Spy Kyoushitsu (NL)
Volumen 5
Capítulo 1: Encuentro
Parte 4
Fueron abrumadas en fuerza física.
2 Ave en vuelo | ¿Ave de rapiña?
A pesar de ser tres contra uno, fueron superadas. Fueron descuidadas, y el joven aprovechó eso al máximo.
Les lanzó una mirada desafiante mientras yacían en el suelo. “Son muy molestas. Puede que el mundo prescinda de unas cuantas como ustedes”.
En su mano sostenía un cuchillo. Giró la hoja hacia Sybilla.
“Empezaremos contigo”.
Sin dudarlo ni un momento, balanceó su cuchillo en dirección a ella.
“¡Vindo, espera!”.
Detuvo el cuchillo justo antes de mandarlo directo a la garganta de Sybilla.
Ella sudaba frío a chorros. Lo que acababa de experimentar era la inconfundible imagen de la muerte.
Su corazón latía fuera de su pecho.
Si este tipo hubiera querido—
Ella se lo podía imaginar.
—me habría matado. Justo en ese momento.
Sus rodillas temblaban. Aun así, levantó la mirada para evaluar la situación.
Alguien más acababa de unirse a ellos en el callejón.
Era una joven con grandes anteojos. Su cabello verde jade estaba atado en una cola de caballo, y la expresión en su rostro era decidida y firme. Era la otra conserje de la zona administrativa.
“Esas chicas no son nuestras enemigas”, dijo. “Somos del mismo bando”.
“¿Oh? ¿En serio?”. El joven llamado Vindo frunció el ceño. “Esto es aún más absurdo”. Guardó su cuchillo.
La chica de cabello verde jade soltó un profundo suspiro, como si el aire saliera desde el fondo de sus pulmones. “Oh, gracias al cielo que te detuviste a tiempo… Casi apuñalas a una de nuestras aliadas”.
Vindo le lanzó una mirada fría a la mujer. “Cállate, Culu3. Incluso si no hubieras intervenido, me habría detenido de igual forma”.
“¿Eh?”.
“Arriba. No creo que sea necesario que te lo diga”.
Siguiendo la indicación de Vindo, miró hacia el techo del edificio.
Klaus estaba de pie allí.
Sostenía una pistola en una mano y un cuchillo en la otra. Traía su largo cabello atado, estaba en una posición de combate mientras las veía desde arriba. Sybilla jadeó. Las demás también lo hicieron, incluido Vindo.
El aire estaba cargado de hostilidad pura.
3 Culu en la versión japonesa, Qulle en la versión gringa
La joven llamada Culu dejó salir un grito ahogado y dio un paso atrás.
Si Klaus quisiera, podría matar a todas las personas aquí en cuestión de segundos.
“Reconozco a ese tipo… Así que él es Kagaribi, ¿eh?”.
La única persona que no se intimidaba por la hostilidad de Klaus era Vindo, y mantuvo la compostura.
Klaus saltó del tejado y aterrizó junto a Sybilla sin hacer ruido. El edificio era de cinco pisos, pero él no mostró ni el más mínimo gesto de dolor. Tras un breve silencio, dirigió su mirada hacia Vindo. “Parece que no necesito presentarme”.
“No es necesario, te conozco de nombre”, respondió Vindo secamente. “Mi nombre clave es Hikin, alias Vindo”.
“Entiendo. ¿Y tú?”.
“¡E-eeh! Y-Yo, eh, Koyoku. Mi alias es Culu”.
La chica que se presentó como Culu bajó la cabeza nerviosamente.
“Por ahora, separémonos”, dijo Klaus con calma. “Aquí no es seguro”.
“Entendido”, respondió Vindo. Tomó el trapeador y se dirigió de regreso al edificio de la administración junto con Culu.
“““………”””
Las chicas no podían hacer más que quedarse mirando mientras quedaban completamente atrás.
Parecía que estaban a salvo por ahora, pero aún no tenían ni idea de quiénes eran esos dos. Sin embargo, parecía que Klaus sabía algo…
Sybilla decidió ser la que preguntara. “¿Quiénes demonios eran?”.
“Aliados. Compañeros espías de la República de Din”, respondió Klaus de inmediato.
Luego agregó una información que sorprendió a todas.
“Se llevaron a los seis mejores estudiantes de todas las academias de espías y los convirtieron en un nuevo equipo llamado Otori4”.
Uminari ya le había contado todo a Klaus sobre Otori. Después de que el mentor de Klaus, ‘Kyouko’ alias Guido,
los traicionó, la red de espionaje de la República de Din quedó en ruinas. Guido no era solo un espía común, y cuando traicionó a Din y se unió al Imperio Galgad, también se llevó consigo enormes cantidades de información sobre la República.
Un espía al que le hayan filtrado su información siempre estará en peligro constante.
La traición de Guido fue como algo salido de las peores pesadillas de la República. Después de entregar información
4 En chino hace referencia al ave mitóligica “fenghuang”, es como el fénix chino.
sobre sus mejores espías al enemigo, muchas personas murieron. No solo Homura; la República también perdió a una gran cantidad de otros miembros valiosos. Y los espías que enviaron para detener el sangrado también tuvieron su información filtrada. Parecía que estaban en jaque mate.
La única razón por la que pudieron recuperarse—
“Bueno, hay dos razones. Una fue el excelente trabajo que hiciste, Kagaribi. Por cómo formaste a Tomoshibi y llenaste el hueco de Homura, fue como un rayo de luz en medio de nuestra más oscura desesperación”, explicó Uminari. “y la otra fue la aparición de los mejores estudiantes de nuestras escuelas de espías”.
La República se enfrentó a una crisis sin precedentes y reaccionó enviando a estudiantes de academias al frente de batalla. Klaus estaba preocupado de que la información de los estudiantes destacados también se filtrara, por lo que decidió formar Tomoshibi con incompetentes y obtener resultados de esa manera. Pero al mismo tiempo, los mejores estudiantes estaban tomando sus exámenes de graduación y entrando en batalla también. La lógica era que ni siquiera Guido podría haber memorizado expedientes completos de cada estudiante prometedor.
“No todos los novatos tuvieron éxito. Guido filtró información sobre un buen número de ellos. Muchos de ellos no lo lograron. Pero hubo un equipo que seguía obteniendo resultados sobresalientes una y otra vez, para honrar la vida de sus camaradas que no tuvieron tanta suerte. Y ese equipo resultó ser Otori”.
Era la primera vez que Klaus oía ese nombre, pero supuso que era un equipo de espías recientemente formado.
“Son asombrosos. Tenemos más de tres mil estudiantes en la academia, y después de que Homura cayera, tomamos a los mejores y los sometimos a un examen de graduación. Otori es un equipo soñado formado por los seis mejores estudiantes”.
“Los seis mejores de entre tres mil personas”.
“Ya han logrado muchas misiones exitosas. Aunque aún no se les ha asignado las misiones más difíciles”. Uminari sonaba como si estuviera divirtiéndose. “…pero en un conteo de misiones exitosas, Otori supera a Tomoshibi”.
El grupo llevó a Elna a la base de Klaus.
Inmediatamente llamaron a un médico, quien les dijo que se despertaría después de descansar un poco. En ese momento, Elna aún no había recobrado la conciencia y estaba durmiendo en una de las camas. De vez en cuando, soltaba un gemido de dolor. Además de sus quemaduras, sufrió una conmoción cerebral cuando cayó. Sin embargo, fue un gran alivio para las chicas de Tomoshibi el saber que su vida no estaba en peligro.
Después de que todas se fueran, Sybilla se quedó junto a Elna.
“Lo siento, Elna. Metí la pata por mi incompetencia…”
Secó el sudor de la frente de Elna. Después de disculparse, se alejó de la cama. Su estómago le gruñía. Aunque se sentía mal, el hambre la llamaba de todos modos.
Ya era de noche y la hora de la cena había llegado.
“Entonces, ¿coincidieron las misiones de los dos equipos?”.
En la cocina-comedor, Lily estaba recibiendo un informe de la situación.
La mesa de ocho asientos estaba repleta de comida Ryukense para llevar. Había pollo asado, gyoza, camarones hervidos, xiaolongbao de cinco colores y manju de durazno. Cada plato lucía delicioso.
Todo eso eran sobras del restaurante al que Lily se había infiltrado. Si había algo que tomaba en serio, era conseguir comida.
Thea, Lily y Annette ya estaban en la mesa, y Sybilla se unió a ellas.
“Al parecer, sí”, explicó Thea. Con delicadeza, peló la cáscara de uno de sus camarones. “Otori y Tomoshibi estaban yendo tras objetivos diferentes, pero terminamos en el mismo lugar. Estas cosas son raras, pero suceden”.
“Hmpf. Es típico de los espías el ocultar información”, dijo Lily, llenándose la boca de xiaolongbao.
Annette mordió un manju de durazno. “Creo que sería mejor si todos compartiéramos nuestra información”.
Thea asintió. “Tienes razón. Y en el estudio, eso es precisamente lo que el profe está coordinando”.
Las chicas dirigieron sus miradas hacia el estudio.
Vindo y Culu estuvieron de paso por la propiedad no mucho tiempo atrás, y ahí estaban ahora. En lugar de sus uniformes de conserje, llevaban uniformes escolares. Su coartada era ser estudiantes de intercambio que habían venido a Longchon como parte de un programa de estudios en el extranjero.
En ese momento, Otori y Tomoshibi probablemente estaban compartiendo todo tipo de información.
“Demonios…”. Sybilla suspiró desanimada. “¿Los seis mejores estudiantes?”.
“Así es”, Thea estuvo de acuerdo, luciendo igual de abatida.
Klaus ya les había dado una idea general sobre Otori. Se trataba de la élite entre la élite de las academias.
“¡Uwaaaaaahhh!”. De repente, Lily comenzó a retorcerse de agonía. “¡Demasiados recuerdos están inundando mi cabeza!”.
Una expresión de angustia cruzó su rostro, y ella no fue la única. Sybilla y Thea estaban en la misma situación. De repente, perdieron el apetito. La única que no se vio afectada era Annette, ella apilaba alegremente los manju de durazno uno encima del otro.
Tomoshibi era el polo opuesto de Otori, ellas eran un equipo compuesto por marginadas. Por diversas razones, como malas calificaciones, problemas interpersonales, mal comportamiento o reveses personales, cada miembro de Tomoshibi no había logrado destacar en su respectiva academia. Todo el equipo había estado al borde de abandonarla.
“Sí, eso saca a flote un montón de malos recuerdos”, murmuró Sybilla.
“Oh, te entiendo”, acordó Thea. “Para ser sincera, la experiencia me dejó traumatizada. Pensé que nunca volvería a lidiar con eso”.
“Además, encontrarnos con ellos cuando las cosas nos han estado yendo mal solo hace que se sienta aún peor”, añadió Sybilla.
“““Síííííííí…””” Suspiraron al unísono.
Un silencio pesado descendió sobre la mesa.
El sonido del motor del ventilador del techo era lo único que se escuchaba en la habitación.
“¡Oigan, veamos el lado positivo!”. En ese momento, Lily se puso de pie. “¡N-No somos las mismas de la escuela! Están viendo a la Superagente Lily, ¡una chica que ha entrenado con el profe y ha realizado Misiones Imposibles!”.
“S-Sí… Sí, tienes razón”. Impulsada por el entusiasmo de Lily, Sybilla se levantó unos momentos después. “¡Demonios, claro que sí! Lily tiene razón. ¡Las buenas para nada quedaron en el pasado! ¡Incluso nuestro propio jefe nos dijo que el éxito en la academia no lo es todo para juzgar el valor de una persona!”.
Las otras dos también se pusieron de pie.
“Sí, eso es verdad, soy el ejemplo perfecto”, dijo Thea. “¡Después de todo, no me calificaron justamente por mis méritos!”.
“¡Y esos estúpidos instructores dijeron que mis geniales inventos eran basura!”. Annette también estuvo de acuerdo.
Ahora todas se hacían las valientes, y empezaron a elevar sus voces. Una vez que se habían motivado lo suficiente, Lily gritó: “¡Nunca renunciaremos a nuestros trabajos por un grupo de elitistas creídos! Si Otori quiere pelea, ¡que vengan!”.
“““¡Síííííííííííí!”””
Levantaron los puños en el aire con gran entusiasmo. “Veo que las señoritas de Tomoshibi están de buen
humor”.
Una voz grave se escuchó detrás de ellas.
Inquietas, las chicas se giraron para encontrarse con Vindo, que las miraba fríamente, y a Culu, que se reía incómodamente. “Ja-ja-ja…”.
La conversación en el estudio había llegado a su fin. Vindo estaba allí con las manos en los bolsillos,
emanando un aura imponente. “Entonces, ¿Otori qué?
¿Tienen algo que decir? Vamos, quiero escuchar ese grito de nuevo”.
““““………….. ””””