Potion Danomi De Ikinobimasu (NL)

Volumen 2

Capitulo 12: Viaje Al Oeste

Después de decidir qué caballo llevarme, partí hacia el oeste de inmediato. Pensé que podría pasar algo como esto, que era exactamente la razón por la que tenía la Caja de Artículos. Había empacado todo tipo de suministros en caso de que tuviera que hacer un escape improvisado, incluyendo comida, agua, carpas, mantas, utensilios de cocina, armas, armaduras, forraje, cubos de agua… lo que sea.

Ahora bien, Roland, Francette y cuatro de los guardias imperiales me habían perseguido frenéticamente.

Me pregunto qué planean hacer con la comida y esas cosas… ¿Quizás por eso dejaron atrás a los otros tres guardias?

Después de revisar y entrevistar a todos los caballos, me decidí por un semental de seis años con pelaje blanco. Tenía los ojos negros y probablemente tenía entre veintidós y veintinueve años en años humanos. Claro está, no estaba muy segura de la conversión entre los años de caballo y humanos. Quería evitar los caballos que eran demasiado jóvenes como para tener mucha experiencia o los demasiado viejos y débiles para emprender el viaje, por eso me decidí por él.

Me había sido profundamente leal desde que lo salvé de una herida de espada casi fatal en la batalla en la aldea. Él también era alegre y enérgico, así que puntos extra por todo eso. Tener una melena blanca facilitaría que el enemigo me viera, pero funcionaba bien ya que tenía la sensación de que esta vez terminaría necesitando destacar.

Había yeguas entre los dieciocho caballos de antes a las que me habría ofrecido a comprar cualquier semental que tuvieran en la mira, pero resultó que un semental encajaba exactamente con lo que estaba buscando.

Hice que Francette se encargara de montar las riendas y la silla, ya que no quería caerme del caballo en el camino. Nunca tuve experiencia en el manejo de caballos o equipo de montar. La silla estaba allí para que no me cayera ni me resbalara del caballo ni nada. Le estaría dando instrucciones sobre cómo moverme, así que estábamos bien allí.

No tenía a los niños ni a ningún tipo de equipaje de qué preocuparme, así que mientras ignorara el hecho de que Roland y los demás me seguían, todo lo que tenía que hacer era viajar lo más rápido que pudiera. Es por eso que el problema más importante aquí era hacer que una principiante como yo no se cayera durante el viaje.

No es como si tuviera que moverme como quisiera, así que habría estado bien sin una silla de montar ni nada. Sin embargo, el único problema con eso era que sólo podía imaginar lo duro que sería para mi pobre cuerpo, y tengo un poco de miedo de lo que otras personas pensarían de mí haciendo eso. Por eso terminé optando por el enfoque más tradicional como lo era la equitación.

***

En lugar de dirigirme al sur desde Nicosia hacia la capital, tomé una ruta separada hacia el suroeste que conducía a la carretera principal que se extendía hacia el oeste de Grua. Justo detrás de mí estaba el grupo del palacio real que estaba decidido a protegerme.

El grupo que me seguía y Ed, el caballo que montaba, estaba teniendo algunos problemas para mantener el ritmo mientras galopaba a toda velocidad. Es por eso que imaginaba que estaban muy agradecidos por los múltiples descansos que tenía que tomar con el dolor en mi trasero y mis caderas.

Aunque era una principiante absoluta en la equitación, mi caballo y yo estábamos completamente sincronizados. Nunca podrían seguirme si cargaran sus caballos con todo su equipo o si tuvieran una carreta llena de todos los suministros que necesitaban. Realmente no había ningún problema importante para que yo pasara la noche en un pueblo o aldea o algo así, pero acampar afuera agotaría los suministros de Roland como loco. ¿Irían por ahí reabasteciendo mientras me seguían?

Si bien no puedo decir que no estaba preocupada por eso, esta vez estaba avanzando completamente sola, y Roland ya había dejado en claro que no estaba contento con eso. Incluso si me seguían de cerca, no tenía ningún tipo de obligación de dividir mi arsenal con ellos. Estaría bien con eso si fueran amigos o me ayudaran, pero soy el tipo de persona que da la espalda a las personas que intentan meterse en mi camino.

¡No tengo que mover un dedo por ellos!

***

… El grupo en cuestión hacia el que Kaoru había dirigido esos pensamientos no sabía sobre la Caja de Artículos de Kaoru, por lo que no habían esperado que ella acampara en el desierto. No tenía ningún tipo de equipaje con ella, por lo que habían estado seguros de que pasaría la noche en una posada o, en el peor de los casos, pediría quedarse en la casa de alguien.

Sólo quedaban unas pocas horas antes de que la desesperación comenzara a extenderse entre el grupo.

***

“Parece que la señorita Kaoru no está planeando detenerse en la ciudad, Roland-sama… Tampoco habrá otras aldeas o ciudades durante bastante tiempo.” Dijo uno de los guardias imperiales mientras le informaba a Roland.

“Hmm… ¿Quizás simplemente no está familiarizada con el terreno para saber eso?”

“No.” Interrumpió Francette. “Kaoru definitivamente tiene un mapa del área, y ciertamente parecía que sabía cómo leerlo.”

Sólo quedaba alrededor de una hora antes de que oscureciera. Eso sólo lo haría más difícil para todos, pero no había forma de evitarlo.

Tenían que continuar siguiendo a Kaoru.

***

“¿Qué tal si nos preparamos para terminar por hoy, Ed?”

“Usted misma lo dijo, pequeña señorita.” Ed respondió, reduciendo la velocidad a un paso más relajado.

“Ese lugar de allí. Profundicemos un poco más en esos árboles para que nadie pueda vernos desde la carretera. Entonces nos haremos un lugar para dormir por la noche.”

Ed y Kaoru salieron de la carretera principal, empujando a través de los densos grupos de árboles.

***

“R-Roland-sama…”

“Sí, parece que están acampando.”

“¿Q-Qué haremos?”

“Me temo que no hay mucho que decir a eso…”

Al final, cuatro de los guardias imperiales regresaron a la ciudad por la que pasaron para adquirir lo necesario para que todos siguieran funcionando. Los caballos necesitaban mucha agua para trabajar, y aunque se aseguraron de que los suyos bebieran en abundancia en la ciudad, los caballos se estresaron mucho para llevar todos sus suministros al campamento. Tuvieron la suerte de tener una ciudad cerca en ese momento, pero las cosas se podrían poner complicadas si estuvieran a la intemperie sin asentamientos alrededor.

Más que eso, Kaoru no tenía suministros con ella, entonces, ¿cómo se las arreglaría? Esa era la pregunta en la mente de Roland, pero no había forma de que pudiera ir y echarle un vistazo mientras dormía o algo así. Todo lo que podía hacer era esperar y meditarlo solo.

***

Cerca de ese mismo momento, Kaoru y Ed estaban disfrutando de la cena juntos. Kaoru se había abastecido de mucha comida caliente que había preparado en la cocina del taller. Después de que Ed terminó la comida que Kaoru le dio, estaba completamente en las nubes mientras ella sacaba una golosina tras otra de su Caja de Artículos: maíz, zanahorias, manzanas e incluso terrones de azúcar. Había hecho los terrones de azúcar con sus habilidades para hacer pociones, especificándolos como una especie de medicina para reponer la ingesta de azúcar que se veía, sabía y estaba hecha con los mismos ingredientes que un terrón de azúcar normal.

“¡Esto es asombroso, es como dijo! ¡Mañana también daré todo lo que tengo!” “Por favor y gracias. Oh, y también bebe esto. Te refrescará enormemente.” “Está bien, muchas gracias.”

Después de esparcir pociones repelentes de insectos y monstruos por todas partes, Kaoru sacó la cama que había tomado de la mansión del barón y tuvo una buena noche de descanso.

Era la primera vez en mucho tiempo que sacaba esa cama…

***

A la mañana siguiente, Kaoru y Ed se despertaron sintiéndose renovados y rejuvenecidos. Después de disfrutar un poco de desayuno y ocuparse de sus asuntos, partieron tan felices como pudieron.

***

El grupo de Roland, por otro lado, no había tenido tanta suerte…

Se habían quedado despiertos toda la noche por si algún monstruo o bestia salvaje intentaba saltar sobre ellos, comidos vivos por los mosquitos y doloridos por todas partes después de pasar la noche con una sola manta. Llevar mantas significaba más cosas para ellos, así que una era el límite. Sería una historia diferente si pudieran dejar atrás las viejas y comprar más en las ciudades, pero no tenían ese lujo en particular.

Tenían brochetas de carne fría que compraron en un puesto de comida para cenar anoche, y el desayuno era galleta náutica.

Al ver que Kaoru se había ido, se apresuraron a seguirla. “¿Parece que se están volviendo más rápidos, Roland-sama?” Como dijo Francette, ciertamente fueron más rápidos que ayer. “… ¿Está mejorando?”

Eso era exactamente lo que estaba pasando. Ella estaba usando pociones no sólo para curar el dolor en sus articulaciones, sino también para fortalecerlas. Para colmo, estaba recibiendo lecciones personales del mismo caballo que montaba.

“Levanta la cintura un poco más. Sí, tal cual. Intenta sentir la forma en que mi cuerpo se mueve mientras corro. Aprieta tus rodillas un poco más contra mí… Sí, esa es la forma.”

Él estaba allí para decirle las técnicas de conducción que usaban los otros soldados y le dio consejos sobre cómo hacer que la conducción fuera más fácil para ella, así que, por supuesto, estaría mejorando. Ed era uno de la élite, un caballo seleccionado para la vanguardia al que se le daba agua extra incluso cuando el resto de las tropas del imperio estaban sufriendo. Además de todo eso, la propia Kaoru era liviana… más liviana que Roland o cualquiera de los otros que lo seguían. En comparación con los chicos adultos con armadura que llevaban espadas, era como si no pesara nada.

Cada vez que tomaban un descanso, Ed y Kaoru incluso tomaban una poción curativa juntos. El grupo de Roland, por otro lado, estaba abrumado con equipo de campamento, comida y agua, lo que hacía cada vez más difícil seguir el ritmo de Ed.

“¡Esto no es bueno, Roland-sama! ¡A este paso, ella seguirá poniendo más distancia entre nosotros!”

“¡Incluso si obligamos a los caballos a correr más rápido para mantener el ritmo, se agotarán en poco tiempo! ¡No les hemos estado dando suficiente agua!”

“¡No tendrá sentido si se aleja de nosotros ahora!”

***

Aunque de alguna manera ayer se las habían arreglado para seguirle el ritmo, hoy se estaba moviendo a un ritmo mucho más rápido. Las cosas podrían salirse de control mañana.

Fue entonces cuando entró Francette y ofreció una sugerencia propia:

“Dividámonos en dos grupos. Un grupo acampará cerca de Kaoru y la seguirá hasta el mediodía, mientras que el otro viajará medio día antes. Si bien no se dormirán hasta más tarde de lo habitual, podrán descansar tranquilos hasta la mañana siguiente. Al llegar la tarde, se harán cargo de seguir a Kaoru para el otro equipo de la mañana, quienes podrán tomarse su tiempo mientras continúan hasta llegar al campamento. Cuando lo hagan, el equipo nocturno volverá a partir. Luego repetimos este patrón desde allí.”

“¡Bien pensado! Ese no es un mal plan en absoluto. Entonces ¿cómo deberíamos dividirnos?”

“Creo que usted y yo estamos mejor preparados para manejar el turno de noche. Después de todo, si algo sucediera, hay muchas más posibilidades de que sea de noche. Imagino que sería mucho más fácil de esa manera ya que trabajo directamente bajo su mando, y tener una chica con usted debería facilitar el acercamiento a Kaoru. En términos de destreza en la lucha, tenernos a los dos en un grupo y cuatro guardias imperiales en el otro también debería ser una forma bastante pareja de dividir nuestras fuerzas.”

Dicho esto, sin embargo, en el fondo de su corazón, Francette se inquietaba tímidamente. No sabía si había sido un ángel o la Diosa quien puso una idea tan maravillosa en su cabeza, pero quienquiera que fuera, no podía agradecerles lo suficiente.

***

Mientras continuaba mi viaje y charlaba con Ed, había una cosa que me estaba molestando…

Es demasiado inteligente… ¿Cómo puede un caballo hablar normalmente conmigo?

¿Han sido los caballos siempre así de inteligentes, y nunca lo supimos ya que no podían hablar con nosotros?

No, eso estaba totalmente fuera de discusión. Entonces, ¿podría ser que Ed fuera en realidad tan inteligente como un bebé, pero mi capacidad de auto traducción me estaba facilitando la comprensión? ¿O mi capacidad para entender todos los idiomas lo estaba poniendo a la fuerza en un nivel en el que podía hablar normalmente conmigo?

No, tampoco puede ser eso…

Incluso si asumiéramos que los caballos tenían aproximadamente el mismo conocimiento que un niño de tres años, no serían tan inteligentes como los perros. Esa era la respuesta que daban la mayoría de los jinetes en Japón cuando se les preguntaba en un cuestionario. Si ese fuera el caso, entonces la comparación simplemente no tendría sentido.

Y si fuéramos tan lejos, en primer lugar ¿los caballos tenían algo que pudieras llamar un “idioma”? Lo mismo ocurrió con esa ardilla de la que obtuve instrucciones después de llegar aquí…

Tenía la sensación de que nunca iba a encontrar la respuesta por mucho que lo pensara, así que abandoné esa línea de pensamiento en particular. Mientras pudiéramos entendernos, eso era suficiente para mí. Era mucho mejor que no poder entenderlo en absoluto.

***

Mientras Kaoru y Ed estaban pasando un rato agradable en su viaje, Roland y su grupo ciertamente no podían decir lo mismo de ellos mismos. Hasta ahora, siempre habían podido reabastecerse de comida y agua de cualquier pueblo o ciudad por el que pasaran antes de “desbastarlo”, en el sentido más amplio de la palabra.

Aunque Roland era de la realeza, también había recibido entrenamiento de soldado y tenía tanta experiencia en acampar en el desierto como todos los demás. Claro está, su experiencia al acampar era con la instalación de un campamento adecuado, poder comer comidas calientes y dormir en una cama simple con muchas mantas. No había dormido en una estera de paja como los soldados de clase baja ni nada por el estilo.

Para los soldados normales, se necesitarían alrededor de siete u ocho días de marcha para llegar al frente. Como Kaoru viajaba sola y se movía más rápido todo el tiempo, en cambio, le tomaría unos tres o cuatro días llegar allí. Eso era lo que Roland y los demás se habían dicho a sí mismos para superar la dura carga de seguir a Kaoru, pero parecía que el campo de batalla estaba en realidad más al oeste de lo que habían pensado al principio. Para cuando llegaron a cualquier lugar cerca de la pelea, habían pasado seis días completos desde que partieron…

***

“Parece que lo logramos. Intentemos ir allí, donde parece que han montado el campamento.”

“Como ordene, señorita.”

Kaoru y Ed partieron hacia lo que parecía ser un puesto de mando instalado en la parte trasera del campo de batalla. Tal como esperaba, los soldados los detuvieron inmediatamente cuando se acercaron.

“¡¿Quién se supone que eres?!” Un grupo de soldados rodeó a Kaoru mientras la desafiaban a identificarse.

“¿Yo? Mi nombre es Kaoru. ¿Por casualidad necesitarán pociones curativas?” “““¿Eh?”””

No había nadie entre los soldados aquí que hubiera visto a Kaoru de cerca y personalmente de este modo con anterioridad, así que no tenían idea de quién era ya que había usado su propio nombre en lugar de presentarse como un “ángel” o “una amiga” de la Diosa.

No obstante, habían escuchado los rumores sobre las pociones curativas. No eran exactamente lo más caro del mundo, pero eran lo suficientemente caras como para que no hubieran tenido la oportunidad de usarlas ellos mismos. Ahora bien, habían escuchado testimonios de personas que sí lo hicieron. Tenerlas con ellos sería una bendición absoluta en el campo de batalla.

Pero la chica frente a ellos tenía las manos vacías y no estaban muy seguros de qué hacer con ella.

Mientras los soldados luchaban por saber cómo manejar la situación, Roland y su grupo se acercaron corriendo hacia ellos en ese momento exacto. Los otros cuatro caballeros imperiales habían regresado y establecido el campamento después de encontrar a las tropas de Balmore, y ya se habían reagrupado con Roland y Francette esa mañana.

“Mi nombre es Roland. Quiero que me lleven con el general.”

No había un solo soldado que no conociera al hermano del rey. Después de saludarlo apresuradamente, hicieron lo que les pidió y lo llevaron a la tienda del general.

***

“¡Roland-sama! ¡¿Qué demonios lo traería hasta aquí?!” El General Menes, el comandante a cargo de las tropas, reaccionó conmocionado al encontrarse con el grupo de Roland.

“Lamento haber salido de la nada. Digamos que tenía mis propias… ‘razones’ para venir.

¿Cómo está la situación aquí?” Preguntó Roland.

“Sí, señor…” Una mueca nubló el rostro del general en respuesta a la pregunta de Roland. “Con la segunda oleada de unos 20.000 soldados que cruzan las montañas, las fuerzas enemigas suman aproximadamente 40.000 después de unirse a sus camaradas. Nuestras fuerzas han logrado detener su avance, con pequeñas escaramuzas aquí y allá entre nosotros hasta ahora. Nos estamos moviendo tan rápido como podemos para regresar a la capital y proporcionar refuerzos, pero el enemigo avanza si retrocedemos y retrocede si intentamos avanzar hacia ellos. Es una apuesta obvia por el tiempo de su parte. Si intentamos pasar a la ofensiva y hacer un empujón agresivo, por otro lado, sólo conduciría a más pérdidas de nuestra parte. No sólo eso, sino que, si las cosas van mal, existe el riesgo de que no podamos regresar para apoyar a las tropas en la capital.”

El general mantuvo la misma mirada abatida en su rostro mientras relataba las luchas de sus tropas. Fue entonces cuando Roland le dio la buena noticia.

“No es para preocuparse. Ya capturamos a los 20.000 efectivos enemigos que llegaron de Rueda, y nuestras propias tropas están ilesas. Tenemos 15.000 soldados protegiendo la capital en este momento. No hay necesidad de preocuparse por Grua, así que concentren todos sus esfuerzos en tratar con el enemigo que está frente a ustedes.”

“““¡¡¡SÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍ!!!”””

El sonido de vítores llenó la tienda del comandante. “¡¿E-Eso es realmente cierto?!”

“¿Tengo razón alguna para mentir?”

“¡Entonces eso significa que podemos luchar más libremente y no tendremos que presionar a nuestros soldados más de lo necesario!” El general Menes prácticamente temblaba de alegría.

“Entonces…” Kaoru intervino después de permanecer en silencio todo este tiempo. “¿Qué pasaría si el enemigo se diera cuenta de que sus otras fuerzas que habían pasado por Rueda ya estaban acabadas?”

Menes se volvió hacia Roland con una expresión de duda en el rostro. “¿Y quién sería esta jovencita, Sir Roland?”

Roland esbozó una sonrisa forzada. “Esta es Kaoru… pero tal vez sería más fácil reconocerla si la llamara ‘amiga de la Diosa’.”

“Oh… Oh por…” Los ojos del general se agrandaron.

“Entonces, sobre mi pregunta…” Respondió Kaoru de mal humor.

Al ver que Kaoru no estaba de muy buen humor, el general se apresuró a responderle. “Si lo averiguaran, entonces no habría necesidad de que intentaran ganar tiempo por más

tiempo. Sus únicas opciones serían retirarse o romper nuestras filas por la fuerza. Claro está, casi no hay posibilidad de que se retiren…”

“¿Y eso por qué?”

“Incluso si se retiraran, no queda nada para el imperio. La única forma de que Aligot siga creciendo es invadiendo otros países. Si perdieran tantos soldados en su invasión y retirada, les llevaría décadas hacer otro intento. Los otros países a su alrededor estarían en alerta mucho más alta, construyendo sus propios ejércitos para reducir el poder de Aligot. El hecho de que sepamos de su trato clandestino con Rueda y su emboscada a través de las montañas significa que no serán tan efectivos si vuelven a intentar usar los mismos métodos. Si lograran acabar con nuestras fuerzas aquí, probablemente imaginarían que derribar a las tropas estacionadas en la capital no debería ser tan difícil. Parece que no están al tanto de la infusión de soldados del este que llegaron como refuerzos para proteger a Grua.”

Suponiendo que los instigadores necesitaran tres veces más soldados, si el bando defensor tenía 10.000 soldados, los atacantes necesitarían 30.000 para enfrentarse a ellos. Si Aligot pensaba que había menos que eso protegiendo la capital, entonces 30.000 serían suficientes. Si ese fuera el caso, entonces tendrían que mantener sus propias bajas en 10.000 o menos.

Perder aproximadamente un tercio de tus tropas en batalla era devastador, pero perder la mitad de ellas significaba que tu bando había sido aniquilado.

La mayoría de las veces, la batalla se decidía en ese mismo momento. Si Aligot tenía

30.000 soldados de sobra después de vencer al enemigo aquí, entonces el imperio debería tener una buena posibilidad de ganar esta guerra. Una vez que Aligot sitiara la capital, era simplemente una cuestión de tiempo que la capital se rindiera después de quedarse sin comida y agua. Tomarían lo que necesitaran del pueblo cercano a ellos y solicitarían suministros a Rueda si lo necesitaban.

No sería extraño para ellos pensar que su victoria estaba asegurada si tan sólo pudieran rodear la capital, especialmente para los soldados de un país que se enorgullecían de su propia fuerza militar.

“Aun va a tomar algo de tiempo para que las tropas de aquí se den cuenta de que sus compañeros del oeste fueron derrotados. Quién sabe cuántos días tardará un mensajero en viajar de regreso por Rueda para entregar la noticia a Aligot, luego pasar por el sendero de la montaña para informar a las tropas aquí…”

“Entonces, ¿qué tal si les decimos nosotros mismos?” Kaoru preguntó de vuelta.

“Dudo que crean algo que el enemigo les dijo tan fácilmente…” Dijo el general con una sonrisa amarga.

Después de pensarlo, una sonrisa siniestra cruzó el rostro de Kaoru. “¡Entonces démosles un cebo que no podrán ignorar!”

Oh amigo, aquí vamos de nuevo… Roland pensó para sí mismo mientras vislumbraba el rostro de Kaoru.

***

A la mañana siguiente, un mensaje sonó por el aire a los soldados de Balmore que luchaban en la línea del frente.

“¡Escuchen y escuchen bien! Su Alteza, Roland-sama ha llegado de la capital real, trayendo noticias de que las fuerzas enemigas que entran por Rueda han sido aplastadas, ¡así como un montón de pociones curativas para todos! ¡Nadie se preocupe por sus heridas! Para aquellos que ya están heridos o enfermos, ¡asegúrense de obtener la suya tan pronto como puedan!”

Las palabras resonaron por todas partes en todas direcciones, alcanzando no sólo a los soldados enemigos, sino también a sus oficiales superiores.