Isekai Mokushiroku Mynoghra: Hametsu no Bunmei de Hajimeru Sekai Seifuku (NL)
Volumen 1
Capítulo 10: Enfrentamiento
Parte 4
Los Elfos Oscuros habían despejado una sección del bosque para hacer espacio para el Campo Ceremonial entre el lugar donde se iba a construir el Palacio residencial de Takuto y donde residían los ciudadanos. Era un espacio sencillo que Atou había creado arrancando los árboles, con raíces y todo, para nivelar el terreno, donde luego alinearon al azar piedras que habían encontrado por ahí.
Pero a pesar de lo simple que era, tenía un propósito estratégico para Mynoghra.
«Rey Takuto, está listo para usted. Tenemos la cantidad exacta de comida necesaria».
«De acuerdo, gracias, Atou.»
La comida estaba apilada en el centro del Campo Ceremonial. Los terroríficos trozos de carne de los Árboles de Carne formaban la mayor parte del montón, pero algunos de los cultivos cosechados en las tierras de cultivo recién creadas asomaban también entre los frutos carnosos.
Takuto se acercó a la montaña de comida y la tocó con la palma de la mano. Al instante, la comida se deformó y empezó a palpitar como si se condensara en el centro. Se convulsionó en un solo bulto mientras palpitaba. El color y la forma cambiaron hasta convertirse en un bulto de carne. Al mismo tiempo, una luz mágica de color blanco azulado brotaba de la palma de la mano de Takuto.
La trayectoria lineal de la magia envolvió el bulto carnoso, haciéndolo girar una y otra vez hasta que poco a poco le fue dando forma.
Algo estaba a punto de nacer.
Atou observó a Takuto con entusiasmo, pues era evidente que el bulto estaba cobrando vida. Finalmente, la tenue luz emitida por su Mana se detuvo, y algo cubierto de pegajosa sustancia viscosa cayó al suelo.
«¡GYEEEEEEEE!»
Era un Bicho Pataslargas, la unidad de exploradores de Mynoghra, que lanzó un grito familiar.
«Maravilloso trabajo como siempre, Rey Takuto. Permítame expresar mi alegría por el exitoso nacimiento de una nueva unidad».
«Gracias. Me alegro de que saliera bien, Atou. Me preocupaba que no funcionara».
Takuto se puso la mano en el pecho y dejó traslucir su alivio. Atou corrió a animarle.
Mynoghra tenía por fin una base sólida como imperio en ciernes y un poco más de libertad en su productividad, así que decidió experimentar produciendo unidades de la forma normal. Estaba un poco nervioso porque nunca antes había probado nada de esto, pero con la guía de unos misteriosos conocimientos almacenados en el fondo de su mente, completó el proceso sin ningún contratiempo.
«No tenía ni idea de que funcionara así mientras jugaba el juego, pero es bastante entretenido pensar que así es como se producían todas las unidades».
«Estoy de acuerdo. Quién iba a pensar que podrían producirse reuniendo manualmente la comida y los recursos necesarios en un lugar y mezclándolos con una pizca de Maná… ¿Qué clase de sistema es este?».
«La Eterpedia en mi cabeza no dice nada más al respecto…»
Takuto había muerto en su mundo y renacido como uno de los comandantes de Naciones Eternas. Sólo podía realizar las mismas acciones que en el juego, que difería en muchos niveles de este mundo, gracias a la misteriosa información que fluía en su mente.
Takuto llamó Eterpedia Cerebral a la información que acudía a su mente cada vez que tenía alguna duda, en alusión al glosario de la Eterpedia y el menú de ayuda de Naciones Eternas.
Utilizaba la Eterpedia para aprender a producir unidades con los Terrenos Ceremoniales. En el juego, todo lo que tenía que hacer era seleccionar la unidad que necesitaba de la lista y hacer clic en el ícono de producción, pero en este mundo se necesitaban ciertos rituales para hacer lo mismo.
¿Por qué tenía una Eterpedia Cerebral? ¿Por qué enumeraba todos los tipos de rituales y sus pasos de la A a la Z? De hecho, ¿por qué estaban en este mundo?
Las respuestas a esas preguntas nunca entraron en su mente, lo que significaba que el sistema que manejaba su Eterpedia Cerebral era increíblemente limitado.
«Ya veo. Así que sabemos cómo usar el sistema, pero no cómo funciona. En ese caso, tenemos que seguir experimentando, investigando y teorizando sobre él…»
«Sí. Yo diría que sí, Atou». Takuto se giró de Atou a su nuevo explorador. «Bien, mi nuevo bicho, coopera con el otro bicho que explora las zonas fuera del bosque».
«¡GYEEEEEEEE!»
El Bicho Pataslargas desapareció en las profundidades del bosque, soltando su habitual chillido agudo. Mientras lo veía marchar, Atou le preguntó a Takuto por su estrategia.
«Por cierto, ¿ha averiguado ya qué hay que hacer para engendrar Escuadrones militares? Hasta ahora sólo hemos engendrado unidades individuales».
«Mi Eterpedia Cerebral lo cubre, pero parece que crear Escuadrones requiere unidades ciudadanas específicas como base. Por ejemplo, si quieres hacer una Caballería, necesitas mil caballos, mil soldados voluntarios y los Recursos, el Maná y el tiempo de Entrenamiento para equiparlos. Y por si fuera poco, ¡necesitan una tonelada de Comida cada mes para mantenerse!».
«El sistema está realmente desequilibrado, ¿no? ¿O es que es demasiado fácil producir unidades individuales? Creo que es mejor solidificar nuestras fuerzas en torno a unas pocas unidades de Héroes selectas, después de todo. Oh… ¡ahora lo entiendo! ¡Por eso eligió al Bicho Pataslargas!»
«Sí, los Bichos Pataslargas pueden convertirse en Bichos Cazadores de Cabezas en el árbol tecnológico. Una vez mejorados, sólo son un poco más débiles que las unidades de caballería de las que acabamos de hablar. Son mucho más rentables».
Algunas unidades, como los Bichos Pataslargas, se pueden mejorar. La Mejora es la forma de Transformación de una unidad en una versión más poderosa mediante la aplicación de nuevas tecnologías y recursos. Los Bichos Pataslargas entran en la categoría de unidades mejorables y se pueden mejorar dos veces una vez que se cumplen los requisitos del árbol tecnológico. El coste sigue siendo bajo, ya que sigue contando como producción de una sola unidad y es una unidad de clase insecto.
A Atou se le iluminaron los ojos al reconstruir la información y comprender la estrategia general.
«¡Oh! ¡Ahora sé a dónde quiere llegar, mi señor! La próxima unidad Héroe será…»
«Lo pensé, pero voy a elegir a Isla, Reina de los Bichos».
«¡Sabía que sería Isla! Después de todo, ¡ella es un personaje muy poderoso!»
Isla, Reina de los Bichos es una de las unidades Héroes únicas de Mynoghra. Es una unidad Héroe de clase insecto con rasgos abrumadoramente poderosos. Uno de sus rasgos es la mejora permanente de todas las unidades insecto. El valor de mejora es un extraordinario +2 y el efecto puede ser obtenido sin ningún debuff.
Esta capacidad de convertir un Bicho Pataslargas, una unidad Explorador, en una unidad de combate de primera clase es una ventaja que se puede utilizar tanto en las primeras fases del juego como en las últimas. Los beneficios son inconmensurables, ya que otorga bonificaciones a varias otras unidades de clase insecto.
De hecho, la mayoría de los jugadores de Naciones Eternas que juegan como Mynoghra invocan a Isla antes que a Atou. Esto demuestra lo poderosa y perfectamente alineada que está esta unidad héroe con Mynoghra.
«Isla también puede producir varias unidades Larva, además de fortalecer a otros insectos. No tiene la Fuerza más alta, pero su habilidad Criadora, que puede usarse tanto en Asuntos Domésticos como en Guerra, cambia el juego».
«¡Ha hecho una maravillosa elección, Rey Takuto! ¡Esto también resolverá nuestro problema de mano de obra!»
Las larvas, las unidades especiales criadas por Isla, no son las más eficientes. Pero pueden utilizarse para cultivar la tierra y para la producción, liberando a los trabajadores. Aunque se necesita una gran cantidad de Comida para activar y mantener las Larvas, a la larga es beneficioso poder producir muchos trabajadores sin tener que esperar a que crezca la población del imperio.
Takuto no se había dado cuenta antes porque rara vez usaba a Isla como parte de su estrategia de juego, pero ella era el mejor Héroe posible para invocar en un momento como este. Había otras unidades de Héroes para elegir, pero todas estaban demasiado especializadas en una o dos cosas como para ser útiles en este momento.
Atou aplaudió la elección de Takuto mientras rebuscaba en sus recuerdos para recordar los rasgos distintivos de las diversas unidades Héroes que podían elegir. Takuto también parecía feliz de recibir su aprobación.
«Es una táctica popular para Mynoghra al principio del juego, ¿verdad? Viendo cómo muchos jugadores empiezan allí, es una jugada segura, diría yo».
«A mí personalmente me parece aburrido», gimió Takuto. «Pero ceñirse al juego difícil en la vida real es una tontería. Hay que aprovechar lo que podamos».
«Tiene razón, mi señor. Hablando de eso, ¿qué tiene pensado para nuestra estrategia después de Isla?».
Atou preguntó sobre lo que Takuto había planeado a continuación, antes incluso de que comenzaran el proceso de invocación de Isla. Preguntó en parte porque le gustaba intercambiar ideas sobre la gestión del imperio con él y conocer sus planes le permitía ayudarle mejor.
Ajeno al inspirador razonamiento de su confidente, Takuto desveló su estrategia simplemente porque disfrutaba discutiendo con ella sobre la gestión del imperio.
«Buena pregunta. Después de asegurar nuestra capacidad de producción con las Larvas de Isla, fabricaré unos cuantos Mi-Go».
«Ah, sí, las unidades de apoyo médico, ¿verdad? Mejoran la higiene del imperio incluso en tiempos de paz y pueden usarse para curar a otras unidades durante la batalla. Y lo mejor de todo es que son una sola unidad, lo que reduce los costes de Mantenimiento».
Las unidades de apoyo médico pueden curar a las unidades heridas en el campo de batalla. Además, situarlas en una ciudad mejora el estado sanitario de la misma.
Puede que las fuerzas del mal no tengan que preocuparse mucho por la higiene, pero los médicos eran una gran elección porque también podían ocuparse de elementos que no estaban en el juego, como curar a ciudadanos enfermos o heridos fuera de la batalla.
«Nuestra capacidad de combate no debería ser un problema por ahora con los médicos y los bichos cazadores de cabezas de nuestro lado. Pero incluso con las habilidades de Isla activas, me preocupa que la raza de Bicho Pataslargas no sea lo bastante fuerte», dijo Atou, expresando su preocupación.
Hacer guerra con los insectos usando a Isla es una estrategia poderosa al principio de la partida, pero empieza a perder su ventaja a mitad de la misma. Las unidades de clase Bicho de Mynoghra no pueden hacer frente por sí solas a los encuentros finales, que son muy intensos.
Takuto sabía que esto sería un problema. Abordó las preocupaciones de Atou al tiempo que reafirmaba sus propios conocimientos.
«Estoy de acuerdo. La unidad de bichos más potente que puede fabricar Mynoghra es el Bicho Azul Hambriento al que pueden mejorar los Bichos Cazadores de Cabezas, pero… hay un límite en el número de unidades que se puede tener, y son ridículamente lentos, lo que dificulta su uso.»
«Sin embargo, me encantan los Azules Hambrientos».
«A mí también… De todos modos, la táctica estándar aquí es producir una tonelada de Arqueros Mágicos o Caballeros de Élite, pero… creo que Shoggoth es lo que queremos. A mí también me gustan personalmente».
Atou contempló en silencio el plan de Takuto durante un momento. Como él había dicho, los jugadores suelen engendrar unidades de alto nivel que son baratas y tienen un cierto nivel de fuerza, en lugar de Shoggoth, que tiene un coste de producción relativamente alto pero un mantenimiento bajo.
Se dio una palmada al darse cuenta de que las unidades militares costaban una cantidad ridícula si se sumaba su mantenimiento a los costes de producción iniciales.
«¡Ya lo entiendo! Al contrario que en el juego, una unidad individual como Shoggoth tiene un coste total mucho más barato que una Escuadra, ¿verdad?».
«Exacto. Se podría decir que las unidades militares cuestan demasiado en general, pero la enorme variación en el mantenimiento entre escuadrones y unidades individuales marca la diferencia a largo plazo. Acabo de sumar los números y Shoggoth es el mejor valor de forma abrumadora».
«Entonces, básicamente, ¿podemos usar a los Shoggoth todo lo que queramos esta vez? En el juego también costaba mucho producirlo. Pero aquí son prácticamente una ganga con los bajos costes de mantenimiento…».
A Atou se le nublaron los ojos de lágrimas al entusiasmarse con la idea. Parecía haber olvidado que esas unidades de combate llamadas Shoggoth eran mil veces más grotescas que los Bicho Pataslargas.
«Sí. Tendremos la defensa perfecta cuando también hagamos a los Señores Shoggoth que son exclusivos de Mynoghra. Sólo podemos tener tres a la vez, pero estoy seguro de que tendremos la mayoría de las unidades Héroe convocadas para entonces de todos modos.»
Shoggoth es una unidad que puede ser producida alrededor de la mitad del juego. Son una unidad útil que puede ser usada hasta bien entrado el final del juego mejorándolos con el árbol de Tecnología. En el juego, sus elevados costes de producción y mantenimiento eran un problema, pero ya tenían la solución.
Atou no podía ocultar su emoción por esta estrategia, que parecía un mod adaptado a sus necesidades.
«¡Aahh! ¡Me trae de vuelta a los viejos tiempos! ¡A cuando los Shoggoth brotaban infinitamente del Castillo Flotante y atacaban las ciudades enemigas con violenta productividad! ¡A cuando las defensas enemigas se derretían a una velocidad de risa! ¡A cuando los Azules Hambrientos se colaban en la ciudad enemiga durante el jaleo para devorar a sus ciudadanos! ¡Qué satisfactorio era ir por ahí destruyendo las abrumadoramente poderosas fuerzas del bien con un poder aún más trascendental! …¿Conversaciones de paz? ¡Ni en sueños!»
Atou hablaba a una velocidad de vértigo mientras agitaba los brazos como una niña pequeña hablando emocionada de sus cosas favoritas. Su entusiasmo se extendió a Takuto, despertando la misma emoción en él.
«Sí. Sí. Destruiste las principales fuerzas enemigas, haciéndote aún más fuerte hasta arrasar hasta la última unidad. Nuestro ejército invencible construido en torno a unidades con un alto índice de batalla continúa llevó al mundo a la ruina. ¡Fue muy divertido!»
«¡Usted llenó el mapa con tantas unidades que su ordenador también se congelaba! ¡Hagamos lo mismo aquí!»
«Definitivamente no me entusiasma llenar el mundo con tantos Shoggoths que se congele, pero estoy a favor de aumentar nuestras fuerzas para tomar el mundo entero».
Sólo eran dos jóvenes adultos hablando apasionadamente de su juego favorito. Probablemente a cualquiera que los viera desde fuera le parecería una tontería. Pero para Takuto y Atou, lo que pensara el resto del mundo no importaba cuando tenían a su persona más importante allí mismo. Así que pudieron disfrutar del momento.
«Aww… Mirando desde lo alto del Castillo Flotante con usted mientras la tierra abajo arde… ¿No sería maravilloso, Rey Takuto?».
«¡Jajaja! Sólo puedo rezar para que no llegue a eso».
«Cierto. ¡Paz para todos! También siento un mayor valor en estos idílicos días pasados charlando con usted.»
Conquistar el mundo era para ellos un medio, no un fin. Su objetivo era vivir en paz y construir un imperio sólo para ellos. Ninguno lo había olvidado.
«Me alegra que estés en la misma página que yo, Atou.»
«Bueno, a algunos Héroes les encanta conquistar el mundo, y a otros les encanta sumirlo en la confusión…»
«Algún día ellos también se unirán a nosotros, ¿eh? Necesitamos sus habilidades, y personalmente quiero conocerlos, pero… espero que no causen problemas».
«El resto después de Isla tienen personalidades terribles».
Me vinieron a la mente los otros perfiles de Héroes de Mynoghra. A todos ellos les faltaba un tornillo -no sólo a unos pocos- y eran como niños problemáticos a los que Takuto temía no poder detener si se ponían a alborotar.
El silencio se cernió sobre ellos mientras su entusiasmo se extinguía.
«Espero que podamos vivir en paz…»
«Ojalá podamos vivir en paz…»
Curiosamente, dijeron casi lo mismo al mismo tiempo. Ambos deseaban en secreto dejar de estar perfectamente sincronizados para estas cosas.
Se encontraron en un estado de ánimo indescriptible después de eso, hasta que Atou de repente miró a Takuto.
«Dígame, ¿Rey Takuto…?»
«¿Hm? ¿Qué pasa, Atou?»
«¿Hemos conseguido alguna vez una Victoria Pacífica?»
La fría y dura realidad les golpeó.
Una Victoria Pacífica es una de las muchas condiciones de victoria en Naciones Eternas. Como su nombre indica, es la condición de victoria preferida por los jugadores pacifistas, que se consigue construyendo un cierto nivel de amistad con cada imperio.
«……»
Takuto se quedó en silencio, tras lo cual se obligó a hablar.
«U-Unas cuantas veces. ¡Lo conseguimos al menos un PAR de veces!»
«¡P-Pues no hablemos de eso! ¡No más de este tema! ¡Nop!»
Mynoghra se lanzaba de cabeza a la guerra en cada sesión de juego, mientras Takuto insistía en el pacifismo. Atou gritó, poniendo fin a la conversación a la fuerza, como si quisiera ocultar ese hecho.
Oscuros nubarrones se cernían aún sobre el futuro de Mynoghra.
Eterpedia
Insecto Azul Hambriento – Unidad de Combate
Fuerza: 10
Movimiento: 0.5
{Malvado}
{Depredación Ciudadana} SIN IMAGEN
{Asaltante de Ciudades}
* Esta unidad puede recuperar HP devorando ciudadanos.
* Esta unidad puede recuperar los HP de una unidad aliada devorando ciudadanos.
* Sólo 5 de estas unidades pueden existir en el imperio al mismo tiempo.
Descripción:
~¡Azules Hambrientos! ¡El amigo fuerte y bichote de todos! Él AMA tanto a los humanos que podría simplemente COMERLOS.~
El Bicho Azul Hambriento es una unidad exclusiva de Mynogra. Es lento y le falta fuerza, pero tiene un potente potenciador de invasión de ciudades. También puede dañar a los ciudadanos enemigos y restaurar sus propios HP y los de sus aliados. Utilizarlos durante las incursiones en las ciudades dará resultados satisfactorios.
