Isekai Mokushiroku Mynoghra: Hametsu no Bunmei de Hajimeru Sekai Seifuku (NL)
Volumen 1
Capítulo 1: Juego Nuevo
Parte 2
Estaba tan cautivado por el juego que al final se olvidó por completo de su aislamiento, o mejor dicho, no tuvo tiempo para pensar en ello. Y entonces llegó a la tabla de clasificación, donde se hizo tan famoso que cualquier jugador que se tomara en serio la clasificación conocía su nombre.
De hecho, el mayor logro de Takuto, del que se enorgullecía, fue superar la dificultad Pesadilla de Naciones Eternas, de la que se decía que no se podía ganar, con la civilización más difícil de usar, Mynoghra. Se convirtió en una leyenda entre los jugadores con su uso de la unidad llamada Atou… mejor conocida como la chica que tenía frente a él.
«Yo también me acuerdo de todo».
Su breve comentario despejó todas las dudas de Takuto, excepto las relacionadas con lo surrealista de la situación.
«Recuerdo cada palabra que me dijo en todas las veces que conquistamos el mundo juntos. Y después de cada ‘Game Over’, rey Takuto».
Al principio, su tono le pareció plano, pero él pudo percibir la emoción que había detrás de sus palabras.
Ella probablemente siente lo mismo que yo.
Cada parte de él estaba profundamente conmovida.
«Por favor, puede estar tranquilo. Lo recuerdo todo de usted, rey Takuto».
Takuto sintió que las comisuras de sus ojos se calentaban. Tal vez estaba llorando sin darse cuenta. Quería decir algo impresionante, pero en su actual estado de agotamiento, sólo pudo expresarse roncamente.
«Usarte a ti -usar a Atou- era mi norma y mi estilo de juego».
«Sí, me complacía acompañarlo siempre en las campañas».
Atou era una unidad Héroe llena de innumerables posibilidades.
Cada civilización tenía su propia unidad única y poderosa llamada unidad Héroe. La unidad Héroe de Mynoghra, Atou, tenía el frustrante rasgo de ser la unidad más débil al principio del juego. Por otro lado, también tenía la capacidad de convertirse en la unidad más fuerte de todas. Como alguien que anhelaba el mundo exterior, la libertad, el potencial y el futuro, era fácil entender por qué Takuto se encariñó con ella.
«Creo que siempre quise ser como tú porque… nací con un cuerpo débil».
«Sus historias ampliaron mis horizontes, Rey Takuto.»
«Es… un poco embarazoso saber que estabas escuchando todas esas veces que te hablaba al otro lado de la pantalla».
«Siempre estaba esperando a que me hablara.»
«…estoy feliz de poder hablarte finalmente en persona.»
«Hablar con usted es más de lo que yo hubiera deseado, rey Takuto».
Su conversación fluyó más como si fueran viejos amigos que como si fueran dos personas que acababan de conocerse en persona por primera vez. Aunque su dinámica era diferente, la confianza entre ellos se había forjado a lo largo de muchos años.
Takuto se deleitaba con este inesperado y feliz acontecimiento cuando empezó a preguntarse si tales milagros eran comunes en el más allá, lo que le planteó toda una serie de preguntas.
«¿Esto es… el cielo?», preguntó de repente. «¿Me has convocado aquí?»
«No. No lo hice. De repente me encontré aquí, también. Y si tuviera que adivinar, esto tampoco es el cielo. En todo caso, se siente como mi mundo: Naciones Eternas«.
Atou miró a su alrededor antes de sacudir ligeramente la cabeza. Sólo por ese gesto, Takuto intuyó que no mentía.
«Así que es un mundo desconocido…», él murmuró. Atou asintió una vez, lo que le dijo prácticamente todo lo que necesitaba saber.
«¿Sería un cliché… llamar a esto un milagro? Pero no me importa parecer un cliché. Estoy tan feliz de haberlo conocido, Rey Takuto».
Takuto asintió para demostrar que sentía lo mismo. La confusión dominaba sus pensamientos, pero poder charlar con Atou era poco menos que una dicha.
Pero no puedo dejar que la alegría me ciegue, pensó Takuto con la pizca de calma que aún le quedaba.
Había necesitado todo lo que llevaba dentro sólo para aguantar el día antes de morir, pero ahora estaba libre de esas restricciones corporales.
Supongo que necesito un objetivo para esta… nueva vida.
Esa fue la conclusión casi delirante a la que llegó después de verse obligado a pensar en la muerte durante la mayor parte de sus dieciocho años.
¿Cuál era el sentido de la vida?
Él quería un propósito para su nueva existencia… una razón detrás de tener una segunda oportunidad.
«Rey Takuto… ¿no quiere empezar de nuevo conmigo?»
«…¿Empezar de nuevo?»
Las palabras de Atou se deslizaron tan perfectamente en el vacío dejado tras la desaparición del miedo a la muerte.
«Venga. Por favor, levántese y manténgase a mi lado.»
Con su suave insistencia, Takuto se levantó. Al parecer, había estado acostado en lo que parecía una cama tallada en aquel estrado de piedra. Se estiró, pues tenía los músculos un poco entumecidos.
Atou lo observó con afecto y esperó a ver un hueco para seguir hablando, para no interrumpirle aquel momento.
«No sabemos dónde estamos. Este podría ser el mundo de las Naciones Eternas. O podría ser su mundo, Rey Takuto. O tal vez, sea otro mundo. Pero, ¿por qué no hacemos lo que siempre hemos hecho… y empezamos de nuevo juntos? Construyamos nuestro propio imperio».
Su deseo era terriblemente simple y completamente en línea con lo que ellos eran. Aunque su relación había sido la de un personaje de juego y un jugador, habían construido y expandido juntos innumerables imperios. Ésa era su forma de vida y lo que definía su relación, por lo que su petición no era extraña. Y era natural que le tocara una fibra sensible a Takuto.
Atou se inclinó reverente y le observó con ojos que reflejaban la más profunda oscuridad mientras esperaba su respuesta. Era imposible que Takuto no se sintiera conmovido por la emoción de aquellos ojos. Ella era su personaje favorito, una pieza esencial de su vida, y a quien aspiraba a parecerse por encima de todo.
Jaja… ¿Construir un imperio…? ¿Yo? ¿Un insignificante humano sin poder, tierras, tesoros ni nada a su nombre?
Takuto se sentía inspirado por Atou, que le llamaba cariñosamente ‘Rey’ cuando no tenía nada. No, ‘inspirado’ no reflejaba del todo el sentimiento. Necesitó toda su capacidad de autocontrol para contener sus emociones y evitar que su cuerpo temblara de emoción.
No sé qué nos está pasando. Ni siquiera sé dónde estamos. Pero ya que he tenido una segunda oportunidad, quiero volver a hacerlo. Recrearé esos días dichosos en este mundo.
Ahora tenía un cuerpo sano que podía moverse libremente. Ahora tenía ante sí un sinfín de posibilidades, una vez eliminada la maldición de la enfermedad. Y, por encima de todo, tenía a su lado al mejor personaje del juego en el que se había sumergido durante tantos años.
Así que Takuto decidió dar un paso adelante. Estaba saliendo de aquel mundo en el que no podía hacer otra cosa que esperar una muerte vacía y solitaria para adentrarse en este nuevo mundo en el que por fin podría labrarse su futuro con sus propias manos.
Por fin había encontrado la libertad.
«Atou…»
«¿Sí, mi rey?»
«Construyamos nuestra propia nación, un imperio sólo para nosotros dos. Formemos un contrato aquí y ahora.»
En cuanto escuchó esas palabras, una floreciente sonrisa acorde con la edad que aparentaba borró su expresión seductora mientras asentía enérgicamente.
«En ese caso…» Atou se aclaró la garganta preparándose para decir las palabras vinculantes que Takuto escuchaba cada vez que invocaba a una unidad Héroe en el juego.
«Mi nombre es Sludge Atou. La hija bastarda del lodo destructor del mundo. Desde hoy, mi mente, cuerpo y alma son suyos. Venga, hundámonos tan profundo como podamos, mi rey». (Baikus: Sludge es igual a lodo o fango, es por eso que es la hija bastarda del lodo/fango destructor del mundo… más adelante darán un poquitito de contexto a que se refieren con esto…)
Takuto asintió y le estrechó la mano, aceptando el contrato.
Así fue como, sólo después de su muerte, el humano llamado Takuto Ira pasó a albergar un sueño que quería hacer realidad, costase lo que costase y a costa de todo lo demás.
MENSAJE DEL SISTEMA
*¡Un Nuevo Juego Comienza!*
Jugador: Takuto Ira
Civilización: Mynoghra
Alineación: Maldad
Dificultad: ??? ΟΚ
Después de terminar los ritos oficiales del contrato, las cosas se volvieron un poco incómodas entre ellos. Atou era una cosa, pero Takuto nunca había participado en un evento formal. También era la primera vez que se confesaba esencialmente a una chica guapa pidiéndole que creara un imperio sólo para ellos dos. De hecho, también era la primera vez que a Atou le decían algo así.
En pocas palabras, ambos se retorcían de vergüenza.
«…Vaya, esto es un poco embarazoso, ¿no?»
«Sí, para mí también fue un poco embarazoso. Pero mi felicidad supera todo eso».
Se rieron juntos, como una pareja de recién casados. Pero, al cabo de unos instantes, se pusieron serios. Estaban en una tierra desconocida, fuera del reino de la imaginación. En el mundo de la estrategia, había que actuar para ganar. Sabiéndolo bien, Takuto decidió actuar de inmediato.
«Bien entonces, mi única subordinada. Mi confidente y mano derecha. Sabes lo que nuestro malvado imperio de Mynoghra debe hacer primero para llevar al mundo a la ruina, ¿verdad?»
«¡Por supuesto, mi rey!»
¿Intentaba sacudirse la timidez que flotaba en el aire? ¿O era por una razón completamente diferente? Fuera lo que fuese lo que le impulsaba, Takuto saltó a la plataforma y se dirigió a su única confidente con el aire exagerado de un jugador de rol.
Por supuesto, la Heroína más fuerte de Mynoghra, Atou, estaba exactamente en la misma página. Aunque no lo dijeran con palabras, ambos entendían qué políticas y directrices eran las mejores para cogestionar un imperio. Habían actuado de acuerdo a ellas miles de veces antes.
Esta táctica se había grabado a fuego en sus mentes. Su estilo de juego, su forma de luchar, su forma de construir un imperio, todo podía resumirse en una palabra.
«¡Nos convertiremos en recluidos!»
«¡Vamos a aislarnos!»
Ese era el método secreto que Takuto había utilizado para liderar Mynoghra.
A pesar de que Mynoghra era nombrado el ‘Imperio más malvado’ en la historia oficial del juego, todos los rasgos de la civilización otorgaban ventajas de crecimiento interno y desventajas de combate, lo que lo convertía en un imperio quisquilloso y superespecializado en asuntos internos.
Eterpedia
Sludge Atou – Unidad de Combate
Fuerza: 3
Movimiento: 1
(Ruina +2) (Oscuridad +1) (Caos +1)
(Malvada) (Héroe) (Fanática)
* Esta unidad tiene la posibilidad de obtener las habilidades de una unidad que ha derrotado.
Descripción:
~El Gran Dios de la Luz hizo al hombre de barro. Después de eso, un ser desconocido y aterrador creo a Atou a partir del fango.~
Atou es una unidad Héroes de Mynoghra.
Ella es muy débil al principio del juego y en algunos casos, ella es inferior a las unidades normales, pero tiene fuertes afinidades elementales para compensarlo.
Además, puede obtener las habilidades de las unidades que ella derrota, y ella tiene el mayor potencial de crecimiento de todas las unidades Héroes.