Isekai Mokushiroku Mynoghra: Hametsu no Bunmei de Hajimeru Sekai Seifuku (NL)
Volumen 1
Capítulo 8: Asuntos Internos
Parte 3
La construcción de árboles de carne también ofrecía buenas perspectivas para el futuro de la producción de alimentos del imperio. Y puesto que también estaban poniendo nuevas tierras de cultivo, la comida no debería convertirse en un problema a menos que su población aumentara rápidamente.
Había algunas grandes discrepancias entre cómo funcionaban las cosas en este mundo y en Naciones Eternas, pero las estrategias clave para hacer prosperar un imperio eran más o menos las mismas.
Estos puntos estratégicos clave eran: Expansión, Desarrollo Económico, Planificación Militar e Investigación. De estos, Takuto había dejado en suspenso la Expansión en favor de avanzar en el Desarrollo Económico aumentando su Producción de Alimentos con los Árboles de Carne.
Esto dejaba la Planificación Militar y la Investigación.
Takuto y los miembros habituales del consejo de administración del imperio se habían reunido de nuevo para decidir la política económica de Mynoghra.
«La agenda de la reunión de hoy es hablar sobre Investigación, ¿sí?» comenzó el anciano Moltar. «No tenemos mucho personal para dedicar en este momento, pero creo que es de gran importancia a pesar de todo…».
«Desde luego que lo es. La investigación crea nuevas tecnologías. Y las nuevas tecnologías siempre dan grandes saltos de poder a una nación. Es urgente para nosotros, como país pequeño, obtener tecnología avanzada.»
«Estoy completamente de acuerdo con usted. Y entonces, señorita Atou, ¿qué tecnología deberíamos empezar a investigar?»
«¡Tecnología mágica, por supuesto!» declaró Atou con deleite, como si esto fuera lo que había estado esperando todo el tiempo.
«¡Estoy emocionado!»
«¡Jejeje! Es algo por lo que emocionarse, ¿verdad, mi rey?»
Takuto y Atou estaban inusualmente obsesionados con los Asuntos Internos. Era esta loca obsesión suya la que les tenía trabajando constantemente en el desarrollo nacional de Mynoghra justo después de ser transferidos repentinamente a otro mundo.
Aún no estaba claro qué alimentaba esa locura, pero fuera lo que fuera, para el Anciano Moltar y los Elfos Oscuros, esto era mejor que recibir la orden de conquistar el mundo o masacrar a todo lo que respirara.
«¡Oh! Yo también tengo un conocimiento algo más profundo de la magia, así que también siento el alboroto por la nueva Tecnología Mágica. Ahora bien, ¿qué tipo de tecnología vamos a investigar?»
El anciano Moltar había dejado de sentirse tan nervioso cerca del Rey últimamente. Su admiración y respeto permanecían inalterados, pero el miedo escalofriante que experimentó durante su primer encuentro había desaparecido desde que se había convertido en vasallo del Rey y en un ser maligno.
Así que ahora utilizaba un lenguaje menos formal durante las reuniones con el Rey. Puede que también tuviera algo que ver el hecho de que la mayor parte de la conversación la hiciera Atou y no Takuto. De los dos, era más fácil hablar con Atou.
Esto no hizo más que acelerar el aislamiento de Takuto y su falta de habilidades comunicativas. Sin embargo, la reunión continuó. Todos los temas fueron aprobados por Takuto, por supuesto.
Habían pasado a hablar sobre la investigación de Tecnología Mágica y la tecnología a la que querían dar prioridad.
«Tecnología Militar. La magia que utilizas ahora sólo apunta a individuos o grupos formados por no más de unas pocas docenas de unidades a la vez. La Tecnología Militar amplía tu alcance y te permite ejercer tu magia sobre ejércitos invasores enteros o grandes terrenos. Requiere una fuente de maná para su uso, pero… puedo entrar en detalles contigo después».
El anciano Moltar escuchó absorto la detallada explicación de Atou. Había pasado gran parte de su vida trabajando para descubrir todo lo que la magia podía ofrecer. Aunque había tenido que descuidar sus estudios desde que se convirtió en el atareado jefe del clan, aún sentía un fuerte deseo de asomarse al abismo del conocimiento mágico.
También se enorgullecía de su magia de combate, pero sólo en batallas uno contra uno. Podía incinerar fácilmente a unas docenas de granujas con magia de fuego como dijo Atou, pero sin algún milagro, su alcance no podía ampliarse para cubrir a un ejército.
¿Qué más podía ofrecer este reino de magia que sólo el Rey conocía? El anciano Moltar temblaba ante la expectativa de obtener una sabiduría inaudita.
«Por favor, selecciona a varias personas que destaquen en magia para esta investigación. Haremos que desarrollen la nueva tecnología. No te preocupes, no es una tecnología tan difícil, la tendrás lista en poco tiempo».
«¡Sí, señora! En ese caso, me pondré inmediatamente a seleccionar a la gente para el trabajo y a construir el centro de investigación.»
«Sí, hazlo», dijo Atou al anciano Moltar, y luego murmuró: «Las cosas se van a poner muy movidas…».
Al oír lo que decía, Takuto tarareó «Mm-hm» mientras volvía a acariciar su trono.
MENSAJE DEL SISTEMA
La Tecnología a investigar ha sido seleccionada.
Investigando: (Magia Militar)
OK
***
Y así fue como decidieron su actual política de investigación. Era la vía más segura, dado su estado actual de pequeño imperio. Investigar tecnologías más avanzadas sería menos eficaz y requeriría un gran equipo exclusivo. Teniendo eso en cuenta, el Anciano Moltar seleccionó cuidadosamente a las personas para el trabajo y explicó su razonamiento en detalle.
«Lo único que queda ahora es nuestra política militar, ¿no? ¿Qué tiene en mente, señorita Atou?» Preguntó el anciano Moltar.
«Bueno, aumentar nuestro número es el objetivo general, pero aún no podemos dedicarle demasiado. Tener un ejército cuesta recursos, maná y cuotas de mantenimiento sin producir nada. ¿Qué sentido tiene tener una?».
«Dicho esto, no podemos protegernos de invasores externos sin uno. Actualmente tenemos una docena de Guerreros. Para ser honesto, esa es una fuerza ineficiente para proteger al Rey… Perdona mi insolencia por preguntar, pero ¿es posible para Su Majestad crear fuertes subordinados con sus poderes?»
El anciano Moltar expuso un argumento sólido. Aunque un ejército consumía muchos recursos sin hacer mucho a cambio, no tenerlo no era una opción.
Atou se tomó a bien la proposición del Anciano Moltar y consideró varias medidas para cuando surgiera la necesidad. Pero no se le ocurría un buen plan para ampliar sus fuerzas militares.
«Hablas de crear un ejército que no requiera reclutar ciudadanos, ¿verdad? Hay una forma, pero consumiría mucho maná y recursos. Y lo que más me preocupa es que la construcción de un ejército pueda atraer la atención no deseada del exterior. Francamente, no podemos permitirnos eso ahora mismo».
«¿Aumentar nuestro poder nacional debe ser lo primero entonces? Informaré a los guerreros de que vamos a entrenar aún más duro», respondió el capitán guerrero Gia con expresión sombría.
Atou se quedó perpleja ante su reacción, ya que no había ninguna necesidad inmediata de centrarse en un ejército o reforzar activamente sus fuerzas. Pero entonces se dio cuenta y abordó las preocupaciones de Gia con confianza.
«Ah, claro, a tu gente le preocupa que la persigan. ¿Estoy en lo cierto al entender que los cazarrecompensas podrían venir por ustedes?».
«Sí, señora. Dudo mucho que la Alianza envíe sus tropas por nosotros, pero hay una recompensa por el Anciano Moltar y por mí, ya que somos bien conocidos. Y los Elfos Oscuros también pueden ser vendidos por buen dinero, ya que no tenemos derechos.»
«Hmm, ya veo…»
Atou contempló el problema y miró a Takuto para tomar la decisión.
Preveía que podría aparecer un enemigo persiguiendo a los Elfos Oscuros y los había aceptado como ciudadanos, sabiendo que su problema pasaría a ser de Mynoghra. Así que no iba a echárselo en cara ahora.
El problema era saber cómo afrontarlo. Takuto no se quejaba de su fuerza actual, pero decidir una política para mejorar sus fuerzas pensando en el futuro ayudaría a tranquilizar a sus ciudadanos.
«Hagamos un Héroe».
Atou aceptó de inmediato la sugerencia de su rey. Era el método con el menor coste y el menor riesgo.
«Señorita Atou, ¿qué es un Héroe?» Preguntó Gia.
«Mynoghra tiene Héroes que sirven directamente bajo el Rey», comenzó Atou, explicando lo que los Elfos Oscuros no entendían en lugar de Takuto. «Todos ellos son monstruos ridículamente poderosos con más de un tornillo suelto… ¡todos están locos! Hay restricciones que nos impiden invocarlos a todos ahora mismo, pero uno es posible.»
«No pretendo cuestionar a los subordinados directos de nuestro gran rey, pero ¿son los Héroes realmente tan poderosos?». Preguntó el Anciano Moltar.
Los Héroes son unidades únicas que existen en las Naciones Eternas.
Atou estaba clasificada como una unidad Héroe, y no hacía falta decir que era la favorita de Takuto.
Son unidades tan poderosas que el resultado de una sesión de juego puede ser determinado por su uso. Pero los Elfos Oscuros naturalmente no tenían forma de saber esto, dejándolos dudosos y perplejos.
«Los Héroes son demasiado poderosos».
«Sí, los Héroes son terriblemente poderosos.»
«¿P-Poderosos cómo?»
«Los Héroes son poderosos desde el principio. Y si eso no es lo suficientemente especial, también tienen una disposición para volverse más poderosos a medida que pasa el tiempo. Cuanto más tiempo pasa, más fuertes se vuelven».
«¿Se hacen más fuertes simplemente quedándose quietos…?». El anciano Moltar se quedó atónito ante esa posibilidad.
En la guerra, aquellos a los que la Diosa de la Guerra y la Suerte sonríe suelen tener la suerte de sobrevivir dejando su huella en el campo de batalla. A esas personas se las llamaba héroes en reconocimiento a sus logros.
Pero, ¿nacer con las cualidades de un héroe? ¿Y hacerse más fuerte y experimentado sin tener que mover un dedo? Eso sí que era un ser digno de ser llamado héroe.
Y si un soldado así comandara las tropas, su fuerza militar se elevaría a niveles inconmensurables.
Sólo con dejarlos solos, se hacían más fuertes.
Los Elfos Oscuros presentes en aquella explicación no podían ocultar su emoción por tener entre ellos a un héroe con poderes que trastocaban la realidad.
«En pocas palabras, crear Héroes es la clave para nuestros problemas de defensa nacional mientras necesitemos pasar desapercibidos y no tengamos el poder nacional para mantener un gran ejército».
Formar un ejército suele requerir enormes cantidades de recursos, tiempo y personal. Pero los problemas militares podían resolverse fácilmente con una sola de las unidades de Héroes que hicieron de Naciones Eternas un gran juego.
Sus poderosas habilidades eran más que suficientes para defender el imperio y, a diferencia del juego, sólo requerían gastar los costes de una única unidad. Tenían una lealtad inquebrantable y tampoco llamaban la atención innecesariamente. Pasar desapercibidos les daría más tiempo para crecer.
El tiempo jugaba a su favor. Cuanto más tiempo tuvieran, más poderosas se volverían sus unidades de Héroes. En otras palabras, incluso una nación más pequeña con un poder nacional limitado podría tener una fuerza a la par de las naciones más grandes si tuvieran el Héroe adecuado.
Takuto sintió las diferencias entre este mundo y el juego en varios frentes, pero en este sentido, podría decirse que el sistema de Naciones Eternas funcionaba a su favor.
«¡Ooh! ¡Qué aliado tan confiable tendríamos! Si una persona tan fuerte se une a nuestro ejército, elevará la moral de los guerreros a su cúspide, ¡sacando diez veces más fuerza y entusiasmo de las tropas! ¿No estás de acuerdo, Gia?»
«¡Sí! Estoy completamente de acuerdo, Anciano Moltar. ¡La fuerza de la vanguardia es la fuerza del ejército! Hay innumerables ejemplos de comandantes valientes y fuertes que han superado las adversidades para vencer a ejércitos más grandes. No esperaría menos de nuestro imperio y de nuestro rey que poder convocar a una persona así».
Si tuvieran un héroe, serían capaces de mantenerse en pie y los demás países tendrían que reconocerlos. Al menos, los imperios situados en el continente del sur de Idoragya no podrían entablar una pelea con ellos por descuido.
La presencia de un soldado poderoso durante una batalla afecta enormemente a la moral de ambos bandos.
Un buen ejemplo de esto es cuando el soldado más fuerte de cada bando lucha en una batalla uno contra uno. Su valentía durante la batalla y sus fuertes gritos de guerra atravesando el campo de batalla pueden infligir graves daños mentales a las fuerzas enemigas.
A menudo se dice que un solo héroe puede con mil hombres. La sola presencia de un héroe cuadruplica las capacidades de un ejército.
Así fue como el Anciano Moltar y el Capitán Gia interpretaron el uso que Atou hizo de la palabra ‘Héroe’… erróneamente.
«Sí, olvidé mencionarlo, pero yo soy uno de esos héroes», Atou soltó el comentario con indiferencia. «Y ya que parecen tener una idea equivocada sobre nosotros, permítanme mostrarles lo que realmente somos…».
Aunque la noticia conmocionó a todos, no les costó aceptar que la ayudante más cercana de su gran Rey fuera una Héroe.
Entonces, por alguna razón, Atou se levantó de la mesa y caminó enérgicamente hacia el bosque fuera de la corte imperial. El edificio sin paredes donde se encontraban el trono y la mesa del consejo contaba cómo su simple corte imperial. Como la corte no era tan grande, todos podían ver claramente a Atou fuera de ella.
Cuando por fin se detuvo, unos espeluznantes tentáculos brotaron de su espalda. Eran alargados y parecían gusanos de alambre, con la extraña forma en que se retorcían y chasqueaban. En el momento en que esta visión recordó a los Elfos Oscuros que la chica a la que llamaban Atou era una extensión de la Oscuridad…
…los árboles frente a ellos fueron segados al instante.
«Nos llaman Héroes porque uno de nosotros puede destruir un ejército entero».
«¡¡¡Woooaaah!!!»
Los árboles se quebraron y cayeron unos sobre otros. Un solo golpe de uno de sus tentáculos había cortado docenas de árboles maduros en sus tallos.
