Lord of Mysteries (NW)

Volumen 1

Capitulo 116: El Hijo de Lanevus

Christina no se dio cuenta de la mirada inexpresiva del vidente. Echó un vistazo a Angélica en el mostrador de recepción, bajó la voz y dijo: “Me refiero al hijo de Lanevus”.

Extendió su mano para señalar a la joven con el sombrero para el sol y dijo: “Esta es mi sobrina, Megose. Su madre es mi hermana mayor. Lamento mucho haber pensado que Lanevus era un joven sobresaliente en ese entonces, y le presenté a Megose a Lanevus, que era soltero. Luego se volvieron amantes.”

“Los padres de Megose también estaban contentos con Lanevus al principio. Planearon invertir todos sus ahorros en la compañía siderúrgica después de comprometerse. Afortunadamente, antes de que eso sucediera, Lanevus se escapó. Su familia no sufrió ninguna pérdida que amenazara su estatus. Desafortunadamente, mi hermana y mi cuñado tienen que explicarles a sus familiares y amigos por qué se cancelará la ceremonia de compromiso, y tienen que preocuparse por el hijo que está esperando Megose.”

“Creemos en el Dios del Vapor y la Maquinaria; no somos creyentes del Señor de las Tormentas. No creemos en la castidad antes del matrimonio. No culpamos a Megose, de hecho la compadecemos. Sin embargo, la existencia del niño dificulta las cosas, especialmente porque tiene un padre así”.

Se aprovechó de las personas tanto financiera como sexualmente…  Klein miró a Megose, que estaba de pie en silencio junto a ella. Entonces se dio cuenta de que la dama era toda una belleza.

Tenía una piel hermosa, cabello largo y rubio y un par de ojos grandes como los de Christina. Parecía triste, pero tranquila, y sus labios estaban fuertemente apretados.

Qué gran estafador, e incluso escapó con éxito…  Klein maldijo a Lanevus y dijo después de pensarlo un poco: “Si fuera un niño que ya nació, tengo una manera de adivinar el paradero de Lanevus usando al niño como ayuda. Pero desafortunadamente, eso nos obligaría a esperar unos meses. Sí, eso podría ser un reflejo del resultado de la adivinación anterior. Sea paciente y espere persistentemente sin ser codiciosa, entonces habrá una oportunidad de ver la luz del sol”.

“Unos meses…”, murmuró Christina para sí misma mientras negaba con la cabeza. “No, después de tanto tiempo, incluso si encontramos a Lanevus, no podríamos recuperar nuestro dinero…”

Miró de soslayo a Megose. Su voz bajó inconscientemente y preguntó: “¿Tienes algo que Lanevus haya llevado antes?”

“No”, respondió Megose con claridad pero con amabilidad. “¿Contaría el anillo que me dio?”

“Debe ser algo que llevó durante mucho tiempo”. Klein negó con la cabeza.

Christina permaneció en silencio por un momento y miró a Megose mientras decía: “Tienes que tomar una decisión. Creo que mantener a este niño hará que tu futuro sea difícil. ¿Le vas a decir que su padre era un estafador y le quitó el dinero a mucha gente, incluida su madre?”

“Es hora de ir a la clínica, al hospital. Además, eso podría ayudarnos a encontrar a Lanevus, a recuperar lo que perdimos.”

Oye, ¿no es tal adivinación un poco dura? No le correspondía a Klein involucrarse en los asuntos familiares de los demás. Entonces, solo podía esperar pacientemente a un lado mientras satirizaba internamente de vez en cuando.

Megose bajó la cabeza y miró hacia abajo. Ella no habló durante bastante tiempo.

Luego, se tocó el estómago y reveló una sonrisa amable.

“Él no será como su padre. Será un niño considerado y simpático.”

“Lo siento moverse suavemente todos los días, diciéndome su estado de ánimo. Incluso tararea una canción, silba y usa música para ayudarme a dormir…”

Klein, escuchando sintió que algo andaba mal.

La primera parte de lo que dijo Megose parecía normal, pero la última parte era como los delirios de una loca.

¿Desarrolló algún problema mental debido al incidente? Klein se llevó la mano derecha a la frente. Fingió masajearse para aliviar su cansancio.

En ese momento, Megose se dio la vuelta y caminó hacia la puerta, dejando solo una oración.

“Tal vez su padre regrese en secreto después de que él nazca, guardando una parte del dinero para su hijo…”

Klein nunca esperó que ella respondiera así, y se sorprendió momentáneamente de que se olvidó de activar su Visión Espiritual. Luego, vio con impotencia cómo Megose salía del club y bajaba las escaleras.

Christina dejó escapar un suspiro y dijo: “Lo siento, Sr. Moretti. Lamento molestarlo, buscaremos algún artículo personal de Lanevus”.

Klein asintió imperceptiblemente. La vio bajar las escaleras y suspiró mientras negaba con la cabeza.

…

A la mañana siguiente, Klein entró en la compañía de seguridad Blackthorn, saludó a Rozanne y preguntó: “¿Dónde está el periódico de hoy?”.

La dulce niña de cabello castaño, Rozanne, lo evaluó y dijo desconcertada: “Klein, que raro de ti”.

“¿Por qué?” Klein preguntó en respuesta, sonriendo.

Rozanne puso los ojos en blanco y dijo: “Siempre lees los periódicos durante el descanso del mediodía porque tienes lecciones de misticismo por la mañana. ¡El viejo Neil ya te está esperando en la armería!”

“Descubrí antes que habría un caso que ofrecería una recompensa, así que quiero leer el periódico para memorizar la apariencia del criminal. ¿Quizás algún día pueda encontrarme con la persona?” Klein explicó con una sonrisa.

“¿Es eso así?” Rozanne recogió los periódicos del día y empezó a hojearlos por curiosidad. “Se busca… Lanevus, ¿verdad?”

Klein respondió de inmediato: “Sí”.

“Sí.”

“… ¡Maldito estafador! ¡Se robó más de diez mil libras!” Rozanne leyó con atención durante casi veinte segundos antes de maldecir repentinamente con rabia.

Klein compartió el mismo sentimiento.

“¡Es realmente ridículo! ¡Incluso yo quiero postularme para tomar el caso!”

Rozanne siguió leyendo y sacudió la cabeza con pesar.

“El caso no parece involucrar factores sobrenaturales. Incluso si lo hiciera, pasaría a los Castigadores Imperativos bajo el Señor de las Tormentas.”

Klein no entendió muy bien a qué se refería Rozanne, pero después de tomar el periódico y leerlo, suspiró.

“Sí, mucha gente fue engañada. Debe haber creyentes de las tres iglesias principales, y se decía que la compañía siderúrgica de Lanevus estaba ubicada en el sur”.

Si un caso estuviera relacionado con factores sobrenaturales e involucrara a creyentes de un solo Dios, se pasaría al equipo correspondiente. Sin embargo, si involucrara a creyentes de la Diosa de la Noche Eterna, el Señor de las Tormentas y el Dios del Vapor y la Maquinaria, se asignaría según el área de jurisdicción. Los Halcones Nocturnos controlaban el distrito Golden Indus, el distrito del Norte y el distrito del Oeste. Los Castigadores Imperativos controlaban El distrito Este, el distrito Sur y el puerto, mientras que La Maquinaria Mente Colectiva era responsable de la universidad y las áreas suburbanas.

Mientras hojeaba los periódicos, Klein memorizó la apariencia de Lanevus.

Tenía una frente prominente, cabello negro, ojos marrones y un par de anteojos con lentes redondos. Sonreía levemente, como si se estuviera burlando de todos.

Además de ese par de anteojos, Lanevus no parecía tener ningún rasgo obvio y se veía realmente ordinario.

Charló casualmente con Rozanne y luego atravesó la partición, preparándose para pasar a la clandestinidad.

Luego, vio al pálido y frío Coleccionista de Cadáveres Frye y a la autora de cabello blanco y ojos negros Seeka Tron saliendo de la sala de entretenimiento y volviendose hacia él.

Después de un simple saludo, Klein vio a sus dos compañeros de equipo irse y vió a Dunn Smith con una cazadora negra de pie junto a la puerta que abrió.

“¿Hay un caso?” Klein preguntó con curiosidad.

A esa hora del día, no habría dos Halcones Nocturnos saliendo juntos sin motivo alguno.

Dunn lo miró con sus ojos grises. Él asintió y sonrió.

“Parece que hay un incidente paranormal en el distrito Oeste. He enviado a Seeka y Frye para que lo revisen, pero no tienes que preocuparte por eso. Hasta que domines el combate, no pretendo enviarte a ninguna misión. Tengo que asumir la responsabilidad de los miembros de mi equipo”.

Capitán, usted es una buena persona. Además de la caída del cabello y la mala memoria, es alguien impecable…  Klein lo felicitó para sus adentros. Pidió confirmación: “En otras palabras, solo necesito asistir a clases de misticismo y entrenamiento de combate. ¿No tengo que contribuir con nada y todavía puedo recibir mi paga?”

“Eso es solo temporal”, confirmó Dunn.

Solo necesito ‘asistir a clases’ y ‘hacer ejercicio’, y obtendré un amplio cheque de pago. Es genial solo pensar en eso…  pensó Klein felizmente.

¡Espero que no haya más coincidencias! Rezó en silencio.

…

Los días transcurrieron en paz hasta el viernes. Klein completó su entrenamiento de combate y tomó un carruaje de regreso a la calle Besik.

Fuera de la Compañía de Detectives Privados de Henry, miró a derecha e izquierda. Confirmado que nadie lo miraba, se puso la máscara de gasa, se levantó el cuello de la cazadora y subió rápidamente a la escalera.

Al llamar a la puerta, Klein vio de nuevo al hombre musculoso de mediana edad, el detective Henry.

“Buenas tardes señor. Uno de los casos que nos encomendó está hecho”. El detective Henry, de profundos ojos azules habló con una voz ronca por beber y fumar.

Klein bajó la voz intencionalmente y dijo: “¿Es la información del hombre que apareció en el Bar del Dragón Travieso?”

El hombre que compró los ingredientes complementarios de la poción Espectador…

“Sí.” Henry agitó su pipa de fumar.

Luego, no hizo nada más que mirar a Klein con una sonrisa.

Klein entendió a qué se refería el hombre, sacó cuatro billetes de una libra y se los entregó.

“Este es el segundo pago”.

Hizo una pausa y agregó: “Escríbame un recibo”.

Su reserva privada de dinero se había reducido a menos de una libra…

“Sin problema.” Enrique tosió. Revisó las marcas contra la falsificación en los billetes mientras le indicaba a su personal que trajera lápiz y papel.

Luego, le hizo señas a Klein para que se sentara mientras rápidamente escribía un recibo y sellaba la parte inferior.

Después de completar todo, Henry le dio una calada a su pipa y dijo: “Según su descripción, mi asistente y yo esperamos en el Dragón Travieso durante tres días antes de finalmente ver a ese hombre.

“Es un caballero bastante precavido, y es bueno para observar. Afortunadamente, tenemos experiencia… Su nombre es Daxter Guderian, un médico del asilo mental de Greenhill”.