Risou No Himo Seikatsu (NL)

Volumen 14

Capítulo 4: Los Próximos Pasos

Parte 2

Mientras Aura realizaba experimentos mágicos privados, Zenjirou estaba en una glorieta en los jardines del palacio. No había paredes, sólo un techo delgado. Además, una brisa constante llegaba a la zona desde una fuente cercana, por lo que era relativamente soportable incluso en plena temporada de más calor. Él y Lucrecia Broglie, de la noble familia del mismo nombre del Reino Gemelo, estaban almorzando allí.

“Una de las cosas que aprendí en nuestro viaje fue que poder simplemente sentarme y beber agua así es algo por lo que estar agradecida”, murmuró Lucrecia con seriedad, mientras tomaba un sorbo cortés de su bebida.

Las cejas de Zenjirou se arquearon cuando estuvo de acuerdo. “Muy bien. Apuesto a que tú y yo estábamos aproximadamente a la par en la cantidad de veces que nos derramamos agua”.

Beber líquidos mientras el mar estaba embravecido era algo que requería concentración. Si bien el barco tenía varias personas que podían purificar el agua (y una herramienta mágica para hacer lo mismo) lo convertía en una broma divertida, normalmente incluso los invitados serían castigados por desperdiciar tanta agua como lo habían hecho ellos dos.

“El único lado positivo fue la falta de mareos”, añadió él.

“Concordamos”.

Flora, la sirvienta que estaba detrás de Lucrecia, se aclaró la garganta suavemente ante eso. Al mismo tiempo, el caballero detrás de Zenjirou, Natalio, miró hacia otro lado con culpabilidad. Los dos también habían sido parte del viaje en la Hoja de Glasir.

Desafortunadamente, ambos también pertenecían al grupo de personas que se habían mareado. Mientras estaban aquí como asistente y guardia, respectivamente y, por lo tanto, se suponía que no debían ofrecer comentarios personales, ese rigor se había relajado significativamente durante el viaje.

Por supuesto, Zenjirou y Lucrecia también eran más cercanos que al comienzo del viaje, lo que podría resultar algo bueno en el futuro. La situación en la que se encontraban era como la de un castillo con el foso casi lleno.

Zenjirou no pudo eliminar su disgusto por la situación, considerando que ya tenía una esposa en Aura y recientemente había obtenido una segunda esposa en Freya, pero la situación no permitía esos sentimientos. En ese sentido, la mayor cercanía entre ambos podría considerarse positiva. Incluso si a Zenjirou le pareciera que enemigo tras enemigo cargaban sobre su foso lleno.

“Sin embargo, lo principal que recuerdo del viaje son las vistas de los países del Continente del Norte”, comentó Zenjirou.

“En efecto. La Mancomunidad tuvo un impacto real”, coincidió Lucrecia.

La Mancomunidad, o como se la conocía oficialmente, la Mancomunidad de Nobles de Złota Wolność… Zenjirou casi saltó cuando escuchó el nombre salir de los labios de Lucrecia, pero, de alguna manera logró controlar su reacción. El Reino Gemelo de Sharou – Gillbelle eran descendientes del Imperio Blanco y enemigos potenciales de la Mancomunidad de Nobles de Złota Wolność.

Zenjirou y los demás sólo lo sabían porque Lucrecia se los había contado.

Era casi seguro que las impresiones de Lucrecia sobre la Mancomunidad tendrían elementos ocultos. Aun así, donde un caballero y una sirvienta podían escuchar no era el lugar para hablar de tales asuntos.

“La ciudad que vimos ciertamente llamó la atención. Soy un completo indocto en lo que respecta a la arquitectura, pero incluso yo podría decir que se construyó de manera diferente a aquí”.

“Era un pueblo muy bonito, sí”.

La mayor parte del tiempo que los dos pasaron juntos fue en su viaje al Continente del Norte. Por lo tanto, mucho de lo que podían compartir una conversación tenía inevitablemente que ver con el tiempo pasado en el barco o en el continente mismo.

Una conversación que fluyese tan bien podría considerarse un progreso para Zenjirou y una conquista para Lucrecia.

Lamentablemente, el cambio en el clima político fue bastante más rápido. Por lo tanto, era necesario impulsar la conversación, incluso si era un poco tensa.

“Creo que la princesa Margarita llegó recientemente”, dijo Zenjirou, mencionando a alguien que “casualmente” estaba relacionado con Lucrecia. Estaba algo nervioso por qué tipo de reacción obtendría, pero su respuesta fue más tranquila de lo que esperaba.

“En efecto. Me reuní con ella una vez y le ofrecí mis saludos”.

“Entiendo” Su sorpresa por la falta de una reacción real debió notarse porque la chica rubia sonrió levemente.

“Fue gracias a la princesa Margarita que estas situaciones han salido bien, así que quería al menos transmitir mi gratitud”, añadió dirigiendo sus ojos azules muy descaradamente hacia la muñeca derecha de Zenjirou. Envuelto alrededor de la articulación había un brazalete tosco hecho de metal gris opaco. Era una herramienta mágica fuerte con un nombre: El Martillo de Viento. Este regalo de Margarita había sido una verdadera bendición para Zenjirou.

Como pago por el regalo, ella le había pedido que aceptara tres de las peticiones de Lucrecia. Teniendo en cuenta su declaración, la propia chica debía conocer los detalles. Por sangre, Lucrecia y Margarita eran hermanas, pero, en el papel, eran completas desconocidas. Sin embargo, emocionalmente parecía que se veían como hermanas. Por lo tanto, podía entender por qué Lucrecia hubiera querido transmitirle su gratitud. Sin embargo, no podía ver cómo eso se relacionaba con reunirse una vez y ofrecerle saludos.

Lucrecia sonrió renuentemente ante su pregunta y explicó. “La princesa Margarita está aquí debido a su deseo de ser aprendiz de Sir Völundr. La mejor manera de demostrar lo agradecida que estoy es afectar lo menos posible el tiempo que ella pasa con él”.

“Ah, ya veo”, respondió Zenjirou al darse cuenta.

De hecho, dentro de la familia Sharou se hablaba de ella de manera similar a Francesco como uno de los mejores encantadores jóvenes. También hubo rumores de que sus hazañas estaban al mismo nivel que las de él.

Hablando de rumores, Zenjirou tenía algo más que preguntar. “Ahora que lo pienso, he oído que has estado presente en más almuerzos y cenas que antes. ¿Quizás eso sea parte de tu agradecimiento?”.

Ella ofreció una mirada tímida. “Lo es. Como parte de mi agradecimiento, asisto en su lugar a las invitaciones donde sea posible”.

“Eso no puede ser fácil”, comentó él, sinceramente impresionado.

Si bien era posible que se haya casado con un miembro de una rama de la familia, Margarita todavía era una miembro de la realeza respetada, famosa por su habilidad para encantar. La carga sobre Lucrecia, que no era más que una muchacha noble de una familia influyente, era claramente diferente. La decepción de invitar a un miembro de una familia real sólo para ser recibido por un noble normal sería palpable incluso si intentaran ocultarlo. Existía una gran posibilidad de que tales reuniones resultaran bastante incómodas.

Sin embargo, no hubo informes de que Lucrecia haya causado problemas en almuerzos o banquetes. En otras palabras, había logrado afrontar con seguridad el papel de sustituta no deseada.

Claramente estaba excepcionalmente feliz con sus elogios mientras se enderezaba.

“Bueno, esas cosas son mi especialidad”, respondió ella.

Esa era toda la verdad. Si bien no era tan hábil como una diplomática, Lucrecia se destacó en asegurarse de que quienquiera que celebrara un evento lo disfrutara. Por supuesto, su halago bastante descarado hacia los hombres en el Reino Gemelo la había llevado a ser relativamente impopular entre las mujeres.

Afortunadamente, no fue vista de esa manera en Capua, por lo que era muy querida tanto por hombres como por mujeres.

“Es impresionante”, insistió Zenjirou. “Honestamente,

prefiero decir que es algo con lo que lucho”.

La queja se le escapó de los labios. Había acompañado a Lucrecia como su compañero varias veces tanto en el Reino Gemelo como en la Mancomunidad, por lo que probablemente ella estaba al tanto de sus luchas en tales situaciones. Aun así, su respuesta no fue exactamente la que él esperaba.

“¿Es eso así? Hasta donde puedo recordar, siempre se ha comportado tan bien como debería. Si me disculpa, ¿No es tal vez que ‘lucha’ con ello, sino que ‘no le gusta’?”.

El comentario inusualmente agudo de ella provocó que una mirada irónica de diversión revoloteara sobre el rostro de Zenjirou.

“Esto es bastante difícil de discutir”, admitió él.

Si bien era algo con lo que personalmente sentía que luchaba, si tuviera que elegir qué descripción le convenía mejor, tendría que aceptar que era la última.

Con la conversación en pleno desarrollo y un sentido de camaradería establecido, Zenjirou no se volteó hacia Lucrecia, sino hacia la sirvienta y el caballero que también estaban presentes, expresándoles que tenía algo importante que discutir con Lucrecia.

Ambos ya habían asumido que ese era el propósito de la reunión, por lo que simplemente hicieron una reverencia antes de irse. Flora era la confidente de Lucrecia, y Natalio era a la vez el caballero de Zenjirou y el líder de sus caballeros que llegaron con su posición como Duque de Bilbo. Por eso, quizás era una formalidad bastante inútil, pero había que observar las sutilezas.

Cuando estuvo seguro de que los dos se habían ido, Zenjirou se enderezó nuevamente y habló en voz baja. “Quiero que me respondas con la verdad, Lucy. ¿Aún deseas convertirte en mi concubina?”.

Lucrecia respondió del mismo modo, su voz apenas era

audible. “Sí. Por supuesto”.

Cualquiera que fuera el caso, Lucrecia había pasado una cantidad bastante grande de tiempo con Zenjirou, por lo que podía decir que él no era particularmente acogedor con las concubinas. Por lo tanto, podía sentir cómo se desarrollaba la situación, y él estaba dispuesto a abrirse así entre los dos.

Parecía sentir que era un momento de vida o muerte y se inclinó rápidamente sobre la mesa para defender su caso. “Es mi mayor deseo y haré todo lo que pueda para hacerlo realidad”.

Su entusiasmo era honesto, pero las palabras en sí no lo eran.

Por lo tanto, mientras asentía, Zenjirou señaló la discrepancia.

“Supongo que tu mayor deseo real es regresar con la familia Sharou. Convertirme en mi concubina es simplemente un medio para lograr un fin”.

Lucrecia nació en la familia, pero debido a la falta de su magia lineal, fue transferida a la familia Broglie poco después de su nacimiento. Si se analiza la historia del país en su conjunto, esto no carecía de precedentes. Ese precedente también definió el único método por el cual la descendencia adoptada podría volver a ser considerada parte de su familia biológica: casarse con un miembro de la realeza.

En tal caso, no se trataba de que la persona volviera a ser considerada realeza a fuerza de su matrimonio; más bien, fueron transferidos nuevamente a las listas familiares de su familia biológica antes del matrimonio real. La razón principal de esto era evitar que una familia noble tuviera una influencia excesiva sobre la familia real, pero ese cambio de nombre era el único deseo verdadero de Lucrecia.

Normalmente, la familia real en cuestión tendría que ser la familia Sharou. En el Continente del Sur, ser parte de una familia real significaba mantener su magia lineal, por lo que casarse con un miembro de la realeza extranjera era un tabú. Sin embargo, Zenjirou era una excepción a ello. Era descendiente de un príncipe de la familia Capua y también de una princesa de la familia Sharou, por lo que no era un riesgo en este momento.

La familia Sharou deseaba la magia espacio-temporal de la familia Capua, mientras que la familia Capua deseaba el encantamiento de la familia Sharou. Había un contrato secreto entre las dos familias, que esencialmente le permitía a Zenjirou tener una concubina que poseía ese linaje. De hecho, no se trataba tanto de “permitirlo” sino más bien de “respaldarlo”.

Por eso Lucrecia deseaba convertirse en la concubina de Zenjirou. Era, fundamentalmente, sólo un medio para lograr un fin.

“Si un hombre de la familia Sharou te hiciera una oferta, supongo que no te opondrías particularmente, ¿No es verdad?”.