Isekai Meikyū de Harem o (NL)

Volumen 1

Prólogo: Mi Vida Actual

Parte 1

¿Has oído hablar de esto? ¿Un sitio de suicidios?

Oh, no me mires así, sé que lo has hecho. Casi todo el mundo ha oído hablar de al menos uno en estos días. Un sitio web en Internet donde puedes encontrar varias formas de suicidarte o personas afines con las que suicidarte en grupo.

Cuando me topé con esto por primera vez, me sentí profundamente confundido, para ser honesto.

En realidad, no quería suicidarme, pero al mismo tiempo me encontraba en un momento de mi vida en el que tampoco quería vivir, y la perspectiva de acabar definitivamente con mi superficial existencia de una vez por todas me parecía extrañamente atractiva.

Porque este mundo ha hecho todo lo que ha podido y más para llevarme a los pozos más profundos de la más oscura desesperación.

En la escuela me acosaban y me condenaban al aislamiento, de una forma más espantosa que el maltrato físico habitual: Todos me ignoraban, me trataban como si no fuera más que aire. En clase, durante las pausas para comer o al ir y volver del colegio, siempre estaba solo. Cuando una tarea requería que nos pusiéramos en pares, yo siempre terminaba siendo el único que no tenía compañero. Todas. Las . Veces.

Cuando el número de hombres y mujeres en nuestra clase era desigual, los profesores intentaban emparejarme con chicas. Probablemente te imagines cómo iba a acabar esa idea, pero te lo voy a contar de todos modos, sólo para hacerme sentir un poco peor, porque a estas alturas, ¿por qué no? Cada una de esas zorras intentaban poner cualquier excusa para no ser mi compañera. Lo hacían diciendo que ya habían prometido estar con otra persona o, cuando esa táctica resultaba ineficaz, se unían a mí a regañadientes sólo para hacer ellas todo el trabajo. Y lo hacían sin mirarme ni pronunciar una sola palabra. A menudo podía jurar que veía el aura de resentimiento hacia mí manifestarse físicamente a su alrededor como una especie de armadura protectora, y comentarios como ‘me siento sucia’, ‘tengo que ir a limpiarme con agua bendita’ o ‘ahora nunca podré casarme’ eran tan comunes que dejé de contabilizarlos después de la centésima vez, más o menos. Creía que ya estaba acostumbrado a ellos, pero no importaba cuántas veces los oyera o en cuántas variaciones, seguían doliendo igual, echando más y más leña a la intensa hoguera de mi odio hacia mí mismo.

Y antes de que alguno haga esa pregunta tonta, no, no era así sólo en el instituto. Era así desde la escuela primaria, donde me metía en peleas con los otros niños casi a diario, lo que hacía que me etiquetaran como un delincuente violento. Uno pensaría que las cosas mejorarían con el tiempo. Bueno, tengo noticias para ti, no lo hicieron. Ni en lo más mínimo.

Cuando estaba en 4º era el saco de boxeo de todos durante casi todos los recreos, especialmente después de una de las clases en las que todos compartíamos nuestros sueños para el futuro. Yo, en un espléndido alarde de idiotez infantil, había soltado que quería ser luchador profesional. Además, siempre me echaban del salón de clase a la hora de cambiarme para Educación Física, y en verano, cuando llegaba la hora de las clases de natación, mi ropa y sólo mi ropa acababa mágicamente tirada en la piscina. Sí, esos fueron los días de mi infancia que no quiero recordar.

Sin embargo, tengo que decir que las cosas se calmaron un poco cuando empecé a aprender Kendo como medio de defensa personal. También fue una forma muy eficaz de canalizar toda mi frustración y violencia contenidas en algo productivo. Cuando llegué al segundo curso de secundaria, el acoso físico cesó por completo y pasó a ser mental. Creo que un incidente en el que ‘accidentalmente’ le di una paliza tremenda a uno de mis agresores y acabé mandándolo al hospital durante unos meses tuvo algo que ver, pero puedo estar equivocado. Bueno, no nos detengamos en los pequeños detalles por ahora. En resumidas cuentas, durante un tiempo las cosas se calmaron. Nadie se atrevió a levantar la mano contra mí, pero me convertí en un marginado sin un solo amigo.

A lo largo de los años de la educación, los niños pueden ser unos auténticos idiotas, ¿no les parece? Una vez que aprenden que no pueden hacerte daño físicamente, intentan hacerlo mentalmente. No es como si hubiera alguna posibilidad real de que al final me dejen en paz.

La actitud de mi padre en casa era más o menos la misma. Cuando murió mi madre, lo primero que hizo en lugar de llorarla fue convertirme en objeto de su violencia doméstica. ‘¡DEBERÍAS AGRADECERME,  HAGO TODO POR TU BIENESTAR!’ gritaba mientras me daba una paliza que me dejaba inconsciente.

Ese fue el momento en el que me di cuenta de que esto es de lo que trata este miserable mundo. Por mucho que intentes vivir una vida buena y honesta, la única forma de hacer realidad tus sueños es eliminando todo y a todos los que se interpongan entre tú y tu objetivo. Sólo cuando estés de pie en la cima de la montaña de los innumerables cadáveres de tus enemigos donde nadie podrá amenazarte nunca más mientras sorbes triunfante el néctar de la dulce victoria, sólo entonces se te permitirá decir que realmente has ganado el juego de mierda llamado ‘Vida’.

Esa forma de ver la vida parece más propia de un delincuente o de un mezquino miembro de la Yakuza, pero es así. Sin poder, no eres nadie. Sólo uno de los don nadie sin nombre que viven sus días sin rumbo como miembro de la masa gris de la mediocridad. Al menos, eso es lo que pienso después de todo lo que he pasado.

Este mundo es un lugar sin esperanza, verdaderamente podrido. Mirándolo ahora en retrospectiva, debió de ser precisamente por eso.

Esa fue la razón por la que decidí hacer clic en el enlace a ese sitio de suicidios obviamente turbio que encontré una noche mientras navegaba por Internet en la soledad de mi propia habitación después de haberme hartado de las palizas de mi padre durante todo el día.

¿Cómo decirlo? Fue… una experiencia reveladora. No estoy bromeando, leer todo lo que se publicó allí realmente me ayudó a entender lo tonto que era yo hasta ese momento. Antes pensaba que era el único que lo pasaba mal, pero ahora por fin veía que el mundo estaba plagado de cientos de miles de personas de todos los orígenes y edades que simplemente no podían soportarlo más y por eso buscaban una salida. Aquel día, algo había cambiado dentro de mí, como si de repente se hubiera encendido un interruptor dentro de mi mente. Lo que comenzó como una curiosa lectura esporádica empezó a convertirse en un gran interés. Así que leí todas las publicaciones, recopilé información, consulté todos los enlaces y finalmente llegué a lo que podría llamarse el santuario interno del sitio.

Pensándolo detenidamente, este mundo no me ha traído más que remordimientos. No tenía a nadie a quien pudiera llamar mi amante, ni amigos ni familia que me apoyaran en las buenas y en las malas. Y si ese era el caso, ¿por qué iba a molestarme en seguir viviendo en semejante infierno en la tierra?

Mis calificaciones no eran excepcionales en ningún sentido. Debido a la violencia doméstica en mi familia me sería imposible ir a la universidad. Apenas teníamos dinero para llegar a fin de mes. Mi única cualidad redentora eran mis habilidades en Kendo, perfeccionadas desde mis primeros años. Además del Kendo, quería entrenarme en Judo o Karate, pero como las clases costaban una fortuna, era imposible. Incluso con el Kendo, sólo pude practicarlo porque el maestro del Dojo local entrenaba a los niños gratuitamente y también les prestaba su equipo, pero yo sabía que no lo hacía por la bondad de su corazón. Sólo era una excusa para dar clases ‘privadas’ a los niños que le ‘gustaban’, sobre todo a las chicas. Así que en caso de que no me escucharan la primera vez, permítanme reiterar:

Este mundo es un lugar verdaderamente podrido.

La lista de mis arrepentimientos era mucho más larga que los relacionados con la situación económica de mi familia, por supuesto. Uno de ellos era mi deseo de dejar por fin de ser virgen. En serio, ¿quién no lo vería venir? ¿Morir sin tener ninguna experiencia sexual? Eso sí que sería patético. Como cualquier otro chico de instituto de mi edad, quería probar a hacerlo al menos una vez. Quería saber si liberar todo tu deseo sexual en una chica realmente se sentía tan bien como todo el mundo a mi alrededor decía.

Así pasaron los días sin que se produjeran cambios significativos. Durante todo este tiempo, estuve indeciso sobre si realmente quería suicidarme o no. Después de todo, la idea de acabar con mi vida con mis propias manos me asustaba muchísimo. Tenía miedo del dolor y de lo que pasaría si, por algún milagro, conseguía estropear mi intento. Y ya que hablamos del tema, me pregunto si morir es tan sencillo como lo pintan los libros: que uno cierra los ojos, se duerme y ya está. Bueno, supongo que puede ser así cuando mueres por causas naturales, como una enfermedad o la vejez, pero ¿para todo lo demás? Supongo que todavía era demasiado cobarde para probarlo por mí mismo.

Yo era bastante bueno en Kendo. Podría ser duro, pero quizá si me esforzara más podría ganarme la vida con eso… No estaría nada mal si funcionara.

En cuanto a perder mi virginidad, supongo que todo lo bueno se hace esperar. Si tengo paciencia, seguro que tendré la oportunidad de acostarme con alguien agradable. ¿Y si antes alcanzaba oficialmente el estatus de Mago (llegar a los 30 años todavía virgen)? Me importaba una mierda.

Con estos pensamientos contradictorios en la cabeza, seguí leyendo los posts publicados en la página, a la cual ya era habitual. Y una fatídica noche, mis ojos se posaron en un enlace a un post titulado 『Antes de decidir suicidarte』.

Esto es.

¡Una guía que me va a ayudar a decidirme!

¡Esto es lo que quería desde el principio!

***

Con la emoción aumentando rápidamente, decidí hacer clic en el enlace. Quién sabe, ¿quizá me indicara algunas buenas alternativas al suicidio? Al fin y al cabo, sólo soy un adolescente en su segundo año de bachillerato, así que comprobar las alternativas antes de comprometerme de verdad era comprensible.

«A ver qué tenemos aquí… ajá, está bien, genial, lo entiendo…»

Murmuré mientras me desplazaba lentamente por la página. Para hacer un breve resumen de su contenido, decía que si tu propio mundo te parece una mierda en la que no puedes vivir, ¿por qué no te mudas a otro?

Para ser sincero, eso no era lo que esperaba. Pero, por otro lado, tenía mucho sentido. Quiero decir, piénsalo: si estás harto del mundo en el que vives, cambiar a otro que te guste más es algo obvio.

La página enumera muchos ejemplos de mundos así: un mundo tecnológicamente avanzado, un mundo donde los piratas y sus barcos hacen la ley, un mundo antiguo lleno de espadas y magia… un mundo así no suena tan mal. Si eligiera algo así, podría trasladarme a un mundo habitado no sólo por repugnantes humanos, sino también por bellos y nobles elfos, empeñosos enanos o incluso por semihumanos y bestias que convivieran juntos. Eso sí que sería interesante.

Pero, ¿cómo puedes trasladarte a un mundo así, te preguntarás? Eso es muy sencillo. La respuesta a esa pregunta es: a través de los juegos. Los de Internet, para ser más concretos.

Y da la casualidad de que la página ofrecía enlaces a las páginas principales de todo tipo de juegos, no sólo a los que he enumerado más arriba.

Supongo que podría probar alguno de ellos, sólo por probar. Desde luego, será más sano que pasarse toda la noche leyendo los comentarios de los demás usuarios de la página de suicidio durante quién sabe cuántas noches seguidas. Sí, pensemos en ello como un cambio de ritmo muy necesario, o un soplo de aire fresco. Miren, a pesar de la basura que dije antes, todavía puedo comportarme como un ser humano medio decente si quiero. Si tengo que llenar mi cabeza con algo, prefiero que sean juegos a pensamientos suicidas. Tal vez sea mi cobardía interna la que habla a través de mí ahora, pero he visto por mí mismo en los últimos días que había muchas personas que pensaban exactamente lo mismo, así que tal vez ese tipo de publicidad se hizo específicamente para atraerlos. Bueno, da igual.

En lo que respecta a los juegos en línea, puedo decir con orgullo que no soy un completo novato, ya que jugué a algunos en el pasado. Aunque tengo que admitir que mi actitud de solitario sin amigos se me debe haber quedado muy grabada, porque incluso cuando jugaba juegos en línea, en los que conocer gente nueva y cooperar con ella es más o menos el objetivo de todo, yo era un jugador auténticamente solitario. Era lo que podría llamarse un jugador ocasional por excelencia, que jugaba sólo lo que le parecía bonito y lo dejaba de lado en cuanto me aburría. Pero cuando jugaba, me aseguraba de disfrutar cada segundo. Aunque el juego fuera una auténtica basura, no lo odiaba en sí, sino a los que lo hicieron así.

Muy bien, cuando entré en la página de un juego que me pareció bastante interesante, lo primero que me dijeron que hiciera fue elegir mi raza y el país de origen entre una impresionante selección de opciones. Hmm, ¿quizá debería aspirar a algo interesante, como una mezcla de las cosas más inesperadas posibles? Y si de todos modos me aburro, siempre puedo volver a empezar desde cero.

La siguiente página trataba sobre la frecuencia de las guerras en el mundo del juego. Así que es un escenario en el que los países luchan entre sí por la supremacía en lugar de ser amistosos, supongo. Me pregunto si será similar a las batallas entre gremios, pero a una escala mucho mayor.

Bueno, tampoco es que vaya a tener mucho sentido para mí como jugador solitario. Con eso en mente, creo que voy a elegir uno de los países más amistosos. Bien, una vez hecho esto, ¿qué es lo siguiente? ¿El tipo mazmorra o el tipo campo? Esta va a ser una decisión difícil. ¿No puedo elegir los dos a la vez? Oh, bueno, mira eso, al parecer puedo. Genial, entonces las dos. También es bueno que puedas elegir los ajustes recomendados por el propio juego, ya que hay tantas opciones detalladas entre las que elegir que leerlas detenidamente me habría quitado una noche entera de sueño.

Una de las últimas opciones era el idioma. ¿Eh? ¿Qué es esto? ¿Cómo es posible que el japonés no sea el idioma por defecto? No tengo ni idea, pero ya que es el idioma por defecto, probablemente sea mejor dejarlo como está sin jugar demasiado con él.

Poco después he llegado a la sección de la creación de personaje etiquetada como [Distribución de Puntos de Bonificación]. Juh, supongo que todos los juegos en línea tienen uno de esos hoy en día. El sistema en sí era similar al de los clásicos como D&D, donde tenías que [lanzar dados] para las estadísticas de tu personaje basándote en el valor total de tu tirada. Tienes un total de 6 estadísticas básicas: Fuerza, Destreza, Constitución, Intelecto, Sabiduría y Suerte, y el valor total de la tirada de tus [dados] virtuales determina las Bonificaciones numéricas a esas 6 estadísticas. Por suerte, parece que puedes repetir las tiradas tantas veces como quieras hasta que obtengas los resultados deseados, así que al menos no tengo que preocuparme por quedarme atascado con algo totalmente inútil y que no se adapte a mi estilo de juego preferido. El único inconveniente es que sacar ‘exactamente’ lo que quieres puede llevar bastante tiempo, ya que el Generador de Números Aleatorios no está del lado del jugador la mayoría de las veces en lo que se refiere a la distribución de estadísticas. Pero como esta vez no quiero hacerlo todo a medias, debería tomarme mi tiempo para sacar algo que, como mínimo, sea decente para jugar, en lugar de ser totalmente aleatorio. (Baikus: GNA es la traducción de RNG, Random Number Generator, que es usualmente cómo se generan las cosas aleatorias en los juegos, como en pokemon o un encuentro contra un monstruo en otros rpg’s)

En cuanto a los puntos, muchas de las estadísticas iniciales estaban entre 10 y 20, lo que significa que eran muy básicas y queremos algo mejor que eso, así que vamos a repetir esa tirada.

La siguiente tirada me marcó un total entre 40 y 50, así que no era tan mala como la primera, pero tampoco era buena. Otra tirada entonces, no me falles esta vez. Hagamos un avance rápido hacia el futuro, donde por fin he conseguido sacar algo realmente bueno. Tengo la sensación de que este es el mejor resultado que podía esperar, así que me lo quedo. Además, el color de todos los valores era verde, lo que indica que mi tirada fue superior a la media. Muy bien, parece que hemos empezado bastante bien, pero me pregunto si quizá podríamos hacerlo un poco mejor.

En general, en los juegos que utilizan el sistema de tirada de dados para decidir las estadísticas, cualquier cosa que tenga un valor total de 75 o más se considera buena, pero la mayoría de los jugadores (al menos por lo que he oído en Internet) siempre intentan conseguir un total de 80 o más para maximizar su tirada y exprimir cada punto adicional que puedan para asegurarse el mejor comienzo posible. Mi total actual es 79, así que la pregunta del millón es: ¿debería mantenerlo o intentar tentar un poco a la suerte y aspirar a ese famoso 80?

…. ¡Ah, al demonio, sólo se vive una vez , vamos a empezar de nuevo!

Como resultado, terminé con un valor total de 60. Me lo imaginaba. No hay nada como un poco de suerte gacha de rango F dándote una patada en los huevos para recordarte que no eres la m*erda que te creías. ¿Vamos a dejar ese pobre 60 y empezar por fin el juego? Pues no. Ya saqué algo bueno una vez, así que puedo volver a hacerlo, aunque tenga que recurrir a la técnica más secreta y prohibida de sacar estadísticas: [Clic rápido con el ratón]. Mientras hago clic furiosamente, te cuento una curiosidad sobre esta técnica: ¡los usuarios más hábiles son capaces de alcanzar una frecuencia de 30 clics por segundo! ¿No es increíblemente irreal? Me pregunto a qué juegos estarían jugando para alcanzar tal forma de usarlo.

Mientras seguía haciendo clic como un loco, sin tener nada más que mis ojos para saber cuándo parar, un número 8 parpadeó ante mis ojos. ¿Era el número 80? Era el 80, ¿verdad? Desgraciadamente, el número que apareció en la pantalla cuando dejé de pulsar el botón izquierdo del ratón era un mísero 19. ¡MALDITAS SEA! ¡Lo logré! Por un breve momento he marcado ese legendario 80 y ¡lo he tirado por la ventana! ¡¡¡PUTA MADRE!!! ¿Y saben lo que viene después? Así es, lo han adivinado, ¡volvemos a empezar una vez más!

*Inhalar*… *Exhalar*… *Inhalar*… *Exhalar*…

Mi decepción es inconmensurable y mi día está arruinado aún más de lo que ya estaba. *Suspiro* bueno, no sirve de nada llorar cuando ya se arruinó algo supongo, de momento volvamos a intentarlo.

Los siguientes intentos estuvieron llenos de 60 y 70 algo, pero seamos realistas aquí chicos, ¿de acuerdo? Saben tan bien como yo que después de conseguir ese 80 una vez no iba a parar hasta conseguir otro 80 otra vez. Esto es lo que hacemos los jugadores, está literalmente en nuestra sangre, ese impulso competitivo, o lo que los normis normalmente llamarían [Malas decisiones]. Todos hemos estado ahí o al menos hemos visto a alguien de nuestro entorno estar ahí, ¿verdad? Ese alguien que dice [Vamos amigo, no hay forma de que hagas *inserta cualquier estupidez aquí*] y el otro tipo, siendo un loco , dice [¿No lo voy a hacer? ¿Que no lo voy a hacer? ¡Mírame hacerlo!] generalmente seguido por el pobre loco avergonzándose frente a todos o lastimándose de una manera realmente estúpida. Por supuesto, con mi situación personal siendo como es, nunca he tenido la oportunidad de ser un loco, por lo que ahora es una oportunidad perfecta, probablemente única en la vida para mí.

[¡Deja eso, perdedor, no hay forma de que alguien como tú pueda sacar 80 o más mientras roleas estadísticas!]

¿Ah sí? Bueno, ¿sabes qué? ¡Vete al diablo! ¡Que se jodan todos los locos con sus chicas y sus exitosas vidas normales! ¡Ahora es mi momento de brillar! ¡Lo haré! ¡clickeare este icono de Relanzar como si no tuviera otra cosa que hacer en una solitaria tarde de viernes y sacaré las mejores estadísticas posibles.

Bien, ¿todos listos? Sujétense a sus asientos, porque vamos a darle una paliza a este icono.