Regressor Instruction Manual (NW)

Capítulo 134: Mentiras Mezcladas Con Verdad (Parte 1)

Cuando uno estaba en la corte, debía ser disciplinado en cuerpo y mente. Realmente no me importaba tanto la mente, pero la apariencia era importante, y pensé que debía prepararme más de lo que lo hice para el evento social anterior. Lee Ji-Hye se encargó de mí esta vez también y, tras aprender la lección del último incidente, Jung Ha-Yan deambuló intencionalmente, interfiriendo con las ayudantes del Cisne Negro. Después de que le agradecí a todos por su ayuda, Ha-Yan me miró con satisfacción, pero no contribuyó ni en un uno por ciento a este trabajo.

Fuimos escoltados por un pequeño grupo de guardias, mismos que empujaron la gran puerta con grabados e incrustaciones de plata. Era bastante pesada e hizo mucho ruido al abrirse, lo que, naturalmente, hizo que todos los presentes voltearan a vernos.

Al entrar, lo que más resaltaba a la vista era una estatua de la diosa Benigoa al fondo de la sala, alta e imponente, esculpida con un detalle casi enfermizo en un bello e inmaculado mármol. Tenía incrustaciones de oro en su pecho, hombros y muñecas, y un halo dorado sobresalía de la parte trasera de su cabeza. Esta ya era bastante ostentosa, pero no se comparaba ni un poco a la estatua principal, en la iglesia.

Al ver a las hermanas Jessica y Helena y otras figuras importantes, incliné ligeramente la cabeza a modo de saludo.

Los líderes religiosos son importantes.

El padre Basel siempre sonreía, pero hoy, por alguna razón, parecía serio, y como era una de mis valiosas garantías, necesitaba manejarlo con cuidado.

Un juicio religioso solo puede ser llevado a cabo por sacerdotes que estén por encima de los cardenales.

El jurado estaba sentado frente a ellos. Normalmente se seleccionaba al azar, pero al ver a Lady Caitlyn y Lady Marilyn allí, me hizo pensar que esta vez no era el caso. No tenían un sistema de jurado, por lo que no podía decir que tenían mucho poder, pero verlas sentadas allí era alentador. Cuando nuestras miradas se cruzaron, sonrieron.

Había muchos espectadores sentados en círculo en la sala, y se sentía como un coliseo donde los gladiadores luchaban entre sí con espadas. Estaba seguro de que no iba a haber una batalla, pero no era una mala comparación.

“Después de todo, esto es una pelea”, comenté en voz alta sin querer.

“¿Eh?”

“No es nada, Ji-Hye”, sacudí mi mano para quitarle importancia.

“Qué aburrido…”

Cuando negué con la cabeza, indicándole que no era nada, ella volvió a revisar los documentos. Como no sabíamos qué podía suceder, estaba revisando las diferentes contramedidas y otros factores que podían afectar el juicio. Después de esperar ansiosamente, la gente comenzó a tomar asiento.

Los jueces ya habían discutido este caso, y Cha Hee-Ra y Kasugano Yuno estaban sentadas en el estrado de los testigos, cuando…

“El acusado ya puede ingresar a la sala”.

…nuestro querido Ito Sota hizo su entrada. El bastardo entró con confianza. Miró alrededor de la sala como si quisiera demostrar que no era un criminal, pero las esposas en sus manos dejaban claro para todos que él era el agresor. Mis preciados camaradas, sentados en la banca de los espectadores, empezaron a hablar…

“Mira a esa basura”.

“¿Cómo se atreve a mirarnos con esa cara?”

No necesitaba explicar que la sala se calentó de inmediato; en unos segundos, los murmullos llegaron a oídos del bando de Ito Sota, que no se tardaron en responder con gritos y dedos acusatorios. Sin embargo, la conmoción no duró mucho, ya que la voz del Juez Presidente se hizo escuchar.

“Por favor, silencio. A partir de ahora, cualquiera que cause una conmoción en esta corte sagrada será escoltado fuera de la sala, independientemente del motivo”, exclamó con una voz potente que se elevó por encima de todo el ruido. Esperó unos segundos, mirando a todos con una expresión severa, hasta que el silencio llenó la sala. “Este juicio se abre tras recibir una solicitud de Ito Sota, maestro del gremio Yamato. Pero antes de comenzar, oraremos a la diosa de Benigoa. El padre Basel guiará la oración”.

“Oremos”, dijo Basel, levantándose de su asiento y caminando al centro de la sala.

Siempre había procedimientos complicados o molestos en todas partes. Aunque quería que comenzaran el juicio de inmediato, me mantuve en silencio. Mientras todos mantenían los ojos cerrados para orar, abrí ligeramente los míos para mirar a Ito Sota.

Cuando nuestros ojos se encontraron, pude ver lo furioso que estaba: los tenía inyectados en sangre, y reflejaban la intensidad de un demonio. Si no estuviéramos en la sala del tribunal ahora mismo, ya me habría destrozado en pedazos.

Maldita sea, da miedo.

Tenía las manos encadenadas, y por si fuera poco, Victor Hart y los caballeros imperiales estaban cerca de mí en caso de que algo sucediera, por lo que no podía hacerme daño. Pero de todos modos, no pude evitar sentir un escalofrío recorriéndome la espalda… Tardé unos segundos en darme cuenta de que no tenía razón para temerle, y entonces me permití esbozar una pequeña sonrisa a modo de burla. Él apartó la mirada, mas pude ver un fino hilo de sangre deslizarse por sus labios.

¿Qué vas a hacer al respecto? Puedes mirarme todo lo que quieras, cabrón.

“Pffft…”

Me resultaba difícil no reírme. Sabía que debía permanecer en silencio durante la oración, pero siempre era divertido verlo en uno de sus arrebatos. De todos los resentimientos que había recibido hasta ahora, este era el peor, y quería felicitarlo por no liberar su intención asesina.

“Por favor, bendícenos con un juicio justo…”

“Quiero agradecer al padre Basel por la oración. Ahora, el juicio durará sesenta minutos…”

Asentí cuando el Juez Presidente explicó el procedimiento, pues ya conocía todo esto.

“Comenzaremos con el testimonio del demandante. La señorita Lee Ji-Hye es la representante del señor Lee Ki-Young, así que empezaremos con su declaración. Por favor, comience”.

Ji-Hye se levantó lentamente y con seguridad.

“Honorable Juez Presidente. Antes de comenzar, me gustaría que observara los datos que hemos recopilado”.

“Adelante”.

Ella misma caminó hasta el estrado, le entregó unos cuantos documentos, y retrocedió unos pasos, quedando en el centro.

“El primer incidente no ocurrió el día dieciocho durante la fiesta”, comenzó a explicarle. “Mi cliente, el señor Lee Ki-Young, ha estado recibiendo amenazas constantes y ha estado en peligro debido al trato entre Lee Seol-Ho, del gremio del Escudo Cariano, y el gremio Yamato”.

El juez asintió en silencio mientras pasaba las páginas, alternando la mirada entre ellas y Ji-Hye.

“El señor Lee Ki-Young fue herido por primera vez el primero de octubre del presente año, durante el infame ataque terrorista en la Ciudad Libre de Lindel”, continuó hablando, a la vez que caminaba con las manos detrás de su espalda. “Dicho ataque fue dirigido específicamente a mi cliente, y no fue al azar. A través de este incidente, docenas de ciudadanos inocentes de Lindel murieron. Mientras los Carianos, los Mercenarios Rojos y el Cisne Negro investigaban a Lee Seol-Ho, descubrimos que había estado en contacto con Ito Sota, del gremio Yamato, e incluso adquirimos pruebas de ello, pero unos días después, el siete de octubre, encontramos su cadáver cerca de la montaña Ramadel”.

Buen trabajo, mi Ji-Hye.

“Notamos que el cuerpo de Lee Seol-Ho fue torturado en múltiples ocasiones y tenía heridas por todo el cuerpo. Incluso encontramos rastros de heridas causadas por una katana, un arma común dentro del gremio Yamato. Puede ver las imágenes en el documento, venerable”.

Obviamente todo eso era fabricado, ya que los que mataron a Lee Seol-Ho fuimos nosotros. Aun así, no fue difícil utilizar el cadáver del viejo a nuestro favor.

Ji-Hye hizo una pausa para que el juez diera vuelta a la página; cuando lo hizo, se pudo ver el rostro del hombre ensombreciéndose, además de una mueca que apenas pudo contener.

“La mayoría de los asesinos involucrados en el ataque terrorista se suicidaron antes de que pudiéramos capturarlos; sin embargo, logramos rastrear dicho veneno hasta Celia”, agregó Ji-Hye.

“Objeción”, el abogado de Sota alzó la voz. “No hay pruebas de que el veneno utilizado por los asesinos durante el ataque terrorista pertenezca al gremio Yamato. Es inapropiado utilizarlo como prueba”.

El juez leyó en silencio por unos segundos, levantó la vista hacia ambos, y dijo:

“Lo aceptaremos como evidencia por ahora”.

“Gracias, venerable”, respondió Ji-Hye.

Esa información no era fabricada. No teníamos pruebas de que los asesinos fueran de Yamato, pero dependiendo de cómo la usáramos, podríamos convertir esa información en evidencia.

“Puede continuar”, le indicó el juez, posando sus ojos sobre ella.

“No pudimos hacer una verificación de antecedentes, pero descubrimos que la mayoría de ellos eran asesinos japoneses de la Ciudad Libre de Celia. Como puede ver en los documentos, las armas y herramientas que portaban son provenientes de Celia, también”.

Como era de esperarse, el agente de Ito Sota empezó a objetar las afirmaciones de Ji-Hye.

“Objeción. Aunque las armas y herramientas fueran de la Ciudad Libre de Celia, no hay pruebas de que los asesinos realmente fueran de allí. Un grupo profesionalmente entrenado debe haber fabricado esto para incriminar al gremio Yamato…”

“Lo aceptaremos como evidencia por ahora”, el juez interrumpió al agente.

“¡Esto es absurdo!”

“Por favor, guarde silencio. El demandante no ha terminado su testimonio aún”, lo reprehendió el juez.

Estaba aceptando con entusiasmo piezas de evidencia que eran algo insuficientes. Para este punto, Ito Sota debería saber que algo no andaba bien.

Jajajaja…

Lee Ji-Hye ya se había reunido con el Juez Presidente del Sacro Imperio varias veces, y aunque no escuchó de su boca que tomarían nuestro lado, ya habían aceptado muchas cosas de nuestra parte, así que estaba seguro de que estarían dispuestos a hacer la vista gorda con estos pequeños detalles. El juicio justo mencionado en la oración estaba lejos de encontrarse.

“¡Objeción! Esa prueba es…”

“Creo que es suficiente para ser presentada como evidencia. Por favor, traigan los documentos relacionados”.

“Gracias, Su Señoría,” dijo Lee Ji-Hye.

Esto también…

“¡Objeción! Eso es simplemente una suposición, no una prueba contundente. Por favor, considere la posibilidad de que el documento haya sido fabricado”, suplicó el agente.

“¡Orden! El demandante aún está dando su testimonio, y revisaré primero los documentos relacionados. Le pido paciencia”.

“Gracias, venerable Juez Presidente”, respondió Ji-Hye.

Y otra más…

“¡Objeción!”

“Lo aceptaré”.

“Gracias, su señoría”.

Si se diera un caso así en la Tierra, sería un escándalo… Pensé, divertido.

Había tanta evidencia que hacía pensar que el juicio solo era para decidir el castigo de Sota. Cualquiera podría darse cuenta de que habíamos comprado al juez, pero el bando contrario no se atrevía siquiera a susurrarlo.

No faltaba nada. No importaba cuánto el bando de Ito Sota dijera que las pruebas eran fabricadas, ya estaban presentadas como evidencia, y todas las trampas que habíamos tendido mostraban que todo era obra del gremio Yamato.

“El caso de Juliena es similar también, su señoría”, Ji-Hye retomó su exposición. “Para incriminar a mi cliente, Ito Sota utilizó la información que obtuvo de Lee Seol-Ho y el ataque terrorista en Lindel para etiquetarlo como asesino. Si observa la información del objeto legendario de Juliena, podrá ver que solo se mueve cuando mi cliente está en peligro”.

“Ya veo…”

“Kazuma Hiroyuki del gremio Yamato recibió una orden de Ito Sota para emitir una energía amenazante hacia mi cliente, y para apoyar esto, me gustaría presentar datos adicionales de análisis sobre los patrones de movimiento de Juliena, así como el testimonio de Kasugano Yuno”.

“Revisaré los documentos. ¿Puede Kasugano Yuno, maestra del gremio Yozora, subir al estrado de los testigos?” solicitó el Juez Presidente.

“Sí… lo primero que vi fue…”

No podía ir mejor, y el testimonio de Yuno en sí era muy creíble. El jurado y las figuras religiosas asintieron mientras escuchaban su vívido testimonio.

“Por favor, haga su declaración final, demandante”, pidió el juez una vez Yuno terminó.

“Sí, su señoría”, asintió, para después ponerse frente al jurado. “Estoy segura de que todos recuerdan el intento de asesinato ocurrido en la reciente fiesta. Gracias a la señorita Cha Hee-Ra, se convirtió en un intento de asesinato, y no creo que necesite presentar pruebas sobre el pecado que Ito Sota cometió en la reunión donde se congregaron nobles y figuras religiosas. Con base en todas las declaraciones y evidencias que he presentado, no pueden negar el hecho de que Ito Sota tiene mala voluntad hacia mi cliente, y ese día, todos incluso vieron cómo intencionalmente plantó magia en el brazo del señor Lee Ki-Young”.

Los miembros del jurado aportaron unos detalles más, y estuvieron de acuerdo con sus palabras.

“No presentaré pruebas con respecto a ese caso porque todos aquí son testigos. Muchas gracias, venerable”, dijo, terminando su declaración.

El agente de Ito Sota hizo varios comentarios durante su testimonio, pero no fue suficiente para cambiar la opinión de la gente. No estaba seguro de cómo iban a refutarlo, pero…

Probablemente esto no termine aquí.

Ito Sota no lo dejaría acabar así y estaba seguro de que no caería tan fácilmente, ya que era competente e inteligente.

Bueno, entonces, muéstrame lo que tienes.

Estaba seguro de que él había fabricado pruebas, justo como yo había hecho.

“No es cierto. La declaración de la señorita Lee Ji-Hye es un poco diferente de la verdad”, se levantó y comenzó a hablar.

Lo sabía.

“El ataque terrorista en Lindel, el caso de Juliena y el intento de asesinato no fueron obra mía. Y para ser exacto, puede que los japoneses estén detrás de ello, pero puedo decir con certeza que no estuve involucrado en ninguno de esos casos”.

“Por favor, absténgase de hacer comentarios absurdos, acusado”, le advirtió el Juez Presidente.

“No es un comentario absurdo. Todos ustedes y el honorable Juez Presidente. Sé que esto es un poco repentino, pero ¿han oído hablar de la poción de fantasía que actualmente se distribuye en Celia?” Preguntó Sota.

Como era de esperar… tomó el anzuelo.

Me alegra que Ito Sota sea competente.

Me sentí aliviado de que hubiera percibido los pequeños cambios que estaban ocurriendo a su alrededor, hasta el punto de obtener un resultado que no debería haber sido alcanzable. También me alegraba que hubiera investigado sobre mí y la poción de fantasía utilizando la evidencia fabricada que había preparado para él.

Jajajajaja…

Ya me estaba riendo en mi mente, pero me mantuve en silencio.

Buen trabajo, pedazo de mierda inteligente.