Otonari No Tenshi (NL)

Volumen 5.5

Capitulo 8: Es Malo Quedarse Despierto Tan Tarde

— La lluvia de estrellas podrá ser visible desde entrada la noche hasta el amanecer…

Al encender la televisión a la hora de la cena en el canal de las noticias, Amane terminó de comer lo que tenía en la boca y dejó salir un “hee…”

Para empezar Amane no era de las personas que suelen ver mucho la televisión, si acaso encendía la televisión para poner algún videojuego, y cuando la veía, lo que ponía eran programas de variedades, además para ver las noticias para ver lo ocurrido en el día a día, lo que más hacia era ver las noticias para ver directamente lo que había leído en las redes sociales, por lo que no se había percatado de ello hasta ahora.

— ¿Lluvia de estrellas?

— Parece que ha sido el tema de conversación desde hace rato.

Se le quedaba viendo de manera atónita, así que Amane sin saber de ello, bebió un poco de su sopa de miso. El día ge doy también era delicioso, volteó a ver a Mahiru, y después de todo se le quedaba viendo atónita, pero no tenía la intención de decirle nada, así que solo dejó salir un pequeño suspiro.

— Desde ahora te lo digo, pero en esta ocasión será poco comparado con las ocasiones anteriores, incluso para verlo sería mejor en las zonas abiertas, verías mejor las estrellas desde el club de astronomía.

— Ahora que lo dices me da la sensación de que escuché algo de unos chicos de nuestra clase que están en el club de astronomía.

Amane no era mucho de estar escuchando las conversaciones ajenas, además de que casi no habían compañeros de clases con los que se llevara tan bien, no tenía interés, por lo que solo fue como un sonido más que había escuchado. Como resultado se dio cuenta de que su parte que no se relacionaba con los demás no era algo bueno.

— Amane-kun, ¿Eres de las personas que dejan pasar de largo las cosas en las personas que no tienes interés verdad? pero teniendo interés en lo que dicen las otras personas te ayuda a tener una mejor comunicación, así que ten un poco de cuidado.

— No tengo interés en personas que no conozco, estoy más que satisfecho contigo, Itsuki, Chitose y Kadowaki.

Si Amane, Itsuki o Chitose se lo hubieran dicho, de seguro lo recordaría con facilidad, pero si eran cosas de alguien con quien no era muy cercano posiblemente lo olvidaría.

— Bueno, no es como si no entendiera que es típico de ti.

— No pienso tanto en no relacionarme con los demás, pero no soy del tipo de personas que le gustan tener muchos amigos, soy del tipo que prefiere tener unos pocos pero con una mejor relación.

— Tu círculo de amigos es pequeño después de todo, en mi caso es amplio y superficial mientras me encuentro justo en el centro.

— Un lago.

— Tener una relación cercana y profunda es especial.

Mahiru sonrió ligeramente, era como si le dijera que es especial y así era, pero de seguro no se refería solo a él. De no ser porque estaba enamorado, se daría cuenta que se encontraba en el lugar más alto dentro del círculo de amigos de Mahiru, pero ella de vez en cuando se mostraba indefensa dejando que la consintiera, por lo que de seguro estaría bien si se dijera que tiene una relación especial con ella.

Ahora que pensaba en ello un poco más terminó avergonzándose, y como si intentara distraerse, volvió a llevarse la sopa de miso a la boca.

En la televisión mostraron desde que a qué horas pasaría, además de que regiones poder velo. Justo estaban diciendo que en donde se encontraban ahora Amane y Mahiru estaban dentro del rango, además de que se tenía pronosticado que no habría ninguna nube, así que debería de poder verse bien. Era como si las circunstancias fueran convenientes por lo que Amane comenzó a pensar que no estaría mal verlo.

— Puede que no esté mal ver la lluvia de estrellas.

— Fu, fu, es una oportunidad inusual después de todo, casi no hay lluvia de estrellas y cuando las hay puede que el clima no sea favorable.

— No es un hecho que vaya a estar despejado después de todo.

— Si, si, así que puede que lo vea el día de hoy.

—… Pero entrada la noche. Estaré medio dormido, me da miedo que tenga repercusiones en la mañana siguiente, bueno, mañana no tenemos gimnasia, por lo que podría verlo cuando menos desde la ventana.

Si al día siguiente hubiera gimnasia, pensaba que sería un suicidio desvelarse la noche anterior si de pronto le dijeran que tenía que correr un maratón, pero si es un día normal de escuela, dormir a las dos o tres de la mañana no debería de tener demasiada repercusión, Amane desde antes ya era de la clase de persona que estaba bien durmiendo poco. No era como si se durmiera tarde con normalidad, pero al tener esta oportunidad debería aprovecharla además de que no debería de tener problemas para despertarse.

Si fuera a hacerlo de seguro lo mejor sería desde algún parque más abierto, pero era peligroso caminar por la calle tan tarde, así que de momento podría verlo desde el balcón del departamento. Por ahora tenía que tenía que terminar con la tarea, para programar sus cosas, y al hacerlo, Mahiru parecía tener una expresión como si tuviera un problema.

—… ¿Qué pasa?

— También quiero verlo pero… me preguntaba como podría hacerle.

— ¿Porque desvelase es el gran enemigo de la piel?

El ritmo de vida de Mahiru ya estaba definido, era más cuidadosa que las personas normales, además de que dicen que la piel se regenera durante el sueño, por lo que de seguro no quería estar falta de sueño.

— También eso pero… este, ¿las estrellas se ven mucho mejor en un ambiente en donde no hay luz en los alrededores verdad?

— Bueno, es cierto.

Dicen que las estrellas se ven mucho mejor en los campos, incluso las luces de los autos no causarían problema, pero habían muchas luces que hacían que las estrellas no se vieran bien, por supuesto, podría decirse que la luz causada por el hombre era mayor que el de las estrellas.

— Yo… puede que pienses que sea un poco infantil, pero no soy buena quedándome sola despierta hasta muy tarde.

Mahiru parecía no poder tranquilizarse mientras elegía sus palabras, sonriendo cual si le fuera un problema.

— Estoy bien como para dormir pero… si me quedo esperando mucho… este… no puedo tranquilizarme.

Mahiru se había agachado hablando en voz baja pero cuando se dio cuenta de la mirada de Amane se apresuró a levantar la mirada y mostrarle una sonrisa, si había logrado ser fuerte por mucho tiempo, de seguro seria gracias a Amane.

— Así que pensaba verlos desde el video de la página donde suben los movimientos de las estrellas.

—… ¿No puedes verlos sola?

—… Eso es… ¿Cómo decirlo?… me sentiría sola.

Miedo, no había usado esa palabra, pero en definitiva parecía temer a algo, solo que no quería mostrarse demasiado insegura. Al verla así no podía ignorarla, el corazón de Amane no lo soportaría.

—… ¿Quieres que lo veamos juntos?

— ¿He?

— También tengo planeado quedarme despierto hasta tarde, así que no me importaría si te quedas aquí y los viéramos juntos.

Después de todo los dos tenían el mismo objetivo, no debería de haber ningún problema con que lo vieran juntos, después de todo siempre estaba en la habitación y estaban acostumbrados a estar a solas por lo que no había demasiada diferencia, así lo sentía Amane pero… Mahiru parpadeó varias veces como si estuviera atónita a pesar de que había un brillo en sus ojos, ¿Por qué se sorprendía? Quería preguntarle, pero en el siguiente instante se dio cuenta dejando salir un “ah”

(Ahora que lo pienso, ¡no es nada bueno que un chico y una chica que queden a solas por la noche!)

Se había vuelto tan natural para Amane que Mahiru estuviera a su lado que había hecho esa sugerencia, pero pensándolo con normalidad, que un chico y una chica que no estén saliendo pasaran la noche juntos no era nada bueno en sentido común, a pesar de que era algo demasiado evidente, Amane no había pensado en ello, era cierto que podría tomarlo de manera extraña. No había nada que hacerle si Mahiru se sorprendía.

— Ah, ¡no es como si tuviera algún pensamiento oculto! Este… es solo que… si la persona a mi lado también lo verá, pensaba que podríamos verlo juntos.

—… ¿Puedo quedarme aquí?

Se le quedó vendo con una mirada llena de esperanza, a pesar de que había sido él quien lo dijo, terminó sintiendo algo de peligro.

— E, este, esa debería de ser mi frase… piensa que puede ser peligroso.

— Si en verdad fueras una persona peligrosa no lo dirías desde antes.

— Bueno, tienes razón, no te preocupes.

— Si me preocupo.

En definitiva era mentira, pero a pesar de que pensara eso, era más apreciada su alegre expresión, bastaba con que dejara pasar cualquier pensamiento. A pesar de que fue Amane quien la invitó ella no parecía preocuparle para nada, por lo que no debería haber problema, así que dejó las cosas con eso.

—… Entonces, después de comer… regresaré a casa un momento, me bañaré y me cambiaré.

— Ah, aaa, yo también tengo que prepararme para dormir.

De seguro dentro de Mahiru ya estaba decidido que lo haría, no parecía preocuparse mientras florecía en ella una sonrisa placida llena de felicidad y seguridad, haciendo que Amane no supiera a donde ver.

— Será divertido ver la lluvia de estrellas.

Amane solo alcanzó a responder con un “es cierto” y después de eso regresó a comer de su sopa de miso intentando distraerse.

— Con permiso.

Tal y como lo había dicho, Mahiru regresó a su departamento en cuanto el sol estaba por ponerse, ¿se percató que era un error venir en su piyama? Venía en su ropa normal, su cabello estaba trenzado, era un hermoso vestido de una pieza. Mientras estaba más tranquilo al saber que no había venido en su piyama, la veía de manera diferente. Solo con ir a recibirla su corazón se aceleró, y estaba preocupado de que no se viera extraño, Mahiru no se dio cuenta de lo afectado que estaba Amane, si acaso solo le mostró una sonrisa.

— Este, estaremos quedándonos hasta tarde, pero creo que será un poco difícil quedarse demasiado… ¿está bien solo unas pocas horas?

— Si, cuento contigo.

Mahiru bajó la cabeza de manera cortes, y de ese modo entró a la sala de estar. Cuando menos había dejado abierto las ventanas del balcón para que pudiera verse con facilidad, dejando el sofá en esa dirección, normalmente hubiera sacado el gran cojín que le había gustado a Mahiru para dormir, pero si se sentaba mal podría terminar cayendo, así que evito sacarlo. Había preparado una pequeña manta, pero Mahiru tenía ropa ligera, así que la usó para cubrir a Mahiru sentada a su lado.

— Parece que lo preparaste todo

—… Normalmente lo haces tú después de todo, cuando mucho déjame preparar las cosas para estos momentos.

Pensaba que le diría que es malo con los preparativos, pero Mahiru solo sonrió, y apagó las luces, haciendo que Amane temblara ligeramente.

— Perdón, si me lo hubieras dicho lo hubiera hecho.

— Está bien… fue algo pequeño.

Tras decir eso no era como si fuera algo tan grande para señalar, Amane sin decir nada mas comenzó a acercarse a Mahiru tranquilamente de manera natural, viendo ambos hacia la ventana, normalmente no sería consciente de ello, pero ahora que veía el cielo, el azul cercano a negro parecía que lo absorbía, era un color extraño. Las estrellas dispersas no brillaban con mucha fuerza, pero cuando lo pensaba había algunas que cambiaron de intensidad y color.

El cielo era hermoso, las coloridas estrellas parecían adornarlo con su brillo, escuchó un susurro de “es hermoso” y volteó a ver en dirección a Mahiru, ella también se encontraba viendo en silencio al firmamento. La luz de la luna iluminaba el rostro de Mahiru. Sus largas pestañas parecían brillar con la gentil luz que estaba recibiendo, ¿Seria su imaginación? ¿O era un efecto al ser los ojos de la persona que le gustaba? Pero algo era cierto, Mahiru a su lado era diferente a lo usual, parecía hermosa y frágil como una pequeña hada.

—… Es hermoso, aunque aún no encuentro ninguna estrella fugaz, creo que esto ya es suficiente esplendido.

Mahiru pareció darse cuenta de su mirada y le mostró una pequeña sonrisa, Amane por un instante se había olvidado de las estrellas y se apresuró a asentir.

— Es cierto, dedicarse a ver las estrellas en medio de la tranquila noche da una sensación refrescante.

— Ver las estrellas tranquilamente, es algo difícil en estos días con tanta prisa.

— Es cierto, si tuviera que decir algo es que lamentablemente son difíciles de ver en la ciudad, si fuera en mi casa podríamos poner unas mantas en el jardín para verlas.

En el pueblo de la casa de sus padres habían muchas menos personas viviendo por lo que habían menos luces artificiales y las estrellas se veían mejor. Su jardín era bastante grande, por lo que de seguro podrían poner unas mantas en el suelo para recostarse a verlas, Amane recordó que cuando era pequeño, se había recostado con sus padres a ver las estrellas y por la nostalgia terminó sonriendo.

— Fu fu, solo de imaginarlo parece esplendido.

— Bueno, es más rural que aquí, el paisaje se ve hermoso.

— Que envidia, mi casa es un departamento en un piso alto, el cielo se puede ver pero…. de seguro verlo como lo sugieres sería más hermoso.

Amane no sabía cómo responderle, y Mahiru sonrió un poco volteando a otra parte era como si estuviera viendo a algún lugar en la lejanía.

— Creo que hoy son más hermosas que antes.

—… ¿En serio?

Después de respóndele eso, Amane no volvió a abrir la boca y se dedicó a ver el mismo cielo. Pensó en que podrían salir al balcón, pero teniendo a Mahiru a su lado no quería salir, solo continuó viendo el cielo en silencio…

Las estrellas liberaban su luz desde un pasado distante, mientras que Amane y Mahiru no conversaban, soló continuaban viendo las luces que adornaban el cielo nocturno. Del silencio nació una extraña comodidad y nerviosismo que llenaba la habitación, lo que se podía escuchar eran sus respiraciones y el sonido de la ropa al rosarse, además de autos a lo lejos.

¿Cuánto tiempo habrá pasado?

Cuando Mahiru de pronto dejo salir un “Ah” fue una pequeña exclamación con una voz infantil, volteó a ver a Mahiru por reacción, estaba viendo el cielo como si sus ojos húmedos estuvieran siguiendo algo, el brillo de sus ojos era tan hermoso como para perder contra el de las estrellas, terminó atónito viendo su rostro de perfil… y un poco tarde entendió el porqué de su reacción.

Amane se apresuró a voltear a ver afuera, el tiempo de vida de las estrellas fugaces es corto, la estrella ya había terminado de consumirse. Pensó que era una pena, pero había visto algo más hermoso que las estrellas, por lo que puede que así esté bien.

—… ¿Pediste algo?

— ¿En estas ocasiones no se dice que se cumplirá si no se dice?

— ¿En serio?

— En serio, además lo que deseé… más que deseo, una petición, incluso podría decirse un anuncio.

“Así que es secreto” Mahiru dijo eso y ahora fue ella quien se le quedó viendo a Amane.

— Por cierto Amane-kun, ¿Deseaste algo?

— ¿He?… no… Nada en especial.

Al estar fascinado con el rostro de perfil de Mahiru no pudo hacer nada más que responder brevemente, intentando disimularlo de manera ambigua, pero era más que evidente, Mahiru sonrió de manera extraña.

— ¿No lo viste verdad?

— U… a la siguiente lo veré como se debe.

— Fu fu, Hazlo así por favor.

Mahiru sonreía llevándose una mano a la boca y de nuevo volteó a ver afuera de la ventana, en esta ocasión Amane tal y como se lo dijo Mahiru, se le quedó viendo a las estrellas, cuando de pronto, el cuerpo de Mahiru a su lado comenzó a temblar.

A pesar de que fuera primavera, las noches aun eran frías y parecía que le había afectado, la sensación del frio era diferente para Amane, para empezar Mahiru era de las personas cuya temperatura corporal no era demasiado alta, teniendo una chaqueta y solo una sábana puede que no fuera suficiente calor.

¿No se había preparado suficiente? Mientras pensaba en eso volteó a ver a Mahiru, ¿estaba sorprendida? Tenía los ojos bien abiertos.

—… ¿No tienes frio?

— No, estoy bien gracias a que me prestaste tu chaqueta, es cálida.

—… Me alegra escucharlo.

Al ver como sonreía moviendo las manos con el sobrante de la chaqueta tapándole las manos, Amane terminó resistiendo las ganas de voltear a otro lado por la vergüenza y ganas de sonreír. Cuando Mahiru se ponía su ropa siempre le quedaba grande.

No sabía acerca de otros hombres, pero le gustaba la sensación en la diferencia de sus cuerpos, a la vez que le era un poco vergonzoso. Los dedos que salían de la chaqueta sujetaron a Amane por la camisa de manera linda, Estaba tan feliz que no pudo evitar intentar ponerse de pie.

—… Este, iré por bebidas calientes, espérame.

— Ah…

Mahiru soló dejo salir un pequeño sonido en un intento de resistencia, la mano que estaba tomando su ropa hasta un momento lo tomó por la mano cual si intentara decirle “no te vayas” lo que hizo que terminara por quedarse sentado, los dedos de Mahiru estaban fríos, más de lo normal, pero sintió un temblor que no parecía ser debido al frio.

— Lo, lo siento, no quise molestarte. —.. Ah, no… Tu mano está un poco fría.

Al ver que Amane se había quedado quieto Mahiru se apresuró a alejar sus delgados dedos, pero Amane envolvió su mano con la suya, en ese instante su la mirada de Mahiru parecía de tranquilidad, no lo diría pero Amane llegó a la conclusión de que debería de tener miedo que la dejara sola. Mahiru desvió la mirada un poco avergonzada, pero Amane ya no se alejó.

— Amane-kun, tu mano es cálida, estar a su lado es bastante cómodo.

—… Ya veo.

¿A qué se refería con comodidad? Amane no diría nada, pero cuando menos comprendía que no le desagradaba, para Amane eso era más que suficiente. Volteó a ver el reloj de reojo mientras tomaba gentilmente la mano de Mahiru. Al entrecerrar los ojos y corroborar la hora, estaba cercano a las dos de la mañana, hora en que se había estimado para la lluvia de estrellas.

— Es la primera vez que me quedó despierta hasta tan tarde, normalmente si acaso me quedo despierta hasta esta hora cuando no puedo dormir bien, soy una chica mala.

— No está mal ser una chica mala de vez en cuando, también seré malo contigo.

— Fu fu… ¿Está bien que sea una chica mala?

— Todos tenemos momentos en los que somos buenos y malos, somos humanos después de todo, no hace falta hacerlo todo de manera correcta, está bien si eres mala aunque sea hoy, aquí solo estamos nosotros dos, no es como si hubiera alguien que fuera a decir algo.

No debería de haber problemas si lo dejaban como un secreto, Amane tomó bien la mano de Mahiru después de mostrarle una sonrisa tranquila, y Mahiru se le acerco más. Amane se petrificó un instante fingiendo estar normal cuando se le acercó al oído de pronto.

—…. ¿Puedo ser una chica más mala?

— Claro, ¿Qué pasa?

—… Tengo hambre, comamos un refrigerio nocturno.

¿Tenía una sensación de culpabilidad? Su voz era extrañamente pequeña, aun detalle pequeño como ese parecía ser algo malo para Mahiru, parece que necesitó valor para decirlo. Amane asintió sonriendo al sentir linda esa clase de chica mala.

— Estoy de acuerdo, hagamos cosas malas juntos.

Algo como comer comida instantánea con muchos otros ingredientes, de seguro sería algo malo. Sonrió ligeramente, y Amane volvió a levantarse. Tomado de la mano de Mahiru.

— Si mal no recuerdo en el refrigerador había huevo, salsa, carne de cerdo hervida, ya que estamos mezclémoslo todo.

—… Parece malo para la digestión en medio de la noche.

— Estamos siendo malos, no hay nada que hacerle.

Al decírselo en modo de broma, Mahiru mostró una sonrisa divertida, ambos se dirigieron a la cocina mientras sonreían.

En esta ocasión su mano sostenida por Amane ya no tembló.