Neechan Wa Chuunibyou (NL)

Volumen 1

Capitulo 8: ¿Qué Decir Cuando Alguien Te Dice Que Está Escribiendo Una Novela?

Parte 1

La ponencia de Kanako continuó, sin interrupciones. Nadie podía decir una palabra al respecto. Para empezar, Yuichi no sabía nada sobre el tema…

Comenzó con Nobunaga, pero gradualmente abandonó el tema, pasando de la estrategia de retiro sutegamari de Shimazu a la valentía de los guerreros de Nabeshima en Saga, y de ahí a Hagakure.

Yuichi tenía sus dudas de que tal información alguna vez sería útil en una situación isekai, pero Kanako parecía divertirse mucho hablando de eso, y Mutsuko disfrutaba escuchar, así que era lo suficientemente inofensivo.

“¡Oh, mira la hora!” Dijo Mutsuko, mirando el reloj en la sala del club.

Yuichi echó un vistazo por la ventana. El cielo ya se estaba volviendo rojo. Ya era después de las 6 de la tarde.

“¿Bien? ¿Les ha gustado el club de supervivencia?” Exclamó.

“Dada la forma en que siempre hablas al respecto fue tal como me lo esperaba.”

Generalmente Mutsuko le había dicho qué tipo de cosas ocurrían en el club de supervivencia. Si él estaba siendo totalmente honesto, la experiencia en persona había sido un poco diferente, pero se sentiría maleducado y desdeñoso si lo decía tal cual.

“¿Eh? ¿Adónde se fue Noro?” Añadió.

Ella había estado manejando los deberes de la secretaria, pero ahora era Ibaraki quien estaba escribiendo las actas.

Aiko no estaba a la vista.

“¿Por qué mantienes el registro?” Preguntó Yuichi.

“La pequeña me pidió que me hiciera cargo. ¿No la viste irse vagando?” Ibaraki fue más concienzudo de lo que Yuichi había esperado.

Pensó, y recordó a Aiko dejar su asiento. ¿Tal vez ella había ido al baño?

Mutsuko estaba avergonzada. “Dije que era para principiantes, pero…” Tal vez ella pensó que había cometido un error.

Yuichi estaba acostumbrado al exceso de información, por lo que no le había molestado, pero el hecho de recibir un discurso como ese sin previo aviso podría haber sido demasiado para Aiko. También se sentía un poco mal por descuidarla.

“U-Um, lo siento. Supongo que tener tanta información y tan de repente sería un poco incomprensible…” Kanako estaba nerviosa y se disculpó. Al igual que Mutsuko, la idea de asustar a un posible miembro del club parecía haberla deprimido.

“Ah, um, no sé mucho sobre el Período de los Estados en Guerra, pero la historia sobre el hombre hambriento que robó los impuestos del arroz en lugar de suicidarse fue realmente interesante.” Dijo Yuichi rápidamente, tratando de hacer que Kanako se sintiera mejor. Sabía que Mutsuko podía manejarse por su cuenta, pero le molestaba ver a Kanako, una persona con actitud tan amable, verse tan triste.

“¿E-En serio? Eso es bueno. ¡La próxima vez hablaré sobre viajar a Europa en la Edad Media!” Yuichi no estaba seguro de por qué Kanako estaba tan obsesionada con el Isekai, pero era difícil decirle algo cuando sonreía tan gentilmente.

“Oh, eso es correcto, Orihara. ¿Le mostrarías esa cosa a Yu y su amigo?” Dijo Mutsuko.

“¿Ah? ¿Esa cosa? Pero…”

“¡Estará bien! ¡Necesitas que la gente lo mire! ¡No mejorarás sin retroalimentación!”

“… Está bien. Umm… Er… estoy escribiendo una novela.” Balbuceó tímidamente.

¿Qué se supone que debo decir a eso? No había nada más incómodo que decirle a alguien de frente que estabas escribiendo una novela.

“¡Whoa, genial!”

Pero aparentemente Ibaraki estaba sinceramente impresionado.

“¿Siquiera lees novelas?” Preguntó Yuichi. Era difícil imaginar que Ibaraki fuera un fanático de la literatura.

“Claro, a veces.”

“Libros occidentales, ¿verdad?”

“¿Eso es un problema con mi aspecto? A ver… Lo más reciente que leí fue Los Viajes del Príncipe Takaoka.”

“Sí, mira, sé que pregunté, pero en realidad no me importa lo que lees.”

“… Oye, eso es una forma de intimidación, ya sabes…”

Yuichi ignoró a un malhumorado Ibaraki y continuó hablando con Kanako “Um, ¿estás escribiendo una novela isekai? ¿Cuál es el título?” Preguntó Yuichi. No podía simplemente ignorarla después de rechazar el interés de Ibaraki.

“Um, el título es ¡Mi Lord Demonio es Demasiado Lindo Para Matar y Ahora el Mundo Está en Peligro!”

“Realmente no puedo imaginar lo que eso implicaría…” Yuichi se sintió un poco decepcionado. Había estado esperando que ella hubiera escrito algo un poco más lindo.

“Resumirlo es demasiado vergonzoso, así que, por favor, simplemente léelo.”

Sus sentimientos se hundieron. Ahora tendría que leerlo y decirle lo que pensaba.

“Oye, de todos modos ¿cuánto tiempo vas a quedarte?” Yuichi le exigió a Ibaraki, que todavía estaba sentado. No le gustaba la facilidad con la que se mezclaba con el grupo.

“¿Hmm? Se acabó el club, ¿verdad? Supongo que me iré a casa.”

“No sé lo que intentabas lograr, pero recuerda tu promesa, ¿ok?

Nunca vuelvas a perseguirnos.”

“Lo tengo. De todos modos, ya no tengo ganas… oh, oye, el teléfono está sonando.” Ibaraki tomó el teléfono celular que Yuichi había sacado de su bolsillo y puso sobre la mesa cuando lo desvistió.

“Oh, eres tú. Eh. No pude contestar antes. ¿Qué pasa?” Ibaraki lanzó una mirada furtiva a Yuichi. “Me termine aburriendo. Y me di cuenta del dolor en el culo que sería limpiar después de matarlo en un lugar como este, así que desistí. Sí, será mejor que creas que eso es todo. Hasta luego.” Ibaraki cortó la llamada con molestia.

Luego fue el teléfono celular de Yuichi que sonó. Reconoció el número. Era Natsuki Takeuchi. “Hola, Sakaki.” Tal vez la recepción era mala, porque su voz estaba mezclada con estática.

“Hoy faltaste, ¿verdad? Quería hablar contigo, así que me alegro de que hayas llamado.”

“La razón por la que falte es porque me estoy preparando para matar a todos, tal como lo prometí.”

“Oye…”

Ella se rio. “Es una broma. Todavía podría hacer eso si me presionas… pero ahora mismo, sólo tú y Noro lo saben, ¿no?”

Yuichi apretó los dientes. Así que ella sabía de Aiko. “Entonces, ¿qué vas a hacer?”

“Si sólo fueras tú, Sakaki, no me importaría dejar las cosas tal como están. Pero… dos o más personas es un problema. El secreto podría terminarse sabiendo.”

“Entonces, ¿qué planeas hacer?”

“Buena pregunta. Pensé que podría matarte a ti y a Noro.” “¡Oh, vamos!”

“Tú eres el que rompió la promesa. Así que tú eliges. ¿Morirán los dos o mato a todos los que están conectados a la escuela? Mañana es la fecha límite.”

“Haz lo que quieras. ¿Matar a todos? No hay manera de que puedas.”

“Ya veo. Pensé que podrías decir eso. Y tal vez te convendría huir y dejar a los demás a su suerte.”

“No puedes matar a todos.”

“No estoy mintiendo, pero no intentaré convencerte de eso ahora. En su lugar hablemos de ustedes dos. Matar a todos es sólo un último recurso, reservado para cuando llegue a un estado de tal desesperación que felizmente veré como el mundo se acaba. Así que si es posible realmente preferiría matarlos a los dos.”

“Um, aun así, no es como si nos fuésemos a dejar ser asesinados sin oponer resistencia.”

“Te dije que no cazaría a personas que vea en mi vida cotidiana.

¿Es por eso que crees que puedes actuar así? Es cierto, pero a este ritmo, estoy pensando que quizás nunca vuelva a recuperar mi vida pacífica y tranquila.”

“¡Como si me importara!”

“Entonces, Sakaki, quiero que vengas a mi coto de caza. Allí podemos resolver las cosas.”

“¿Realmente crees que iré allí por mi propia voluntad?” “Bueno, Noro ya está aquí.”

“¡¿Qué?!” Yuichi miró alrededor de la habitación. Aiko todavía no había regresado. Se había ido demasiado tiempo. Ella también había dejado su maletín, así que no podría haberse ido a casa sin él…

“Déjame explicarte mi plan. Voy a matar a Noro a medianoche. Si vienes antes, te mataré con ella. Si no vienes… ¿Supongo que Noro morirá y las cosas volverán a ser cómo eran? No me molesta si eres el único que sabe mi secreto, y creo que matar a Noro debería asustarte para que cumplas. De todos modos, esa es mi suposición.”

“¡Tú… estás loca!” ¿Quién, sino una loca, diría algo así de manera casual?

“Oh, si vas a venir, antes deja una carta, ¿lo harías? Es un poco anticuado, pero una fuga lo convierte en una buena historia de portada.”

“¿Noro está bien?” Exigió.

“Sí. Ella esta inconsciente. Sería una molestia despertarla, así que no puedo pasártela para que hables con ella, pero no te preocupes. De ninguna manera le haré daño, fuera de matarla más tarde.”

“… Entonces, ¿dónde están tu ‘coto de caza’?”

Natsuki le dijo la dirección. “Hasta la vista. Espero que vengas, pero no contaré con eso.” Ella colgó.

“Oye, eso sonaba bastante tenso. ¿Qué está pasando?” Preguntó Ibaraki, tal vez pensando que Yuichi estaba actuando de manera extraña.

“Es bastante malo… Ella tiene a Noro.”

“¿Eh? ¿Te refieres a la pequeña? Aunque sólo se ha ido unos minutos. ¿Ella realmente vino a la escuela?”

“¿Cómo podría saberlo? ¡Pero si Noro está desaparecida, entonces obviamente lo hizo!”

Ella dijo que Aiko estaba inconsciente. Si ella quisiera mantenerla como rehén, debería estar bien por ahora. Pero Yuichi todavía se sentía ansioso sin confirmación.

Él era el que había metido a Aiko en esto. Él no podía dejarla morir.

“Tal vez podría hablar con ella… Ella dijo que podría dejarlo pasar si yo fuera el único en conocer su secreto. Si pudiera mediar de modo que no matara a nadie…” Aunque desde el principio su relación no había sido la mejor, al menos Natsuki siempre había sido cívica. Si ella pensara que había una manera de evitar que alguien muriera, ella podría estar dispuesta a hablar de ello.

“Oh, por favor. Estabas más que feliz de pelear conmigo.” “Sí, ¡porque nunca me diste tiempo para hablar!”

“Jaja, cierto.”

Yuichi suspiró y agachó la cabeza. En su visión periférica, podía ver a su hermana moviéndose nerviosamente.

Ah… Ella quiere comentar…

Yuichi miró a su hermana. Ella había dicho antes que le dejaría decidir cómo quería manejar las cosas. Estaba claro que no iba a intervenir a menos que Yuichi diese su permiso, pero todo su lenguaje corporal gritaba: “¡Déjame hablar!”

Supongo que no tengo otra opción…

“Nee-chan, necesito tu ayuda.”

“¡Ok!” Su cara estalló en una sonrisa.

“Mi hermana mayor tiene síndrome de escuela media.” Dijo Yuichi, respondiendo a la pregunta que Ibaraki estaba por hacer.

“¡Yu, eso es horrible! Acusando a tu hermana mayor de tener el síndrome de escuela media…” Mutsuko resopló enojada.

Así es, ella no se da cuenta… Las personas con síndrome de escuela media a menudo no lo saben.

Estaban en un restaurante familiar. Yuichi, en su uniforme, se sentó al lado de Ibaraki, quien llevaba la ropa de gimnasio de Yuichi. Mutsuko se sentó frente a ambos.

Habían empezado a dirigirse al lugar donde Natsuki le había dicho que fuera, pero cuando sus estómagos empezaron a gruñir, terminaron por ir allí.

Realmente Yuichi no estaba de humor para una comida copiosa, pero Mutsuko había ordenado un bistec para tres, insistiendo en que no podías librar una guerra con el estómago vacío, y también que ella pagaría.

“¿Te refieres a todo? ¿Cómo eso de tengo el poder de las llamas oscuras, mi brazo derecho se está volviendo loco?” Preguntó Ibaraki, aparentemente bastante informado sobre el tema.

“¡Oye! Dejé de hacer esas cosas en el jardín de infantes. ¡Dame un descanso!”

“¡Crees en la vista mágica y en Onis!”

“¡Eso es diferente! ¡Es estúpido inventar cosas que ni siquiera están sucediendo!” Dijo Mutsuko acaloradamente. Parecía que ella era extrañamente práctica cuando se trataba de sus fantasías. Se apresuró a descartar las cosas que probablemente eran falsas.

“¿Viste?” Yuichi suspiró. “¿Ver qué?” Respondió Ibaraki.