Ore no Imōto ga Konna ni Kawaii Wake ga Nai (NL)

Volumen 2

Capitulo 4: Promesas

Parte 5

Bueno… parece ser un buen momento. Terminé de reafirmar la situación, así que pasemos al tema principal.

“Entonces… Ayase, para dejar todo claro, lo que estás diciendo es lo

siguiente. ‘El hobby de Kirino es repulsivo y asqueroso y no debería tenerlo.’ ‘Pero aun así, Kirino no abandonará su afición.’ ‘Por lo tanto, no puedo juntarme con una persona así. Y no puedo reconciliarme con ella.’ ¿Es correcto?”

“… Sí. ¿Y?”

El problema aquí es simple. Entonces, desde ahí, ¿cómo debería hacer para que estas dos se arreglen?

Primero, estaba el pedido de Ayase para que yo vaya y trate de que Kirino abandone su hobby.

Pero ni siquiera es necesario decir que no elegiré esa opción. Y eso limitaba las opciones que me quedaban.

¿Cuáles son, preguntas? … Bueno, sólo mira. Por ahora, había algunas cosas que podría intentar. Incluyendo mi as bajo la manga.

Incluso me fui temprano de la escuela para prepararlo.

Honestamente, no sé si funcionará o no, pero podría intentar y ver qué pasa.

“Me dijiste muchas cosas por teléfono… y busqué un poco sobre esas cosas.”

“¿Buscaste?”

“Sí. En resumen… sobre el Caso del Intento de Homicidio Siscali, sobre lo que dijeron los comentaristas sobre los otakus en las noticias, las reuniones PTA en las que participaste, sobre el tema de la pornografía infantil en

Japón, y demás.”

… Ayer, mientras ella lanzaba ejemplo tras ejemplo validando su argumento, no pude responder para nada.

Así que después, fui a ver a mi padre, quien criticó duramente a los otakus con un similar razonamiento, para recurrir a su sabiduría en el tema.

“De entre todas las cosas, ¿vienes a preguntarme sobre eso…? Es bastante atrevido de tu parte.”

Y después de eso, aun cuando lucía nada a gusto hablando del tema, sorpresivamente me explicó varias cosas de manera detallada…

–

“Qué coincidencia… sucede que sé un poco sobre ese caso. Sobre la petición acerca de los animes y juegos bishoujo para adultos también. De hecho, yo debería saber más de esas cosas que esa chica… hmph, por supuesto, es sólo que ese artículo casualmente me llamó la atención y por eso sé de él…”

“Mencionaste que su madre es la presidente de la PTA… probablemente te refieras a la esposa del congresista Aragaki, ¿cierto? Si es así, sucede que casualmente también sé sobre la reunión en la que su hija participó. Si recuerdo bien…”

“Ese documento del que hablaste… tengo una copia… no lo malentiendas. Es sólo que, por coincidencia, el mes pasado un compañero de trabajo en la

estación me dio una copia.”

“Oh, también sé sobre ese periodista. Casualmente, sucede que busqué un poco sobre él hace poco.

–

¡¿Cómo puede todo eso haber sido por coincidencia?! Si hubiera mencionado eso, seguramente me hubiera matado, así que me mantuve en silencio.

Cuando arremetí contra él esa vez diciéndole que no debería responder con acusaciones infundadas sobre temas que no conoce, puede que haya tomado esas palabras en serio.

Así que fue y buscó información variada sobre los otakus, examinó los rumores en televisión sobre el tema, para tratar de entender por qué sus dos hijos trataban de defenderlo con tanta fuerza.

Sorprendente, ¿no? Mi padre, así es. Nos dijo “¡haz lo que quieras!” pero mientras tanto hizo todo eso. Informándose sobre los otakus de esa manera.

Por nuestro bien. Para protegernos de involucrarnos en algo de verdad peligroso… eso es grandioso, de verdad.

Sin embargo, si él también comenzara a jugar eroges, huiría de casa e iría a la de los Tamura para que me adopten.

“El documento del que hablabas es este, ¿cierto?” “Eso… ¿qué es eso?”

Sacando de mi mochila el documento que preparé para este encuentro, se lo cedí a Ayase.

“Déjame aclararlo. Lo que está escrito ahí son puras tonterías. No hay ninguna evidencia clara que relacione los hobbies otakus con estos crímenes como tú sugeriste. Al menos, no por ahora.”

“¿Eh…?”

Por un momento, Ayase me miró pálida como si no pudiera procesar lo que le dije, pero su expresión se tensó inmediatamente.

“¡P-Pero! ¡En las noticias, había… y sobre ese congresista también…!”

“La petición que mencionaste y que fue presentada en la Casa de Representantes estaba basada en evidencia poco fehaciente. ¿Dijiste que cuando las personas juegan eroges, ellos inconscientemente arruinarían sus mentes y perderían su humanidad? Bueno, se trata de cómo sabes exactamente que eso es verdad. Porque, si alguien pudiera perder la cabeza sólo por jugar videojuegos, entonces es probable que no fuera una persona decente desde el principio. Tan sólo piénsalo.”

“¡N-No había pensado en eso! Esto es solamente tu propia opinión, ¡¿no?!”

“Sí, lo es. Pero, no soy la única persona que piensa de esa manera. Hay gente en el Diet que también es muy conservadora en estos temas. Hubo otra petición, con cientos de firmas, en donde la gente decía que si cambiamos las leyes contra la pornografía infantil, no deberían precipitarse, sino acercarse cautelosamente. Puede que esté diciendo algo obvio, pero hay opiniones bastante diferentes sobre el tema. El Diet es un lugar conveniente para debates como este después de todo. Sólo porque se presente una petición a la Casa de Representantes, no quiere decir que el contenido de la misma es definitivamente correcto. Así que, aun si te doy este documento aquí mismo, no concluye una base para rechazar los

hobbies otakus.” “¡Ugh…!”

Tratando de mantener su temperamento, Ayase exclamó.

“¡¿Pero, en realidad, hay gente como esa que se han convertido en criminales, o no?! ¡¿Los comentaristas han dicho todo eso, o no?!”

“Con respecto el ‘Intento de Homicidio Siscali’, ese caso lo exageraron completamente. Si bien es verdad además de Siscali, el criminal tenía muchos otros juegos 18+, afirmar que sus juegos fueron la causa de que

cometiera un crimen es una total mentira. Ciertamente, él dijo que ‘imitó a los personajes del juego y trató de electrocutar a una mujer’, pero después él se retractó de esa declaración. ‘Quería maltratar a una mujer, así que agité mi pistola aturdidora’, dijo después… por supuesto, no está claro cual

de sus declaraciones es verdadera. Analizando más de cerca sus motivos, no hay necesidad de hablar sobre la influencia de esos juegos en absoluto. Es sólo que, cuando reportaron el tema la primera vez, fue muy fácil para ellos relacionar ‘la influencia de los juegos’ con el ‘intento de homicidio.’”

Todo en un solo respiro.

“Y entonces los medios lo exageraron y lo catalogaron con el nombre que tú conoces, el ‘Caso del Intento de Homicidio Siscali’. A ese momento crítico, los comentaristas más famosos siguieron defenestrando a los otakus, hablando sobre el eroge que se encontró en la habitación del criminal y mostrando fotografías de Akihabara. Es bastante complicado simplemente retractarse y disculparse por todo lo que hicieron. No estoy seguro si es por eso, pero por ahora, puedo decir que espero a que salgan nuevas noticias en las que admitan que en realidad no fue culpa del juego.”

“Eso es… pero, esa persona ha ayudado mucho a mi madre siempre…” Ayase revisaba desesperadamente en el documento que le dí.

Era como si estuviera tratando de encontrar algo ahí que negara lo que acabo de decir.

“No digo que cada cosa que dijo sea un completa mentira. No digo que cada periodista que defenestra a los otakus es un fraude. Pero al menos esta vez, al encausar las cosas de la manera en que él mismo piensa que son, ese periodista manipuló la situación para que encajara con su propio punto de vista. Si crees que miento, ve a la fuente y velo por tu misma.”

“………….”

Ayase lucía claramente impactada, y se mordió el labio. Podía oírla

murmurando “Mentira… era mentira, una mentira, mentira, mentira” casi como si estuviera pronunciando una maldición, y francamente era inquietante. Ella era una chica pura, inocente, honesta, pero cuando le

mentían así, su personalidad cambiaba tanto… era bastante sorprendente.

“… Dijiste que los otakus eran potenciales criminales, ¿no te retractarás? Quiero decir, es probable que haya malas personas que son otakus. Pero no todos son así. ¿Recuerdas cuando preguntaste si aquellas dos chicas eran amigas de Kirino? Esas dos que estaban vestidas de manera muy extraña.

Eran nuestras amigas. ¡Son muuuuy buenas personas! ¡Así que, por favor, no juntes a todos los otakus y hables tan mal de ellos de esa forma…!”

Este tema era tan importante para mí como lograr que Kirino y Ayase se reconciliaran.

Lo único que tenía que lograr era que Ayase se retractara de ese prejuicio suyo sobre los otakus como criminales.

Ese era un objetivo que yo, como su amigo, no podía dejar de lado. “… Kirino dijo algo similar, sabes.”

“¿Qué?”

“Nada, nada… entiendo, que al final, estaba equivocada sobre este tema. No existe tal conexión entre los otakus y los criminales. ¿Satisfecho?”

“¡Y-Ya veo! Entonces…”

“Pero, aún no tengo intención de aprobar a Kirino teniendo ese clase de hobby.”

Rechazado. Ayase ni siquiera me dejó seguir con el asunto. Con arrugas formándose en mi frente, pregunté.

“… ¿Por qué?”

“¿Por qué? Es obvio, ¡¿no?! Así que no hay una conexión entre esto y el

crimen… ¡¿y que?! Pregunto. No hay equivocación al decir que es un hobby sucio, repulsivo, ¡¿no?!”

“Puedes pensar eso. Pero, aunque lo repitas de nuevo, no creo que eso sea suficiente para justificar una pelea con una mejor amiga. No estoy diciendo que aceptes su hobby. Como sea que piense en ello, esas cosas no son buenas. Lo entiendo bien. Pero, ¿no puedes pretender que no viste nada? …

¿Pretender que no viste nada… y simplemente ser su amiga como lo has sido hasta ahora? … Ella sabe muy bien que se trata de una afición que no puede hacer pública. Es por eso que lo ha hecho tan bien al mantener ambos lados separados.”

“Eso es verdad, ¡¿no?! Ocultándolo tan bien… y engañándonos de esa manera.”

“No estaba tratando de engañarte. ¡Es sólo que no había necesidad de que lo supieras! ¡Por supuesto, también estaba protegiendo su imagen pública… pero primero y principal, no quería perder a su mejor amiga! Ustedes dos son cercanas, ¿cierto? ¡¿Por qué no puedes ni siquiera entender lo que

estaba tratando de hacer?!”

“¡Mentira! ¡Esa es una gran mentira! Después de todo, Kirino piensa que ese hobby suyo es más importante que yo, ¡¿no es así?! ¡Incluso hoy y ayer, le supliqué que se detuviera! ¡Incluso cuando le rogué para recuperar nuestra relación…! ¡’Definitivamente, no quiero’, eso fue lo que dijo…!”

“¡Para nada! ¡Eso no es lo que quiso decir en absoluto…!”

“¡Cállate! ¡No actúes como si supieras qué sucede! ¡¿Qué sabes de nosotras?! ¡Conozco a Kirino mejor que nadie! ¡Pero aun así, pensar que haría ese tipo de…! ¡Esa persona no es Kirino! ¡Es otra persona!

¡Definitivamente es otra persona! ¡Una importora…! ¡Devuélvela! ¡¿Estás escondiendo a la verdadera Kirino en algún lugar, no?! ¡¡Devuélveme a mi amiga!!”

… No tiene caso. No tiene caso en lo absoluto, parece. No puedo convencer a esta chica.

Para esta chica, probablemente parecía una situación en la que Kirino se había unido a alguna extraña religión o algo.

Ayase de verdad estaba preocupada por el bienestar de Kirino, valoraba mucho a Kirino, le tiene mucho cariño. Por eso no podía aprobar la situación presente. No podía aceptar que su amiga estuviera siendo corrompida.

Ese no eres tú. ¡Tú no eres así!

… Cierta persona me dijo algo similar una vez… y se enfadó de la misma manera.

¿Pero qué me da el derecho de criticar a Ayase? Éramos pájaros del mismo plumaje, en serio. Protegiendo la imagen de alguien en nuestras mentes, pero dándonos cuenta de que en realidad esa persona era diferente, y enfadándonos por eso. Y luego poniéndonos tristes. Y luego cayendo en la desesperación de nuevo.

Era algo egoísta ciertamente. Era un obstáculo que ocurría naturalmente cuando las personas están juntas. Especialmente cuando se trata de amigos, o personas que queremos y respetamos, de esa manera quisimos que fueran las cosas.

Había una sola persona en el mundo que podría rechazar estos sentimientos desde el otro lado.

Había una sola persona que podría golpearme justo en la cara, que me patearía en mis partes, con un grito de “¡no me jodas!”

Sí.

–

“¡Déjate de estupideces! ¡Calla de una vez ese ‘impostora, impostora’ sin sentido!”

–

Sí, así nada más. “………”

“¡¿Kirino…?!”

Ante el repentino grito, Ayase y yo gritamos al unísono y volteamos. Kirino, en uniforme, caminaba hacia nosotros desde la entrada de la plaza.

Con su cabeza en alto como siempre, se acercó a nosotros a paso acelerado. “T-Tú ¡¿por qué estás aquí…?!”

“Tú cállate también. ¿Acaso importa?”

Kirino me mandó a callar con una feroz mirada.

“No metas tu trasero en nuestros asuntos. ¡Esto es algo que yo misma tengo que hacer!”

……………….. Eso es verdad, ¿no? Sabías todo eso, ¿no? “… Ah. Perdón por la intromisión.”

Le dediqué una sonrisa forzada. Mientras le dejaba la situación a Kirino, ella me ahuyentó con las manos.

“Si entiendes, vete. Sólo vete y muérete en algún lugar.”

¡Eso no era necesario! ¡¿Por quién demonios crees que pasé por todo esto?!

¡¿Ves?! ¡¿No es como dije?! ¡¿Oíste lo que dijo, no?! ¡Para ser honestos, su mente se arruinó y perdió su humanidad muuucho antes de que se involucrara con los eroges! ¡No tiene nada que ver con la influencia de los juegos! ¡Mi hermana ha sido siempre así! ¡Podría ponerme a llorar, en serio!

¿No crees que es más como si mi mente se arruinara por la situación de mi vida real más que por los eroges?

Ugh… pero parece que de verdad se recuperó.

¡Y no está actuando como esa falsa persona, dulce ante todo, incluso estando en frente de Ayase!

Pero, bueno… si han llegado tan lejos, van a quitarse cualquier máscara que han usado, hablarán con sinceridad, serán francas la una con la otra, y

comenzarán a discutir… No creo que haya ninguna otra manera. Para Kirino o para Ayase.

… Tch, ahh. Al final, mis esfuerzos no importaron mucho.

Es así después de todo. Como podría haber supuesto, tendría que ser en última instancia las propias personas involucradas las que tendrían que resolver esto.

… Da lo mejor de ti, Kirino.

No era como si esperara que mis pensamientos alcanzaran a Kirino, pero en ese momento Kirino parecía haberse energizado y miró a Ayase. Tensa, enfrentó a su mejor amiga.

“Ayase… escucha lo que tengo que decir.”

“… No quiero oír nada que una impostora como tú tenga para decir.” Ayase negó con la cabeza firmemente. Gritó mostrando los colmillos. “¡Déjame ver a la verdadera Kirino!”

“¿Cuál es la ‘verdadera Kirino’?”

La Kirino de pie detrás de mí era una persona completamente distinta a la Kirino que había sido arrinconada por Ayase en aquel incidente.

Infló el pecho con arrogancia, y con energía que igualaba la intensidad de la ira de Ayase, enfrentó a su oponente.

“Una hermosa chica, con un sentido distinguido de la moda, una prodigio de los deportes, que destaca con sus calificaciones. Que tiene un montón de amigos, es respetada por todos en la escuela, con quien todos cuentan, es querida por todos… ella es absolutamente perfecta, impresionante y genial, super linda, muy hermosa. ¿A esa Kousaka Kirino re refieres?”

No conocía a ninguna persona que se apreciara a sí misma con tanta seguridad. Debe ser reconfortante ser capaz de llegar tan lejos con el auto-aprecio. ¿Ella se quiere mucho, no?

“¿A eso te refieres con la verdadera yo?”

“¡Sí! Esa es Kirino, ¡¿no?! Aun cuando vamos de compras, cuando estamos rodeadas de chicos en la ciudad, cuando hay algo en la escuela que no entiendo, cuando me siento agobiada con el modelaje, cuando montamos un show en el festival escolar… para mí tú siempre estuviste… siempre estuviste con… pero…”

“¿Pero es extraño que yo tenga este hobby? ¿Es imposible? ¿No es propio de mí? ¿Qué soy sucia y repulsiva, una impostora? Lo siento, Ayase, pero eso es un completo malentendido.”

“… ¿Mal… entendido?”

“Sí, así que sólo escúchame… aunque, no estoy segura si puedo decir esto…” Enfrentando a su desconcertada amiga, Kirino habló.

“… Bueno, yo, realmente amo esos mangas que tú odias y crees que son repulsivos. También tengo muchos de esos juegos 18+ que tú piensas que son sucios y dan ganas de vomitar, los amo de la misma manera. No importa cuántas veces vea anime sobre lindas hermanitas, no puedo conformarme, y con sólo ver todos los productos que compré es suficiente para hacerme feliz. Es un amor así de grande. Podría decirse que los adoro. Sin importar lo que la gente diga, esa soy yo.”

Ayase aparentaba querer decir algo, pero parecía como si no pudiera expresarlo en palabras.

Lo siento, Kirino dijo.

Perdón por no ser la persona que tu esperabas que fuera. Pero esta soy yo. Así sonaba para mí.

“Así que, sé que estás preocupada por mí de verdad, pero por favor, no hay necesidad de eso. Definitivamente no renunciaré a este hobby. Es algo que me gusta. Lo que me gusta es lo que me gusta. Si me detengo, si mi hobby desaparece, ya no seré yo misma…”

Al igual que como lo hizo una vez conmigo, Kirino demostró sus sentimientos. Expuso su verdadero yo.

Al no poder entender lo que estaba pasando en frente de sus ojos, Ayase agitó la cabeza varias veces.

“… ¿Es algo mucho más importante para ti que tus amigos? Esa afición…

¡¿es más importante que yo?!” “¡Eso no es verdad!”

“Pero-“

Kirino interrumpió a Ayase antes de que pudiera continuar, y gritó con todas sus fuerzas.

“¡Te amo tanto como amo mis eroges! ¡No es mentira! ¡¿Por qué no lo entiendes?! ¡¡Si pudiera elegir uno de los dos, no me habría preocupado para empezar!! ¡Mis amigas de la escuela también! ¡Mi hobby otaku también! Todas estas cosas son increíblemente importantes, cosas preciosas que no puedo abandonar, y esa es la razón por la que todo terminó así,

¡¿no?!”

“Q-Q-Qu…”

Habiendo sido golpeada con esa devastadora declaración, Ayase titubeó y trastabilló ligeramente.

Es probable que se haya sonrojado porque había una pizca de engaño en las palabras de Kirino, y su mensaje la atravesó completamente. No sé si estaba enfadada, feliz, avergonzada… o alguna combinación de esos tres.

Enfrentando a su desconcertada y sonrojada amiga, Kirino la presionó aún más.

“¿Está bien, Ayase? No tengo intención de abandonar a ninguna de las dos.

¡Ni mi amigas, ni mi hobby, así que lo decidí! ¡Definitivamente me reconciliaré contigo! Y no me detendré con mi hobby en absoluto! ¡¿Tienes un problema con eso?!”

“¡Definitivamente me reconciliaré contigo! Y no me detendré con mi hobby en absoluto! ¡¿Tienes un problema con eso?!”

Bueno, la cosa se puso seria. ¡Esta idiota! ¡No digas algo tan poco razonable!

Pero… no había nada más del estilo de mi hermana que este lado suyo arrogante y altanero.