Neechan Wa Chuunibyou (NL)

Volumen 1

Capitulo 2: En Algún Lugar Cercano Un Vampiro Se Está Muriendo

Parte 1

La chica, Mutsuko, miró fijamente a Yuichi.

Estaban sentados en el porche de una casa clásica japonesa. Era la casa en la que habían vivido cuando Yuichi aún era un niño pequeño.

Era de noche, pero el porche estaba brillantemente iluminado por el suave brillo de una luna llena.

Era finales del verano. El zumbido de los insectos era ruidoso. “Mamá y papá no lo lograrán.”

Yuichi no entendió lo que quería decir, pero siendo un niño, asumió que debía ser algo letal.

Si su asombrosa hermana mayor, que lo sabía todo y podía hacerlo todo, lo decía, debía ser verdad.

Pero eso no era razón para simplemente aceptarlo. “¿Por qué no?” Preguntó Yuichi.

“Algún día habrá un cambio explosivo… una catástrofe. Mamá y papá no podrán manejarlo. Los adultos nunca pueden. No están equipados para lidiar con cambios drásticos en sus vidas.”

Yuichi frunció el ceño, las lágrimas corrían por sus mejillas. Fue demasiado. La idea de no volver a ver a sus queridos padres de nuevo era como una abrazadera presionando su corazón.

Ella continuó en tono sombrío. “Sé que duele escucharlo, pero sólo puedo decirle a un cierto número de personas. Así que te elegí a ti.” Claramente no estaba bromeando.

“Yori… ¿Qué hay de Yori?” Miró hacia atrás a través de la brecha en la puerta corredera hacia su hermana pequeña, Yoriko, durmiendo envuelta en una manta de felpa.

“Yori… ella tampoco podrá hacerlo.” Mutsuko ahogó las palabras.

“¡Imposible! ¿Cómo puedes decir eso? ¡Todavía es muy pequeña!

¡Eso no es justo!”

“… No creo que ella pueda hacerlo…”

“¡No te preocupes! Voy a golpear a esa catás… ¡esa cosa estúpida de catástrofe! ¡Te protegeré a ti, a Yori, a papá, a mamá y a todos!” Yuichi dio un salto audaz desde el porche, lanzando un puño en el aire mientras él juraba.

Los ojos de Mutsuko se llenaron de lágrimas, movidos por su valiente promesa.

“Sí… Eso es correcto. Así no soy yo… No soy el tipo de persona que se congela ante la desesperación. ¡Bueno! ¡Déjaselo a tu hermana mayor! Te haré…”

Y fue entonces cuando se despertó.

“Eso fue… un sueño, ¿verdad?” Pensó que había estado recordando algo, pero se desvaneció en una niebla en el momento en que se despertó. El recuerdo estaba borroso, a un millón de kilómetros de distancia…

Se incorporó y miró por la ventana. Todavía estaba oscuro afuera.

Había estado dando vueltas en la cama durante horas, pero finalmente se había dormido. Ahora que estaba despierto, no era bueno. No pudo volver a dormir. En lugar de eso, se dirigió al pasillo, caminó hacia la puerta de Mutsuko y llamó. Ella era la única persona con la que podía hablar sobre la causa de su insomnio: su “visión”. Una parte de él esperaba que ya estuviera dormida, pero ella respondió a la puerta de inmediato.

Ella estaba en un traje chino conocido como pao, comúnmente conocido como “ropa de kung-fu”, que aparentemente llevaba puesto como pijama. “¿Es hora de hablar de juegos de fetiches de hermana mayor?”

“¡No! ¿Y por qué quieres hablar de eso?”

“Bueno, me preocuparía si fueran juegos fetiches de hermanitas.” “¡No es lo uno ni lo otro!”

“Oh, bueno. ¡Entra!”

Ella lo hizo entrar, y una vez más él se sentó en el kotatsu. La habitación estaba tan desordenada como siempre.

“Oye… recuérdame qué significa ‘catástrofe’.”

“Es una teoría matemática. Se utiliza para describir sistemas ordenados interrumpidos por fenómenos caóticos abruptos. También puede referirse a un cambio desastroso en una vida cotidiana… ¿Es eso lo que viniste a preguntarme?”

“Oh, no, eso no es importante. Vine a preguntar sobre… ¿cómo lo llamaste, mi Lector de Almas? Estoy empezando a ver cosas aún más extrañas…”

Yuichi describió su primer día en la escuela.

Por supuesto, dejó de lado su encuentro con la “Asesina Serial”, Natsuki Takeuchi. Su afirmación de que mataría a todos en la escuela si él hablaba de eso le pesaba mucho. Y dado lo que había sucedido en el desayuno esa mañana, tenía sus dudas de que Mutsuko pudiera mantener un secreto. No había manera de que él pudiera decirle.

“¡Muy interesante!” Los ojos de Mutsuko brillaron. “Er, ¿podrías por favor no llamarlo así?”

“¿Así que las palabras cambian?”

“Sí. Al principio, todas simplemente decían ‘Compañero de Clase’, pero luego comenzaron a cambiar a cosas como ‘Goleador Estrella’.”

“¿Y luego tus ojos comenzaron a doler, y empezaste a captar cosas aterradoras como “Zombi” y “Vampira”? ¿Algún alienígena, viajero del tiempo o psíquico?”

“Todavía nada tan extraño…” Aunque no podía fingir que un extraterrestre era tan extraño como un zombi.

“¡Bien, puede que los veas pronto!”

“Realmente espero que no… Entonces, ¿eso te dice algo?”

“Buena pregunta. De lo que me dijiste antes, las palabras parecían representar algo acerca de la relación de una persona contigo, pero…”

“No puedo ver como ‘Bruja’ y ‘Vampira’ tengan algo que ver conmigo.”

Claro “Hermana Mayor” y “Amigo” describían las relaciones con Yuichi, pero la mayoría de las palabras no se ajustaban a ese esquema.

“Ya veo… ¡eso significa que estamos en el acto 2! ¡Has subido de nivel y has alcanzado una nueva etapa de tus habilidades! Pero en cuanto a lo que ahora significan las palabras… Hmm, me gustaría que pudiéramos obtener una muestra más amplia… Es casi como el contenido de su alma… Su personalidad o algo así…” De nuevo Mutsuko se estaba encerrando en su pequeño mundo.

“Oye, quédate conmigo.”

“Oh, lo siento. Entonces, ¿qué dicen mis palabras? ¿Lo mismo que antes?”

“Todavía dicen: ‘Hermana Mayor’.”

“¿Qué diablos? ¿Al menos podrías darme unas palabras más interesantes?”

“¡No es mi decisión!”

“Voy a pensar en lo que significa el Lector de Almas… pero ten cuidado, ¿ok? Podrías empezar a ver cosas que algunas personas preferirían no ver. Y si saben que puedes verlas, podrían perseguirte.” Yuichi tragó saliva. No pudo evitar pensar en la “Asesina Serial”, Natsuki Takeuchi.

“Vamos, si se diera el caso. No es que sean realmente zombis o brujas, así que ¿por qué me atacarían?”

“¿Qué te hace pensar eso?”

“¿Huh? Bueno, la sociedad no podría funcionar con todas esas criaturas extrañas alrededor…” Trató de decirlo para convencerse a sí mismo, pero las palabras se sentían vacías para él.

“¿De verdad? Me imagino que podrían hacer que funcione, siempre y cuando todos vivieran de incógnito.”

Natsuki también había dicho algo así. Sin una vista como la de Yuichi, ¿quién lo sabría?

“Bueno, probablemente no es nada de qué preocuparse. ¡Mientras no le digas a nadie lo que estás viendo, la gente que oculta sus identidades no tendrá ninguna razón para perseguirte!”

Yuichi se quedó atónito y en silencio. Natsuki ya había venido tras él, y ella sabía sobre el Lector de Almas…

“¿Qué pasa?”

“Oh, nada. Lo tengo. No le diré a nadie.” Yuichi se dirigió a su habitación.

Pasó mucho tiempo antes de que volviera a dormir.

Habían pasado unos días desde ese primer día en la escuela. Yuichi asistió a clase, como siempre.

Miró alrededor de los escritorios. Las palabras seguían siendo las mismas.

“Protagonista de Simulador de Citas” y “Amiga de la Infancia de Simulador de Citas” se sentaron como de costumbre. “Asesina Serial”, “Vampira” y “Farsante” se estaban riendo de algo. “Antropomorfo”, la chica rica, estaba siendo adulada por un grupito que se había vuelto algo así como su sequito. La inquietante “Bruja” estaba mirando a “Amado de la Bruja”.

El pánico inicial de Yuichi ante la idea de ser arrastrado a algo increíble se había aliviado mientras sus días se acomodaban en la rutina. En otras palabras, nada había sucedido. No hubo incidentes sospechosos en absoluto.

“Asesina Serial” Natsuki Takeuchi no había ido tras él, y no habían interactuado más allá de las bromas superficiales que se esperaban de sus compañeros de clase. Su relación no era más que eso.

“Vampira”, “Zombi” y “Antropomorfo” también parecían ser estudiantes ordinarios.

Sus extrañas naturalezas eran obvias a los ojos de Yuichi, pero aparentemente no entre ellas. Incluso si lo fueran, la política parecía ser “vive y deja vivir”.

Así que puedo ser el único que vive con el temor de estar cerca de una asesina serial, ¿eh?

Era absurdo. Todo estaba en paz a su alrededor, pero como no podía dejar de ver las palabras, no podía dejar de pensar en ello.

Shota se le acercó mientras estaba perdido en sus pensamientos. “¡Oye, tu hermana mayor es súper linda!” Su voz estaba tensa de emoción. Debió haber visto a Mutsuko cuando ella y Yuichi estaban caminando a la escuela juntos.

“Sí, la gente dice eso de ella.” Pero antes de que Yuichi pudiera agregar que realmente no podía ser objetivo en el tema, sintió que alguien lo estaba mirando.

Echó un vistazo al asiento a la izquierda y frente a él. La mirada pertenecía a “Bruja”, An Katagiri. Perforó extrañamente entre los huecos de su largo flequillo. Ella no había intentado nada con él, pero tenerla mirándolo así de vez en cuando todavía le enviaba un escalofrío por la espalda.

¡Dame un respiro! ¡Estoy teniendo suficientes problemas con la asesina serial!

Afortunadamente (bueno, para él), su atención generalmente estaba centrada en Takuro en el asiento junto al de ella.

Yuichi se apartó de su mirada y de nuevo miró hacia adelante.

Quería ayudar a Takuro, pero le preocupaba que la interferencia pudiera causar más problemas. Y, de todos modos, ella no le estaba haciendo nada tan horrible como lo que Yuichi podía imaginar. Todo lo que ella hizo fue mirarlo, hablarle ocasionalmente y traerle almuerzos.

Yuichi ocasionalmente había echado un vistazo a los almuerzos para ver si había algo sospechoso en ellos, pero no. No había cabellos o raíces talladas para parecerse a personas. Sólo eran almuerzos estándar hechos a mano. Así que, por ahora, él solo miraría y esperaría.

Por supuesto, si Takuro estuviera en peligro real, intentaría intervenir… pero por ahora, esto era entre esos “tortolos”. No había nada que pudiera hacer para detenerlo.

“Oye… ¿Qué hay con esa chica?” Shota le susurró a Yuichi, aparentemente notando la mirada espeluznante de An.

“¿Cómo podría saberlo?” Se sentía de la misma manera, pero eso no facilitó la respuesta.

Después de la clase, Yuichi visitó la azotea y miró hacia el patio entre los cuatro edificios escolares, sumido en sus pensamientos. Por alguna razón la vista de eso lo calmó. Tal vez fue toda la vegetación.

La gente no iba a la azotea muy a menudo, por lo que era un lugar perfecto para tener pensamientos agradables y tranquilos. Y como siempre, el objeto de sus pensamientos era Natsuki Takeuchi.

Ella había dicho que no mataría a personas que conocía, pero también dijo que mataba a personas a diario. ¿Y si recientemente ella hubiera matado a alguien?

Él no era el tipo más justo, pero no parecía correcto dejarlo así.

Ella había dicho que, si su identidad alguna vez se daba a conocer, mataría a todos y huiría. Entonces, ¿qué pasa si se enteraban de alguna otra manera? Necesitaría una contramedida en caso de que surgiera.

Pero la verdadera pregunta es… ¿cómo detener a una asesina serial?

Si sólo fuera una chica normal de preparatoria, él probablemente podría golpearla en una pelea. Pero claramente había más para ella que eso.

El día después de que ella saltara por la ventana, él había inspeccionado la pared fuera del baño. Había hallado una larga hilera de gubias en la pared, desde la ventana hasta el suelo. Ella debió usarlas frenar su descenso. Ninguna chica normal de secundaria podría hacer eso.

No podía ver el cuadro completo. Ella le había colocado en la espalda una cuchilla de algún tipo, por lo que él asumió que su arma preferida era un cuchillo, pero podría ser otra cosa.

Tal vez debería haberle dicho a Mutsuko sobre esto…

Una de sus compañeras de clase era una asesina serial. ¿Qué diría Mutsuko si él le dijera eso?

Bueno, ella sonreiría y haría un millón de preguntas, por supuesto. Y era obvio lo que seguiría: ella querría que él luchara contra la asesina serial.

Él no quería hacer eso. Sin embargo, mantener todo para él era difícil. Quería un confidente.

Reflexionó sobre quién sería el confidente ideal. Alguien con los labios apretados, con el poder de luchar contra el asesino en serie si se diese la necesidad.

Como si alguien fuese a caer en mi regazo…

Yuichi suspiró.

¿Quién creería que había una asesina serial en su clase? Nadie excepto su hermana mayor.

Los pensamientos de Yuichi seguían dando vueltas en círculos. Justo en ese momento, notó una palabra flotando en el patio.

Decía “Vampira”. Se estaba moviendo. Nunca había visto una etiqueta moverse por sí misma.

Forzó sus ojos hasta que pudo distinguir una forma borrosa debajo de la palabra, que finalmente se dio cuenta que era una persona. Más específicamente, una chica.

Se dio cuenta que debía ser Aiko Noro. La chica de su clase.

A esa distancia era difícil decir lo que estaba haciendo, pero había algo extraño en eso. Parecía estar dando vueltas alrededor del patio. Al principio, él asumió que ella estaba entrenando, pero se dio cuenta de que eso sería algo extraño para ella con su uniforme escolar. También había un aire extrañamente desesperado a su alrededor.

¿Qué está pasando aquí?

Yuichi sacó un par de binoculares de su maletín. Eran binoculares militares con visión nocturna, y él no los llevaba por elección. Eran otra cosa que Mutsuko le había presionado.

Usó los binoculares para ver más de cerca.

La cara de Aiko estaba torcida de miedo. Ella seguía mirando detrás de sí misma como si estuviera siendo perseguida, aunque Yuichi no podía ver nada detrás de ella.

De repente, algo atrapó su pierna, y ella cayó. Un charco de sangre comenzó a extenderse alrededor de ella.

“¡¿Huh?!” Yuichi agarró su maletín y salió corriendo.

***

Aiko yacía en el suelo, gritando de dolor.

La sangre brotaba de su muslo interno y se acumulaba en el suelo.

Un esqueleto vestido con ropa hecha jirones se levantaba de la tierra. Su mano estaba manchada de sangre. Eso debía ser lo que la había cortado.

La escuela había terminado. Ella estaba en el patio, siendo atacada por un monstruo esqueleto. Era por la tarde, pero el cielo estaba completamente negro. La poderosa irrealidad de la situación solo se sumaba a su sentimiento de impotencia.

Tengo que irme.

Ni siquiera podía pararse, pero intentó con todas sus fuerzas ganar algo de distancia.