Youjo Senki (NL)

Volumen 6

Capítulo 6: Problemas Estructurales

Parte 2

Para las distancias largas, en lugar de trasladar las cosas nosotros mismos, podríamos utilizar los trenes.

“Si no esperaban ramificarse a grandes distancias, concentrar las empresas de mantenimiento en la capital tiene sentido.”

“Así es, señora. Y como resultado, no tienen mucha experiencia en el mantenimiento de vehículos averiados, lo que ralentiza las cosas. En estos momentos, realmente no pueden manejar todo de manera oportuna…”

“Sí.” Tanya asiente de nuevo. Cualquiera que sea la razón, lo único que puede hacer es aceptarla. “Bueno, es una excusa razonable. Supongo que no tenemos más remedio que replantear la rotación de la compañía de motos.”

No sienta bien que se pongan límites al uso de un brazo que debería ser móvil. Una unidad de respuesta rápida que no puede responder rápidamente es lo más inútil que puede haber.

Aun así, como no es un problema de los soldados sino del equipo, el culpable es el comandante.

En otras palabras, si alguien busca al tonto que no pudo conseguir el apoyo adecuado para sus tropas, tendrá que patear el culo de la Teniente Coronel Tanya von Degurechaff.

“Supongo que lo único que puedo hacer es reconocer vergonzosamente que fue un error mío y mejorar, pero… bueno, decir que fue inesperado es una excusa, ¿eh?”

Tanya acepta tranquilamente que ha interpretado mal la situación.

Convertirse en el tipo de idiota que no puede aceptar sus errores es intolerable para el sentido común de un ser humano. El mundo ya tiene al Ser X: no necesita más de esa clase de idiotas. En última instancia, si eres una forma de vida racional e inteligente, estás familiarizado con el concepto de vergüenza insoportable.

“¡Alerta del distrito militar de Norden! ¡Detectando lo que parecen ser magos enemigos! Sector B-39, posición indefinida. La compañía de guardia necesita reunirse, ¡ahora!”

Al oír la voz de la persona aparentemente de guardia que entró volando en la habitación, Tanya vuelve en sí. ¿Otra vez? Chasquea la lengua y se levanta con Serebryakov para ir corriendo al cuartel general.

Cuando entran corriendo en la habitación, Tanya observa el enorme mapa de la pared y se queda pensando un poco. B-39 está bastante lejos.

“¿Grantz es el comandante de turno para responder?”

“Sí, la unidad del Teniente Grantz está en espera.”

De pie ante el mapa a punto de dar la orden de que se pongan en marcha, Tanya, con cierto retraso en su cansado cerebro, siente que está pasando algo por alto. Cuando lo considera, de repente se da cuenta.

Precaución: hay que evitar los accidentes evitables. Cometer un error por negligencia para ahorrarse un poco de trabajo es una prueba de incompetencia. Mientras haya una línea de insensatez que no debe cruzarse, es natural tomar precauciones.

Parece que se esconden en la zona al límite de nuestro avance.

“… Seguro que eligieron un lugar molesto. ¿Qué tan lejos puedes estar?”

También debe haber magos escondidos por ahí. La unidad combinada de la Federación y la Mancomunidad es molesta y astuta. En un principio, pensamos que podríamos aniquilar a las unidades de magos enemigas principalmente con el puño de hierro del Salamander Kampfgruppe, pero siguen eludiéndonos.

Me estoy hartando de perseguir a estos tipos que aparecen para afirmar su existencia de vez en cuando alborotando en una zona remota.

“No tenemos suficientes cartas en la mano, y además, ¿no es esto un esfuerzo más desperdiciado?”

Si envía a la unidad del Teniente Primero Grantz, no volverán por un tiempo. Nos quedaremos sin nuestra reserva de lucha.

“Teniente… después de que se vaya el grupo de la revuelta, ¿hay personal en cubierta para ocupar su lugar?”

“No, no ha habido ninguna orden de Control. Imagino que eso significa que debemos manejarlo nosotros mismos, pero…”

“Nrrrgh.” Tanya gruñe a su pesar. “¿Qué demonios?”

“¿Eh?”

“… Sólo nos dejan descansar unas horas.”

Le cuesta mucho no chasquear la lengua en señal de frustración. Supongo que tengo que admitirlo, piensa, muy consciente de su descuido.

La falta de sueño está empezando a afectar, en un grado sorprendente, a su capacidad de pensar racionalmente.

Disminución de la capacidad de concentración, pensamientos cada vez más dispersos y aumento de los errores menores, cuyo resultado es un gran accidente que debería haber sido posible evitar.

No hay una cura mágica para el agotamiento. O tal vez haya algo, pero sólo si puede soportar efectos secundarios graves, como con el Elinium Tipo 95.

¿El Tipo 95…? Tanya se vuelve hacia su orbe y suspira. Los orbes de doble núcleo, como el Tipo 97 que utiliza el 203º Batallón de Magos Aéreos, funcionan bien, pero te cansan mucho más. El Tipo 95 es mucho peor, pero sigue siendo una cuestión de grado.

“El tiempo de descanso reglamentario es el mínimo. ¿Dices que hay que poner a los magos privados de sueño a la espera de las órdenes de revuelta?” Se queja y empieza a tocar su gorra en silencio.

El impulso: Quiero lanzarlo. 

La lucha: Tengo que controlarme. 

En última instancia, la conclusión es obvia. Ni que decir tiene que hay que defender la razón. Pero aunque la lógica venza a las emociones, es natural que surjan sentimientos odiosos.

“¿Qué debo hacer que hagan?” La actitud de su ayudante refleja que conoce bien las intenciones de Tanya.

“Dígale al Teniente Grantz que espere.”

“¿Señora?”

“Que prepare un pelotón para salir a explorar.” Al dar ese mensaje, habla por el receptor rápida pero tranquilamente. “Control de Norden, aquí Salamander 01. Me opongo a que se reúna una compañía entera. Me gustaría que se limitara a un pelotón de exploración.”

“Salamander 01, explica tu razonamiento.” Se contiene para no escupir, es simple.

Si el controlador con el que está hablando sólo se atiene al manual, sería increíblemente grosero descargar su mal humor sobre él.

“Si enviamos a toda una compañía de magos por unos cuantos partisanos y magos, seremos los primeros en rendirnos.” ¿Suena su voz controlada como si un profesional no tuviera que avergonzarse? “Comprendo que el compromiso fragmentario es una tontería, pero mis tropas de élite pueden hacer un golpe y una huida. Confío en ello como su comandante.”

Teniendo en cuenta el principio de selección y concentración, preservar nuestra energía sobrante parece lo más sensato.

La mentalidad de combate audaz y agresiva es para el campo de batalla. Si esquivamos tontamente como un toro enfurecido, nos arriesgamos a recibir un golpe seco.

“Me parece indeseable la situación actual de acumulación de cansancio, ¿qué te parece?”

“Control de Norden, entendido. Envíe un pelotón.”

“Gracias, Control Norden.”

Tal vez sea apropiado celebrar ese logro con un suspiro. Dadas las circunstancias, es un paso en la dirección correcta. Identificar el problema y mejorar las cosas: esa es siempre la tarea del ser humano.

“Muy bien.” Dice Tanya. “Dile al Teniente Grantz que envíe a ese pelotón. Él mismo debe permanecer en espera.”

Es estupendo que Serebryakov lo reconozca inmediatamente. Tanya está a punto de pensar que todo se debe a la buena disciplina cuando su alegre estado de ánimo se ve bruscamente empañado.

“Tiene una sugerencia.”

Tanya mira a su ayudante, que parece estar en un lugar incómodo.

Ni siquiera envía la mirada de ¿Qué pasa? Serebryakov es un mensajero mucho mejor que la mayoría. Si ella no fue capaz de reprenderlo, entonces debe significar que está al teléfono lista para decirme que no puede aceptar esto.

Debo tener una maldición encima. ¿Ser X y los de su calaña han vuelto a hacer de las suyas? ¿Cuándo aprenderán? Tanya pide el teléfono y se adelanta a lo que Grantz va a decir. “Teniente, no hay necesidad de esa mentalidad de comandante al mando. ¿Hay algo más?”

“No, señora.”

“Entonces no tienes nada que decirme.”

“¡Coronel, lo siento, pero no tengo intención de convertirme en un comandante de sillón! ¡Por favor, déjeme ir!”

Está bien y es bueno que no se achique ante el enemigo.

Pero la diversidad de enemigos a los que nos enfrentamos requiere diferentes estilos de lucha. El valor y la audacia son estupendos, pero la calma y la serenidad son también cualidades esenciales para un oficial. Cuando se combate a un enemigo inteligente, la reflexión es primordial.

Ni siquiera un comandante en la retaguardia se lo toma con calma. “Haaah.” Tanya suspira y continúa. “¿Estás diciendo que el comandante de la compañía debe dejar atrás a las fuerzas principales? En el ejército, llamamos a eso valentía temeraria. Aunque la espera sea dura, no se tolerará que se adelante para facilitar las cosas.”

“¡Enviar un pelotón no es diferente a un oficial de reconocimiento!¡Por favor!”

Debe estar hablando en serio.

Y Tanya no quiere sofocar la motivación de su subordinado. Aunque no pueda quitarse de encima la preocupación por su impaciencia, él ha acumulado experiencia.

No es que no pueda hacerlo, piensa Tanya, sopesando sus opciones. Si le hace salir, le queda un comandante de compañía y él se cansará más. Honestamente, ella preferiría salvarlo.

Pero también tiene que pensárselo dos veces antes de sofocar su espíritu voluntario.

“Es una misión de búsqueda y destrucción, pero no hay necesidad de ir a perseguirlos demasiado lejos. ¿Puedes priorizar la obtención de una comprensión de la situación?”

“¡Por supuesto! Entonces, ¿está bien?”

“A no ser que esos partisanos sean unos completos imbéciles, no se quedarán por aquí. Si lo hacen, puedes hacer que el resto de la compañía salga.”

“¡Entendido!”

Probablemente sería una falta de tacto preguntar si realmente lo entendió.

“Sería estupendo si realmente surgiera una oportunidad así.”

Grantz probablemente entiende lo que está tratando de decir. Jugar con los partisanos es difícil, incluso con el Salamander Kampfgruppe.

Si podemos luchar, podemos ganar.

Eso si tenemos la oportunidad de luchar.

“… No debe ir a perseguirlos, teniente.”

“Por supuesto que no. Puede contar conmigo.”

“Bien. No espero que se precipiten.”

“¡Sí, señora! Me dirijo a responder ahora, ¡así que por favor discúlpeme!”

“Buena suerte.” Tanya cuelga y se dirige a su ayudante. “Teniente Serebryakov, café. Fuerte, por favor.”

Para cambiar de marcha, tratará el síntoma. Si ingieres demasiada cafeína, te afecta menos. Entonces, como es menos efectiva, ingieres una tonelada más y quedas atrapado en un círculo vicioso.

Aunque no tenga la seguridad de cuántos litros de café he inundado en mi estómago, puedo percibir el hecho innegable de que mis pensamientos están limitados por la falta crónica de sueño.

Ya sé todo eso. En el momento en que Tanya está a punto de pensar,

Bueno, es mejor que demasiado alcohol…, se confunde.

No es agradable sorprenderse acumulando excusas. En resumen… es una mala señal.

“Esto es un semillero de errores humanos.”

Saberlo y lamentarse de que no se puede hacer nada es simplemente más lloriqueo. Es una excusa que me pongo a mí persona. Las justificaciones deben ser para otras personas. En ningún caso debes usarlas contigo mismo. Si empiezas a mentirte a ti mismo, entonces eres igual que un tonto que no tiene más remedio que fingir.

Si voy a ser tan débil de mente, prefiero volarme los sesos y acabar de una vez. Sería un acto necesario de acuerdo con la inteligencia y la razón, y mucho más agradable que seguir deshaciéndome.

Así, la Teniente Coronel Tanya von Degurechaff pone en marcha su cansado cerebro para demostrar que, aunque sea una humana blanda, es sensible.

“… Estoy demasiado ocupada.”

Un resumen de la situación revela el problema.

“La raíz de todos nuestros problemas es que no tenemos suficiente gente.”

En otras palabras, la carga del personal es demasiado pesada, y cada vez que alguien abandona, el peso que recae sobre cada persona que permanece aumenta proporcionalmente en un círculo vicioso.

La solución es increíblemente sencilla.

“Es inevitable una reducción de la mano de obra o un aumento de las manos…”

No tiene que ser nada del otro mundo.

Si no hay suficientes personas, hay que añadir algunas o hacer que el trabajo sea más eficiente.

Dicho esto, Tanya es muy consciente de que tomar por descuido el camino de la maximización de la productividad individual en forma de asuntos de personal es peligroso en un entorno militar.

“Sí, los ejércitos, en última instancia, tienen que formarse teniendo en cuenta la hipótesis del desgaste… Es un reto adaptarlos a su entorno, además…”

El capital humano se perderá tarde o temprano. Eso es un hecho, ya que los humanos son criaturas destinadas a morir, ya sea en tiempos de guerra o de paz. A diferencia de los agentes económicos, que tienen garantizada la vida eterna de la persona jurídica, los organismos orgánicos deben dejar de funcionar en algún momento.

Si los dioses existen, deberían reciclar un poco más las inversiones realizadas en capital humano para mejorar la productividad.

Por desgracia, es evidente que los dioses no existen.

Ahhh, ahí Tanya refrena sus pensamientos dispersos.

“Supongo que asignar turnos en solitario está descartado. El problema aquí ni siquiera serían los ladrones que vienen a por la caja, sino los partisanos. Que te irrumpan esos tipos totalmente armados y sin sentido del humor sería terrible.”

La gente muere incluso durante la paz, pero empieza a hacerlo a un ritmo espantoso durante una guerra. Incluso los obreros que tienen una posibilidad relativamente buena de trabajar hasta la jubilación acaban cayendo cuando todavía forman parte de la reserva de mano de obra en sus veinte y treinta años durante la guerra. No hay ni una pizca de respeto por el capital social en ninguna parte.

“Entonces tenemos que aumentar el número de manos por cualquier medio posible.”

El Ejército Imperial ya ha agotado todas las reservas de población que puede movilizar, pero aún tiene dos opciones.

Una de ellas es iniciar el reclutamiento general de mujeres. Dicho esto, ya han sido movilizadas en el sector industrial. Teniendo en cuenta las circunstancias actuales, no estamos en el punto de necesitar personal de combate a expensas de la capacidad de fabricación.

Afortunadamente, la situación del Imperio no es tan catastrófica. Aunque llegar allí sea una batalla contra el tiempo, por ahora aguantamos.

La opción más esperanzadora es emplear las reservas de recursos humanos aún sin explotar de los extranjeros. Cosas como poner a trabajar a los prisioneros o reclutar tropas voluntarias están permitidas por la ley de la guerra. Hay muchas cosas que podríamos hacer en el ámbito de lo legal.

“Así que enfrascarse en batallas de contrainsurgencia con mucho personal es poner el carro delante del caballo. En lugar de cargar aquí para limpiar a los enemigos que quedan, sería mejor hacer una operación de persuasión suave en el este… Bueno, es demasiado tarde para decirlo ahora, pero…”

Ir sin un plan invita al desastre total. La pérdida de tiempo y los costes de oportunidad del Imperio son tremendos. Ni siquiera está claro si seremos capaces de recuperarnos de esto.

La forma en que manejó el antiguo territorio de la Alianza Entente y el Principado de Dacia son fracasos modélicos. El Ejército Imperial adoptó un enfoque de libro de texto consistente en hacer uso de las organizaciones gubernamentales locales como norma mientras intentaba mantener la paz y el orden.