Youjo Senki (NL)

Volumen 6

Capítulo 5: Portento

Parte 2

Después de todo, las cosas siempre fueron una mierda en el campo.

Y eso también fue para Drake y sus tropas en un submarino de la Federación.

Su paso había sido notablemente tranquilo, pero la preparación había sido increíblemente apresurada.

Lo único que significaba era que en medio de los problemas mecánicos, el sonido de una hélice de tornillo de lo que debía ser una lancha patrullera que encontraron en el camino y el desorden general causado por el espacio reducido, escribiría, Sin problemas dignos de mención, en el informe oficial.

Teniendo en cuenta todos esos factores, a medida que se acercaban a su destino en aguas de la antigua Alianza Entente… el respeto por sus transportadores comenzó a brotar en el interior de Drake.

“Es muy útil tener submarinos que faciliten esto. ¿Nadie pensó en utilizarlos así antes de que empezara la guerra?” Como no tenía nada que hacer, Drake entabló una conversación con el oficial de guardia que estaba a su lado para expresarle su respeto.

El marino no sólo entendió el dialecto de la reina de Drake, sino que también respondió. No es que debiera parecerle terriblemente sorprendente.

Era la norma en los mares.

“A ver, ‘práctico’ suena bien, pero también se podría decir que nos está poniendo las cosas más difíciles… Una vez que vas más allá, lo que antes estaba por encima se convierte en lo que viene por defecto.”

La forma en que podía decir algo tan peligroso en la estación de mando, donde otras personas podían oír, demostraba que los submarinistas eran similares en todo el mundo. Marineros de corazón.

Estar juntos en un submarino significaba compartir destinos; la tripulación era básicamente una familia que vivía y moría junta. Al parecer, eso significaba que podían cotillear sin reparos.

“Lo entiendo. Es duro. Como disculpa, te ofrezco esto. Es una botella de ginebra que he traído, probablemente no está mal.”

“¿Nos están pagando? Puede que incluso empiece a creer la propaganda del partido sobre lo horribles que son los capitalistas.” Aunque su expresión decía que estaba bromeando, su actitud al no intentar negarse era rara para un oficial de la Federación.

“Ja-ja-ja. Sí, es una malvada conspiración capitalista. Queremos conquistarte calentándote con alcohol tostado en este frío barco.”

Mientras Drake reía como respuesta, volvió a comprender que los submarinos tenían su propia cultura. Si tuviera que encontrar algún fallo, se quejaría como un dandi de que había un límite a los aires que podía darse. Era demasiado estrecho para reírse de forma nihilista con los soldados de la Federación. Pero la libertad para respirar le parecía un intercambio justo.

En lugar de minas navales, se habían cargado de gente… pero sinceramente, seguía siendo demasiado estrecho. Si forzaban la situación, sin duda era posible meter a todo el mundo, pero no era algo que quisiera hacer una y otra vez.

Tres naves, tres batallones de magos.

Los magos marinos, incluido Drake, solían embarcarse en pequeñas naves militares una vez formados. Eso significaba que estaba relativamente acostumbrado. Los magos con muchas misiones en tierra probablemente tengan que preocuparse más que nosotros. Pobrecillos.

Ahhh. Drake sonrió irónicamente en ese momento. No era propio de él pensar tanto. Habían llegado a su punto de partida sanos y salvos, y por lo visto, el largo tiempo de espera después de un modesto brindis de té le hacía a uno reflexionar.

Si no hubiera habido nadie que los supervisara, podría haber sacado el ron y haberse puesto un poco más ruidoso con la simpática tripulación… pero estaba más lleno que el metro de Londinium.

“Uf.” Suspiró y miraba en silencio el reloj para no molestar a la tripulación cuando notó algo extraño. ¿Qué…? ¡Esto se hizo en el Imperio!

Pensar que llegaría el día en que estaría dentro de un submarino de la Federación mirando un reloj de fabricación imperial y esperando para iniciar una operación de desembarco. Los chicos del Ejército Imperial debían estar mirando este mismo tipo de reloj justo antes de desembarcar en el Fiordo de Os. ¿A esto se refiere la gente cuando dice “destino curioso”?

Después de pensar tanto, se dio cuenta de la extraña combinación que era.

¡Estoy en un submarino con un ambiente liberal viendo un reloj imperial y hablando libremente con soldados de la Federación!

¿Eran los tres pasos de observación, descubrimiento e interpretación? El mundo era un lugar muy extraño.

Pero después de un rato, el momento de procesar esa información de Drake llegó a su fin.

“Operación Romeo—es la hora del despliegue.” La llamada resonó en la lengua de la Federación.

No esperó a que se tradujera. Todos se animaron, comprendiendo que era la hora; por supuesto, se volvieron hacia el capitán.

“¡Mantengan la profundidad del periscopio! Comprobando la zona… ¡Muy bien!”

“¡Continúen con el crucero submarino! ¡Superficie!”

“¡Vuelen el tanque principal!”

El intercambio entre los miembros de la tripulación resonó en el ataúd de hierro.

Incluso en un idioma que no entendían, cualquier personal de la marina podía entender lo que estaba pasando. Las palabras podían ser diferentes, pero el manejo de un submarino era el mismo.

El aire presurizado se introdujo en el agua, y la fuerza de flotación hizo que el submarino se levantara en el océano abierto en poco tiempo.

“¡Equipo, comprobado!”

“¡Abran la escotilla!”

“¡Guardias, a sus puestos!”

Los marineros saltaron enérgicamente fuera de la escotilla. Con un submarino vulnerable en la superficie, no podían permitirse bajar la guardia ni un segundo.

Pero ese era el trabajo de la tripulación.

Como alguien que acaba de hacer autostop, a Drake le robó el corazón la afluencia de aire fresco. Era rico en oxígeno y podía respirar sin preocuparse por la concentración de dióxido de carbono.

“… Caramba, no me había dado cuenta de lo delicioso que es el aire del mar.”

“Ja-ja-ja. Apuesto a que no. No entiendes lo dulce que es el olor a menos que te conviertas en submarinista.” El oficial naval de la Federación que apareció a su lado dijo la verdad.

Su tono estaba cargado de camaradería debido al respeto entre los compañeros de la marina por la marinería de cada uno. Drake agachó ligeramente la cabeza y dijo: “En eso tienes razón.”

Los magos marinos, al igual que las unidades marinas más antiguas, solían servir en las naves capitales. La carrera militar de Drake no era en absoluto corta, pero era la primera vez que servía en un submarino.

Sí. En ese momento recordó que había cosas buenas y malas en las nuevas experiencias, como todo.

Cuando se dio cuenta de a qué se debían las miradas que recibía del personal de la Federación en la zona, no pudo decir que se sintiera bien.

Sólo podía haber una razón para que tuviera que recomponerse y poner una expresión hueca como si no conociera a esos tipos y disimular el ambiente relajado.

Era la aproximación por el estrecho pasillo de una mujer oficial. No le pareció de mucho tacto maldecir en este aire dulce y puro del mar, pero tampoco disfrutó conteniendo su frustración.

Era difícil vivir auténticamente en el mundo.

“Coronel Drake, en nombre del pueblo, le deseo suerte.” La funcionaria política asintió cortésmente con la cabeza.

Era triste que estuviera acostumbrado a ver la cara de agotamiento del oficial al que se le ordenaba interpretar, pero… Drake tenía mucha experiencia en reprimir su antipatía por los oficiales políticos.

Por otra parte, el hecho de estar acostumbrado a tratar con ellos no lo hacía menos molesto.

“Gracias, Teniente Tanechka. Realmente nos ayudaste de muchas maneras.”

“No, me alegro de haber podido acompañarlos a todos, ya que compartimos el mismo objetivo.”

“Es un honor oírte decir eso… Puede que seamos aliados, pero estoy seguro de que te hemos hecho pasar por algún estrés.”

¿El hecho de que pudiera sonreír y mantener una conversación vacía con ella indicaba un crecimiento? ¿O una caída en desgracia? Teniendo en cuenta que los altos cargos describieron esta relación como un apretón de manos con el diablo, probablemente lo segundo.

Sinceramente, dijo bajo su sonrisa, cómo los soldados de la Federación soportan un sistema tan incomprensible es el mayor misterio de la historia de la humanidad.

“Bueno, siento que hayas tenido que venir aunque no estés con la marina.”

“Oh, me alegro si puedo ser de alguna utilidad.”

No era personal de la marina y no participaba en la operación.

Sólo estaba ocupando espacio y oxígeno limitados. Pero quizás era parcial.

No había garantía de que no estuviera reaccionando de forma excesivamente negativa a la aparición del elemento extranjero —está oficial política— porque estaba familiarizado con la coordinación y los vínculos familiares en la marina. No lo sentía en la misma medida que Mikel, pero aun así, aunque ella era un dolor de cabeza como oficial político, no era como si fuera irracional como individuo.

Pero, no obstante, tuvo que simpatizar con la Armada de la Federación por sus problemas.

Incluso un submarino tenía su propio oficial político. Entonces éste tuvo que apiñarse a bordo con ellos, probablemente no podía estar más lleno que esto.

“Siempre estamos causando problemas a todos en la Federación. Sólo espero que conseguir un paseo como este no sea demasiado. Mis disculpas.” Drake inclinó la cabeza ante el oficial naval de la Federación.

Eran dos hombres de mar. No necesitaban un exceso de palabras. Simplemente quería presentar una disculpa de buenas maneras. Por lo que, tal vez haya que decirlo, acabó aturdido en el momento siguiente.

“Las diferencias culturales se dan entre cualquier país. Mientras luchemos por la misma causa, no son más que obstáculos que hay que superar.”

Esta oficial política, Liliya Ivanova Tanechka, es un terror. Acaba de irrumpir descaradamente en una conversación entre dos oficiales como si fuera suya.

Para ser honesto, Drake no previó esto en absoluto. Estaba implícito que sus comentarios eran para el oficial naval, no para el político. Y sin embargo, ¡se tomó tan amablemente la libertad de responder!

“Es como dice la Camarada Tanechka. No se preocupe, Coronel Drake.”

“… Lo siento… er, supongo que debería dar las gracias.”

“Cualquiera de los dos o ninguno.” El oficial de la marina se encogió de hombros. Debía estar acostumbrado a esto. Para Drake, era impactante y surrealista.

Dicen que demasiados capitanes mandan un barco a la montaña, pero aquí tenemos a alguien que ni siquiera está en la cadena de mando de la marina actuando como si estuviera al mando cuando el requisito mínimo para el éxito en un submarino es la unidad de la tripulación.

“Caramba, no soy rival para ti. Vamos a competir en logros militares. Dicho esto, si me das una cuota enorme, no podré hacerlo de todos modos, así que no esperes demasiado.”

Debía de quedarle un poco de autocontrol si pudo contener su chasqueo de lengua, no puedo soportar esto.

Lo siento, se disculpó internamente, y cuando saltó por la escotilla abierta, se encontró con el dulce y rico aire del mar.

Sííííí, el mar.

 El hecho de que su estado interno, inusualmente irritado, se calmara en la cubierta mientras se dirigía al campo de batalla le hizo sentir que ya había pasado la salvación, y sonrió con ironía.

Había echado mucho de menos el aire salado del mar. Aunque se había acostumbrado a que le llevaran de un lado a otro en los lúgubres recados de Inteligencia, en el fondo era un soldado que valoraba el honor.

Su conciencia se quejaba de que el deber le llamaba.

En ese caso. Drake se situó en la estrecha cubierta del submarino y miró al cielo con un gesto de confianza.

Hora de trabajar. 

En lugar de vacilar, en lugar de molestarse, era mejor hacer su trabajo paso a paso.

“¡Magos marinos, los necesito en cubierta!”

El momento de gritar “¡Muévanse!” llegó con una sensación de valentía que no cambiaría por nada. Con su orbe de cómputo y su rifle en la mano, se enfrentó al agua con la esperanza de que él también pudiera ser valiente.

¿De qué tenía que preocuparse respecto a sus deberes como soldado, guerrero e individuo?

“El Comandante Mikel dio la señal para que todas las unidades salgan.”

La clara voz de su subordinado para informar sonaba llena de energía.

“Muy bien.” Respondió a la fiereza del mago de la misma manera.

“¡Una vez que lleguemos arriba, pónganse en formación de asalto! ¡Nuestro destino es el Fiordo de Os! ¡Teniente Sue, tome la punta! ¡Guíenos a su patria!”

“¡Sí, señor! ¡Déjeme la vanguardia a mí!” Su respuesta fue decisiva.

Cuando miró a la teniente, su rostro estaba iluminado por la alegría. Estaba de camino a casa. No era malo que estuviera emocionada, y no era sorprendente.

Pero no pudo evitar estar ligeramente preocupado.

“No se ponga arrogante, teniente.”

“¡Entendido! ¡Puede dejarme a mí la guardia de proa!”

“Muy bien.”

Aunque asintió, ella parecía lo suficientemente impaciente como para que él no estuviera seguro de que realmente lo entendiera. No pudo evitar pensar que esto era arriesgado.

El lugar que habían elegido para cargar como su entrada en la antigua Alianza Entente era el Fiordo de Os. Había oído que el padre de Sue había luchado allí. Y era el campo de batalla donde la flota imperial había desembarcado y hecho escombros de las líneas de la Alianza Entente.

¿Puede mantener la compostura? No podía salir de su duda.

Pero, lamentablemente, por muy preocupado que estuviera, no podía quitarle el punto.

Las peticiones del continente siempre priorizaban la política. Los nobles de Whitehall querían ver a alguien de uno de los países ocupados enfrentado en una llamativa lucha contra el Imperio.

Ella y su unidad de los Estados Unidos conformada por voluntarios de la antigua Alianza Entente serían un gran material propagandístico.

Drake tenía órdenes estrictas de llevarlos al centro de la lucha. Fue una operación con fines políticos dirigida por políticos.

La guerra puede ser una continuación de la política, pero como comandante sobre el terreno, le parecía que esta relación era demasiado estrecha. Dado que se trataba de una operación conjunta entre la Federación y la Mancomunidad con fines propagandísticos, era una petición natural, pero Drake no podía evitar encontrarla molesta.

“Me encanta el mar… Ah, pero no puedo andar con rodeos.”

Estaban en marcha y se dirigían al Fiordo de Os. Aunque había hecho ejercicios sobre el papel varias veces y había aprendido la geografía militar, era la primera vez que realizaba un ataque furtivo desde un submarino.

Acababa de pensar, Así que esta es otra primera vez, cuando se dio cuenta de algo.

“… Una invasión vía submarina, un ataque furtivo después de enviar un batallón de magos aéreos. Pensar que llegaría el día en que nosotros, los profesionales, imitaríamos todo lo que empezaron esos aficionados.”

La armada de un estado marítimo estaba jugando a ponerse al día con un estado continental. Así se sentía su preciosa Diosa del Mar al acostarse con otra persona.

“Es algo muy triste para nosotros, los campeones del mar.”

Se creían pioneros, pero les habían dado una paliza. Para un país que había presumido de ser el número uno en el campo, era una vergüenza. Sinceramente, no se sentía muy bien.

Los marineros consideraban que tanto los barcos como el mar eran bastante celosos. Pero esto iba en ambos sentidos. Tanto los hombres del mar como los del barco estaban llenos de emociones apasionadas.

¿Este recién llegado el Imperio viene a nuestro ancho océano y se hace el duro? No había ninguna razón para que ocurriera algo tan ridículo.

Drake apretó los puños, aspiró la brisa marina y rugió de risa.

“¿Llegamos tarde a la moda? No importa. Lo clavaremos.”

Como alguien de su país con reputación de tomarse en serio sólo el amor y la guerra, tendría que representar. Y, en primer lugar, era el comandante de una unidad de magos marinos. No era como si fuera un novato en su primera operación anfibia.

Sólo que no había tenido en cuenta el submarino antes.

Si se tiene lo básico, la aplicación no era difícil. Si había algún problema, era que se trataba de una misión conjunta.

“Jefe, el Coronel Mikel…”

“En camino.”

Drake respondió a la voz de su subordinado de forma concisa.

“Supongo que las cosas no pueden salir bien cuando es tu primera vez. En serio, la Diosa del Destino sí que es una perra. Parece que todo depende de su estado de ánimo.”

La coordinación perfecta casi nunca ocurre fuera de las fantasías de los sillones.

Ya era bastante difícil coordinar entre tus propias unidades, y mucho más las tropas de un ejército aliado. Hacía falta mucho tiempo, vómitos sangrientos y sudor para convertir a completos desconocidos en esos seres orgánicos que comparten tu destino en el campo de batalla conocidos como hermanos de armas.

“… Bueno, a menudo la primera vez es una que prefieres olvidar.” Estar sincronizado no tiene nada que ver con la lógica.

El Coronel Mikel del Ejército de la Federación era un soldado digno de confianza y respeto.

Personalmente, Drake no tendría inconveniente en que le cubriera las espaldas. Pero incluso con alguien en quien pudiera confiar hasta cierto punto, ser capaz de coordinarse era una cuestión totalmente diferente.

Habían participado en dos o tres misiones conjuntas, pero… resulta que en esos casos luchaban juntos en el mismo campo de batalla.

Y no tenía ni idea de lo que podía esperar de las unidades partisanas.

En su primera operación conjunta, incluso el mejor de los compañeros tiene que estar preparado para fallar. Y cuando se trataba de la cooperación no sólo entre las unidades de magos, sino también entre las tropas terrestres partidarias locales, las variables de riesgo empezaban a acumularse rápidamente.

“Quien dijo que hay que hacer lo que se puede y dejar que Dios haga el resto sabia cosas. Si esto fuera póker, ¡ya estaría doblando!”

No quería caer a la tierra habiendo confundido la sonrisa de la Diosa de la Suerte con ser adorado por el Destino. Volar hacia el sol con alas de cera sería un plan ridículo, ¿no?

Mikel miró al cielo y frunció el ceño. Quien dijo que los ojos podían ser tan elocuentes como la boca tenía razón.

“Tengo malas noticias.”

“¿Qué es?”

“El submarino que debía estar en el punto de salida tres fue detectado por la línea de alerta enemiga y no llegó. Están reportando su ubicación, pero… está muy lejos.”

Drake bajó la mirada y chasqueó la lengua a su pesar.

Este era el tipo de problemas que se podían esperar en el campo, pero… pensar que se tropezarían en su primer paso.

“… ¿Así que un batallón ha caído en desgracia? No tendremos suficiente gente.”

“Un tercio de nuestras tropas están fuera antes de empezar la lucha.

Si vamos a declarar que hemos sido aniquilados, es ahora o nunca.” Su situación era extremadamente grave.

“¿Así que tú y yo somos unos tontos que dejamos que un tercio de nuestras tropas abandonen antes de que la batalla comience?” La voz de Mikel sonaba seca, y la de Drake debía parecer igual de derrotada. No tenía fuerzas para hacer un frente fuerte. “¿Lo llamamos simplemente uno de los retos de las operaciones submarinas? Me había resignado al hecho de que no podíamos esperar comunicaciones cercanas en la flota… Bueno, creí entender lo difícil que era…”

Ahora cualquier entendimiento tenía que ser en tiempo pasado.