Infinite Dendrogram (NL)

Volumen 15: Game Over

Capítulo del Pasado: Lo Intocable, lo Que No se Debe Tocar

Parte 2

Habían pasado casi cuatro años desde entonces. Casi cinco años ahora, Theresia miró el paisaje exterior y susurró: “… Soy demasiado dichosa.”

Como princesa —enferma, por cierto— recibió quizás la educación más cálida posible en este mundo. El concepto de peligro le era casi ajeno.

“No esperaba esto…” Pensó que seguramente ya se habría revelado como The Evil.

Normalmente, eso ocurría cuando The Evil se exponía a cosas como ataques de monstruos o guerras, activando sus medidas de seguridad y desbloqueando partes de su poder. En el caso de la mayoría de los The Evil hasta la fecha, eso había ocurrido en sus primeros años de vida, lo que les había llevado a la muerte poco después.

Sin embargo, Theresia era una princesa que se mantenía siempre en su interior, protegiéndose de cualquier peligro que pudiera activar esas medidas de seguridad y exponer su verdadera naturaleza.

Nadie en este mundo —ni siquiera los que buscan activamente a The Evil— tenía la menor idea de que ella era la elegida.

No puedo hacerme daño ni matarme, y nadie me creería si se lo dijera… De hecho, ni siquiera me escucharían.

La condición de Theresia como The Evil no sólo se ocultaba a las habilidades como Reveal, sino que se censuraba cuando ella misma intentaba decirlo. “The Evil” aparecía como palabras diferentes o un galimatías y, dada su edad, se consideraba una chiquillada.

Y por alguna razón, las historias relativas a The Evil eran extremadamente simplificadas, con grandes lagunas en la información que transmitían, por lo que, de todos modos, era probable que cualquiera a quien se lo explicara no lo entendiera.

Así no es imposible que The Evil llegue a su estado final… Pero a mi ritmo actual de nivelación, eso probablemente me llevaría décadas.

Como tal Theresia podía sentir su nivel.

Desde la época de The Evil, varias generaciones antes que ella, el mundo había empezado a mostrar ventanas de detalles y estadísticas. Antes, la gente tenía que recurrir a habilidades particulares y a la intuición, pero ahora todo el mundo era capaz de sacarlas a relucir a voluntad.

Sin embargo, su estatus como The Evil, así como sus verdaderas estadísticas, estaban ocultas incluso para ella, obligándola a averiguar su verdadero nivel usando su propio sentido de ello.

Y basándose en esa sensación, creía que ni siquiera era aún nivel 30.

Su velocidad de subida de nivel podría haber sido la más lenta de todos los The Evil que habían existido. No era descartable que muriera de vejez o enfermedad antes de completar su nivel.

Imaginar ese escenario le llenó el corazón y las mejillas de calidez, pues sin duda sería la mejor muerte a la que podría aspirar.

“¿Ocurre algo, Alteza?” Preguntó la doncella a su lado. “No. Sólo tengo un poco de calor.” Respondió mintiendo.

“Recientemente ha estado bastante soleado.” Como la persona encargada de acompañar a Theresia, la criada realmente tenía Truth Discernment, pero no se dio cuenta de que la princesa estaba mintiendo.

Esto también se debía a su condición de The Evil.

Al igual que estaba protegida de Reveal, era inmune a los efectos del Truth Discernment.

En un mundo en el que las mentiras estaban limitadas por las habilidades, Theresia podía mentir con total libertad.

Sin embargo, la mentira que acababa de decir ni siquiera se comparaba con la que había existido desde su nacimiento.

“Quiero ir a mi habitación y echarme una siesta.” Dijo.

“Como desee.” Respondió la doncella antes de ayudar a Theresia a subir a su amplia carriola y empujarlo hasta su habitación.

Como se creía que era frágil —lo que no era cierto debido a sus estadísticas como The Evil—, se le aconsejó que no recorriera distancias más largas a pie.

Esa era una de sus pocas quejas en la vida. A pesar de tener en realidad menos de cinco años, con sus inmensos conocimientos y su larga memoria, la niña no podía evitar preguntarse si habría una forma más digna de viajar para ella.

“Si me necesitas, estaré en la habitación de al lado.” “Gracias.

Tras ese intercambio, Theresia se quedó sola en sus aposentos.

La habitación era tan lujosa como cabría esperar de una princesa, pero también estaba notablemente limpia e higiénica.

En la cama con dosel estaban los adorables peluches que había recibido de sus hermanas.

Junto a la cama había un timbre con el que podía llamar a la criada de la otra habitación.

Entre todas las cosas destacables, Theresia estaba concentrada en… el espacio entre ella y la cama.

Abrió la boca… “¿Quién es usted?”

… y habló al espacio vacío.

Sin embargo…

“No esperaba que me dirigieran la palabra antes de dirigirme a usted.”

… el espacio vacío respondió con una voz desconocida y masculina.

Un momento después, una capa verde apareció en el espacio vacío.

La persona que la llevaba se la quitó sin hacer ruido antes de hacer una reverencia a Theresia.

“Me llamo Sechs Würfel.” Se presentó el hombre de cabello negro y aspecto sencillo. “Vengo a llevármela.” Añadió, en el tono de un actor de teatro.

“Qué frase tan maravillosa. Me encantaría oírla cuando tenga diez años más.” Respondió Theresia, imperturbable ante el secuestrador potencial que tenía delante.

Sechs se quedó sin palabras y sus ojos se abrieron de par en par por la sorpresa, algo que sin duda escandalizaría a quienes llegaran a conocerle.

Tras observarla unos buenos instantes, le dijo: “Perdone la pregunta, pero ¿es usted realmente la tercera princesa de Altar?”

“Lo soy. ¿Por qué lo preguntas?”

“Porque acabas de hacerme sentir como si estuviera viendo una especie de aberración.”

“… Qué cosa tan horrible para decirle a una dama.” “Es verdad. Mis disculpas.”

Aunque las respuestas de Theresia eran tranquilas, su corazón latía más rápido que nunca en su vida hasta el momento.

¿Sabe que soy The Evil? ¿Cómo? ¿Quién es este hombre? Le echó un vistazo para averiguar a qué se enfrentaba y vio una cresta en el dorso de su mano izquierda.

Era un símbolo en forma de gota, algo sencillo, que representaba el agua y su capacidad de transformarse en cualquier cosa.

“¿Es usted un Maestro?” “Sí. Empecé el mes pasado.”

Theresia era consciente de que, desde hacía aproximadamente un mes, habían empezado a aparecer cada vez más Maestros.

Ella veía a estos seres de forma algo diferente a los demás tians.

Así que es como The Lynx… Uno de sus predecesores había luchado contra un Maestro que llevaba ese trabajo. The Lynx luchó usando un Embryo que le permitía multiplicarse, pero The Evil permaneció indemne sin importar cuántos de sus dobles atacaran.

Theresia sabía que eso se debía a una de las características de The Evil: la inmunidad a todo lo extraño.

Los Maestros son ajenos al Sistema. No pueden hacerme daño pase lo que pase. ¿Por qué uno de ellos establecería contacto con The Evil?

La situación era tan extraña que Theresia no pudo evitar hablar con él para obtener más información.

“¿Era tu Embryo lo que llevabas puesto?”

“No. Era una recompensa especial de MVP. Originalmente, era un camaleón Épico llamado… «The False Tone, Soundcolorless», creo. No lo sé con seguridad, porque nuestro encuentro fue repentino y comenzó con una devoración.”

La sonrisa en el rostro del hombre cuando mencionó despreocupadamente haber sido asesinado y devorado por un monstruo dio a Theresia la sensación de que no era exactamente normal.

“Y por eso ahora es mi recompensa especial.”

“¿Hm…?”

“Yo también tengo una pregunta para ti… ¿Cómo supiste que estaba aquí?”

Theresia no dijo nada al principio. Dado que había sido escondido por una recompensa especial, era natural que ella lo descubriera.

Lo que hacía la recompensa de Sechs era mimetizarse con el entorno tanto a la vista como al oído. Su eficacia quedó demostrada por el hecho de que se había colado en su habitación completamente desapercibido. Por supuesto, había elementos de seguridad que podían percibirle de otras formas, pero también debió de lidiar con ellos.

En cualquier caso, por potente que fuera la recompensa especial, era un objeto derivado de un UBM —criaturas con poderes considerados extraños—, lo que significaba que The Evil, Theresia, era inmune a sus efectos.

De hecho, había visto a Sechs de pie en su habitación como si no estuviera camuflado en absoluto.

“Eso es porque…” Dijo antes de perderse un momento en sus pensamientos. “… Soy ■■■ ■■■■.”

“¿Hm?”

Theresia había revelado lo que era, pero las palabras no le llegaron.

Así que también funciona contra Maestros. ¿Entonces por qué me llamó aberración? No sólo eso—si ni siquiera sabe que soy The Evil,

¿siquiera por qué está aquí…?

Una de sus preguntas había sido respondida, dejando aún más atrás. Por eso se adelantó y preguntó: “¿Por qué me secuestras?”

En respuesta…

“Porque es uno de los mayores crímenes que se pueden cometer en este país.”

… Sechs no dudó en revelar su motivo, si es que podía llamarse así. “… ¿Eh?”

“Estoy cometiendo crímenes graves para convertirme en villano, y uno de los más graves que se me ocurrió fue secuestrarte. Por eso estoy aquí.”

Para convertirse en pecador, cometería un crimen. Si Sechs realmente quería decir lo que decía, sus objetivos y los medios para conseguirlos eran uno y el mismo: quería cometer delitos, sin esperar recompensa, para convertirse en un criminal.

Ni Theresia ni ninguno de sus predecesores habían conocido a alguien tan extraño como él.

Tal vez los Maestros son así… Por extraño que fuera, no dejaba de ser alguien que había burlado la estricta seguridad del castillo y había llegado a su habitación, lo que significaba que no podía tomárselo a la ligera.

Los Maestros son extranjeros. No pueden herirme o matarme. Pero aun así, yo…

No podía ignorarlo, pero si levantaba la voz, la criada entraría corriendo desde la habitación vecina, y lo más probable es que Sechs la matara.

Mientras se preguntaba cómo hacerlo…

… oyó la voz de Sechs justo detrás de ella y un paño húmedo le presionó la boca.

“¿Eh…?” Después de una sola respiración, su conciencia comenzó a desvanecerse.

Antes de caer completamente inconsciente, Theresia vio a Sechs justo donde había estado hasta ese mismo momento… así como poniéndole un paño en la boca.

El hombre estaba en dos sitios a la vez.

***

“¡Ah…!” Theresia se despertó unas dos horas después de haber perdido el conocimiento.

Momentos después de recuperarse, se dio cuenta de que la habían dormido con alguna droga.

Ahora estaba en un lugar que no reconocía.

Parecía una cabaña de madera, y podía ver el bosque en el exterior. Como princesa que había vivido toda su vida en un castillo, Theresia nunca había visto algo así, pero los recuerdos de sus predecesores le hicieron suponer que debía de tratarse de la cabaña de un leñador.

Se dio cuenta de que, después de dormirla, la habían llevado a esa cabaña y la habían encerrado dentro, y que probablemente se encontraba en el Noz Forest, cerca de la capital.

Theresia se preguntaba cómo ella —The Evil— había sido dormida por un Maestro, pero rápidamente se dio cuenta de lo que había ocurrido.

… Ohh. Había una excepción, pensó.

Por regla general, lo ajeno no podía dañar a The Evil, pero había tres formas de evitarlo.

La primera forma era usar cosas como The Primeval Blade, que torcía las leyes que rigen la existencia de The Evil.

La segunda vía era ganar influencia sobre el propio sistema en el que se asentaban los cimientos de The Evil… tomar el control del mundo entero, básicamente.

La tercera y la más sencilla… era utilizar consumibles fabricados por tians.

La droga que Sechs utilizó para dormir a Theresia, las Gems mágicas ofensivas, cualquier cosa por el estilo… siempre que hubiera sido creada por tians, incluso los Maestros podían utilizar tales consumibles para dañar a The Evil.

Debido al sistema de transformación monstruo-loot, esto no funcionaba si los consumibles se hacían usando objetos o materiales obtenidos de monstruos, pero la droga que usaba Sechs resultaba estar hecha enteramente de ingredientes naturales.

Probablemente no habría funcionado si mi nivel como The Evil fuera más alto, pero como es tan bajo y no tengo ninguna medida de seguridad desbloqueada… Tiene sentido que me haya dormido.

Otra cosa notable era que las medidas de seguridad habían

permanecido cerradas.

Su cuerpo estaba ileso, lo que dejaba claro que, al menos, su secuestrador no le había hecho daño.

Sechs no estaba a la vista. Tal vez, como un auténtico criminal, había ido al castillo a declarar el secuestro y hacer sus demandas.

Theresia también tenía una pregunta sobre él.

Quería saber por qué había visto a dos Sechs antes de perder el conocimiento.

Múltiplos de la misma persona… Si no era un gemelo idéntico, sólo podría ser el efecto de alguna habilidad que tiene. El hecho de que lo viera significa que la otra persona era real, no una ilusión. Supongo que fue el efecto de su Embryo o una habilidad como el Art of Shadow Clones. Quiero decir, no es como si se hubiera partido en dos como un slime…

En ese momento, no tenía forma de saber que, de hecho, ese era exactamente el caso.

Mientras seguía preguntándose cómo había logrado Sechs aquella hazaña, se dio cuenta de algo.

“… Subió.”

Sus sentidos le dijeron que había habido un cambio en su nivel real. Llevaba un buen rato estancado, pero se dio cuenta de que había subido mientras dormía.

Era natural. No sólo estaba fuera de la barrera protectora del castillo, sino de la propia capital, lejos del punto de guardado diseñado para absorber Resources.

Aunque cerca de la ciudad, seguía en la naturaleza, lo que le permitía recoger los Resources de los muertos como haría normalmente The Evil.

Cada segundo que pasaba aquí le restaba más y más tiempo a su limitada vida.

Aunque, hasta ahora, subir de nivel sólo había aumentado sus estadísticas. Todavía no tenía habilidades.

Si ahora se expusiera al peligro, las medidas de seguridad se activarían, desbloqueando su verdadero poder —sus habilidades— como The Evil.

La primera habilidad que se desbloquearía era Dependent Transformation, que cambiaba la naturaleza de la materia circundante. Respondía a cualquier peligro aparente convirtiendo automáticamente los objetos circundantes, como rocas y árboles, en monstruos… sus “dependientes” que saltarían en su defensa.

Cuando eso ocurriera, quedaría expuesta y su muerte no tardaría en llegar.

Ella no estaba en contra de eso. En su mente, era mucho mejor que el mundo fuera destruido.

Tenía una débil esperanza de vivir una vida plena, pero si eso resultaba imposible, no había remedio.

El problema es que ahora mismo Altimia está estudiando en Dryfe.

¿Pueden romper mis defensas automáticas sin The Primeval Blade…?

¿Realmente pueden matarme?

Preocupada por quien tuviera que matarla, Theresia dejó escapar un suspiro de resignación.

Era probable que muriera mucha gente.

Ahora mismo, lo mejor que podía hacer para evitarlo era quedarse en esta cabaña.

Era capaz de destruirla incluso con sus estadísticas actuales, pero no podría regresar al castillo sin encontrarse con ningún peligro.

Incluso ignorando al propio Sechs, la zona estaba llena de monstruos dispuestos a atacarla nada más verla.

Aunque sus estadísticas y su condición de forasteros los hacían inofensivos para ella, seguirían siendo reconocidos como una amenaza y activarían las medidas de seguridad.

Sechs no parecía saber nada de la situación de Theresia, pero esta destartalada cabaña en el bosque resultó ser la jaula de The Evil.

… Si hubiera alguien que pudiera escoltarme sana y salva de vuelta al castillo, pensó antes de reírse en silencio de sí misma. Alguien tan conveniente no aparecería de la nada.

De repente, percibió un débil sonido. “… ¿Lluvia?”

Era el sonido de las gotas de lluvia golpeando el tejado de madera. Creció en frecuencia e intensidad, pero se detuvo antes de volverse demasiado intenso.

Se concentró en escuchar el sonido.

“… Nunca he pensado mucho en el tiempo.” La niña enfermiza siempre había permanecido dentro del castillo. Eso había sido todo lo que había conocido, y como sólo había heredado los recuerdos del mundo exterior de sus predecesores, nunca se había preocupado de verdad por él.

Por eso era la primera vez que experimentaba la lluvia tan de cerca.

Es ruidoso, pero también un poco tranquilizador… Me pregunto por qué. Cerró los ojos y aguzó el oído.

¿Se quedó así un minuto? ¿Unos pocos? ¿O quizás más?

Pasó un tiempo incierto, y entonces… “… Está aquí.”

… oyó pasos mezclados con la lluvia.

Sechs ha vuelto… Me pregunto qué pasará ahora.

¿La cambiaría por un rescate? ¿La entregaría a personas ajenas a su familia? ¿O pretendía matarla para añadir otro grave crimen a su nombre?

Si la había secuestrado sólo por cometer algún delito, Theresia creía que ese lunático también podría matarla para agravar aún más su transgresión.

Fuera o no esa su intención, según la impresión que Theresia tenía de él, no le sorprendería que lo fuera.

Sechs no puede matarme, pero aún puede activar las medidas de seguridad. Supongo que sólo me quedan minutos hasta que mi vida como princesa termine.

La mentira que había vivido con ella desde el momento en que nació llegaba ahora a su fin.

Después de esto, ella sería The Evil—nada más que una amenaza para el mundo.

Aunque no pudieran derrotarla, era imposible que pudiera vivir como hasta ahora.

Aun así… hasta ahora he vivido una vida mejor que la de los anteriores The Evil, pensó, como para consolarse.

Sin embargo, a pesar de su preparación y resignación… no fue Sechs quien llegó.

De hecho, parecía estar forcejeando con algo delante de la puerta. Oyó sonidos metálicos que le hicieron suponer que intentaba abrir la cerradura.

Sechs fue quien cerró. Él debería tener la llave. ¿Se le cayó…?

A medida que los sonidos continuaban, se dio cuenta de algo.

¿De verdad está pasando eso…? Antes de que pudiera terminar ese pensamiento…

“¡GRRRRR! ¡NO PUEDO SOPORTARLOSO MÁS!”

… oyó romperse la cerradura, acompañada de una voz algo cómica y enfadada.

Un momento después, la puerta se abrió con un chirrido y entró una gran silueta.

“Sólo quería resguardarme de la lluvia. ¿Por qué está cerrado? El viejoso leñador dijo que no la cierra porque aquí no hay nada que valga la pena. ¿Qué pasó con—hm?”

Silencio. La persona que acababa de entrar era un hombre disfrazado de perro —o lobo— que, por alguna razón, hacía juegos de palabras con oso.

Era todo negro, excepto la espalda, que era roja. Ni que decir tiene que no era Sechs.

“¿Qué hace un cachorroso en un lugar como este?”

“… ¿Quién eres?” El hecho de que hablara un lenguaje humano y no tuviera un nombre sobre su cabeza dejaba claro que no era un monstruo. Sin embargo, seguía sin tener ni idea de quién o qué era.

En respuesta…

“Soy Shu. Un Maestroso, muchas gracias… Quiero decir, ¡guau!”

… El Maestro se presentó como “Shu” y finalmente pareció darse cuenta de que sus juegos de palabras con osos no tenían sentido en ese momento, cambiando en su lugar a simples ladridos.

“¿Eres un perro? ¿O un oso?”

“Un humano. Con un traje de perro, como puedes ver. Hasta no hace mucho solía llevar un traje de oso, y todavía no he conseguido dejar el hábito del juego de palabras con oso. No puedoso soportar separarme de ellos… Quiero decir, guau.”

“… Je.” Theresia soltó una risita ante la extraña persona que tenía delante y también al darse cuenta de que no era más que un transeúnte que no tenía nada que ver con Sechs.

“Si te hizo reír, entonces mezclar mis rarezas valió la pena. ¿Y cuál es su nombre, señorita?”

“Yo…” Theresia dijo antes de pensar por un momento. “Soy Tee.

No sé cómo llegué aquí.”

Ella optó por darle un nombre falso.

Si ella hubiera usado “Theresia”, él podría haberse dado cuenta de que era una princesa, y eso podría haber influido negativamente en sus acciones aunque no tuviera nada que ver con Sechs.

Dar un nombre falso parecía la mejor opción.

Soy The Evil. No se dará cuenta de que miento… “¿Y cuál es tu verdadero nombre? Es difícil contactar con tus padres si no lo tengo. Guau.”

“¿Eh?” Estaba más sorprendida por esas palabras que por cualquier otra cosa que hubiera experimentado desde que nació. Ni siquiera enfrentarse a Sechs la había sorprendido tanto como esto.

“¿Por qué… crees… que estoy mintiendo? El Truth Discernment debería…”

“No tengo eso. Guau.”

“¿Entonces cómo…?” Ni siquiera el más alto nivel de Truth Discernment podía ver más allá de las mentiras de The Evil.

Theresia estaba tan perpleja que no pudo evitar preguntarle cómo lo había averiguado.

“Es fácil darse cuenta de que no tienes ningún apego a ese nombre.

Miraste a tu alrededor e hiciste una pausa antes de decirlo. Guau.” “¡Ah…!”

Ni siquiera era el efecto de alguna habilidad.

En realidad era un sentido. El propio poder de Shu, nacido de su experiencia e intuición, había hecho lo que el más poderoso Truth Discernment no podía.

La mentira de The Evil, que evitaba todas las habilidades ortodoxas y se protegía de todo lo que el mundo tenía, fue fácilmente desenmascarada por la percepción de Shu.

“Bueno, entiendo que no es fácil confiar en un tipo disfrazado que acabas de conocer. Dijiste que no sabes cómo llegaste aquí, y quiero llevarte de vuelta a casa. Guau.”

Silencio. Theresia se preguntaba cómo procesar las palabras de Shu.

Ella misma no tenía Truth Discernment, así que no sabía si él estaba siendo honesto o no.

Pero al final, ella…

“Mi… Mi verdadero nombre es… Theresia.”

… decidió revelar la verdad.

Shu había visto a través de su mentira, por lo que está vez decidió darle la verdad.

“Theresia Celestite Altar.”

“Ese nombre…” Eso fue suficiente para que Shu se diera cuenta de quién era realmente.

“Sr. Traje… tengo una petición.” Continuó Theresia.

Su petición estaba relacionada con un camino al que había renunciado hacía sólo unos momentos, uno que podría permitirle seguir viviendo la vida con su familia como la Tercera Princesa de Altar, Theresia.

La posibilidad de una conclusión esperanzadora. “Te escucho.”

“Soy una princesa… y es muy peligroso tenerme cerca…” “Mhm…”

“¿Podrías… podrías llevarme de vuelta al castillo?”

“No me retractaré de lo que dije. Te llevaré de vuelta a casa. Puedes contar con eso.”

La respuesta de Shu no se hizo esperar.

Comprendió que era una princesa y sospechó que había algo más que eso, pero aun así declaró que llevaría a la chica de vuelta a casa.

[Misión Recibida: Escolta—Theresia C. Altar, Dificultad 7.] [Confirma los detalles de la misión en la ventana de misión.] Así, un mensaje anunciaba el inicio de una misión.

***

¿¿¿???

“… Raro.”

“¿Qué pasa, Dormouse?”

“Hay algo extraño en el movimiento de Resources alrededor del Noz Forest.”

“¿Noz Forest? Hablando de eso, acabo de fijar la dificultad para una extraña misión en esa zona.”

“¿Una misión extraña?”

“Una misión para escoltar a la tercera princesa secuestrada hasta el castillo. He puesto la dificultad a 7, ya que el secuestrador sigue en la zona y un feroz UBM está rondando la zona.”

“Hm…”

“¿Tienes curiosidad?”

“Mhm. Lo comprobaré. Quizás… encuentre lo que buscamos.”

***

Ese incidente se conocería como el Secuestro de la Tercera Princesa.

Fue el primer encuentro entre Theresia y quienes acabarían conociendo su secreto.

El secuestrador, que más tarde sería apodado King of Crime, Sechs Würfel.

El salvador, que llegaría a llamarse King of Destruction, Shu Starling.

Y la IA de control que se encargaría de permanecer a su lado y protegerla, Dormouse.

Este fue el comienzo de una importante serie de acontecimientos que crearon una serie de extrañas conexiones entre las personas, algunas de ellas completamente ajenas a The Evil en el centro de todo.