Potion Danomi De Ikinobimasu (NL)

Volumen 2

Capitulo 14: Charlas De Paz

 

 

Habían pasado treinta días desde que el último de los soldados de Aligot había desaparecido por el paso de montaña del que habían venido. Se iba a celebrar en Grua una conferencia para negociar las condiciones de paz. No había otros países neutrales que pudieran servir como anfitrión de las conversaciones, y dado que había sido una victoria tan unilateral por parte de Balmore, por eso iban a celebrarse en la tierra natal del vencedor.

La guerra no sólo había involucrado a Aligot como el agresor, sino también a la Tierra Santa de Rueda, sede de la religión de la Diosa. Los espectadores se habían reunido no sólo de los países involucrados en la guerra, sino también de los aliados de Balmore en Aseed y Brancott, e incluso de personas de países de influencia en el este continental más al este de Brancott.


***

 

 

La ubicación era la plaza central de la capital real de Balmore. Era un área amplia ubicada justo entre el templo principal y las puertas de entrada del palacio.

No tenía precedentes tener conversaciones de paz al aire libre para que todos las vieran, pero eso se debía a que habría sido demasiado pedir tratar de meter a todos en una sola habitación. Por alguna razón, los representantes de Rueda también estaban presionando para que esto se realizara al aire libre, por eso se había construido un escenario especial en el centro de la plaza.

Asistieron muchas personas influyentes, pero la mayoría sólo estaban allí para escuchar, no para hablar. Los únicos participantes en estas charlas serían Balmore, Aligot y Rueda, con la posibilidad de pedirle a Aseed su opinión sobre determinados asuntos, ya que también compartían frontera con Aligot.

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Todos en Balmore estaban tranquilos y compuestos. No sólo no tenían la culpa ya que habían sido los invadidos, sino que también terminaron victoriosos.

Los representantes de Aligot, en cambio, estaban absolutamente pálidos en comparación…

Curiosamente, el grupo de Rueda no se inmutó en absoluto, a pesar de lo terrible que debería haber sido la situación para ellos.

Con los representantes de todos los países observando atentamente, la conferencia de paz comenzó oficialmente.

Para empezar, el lado de Balmore dio una breve descripción de cómo se desarrolló la guerra. Exigieron reparaciones del Imperio Aligot por su agresión, un rescate por los prisioneros de guerra que habían tomado, así como una compensación por tomar cosas como alimentos y gastos médicos cuando Balmore se había ocupado de ellos. Para colmo, exigieron que Aligot también hiciera un pacto de no agresión. Si iban a romper eso después de que los representantes de todos los diferentes países lo hubieran presenciado, entonces todos se unirían para unirse a Aligot.

Con las finanzas de su país ya en una situación desesperada, tener que pagar todos los precios exorbitantes que exigía Balmore sería el último clavo en el ataúd para el imperio.

“¡Balmore es la razón por la que esta guerra ocurrió en primer lugar! Tomaron al ángel como rehén y tenían el monopolio de sus pociones curativas milagrosas. ¡La culpa es de ellos!

¡Nuestro país sólo estaba tratando de salvarla!” El primer ministro de Aligot argumentó desesperadamente. Kaoru, sin embargo, hizo a un lado casualmente sus afirmaciones.

“No soy realmente un ‘ángel’, ¿sabes? Simplemente terminé aquí después de vagar de un país a otro. Vendo pociones a todo el mundo, ya sean de Aseed, Brancott, Rueda u otros. ¿Por qué Aligot no pagó también por algunas?”

“P-Pero no llegarían a tiempo debido a la fecha de vencimiento…”

“Quiero decir, sí, no hay mucho que puedan hacer al respecto. Después de todo, una fecha de vencimiento es una fecha de vencimiento. No estarían muy felices si Balmore les declarara la guerra si no pudieran recibir el pescado fresco que pescaron entregado a tiempo, ¿verdad?”

“…”

Kaoru había acabado sin esfuerzo el contraargumento del primer ministro.

“Pero, dicho eso, puede que tengas razón. Trabajaré para fijar la fecha de vencimiento para asegurarme de que puedan llegar a Aligot a tiempo.”

“¿Qu… qué…?”

“Y sé que tratar de pagar toda esta compensación a Balmore va a llevar a la bancarrota a tu país, pero podría tener una forma de ayudarlos con eso. ¿Te importaría escucharme?”

Fue entonces cuando Kaoru les reveló la impactante verdad: había una enorme isla en el mar, al oeste de las fronteras de Aligot, que rivalizaba con el imperio en términos de tamaño. Rebosante de recursos naturales y minerales. La navegación marítima estaba completamente subdesarrollada en este momento, y Aligot tenía una ventaja abrumadora sobre los otros países, ya que estaban más cerca del océano. No podían tener un monopolio sobre ella, pero Balmore estaba dispuesto a dejar que lo intentaran si querían hacer un viaje para encontrar la isla.

La verdad del asunto era que Kaoru había pensado que Aligot no podría hacer nada después de haber sido empujado a un rincón como este.

Había creado una poción curativa en forma de globo terráqueo del mundo de Verny para tener un mejor manejo de la geografía del lugar. Podía ver todos los ríos y otros tipos de recursos ocultos en este globo especial, ya que así era exactamente como lo quiso cuando lo pensó. Claro está, no les diría exactamente dónde estaban escondidos todos estos recursos, porque sería demasiado amable de su parte.

Las lágrimas corrían por el rostro del primer ministro, y todos en Aligot habían dejado sus asientos para arrodillarse ante ella. Los espectadores de otros países no podían creer lo que estaban escuchando.

Era casi un hecho que el imperio reasignaría a la mayoría de sus soldados a la construcción naval y los recapacitaría como marineros, todo con el fin de que abrieran nuevos caminos hacia tierras aún por descubrir. Si pudieran sacar suficientes barcos al mar, podrían extenderse más allá del continente y comenzar a comerciar con países más alejados de ellos. No sabía los detalles sobre cómo construir barcos ni nada, pero al menos podía dibujarles un boceto y hacerles saber los conceptos básicos que necesitarían para armar el aparejo del barco.


Un fuego ardía en sus ojos después de escuchar a Kaoru decir lo mismo. Si alguien pudiera hacerlo, sería el imperio. Les mostrarían a todos que podían hacerlo.

Los representantes de los otros países, por otro lado, estaban en pánico por perder su oportunidad de saltar a esta verdadera isla del tesoro.

“S-Señorita Kaoru, um… ¿cree que también podríamos tener algunos de esos planos?”

“Balmore ya va a recibir pagos anuales de Aligot mientras pagan sus reparaciones. No es bueno ser demasiado codicioso.”

Cabizbajo, el representante que habló agachó la cabeza mientras colocaba ambas manos sobre la mesa frente a él.

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Todos los representantes de los otros países estaban ansiosos por regresar a casa y comenzar a preparar sus propios barcos, pero no fueron construidos para largos viajes en el mar. Tendrían que trabajar en la construcción de un nuevo tipo de barco si querían hacer realidad ese sueño.


Fue en este momento que las personas de ambos lados de las negociaciones que tenían dudas sobre Kaoru y los rumores que la rodeaban finalmente comenzaron a darse cuenta de lo valiosa que era realmente…

Balmore no estaba tratando de hacer que los ciudadanos del Imperio Aligot se murieran de hambre ni nada, por eso permitían que el imperio pagara las reparaciones a plazos. Aligot aprovechó la oportunidad, viendo un rayo de esperanza para su futuro ahora que no iban a terminar en bancarrota tratando de pagar lo que debían.

Con el lado de Aligot luciendo mucho mejor que al comienzo de las conversaciones, ahora era el momento de tratar con Tierra Santa de Rueda.

***

 


 

Rueda se mostró optimista sobre su posición aquí. Ya tenían su propio as en la manga preparado desde el principio y, después de ver lo bien que habían tratado a Aligot, creyeron que también podrían darle la vuelta.

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A diferencia del imperio, que había confiado la plena autoridad diplomática a su primer ministro, el mismísimo Papa de Rueda estaba presente, aunque las negociaciones podrían haber sido manejadas por un solo cardenal.

“Rueda ha dejado de lado su posición de país neutral y ha prestado su apoyo a Aligot.

Como enemigo que ayudó en la invasión de nuestro país, también exigimos reparaciones.”

“Esos no son más que rumores infundados. ¡Nuestro país se mantuvo neutral! ¡Nunca ayudamos al imperio de ninguna manera!” Respondió uno de los cardenales, negando con vehemencia las acusaciones formuladas en su contra.

En respuesta, Balmore presentó sus pruebas, una tras otra. No sólo no advirtieron a Balmore de la invasión de Aligot, sino que el mensajero que enviaron para sugerir que Kaoru había escapado llegó sospechosamente rápido considerando las circunstancias. Tenían órdenes de llevársela por la fuerza si se negaba, y si querían pruebas, podían sacar al cardenal que había intentado hacer precisamente eso. Sin mencionar a los cardenales y sacerdotes que habían capturado junto con las fuerzas de invasión del norte, a quienes también podrían traer aquí en cualquier momento.

También estaban los acuerdos secretos entre Rueda y el imperio de los que Balmore se había enterado al interrogar a los oficiales de Aligot.

Los otros países habían recibido avisos de Balmore indicando cómo Rueda había traicionado a la Diosa y había sido excomulgado por ello, pero no conocían los detalles hasta ahora. Los representantes presentes criticaron y condenaron la actuación de Rueda.

“No sabemos nada de lo que afirma. ¡Les exigimos que retiren inmediatamente tales comentarios y nos disculpen por la difusión de rumores tan insultantes y calumniadores que no contienen ni una pizca de verdad!”

“¿No se supone que todo eso es verdad?” Respondió Kaoru. “¿La noticia no les llegó a ustedes en Rueda, o simplemente la están escondiendo ahora porque de lo contrario no sería conveniente para ustedes?”

“¡C-Cómo te atreves! ¡No eres más que un sirviente del diablo!”

“¿Oh? ¿No se suponía que yo era un ángel enviado por la Diosa? No importa cuántas veces lo negué, todos en Rueda parecían querer seguir llamándome así.”

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El rostro del cardenal se puso rojo brillante cuando Kaoru lo apartó con indiferencia.

Después de permanecer en silencio durante todo el intercambio, el Papa finalmente se puso de pie.

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“¡Suficiente! Si ha llegado a esto, entonces usaré el objeto más sagrado de nuestro país para demostrar que tenemos razón. Seguidora del diablo, lamentarás el día en que trataste de engañar a la gente haciéndoles creer que eras un ángel. ¡Este es el instrumento que deletreará tu perdición!” Proclamó, agarrando una esfera de cristal en su mano.

“En primer lugar, nunca dije ser un ángel. Ustedes fueron los que dijeron eso, y todo este tiempo lo he estado negando…”

“¡S-Silencio!” Rugió el Papa, furioso de que Kaoru fuera lo suficientemente densa como para no darse cuenta de lo impresionante que estaba tratando de lucir. (Kaoru sabía absolutamente lo que estaba haciendo, por supuesto).

El Papa fingió que no había pasado nada mientras continuaba hablando: “¡Este es el verdadero tesoro que Celestine-sama nos concedió cuando otorgó sus milagros a nuestro país!

¡Es un instrumento sagrado capaz de convocar a la Diosa en caso de que nuestra Tierra Santa se vea amenazada alguna vez!”

Así que por eso todo este tiempo parecían tan confiados… Probablemente por eso también querían que esto se llevara a cabo afuera.

Habría muchos más testigos del descenso de la Diosa si se hiciera al aire libre, y también dejaría una impresión más grande.

Oh compañero, me pregunto si esto es lo que creo que es…

Algo en eso había tocado la fibra sensible de Kaoru.

Estoy bastante segura de que esta es una de las cosas que Celes mencionó cuando se quejó conmigo. Esa cosa probablemente terminará haciendo lo que dijo que haría, pero no por la razón por la que está pensando…

“¡He aquí el milagro de la Diosa! ¡Deleiten sus ojos con la prueba de que somos los ciudadanos bendecidos de una poderosa y santa tierra!”

Un destello brillante surgió del cristal en su mano. Al momento siguiente, apareció una esfera de luz pura en el cielo. La esfera cambió gradualmente de forma, y finalmente tomó la forma de una chica resplandecientemente hermosa.


La Diosa Celestine había descendido.

El Papa se arrodilló ante ella, con una expresión de alegría inconmensurable en su rostro. “¿Dónde está la distorsión?” Celes le rugió.

“¿Eh?”

El Papa sólo podía mirar fijamente a la Diosa.

Potion Danomi De Ikinobimasu Volumen 2 Capitulo 14 Novela Ligera

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