Neechan Wa Chuunibyou (NL)

Volumen 1

Capitulo 9: ¡Por Fin! La Batalla Contra La Asesina Serial I

Parte 2

“¿Por qué lleva eso?” Preguntó Aiko con exasperación. Natsuki escuchaba atónita en silencio.

“¡Tenía uno en mi habitación!” Dijo ella. “¡Yu dijo que no llevaría cuchillos, pero aun así funciona bastante bien! ¡Y es genial!”

Después de quedarse sin balas, Natsuki intercambió reflexivamente los cartuchos para recargar. Pero no importa cuántas veces ella disparó, no podía golpearlo.

“Apuesto a que sé lo que Yu está pensando… ‘¡Ahora, Takeuchi!

¡Suelta tu arma y ven a mí!’.” “¡No estoy pensando eso!”

Natsuki echó el arma a un lado. Para los demás, probablemente parecía que ella había caído en la provocación.

“¿Eh?” Yuichi chilló con incertidumbre. Probablemente no había esperado realmente que ella tirara su arma.

“No puedo creerlo… en realidad te subestimé…” Natsuki comenzó a cambiar su postura hacia adelante.

Bisturís quirúrgicos aparecieron en ambas manos.

“Te voy a diseccionar.” Gritó ella. “¡Y decorare mi habitación con tu piel y tus tripas!” Luego, ella cargó directamente hacia él.

***

Natsuki cruzó el espacio entre ellos en un instante, mientras empuñaba un bisturí. Yuichi bloqueó con su tonfa, y ella saltó hacia atrás al instante. La tonfa se partió en dos y golpeó el suelo con un estrépito.

Corto a través del acero. ¿Era una propiedad especial del arma, o Natsuki tenía esa habilidad? De cualquier manera, sabía que no podía permitirse un golpe directo. El menor rasguño podría arrancarle el brazo.

“Hay muchas teorías sobre posibles víctimas de Jack el Destripador, pero hay cinco que sabemos con certeza. Todas eran prostitutas, pero había señales de que incluso después de que comenzaran los incidentes, invitaron a Jack a sus habitaciones voluntariamente, lo que llevó a la teoría de que él era realmente una mujer. Y usó algún tipo de cuchilla para matar, por eso lo llamamos ‘el destripador’. Debido a la precisión quirúrgica con la que les extrajo los órganos internos, creen que podría haber sido un profesional médico… Entonces, Takeuchi siendo una mujer que lucha con bisturís es una especie de cliché.” Mutsuko estaba explicando, sin siquiera mirar la pelea entre Yuichi y Natsuki.

“¡Mutsuko! ¡Este no es tiempo para clases explicativas! ¡Sakaki va a morir! ¿No deberías ayudarlo?” Aiko le reprochó.

“Aw, Yu estará bien. De todos modos, bajo la teoría de la ‘mujer’, es extraño llamar al asesino Jack, por lo que usualmente usan a Jill la Destripadora o Jane la Destripadora. Jack es un nombre común como Taro en japonés, ¿entiendes? Y supongo que Jane sería como Hanako, ¿eh?”

“¡Disculpa! ¿Es realmente el momento?” Gritó Yuichi mientras esquivaba cortes de bisturí que venían hacia él desde todas las direcciones. Su aparente falta de preocupación total estaba empezando a llegar a él.

“¡Sigue así, Yu!” Mutsuko aplaudió. “¡Sakaki!” Gritó Aiko.

Los ánimos indiferentes de Mutsuko demostraron una falta total de tensión de su parte. Estaba agradecido de que Aiko, al menos, estuviese gritando de preocupación.

“Oh, Noro, te lo sigo diciendo, no te preocupes tanto.” Dijo Mutsuko con calma. “Está usando su furukami, ¡pero sólo a un nivel muy bajo! Probablemente por la mención del amigo de Takeuchi. ¡Él no quiere agotar todo lo que tiene sólo en Takeuchi y terminar inmovilizado!”

Eso es cierto, pero no tienes que decirlo en voz alta, ya sabes… Yuichi se quejó a sí mismo mientras él continuó esquivando. Fue realmente molesto que alguien viera a través de ti.

“Oh, así que realmente me estás subestimando…” Natsuki murmuró con frialdad. Sus ataques se aceleraron.

Yuichi siguió evitando sus golpes. Sabía que tenía que juzgar cuidadosamente su contraataque. Si se descuidaba demasiado, podría terminar cortado. Pero incluso el esquivar empezaba a ser peligroso…

Los bisturís de Natsuki ya se estaban moviendo más rápido de lo que sus ojos podían ver. Sus manos se movían en patrones constantemente cambiantes y desorientadores. No podía seguir esquivándolos para siempre.

A mitad de camino se había comenzado a mover por instinto. Si él continuaba con esto, eventualmente, ella lo atraparía.

No tenía más remedio que encontrar una manera de terminar esto ahora. Reunió todo su enfoque, luego empujó sus brazos instintivamente en dirección a los bisturís.

“¡Ah!” Los ojos de Natsuki se abrieron de par en par. Las manos de Yuichi estaban alrededor de sus muñecas.

Los bisturís cayeron de sus manos cuando él comenzó a apretar. Luego trató de aplicar fuerza de aplastamiento, pero ella no se inclinó. Estaban estancados juntos en un punto muerto.

“Wow, ¡es impresionante que pueda resistir la fuerza de agarre de Yu! Y está usando un furukami débil, por lo que su fuerza de agarre supera los 200 kg. Ella realmente debe ser una especie de yokai.”

Una vez más el comentario pausado de Mutsuko llegó a sus oídos. Ella debe estar completamente despreocupada por él. Se alegró de saber que ella tenía fe en él y todo eso, pero un poco de preocupación aún habría sido agradable.

La mirada asesina de Natsuki lo devolvió a la realidad. Este no era el momento de dividir su atención.

Las manos de Natsuki estaban inmovilizadas, pero también las suyas. Era fuerza contra fuerza. Ninguno de los dos podía usar sus manos, lo que significaba que las patadas eran la única opción. Aun así, podía decir que Natsuki estaba en guardia por cualquier signo de movimiento repentino.

Así que arremetió con una patada que Natsuki no podía anticipar. Vino desde arriba, chocando contra la cabeza de Natsuki.

Natsuki se dejó caer de rodillas, sin saber qué la había golpeado.

***

“¿Eh? ¿Qué?” Aiko no podía creer lo que acababa de ver.

Yuichi había hecho cierto movimiento, lanzo su pierna derecha detrás de él. Su dedo del pie había dibujado un arco en el aire, sobre su espalda, y se estrelló nuevamente sobre la cabeza de Natsuki.

Ella nunca había visto el cuerpo de una persona moverse de esa manera.

“¡Escorpión! ¡Ataque especial final número uno, haciendo uso de la flexibilidad extrema para enviar una patada sobre tu propia espalda en una imitación de la picadura de un escorpión!” Gritó Mutsuko.

“… No sé por qué, pero algo acerca de saber que las piernas de Sakaki son tan largas me pone nerviosa.” Murmuró Aiko.

“No importa lo increíble que fuera el movimiento, parecía poder ejecutarlo en caso de necesitarlo.” Continuó Mutsuko. “Pero parece que ella no anticipó eso en absoluto.”

Yuichi miró a Natsuki, quien había sido obligada a arrodillarse.

Levantó la cara, mirando a Yuichi con lágrimas en los ojos. “¿Eh?” Preguntó.

“Eso fue simplemente malo…” Gimió ella.

“Um, bueno, podríamos detener esto ahora mismo si simplemente abandonaras ese extraño plan tuyo…” Yuichi fue sorprendido por la extraña guardia baja y personalidad de Natsuki.

Ella comenzó a extender una mano hacia Yuichi, lenta y cuidadosamente. Tomándolo como una concesión, él tomó su mano y la ayudó a levantarse.

“¡Yu, no!” Gritó Mutsuko, poniéndose de pie.

Justo cuando comenzó a ponerse de pie, de repente Natsuki tiró de la mano de Yuichi, haciendo que perdiera el equilibrio.

Luego  arremetió  con  una  patada  despiadada,  Yuichi   estaba demasiado fuera de guardia para esquivar.

Le golpeó directamente en la entrepierna.

***

Cuando su golpe aterrizó, Natsuki sonrió triunfante.

Mientras Yuichi estuviera de pie, parecía capaz de defender su plano mediano contra cualquier ataque. La única forma de superar su guardia era interrumpir su equilibrio.

Una vez que ella había hecho eso, todo lo que quedaba era patear con todas sus fuerzas.

El punto débil más grande de un hombre. Incluso el más mínimo toque tendría efecto. Podría romper sus testículos. En el peor de los casos, el shock podría ser suficiente para matarlo.

Pero su momento de victoria fue de corta duración. De repente, el mundo se volvió blanco a su alrededor.

Un instante después, ella procesó el dolor.

Una vez más, sin saber qué la golpeó, golpeó el suelo, cayó de punta a punta y luego se deslizó en la pila de acero.

La sangre goteaba de sus fosas nasales. Ella tosió rojo.

La pila de acero comenzó a balancearse. Intentó escapar, pero sus piernas no se movían. Ella apenas cubrió su cabeza a tiempo.

Sólo un golpe había hecho todo esto. Era como ser golpeado en la cara con una viga de acero.

“¡Eso duele!” Gritó Yuichi, su tono era más molesto que cualquier otra cosa. Estaba claro que el golpe no había sido tan efectivo como ella había pensado.

No tenía sentido. Yuichi Sakaki… desafiaba la comprensión.

¿Por qué podría esquivar sus balas?

¿Por qué podía detener sus cortes?

¿Por qué podía golpear desde una posición de punto muerto?

¿Por qué pudo contraatacar después de una patada a los testículos?

Su mente era un torbellino de preguntas. Pero ella las silenció todas. No importaba.

Esto fue divertido.

Un sentimiento de alegría brotó en su corazón. Yuichi era fuerte.

¡Oh, el éxtasis que el matarlo le traería! Podría satisfacer su necesidad de matar en los años venideros… La sola idea de eso la hizo temblar.

Sus labios comenzaron a curvarse hacia arriba en una sonrisa.

***

“… Um… Sakaki fue pateado, ¿verdad? En sus… um… ya sabes…” Aiko tartamudeó, negándose a decir la palabra. Ella sabía que la entrepierna de un hombre era su punto más vulnerable.

“Oye… ¡Yu, bajaste la guardia! Tienes suerte de que fue por un golpe en tu entrepierna, pero ¿y si hubiera usado un bisturí?” Mutsuko pareció aliviada, dejando escapar un suspiro mientras se sentaba de nuevo en el acero.

“¿Por qué eso es mejor?” Preguntó Aiko.

“Porque Yu puede resistirlo. Él hace kotsukake. Es una técnica en la que usas los músculos abdominales para arrastrar los testículos hacia tu cuerpo.”

“¿Um?” Aiko se quedó estupefacta en cuanto a cómo responder.

Ella no sabía mucho sobre la anatomía masculina.

¿Tal vez ellos podían hacer eso? Sus clases de salud nunca lo habían cubierto…

“Hay formas de mover el cuerpo que se enseñan en artes marciales antiguas. Puede cambiar la posición de tus órganos internos, o detener su funcionamiento para canalizar ese poder a otro lado y esas cosas. Kotsukake es una forma simple de eso. Bueno, al principio, los forzamos a entrar…”

“¿Eh? Los forzaron…” Aiko se puso roja brillante. Ella estaba imaginando algo totalmente indecoroso.

“¿Eh? Oh, vamos ¡Todavía no tenía pelo ahí abajo, así que no cuenta!” Mutsuko agitó las manos con desdén mientras hablaba.

Aiko se encontró preguntándose, que, si una vez que el pelo crecía allí, ¿contaba?

“¡Oye! ¡Deja de hablar de eso! ¡Eso fue traumático!” Gritó Yuichi.

“Mira, Noro, en Japón los llamamos kintama o ‘bolas de oro’, pero en Estados Unidos los llaman ‘joyas de la familia’. ¿Lo sabias? Me pregunto si tenemos apodos similares. De todos modos, me alegro de que las buenas joyas de Yu estén a salvo. ¡Apuesto a que estará haciendo mucho uso de ellas!”

“¿U-Uso? Um…” Aiko se puso aún más roja y miró hacia otro lado. Ella no tenía que preguntar. Ella podía fácilmente imaginar lo que Mutsuko quería decir con eso.

***

“¡Deja de hablar de eso!” Yuichi gimió, desesperado porque la conversación terminara. Su hermana estaba hablando con una compañera de clase sobre sus testículos. Deseaba estar muerto.

Pero eso no podía ser en lo que se enfocaba. La batalla aún no había terminado.

Yuichi miró a Natsuki.

Se abrió camino y se puso de pie, se colocó la nariz rota en su lugar y resopló para liberar la sangre almacenada.

“Ah, esto es increíble. ¿Qué está pasando, hmm? ¿Eres realmente humano, Sakaki?”

“Mira… ¿Podemos simplemente cancelar esto? Te juro que no le contaremos a nadie sobre ti, así que, por favor, deja de hacer tonterías.”

“¿Cómo puedes decir eso? En este momento estoy tan emocionada… ¿No puedes verlo?” Natsuki comenzó a tambalearse hacia Yuichi.

“No, no puedo.”

“Vamos, sigamos. Quiero más. ¡Más!”

Natsuki se apresuró hacia el rango cuerpo a cuerpo, atacando a Yuichi con una puñalada en su mano derecha mientras su mano izquierda lo golpeaba en el costado. Incluso sin bisturís en ellas, sus manos eran bastante poderosas. Pero no hicieron contacto.

Mientras ella caía sobre él, Yuichi dejó caer sus caderas y atacó. Sus manos atraparon a Natsuki justo en su suave pecho. Fue un movimiento en el que los talones de ambas manos golpearon al oponente simultáneamente, de manera similar a un golpe conocido como la Palmera Doble.

Natsuki fue arrojada hacia atrás por segunda vez, y cayó al suelo inmóvil.

Esta vez, se acabó.

Yuichi cayó de rodillas del agotamiento, por el retroceso del furukami. Lo había estado usando en pequeñas dosis, pero ahora había llegado a su límite.

“¡Yu, pervertido!” Gritó Mutsuko.

“¿Eh?” La acusación dejó a Yuichi boquiabierto y en shock.

“¡Sakaki, tú, pervertido!” Añadió Aiko, repitiendo a Mutsuko. “¡¿Huh?!”

Había sido un movimiento de desesperación espontáneo, pero para Mutsuko y Aiko, tal vez parecía que se habían hecho una idea errónea. Mutsuko le había enseñado este movimiento como parte de su llamado “Entrenamiento Kamehameha”, por lo que no podía entender por qué ella estaba tan enojada con él.

Había sobrevivido a un combate a muerte, sólo para ser llamado pervertido por su hermana y su compañera de clase. ¿Podría haber un destino más patético?

“Oigan… ¿Por qué tienen que llamarme así?”

“¡Yu! Sé que querías tocarlos porque son más grandes que los de Noro, ¡pero esa no es razón para engañarla!”

“Um, ¿Por qué atacar ahí? Realmente duele…” Murmuró Aiko.

“Fiuu… creo que gané, pero ¿qué hacemos ahora?” Yuichi se derrumbó en el suelo. Incluso sentarse derecho estaba más allá de él. Dos batallas en dos días estaban pasando factura.

“Sólo tenemos que hablar con ella, ¿verdad? La batalla ha terminado, así que tendrá que hacer lo que digamos.” Ofreció Aiko.

Yuichi estuvo de acuerdo. Si esto no fuera suficiente para detenerla, no sabrían qué más hacer.

“¿Qué demonios?” La repentina voz hizo que todos se dieran la vuelta.

Un gran hombre hinchado de músculos había llegado al borde de la arena.

Las palabras “Lacayo de Asesino Serial” colgaban sobre su cabeza.

Había una katana en su mano. Sonaba genuinamente sorprendido de ver cómo había resultado la batalla.

“¡Maldita sea! Me olvide de él…” Juró Yuichi. Sabía que ella tenía un aliado en las cercanías, pero Natsuki había llamado toda su atención.

Intentó sentarse, pero no pudo reunir ninguna fuerza. Ni siquiera podía imaginar estar de pie.

“¡Nee-chan!” Gritó Yuichi, suplicante.

“Sí, sí. Lo tengo, lo tengo. Cada vez que no puedes lidiar con algo, es cuando entro.” Como si leyera la mente de Yuichi, Mutsuko comenzó a caminar hacia el gran hombre.

✽✽✽✽✽

“Supongo que es seguro asumir que estás en contra nuestra, ¿eh?” Dijo Mutsuko altivamente.

Aiko vino con Mutsuko, encogiéndose detrás de ella. “¿E-Estás segura de esto?”

El hombre era tan alto que tenía que estirar el cuello para mirarlo. Sería un rival duro incluso para Yuichi. Era difícil creer que Mutsuko tuviera una oportunidad.

El hombre no atacó de inmediato, quizás todavía un poco desprevenido sobre la situación. La idea de que su jefa podría perder probablemente nunca había entrado en su mente.

“¡No te preocupes! ¡No hay necesidad de estar asustada sólo porque él es grande! Él podría ser más fuerte que yo, pero la fuerza no es lo que importa cuando se trata de incapacitar a alguien.” Dijo Mutsuko con confianza.

Como si llegara a sus sentidos, el gran hombre se echó a correr, rápidamente acortando la distancia entre ellos. Tal vez pensó que sería un objetivo fácil, porque ignoró a un Yuichi caído y se fue justo detrás de Mutsuko y Aiko.

Mutsuko sacó algo del bolsillo de su blazer y le dio un ligero lanzamiento bajo la mano.

Trazó un arco limpio directamente hacía la cara del hombre que atacaba. Inclinó el cuello para esquivarlo, pero lo hizo un poco tarde. No se había dado cuenta del peligro real del objeto de vuelo lento.

Explotó justo delante de su cara. “Um…” Aiko miró incrédula.

El hombre se dio la vuelta y se aferró a sus ojos.

“¿Ves? ¡No importa lo grande que seas! ¡Nadie puede soportar una explosión directamente en la cara!”

“Supongo que no, pero… ¿Qué hiciste?”

“¡Es una bomba de batería! Una bomba casera hecha de una batería.”

“Um… ¿cargas eso encima?” Dijo Aiko. Todo fue increíble. ¿Una bomba?

Había una chica de secundaria, parada frente a ella, que andaba con bombas caseras en sus bolsillos.

“¡En defensa propia!”

De repente, Aiko recordó los objetos peligrosos que había visto dentro del estuche y maletín de Yuichi. Mutsuko los había escogido, así que naturalmente, ella tenía algo propio.

“¡Y ahora, el acabado!” Mutsuko sacó algo de su bolsillo. Aiko dejó caer la mandíbula. Parecía una pistola.

La apuntó al hombre y apretó el gatillo. Algo así como un resorte fue liberado, impacto en el hombre e hizo que su cuerpo se sacudiera. Luego se cayó, cojeando.

“¿Eso es… una pistola?” Aiko preguntó tímidamente.

Natsuki había tenido un arma, y Mutsuko tenía esta cosa. Estaba empezando a temer por el futuro de Japón. “¡Es un taser! También lo hice a mano. ¡Son ilegales en Japón, así que lo mantengo en secreto! Es un tipo de pistola paralizante, ¿sabes lo qué es?”

Probablemente las bombas también eran ilegales, pero Aiko decidió no hablar de eso. “Es para autodefensa, ¿verdad?

¿Electrocuta a la gente?”

“¡Sí! Dispara electrodos, por lo que puedes usarlo incluso a larga distancia. Taser es el nombre de una empresa que los fabrica. La descarga eléctrica bloquea los músculos e incapacita al objetivo. Pero sólo tiene un efecto mientras la electricidad está funcionando, ¡por lo que es relativamente inofensivo como arma propiamente dicha! Las pistolas paralizadoras en sí mismas no son ilegales, ¡pero sí las que tienen un mecanismo de disparo!”

Aiko escuchó mientras Mutsuko hablaba alegremente sobre tasers.

“Um… Está inconsciente, ¿verdad?” El flujo de electricidad parecía haberse detenido, pero todavía no se movía. Aiko comenzó a preguntarse qué tan ‘inofensivas’ eran realmente estas cosas.

“¡Supongo que tal vez no sea bueno aumentar el voltaje hasta el máximo!” Dijo Mutsuko con brusquedad, desviando la pregunta.

Era fácil imaginar cómo aumentar el voltaje aumentaría el peligro. Aiko sintió que su comprensión de estos hermanos se escapaba cada vez más.

“Whew… ¿Crees que se acabó? ¿No queda nadie más?” Desde donde estaba en el piso, Yuichi dejó escapar un suspiro de alivio y miró a su alrededor.

Aiko hizo lo mismo. Natsuki no parecía tener más amigos.

“Creo que se acabó. Bueno, Yu, ¡nos iremos en el momento en que puedas volver a moverte!” Incluso con la batalla terminada, Mutsuko todavía estaba en su pequeña burbuja. Aiko casi admiró la forma en que dejó que todo le resbalara.

“¿Eh? ¿Qué hacemos con estos dos?”

“Ellos no estarán despiertos por un tiempo. Así que probablemente podamos dejar una nota o algo así.” Con eso, Mutsuko caminó hacia la inconsciente Natsuki.

Ella hizo algunos movimientos furtivos, y secretos, aparentemente escribiendo algo.

Después de un rato, Mutsuko regresó y declaró: “¡Muy bien, vamos a casa!”