, y solo podía llevar un máximo de cuatro a la vez. En este momento, estaba armado con un garrote, un látigo, una pistola y un par de nudillos de bronce.
Realmente no había forma de tener escondida una lanza, pero en ese momento, Sybilla habría creído casi cualquier cosa.