Spy Kyoushitsu (NL)
Volumen 5
Capítulo 1: Encuentro
Parte 7
“Por supuesto”.
“Muchas gracias. Seré breve”.
Vindo inclinó ligeramente la cabeza y se puso frente a Klaus. Después de pasarse una mano por el cabello, fijó su mirada en Klaus con un aire de gran formalidad.
Y en cuanto a las siguientes palabras que salieron de su boca…
“Tu equipo es basura. Son peores que inútiles”.
Culu era buena con las palabras.
Desglosó las misiones de Otori en términos fáciles de entender. Algunas de sus historias mantuvieron en suspenso a las chicas, y otras las emocionaban, pero resultaron educativas. Una de las cosas importantes que hacía que Otori funcionara tan bien, era la amistosa rivalidad entre compañeros, y las chicas de Tomoshibi quedaron cautivadas por cómo los miembros de Otori competían entre sí.
“Eso es más o menos todo” dijo Culu tímidamente una vez que terminó.
Lily, que había estado escuchando atentamente y tomando notas justo a su lado, se puso de pie—
“¡Eso fue increíble! ¡Siento que aprendí mucho!”—Luego agarró la mano de Culu y la sacudió con fuerza.
El resto de las chicas también habían estado absortas. Elna aplaudió suavemente a Culu, y el ojo de Annette brilló como si acabara de encontrar un juguete divertido. Le entregó a Culu una pistola de cacahuetes hecha por ella misma, aparentemente como forma de agradecimiento.
“Saben, es extraño”. Culu acarició la cabeza de Annette como si fuera la de un niño. “Nunca hubiera esperado encontrarme con compatriotas tan lejos de la academia. Tal vez es cosa del destino…”.
“Ahora que lo mencionas”, preguntó Lily, “¿fuiste a la misma escuela que alguien de Tomoshibi?”.
Para aclarar, cada miembro de Tomoshibi había venido de una escuela diferente.
Culu inclinó la cabeza. “Ummm, no estoy segura…”.
“Por cierto, las tres chicas que no están aquí en este momento son Manamusume, Hyojin y Sougen”.
“No deberías dar tanta información así como así…”.
Después de regañarla ligeramente, Culu miró hacia arriba—
“Pero sí, creo recordar que había una chica llamada Manamusume. Aunque no interactuamos mucho”.
—y luego respondió.
Su respuesta tenía mucho sentido para las chicas. Lo más probable es que haya otras personas en Otori que hayan estudiado en la misma escuela que las de Tomoshibi.
Culu acarició sus flequillos, luciendo un poco melancólica. “¿Oigan?”.
“¿Eh?”.
“¿No desean regresar a algún lugar más seguro?”.
Una pregunta inesperada, las miradas de las chicas se inclinaron al mismo tiempo.
“Recién me di cuenta otra vez”, explicó Culu. “Todas ustedes son buenas personas. No quiero que mueran. Quiero que vivan”.
Lily aún no estaba segura de hacia dónde iba con eso. “Eh… Sí, obviamente es mejor estar a salvo”. Respondió de manera evasiva.
“¿Verdad que tengo razón?”, Culu asintió aliviada. “Oh, estoy tan contenta”.
Fue entonces cuando Sybilla se dio cuenta de que algo no estaba bien. ¿Hmmm?
Podía sentir un escalofrío ominoso recorriendo toda su piel.
Estaban los niveles exagerados de odio que Vindo había mostrado hacia su enemigo durante la misión conjunta. Estaba la mirada de tristeza que mostró Culu cuando le contaron sus fracasos. Y el jefe de Otori nunca aparecía, incluso cuando estaban coordinando sus misiones. ¿Cuál era la respuesta detrás de estas anomalías?
Antes de que Sybilla decidiera actuar, Thea se adelantó. “¿Te importa si te pregunto algo?”, interrumpió a Culu con una pregunta. “¿Qué tipo de persona es el jefe de Otori?
¿Qué está haciendo en este momento?”.
“Adi conocida como ‘Enkuu’”, respondió Culu. “No puedo pensar en una mujer a la que admire más. Era ingeniosa, alegre y simplemente una persona maravillosa en todos los aspectos”.
“¿‘Era’?”.
“Falleció. Hace dos meses”.
Las chicas de Tomoshibi se quedaron sin palabras. Esa “buena mujer” que Vindo le mencionó a aquella secretaria de la fábrica, resultó haber sido la jefa de Otori.
Lo primero que sintieron fue compasión hacia ellos.
“Así que han estado operando sin un jefe todo este tiempo”, preguntó Lily preocupada.
“Sí”, dijo Culu. “Din ha estado bastante corto de personal últimamente como para asignarnos un nuevo jefe, así que todos hemos estado trabajando juntos para llenar los vacíos. Y Vindo es quien más ha asumido esa responsabilidad. Ha estado trabajando muy duro y poniendo a prueba sus habilidades de liderazgo”.
“…Eso debe ser estresante para él. No es de extrañar que sea tan estricto”.
“Sí, así lo creo. Pero no se preocupen. Estamos por solucionar ese detalle”. Había algo profundamente sospechoso en la forma en que Culu se quitó las gafas. Parecía que se burlaba de ellas, como si hubiera terminado de comprar todo el tiempo que necesitaba. “Acabamos de encontrar a alguien genial—alguien perfectamente adecuado para convertirse en nuestro nuevo jefe”.
Al escuchar eso, las chicas finalmente comprendieron. Vindo se había ido hacía un rato y aún no había regresado.
Sybilla tomó la delantera en lo que las chicas corrían hacia el estudio de Klaus. Entraron a toda prisa que parecía iban a tumbar la puerta, saltaron y cayeron al suelo enredándose entre ellas.
Dentro, Vindo las miró con frialdad. “Realmente son un grupo ruidoso”.
Él tenía ambas manos en los bolsillos, y todo en su postura parecía irradiar desprecio.
Frente a él, Klaus fruncía el ceño. Su rostro era el de un hombre que acababa de recibir noticias incómodas.
Las chicas se pusieron de pie y fulminaron a Vindo con la mirada.
“Parece que han descubierto de qué se trata”, dijo él, diciéndolo como si no pasara nada.
“Acabamos de terminar nuestras negociaciones. Kagaribi se convertirá en el nuevo líder de mi equipo”.
Las chicas contuvieron la respiración al darse cuenta de que sus sospechas se habían confirmado. Al mismo tiempo, la rabia comenzó a surgir en su interior por la forma tan casual en que el nombre clave de Klaus sonaba al salir de la boca de Vindo.
Lily dio un paso adelante. “P-Pe… pero, ¿por qué…?”.
“No deberían sorprenderse”, dijo Vindo con una voz gélida. “Más bien, es una decisión lógica. Kagaribi debería asociarse con espías más capaces. No con ustedes, que son una carga constante”.
No había deleite en las palabras de Vindo. La mirada que arrojó a las chicas era intensa y feroz.
Sus palabras habían impactado a Tomoshibi justo donde más dolía, y sus corazones dolían aún más por haberlo sabido desde el principio.
Lo mejor para la patria habría sido que Klaus se centrara por completo en sus propias misiones, pero tal como estaban las cosas, ocupaba gran cantidad de tiempo entrenando a las chicas y limpiando los errores. Apenas era un trabajo adecuado para el espía más poderoso de la Oficina de Inteligencia Extranjera, pero las chicas habían ignorado ese hecho y continuaron aprovechándose de su amabilidad.
“P-Pero…”, tartamudeó Lily. “Aunque eso sea cierto, ¿por qué ustedes deberían quedárselo?”.
“Otori es mucho más capaz que Tomoshibi. Creo que hemos dejado eso perfectamente claro”.
Se refería a lo que pasó la noche anterior. Él y Culu habían completado una misión con facilidad cuando Sybilla y Elna no lo habían logrado.
“Fallaron en una misión tan simple, una de ustedes quedó inconsciente y las pusieron a todas en peligro, y Kagaribi tuvo que esforzarse para ir a rescatarlas. Si eso no cuenta como carga, entonces no sé cómo llamarle”.
Elna hizo un gesto incómodo.
“Luego entramos y lo resolvimos todo por nuestra cuenta.
¿Qué otra prueba podría necesitar?”.
“Era tu objetivo desde el principio, ¿verdad?”, Sybilla estalló de inmediato. “Y cuando dijiste ‘Me encargaré en lugar de tu amiga rubia fuera de combate’ ¿Quedó en nada? Parece que estabas aprovechándote de eso”.
“Es tu culpa por dejarte engañar”, dijo Vindo, haciendo un gesto grosero con la barbilla. “A partir de este momento, somos los mejores espías de la nación cuya información no ha sido filtrada al Imperio Galgad. Lo mejor para nosotros sería que Kagaribi se uniera a Otori. Es tan simple como eso”.
“S-Si me disculpan”. Esta vez, fue Culu quien habló desde detrás de las chicas. “Esto realmente no es tan malo como suena. ¿Qué les parece si Tomoshibi se toma un descanso de luchar en la primera línea por un tiempo? Han mejorado mucho, pero sus habilidades aún son bastante inestables, y eso las pone a todas en mucho peligro”.
Siguió hablando.
“Deberían considerar volver a sus escuelas”.
Su tono sonaba casi consolador, como si estuviera tratando de mostrar que no había sentimientos hostiles. Que no era nada personal—solo eran negocios.
Esa actitud hizo que los cuerpos de las chicas se llenaran de ira. ¿Han ‘mejorado’? Culu no las veía como iguales. Probablemente estaba disfrutando de su superioridad con todos esos halagos, y la forma en que las miraba como a niñas malcriadas les resultaba muy molesta a todas ellas.
“P-Profe, ¿qué piensa de todo esto?”, dijo Lily, forzando la conversación en una nueva dirección. “¿De verdad aceptará esas tonterías?”.
Mientras Vindo y las demás hablaban, Klaus había estado en silencio, escuchando. Los corazones de las chicas se hincharon. Seguramente, Klaus rechazaría la propuesta de Vindo y Culu y declararía que iba a seguir siendo el jefe de Tomoshibi.
“Por lo menos…”. Sin embargo, la expresión de Klaus era firme. “…He dado luz verde”.
“¡ !”.
“De hecho, lo que él dice tiene sentido. Que yo me convierta en el jefe de Otori es la mejor opción que tenemos disponible en este momento. Es de interés de nuestra nación emparejar al jefe más hábil con los subordinados más hábiles y hacer que completen misiones juntos”.
Había una oscuridad sombría en los ojos de Klaus que ninguna de ellas había visto antes.
“Y en cuanto a lo que harán una vez que ya no tengan un jefe, regresar a sus escuelas por un tiempo podría no ser una mala idea”.
Las palabras que salían de su boca eran frías como el hielo. Las chicas prácticamente podían sentir un escalofrío recorriendo sus espaldas.
Esa era la posición de Klaus, como espía, respetaba la legitimidad del argumento de Otori.
“Ya me han proporcionado una compensación también. Vindo me mostró una técnica que Tomoshibi estaba careciendo. Debo decir que fue fascinante escuchar su punto de vista. Compartir sus hallazgos con ustedes será mi regalo de despedida para todas”.
“Así es”, dijo Vindo con un breve asentimiento. “Ya hemos terminado nuestras negociaciones. Si no les gusta, entonces presenten una razón racional y lógica para convencernos de lo contrario. Vamos, usen palabras que podamos entender como espías”.
Las miró con desprecio.
“Y si no pueden… entonces entreguen a su jefe”. “……”.
Las chicas tragaron saliva mientras las palabras se negaban a salir. Querían arrojarle todo a la cara a Vindo, pero ese deseo no les sirvió de nada más que hacer que sus cabezas se calentaran aún más.
¿Qué debían decir?
¿Que tenían una buena sinergia con Klaus? No. No tenían forma de demostrar objetivamente eso, ni podían refutar la posibilidad de que Klaus también podría tener buena sinergia con Otori. ¿Que habían completado Misiones Imposibles con éxito? No. No después de los tres meses que acababan de pasar fracasando una y otra vez y arrastrando a Klaus con ellas. ¿Que tenían miembros habilidosos como Monika y Grete? No, eso sería un movimiento pobre. Eso solo resultaría en que Monika y Grete también fueran transferidas a Otori.
No podían encontrar argumentos propios de espías. Pero si no hacían algo, Tomoshibi se iba a desmoronar.
Klaus iba a dejarlas, y todas iban a separarse cuando regresaran a sus escuelas. Incluso solo imaginarlo era suficiente para que la tristeza las recorriera como si alguien hubiera hecho un agujero en sus corazones. Sin embargo, no encontraban formas de refutarlo, y todo lo que las chicas pudieron hacer fue mover sus bocas en silencio.
Vindo habló, se le veía aburrido. “Parece que no tienen ningún argumento en contra. En ese caso, me pondré en contacto con nuestros superiores y les recomendaré que—”.
“Oh, claro que lo tenemos”.
Una voz clara y resonante hizo una ruptura al silencio.
“Realmente estás tratando de acelerar esto, ¿verdad? Los hombres impacientes no son mi tipo”.
Una sonrisa indomable reposaba en los labios de Thea. Se apartó el cabello, dio un paso adelante, e hizo a un lado a Lily.
“Hmph”. Vindo alzó la barbilla. “¿Qué quieres decir?”. “Una charla de espías. Y es lógica, tal como a ti te gusta”. “Continúa”.
“No tenemos justificación. El profe es todo tuyo.
Adelante, hazlo jefe de Otori”.
Cada chica presente veía con ojos horrorizados a Thea.
Vindo la miró con un ceño fruncido sin ánimos de confianza. “Eres muy perspicaz. Parece que tienes algo en mente, pero…”.
“Oh, ni lo menciones”. Thea sonrió suavemente. “Solo quiero preguntar, ¿qué piensas hacer con la adaptación?”.
“¿Adaptación?”.
“Así es. Sybilla y Lily, ¿pueden darme los papeles que recibieron anoche?”.
Al principio, Sybilla no entendió qué estaba haciendo Thea, pero cuando metió la mano en su bolsillo, finalmente lo entendió. Lily sacó su papel también.
Thea tomó los papeles y se los entregó a Vindo. “Estas son las instrucciones que el Profe les dio anoche”.
“¿Instrucciones?”.
“Una vez que las leas, creo que entenderás por qué es necesario un proceso de adaptación”.
En los papeles, había algunos consejos extraños.
Roba como un arcoíris cuando cruza la luna.
Sé como la luna llena, completa contigo misma.
“…………… ¿Qué?”. Vindo frunció el ceño.
Cuando Culu miró los papeles, sus ojos se abrieron ampliamente, “¡Vaya!”, exclamó.
“Cuando se trata de explicar cosas, el profe es pésimo”, declaró Thea triunfantemente.
Esa era la gran debilidad de Klaus: su incapacidad para transmitir adecuadamente los detalles de cosas como las técnicas de espionaje. Naturalmente, tampoco era bueno dando órdenes concretas durante las misiones.
“¿Qué dices?”, preguntó Thea con una sonrisa.
Vindo apretó las instrucciones en su mano, luego giró en silencio. “¿Realmente escribiste esto, Kagaribi?”.
“Así es”.
“¿Son poemas?”.
“Es un consejo que les dejé”.
“¿Por qué lo codificaste entonces?”. “No lo hice”.
“………………”.
Por una vez, las chicas no pudieron evitar sentir lástima por Vindo. Esto lo tomó por sorpresa.
Thea explicó amablemente, asegurándose de plantearlo bien como si le estuviera haciendo un favor a Otori. “Hay algunos trucos que necesitan saber si quieren trabajar con el Espía más Fuerte del Mundo. ¿Qué les parece si trabajamos juntos hasta que la misión termine? De esa manera, podemos ayudarte a ponerlos al día”.
Vindo se sumió en sus pensamientos, alternando la mirada entre Klaus y las instrucciones, finalmente soltó un pequeño suspiro y chasqueó la lengua.
“… Está bien. Lo haremos a su manera”.
“Maravilloso. Te enseñaremos todo lo que necesitas saber”, respondió Thea.
“Espero mucho de ti”, dijo Vindo. “No pasará mucho tiempo hasta que tengamos esa misión terminada”.
La provocadora afirmación de Vindo hizo que los ojos de Thea se contrajeran levemente, pero eso fue todo. Se negó a perder su posición amigable.
“Diría que esta conversación ha terminado”, dijo Vindo. Se dirigió a salir del estudio. En su camino hacia la puerta, chocó miradas intensas con Sybilla y Lily.
Culu lo siguió un paso atrás. “No es nada personal, en serio”.
Entonces, Thea dijo. “Por cierto, solo hay una cosa que quiero confirmar”.
“¿Ah, sí?”, Vindo se detuvo en seco. “¿Qué quieres saber?”.
“Oh, es solo un pequeño detalle. Pero si, hipotéticamente, Tomoshibi es capaz de demostrar que somos mejores que Otori durante el período de adaptación, estoy segura de que podemos estar de acuerdo en olvidar por completo todo este asunto de llevarte al Profe. Después de todo, habrías perdido toda la base para tu argumento”.
“Es un punto irrelevante. Eso nunca podría suceder ni en un millón de años”.
Después de ese último enfrentamiento verbal, Vindo y Culu dejaron la propiedad.
El sonido de la puerta principal cerrándose resonó de manera sorprendente alto.
““““……………………………. ””””.
Poco a poco, empezaron a comprender el significado de las palabras intercambiadas entre Thea y Vindo.
Eventualmente, Thea soltó un gran suspiro y sonrió. “Confío en que manejé eso de la manera que esperaba, Profe”.
“Así es, Thea. Fue magnífico”.
Las chicas se abalanzaron hacia Thea con entusiasmo, gritando: “¡Theaaaaaaaaaa!”. Lily la rodeó por el cuello, Sybilla le dio palmaditas en el hombro, y Elna y Annette presionaron sus cabezas contra su estómago.
Había ejecutado su jugada a la perfección.
Todas las chicas podían sentirlo: todavía tenían un pequeño rayo de esperanza. Habían logrado ganar algo de tiempo y evitar el peor escenario de perder a Klaus en ese mismo momento. Uno de los principios básicos de la negociación es que debes encontrar puntos en común en lugar de vencer verbalmente al otro lado, y Thea lo había logrado con excelentes resultados. Por ahora, Klaus seguía siendo el jefe de Tomoshibi.
Klaus aplaudió. “Hiciste un fantástico trabajo. Si yo hubiera intentado hacer eso mismo que hiciste, habría parecido poco natural”.
“Se lo dije, ¿verdad? Cuando dije que iba a convertirme en su compañera, lo dije en serio”, declaró Thea, sonando encantada consigo misma. “Si no pudiera mantener la armonía con usted en cosas como esta, ¿cómo podría esperar quedarme a su lado?”.
Después de eso, las chicas tocaron y acariciaron el cuerpo de Thea durante un tiempo, hasta que Lily y Annette eventualmente se emocionaron demasiado y la enfadaron al hacerle cosquillas en los costados.
Después de disfrutar de un ambiente festivo, Sybilla levantó la cabeza. “Ha-Hay una cosa que no entiendo”, dijo, volviendo su mirada hacia Klaus. “Dime, ¿en qué estás pensando? ¿De verdad estás pensando en unirte a Otori?”.
Al escuchar su pregunta, el resto de las chicas dijeron “Ah”, y detuvieron su alboroto. Sybilla tenía razón. Habían aplazado el problema, pero aún no habían resuelto nada.
Klaus asintió. “…Sí, supongo que sí, porque soy un espía. Y tengo el deber de proteger a la nación que Homura amaba. Si esa se considera la mejor opción, estoy preparado para dejar de lado mis sentimientos personales y hacerme cargo de Otori. Si eso sucede, y ustedes se quedan sin un jefe, entonces lo mejor podría ser que regresen a sus escuelas”.
“Eeeh”, Elna, al lado de Sybilla, bajó la cabeza.
Las demás entendieron demasiado bien cómo ella se sentía. Entendían que era capricho de ellas, pero aun así, no querían aceptar que esto estaba sucediendo. La idea de que Klaus se fuera y el equipo se deshiciera era simplemente impensable. Si hubiera algo que pudieran haber dicho para retenerlo, lo habrían hecho, pero—
“Pero recuerden esto. Cuando formé por primera vez mi equipo, no elegí a ninguno de Otori. Las elegí a ustedes”, dijo Klaus con decisión. “Y a partir de ahí, las entrené yo mismo. ¿Ahora estos recién llegados creen que son mejores que ustedes? Ni soñando. Lo único que tienen que hacer ahora es salir y demostrarles que se equivocan. Úsenlos como combustible para su crecimiento”.
Sybilla se dio cuenta de que lo había estado viendo todo de manera equivocada. Había una forma de evitar ese horrible futuro. Lo único que tenían que hacer era demostrar una cosa durante el período de adaptación: que eran las que merecían ese lugar junto a Klaus.
“¡Por supuesto!”, dijo Lily, sonando extrañamente emocionada. “Oh, estoy encendida. ¡Contemplen el despertar de Lily, la Fracasada Extraordinaria!”.
Sybilla apretó los puños. “¡Sí! Tal vez haya estado en una racha de derrotas, ¡pero aquí se acaba!”.
Las dos chocaron los puños mientras las demás también empezaban a unirse.
“Todavía tengo montones y montones de bromas que quiero probar contigo, Aniki”, canturreó Annette.
“¡N-No lo permitiré!”, declaró Elna. “Si quieren llevarse al Profe lejos de mí, ¡entonces se toparán con algo en el camino!”.
“No se preocupe, Profe”, dijo Thea, poniendo una mano sobre su pecho. “Derrotaremos a Otori frente a usted. Je, je. Después de todo, no querría usted estar alejado de mí,
¿verdad? Porque le cautiva mi deslumbrante cuerpo y no puede evitar pensar en formas de llevarme a mí y a Grete a su cama para—”.
“Si pudieras evitar hacer esos comentarios sexuales, serías respetable”.
“¡Soy respetable!”.
“Ese espíritu de rebelión inquebrantable que todas ustedes poseen, es su arma principal y fundamental”.
Las chicas estuvieron de acuerdo con sus palabras. Perder no era una opción. Tenían su orgullo. No podían permitirse perder a Klaus, y no iban a volver ni muertas a esas escuelas.
Era hora de ganar, y si tenían que derrotar oponentes de élite de la escuela para lograrlo, que así sea.
“La información que necesitan para vencer a Otori la acabo de obtener hace un momento”, la voz de Klaus era firme y decidida. “Hay una lección final que las escuelas para espías dan, una que nunca tuvieron la oportunidad de tomar. Y se trata de un estilo de lucha de espionaje llamado artimaña”.