Spy Kyoushitsu (NL)

Volumen 5

Capítulo 2: Artimaña

Parte 4

 

 

Ese algo resultó ser un abanico de hierro. De inmediato, Sara y Elna evadieron el ataque. Mientras saltaban a la izquierda, sacaron sus pistolas.

“¡Oh-jo! ¡Lo esquivaron!”, exclamó la mujer. Se quitó su atuendo de adivina ya desgastado para revelar su dogi rojo, la vestimenta usada por los practicantes de artes marciales tradicionales Ryukenses. Su largo cabello estaba atado en tres trenzas, dejando su amplia frente completamente expuesta. Por lo enérgica que se mostraba, probablemente era bastante joven, seguramente estaba en sus veinte. “¡Ataco a cualquier sospechoso que pase junto a mí, pero ustedes dos son las primeras en reaccionar a tiempo! Puedo darme cuenta que no son aficionadas. ¿Son agentes encubiertos del extranjero, acaso? Villanos que vienen a pisotear Longchon bajo sus botas. ¡Qué intrigante! ¡Creo que lo mejor será capturarlas para un interrogatorio!”. Después de hacer esa declaración unilateralmente, extendió los abanicos de hierro que sostenía en ambas manos. “¡Mi nombre es Reirin, orgullosa miembro de los Ocho Pilares de la Familia Joya!”.

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““………””.

Sara y Elna miraron con asombro a la mujer que se hacía llamar Reirin. Si la presentación que acababa de dar era cierta, eso la convertiría en miembro de la mafia de Longchon.

“…Parece que podría ser peligrosa”, dijo Elna.

“Se siente como si meternos con ella solo causaría problemas”, asintió Sara.

Por cierto, ambas estaban hablando en el idioma nacional de Din. Reirin era aparentemente una nativa de Longchon, así que no había peligro de que las entendiera. Reirin inclinó la cabeza, incapaz de comprender lo que decían.

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Sara y Elna retrocedieron y se prepararon para salir corriendo.

“¿Hmm? Me presento y tratan de irse sin dar sus nombres?”, Reirin frunció el ceño. “Qué descorteses. Supongo que deben ser espías. ¡Cobardes, eso es lo que son!”.

Sara veía poco sentido en prestarle atención. En cambio, le dijo a Elna su plan. “Y-Yo voy a disparar. Solo para asustarla un poco. Esa será nuestra oportunidad de escapar”.

No quería armar un escándalo, pero era más importante que se alejaran de esa mujer.

Sara sacó silenciosamente su pistola y la apuntó hacia Reirin.

“Hmph. ¡Más vale que no menosprecien a Reirin, orgullosa miembro de los Ocho Pilares de la Familia Joya!”.



A esa mujer parecía gustarle mucho presentarse. “¡Ya nos dijiste esa parte!”, Sara replicó mientras colocaba el dedo en el gatillo.

En el momento en que lo hizo, Reirin dio un salto hacia atrás y se escondió detrás de uno de los letreros. Con la agilidad con la que se movía, estaba claro que su dogi no era solo para lucir. Desde donde estaba, se desvaneció hacia el fondo de la calle.

Elna inclinó la cabeza. “¿Se escapó…?”.

Sara decidió no disparar y bajó su pistola. Si Reirin iba a huir por su cuenta, no tenían que esforzarse tanto para pelear contra ella.

“Parece que sí… Por ahora deberíamos huir tam—”.

Antes de que Sara pudiera terminar su oración, algo le golpeó en el hombro. “¡¿              ?!”, jadeó mientras el aire se escapaba de sus pulmones. Lo que acababa de golpearla era duro y contundente. Perdió el equilibrio y se desplomó de rodillas.

“¿Sara-oneechan, estás bien?”, exclamó Elna.

Sara no había visto ni un destello del ataque. Sin embargo, sabía de qué dirección venía.

“…D-Detrás de nosotras”, jadeó.

Ambas se voltearon al mismo tiempo, solo para encontrarse con Reirin sosteniendo su abanico de hierro en posición de ataque.

“¡Muy lentas, irrespetuosas!”.

Antes de que Reirin tuviera la oportunidad de bajar su abanico, Sara rápidamente hizo un mortal hacia adelante evitando el peligro. Su entrenamiento en combate con Monika estaba dando sus frutos. Luego tomó la mano de Elna y comenzaron a correr.

Se dirigieron por el sinuoso camino de la colina, girando en lo que parecía un consultorio dental y cruzando una calle llena de tiendas pequeñas. Había un letrero que bloqueaba el camino, lo cual era bastante molesto considerando la prisa que tenían.

“¿Qué fue eso…?”, preguntó Elna mientras corrían. “Parpadeamos, ¡y ella ya estaba detrás de nosotras!”.

“Y-Yo no lo sé”.

Esa era precisamente la cuestión: los movimientos de Reirin no tenían sentido. En un momento, había desaparecido frente a ellas, y al siguiente, estaba justo detrás. Ningún humano podría haber cubierto tanta distancia tan rápido a pie. Simplemente no era posible. Sara ni siquiera había tenido tiempo de preparar su pistola.

Mientras Sara se preocupaba, Reirin salió de detrás del letrero de LIU XIONG BOOKS directamente frente a ellas.

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Elna y Sara se detuvieron en seco.

Una vez más, Reirin se había movido de manera imposiblemente rápida, y esta vez, les había cortado el paso.

“Es un arte llamado encogimiento de la tierra”. Reirin rio con orgullo ante la confusión de las chicas. “Lo aprendí después de años de entrenamiento, y ahora todo lo que tengo que hacer es encoger la tierra y conectar su ubicación con la mía. Es una técnica trivial; cualquier miembro de los Ocho Pilares de la Familia Joya puede hacerlo”.

Luego, agitó fuertemente sus abanicos hacia un lado.

En ese momento, todavía había unos tres metros entre ella y las chicas.

“¡Con esto, mis ataques pueden trascender la distancia!”.

Un dolor sordo atravesó la rodilla de Sara. Algo la había golpeado de nuevo, y esta vez, venía desde el costado. Un golpe desde un ángulo inesperado, imposible de ver.

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“No pueden escapar de mí. ¡Y sepan que yo, Reirin, no ofrezco piedad a aquellos que profanarían mi amada patria!”. Reirin preparó sus abanicos. Se estaba preparando para hacer ese ataque invisible de nuevo.

Sara habló tan alto como pudo reunir fuerzas. “N-No tenemos intenciones dañinas hacia este país. Solo somos un par de turistas con un poco de entrenamiento en combate, eso es todo. Y esta pistola es solo para defensa propia…”.

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“¡Si piensas que voy a creer eso, piénsalo de nuevo! Ustedes, espías, son una pandilla vil; mienten tan fácilmente como respiran”.5

“¡……!”.

“Aunque admitiré que puedo ver que me tienen miedo”.

Reirin sonrió con malicia. Cuando un verdadero miembro de la mafia decidía eliminar a alguien, no se andaba con rodeos. Sara no iba a poder inventarse una salida de esta.

Debería haberlo pensado más… debería haber considerado en qué tipo de operación estaba el jefe.

Ya sabía que su misión actual involucraba a la mafia de Longchon. Al seguirlo tan descuidadamente, habían entrado directamente en territorio controlado por la mafia.

“¡Igh!”.

Al lado de Sara, Elna apuntó su pistola a Reirin.

Reirin sonrió burlonamente. “Aunque te tomes tu tiempo, nada cambiará”.

Antes de que Elna pudiera apretar el gatillo, Reirin dio una voltereta detrás del letrero. El área estaba llena de cosas que podía usar como cobertura, y se movía como si conociera perfectamente este espacio lleno de obstáculos.

“¡Ahora es nuestra oportunidad! ¡Corre!”.

Sara agarró el brazo de Elna y salió corriendo una vez más. Avanzaron por el sinuoso camino de la colina. Había letreros

5 ¿Entonces hablan distinto idioma o no? ¿O lo dijo simplemente al aire intentando adivinar que ponían una excusa? Ya veremos dijo el ciego.

por todas partes, y la visibilidad era pobre. Debido a todas las cuerdas de ropa que los residentes de los edificios habían colgado, el área apenas recibía luz solar.

Muy probablemente, Reirin se estaba moviendo para cortarles el paso nuevamente. Sara no sabía si su habilidad de encogimiento de la tierra era real, pero de todos modos, definitivamente tenía algún tipo de técnica de movimiento que no podía entender.

La respiración de Sara se volvió irregular mientras corría con esfuerzo. Su herida le dolía, pero no tenía más remedio que soportarlo.

Estoy segura de que la señorita Thea podría haber encontrado la manera de negociar como para evitar una pelea… La señorita Grete podría haber usado sus disfraces para escapar… Y dudo que la señorita Monika o la señorita Sybilla hubieran perdido contra ella en una pelea…

No pudo evitar pensar en los miembros que no estaban aquí. No tenía las herramientas para escapar de este dilema. Esa era la dolorosa verdad, y no lo soportaba.

Entonces, Elna agarró a Sara por la manga. “Detengámonos aquí”.

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¿Eh? No tenía sentido para Sara. El lugar que Elna había elegido para detenerse tenía una visibilidad terrible. El camino era estrecho y los edificios tenían todo tipo de letreros que sobresalían. Dado que estaban contra una artista marcial que le gustaba aparecer desde ángulos inesperados, esperarla allí parecía una idea terrible.

Poco después, Reirin hizo su aparición, persiguiéndolas saltando de un letrero a otro como si volara por el aire. Efectivamente, su movimiento seguía siendo increíblemente rápido. Agitó sus abanicos desde una buena distancia.

Elna se apoyó en Sara. “Cualquiera que te intimide tendrá que vérselas conmigo”.

Se arrojaron juntas al suelo, tomó su pistola con ambas manos y disparó.

La onda de choque de la explosión golpeó a Sara de frente. El arma de Elna era un enorme revólver y su bala magnum atravesó el aire. El cuerpo de Elna era demasiado pequeño para resistir la fuerza del disparo y con un “¡Ay!”, se desplomó hacia atrás.

Sara la atrapó suavemente mientras caía.

Arriba, Reirin retrocedió un poco ante el estruendoso rugido del arma, pero pronto se burló con una mueca. “¿A dónde apuntabas—?”.

“Nombre clave: Gujin—Es hora de darlo todo para asesinar”.

En el momento en que los labios de Elna se movieron, se escuchó un sonido de metal crujiendo. Podría haber sido debido al impacto de la bala magnum o a las ondas sonoras de la descarga del arma, pero de todos modos, los gastados y fatigados letreros de hierro estaban en su límite. Una avalancha de letreros circundantes se desplomó.

“¡¿Qué…?!”.

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Los ojos de Reirin se ensancharon y se alejó rápidamente.

Eso fue lo último que Sara vio de ella. También quedó impactada y envolvió sus brazos alrededor de la cabeza de Elna, protegiéndola. Por otro lado, Elna simplemente miraba tranquilamente hacia arriba. No mostraba signos de alteración.

Sara recordó la habilidad de Elna.

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Elna era tan intrapunitivo y atraída por la desgracia que había adquirido la capacidad de percibir malos presagios antes de que ocurrieran. Por eso disparó ese tiro, se dio cuenta de que los letreros estaban a punto de colapsar.

El sonido del metal aplastándose resonó mientras los letreros continuaban cayendo a su alrededor. Sin embargo, ni uno solo aterrizó sobre Sara.

Cuando el ruido finalmente se detuvo, Sara levantó tímidamente la cabeza. Había una montaña de escombros que las rodeaba por todos lados.

“¡~~~~~~~!”.

Sara dejó salir un grito inaudible. No importa cuántas veces viera la habilidad de Elna en acción, nunca dejaba de inspirar asombro.





Estaba un poco preocupada de que Reirin pudiera estar muerta, pero no vio el cuerpo debajo de los letreros, solo algunos fragmentos del atuendo de Reirin. No parecía que la hubieran aplastado, así que probablemente se había retirado por el momento.

“Bueno, parece que estamos a salvo por ahora”, dijo Elna. Luego, un último perno cayó del cielo y le golpeó en la cabeza con un gran golpe. “Qué mala suerte…”, gimió mientras se encorvaba.

“S-Sí, tienes razón. Reirin se ha ido por ahora, así que también deberíamos alejarnos”.

Reirin era una hábil artista marcial. Sara no sabía quiénes eran los Ocho Pilares de la Familia Joya, pero parecían ser problemáticos.

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