Neechan Wa Chuunibyou (NL)

Volumen 1

Capitulo 4: Familiares, Barreras, Auras, Monstruos Y Una Sociedad De Cazadores De Monstruos

Parte 1

Era el día siguiente.

Yuichi había caminado a la escuela con Aiko. Todavía no estaban seguros de por qué habían atacado a Aiko, así que Yuichi estaba en guardia por si se repetía lo de la última vez. Por supuesto, él esperaba que no pasara nada en el salón con tanta gente alrededor, y por supuesto, las clases de la mañana pasaron sin incidentes.

Llego la hora del almuerzo.

Yuichi estaba comiendo con Shota cuando Aiko se les acercó. Casualmente, tomo un asiento vacío cercano, se sentó y abrió su lonchera.

El escritorio de Yuichi estaba empezando a sentirse un poco lleno.

“¿Eh?   ¿Noro?”   Shota   dijo   sorprendido.  Su    acercamiento aparentemente había sido completamente inesperado.

Los otros chicos a su alrededor también parecían conmocionados.

Probablemente estaban pensando lo mismo. “¿Qué pasa, Noro?” Preguntó Yuichi.

Aiko se inclinó para susurrar en el oído de Yuichi. “Necesitamos actuar como amigos, o no parecerá natural que estemos juntos todo el tiempo, ¿verdad?”

“¿Eh, eso crees?” Yuichi respondió en un susurro.

No podía entender qué era tan malo que no pareciera natural. Obviamente, tendrían que pasar tiempo juntos para que Aiko no tuviera que estar sola, pero él no podía entender por qué tenía que parecer natural para ellos hacer eso.

“Bueno, ¿no están ustedes dos en muy buenos términos?” Dijo Shota. Los miró con suspicacia a los dos, sentándose cerca y susurrando entre ellos.

“Ah, ella quiere almorzar con nosotros.” Respondió Yuichi. “¿Está bien?”

“Está bien, pero ¿qué, ustedes están saliendo o algo así?” Shota sonaba celoso.

Aiko se veía nerviosa. Aparentemente ella no había pensado en que decir. “¡No! Um, la verdad es que estaba pasando y vi a Sakaki ayudando a mi abuela que se había desmayado en la calle, y Sakaki también se desmayó… Supongo que por dolores de simpatía… así que los recogí a ambos. Y los lleve a mi casa… bueno, es decir, al hospital que administramos… Y me conmovió tanto lo que hizo, todo lo que dije fue: ‘¿Qué somos, espíritus afines?’ ¡Y así es como nos convertimos en amigos!” Aiko miró a Shota con ojos suplicantes.

Ella había tratado de improvisar la historia en el momento, pero en algún punto se había convertido en una tontería.

“Ya veo. Eres increíble, Noro. ¿Llevaste a dos personas a la vez?”

Yuichi miró a Shota con incredulidad. Él no parecía dudar de su historia en absoluto. ¿En serio te creíste todo eso?

“S-Sí, ella es muy fuerte.” Dijo Yuichi con desesperación. Si Shota no dudaba de la historia, él también podría respaldarla.

Aiko se limitó a mirarlo. A pesar de que era su propia historia, aparentemente no le gustaba que la llamaran “fuerte”.

“Oigan, ¡vamos a almorzar!” Dijo.

“Shota, a veces creo que eres una persona realmente increíble.” Dijo Yuichi. Él decía en serio cada una de las palabras.

“¿Eh, lo soy?”

Los tres volvieron a almorzar juntos. Yuichi estaba arrasando con su comida, pero Shota parecía estar luchando con la torpeza. Ninguno de los tres sabía de qué hablar. Después de sentarse con incomodidad por un rato, Shota de repente señaló a Yuichi. “Oye, Noro, ¿sabías que este tipo lleva un montón de cosas raras?”

“¿Huh? ¿Cómo qué?” Aiko se aferró al tema con entusiasmo, aparentemente esperando disipar la incomodidad.

“Sakaki, muéstrale lo que tienes en tu maletín.” “¿Por qué?”

“¡Sólo hazlo!”

Shota no esperó. Estaba sentado frente a Yuichi, así que estaba en posición de alcanzar el maletín. Después de hurgar un poco, sacó un estuche de cuero. No había nada especial en el estuche en sí, pero estaba tan lleno que rebosaba en las costuras. Shota desabrochó el cierre y dispersó el contenido en el escritorio.

“¡Oye!”

“Oh, da miedo.”

“¡No digas esas cosas!”

“¿Ves? ¡Mira!” Shota tomó un bolígrafo y se lo mostró a Aiko. “¿Y    qué?”   Preguntó,  pareciendo    confundida. Ella  se  quedó

mirando el bolígrafo de aspecto ordinario. “Sakaki, explica.”

“¡No!”

“Bien. ¿Notas algo raro en eso?” Shota preguntó. Le entregó el bolígrafo y ella comenzó a investigar.

“Raro…” Murmuró para sí misma después de jugar con eso por un tiempo.

“¿Correcto? Se llama un bolígrafo táctico. Es un arma.”

Un bolígrafo táctico, de hecho, era un bolígrafo que podía usarse como arma. Fue diseñado para la autodefensa: pesado, hecho de plástico duro y duradero que podría ser usado para apuñalar en una articulación o un punto vital.

“Ahora, ¿ves esto en la parte posterior del bolígrafo?”

“Sí.” Tocó la protuberancia que una persona probablemente no notaría a menos que lo sostuviera.

“Eso es un rompe cristales. Aparentemente es para romper las ventanas de los autos.”

En otras palabras, pensó Yuichi, si estuvieras atrapado en un auto, podrías usar un rompe cristales para escapar. Como estudiante de secundaria, Yuichi no necesitaba uno, pero Mutsuko todavía lo había puesto porque era “totalmente increíble”.

“Sakaki… ¿por qué tienes esto?” Preguntó Aiko.

“¡Es mi hermana mayor! ¡Ella sólo coloco eso allí!” Gritó Yuichi.

Mutsuko tenía la tendencia de escoger las cosas más extrañas y guardarlas en su maletín sin preguntar. No importaba con qué frecuencia sacaba tales cosas, ella no se detenía, por lo que finalmente se había dado por vencido.

“También está este.” Shota sacó otro bolígrafo. Le quitó la punta para revelar una cuchilla afilada.

“¿Eh? ¿Un cuchillo?”

“Hay un cuchillo unido a la base. Él dice que se llama un cuchillo bolígrafo. Él tiene todo tipo de cosas raras como esa. No puedo evitar recordarlo.”

Shota tomó otro de los supuestos bolígrafos. Hubo un ruido de clic, y una llama se encendió en la parte superior.

“¿Eh?” Aiko dejó escapar un ruido aturdido.

Yuichi simpatizó. Se sentiría de la misma manera si fueran las cosas de otra persona.

“Eso se llama un bolígrafo de luz.” Dijo Yuichi. Su estuche estaba lleno de herramientas tan largas y delgadas, todas diseñadas para parecerse a bolígrafos.

“¿Dónde compras estas cosas?” Shota realmente parecía estar disfrutando.

“¡Cállate! ¡Déjenme en paz!” Respondió Yuichi con angustia.

“Sakaki…  No  te  dejes  arrestar,  ¿de  acuerdo?  Ten  cuidado, especialmente por la noche.” Aiko parecía preocupada por él.

Yuichi no encontraba que decir. Ser atrapado e interrogado era su mayor temor. Siempre que podía trataba de evitar a los policías.

“¡Tú eres el que los sacó! ¡Ahora guárdalos! ¡Oh, ten cuidado con eso!”

Shota había comenzado obedientemente a devolver los bolígrafos en su estuche. Pero cuando alcanzó una regla, Yuichi extendió la mano para detenerlo.

“Eso podría cortarte. Está afilado en un lado.” Explicó. “Uh, eso es un poco demasiado peligroso…”

Un lado de la regla de acero había sido afilado hasta parecer el borde de una navaja de afeitar. Podrías lastimarte si lo tocas sin saberlo.

“Mi hermana lee mucho manga viejo. Es una mala influencia para ella.”

“¿Qué clase de manga es? Nunca he oído hablar de algo como esto.”

“… También me han afilado los radios de la bicicleta y esas cosas…”

Shota se quedó pasmado. “Sakaki, creo que necesitas tener una buena y larga conversación con tu hermana.”

“Lo intento, pero nunca funciona.” Murmuró Yuichi.

Terminaron sus almuerzos, y Yuichi se separó de Aiko y se dirigió solo a las aulas de segundo año.

Se fue a la Clase 2-A. Era el salón de su hermana Mutsuko. Abrió la puerta y miró dentro.

“¡Ah, Yu!” Mutsuko lo vio de inmediato, aunque Yuichi en realidad no había venido a verla. “¿Te sentías solitario sin tu hermana mayor? Simplemente no podías esperar hasta después de la escuela,

¡así que viniste a verme a la hora del almuerzo!” Gritó, encantada. “¡No es eso!” Protestó Yuichi.

Mutsuko tenía la costumbre de vigilar a cualquiera que entrara y saliera de una habitación. Según ella, era una técnica de supervivencia; tenías que estar siempre mirando para asegurarte de que no entrara nadie sospechoso.

Las chicas se reunieron rápidamente. “Oye, ¿qué, ese es tu hermano pequeño? ¡Es lindo!”

“¡Oye! ¡No te metas sólo porque él es guapo! ¡Es mío!”

“No, no soy tuyo, en realidad… um. Perdónenme. ¿Puedo hacer una pregunta? ¿Hay alguien en esta clase llamado Rokuhara?”

“Rokuhara está justo ahí.” Dijo alguien.

Yuichi empujó a las chicas de segundo año para ingresar al salón. Caminó frente a un chico sentado en un escritorio en el centro de la habitación. El chico tenía su cabeza en su escritorio, y su rostro estaba cubierto. Pero definitivamente era él. El tipo que había atacado a Noro.

“Oye. ¿Podría hablar contigo un minuto?” Dijo Yuichi.

La cara del chico se torció en shock cuando vio a Yuichi. “E- Eres…”

Los dos se dirigieron hacia el patio. Varios estudiantes estaban allí, almorzando, pero evitaron a esos estudiantes y se dirigieron a un rincón aislado.

“Rokuhara. Me sorprendió bastante verte venir a la escuela como si nada hubiera pasado…” Hiromichi Rokuhara. Aquí a la luz del día, parecía un poco tímido. Al principio, Yuichi estaba convencido de que el nombre que Aiko había mencionado sería un seudónimo, de que su atacante podría no ser un estudiante en esta escuela, lo que haría que fuera más difícil localizarlo. Esto hizo que la verdad se sintiera casi como un anticlímax.

“¿Qué quieres?” Preguntó Rokuhara con miedo. Encima de su cabeza estaba la palabra “Senpai”. El día anterior había sido “Aprendiz de Cazador de Monstruos” …

“Mira, tengo algunas preguntas sobre lo que ocurrió ayer.” Yuichi decidió saltarse la cortesía y se dirigió a la intimidación. Este tipo había atacado a Aiko. ¿Por qué apoyarse en la formalidad?

“¡Ya no tiene nada que ver conmigo! ¡Fallé! ¡Así que simplemente déjame en paz!”

“¿Eh? … Espera un minuto. ¿Qué quieres decir con que fracasaste?”

“¡No pude matar a un monstruo a tiempo! ¡Qué fastidio! ¡Me equivoque! ¡Pensé que iba a dejar atrás este estúpido mundo! ¡Pensé que era especial!”

“¿Qué tan egoísta puedes ser? Tú lastimaste a Noro, lo sabes. ¿Ni siquiera vas a disculparte?” Demandó Yuichi, acercándose a Rokuhara. Esta charla casual de matar gente puso su sangre a hervir.

“¿A quién le importa? ¡Es un monstruo!”

“¡Cállate! ¡¿Qué demonios es esa excusa?!”

Rokuhara respiró hondo y se encogió ante la hostilidad de Yuichi.

Yuichi decidió tragarse su rabia por ahora. Había venido a hacer preguntas. De seguir así no harían ningún progreso.

“Necesito preguntarte sobre algunas cosas. ¿Listo?” Preguntó. “¡No! ¡No tengo nada que decir!” Rokuhara chilló.

El chico se apoyaba en evasivas. Al darse cuenta de que no cedería ante las amenazas, Yuichi intentó una nueva táctica. “… Mira, mi nombre es Yuichi Sakaki. Soy el hermano menor de Mutsuko Sakaki.”

“¿Eres el hermano menor de Sakaki?”

“Sí. Si no me hablas, tendré que pedirle ayuda a ella.” “¡Está bien, está bien! ¡Hablaré!”

Hermana… ¿qué demonios andas haciendo en clase? El repentino cambio de actitud de Rokuhara era un poco alarmante. Había esperado que ella estuviera causando problemas a sus compañeros de clase, pero no lo suficiente como para provocar una reacción tan dramática.

“¿Por qué atacaste a Noro?” Exigió Yuichi, sabiendo que ese sería el primer paso para descubrir contramedidas.

“Fue una prueba. Para pasar, sólo tenía que matar a un monstruo, a cualquier monstruo, para ayer.”

“¿Qué te hizo pensar que Noro era un monstruo?”

“Puedo verlo. Los monstruos tienen un aura negra alrededor de ellos. ¡Tengo un poder especial!”

¡Qué tontería! O eso habría pensado Yuichi, si no hubiera sido por los acontecimientos recientes. Ahora que él mismo tenía una vista especial que lo alertaba de la existencia de vampiros y asesinos seriales, no podía descartarlo tan fácilmente.

“Hey, ¿cuánto tiempo has tenido eso? ¿Desde qué naciste?”

“… Desde el último día de las vacaciones de primavera. Ese fue el día en que vinieron a mí y comenzó la prueba.” ¿El mismo día que empecé a ver palabras? Alguien más había comenzado a ver cosas extrañas el mismo día que Yuichi. Podría haber una conexión.