Potion Danomi De Ikinobimasu (NL)

Volumen 2

Capitulo 13: Una Espada Divina

Ese mismo día, las fuerzas de Aligot de repente se lanzaron a una ofensiva total.

“Parece que su nombre tuvo bastante impacto, Roland-sama. Quién sabe si querrán derribarlo por la gloria, o simplemente tomarle como rehén, pero que dijera que derrotamos al ejército que vino por Rueda hizo que sonara aún más creíble.”

Había una mezcla de emociones en el rostro de Roland cuando escuchó las palabras de Kaoru.

Kaoru, Roland y los demás estaban en una colina elevada cerca de las líneas del frente, destacándose llanamente como el día mientras iban a caballo… todo a propósito, por supuesto.

Las líneas del frente ya estaban envueltas en un combate mortal cuando ambos ejércitos se enfrentaron entre sí. Si Kaoru usara todos los poderes que tenía a su disposición, podría haber podido reducir la cantidad de soldados que murieron en la guerra… pero ¿qué habría pasado si lo hubiera hecho?

Habría sido una victoria abrumadora para ellos con el poder de la Diosa de su lado. No había ningún honor en ganar así, y ni los ganadores ni los perdedores estarían satisfechos con ese tipo de resultado. No habría consuelo para las familias de los soldados que murieran en la batalla.

Kaoru había venido aquí con la plena intención de ejercer sus poderes tanto como pudiera, pero no era para ayudar a un ejército a destruir completamente al otro en una batalla unilateral. Era para mantener las bajas al mínimo para cada bando y poner fin a toda esta guerra. Simplemente estaba esperando su oportunidad más oportuna para intervenir.

“Oiga, Roland-sama. Comience a dar vueltas y actuar como un completo bicho raro, por favor.” Dijo Kaoru.

“… ¿Y por qué haría eso exactamente?” Roland respondió, sin lucir particularmente entusiasmado por su solicitud.

“Si empieza a actuar de forma sospechosa de repente, debería preocupar al enemigo que su presa vaya a huir o intentar hacer algo no planeado. Debería ser suficiente para hacer que miren en su dirección de vez en cuando para ver cómo está. Mientras estén distraídos con usted, debería poner a nuestros propios soldados en ventaja.”

“… Está bien, está bien.”

Roland comenzó a vagar sin rumbo fijo, ocasionalmente saludando a nadie en particular, todo por el bien de los soldados. Era un buen ejemplo de lo que debería ser un oficial superior.

***

Después de que pasó un tiempo, hubo un cambio obvio en las tácticas del enemigo. En lugar de concentrarse en otras áreas mucho más esenciales para atacar, habían comenzado a enviar sus tropas a la pequeña colina en la que estaban Kaoru y Roland. Varios soldados a caballo encabezaban la carga, con incontables soldados de infantería siguiéndolos. No podían haber traído caballos con ellos a través de las montañas, por lo que probablemente los habían adquirido de fuentes locales.

“Muy bien, parece que mordieron el anzuelo. Esperemos a que se acerquen un poco más antes de llevarlos directamente a la emboscada que les hemos preparado con nuestros propios soldados. Voy a conseguirme un lugar mejor para ver cómo se desarrolla todo.”

La colina no tenía influencia en la batalla y habría sido completamente ignorada en todas las demás circunstancias. Si no fuera por el hecho de que había un cebo tan tentador colgando frente a ellos aquí, este lugar no tendría ningún valor estratégico. Sólo sería un lugar con una chica de aspecto inofensivo, y no valía la pena desviar a los soldados para enviarlos allí.

“… Lo sé.” Dijo Roland mientras miraba a los soldados que avanzaban hacia ellos.

***

El escuadrón de soldados enemigos se abrió paso entre las tropas de Balmore en su camino, acercándose aún más a Kaoru y Roland. Parecían ser un grupo de la élite de Aligot, por lo que deben haber hecho de la captura de Roland una de sus principales prioridades. El equilibrio de las tropas en el campo se había roto después de desviar a los soldados para enviarlos en esa dirección, lo que permitió a los soldados de Balmore tomar la delantera.

Todo iba según lo planeado. Todo lo que quedaba ahora era rodearlos después de llevarlos a la emboscada, aniquilando y reduciendo la presencia de Aligot en el campo de batalla.

“Es casi la hora del espectáculo. Asegurase de que tengan una buena vista de usted.”

“Lo sé…” Respondió Roland. Levantó la mano lo más alto que pudo para llamar la atención sobre sí mismo antes de gritar su siguiente orden. “¡Nos dirigimos hacia allí! ¡Todos, síganme!”

Descendió la colina, moviéndose gradualmente en una dirección sin tropas amigas de Balmore para facilitar que el enemigo lo siguiera.

“Ahora, es hora de esperar y ver cómo se desarrolla todo esto…”

Las guerras en este mundo no eran de ninguna manera asuntos rápidos. La batalla acababa de comenzar, y aún pasaría algún tiempo antes de que Kaoru interviniera… tal vez incluso unos pocos días.

No era una buena sensación ver a otros en una batalla a muerte, pero esto era una guerra.

Sólo los optimistas más temerarios pensarían que esto se resolvería sin que nadie muriera.

Mientras Kaoru se quedaba atrás y esperaba que la acción se desarrollara, Ed habló vacilante.

“… Oye, pequeña señorita.”

“¿Qué pasa?”

“Podría ser que estoy imaginando cosas… pero ¿el enemigo está ignorando totalmente el cebo y viene directamente hacia nosotros?”

“… Uh-oh.”

***

Los soldados de Aligot habían recibido órdenes muy específicas sobre a quién capturar. Su principal prioridad era que la chica que había recibido la bendición de la Diosa y tenía la habilidad de hacer pociones curativas. Su segunda prioridad más alta era cualquier persona de la familia real. En tercer lugar, estaban los ministros del gabinete o los aristócratas de nivel superior. Eran libres de ignorar a los otros objetivos si eso significaba asegurar su prioridad número uno, incluso si eso significaba perder cantidades masivas de tropas en el proceso.

Incluso habían recibido noticias sobre el aspecto de la chica en cuestión: alrededor de diez a doce años, cabello negro y ojos negros, y una cara linda con la mirada más dura. Y quién además había llegado junto a Roland, el hermano del rey de Balmore, no era sino una niña que encajaba con esa misma descripción. No sólo había traído consigo una gran cantidad de pociones curativas, sino que incluso iba tan lejos como para estar en la primera línea del campo de batalla.

El escuadrón de soldados de élite que se había separado del ejército principal no iba por Roland, sino por Kaoru. No sólo eso, sino que, por alguna razón, Roland y las otras tropas habían dejado a esa chica sola mientras se dirigían a algún lugar. No había mejor oportunidad que esta, y no estaban dispuestos a dejarla pasar.

***

“Mierda… Me tienen rodeada.”

Los soldados se apresuraron a formar un círculo alrededor de Kaoru para que no pudiera escapar a caballo. Se aprovecharon del pánico de Kaoru sobre qué hacer, sin darle tiempo para averiguar su próximo paso. Se las arreglaron para formar un semicírculo detrás de ella, acercándose gradualmente a medida que hacían el círculo más estrecho.

El grupo de soldados frente a ella se acercaba cada vez más…

“¡Oh mierda, oh mierda, oh mierda! ¡¿Crees que puedes sacarnos de aquí, Ed?!”

“¡Eso es algo que no se puede hacer, señorita!”

Bueno, no puedo decir que vi venir esto… ¿Debería intentar con una explosión…? No, no tiene sentido hacer eso. Con eso terminaría con un montón de cadáveres en mis manos. Puede que pueda matar a algunos con veneno, pero hay demasiados para enfrentarlos a todos… ¿Qué debería hacer? ¿Hacer una explosión lo suficientemente grande como para crear una ruta de escape? Pero podrían empezar a disparar flechas si trato de escapar… Creo que podría morir si una de esas me alcanza. Estoy bastante segura de que no me matarán si realmente me atrapan. Debería haber muchas oportunidades de escapar…

Mientras Kaoru estaba luchando sobre qué hacer a continuación, el círculo de soldados de Aligot se había acercado constantemente para intentar capturarla ilesa. No podía atravesarlos ya que tenían sus espadas y lanzas apuntando únicamente a ella. Varios de ellos incluso envainaron sus espadas y se acercaron para arrastrar a Kaoru de su caballo.

Justo cuando Kaoru se encontró sin opciones e incapaz de averiguar qué movimiento tomar a continuación, los soldados Aligot a caballo cambiaron repentinamente de dirección.

“¿Esa es… Francette?”

Francette se dio la vuelta después de darse cuenta de que algo andaba mal. Roland y otros cuatro caballeros imperiales la perseguían desesperadamente.

Los soldados no tenían ninguna posibilidad. Se enfrentaban a Francette, una verdadera guerrera demonio, Roland, el valiente hermano del rey de Balmore, y un grupo de los guerreros más elites que el reino podía proporcionar. Esta no era una combinación que la improvisada caballería Aligot pudiera manejar.

Francette y los demás atravesaron a los soldados enemigos que rodeaban a Kaoru, desmontaron sus caballos y formaron a su alrededor.

Todo el mundo era más que capaz de luchar a caballo, pero su principal área de especialización era la batalla a pie. Estar a caballo generalmente te daba ventaja en una pelea, pero cuando se trataba de soldados verdaderamente hábiles como ellos, encontraban que los caballos simplemente no podían seguirles el ritmo. Estar rodeados de soldados mientras iban a caballo significaba que no podrían protegerse contra ningún ataque realizado desde la retaguardia o el lado por el que no sostenían su arma. Tratar con varios enemigos al mismo tiempo también era casi imposible. Tener a alguien a quien necesitaban proteger además de eso significaba que mantener la pelea en el suelo era su única opción.

“Lo siento… Parece que metí la pata aquí.” Dijo Kaoru, desanimada.

Las seis personas que se apresuraron a ayudarla se rieron y dijeron que ya era hora de que tuvieran la oportunidad de demostrar lo que podían hacer.

Así marcó el comienzo de su encarnizada lucha. Roland y los otros cuatro guardias imperiales blandían espadas cortas mientras cargaban hacia la batalla. A pesar del nombre, no eran más cortas que las espadas promedio ni nada por el estilo. Los soldados a caballo generalmente llevaban espadas largas, mientras que los soldados de infantería iban con espadas cortas. El solo hecho de que las usaran demostraban que no eran mera caballería.

Aunque las espadas cortas generalmente se empuñaban con una mano, usaban ambas ya que no tenían escudos para llevar en la otra. Incluso sin escudos, sólo tenían que bloquear cualquier golpe que se les acercara con la espada: cortar, parar, apuñalar, rebanar, repetir.

A diferencia de una katana, estas hojas no eran para cortar a las personas. Dominarían a su oponente por la fuerza, aplastándolos bajo la espada. Claro está, aún tenían suficiente ventaja para cortar una rama.

Francette, por otro lado, tenía una espada bastarda como su arma preferida. Era una espada que podía manejarse con una o dos manos, pero era mucho más pesada y larga que una espada corta. No era el tipo de arma que una chica que parecía estar en la mitad de la adolescencia debería poder manejar, es decir… en circunstancias normales. No hacía falta decir que las circunstancias de Francette eran todo menos normales.

Su espada se arrastraba por el suelo si intentaba llevarla en la cadera como de costumbre, por lo que normalmente la tenía atada a la espalda. Aunque quería usar una espada aún más grande y pesada para usar su fuerza hercúlea, su tamaño significaba que era imposible para ella llevar algo más grande de lo que tenía ahora.

Francette blandía su espada bastarda con toda la gracia y la delicadeza de quien empuña un estoque en esgrima, cortando alegremente a cualquier soldado enemigo que tuviera la pobre fortuna de estar delante de ella. Gritos de agonía y dolor llenaban el aire mientras las pilas de cadáveres y heridos crecían a raíz de su camino de guerra.

“E-Es… Fran la temible…” Susurraron los soldados de Aligot, sus voces temblando de miedo.

Las fuerzas de Balmore que habían estado esperando la emboscada se dieron cuenta de que el plan había salido mal, abriéndose paso a través de las líneas enemigas y rodearon al enemigo en ambos lados para eliminarlos. El caos y la confusión dominaron la pelea mientras la batalla continuaba. Solo había una cosa en la que ambos lados tenían claro: no lastimar a la chica.

La pelea se había convertido en un caos tal que Kaoru no podía hacer nada más. Usar sus pociones de nitroglicerina o cualquier otro tipo de ataque químico haría que sus aliados se viesen atrapados en el fuego cruzado. Podría intentar usar sus poderes de la Caja de Artículos aquí, pero eso arruinaría la historia que había estado vendiendo hasta ahora acerca de que era una humana normal que resultaba ser amiga de la Diosa.

Pero supongo que pasaría lo mismo si empezara a hacer que todo explote, eh…

Con la cantidad de soldados enemigos caídos alcanzando los tres dígitos, Kaoru suspiró aliviada sabiendo que, aunque estaba en medio de un campo de batalla, al menos estaba a salvo por ahora…

Fue entonces cuando sucedió.

Roland había logrado desviar una flecha con el hombro derecho de su armadura para proteger a uno de sus aliados, pero su espada había dejado de moverse en el proceso. Un soldado de Aligot empujó su propia espada hacia adelante, nadie que dejara escapar esta oportunidad.

El sonido de metal chocando contra metal resonó en el campo de batalla. Francette había perdido el equilibrio al extenderse demasiado para desviar el ataque, agarrando los restos destrozados de su espada. Ya estaba en su límite por recibir la peor parte de la monstruosa fuerza de Francette, pero forzar ese corte finalmente había hecho que la espada cediera.

Aprovechando al máximo esta oportunidad perfecta, el enemigo había hundido una sola lanza profundamente en el lado derecho de su pecho. Sangre fresca brotaba del agujero recién tallado cuando le arrancaron la lanza.

“¡¡¡Fran!!!” Roland atrapó a Francette antes de que pudiera tocar el suelo. “¡Lo hice! ¡¡Acabé con Fran la temible!!” Gritó el soldado de Aligot.

Al siguiente instante, su cabeza explotó en innumerables pedazos diminutos.

***

“No me vengas con esa mierda…”

La sangre se había precipitado a la cabeza de Kaoru. Cualquier pensamiento de tratar de mantener su historia sobre ser una chica normal había sido alejado de su mente.

Si bien era la misma chica que había dicho que no le importaba que los soldados murieran, ya que ese era su trabajo, en el momento en que vio la lanza perforar el pecho de Francette y la sangre brotar de su herida… nada más importó.

Era diferente a ver a innumerables soldados caer como moscas. Una vez que fue alguien a quien le agrada, eso fue lo que marcó la diferencia. Sabía lo contradictoria que estaba siendo, pero, a pesar de eso, no podía evitar que su sangre hirviera.

Palmeó el cuello de Ed. No necesitaba que ella dijera nada para saber lo que eso significaba. Se arrodilló, soltando a Kaoru de su espalda.

Las tropas de Aligot que los rodeaban se habían quedado en silencio. Aunque es posible que se hubiesen acostumbrado a que la sangre de sus enemigos los salpicara, parecía que no estaban exactamente acostumbrados a que sucediera lo mismo con la explosión de la materia cerebral de una de las cabezas de sus aliados.

Ahora bien, la quietud fue sólo momentánea. Los sonidos de la lucha seguían rugiendo a su alrededor.

Kaoru volvió su mirada hacia el cielo. Al instante siguiente, el atronador rugido de una explosión atravesó el campo de batalla. Pudo haber sido obra de la Diosa, u obra de un diablo… o tal vez incluso un presagio de una catástrofe por venir.

La atronadora explosión que sacudió el campo de batalla había detenido la lucha. Un pilar de nubes doradas se había formado alrededor de Kaoru, como para mostrar exactamente de dónde provenía el sonido.

Entonces ella gritó para que todos la escucharan:

“Estoy a punto de llevar a cabo una ceremonia importante, ¡así que cállense y miren! Si quieren seguir luchando, ¡háganlo inmediatamente después!”

Su voz no era lo suficientemente fuerte como para llegar a todo el campo de batalla, pero aún viajó bastante lejos debido a su posición elevada. La palabra eventualmente viajaría al resto. Nadie sabía qué les pasaría si intentaban ir contra ella.

Kaoru echó otra mirada en dirección a Francette. Aunque parecía gravemente herida, parecía que podría aguantar un poco más.

Kaoru caminó hacia ella y Roland.

“¡A-Ahora es nuestra oportunidad! Rápido, agarra al ánge…”

¡BANG!

Al soldado que trató de moverse para capturar a Karou, de repente le voló la cabeza de los hombros. Nadie más se atrevía a moverse ni un centímetro.

Kaoru se detuvo a unos metros de Francette, la sangre de sus pulmones perforados goteaba de su boca. Luego, en voz alta y autoritaria, Kaoru le proclamó:

“Francette, tu vida es el epítome de lo que debería ser un caballero. Dedicaste todo lo que tenías para proteger a tu señor.”

Francette esbozó una sonrisa débil pero satisfecha mientras Roland sostenía su cuerpo.

“Aun así, no es exactamente la vida más femenina para una chica, ¿verdad?” Francette pareció estar en un estado de shock menor ante palabras tan duras. “Por eso te daré un regalo para tu próxima vida. ¿Qué te gustaría? ¿Mejores rasgos faciales? ¿Cabello más brillante?

¿Piel tan suave como la seda? ¿Un busto generoso? Adelante, haz tu elección.”

“Yo… quiero poder… quiero el poder… para proteger a Roland-sama… otra vez…” Francette farfulló, la sangre goteaba de su boca mientras usaba hasta la última gota de su fuerza para obtener las palabras afuera.

“… Pensé que dirías eso.” Dijo Kaoru, caminando hacia Francette de nuevo. “Es una petición tonta… pero creo que deberías cumplirla en esta vida, no en la próxima.”

Con un movimiento de su muñeca, Kaoru de repente estaba sosteniendo una botella de poción que había aparecido de la nada. Abriendo la tapa, vertió el contenido dentro de la boca de Francette.

“¿Qu… é…?” Francette no pudo evitar dejar escapar un grito ahogado al ver que todas sus heridas habían sanado en un abrir y cerrar de ojos.

Kaoru miró los restos de la espada bastarda de Francette. “Parece que esta hoja en particular no fue suficiente para ti.”

Lo siguiente en su mano fue una espada, aparentemente conjurada de la nada como la poción. Estaba hecha de una aleación especial, lo suficientemente dura como para que nunca se rompiera. El filo de la hoja estaba afilado hasta un punto fino a nivel molecular, y utilizaba la bioelectricidad de quien agarraba su empuñadura como fuente de energía para hacer vibrar la hoja a velocidades increíblemente altas.

En resumen, era una especie de “vibroespada”, un arma sacada directamente de la ciencia ficción. Sin embargo, se las había arreglado para evitar darle la capacidad de sobrecalentar la hoja.

Pero, ¿cómo de repente tenía el poder de hacer espadas? Bueno… no lo tenía.

Si giraras la empuñadura del arma, descubrirías que el interior estaba lleno de una poción curativa. Era sólo un recipiente para una poción, con la forma de una espada.

“Tendrás el poder de crear cualquier medicamento en cualquier recipiente que estés pensando.”

En términos de cuán poderosas eran sus habilidades, el poder de hacer pociones que Kaoru le había pedido tan casualmente a Celes era algo que incluso sobrepasaba su Caja de Artículos.

Con asombro y reverencia a partes iguales, Francette aceptó ceremoniosamente la espada que le ofrecí. Esta no era una espada ordinaria, y todos los que vieron lo que sucedió lo sabían.

Espera, tengo que darle un nombre a esta cosa…

Entré un poco en pánico cuando me di cuenta de eso. Ni siquiera estaba pensando en darle un nombre cuando la hice, pero tenía que hacerlo después de montar todo ese espectáculo. El único problema era que no se le ocurría nada bueno.

Si estamos pensando en espadas legendarias, tiene que ser Excalibur, ¿verdad? No, eso es demasiado fácil… ¿Quizás Caliburn? No, es más o menos lo mismo… Se suponía que la espada en la piedra se llamaba Caliburn, y a menudo se mezcla con la propia Excalibur, pero se suponía que esa espada había sido un regalo de la Dama del Lago. También existía la teoría de que Excalibur era simplemente la versión mejorada de Caliburn. Entonces Excalibur es como un Caliburn extra fuerte… Espera, extra… Caliburn… Ex-calibur…n. ¿Por eso se llama Excalibur? Hm.

Ahora que lo pienso, se suponía que la vaina de Excalibur era incluso más valiosa que la espada en sí. Por lo general, se aseguraría de que la espada tuviera todos los accesorios, no la funda. Supongo que eso significa que la funda se hizo después de la espada.

Espera, ¿Excalibur tenía siquiera una funda? Estaba clavada en una roca, así que supongo que no tenía sentido tener una funda. Veamos, en qué se basó Excalibur en primer lugar…

Muy bien, tomemos una página de la mitología nórdica y tomemos prestado el nombre de la espada que usó Sigurd, luego combinemos eso con la espada de Arthur para hacer un nombre más poderoso que cualquiera de los anteriores…

“Francette la caballero: te otorgo el título de einherjar, un protector de la Diosa, y te concedo la espada divina ‘Exgram’. Úsala para abrir un camino hacia la victoria. ¡Ahora ve, mi guerrera divina! ¡Ve, Francette la Einherjar!”

“¡Raaaaaagh!”

Con un enérgico grito de guerra, Francette se puso de pie una vez más y la guerra regresó.

* * * * * *

¡Shng!

La recién bautizada Exgram giró por el aire sin el menor indicio de resistencia. Parecía que no había pasado nada, o tal vez que no había dado en el blanco… pero eso fue antes de que la mitad superior de las tropas de Aligot se deslizara fuera de sus cuerpos. Las espadas y armaduras que intentaron defenderse de ella se derritieron como mantequilla.

“““¿Eh…?”””

Amigo, enemigo e incluso la persona que blandía la espada estaban asombrados por el filo afilado de la hoja.

***

Je…

Jejeje… Jejeje…

Una sonrisa demoníaca cruzó el rostro de Francette. Se interrumpió en una carrera hacia las tropas enemigas, mostrándoles la razón por la que se había ganado el apodo de “Fran la temible”.

Los gritos de los soldados de Aligot resonaron en el campo de batalla…

***

Roland se volvió para mirarme con los ojos llenos de expectación. Está bien, está bien. Tampoco puedo permitir que muera por mí. Alcé la mano en el aire y utilicé mi magia.

“Aquí, esta se llama Exridill. Ahora bien, tendré que pedirte que me devuelvas esto después de que termine la pelea. Después de todo, no eres un einherjar ni nada.”

“Aw, ¿qué? Vamos…” Aunque dio a conocer su decepción, Roland se lanzó a la batalla.

Antes de darme cuenta, tenía a los otros cuatro caballeros imperiales mirándome con los mismos ojos de cachorrito que Roland me había estado dando…

***

Francette cortó a cualquiera que estuviera cerca de ella en tiras literales mientras se abría paso a través del campo de batalla. No servía de nada intentar bloquear sus cortes con espadas, ya que también terminarían partidas por la mitad. Incluso si lograban darle un buen golpe a cambio de sacrificar a sus propios soldados, ella volvería a la vida de nuevo… e incluso más fuerte la próxima vez. No había forma de que pudieran ganar contra eso.

Entonces corrieron. Se escaparon tan rápido como les permitían las piernas, sin importarles ni un poco mantener las apariencias… y con Francette persiguiéndolos.

No tener tropas amigas cerca le facilitaba las cosas, ya que no tenía que preocuparse de que se vieran atrapadas en su camino de guerra. Era libre de balancear a Exgram al contenido de su corazón, el arma legendaria que se convertiría en su fiel espada a partir de ese día. Aunque Francette ya había ido más allá del reino de los humanos normales el día que bebió la poción que le dio Kaoru, el mareo que sintió después de obtener un poder incluso más allá de eso la hacía temblar de alegría.

El enemigo… tengo que llegar a algún lugar con más objetivos.

Francette despegó en una carrera loca, olvidándose por completo de la persona que se suponía que debía proteger.

***

Roland persiguió desesperadamente a Francette. Ella era una chica sencilla de corazón, y después del espectáculo que Kaoru se había puesto para darle la espada, estaba completamente fuera de control. No podía dejarla sola.

Los siguieron los otros cuatro caballeros imperiales, cada uno con su propia espada divina en la mano.

La espada legendaria, Exhrotti. Sólo con Gram y Ridill, Kaoru había tomado prestado otro nombre de una de las espadas que Sigurd había usado.

Ella les había dicho que era una espada legendaria dividida en cuatro y que su poder había disminuido debido a eso, pero la nitidez de su espada era más que digna de su estatus legendario. A decir verdad, era sólo una espada que había armado con aleaciones especiales y no tenía ninguna función de vibración de súper alta frecuencia ni nada parecido. Aun así, eso debería ser suficiente para un grupo de soldados de élite como ellos.

Ninguna chica podría haberse resistido a los cuatro pares de ojos de cachorro que se volvieron hacia ella… probablemente. Bueno, al menos no ésta.

***

Las (supuestamente) tropas de élite de Aligot gritaron malditos asesinos, voltearon la cola y corrieron para salvar su vida… con una berserker enloquecida por la guerra riendo mientras los perseguía.

Los soldados de Aligot que huían no tenían ninguna posibilidad de dejarla atrás. Los cortó uno tras otro, todo el tiempo riendo maniáticamente.

“¡F-Fran la temible tiene una espada divina!”

“E-Ella estaba al borde de la muerte, ¡pero está viva de nuevo! ¡Y ella es incluso más fuerte que antes!”

“¡Ese ángel no es humano! ¡Está al mismo nivel que la propia Diosa! ¡Nunca deberíamos haber intentado ponerle las manos encima!”

La explosión en el cielo, la advertencia solemne del ángel, y ahora, la única guerrera loca que sembraba la muerte y la destrucción donde quisiera que fuese, con otras cinco parcas detrás de ella…

Los gritos de sus aliados que huían en sus oídos, los otros soldados de Aligot estaban congelados de terror. Incapaz de luchar contra ese miedo por más tiempo, un soldado retrocedió lentamente, finalmente se dio la vuelta y se alejó rápidamente de las líneas del frente. Otro soldado siguió al primero, luego más y más después de ellos, hasta que las tropas de Aligot huyeron en masa.

Las líneas del frente de las tropas de Aligot se derrumbaron. Francette persiguió a los soldados que huían, mientras que Roland y los otros soldados imperiales mataron a los rezagados que lograron escapar de su ira.

“Ya hemos llegado hasta aquí, así que esto es más o menos lo que iba a pasar de todos modos.” Murmuró Kaoru para sí misma. “Si ese es el caso, entonces sería mejor terminar esto rápidamente para mantener la cantidad de bajas al mínimo. Dado que Francette y los demás son los que están haciendo que el imperio dé la vuelta y corra, incluso se puede decir que esta es una victoria para los soldados de Balmore.”

Con eso, dirigió su atención a un lugar justo más allá de las líneas del frente que no tenía nada más que soldados Aligot reunidos allí. Apuntando al cielo justo encima de ellos, creó dos recipientes de vidrio con forma de calabaza de la nada. Ella había llenado uno con pseudo-nitroglicerina y el otro con ácido sulfúrico concentrado, uniéndolos para crear una enorme explosión. Y luego otro… Luego un tercero.

Lo siguiente que hizo fue crear una gran variedad de pequeñas bolas de vidrio en el cielo llenas de su pseudo-nitroglicerina. Cayeron una tras otra, dejando un mar de explosiones a su paso.

Había intentado elegir un lugar sin demasiada gente alrededor, pero no funcionó exactamente como estaba planeado. Un buen número de soldados de Aligot terminaron muriendo luego de quedar atrapados en las explosiones.

***

Ahora no eran sólo las líneas del frente dando media vuelta y corriendo, sino los soldados detrás de ellos y las tropas de reserva aún más atrás corriendo para salvar la vida. Solo había un pensamiento en sus mentes: “¡Enojamos a la Diosa!”

Incluso si habían pasado cincuenta y tres años desde que apareció por última vez, la Diosa no era sólo una leyenda aquí… era una realidad. Algunos ancianos incluso la habían visto la última vez que descendió. Sólo alguien del mismo nivel que la propia Diosa podría causar un fenómeno como este.

Si bien las explosiones podrían haber sido causadas por diablos o demonios, la existencia de la chica que se decía que era una mensajera y amiga de la Diosa significaba que no era probable. La forma en que le había concedido a Fran la temible su propia espada divina era como recrear algo de una leyenda.

Uno de los soldados que había escapado de la ira de Francette logró regresar con los oficiales al mando de las fuerzas de invasión occidental. Expresiones de desesperación cubrieron sus rostros cuando escucharon lo que estaba pasando. Todos habían pensado que no era más que una chica que era capaz de crear pociones gracias a la gracia de la Diosa.

Todo este tiempo, las fuerzas de Aligot habían tenido la impresión de que estarían del lado bueno de la Diosa si podían llevar a la chica al Papa en Rueda y hacer que él hablara con ella. Cualquiera que se opusiera a ellos se oponía a la propia Diosa. En lo que respectaba al imperio, Balmore era el lugar en el que la chica había decidido establecerse. Después de todo, ya tenía una enemistad abierta con el templo y la familia real.

Pero ahora no sólo había provocado un milagro al resucitar a uno de los guerreros Balmore del borde de la muerte y le había otorgado un arma legendaria, sino que incluso había repartido un castigo divino a sus soldados. Olvídate de intentar persuadirla, a este ritmo ni siquiera podrían intentar capturarla. Si alguien intentaba acercarse a ella, su cabeza explotaría en una lluvia de niebla roja. ¿Quién estaría tan loco como para intentar capturar a alguien así?

Ella no era sólo una chica que había recibo la bendición de la Diosa, sino que fue alguien que repartía bendiciones. Siendo ese el caso, ella trabajaba directamente debajo de la Diosa, o tal vez ella misma era una diosa…

Habían pensado que Balmore estaba tramando algo cuando las tropas de Balmore comenzaron a gritar sobre las pociones y Roland y cómo la fuerza invasora del norte había sido derrotada. Pero ahora habían visto lo que sucedió con Francette, por lo que podría ser cierto. Era difícil creer que Balmore hubiera aniquilado sus fuerzas en el norte sin sufrir ninguna pérdida, pero no era imposible si hubieran llegado a su fin debido al castigo divino.

Por ahora, su única opción era retirarse. Aunque no habían perdido tantos soldados en la lucha, su número era aún menor que el de Balmore.

Pero esa no era la razón por la que decidieron retroceder. Más bien, la moral estaba en su punto más bajo. Habían enfurecido a la Diosa, y como resultado se les había entregado un castigo divino. Si la enojaban más de lo que ya lo habían hecho, todos iban a enfrentar un castigo desde lo alto y serían enviados directamente al infierno. Sus familias en casa también serían asesinadas y su país entero perecería. No podían mantenerse unidos y luchar con todo eso en sus mentes.

Además, habían cumplido con creces su misión de mantener al grueso del ejército de Balmore lejos de la capital. Si Balmore había estado mintiendo, las tropas del norte sitiarían la capital y la derribarían.

Incluso si las fuerzas principales de Balmore regresaran ahora, no tendrían más remedio que rendirse si la capital hubiera caído. De hecho, todo el país no tendría otra opción.

¿Y si las fuerzas del norte realmente hubieran sido aniquiladas? La respuesta: no lo sabían. Esa era la responsabilidad del general a cargo de esas tropas, no de ellos. No tenía nada que ver con las fuerzas de invasión occidentales.

Pero sólo tenían poco menos de 40.000 soldados con ellos. No sólo eran superados en número por su enemigo, sino que apenas tenían armaduras pesadas o tropas montadas después de ser obligados a caminar por las montañas. Quién sabía si serían capaces de tomar la capital fuertemente fortificada después de verse obligados a marchar allí con las limitadas provisiones que podían adquirir de las aldeas por las que habían pasado por el camino.

Tendrían que confiar en los escasos recursos preciados que llevaban los trabajadores que traían consigo, y luego seguir saqueando todo lo que pudieran encontrar a medida que avanzaban. Era una batalla cuesta arriba incluso en circunstancias normales, pero el hecho de que la moral de todos se había desplomado ciertamente no ayudaba. Tendrían que unirse y mandar sobre las tropas habían huido, encendiendo un fuego debajo de ellos para que pudieran seguir luchando mientras la ira de la Diosa llovía sobre ellos.

… Nunca funcionaría.

No podrían retirarse en ese punto, y perderían a todos los soldados que hubieran puesto un pie en Balmore, incluidas las fuerzas del norte. Los únicos soldados que quedarían serían los 20.000 en espera en Aligot como disuasivo si Aseed alguna vez decidiera atacarlos mientras la mayoría de su ejército estaba ausente. Significaría el fin del imperio si eso sucediera.

Si pasaba el tiempo suficiente, Aseed y Brancott simplemente terminarían enviando refuerzos para ayudar a Balmore. Ambos países sabían que, si Balmore caía, serían los siguientes. De hecho, no sería extraño que Aseed comenzara a enviar tropas en un ataque sorpresa desde el sur ahora mismo.

Los comandantes lo pensaron largo y tendido, pero, al final, ya sabían la respuesta desde el principio. Sólo necesitaban un poco más de tiempo para aceptarlo ellos mismos.

“Tenemos que retroceder.”

Todos los presentes asintieron en silencio en respuesta. Incluso antes de que se diera la orden, las tropas ya se habían movido hacia el oeste, de regreso de donde vinieron, pero era una orden que aún necesitaban anunciar. Después de todo, seguían siendo un ejército.

***

Al final, las fuerzas de Aligot finalmente habían llegado a la base del camino de la montaña, mientras recibían una dura paliza del feroz contraataque de Balmore. Abandonaron todo el equipo pesado que tenían y desaparecieron en la escarpada ladera de la montaña mientras huían de regreso a su propio país. Los 40.000 con los que habían entrado se habían reducido ahora a unos 30.000. Habían perdido una cuarta parte de sus tropas en la carnicería y apenas habían logrado evitar ser declarados aniquilados.

Suponiendo que los soldados restantes tomados prisioneros después de la fallida invasión del norte realmente regresaran a casa, eso significaba que el imperio habría perdido alrededor de 12.000 soldados en esta guerra. Eso era el quince por ciento de las fuerzas combinadas de Aligot de 80.000 soldados. Las fuerzas del norte habían sido capturadas mientras que las occidentales habían huido para salvar sus vidas. Sin importar cuántos perdieron, no cambiaba el hecho de que esta guerra había terminado en una completa y absoluta derrota para ellos.

***

Posteriormente, el emperador de Aligot había pedido a Rueda que negociara condiciones favorables de rendición en su nombre, ya que se suponía que Rueda era un país neutral. Intentaron hacerlo pasar como un desafortunado accidente por parte de Aligot debido a un malentendido en un intento de intentar reavivar cualquier favor que alguna vez tuvieron con Balmore. En cambio, Rueda fue reconocido como un país enemigo por haberse aliado con Aligot, y un país que había perdido en la guerra. Como tales, fueron excomulgados de la religión de la Diosa y perdieron cualquier pizca de autoridad que alguna vez tuvieron como poder religioso. Basta decir que estaban en estado de shock.