Spy Kyoushitsu (NL)
Volumen 5
Capítulo 3: Mala Suerte
Parte 2
Elna resopló triunfalmente. “Sara me lo prestó. A partir de ahora, él puede protegerme”.
Los ojos del cachorro estaban alertas desde encima de Annette. Estaba claro que entendía cuán en serio se tomaba su trabajo. Él comprendía perfectamente lo amable que era su dueña Sara.
“Sara realmente es muy sobreprotectora”, dijo Lily con una sonrisa. Luego habló como si de repente recordara algo. “Pero en realidad, no puedo negar que has tenido una racha de mala suerte impresionante”.
“Sí”.
“Si no te importa, ¿puedes explicarme nuevamente cómo funciona tu condición? No es solo una predilección para la desgracia, ¿verdad?”.
Lily había escuchado la historia, aunque solo una vez. El verdadero y retorcido deseo de Elna era que buscaba castigo. Haber perdido a su familia en un incendio la había dejado con un caso catastrófico de culpa del superviviente. Subconscientemente, buscaba la desgracia para finalmente encontrar alivio.
Sin embargo, había muchas cosas de esa explicación que Lily no aceptaba completamente.
“Es difícil de explicar”, murmuró Elna tristemente. “Si fuera a hablar, tendría que empezar con mi familia. Pero no es una historia agradable”.
“….. ”.
Lily podía sentir las sombrías y dolorosas emociones que se escondían detrás de esas palabras. Se sentó junto a Elna y le apretó la mano. “¿Podrías intentarlo? Tómate todo el tiempo que necesites”.
Elna asintió levemente. “Para empezar, nací en una familia de aristócratas. La aristocracia fue abolida, así que solo éramos nobleza de nombre, pero aún éramos bastante ricos y conocidos. Pero debido a eso, había muchas personas crueles que nos tenían en la mira”.
Lily tenía una sospecha de que algo así era el caso, pero esta era la primera vez que Elna se lo contaba directamente. Siempre había algo sofisticado en la forma en que Elna se comportaba, y tenía sentido que fuera por su crianza. Claramente, la habían criado con gran cuidado.
Elna continuó débilmente. “Teníamos la tradición de pasar siempre la Navidad juntos. Mamá y papá compraban un montón de vino, mi hermano mayor preparaba los fuegos pirotécnicos, mi hermana mayor nos horneaba un pastel… Ese día no fue diferente. Tenía ocho años, era Navidad, y tarde esa noche, alguien lanzó una bomba Molotov en nuestra sala de estar”.
“Oh no. ”.
Las bombas Molotov eran prácticamente las armas más fáciles de producir para los civiles. A pesar de su simplicidad,
eran brutalmente poderosas. Incluso la gente los había usado para detener tanques en la Gran Guerra.
“Cuando supe lo que había sucedido, el fuego ya se había propagado, toda la mansión ardía y la única persona que escapó antes de que todo se quemara…” Elna movió tristemente la cabeza. “…fui yo”.
Lily jadeó. “¿Por qué alguien haría eso?”
“No lo sé. No hubo testigos y el culpable nunca fue atrapado. La policía dijo que probablemente quien lo hizo nos tenía envidia por ser ricos”.
“Ah”, respondió Lily.
Lily sabía muy bien lo caóticas que habían sido las cosas en Din después de la guerra. La gente en todo el país luchaba y se peleaba por el poco dinero que había, y el saqueo era común en las áreas urbanas a medida que las personas sin perspectivas laborales se reunían y formaban pandillas. En aquel entonces, simplemente ser rico era motivo suficiente para que la gente quisiera matarte. El mundo en el que habían nacido rebosaba de dolor, y la tragedia que se había llevado a la familia de Elna era solo otro ejemplo de eso.
El cachorro en los brazos de Elna emitió un pequeño gemido.
“Desde entonces, yo—”.
Elna miró hacia abajo con angustia, y Lily apretó su mano. “Espera. Tenemos un fisgón en el pasillo”.
Fue entonces cuando Annette habló.
Lily jadeó, corrió hacia la puerta y la abrió de golpe.
Vindo estaba parado justo afuera de la habitación. Estaba apoyado contra la pared con las manos en los bolsillos, luciendo tan engreído y mostrando una actitud relajada.
“En mi defensa, no planeaba escuchar a escondidas”. Les lanzó una mirada de desprecio. “Estaba esperando aquí en el pasillo a Culu, y escuché a alguien hablar sin el sumo cuidado. Solo me acerqué un poco porque sonaba interesante, eso es todo”.
Lily le devolvió la mirada con dureza.
Desde que sus misiones se fusionaron, Vindo y Culu pasaban mucho tiempo visitando la base. Claramente, estaban tratando de recopilar información sobre Tomoshibi.
“Sí, a eso se le llama escuchar a escondidas”. Dijo Lily con desdén, agitando la mano como para despedirlo. “¿Y de quién crees que es la culpa de que Elna se haya lastimado?”.
Intentó empujarlo fuera de la puerta. “No toquéis a Vindo-degozaru”.
En ese momento, una voz resonó desde el techo, y una cuerda se enredó alrededor de la mano extendida de Lily. Para cuando trató de sacudirla, ya era demasiado tarde, luego de esa cuerda aparecieron varias más. Al final, no pudo ni siquiera menear los dedos.
En un abrir y cerrar de ojos, Lily había sido completamente inmovilizada en cuestión de segundos.
Pronto, una chica descendió junto a Lily. Había estado oculta en el techo. Era de baja estatura pero se comportaba con gran elegancia. Su cabello rojo oscuro era largo y peinado hacia afuera, sus rasgos faciales andróginos eran sorprendentemente definidos, y miraba directamente a Lily con sus ojos penetrantes.
“¿Quién eres…?” preguntó Lily.
“Soy Lan, vasalla de Otori-degozaru. Es un gozo”.
Lily ya había escuchado ese nombre. Pertenecía al agente con nombre clave: Ukigumo7, clasificada en tercer lugar en el examen de graduación y una de los pilares centrales de Otori.
Con un gesto de desinterés, Lan señaló con el dedo y soltó las cuerdas que ataban el brazo de Lily. Luego pasó junto a Lily y miró a las chicas reunidas en la habitación. Suspiró. “Y pensar que alfeñiques como vosotras son de Tomoshibi. Es un desencanto-degozaru”.
Elna y Annette inclinaron la cabeza confundidas. Les llevó un momento entender lo que Lan quería decir.
Annette frunció el ceño. “Oye, ¿me llamaste enana?”.
Sus dedos se movieron y su falda se contorsionó. Una de sus invenciones estaba a punto de ser liberada.
“Cesad este embuste-degozaru”.
Sin embargo, Lan fue más rápida. Con un solo movimiento de su mano, detuvo a Annette. Su técnica era sorprendentemente rápida, y las cuerdas que se extendían
7 Nube vaga
desde sus dedos se enrollaron alrededor de los brazos de Annette casi como si tuvieran mente propia.
“Si detuviere tus acciones antes de que las emprendieres, ningún peligro representarías para mí”.
Annette abrió los ojos con sorpresa y se quedó inmóvil. “¡……!”
Lan la detuvo antes de que pudiera activar alguna de sus valiosas invenciones. Había sido completamente neutralizada.
Incluso Lily no pudo evitar sorprenderse por su habilidad.
“Detente, Lan”, intervino Vindo. “No estamos aquí para pelear por tonterías”.
“Hmph. Tenía toda la intención de quedarme al margen, pero esta—”
“Tú también eres algo pequeña”.
“¡Al menos tengo más altura que estas alfeñiques- degozaru!”, Lan exclamó. Pero después de un “Según lo desees, Hermano Vindo, así se hará”, soltó a Annette de sus cuerdas. Con eso, se dio la vuelta y se dirigió hacia la entrada de la base. “Perdón por el alboroto”, dijo Vindo antes de seguirla.
Las chicas de Tomoshibi no pudieron hacer nada más que mirar en silencio la partida de los miembros de Otori.
Habían sido completamente desviadas de la historia de Elna.
Después de salir de la base de Tomoshibi, Vindo y Lan abordaron un bote y regresaron al continente de Longchon. A mitad de camino, se dieron cuenta de que se les olvidó decirle a Culu que se iban, pero decidieron que no valía la pena preocuparse y compraron algunos shengjian bao (dumplings) y pollo frito. Cuando llegaron a su edificio de apartamentos en el centro, Vindo se aseguró de que estuvieran solos, luego le dio un fuerte golpe de karate en la cabeza a Lan con todas sus fuerzas.
“¡Eso duele-degozaru!”. Ella se agachó con lágrimas en los ojos.
“No reveles tus técnicas al oponente así como así”, le regañó Vindo.
“No fue sino inofensivo y divertido-degozaru”, protestó Lan, agarrándose la cabeza.
“… Además, ¿por qué hablas así?”.
“Es parte del disfraz-degozaru. Hay momentos en que los espías deben falsificar sus patrones de habla”.
“Ese tono solo te hace más llamativa”.
Lan no prestó atención a Vindo, eligiendo en su lugar murmurar “gozaru gozaru” mientras subían las escaleras. Vindo no insistió en el asunto.
Los miembros de Otori cambiaban regularmente sus apariencias y acentos como medida de seguridad, ya que uno de sus compatriotas había filtrado información sobre todos los espías en la República Din. Hasta el día de hoy, aún hay mucha incertidumbre sobre cuánta información de los mejores estudiantes de la academia se expuso.
“Es verdaderamente maravilloso-degozaru”, murmuró felizmente Lan. “Fue un camino arduo el que hubimos de recorrer. Tomar aquel examen de graduación apresurado, ser puestos en un equipo, enviados de inmediato al frente, perder a nuestra señora, y haber de cumplir las misiones en solitario… Y tú peleaste con más ahínco que todos nosotros, hermano Vindo. Mas ahora nuestra recompensa está al alcance-degozaru”.
“……”.
“Tendremos al más noble señor que haya, y luego emprenderemos misiones más arduas que cualesquiera otras. Es el mayor honor que un espía pueda recibir- degozaru”.
“No te adelantes”, respondió Vindo. “Nada está decidido todavía”.
Lan asintió con solemnidad y apretó los labios. Justo en ese momento llegaron a la habitación.
“Ya regresamos”, dijeron al entrar, a lo que recibieron varias respuestas. Todos los demás ya estaban reunidos allí, incluso Culu había regresado.
Había otras cuatro personas apretujadas en el pequeño apartamento. Algunos estaban sentados en la litera, mientras que otros yacían extendidos directamente en el suelo.
“Ooh♪”. Uno de los jóvenes suspiró encantado cuando Vindo empezó a repartir los bao envueltos en papel. “¿Estos son del restaurante Hyakuben, verdad? ♪ Me conoces tan bien, Vindo. Siempre salgo a comer con las chicas, así que hace mucho que no puedo hincarle el diente a una comida tan masculina y llena de ajo. ♪”
El hombre se llamaba Vics, nombre clave: Shouha.
Vics era un joven apuesto con un rostro tan infantil como el de un niño. Siempre estaba sonriente, lo que hacía completamente incierto si estaba elogiando a Vindo o siendo sarcástico.
A su lado, había una mujer envuelta en una manta con una expresión ausente en su rostro.
“¿En serio, Vics? ¿Fuiste a otra cita hoy? Debe ser agradable. Quiero que alguien me mime. Quiero dinero.
¿Alguien quiere darme algo de dinero?”.
Su nombre era Pharma, nombre clave: Hakoto.
El cabello de Pharma estaba despeinado por más de tres meses de descuido, estaba un poco rellenita y su boca entreabierta la hacía ver como una tonta, como si alguien hubiera tomado cada rasgo descuidado que pudieran imaginar y los hubiera empacado todos en una sola mujer.
Se apoyó contra las piernas del joven que había estado de pie en la esquina de la habitación.
“Vamos, Queneau, dame dinero. Báñame con montones y montones de efectivo. Si lo haces, tendrás un montón de beneficios. ¿No te alegraría ser mi benefactor? Soy una masoquista consentida8”.
“…No. No estoy interesado”, respondió de manera indiferente.
Su nombre era Queneau, nombre clave: Gaifu.
Queneau llevaba una máscara blanca que le cubría toda la cara. Era alto y barrigón, lo cual le daba una presencia imponente, y junto con la máscara daba la impresión de ser como un oso.
Con la llegada de los miembros faltantes, el alboroto se incrementó.
“…No”, dijo Queneau de nuevo. “Y ustedes también deberían rechazarla”.
“¿Quééé? Pero no puedo hacer nada sin dinero”, protestó Pharma.
“Vamos, Queneau ♪”, acordó Vics. “Deberías saber que nunca puedo decir no a una encantadora dama. ♪”.