Spy Kyoushitsu (NL)

Volumen 5

Capítulo 3: Mala Suerte

Parte 5

 

 

Thea estaba tirada en el suelo en medio de la habitación. Había sido atada de pies a cabeza con cuerda y dejada en el suelo. Tenía los ojos abiertos, así que definitivamente estaba consciente, pero la mordaza en su boca le impedía decir algo. Obviamente, la habían atacado. Sin embargo, según lo que podían ver desde la puerta, no tenía heridas externas y no había nadie más en la habitación.

“Espera, te ayudaré”, dijo Sybilla.

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“¿Q-Quién te hizo esto?”, preguntó Sara.

Ambas entraron apresuradamente en la habitación. En el momento en que pusieron un pie adentro, las miradas de Thea y Sybilla se encontraron.

NO

Entonces, palabras fluyeron naturalmente a la mente de Sybilla… Se detuvo instintivamente. Thea le estaba comunicando algo con la mirada.

A TU IZQUIERDA

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Sybilla levantó inmediatamente los puños y se movió para cubrir a Sara.

Un joven salió disparado del refrigerador de la habitación. “Oh, ¿me notaste? Bien hecho ♪”, dijo en un tono molesto y amistoso.

Ese rostro apuesto y juvenil pertenecía a ‘Shouha’ alias Vics. Estiró una de sus largas piernas y lanzó una patada giratoria.

“Así que fuiste tú quien le hizo eso a Thea”, preguntó Sybilla mientras bloqueaba el ataque. “No puedo creer que la hayas encontrado tan rápido”.

“¡Por supuesto! Es la cortesía de un caballero acudir rápidamente a la ayuda de una dama”.

Vics era un hombre al que le gustaba entrenarse. Sybilla podía darse cuenta por la fuerza que había en su patada. Sin embargo, cuando se trataba de combate cercano, ella tampoco se quedaba atrás. Tenía un talento especial, un don para el robo que le permitía robar cualquier cosa al alcance de su mano. Todo lo que tenía que hacer era robar las armas de su oponente. Una vez que se apoderaba de todas sus armas, podía vencer a casi cualquiera.

Esos eran los pensamientos que la impulsaban mientras se acercaba a Vics—

“…Oh, ¿qué fue eso? ♪”.

—pero ella no encontró nada.

Vics estaba desarmado. Sybilla no podía ver ni una sola arma en su ropa.

Quizás prefiere luchar a puñetazos, hipotetizó. Si ese era el caso, podía usar su propio cuchillo para vencerlo—

“Nombre clave: Shouha—Es hora de romper cosas. ♪”.

—pero le dio un gran giro a su brazo.

En su mano, sostenía un garrote que acababa de sacar como de la nada.

El ataque la tomó completamente por sorpresa, y apresuradamente levantó su cuchillo para bloquearlo.

“¡          ¡”.

A juzgar por ello, Vics ni siquiera se había comprometido tanto con el ataque. Sin embargo, fue suficiente para enviar a volar a Sybilla. Sentía como si la hubieran lanzado lejos como en una tormenta de viento. Hizo un mortal hacia atrás llevándose a Sara. No se detuvieron hasta que chocaron contra la pared.

“No disfruto usar esto con las mujeres, ¿saben? ♪”. “… ¡¿De dónde sacas esa fuerza?!”.

El esbelto cuerpo de Vics ocultaba más fuerza de la que Sybilla hubiera pensado posible. Casi le hace perder el conocimiento solo bloquear ese golpe. Miró en su dirección, pero el garrote ya se había ido, y las manos de Vics estaban vacías    nuevamente.    Simplemente    estaba    parado    allí sonriendo.

“Oye, puedes soportar un golpe. Me encanta eso. Eso nos da más tiempo para disfrutar ♪”.

“Oye, Sara”, dijo Sybilla, ignorando las tonterías de Vics, “¿viste de dónde sacó eso o dónde lo guardó?”.

Sara temblaba mientras movía la cabeza de un lado a otro… “Y-Yo… no vi nada… no lo veo por ningún lado…”.

Ella tampoco sabía lo que había sucedido.

Vics había sacado un garrote de la nada y las había tomado totalmente desprevenidas. Ahora Sybilla no tenía idea de cuál era su alcance. Sabía que debía tener cuidado con esa fuerza monstruosa, pero no saber cómo la usaría la ponía en una seria desventaja.

¿Será esa su única arma? Y si tiene otras, ¿dónde las guarda…?

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Como mínimo, conocía el nombre de la técnica que estaba usando para jugar con ellas: Artimaña. Así era como luchaban los espías—mienten para multiplicar la fuerza de sus habilidades.

“Esta vez, voy en serio, ¿de acuerdo? Quiero obtener mejores resultados que Vindo ♪”.

Vics se acercó a Sybilla como si estuviera mostrando lo vacías que estaban sus manos.

Shouha alias Vics, ocupaba el segundo lugar con las mejores calificaciones de la academia, y ahora se interponía en el camino de las chicas.

Mientras tanto, Monika bostezaba desde la cima de un tejado de la Ciudad Amurallada de Longchon con la luna creciente sobre ella. Ante ella se extendía el paisaje del complejo de viviendas. Hasta donde alcanzaba la vista, observaba concreto sucio y cubierto de musgo, con pequeñas ventanas con cuerdas para tender la ropa y antenas de radio asomando.

Monika estaba en el tejado más alto de toda la ciudad. El viento húmedo del mar llegaba hasta ese lugar, sacudiendo el cabello de Monika. Desde allí, estaba libre del olor rancio que impregnaba el complejo. En cambio, olía el aroma de pescado a la parrilla. Alguien abajo en la ciudad estaba disfrutando de una merienda nocturna con su bebida.

Después de estar de pie por un rato, Monika sintió una presión asfixiante alrededor de su cuello. Se agachó para esquivar el ataque, y algo pasó sobre su cabeza. Luego, utilizó las numerosas cuerdas de la ciudad como escalones para descender a otro tejado un piso más abajo.

“Ah, habéis esquivado mi cuerda. Muy impresionante- degozaru”. Ahora una chica pequeña apareció en el tejado donde Monika había estado. Había varias cuerdas colgando de sus dedos. “Soy Ukigumo alias Lan-degozaru. Es un gozo”.

“¿Por qué hablas así?”.

“Hmph, siguen lloviendo más críticas injustas. Pensé que era un dialecto bastante bueno”.

“Bueno, claramente eres una idiota”, dijo Monika con desdén. Apartó la mirada de Lan. “¿Vinieron dos más contigo, verdad? La gorda y el raro de la máscara. Los veo”.

Era un ángulo que debería haber sido imposible cubrir desde la posición de Monika, pero gracias a los espejos que había colocado de antemano, podía ver a sus enemigos ocultos perfectamente. Al ser señalados, los dos espías se revelaron.

“¿Gorda? Eso es muy cruel…”, se quejó la rechoncha ‘Hakoto’ alias Pharma.

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“…Sí”, dijo Gaifu alias Queneau. Una vez más, llevaba una máscara completamente blanca, haciendo que su expresión fuera imposible de leer.

Contando a Lan, eran tres, y tenían a Monika rodeada. Lan sonrió mientras preparaba sus cuerdas, iluminada por la luz de la luna que brillaba desde el cielo del norte; Pharma tenía ambas pistolas apuntando a Monika y la estaba acorralando desde el sur; y Queneau estaba de pie y sin armas en la azotea dos pisos más abajo al este.

“Así que tres contra uno. Ese era el plan de Otori,

¿verdad?”.

Monika suspiró desde su posición en el tejado en medio de los otros tres. Ella también estaba al tanto de la información que Grete había sacado de Culu.

“…Si lo sabías, ¿por qué habrías de exponerte de tal manera?”, preguntó Lan con un gesto de sorpresa. “Fuiste tan notoria que parecía que clamabas por ser rodeada”.

“Sí, es más fácil así. Todo lo que tenía que hacer era quedarme quieta, y que un trío de imbéciles callera redondito a mis pies”.

En el momento en que la provocación salió de la boca de Monika, Lan actuó de inmediato. Guardó sus cuerdas, sacó una pistola automática y disparó. Su objetivo era la antena que estaba al lado de Monika. La bala rebotó en la antena y se dirigió hacia ella.

Mientras Monika esquivaba el disparo, gruñó confundida. Podría haber jurado que el arma predilecta de Lan eran esas cuerdas, pero no las estaba usando en su ataque.

“No tengo intenciones de ganar-degozaru”, dijo Lan. “¿Eh?”.

“Hermano Vindo así lo declaró, y así se hará. Nosotros tres no somos rival para ti. Ya hemos renunciado a la victoria”.

Detrás de Monika, Pharma y Queneau volvieron a esconderse. No hicieron ningún esfuerzo por atacarla todos a la vez.

“¿De verdad no van a venir con todo? Cobardes”. Monika se rió burlonamente.

“Vuestros insultos nada significan. Mentir es costumbre básica para nosotros. Este dialecto no es sino un ejemplo- degozaru”, respondió Lan con una sonrisa. “¿Por qué habría de mostrarte toda mi fuerza? Falseamos nuestro poder, falseamos nuestra hermandad, falseamos nuestras destrezas, y todo lo envolvemos en mentiras sobre mentiras.

¿Cómo habrás de derribar a tres élites que renunciaron a todo orgullo y a toda esperanza de victoria en aras de comprar tiempo?”.

“……”.

“Venid, Dama Prodigio, danzad con nosotros. Danzad con nosotros mientras vuestros camaradas se desmoronan y caen”.

Después de hacer su declaración con alegría, Lan volvió a apuntar con su pistola.

Ukigumo alias Lan, había clasificado en tercer lugar en el examen de graduación; Hakoto alias Pharma, había clasificado en quinto lugar; y Gaifu alias Queneau, había clasificado en sexto lugar.

Juntos, los tres élites comenzaron a correr en círculos alrededor de Monika.

Habían pasado setenta y cinco minutos. La verdadera batalla entre Otori y Tomoshibi había comenzado.



En la calle principal, en el piso central de la Ciudad Amurallada de Longchon, Vindo sostenía despreocupadamente un cuchillo mientras se enfrentaba a Elna y Lily. No les ofrecía la más mínima apertura. Si intentaban sacar sus armas, él cerraría la brecha y les haría un corte en las muñecas en un abrir y cerrar de ojos.

Elna y Lily hicieron contacto visual y tomaron la mejor decisión: huir. No tenían una necesidad específica de derrotar a Vindo. Lo único que importaba era recuperar el documento antes que Otori, así que lo inteligente era correr. Afortunadamente, el campo de batalla de la Ciudad Amurallada les ofrecía abundantes rutas de escape.

Las dos huyeron hacia el interior tan rápido como sus piernas se los permitieron.

“Interesante elección”. La voz de Vindo resonó calmadamente desde atrás. “Si es que creen que realmente pueden correr más rápido que yo”.

Podían sentir una ola de hostilidad acercándose.

Elna y Lily intentaron obstaculizarlo desesperadamente mientras huían. Volcaron cubos llenos de agua de drenaje y lanzaron cada tubo de PVC desechado que encontraron de vuelta hacia él. Sin embargo, Vindo hábilmente esquivaba sus obstrucciones con sus cuchillos sin disminuir su velocidad. Se acercaba implacablemente.

“¡Elna, aquí dentro!”, gritó Lily antes de tirar de su compañera hacia uno de los apartamentos del complejo. Era una habitación individual, apenas lo suficientemente grande para que vivieran dos personas, y aunque mostraba signos de estar habitada, afortunadamente, no se veía a los residentes. Lily por alguna razón dijo con cortesía “Con permiso” y entraron con los zapatos puestos.

El problema, como era de esperar, era que el apartamento era un callejón sin salida. No tenían a dónde más correr. Vindo irrumpió en la habitación y avanzó implacablemente con su cuchillo.

Lily tapó la boca de Elna con su mano.

“Nombre clave: Hanazono—Es hora de florecer sin control”.

Un gas venenoso salió disparado de su voluptuoso pecho.

Elna reconoció ese ataque. Era la táctica característica de Lily—rociar un paralizante al que ella misma era inmune. La efectividad de la técnica apenas parecía justa.

Vindo renunció de inmediato a su ataque con cuchillo y se apartó hacia un lado. Sin embargo, fue lento. Por lo que se veía, el veneno de Lily lo golpeó de lleno en la cabeza. Se mantuvo durante un breve momento, pero no pasó mucho tiempo antes de que sus cuchillos cayeran de sus manos. Colapsó en el suelo.

“Jeje. Te metiste con la chica equivocada”, dijo Lily con orgullo. “Cuando la Prodigio Lily está en acción, ni siquiera los élites pueden resistir—”.

“¡Corre!”.

Elna tiró del brazo de Lily.

Justo después, un cuchillo rozó la garganta de Lily. “Elección correcta”.

Tan pronto como Vindo terminó de colapsar, se levantó de inmediato y lanzó otro ataque con otro cuchillo.

Era justo como les advirtieron. La artimaña de Vindo, el Contraataque Instantáneo, implicaba usar sus increíbles movimientos elásticos para derribar a sus oponentes en el mismo instante en que pensaban que habían ganado. Fingir perder era su movimiento característico.

Tan pronto como aterrizó de su salto, cayó de rodillas. “…Puede que haya inhalado un poco”.

Él podría estar fingiendo. Tan pronto como se acercaran, podría lanzar otro contraataque. Mientras Elna y Lily no estuvieran seguras de una forma u otra, no tenían más opción que huir. Salieron corriendo de la habitación y volvieron a correr por los pasillos de la Ciudad Amurallada de Longchon.

Después de subir una escalera que parecía podría romperse en cualquier momento, llegaron a un pasillo cuyas paredes estaban llenas de grietas y rasgaduras. Ya no sabían cuáles eran los puntos cardinales. Pasaron por delante de un par de residentes que las miraron con desconcierto, pero Elna y Lily no les prestaron atención.

Tan pronto como encontraron un apartamento vacío, las dos se metieron en él. Claramente alguien vivía ahí, y su suelo estaba adornado con una alfombra sencilla. Elna escaneó rápidamente todos los elementos de la habitación. El fregadero estaba lleno de utensilios de cocina, y había un armario grande a unos dos metros de la entrada. Una vez más, afortunadamente, quien vivía allí estaba ausente.

Elna y Lily se ocultaron contra la pared y centraron toda su atención en escuchar. Sin embargo, no oyeron el sonido de los pasos de Vindo.

“Espera, ¿no viene detrás de nosotras?”, preguntó Elna.

“Tal vez…”, murmuró Lily. “Quizás el veneno realmente funcionó”.

“¿Eh…?”.

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“Bueno, ha funcionado con el Profe”, continuó Lily, sonando molesta. “Pero con solo el gas, volverá a levantarse y moverse en poco tiempo. Tuvimos la oportunidad perfecta, y la echamos a perder”.

Ante eso, Elna se dio cuenta del error que habían cometido.

Vindo había sido alcanzado por el gas después de todo. Prodigio o no, no había forma de que pudiera defenderse contra un ataque que no viera venir. Ese último contraataque suyo debe haber agotado hasta la última onza de fuerza que le quedaba. En realidad, apenas pudo moverse.

Él había aparentado aparentar ser derrotado.

Así es como luchaban los espías expertos, utilizando mentiras y engaños para salir de situaciones difíciles. Es una habilidad que les permitiría manipular a sus enemigos y llevar el ritmo a su favor, una habilidad que Tomoshibi no pudo aprender.

“Vamos, no nos castiguemos por eso”. Lily acarició la cabeza de Elna. “Al menos ahora sabemos algo. Pueden ser élites, pero siguen siendo humanos. Se pueden vencer igual que nosotras”.

“… Sí, tienes razón”.

“No corramos; acabemos con él. No debería pasar mucho tiempo antes de que venga tras nosotros”.

“……”.

Al escuchar las palabras de aliento de Lily, Elna fortaleció su determinación.

Dejar a Vindo así podría resultar en que más miembros fueran eliminadas una tras otra. Si él las emboscara, no habría nadie que pudiera enfrentarse a él. Este era el momento perfecto para enfrentarlo, con la emboscada a su favor. Era hora de noquear al mejor espía de todo el cuerpo estudiantil de la academia.

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“Tengo un plan”, dijo Elna. “Podemos usar el cachorro que Sara-oneechan me prestó. Él podrá advertirnos cuando Vindo se acerque”.

“Oh, así que finalmente es su momento de brillar”.

“Hay que cegarlo. Tengo esta linterna mejorada que hizo Annette”.

“Sí. Annette realmente puede hacer cualquier cosa,

¿verdad?”.

Elna ayudó al cachorro a bajar de su cabeza y le dio el cuchillo que Vindo había soltado para que lo oliera. Mientras tanto, Lily tomó la linterna de Elna y la encendió y apagó para asegurarse de que funcionara. Emitió una ráfaga de luz tan poderosa como la luz del día.

Ahora tenían una de las mascotas de Sara y una de las invenciones de Annette. Elna estaba lista para terminar el trabajo, e iba a usar las herramientas que le habían dado sus compañeras de equipo del escuadrón de especialistas para hacerlo.

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Lily asintió admirada. “Entiendo. Entonces, después de eso, ¿cómo lo vamos a rematar?”.

“¡Le arrojaremos lo que encontremos en la habitación!”. “¿Ese es tu plan?”.

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En ese momento, la nariz del cachorro se movió. Esa era su señal de que Vindo estaba allí.

Lily apuntó la linterna a la entrada de la habitación, y Elna tomó una sartén, un tazón de acero inoxidable y una tabla de cortar del fregadero y los arrojó.

Cuando Vindo entró corriendo desde el pasillo, apartó los utensilios de cocina y se acercó a Lily. Se movía tan rápido que todos sus esfuerzos por cegarlo fueron en vano.

Sin embargo, esa era precisamente la apertura que Elna estaba esperando.

“Nombre clave: Gujin—Es hora de darlo todo para asesinar”.

Ella tiró de la alfombra con toda la fuerza que sus piernas pudieron reunir. Y cuando lo hizo, el armario se volcó.

Para Elna, identificar un mueble que estaba listo para caer era pan comido, y eso fue precisamente lo que hizo el gran armario detrás de Vindo.

                 ”.

Incluso el grandioso Vindo quedó boquiabierto. Sus ojos se abrieron ampliamente, y Lily aprovechó completamente la apertura.

“¡Esta vez, eres mío!”.

Sin perder un momento, disparó su próxima ráfaga de gas venenoso. Una vez más, alcanzó a Vindo de lleno.

Elna se tapó la boca, ya segura del éxito de Lily.

Es imposible que pueda evitar respirar el gas…

Cuando las personas caían víctimas de desastres inesperados como ese, su reacción natural era jadear. Eso le daría a Vindo un gran bocado de veneno. Además, incluso si el veneno de Lily no fuera suficiente para derribarlo por sí solo, también tenía que lidiar con el desastre de Elna. De todas en Tomoshibi, Elna era la que más había dedicado esfuerzo a forjar sus lazos con sus compañeras de equipo.

Esa era la única cosa que Tomoshibi tenía y que Otori carecía—el tiempo que habían pasado juntas con Klaus.

¡Juntas, tenemos el entrenamiento que hemos acumulado con el Profe…! Elna se animó a sí misma.

El gas venenoso y los ataques con muebles cayendo se abalanzaron sobre Vindo al unísono. La cabeza de Elna le decía que habían ganado, y su corazón se elevaba ante la vista. No pudo evitar reaccionar de esa manera, a pesar de saber exactamente cuál era la artimaña de Vindo.

“Espero que hayan tenido un buen sueño”.

De repente, Vindo desapareció. La próxima vez que las chicas lo avistaron, estaba de pie junto a Lily como si hubiera estado allí todo el tiempo. Jadearon de sorpresa.

“Ya me mostraste ese ataque una vez. Todo lo que tengo que hacer para contrarrestarlo es no respirar”.

Vindo clavó sus cuchillos en el hombro y el cuello de Lily. “……”. Ella jadeó mientras el aire escapaba de sus pulmones y se desplomaba en el suelo. La linterna todavía encendida cayó de su mano y rodó junto a los pies de Elna.

“Sencillo”, dijo Vindo, sonando casi aburrido. “Sabía que si dejaba que el veneno me alcanzara, ustedes dos tratarían de contraatacar. Me ahorró un montón de tiempo”.

Había aparentado aparentar, aparentar ser derrotado.

Todo había sido parte de su plan. Había caído intencionalmente en su ataque, analizó sus técnicas y usó ese conocimiento para ganar la pelea.

“Lily-oneechan…”.

Lily había sido vencida, al igual que Grete antes que ella, pero eso no fue lo único que impactó a Elna. También estaba el asunto de las artes marciales de Vindo.

“Solo para que conste, si ustedes piensan que son las únicas que han recibido entrenamiento especial, están completamente equivocadas”.

Al escuchar las palabras de Vindo, el rostro de Elna palideció.

No fue porque nunca hubiera visto ese estilo de movimiento  antes.  Fue  porque  sí  lo  había  visto.  El

movimiento de Vindo fue tan increíblemente rápido que parecía teletransportación, y Elna lo reconoció al instante. Era el mismo estilo de movimiento de Klaus, el movimiento que había utilizado durante el clímax de su batalla contra Murasakiari en Mitario.

La pregunta era, ¿dónde había aprendido Vindo eso?

Elna se horrorizó. Sus compañeras de equipo estaban cayendo como moscas, y ahora ella estaba completamente sola. Klaus no venía a rescatarla, y no tenía idea de dónde estaba el resto de su equipo. Sus comunicaciones estaban caídas, así que no tenía forma de pedir ayuda. Y con la Ciudad Amurallada de Longchon que parecía un laberinto, no había forma de que viniera un salvador.

Un par de palabras salieron de sus labios. “Qué mala suerte”.

“… ¿De qué demonios estás hablando?”, dijo Vindo desconcertado. “¿Mala suerte? Por favor. Todo esto pasó por culpa tuya”.

“¿Qué…?”.

“¿Qué, crees que tienes una predilección por la desgracia o algo así?”.

“…………………………”.

Elna no entendía lo que estaba insinuando, así que todo lo que pudo hacer fue quedarse en silencio.

“¿En   serio   no   lo   captas?”,   Vindo   soltó   un   suspiro exasperado. “Bueno, parece que no. Eres solo una idiota.

Puedes rastrear toda la situación en la que te encuentras hasta tu propio error”.

“…………”.

“¿Y sabes qué provocó el fuego? Fue el recipiente de peces dorados que moviste”.

                          ”.

“Se llama incendio por concentración de luz. El vidrio curvado tomó la luz solar y concentró su calor en un solo punto. Eso fue lo que prendió fuego a la alfombra. Ardía mientras consumía el oxígeno en la habitación, pero cuando abriste la puerta, el efecto de backdraft9 lo encendió de nuevo. Eso fue lo que causó la explosión por la que fuiste lanzada”.

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                                  ”.

“La verdad es que debería agradecerte. Cuando te hiciste explotar, mi trabajo se volvió un millón de veces más fácil. Es patético, la forma en que vives tu vida arrastrando a tus compañeras de equipo con tus errores estúpidos. Tomoshibi tiene un punto débil, y eres tú”, declaró Vindo.

“Lo diré de nuevo: no eres desafortunada—eres una tonta que lleva la desgracia a su equipo”.

9 Un backdraft, también conocido como explosión por flujo reverso, es un fenómeno que ocurre cuando se introduce aire en un espacio cerrado con humo y gases a alta temperatura, lo que provoca una explosión.

Habían transcurrido noventa y dos minutos, y las palabras mordaces de Vindo acababan de destrozar el corazón de Elna.

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